martes, 19 de enero de 2010


Martirena

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MONSANTO MATA


Probados los efectos negativos del popular herbicida Roundup (Glifosato) de Monsanto sobre la salud.

Por Fernando Mañas (1)
para Globalízate (18/01/09)

El Glifosato es el principio activo del famoso herbicida producido por el gigante multinacional Monsanto y comercializado como Roundup. Al ser un herbicida de amplio espectro no selectivo, solo las semillas transgénicas producidas por Monsanto resisten su toxicidad. Este herbicida es aplicado de forma masiva en las áreas de cultivos transgénicos que en los últimos 15 años han sufirdo un impresionante incremento.

Argentina es uno de los lugares en los que el modelo sojero hiper-intensificado (que incluye la siembra de soja transgénica resistente al Roundup) ha tenido mayor expansión y sus desastrosas consecuencias sociales y medioambientales no dejan de crecer(1).

Las personas que viven en zonas agrícolas fumigadas pueden estar expuestas a niveles de Glifosato o de los metabolitos producidos tras la degradación del mismo. La exposición a estas sustancias puede ser a través del aire, de los alimentos o del agua de ríos y acuíferos que ha sido contaminada con Glifosato. Tradicionalmente, el Glifosato ha sido clasificado como herbicida de bajo riesgo para la salud humana y animal, sin embargo, muchos de los datos pertenecen a informes no publicados de la propia Monsanto o a estudios que se no cubren todos los análisis de toxicidad requeridos. El equipo de Fernando Mañas ha realizado un gran número de ensayos que en la actualidad están siendo publicados en prestigiosas revistas especializadas (2-3). Se ha evidenciado la capacidad de Glifosato de producir alteraciones genéticas a través de una variedad de ensayos en los que se han hallado resultados positivos. Los resultados obtenidos hasta el momento en los ensayos de genotoxicidad han demostrado que Glifosato no es un herbicida exento de riesgo de toxicidad genética para la población expuesta. Otros estudios han demostrado también los efectos negativos de Glifosato sobre el desarrollo embrionario

La importancia de esta información radica fundamentalmente en que existe evidencia de que con el uso presente y posiblemente futuro de Glifosato, tanto éste como AMPA seguirán apareciendo como contaminantes e ingresando a nuestro organismo por diferentes vías, poniendo en riesgo nuestra salud y la de futuras generaciones. La falta de regulaciones y las deficientes políticas en Salud Pública son algunos de los aspectos a los que se debe apuntar con el fin de disminuir los riesgos derivados de la exposición a niveles elevados de Glifosato y sus derivados.

Descargar trabajo aquí (pdf, 199 Kb)

1. Fernando Mañas es investigador de la Cátedra de Farmacología, Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto, y becario doctoral del CONICET

Referencias

2. Para más información sobre la expansión del modelo sojero en Argentina recomendamos la lectura de El modelo sojero de desarrollo en la Argentina: consecuencias sociales y ambientales en la era de los agronegocios. Por F. Barri y Juan Wahren (http://www.globalizate.org/fbjw041009.html)

3. Mañas F.; Ovando H.; Peralta L.; Larripa I.; Gonzalez Cid M.; Ugnia L.; Weyers A.; Raviolo J.; Gorla N. Genotoxicity of AMPA, environmental metabolite of Glyphosate, assessed by the comet assay and cytogenetic tests. Ecotoxicology and Environmental Safety. 72 (2009): 834-837.

4. Mañas F.; Peralta L.; García Ovando H.; Weyers A.; Ugnia L.; Larripa I.; Gonzalez Cid M.; Gorla N. Genotoxicity of Glyphosate assessed by the comet assay and cytogenetic tests. Environmental Toxicology and Pharmacology 28 (2009): 37-41.

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Aplastando a Haití, ahora igual que siempre


Cuando los ministros de Haití se llevan el 50% del dinero para ayuda se llama "corrupción". Cuando las ONG se llevan el 50% se llama "gastos generales"

19-01-2010
Patrick Cockburn
http://www.counterpunch.org
Traducido para Rebelión por LB.

