jueves, 25 de junio de 2009

Comentario de Cuarenta Hadices -XIV


Sharhe Chehel Hadiz
Imam Jomeiní

Traducción de Raúl González Bórnez

Segundo hadíz - VII
Ostentación (riyá)

Segundo nivel
Consta de dos partes

Primera parte
Has de saber que la ostentación en este nivel, aunque no reviste la misma intensidad que en el primer nivel, si la persona hipócrita no presta atención a las advertencias y se comporta de la misma manera de forma reiterada, es muy posible que termine padeciendo la ostentación propia del primer nivel.

Ya hemos dicho en la explicación del primer hadíz que en la otra vida es posible que la persona adopte otra forma diferente a la que tenía en este mundo y que esas formas están en consonancia con los atributos del alma y son esos mismos atributos.

Si tú posees los atributos propios de un buen ser humano, esos atributos te proporcionarán en el otro mundo forma humana, siempre y cuando puedas ser caracterizado por ellos y no te hayas apartado del camino de la moderación y el equilibrio. Los atributos que poseemos pueden ser considerados buenos cuando el alma egoísta (nafs al-ammara) no interfiere en ellos y el ego no juega ningún papel en la formación de los mismos.

Nuestro maestro y guía, Shayj Ayatolá Shahabadí, quiera Dios alargar la sombra de su vida, decía que la manera de sopesar la práctica mundana frente a la práctica espiritual correcta era prestando atención al grado en el que el ego estaba implicado en esta última.

Si el viajero espiritual (Sálek) se mueve impulsado por el ego y sus prácticas espirituales están dirigidas a obtener poder personal, sus esfuerzos serán en vano y su viaje espiritual estará llamado a tener un mal final. Las falsas proclamas espirituales surgen de ese tipo de personas.
Pero si el viajero espiritual realiza su senda espiritual impulsado por su amor a la verdad y a Dios, sus esfuerzos y prácticas serán conformes a la verdad y a los mandatos religiosos y la Verdad Altísima le tomará de la mano, conforme deja establecido el noble versículo que dice:
Y a quienes se esfuerzan por Nosotros, ciertamente, les guiaremos a Nuestros caminos. [1]

Por tanto, su esfuerzo finaliza felizmente. Su ego ha caído y su egoísmo se ha alejado de él.

Es evidente que aquel cuyos buenos atributos espirituales y su buen comportamiento están dirigidos a ser visto por la gente y a obtener de ellos una buena opinión, se mueve a impulsos del ego. Y la buena opinión que de sí mismo tiene, y su egoísmo es pura egolatría y, por tanto, su amor a Dios y su buena opinión de Dios son puras fantasías, vanas e imposibles.

Mientras que el territorio de tu existencia este ocupado por el amor propio, el amor por la posición y la majestad, la fama y la preeminencia sobre los siervos de Dios, tus atributos no pueden ser considerados buenos, ni tu moral espiritual y divinamente orientada. Satanás es quien actúa en tu territorio y tu imagen interior y en la otra vida no es humana y cuando abras tus ojos a la realidad del otro mundo, verás que tu imagen no es la de un ser humano, sino, por ejemplo, la de uno de los demonios.
Para un corazón así habitado por Satanás, es imposible alcanzar un conocimiento espiritual y una compresión correcta de la Unidad divina. Y, mientras tu otra vida no sea humana y tu corazón no esté limpio de estos egoísmos y desviaciones, no será el hogar de la Verdad Altísima.
Como Dios mismo nos ha hecho saber en una transmisión relatada por el ángel Gabriel (hadíz qudsí):
Mi Tierra y mi cielo no pueden contenerme, pero Me contiene el corazón de Mi siervo creyente.[2]
Ocupando el corazón del creyente. La verdad no el ego. Es el Amado el que opera en su existencia, Quien es el corazón del creyente. No es él mismo, no es ya disoluto. Cómo se recoge en un hadíz:
El corazón del creyente está entre los dedos del Misericordioso, Quien lo transforma como quiere.
La mano del Misericordioso se adueña del territorio de su corazón y los cambios y transformaciones que en él se operan es Dios mismo quien los opera.

¡Oh desgraciado! Tú que eres siervo de tu ego y que tienes el corazón ocupado por Satanás y por la ignorancia y que has impedido que sean las manos de Dios las que obren en él ¿Qué tipo de fe posees para que pueda ser el lugar en el que Dios se manifieste y gobierne absolutamente?

Debes saber que, mientras permanezcas en tal estado y el vicio del egoísmo esté en ti, no crees en Dios y sigues la senda de los hipócritas, aunque te creas que estas sometido a Dios y tienes fe en Él.
[1] Sagrado Corán, 29:69.
[2] Bihár al-Anwár, t. 55, p.39, Kitáb al-sama wa l-álam, sección Al-Arsh wa l-Kursí wa hamalatuhá

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