El esfuerzo de ayuda para Haití emprendido por los USA está empezando a parecerse peligrosamente a la criminalmente lenta y desorganizada ayuda del gobierno usamericano a la ciudad de Nueva Orleans cuando fue devastada por el huracán Katrina en 2005. Hace cuatro años el presidente Bush se hizo célebre por el mutismo y desapego que mantuvo cuando se rompieron los diques en Louisiana. A manera de contraste, pocas horas después del terremoto de Haití el presidente Obama prometió hacer todo lo posible para ayudar a los supervivientes del desastre.

La retórica de Washington ha sido muy diferente en el caso de esas dos catástrofes, pero el resultado puede ser el mismo. En ambos casos, muy poca ayuda llegó en el momento en que más se necesitaba y, en el caso de Puerto Príncipe, cuando las personas atrapadas bajo los edificios derrumbados todavía estaban vivas. Cuando lleguen los equipos de rescate extranjeros con equipo pesado ya será demasiado tarde. No es de extrañar que haitianos enfurecidos estén levantando barricadas con rocas y cadáveres.

En Nueva Orleans y Puerto Príncipe existe idéntico terror oficial al saqueo por parte de la población local, por lo que la primera ayuda en llegar ha sido la de tropas armadas. Actualmente hay 3.500 soldados, 2.200 marines y 300 sanitarios rumbo a Haití.

Por supuesto que habrá saqueos porque, con las tiendas cerradas o aplanadas por el terremoto, esa es la única manera que tiene la gente para conseguir alimentos y agua. Haití es uno de los países más pobres del mundo. Yo estaba en Puerto Príncipe en 1994, la última vez que las tropas de USA desembarcaron allí, cuando la población local destrozó sistemáticamente las comisarías de policía, llevándose la madera, las cañerías e incluso extrayendo los clavos de las paredes. En la comisaría de policía en la que me encontraba resonaron de pronto gritos de alarma de la gente que estaba saqueando la planta superior porque descubrieron que no podían volver a bajar: habían cortado y robado entera la escalera de madera.

Siempre me han gustado los haitianos por su coraje, su resistencia, su dignidad y originalidad. A menudo se las arreglan para evitar la desesperación frente a los desastres más devastadores o frente a la falta de toda perspectiva de que su vida vaya a mejorar. Su cultura, en particular su pintura y su música, son de las más interesantes y vibrantes del mundo.

Es triste escuchar a los periodistas que se han abalanzado a Haití tras el terremoto dar unas explicaciones tan mistificadoras e incluso racistas sobre la razón por la que los haitianos son tan pobres, viven en aldeas de chabolas con servicios sanitarios mínimos, escaso abastecimiento eléctrico, insuficiente agua potable y carreteras que son como lechos de ríos.

Tal cosa no sucedió por accidente. En el siglo XIX fue como si las potencias coloniales jamás perdonaran a los haitianos haber organizado una exitosa rebelión de esclavos contra los franceses propietarios de las plantaciones. Los marines usamericanos ocuparon el país desde 1915 hasta 1934. Entre 1957 y 1986 los USA apoyaron a Papa Doc y a Baby Doc, y temieron que pudieran ser sustituidos por un régimen favorable a la vecina Cuba revolucionaria.

El Presidente Jean-Bertrand Aristide, un carismático sacerdote populista, fue derrocado en 1991 por un golpe militar y restaurado en 1994 con la ayuda de USA. Pero los estadounidenses siempre recelaron de cualquier signo de radicalismo de este vocero de los pobres y los marginados y lo mantuvieron atado en corto. Tolerado por el Presidente Clinton, Aristide fue tratado como un paria por la administración Bush, que lo hostigó sistemáticamente a lo largo de tres años que culminaron con una rebelión exitosa en 2004 dirigida por gángsters locales que actuaban en nombre de una elite haitiana cleptocrática apoyada por los miembros del ala derecha de la Partido Republicano en USA.

Tantas críticas al presidente Bush se han centrado en sus guerras en Afganistán e Irak que nunca sus acciones igualmente culpables en Haití suscitaron condenas. Pero si Haití es hoy un Estado fallido gobernado en parte por la ONU -en la medida en que está gobernado por alguien-, las acciones estadounidenses de los últimos años tienen mucho que ver con ello.

Los haitianos están pagando ahora el precio de esta débil y corrupta estructura de gobierno porque no hay nadie para coordinar los esfuerzos más elementales de auxilio y rescate. Su debilidad se ve agravada porque la ayuda se ha canalizado a través de ONG extranjeras. Una justificación es que de esa forma es probable que se robe menos dinero, aunque ello no garantice que gran parte de ese dinero llegará a los pobres de Haití. Un chiste amargo de Haití dice que cuando un ministro de Haití se lleva el 15% del dinero de la ayuda se llama "corrupción", y cuando una ONG o una agencia de ayuda se lleva el 50% se llama "gastos generales".

Muchos de los programas gubernamentales de ayuda y de las ONG más pequeñas están dirigidos por personas capaces, enérgicas y desinteresadas, pero otros, a menudo los más grandes, son poco más que tinglados altamente rentables para quienes los dirigen. En Kabul y Bagdad es sorprendente lo poco que han conseguido los costosos esfuerzos de las agencias de ayuda de USA. "El despilfarro de la ayuda está por las nubes", dijo un ex director del Banco Mundial en Afganistán. "Se está produciendo un saqueo en toda regla, en su mayoría por parte de empresas privadas. Es un escándalo". Consultores extranjeros en Kabul cobran frecuentemente entre 250.000 y 500.000 dólares al año en un país donde el 43% de la población sobrevive con menos de un dólar diario.

Todo esto no augura nada bueno para los haitianos que esperan ayuda a corto plazo o una vida mejor a largo plazo. La única manera de que esto realmente suceda es consiguiendo que los haitianos tengan un Estado legítimo que funcione y satisfaga las necesidades de su pueblo. El ejército usamericano, la burocracia de la ONU o las ONG extranjeras nunca van a hacer eso ni en Haití ni en ningún otro lugar.

No hay nada de nuevo en esto. Los estadounidenses se preguntan con frecuencia por qué su ocupación de Alemania y Japón en 1945 tuvo tanto éxito mientras que medio siglo después, en Iraq y Afganistán, ha sido tan desastrosa. La respuesta es que no fueron los USA sino las eficiente maquinaria de los Estados alemán y japonés las que recompusieron sus países. Allí donde esa máquina era débil, como en Italia, la ocupación de los USA se apoyó, con resultados desastrosos, en las elites locales corruptas e incompetentes, como están sucediendo ahora en día en Iraq, Afganistán y Haití.

Fuente: http://www.counterpunch.org/patrick01152010.html


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Solidaridad con el pueblo de Haití


17-01-2010
Queridos/as compañeros/as y amigos/as:

A través de este escrito, queremos mostrar nuestro más profundo pesar y nuestra solidaridad con el pueblo haitiano, que hace un par de días fue sorprendido por un devastador seísmo; terremoto que ha causado miles de víctimas mortales, heridos y desaparecidos.

Deseamos compartir nuestro dolor por dicha catástrofe y enviar un abrazo solidario al pueblo haitiano, y especialmente a nuestros/as compañeros/as de La Vía Campesina en Haití, que esperamos se sobrepongan pronto de esta difícil situación. No en vano, y haciendo memoria histórica, cabe recordar la fortaleza y determinación del pueblo de Haití, el cual fue el primero en toda América en abolir el sistema esclavista de forma autónoma y perdurable en el tiempo.

No podemos dejar de recalcar y denunciar que los efectos de cualquier catástrofe natural se agudizan siempre en contextos de pobreza, de vulnerabilidad y de exclusión. Somos conscientes de que estas fuerzas de la Naturaleza no son controlables ni previsibles, y que éstas no son responsabilidad de la comunidad internacional; sin embargo, la pregunta es, ¿cómo es posible que esa misma comunidad internacional siga permitiendo un mundo cimentado sobre semejante injusticia e inequidad, la misma que multiplica los efectos destructores y el número de víctimas de un terremoto como el que ha sufrido Haití?

La Vía Campesina hace un llamado urgente a la solidaridad internacional para con el pueblo de Haití, con la intención de vehiculizar todo el apoyo económico que recoja a través de los movimientos sociales de dicho país, concretamente a través de las organizaciones campesinas haitianas que son parte del movimiento campesino internacional.

Ésta es la cuenta bancaria donde La Vía Campesina centraliará los apoyos económicos de todas aquellas personas y organizaciones que quieran apoyar de manera urgente al pueblo de Haití.

Titular de la cuenta: ASOCIACIÓN LURBIDE – EL CAMINO DE LA TIERRA
Banco: IPAR KUTXA
Dirección: Gudari, 2 – AMOREBIETA (Bizkaia) – País Vasco - Spain
Nº de cuenta: 3084-0023-53-6400061004
IBAN: ES54 3084 0023 5364 0006 1004
Swift: CVRVES2B
Concepto: SOLIDARIDAD HAITÍ

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Vic: Contra el racismo y la extrema derecha


En lucha,
Domingo, 17 de Enero de 2010
[També en català].

El ayuntamiento de Vic ha saltado a las noticias por haber decidido negar el empadronamiento a personas inmigradas sin papeles. La decisión, además de ser ilegal, es claramente racista. Con esta medida, entre otras cosas, dificultan tanto la asistencia médica como el acceso a la educación de estas personas. Más grave aún, dado que el empadronamiento es una condición para poder solicitar la residencia, el consistorio está condenando a un grupo de sus vecinos a una situación permanente de indocumentación.

Tanto la Vicepresidenta española como representantes del tripartito catalán han criticado la decisión aunque, escandalosamente, la Generalitat sigue sin tomar las medidas necesarias para bloquear la propuesta racista. El episodio debe servir de toque de atención para los movimientos sociales y la izquierda anticapitalista acerca de la necesidad de responder de forma urgente al auge del racismo y de la extrema derecha. No saber hacerlo nos podría salir muy caro.

La propuesta xenófoba la aprobó el gobierno municipal —CiU, PSC y ERC— apoyado por los cuatro concejales de Plataforma Per Catalunya, de extrema derecha. Los dos concejales de la CUP y el de ICV-EUiA votaron en contra.

Ante esta decisión racista apoyada por dos partidos de la izquierda institucional, algunos activistas concluirán que la respuesta tendrá que venir únicamente de la izquierda radical. Pero la realidad es que para parar el fascismo hace falta mucho más.
Unidad contra el fascismo

A nadie se le escapa el hecho de que el impulsor real de esta decisión racista fue la Plataforma Per Catalunya; su propio dirigente, Josep Anglada reivindicó su paternidad. El hecho de que grupos de la extrema derecha —es decir, grupos fascistas que se han hecho un lifting— puedan actuar libremente y difundir sus ideas tiende a empujar a todo el espectro político hacia la derecha.

Esto siempre es cierto, pero más aún en la situación actual. La crisis económica; los 4 millones de parados; las carencias de los servicios sociales; un gobierno social-liberal que no cumple sus promesas de sustanciales mejoras sociales… todo esto constituye la “tormenta perfecta” para el crecimiento de la extrema derecha.

No puede haber libertad de expresión y organización para los fascistas en nuestra sociedad. El lema “no pasarán” recupera toda su relevancia.

Y este lema no es patrimonio únicamente de la izquierda anticapitalista: la gran mayoría de la población del Estado español, y sobre todo, casi toda la clase trabajadora, se oponen al fascismo. Muchos de ellos y ellas estarían dispuestos a participar en movilizaciones antifascistas, si se les plantea en términos que puedan asumir.

Hace falta una lucha unitaria contra la extrema derecha, contra el fascismo, que incluya a la gran izquierda social que existe en el Estado español, incluyendo a las bases de los sindicatos mayoritarios y a los sectores más de izquierdas de la socialdemocracia. Es decir, hay que movilizar a una parte importante de la clase trabajadora, tal y como es, con todas sus contradicciones.

Frente a un pequeño grupo de cabezas rapadas nazis, puede parecer que es suficiente con un grupo de activistas antifascistas comprometidos, dispuestos a utilizar la fuerza. Es verdad que, a veces, acciones así son necesarias.

Pero en las condiciones de un auge de la extrema derecha, ningún grupo reducido es suficiente para hacerle frente.

Este hecho fue demostrado en Alemania en los años 30, cuando el Partido Comunista, siguiendo la política suicida dictada por Stalin, rechazó cualquier colaboración con los reformistas, tachándolos de “socialfascistas”, e intentó enfrentarse solo a los nazis. Pagaron un terrible coste por su error. No debemos repetirlo.

El modelo de movimiento contra el fascismo es algo que hemos visto en otros ámbitos en los últimos años: la unidad de acción entorno a unos pocos principios básicos, sin excluir que haya diferencias y debates sobre otras muchas cuestiones.

Frente al fascismo, supone buscar unir a todas las fuerzas y personas dispuestas a movilizarse bajo el sencillo lema “Contra el fascismo, no pasarán”; que los fascistas no se manifiesten en nuestras ciudades, que no puedan hacer campañas electorales, etc. Limitar una protesta de este tipo únicamente a los declarados anticapitalistas, a las personas que comparten todo nuestro ideario político, no es una manera efectiva de combatir al fascismo.
Por una alternativa al sistema

Pero a la vez debemos ir mucho más allá. Ya sabemos que los partidos reformistas son los responsables de muchos de los problemas que abren el camino al fascismo. Sabemos que, aunque sigue habiendo gente combativa dentro de los sindicatos mayoritarios, las direcciones de CCOO y UGT no destacan por ofrecer salidas radicales ante los ataques que sufrimos.

Todos los Estados europeos fomentan las ideas racistas, dando así respetabilidad a los fascistas: pensemos en los ataques contra la población musulmana en Suiza —con la excusa de los 4 minaretes en ese país— o en el intento del Estado francés de controlar la vestimenta de las mujeres musulmanas. El Gobierno de Zapatero no es ninguna excepción: tras una verborrea de multiculturalismo y “alianza de las civilizaciones”, no deja de advertirnos de los peligros de “terroristas islamistas” y hace detener a gente musulmana inocente.

El Estado español gasta un millón de euros al día en la guerra de Afganistán y da miles de millones de euros a la banca, pero cuando faltan plazas en las guarderías y se alargan las colas en los hospitales se señalan a las personas inmigradas como a los responsables.

Por todo esto, a la vez que necesitamos un movimiento muy amplio y unitario para hacer frente hoy a los fascistas, también tenemos que construir una izquierda anticapitalista capaz de ofrecer una alternativa política global al sistema.

Actualmente, la izquierda anticapitalista está muy fragmentada, y muchas de las personas que podrían formar parte de ella ni siquiera están organizadas políticamente y sólo participan en los movimientos de forma individual.

Para poder ofrecer una alternativa real, frente a la desesperación producida por este sistema de la que se aprovechan los fascistas, la construcción de una izquierda política fuerte y cohesionada es una necesidad urgente.

Evidentemente, no es una tarea fácil. Pero lo ocurrido en Vic, y el crecimiento tanto de los grupos fascistas como de las ideas racistas en general, nos demuestra que tenemos que ponernos manos a la obra.

A menudo se compara la actual crisis económica con la depresión de los años 30 del siglo XX. En esa época, se formaron gobiernos de extrema derecha en casi toda Europa y se vivieron los horrores del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial.

Pero también fue una década de luchas insurreccionales en un sinfín de lugares: desde las ocupaciones de fábricas en EEUU, pasando por una huelga general en Palestina y huelgas de masas en Francia hasta la revolución española de 1936.

En una grave crisis las apuestas están muy altas; la izquierda perdió la apuesta la última vez, con terribles consecuencias. No podemos permitirnos perder de nuevo, y tampoco hay motivo para que lo hagamos.

Como En lucha/En lluita y como izquierda anticapitalista en general tenemos dos tareas urgentes y distintas. Una: construir un movimiento amplio para combatir a la extrema derecha. La otra: construir una izquierda anticapitalista capaz de ofrecer una alternativa no a decenas o centenares de personas, sino a miles de ellas.

Si no lo hacemos, lo que vemos hoy en Vic, lo podremos ver —y cosas aún peores— en todo el Estado.

Más acerca de la lucha antirracista y antifascista:
» Racismo en tiempo de crisis: la Ley de Extranjería
» Entrevista: “Si das espacio a los fascistas, estás negando el derecho de la gente a vivir”
» Golpear juntos: el frente único ayer y hoy

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Puedes leer también nuestra revista de este mes La Hiedra
Vic: Contra el racisme i l’extrema dreta

L’ajuntament de Vic ha saltat a les notícies per haver decidit negar l’empadronament a persones immigrades sense papers. La decisió, a més de ser il•legal, és clarament racista. Amb aquesta mesura, entre altres coses, dificulten tant l’assistència mèdica com l’accés a l’educació d’aquestes persones. Més greu encara, atès que l’empadronament és una condició per a poder demanar la residència, el consistori està condemnant un grup dels seus veïns a una situació permanent d’indocumentació. Tant la vicepresidenta espanyola com representants del tripartit han criticat la decisió encara que, escandalosament, la Generalitat segueix sense prendre les mesures necessàries per bloquejar la proposta racista. L’episodi ha de servir de toc d’atenció per als moviments socials i l’esquerra anticapitalista sobre la necessitat de respondre de forma urgent a l’auge del racisme i de l’extrema dreta. No saber fer-ho ens podria sortir molt car.

La proposta xenòfoba la va aprovar el govern municipal —CiU, PSC i ERC— amb el suport dels quatre regidors de la Plataforma Per Catalunya, d’extrema dreta. Els dos regidors de la CUP i el d’ICV-EUiA van votar en contra.

Davant el suport de dos partits de l’esquerra institucional a aquesta decisió racista, alguns activistes conclouran que la resposta haurà de venir només de l’esquerra radical. Però la realitat és que per aturar el feixisme fa falta molt més.
Unitat contra el feixisme

A ningú se li escapa el fet que l’impulsor real d’aquesta decisió racista va ser la Plataforma Per Catalunya; el seu propi dirigent, Josep Anglada, en va reivindicar la paternitat. El fet que grups de l’extrema dreta —és a dir, grups feixistes que s’han fet un lifting— puguin actuar lliurement i difondre les seves idees tendeix a empènyer tot l’espectre polític cap a la dreta.

Això sempre és cert, però ho és encara més a la situació actual. La crisi econòmica; els 4 milions d’aturats; les mancances dels serveis socials; un govern social-liberal que no compleix les seves promeses de substancials millores socials... tot això constitueix la “tempesta perfecta” per al creixement de l’extrema dreta.

No hi pot haver llibertat d’expressió i organització per als feixistes a la nostra societat. El lema “no passaran” recupera tota la seva rellevància.

I aquest lema no és patrimoni únicament de l’esquerra anticapitalista: la gran majoria de la població de l’Estat espanyol, i sobretot, gairebé tota la classe treballadora, s’oposen al feixisme. Molts d’ells i elles estarien disposats a participar a mobilitzacions antifeixistes, si se’ls planteja en termes que puguin assumir.

Cal una lluita unitària contra l’extrema dreta, contra el feixisme, que involucri la gran esquerra social que hi ha a l’Estat espanyol, incloent-hi les bases dels sindicats majoritaris i els sectors més d’esquerres de la socialdemocràcia. És a dir, cal mobilitzar una part important de la classe treballadora, tal com és, amb totes les seves contradiccions.

Davant d’un petit grup de caps rapats nazis, pot semblar que n’hi ha prou amb un grup d’activistes antifeixistes compromesos, disposats a utilitzar la força. És veritat que, de vegades, accions així són necessàries.

Però a les condicions d’un auge de l’extrema dreta, cap grup reduït és suficient per fer-hi front.

Aquest fet es va demostrar a Alemanya als anys 30, quan el Partit Comunista, seguint la política suïcida dictada per Stalin, va rebutjar qualsevol col·laboració amb els reformistes, qualificant-los de “socialfeixistes”, i va intentar enfrontar-se als nazis en solitari. Van pagar un terrible cost per la seva errada. No l’hem de repetir.

El model de moviment contra el feixisme l’hem vist en altres àmbits als darrers anys: la unitat d’acció entorn a uns pocs principis bàsics, sense excloure que hi hagi diferències i debats sobre moltes altres qüestions.

Davant del feixisme, suposa cercar la unitat de totes les forces i persones disposades a mobilitzar-se sota el senzill lema “Contra el feixisme, no passaran”; perquè els feixistes no es manifestin a les nostres ciutats, perquè no puguin fer campanyes electorals, etc. Limitar una protesta d’aquest tipus únicament als declarats anticapitalistes, a les persones que comparteixen tot el nostre ideari polític, no és una manera efectiva de combatre el feixisme.
Per una alternativa al sistema

Però alhora hem d’anar molt més enllà. Ja sabem que els partits reformistes són els responsables de molts dels problemes que obren el camí al feixisme. Sabem que, encara que segueix havent-hi gent combativa dins dels sindicats majoritaris, les direccions de CCOO i UGT no destaquen per oferir sortides radicals davant els atacs que patim.

Tots els Estats europeus fomenten les idees racistes, donant així respectabilitat als feixistes: pensem en els atacs contra la població musulmana a Suïssa —amb l’excusa dels 4 minarets en aquest país— o en l’intent de l’Estat francès de controlar la vestimenta de les dones musulmanes. El Govern de Zapatero no és cap excepció: darrera d’una verborrea de multiculturalisme i “aliança de les civilitzacions”, no deixa d’advertir dels perills de “terroristes islamistes” i fa detenir gent musulmana innocent.

L’Estat espanyol es gasta un milió d’euros al dia a la guerra d’Afganistan i dóna milers de milions d’euros a la banca, però quan manquen places a les guarderies i s’allarguen les cues als hospitals s’assenyalen a les persones immigrades com els responsables.

Per tot això, al mateix temps que necessitem un moviment molt ampli i unitari per fer front avui als feixistes, també hem de construir una esquerra anticapitalista capaç d’oferir una alternativa política global al sistema.

Actualment, l’esquerra anticapitalista està molt fragmentada, i moltes de les persones que en podrien formar part ni tan sols estan organitzades políticament i només participen als moviments de forma individual.

Per poder oferir una alternativa real, davant la desesperació produïda per aquest sistema de la qual s’aprofiten els feixistes, la construcció d’una esquerra política forta i cohesionada és una necessitat urgent.

Evidentment, no és una tasca fàcil. Però allò que ha passat a Vic, i el creixement tant de grups feixistes com de les idees racistes en general, ens demostra que hem de posar fil a l’agulla.

Sovint es compara l’actual crisi econòmica amb la depressió dels anys 30 del segle XX. En aquella època, es van formar governs d’extrema dreta a gairebé tot Europa i es van viure els horrors de l’Holocaust i la Segona Guerra Mundial.

Però també va ser una dècada de lluites insurreccionals a molts llocs: des de les ocupacions de fàbriques a EUA, passant per una vaga general a Palestina i vagues de masses a França, fins a la revolució espanyola de 1936.

En una greu crisi les apostes estan molt altes; l’esquerra va perdre l’aposta l’última vegada, amb terribles conseqüències. No ens podem permetre perdre de nou, i tampoc hi ha motiu perquè ho fem.

Com En lluita, i com a esquerra anticapitalista en general, tenim dues tasques urgents i diferents. Una: construir un moviment ampli per combatre l’extrema dreta. L’altra: construir una esquerra anticapitalista capaç d’oferir una alternativa, no a desenes o centenars de persones, sinó a milers d’elles.

Si no ho fem, allò que veiem avui a Vic, el podrem veure —i coses encara pitjors— a tot l’Estat.

Més sobre de la lluita antiracista i antifeixista:
» Racisme en temps de crisi: la Llei d’Estrangeria
» Entrevista: “Si fas espai als feixistes, estàs negant el dret de la gent a viure”
» Colpejar plegats: el front únic ahir i avui

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La militarización de la ayuda de emergencia a Haití ¿Operación humanitaria o invasión?


Michel Chossudovsky
Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


· Haití tiene una larga historia de intervenciones y ocupaciones militares estadounidenses que data de principios del siglo XX. El intervencionismo estadounidense ha contribuido a la destrucción de la economía nacional de Haití y al empobrecimiento de su población.
19-01-2010
· Se ha presentado el devastador terremoto ante la opinión pública mundial como la única causa de la espantosa situación del país.

· Un país ha quedado destruido, toda su infraestructura desaparecida, precipitando a su pueblo a un abismo de pobreza y desesperación.

· Se ha intentado borrar la historia de Haití y su pasado colonial.

· El ejército de EEUU ha venido al rescate de una empobrecida nación. ¿Cuál es su mandato?

· ¿Es una operación humanitaria o una invasión?

Los principales actores de la “operación humanitaria” de EEUU son el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). (Véanse Discursos de USAID. On-The-Record Briefing on the Situation in Haiti , 13 de enero de 2010). A la USAID se le ha encomendado también canalizar la ayuda alimentaria hacia Haití que distribuye el Programa Alimentario Mundial. (Véase el comunicado de prensa de USAID: USAID to Provide Emergency Food Aid for Haiti Earthquake Victims , 13 de enero de 2010).

Sin embargo, el componente militar de la misión estadounidense tiende a eclipsar las funciones civiles de rescatar a una población desesperada y empobrecida. No son las agencias gubernamentales civiles, como FEMA o USAID quienes están dirigiendo a operación humanitaria global, sino el Pentágono. Y la decisión de llevarla a cabo ha recaído en el Comando Sur de EEUU (SOUTHCOM, por sus siglas en inglés).

Se está contemplando un despliegue masivo de personal militar. El Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el Almirante Mike Mullen, ha confirmado que EEUU enviará de nueve a diez mil soldados a Haití, incluyendo 2.000 marines (American Forces Press Service, 14 enero 2010).

El portaaviones USS Carl Vinson y sus buques de apoyo han llegado ya a Puerto Príncipe (15 enero 2010). La Unidad Anfibia de la Marina, con 2.000 efectivos, así como los soldados de la 82 División Aerotransportada del Ejército de EEUU “están entrenados en una amplia variedad de misiones, entre las que se incluyen las de seguridad y control de disturbios, además de tareas humanitarias”.

A diferencia de los equipos de rescate y ayuda enviados por varios equipos y organizaciones civiles, el mandato humanitario del ejército de EEUU no está claramente definido.

“En definitiva, los marines son ante todo guerreros, y eso es lo que el mundo sabe de ellos… [pero] somos igualmente compasivos cuando tenemos que serlo, y ese es un papel que nos gustaría desempeñar: el de guerreros compasivos que llegan con la mano extendida para ayudar a quien lo necesite. Estamos entusiasmados con esta misión”. (Portavoz de los marines, comunicado de prensa de las fuerzas armadas: “ Marines Embark on Haiti Response Misión ”, 14 de enero de 2010).

Mientras los presidentes Obama y Préval hablan por teléfono, no se ofreció información alguna en cuanto a que los dos gobierno s estuvieran negociando la entrada y despliegue de tropas estadounidenses sobre suelo haitiano. Washington adoptó e impuso unilateralmente las decisiones. La ausencia total de un gobierno en funciones en Haití se utilizó para legitimar, a partir de motivos humanitarios, el envío de una poderosa fuerza militar, que ha asumido de facto diversas funciones gubernamentales.

Cuadro 1

Unidades militares estadounidenses que se enviarán a Haití (según pronunciamientos oficiales)

El buque de asalto anfibio USS Bataan (LHD 5) y los barcos de desembarco muelles anfibios USS Fort McHenry (LSD 43) y USS Carter Hall (LSD 50)

Una Unidad Anfibia de la Marina con 2000 soldados de la 22ª Unidad Expedicionaria de la Marina , y soldados de la 82 División Aerotransportada del Ejército de EEUU . Se esperaba que llegaran a Haití el 15 de enero 900 soldados.

El portaaviones USS Carl Vinson y sus buques de apoyo (llegaron a Puerto Príncipe el 15 de enero de 2010): USS Carl Vinson CVN 70 .

El buque hospital USNS Comfort .

Varios navíos y helicópteros de los Guardacostas de EEUU

USS Carl Vinson

Los tres buques anfibios se unirán al portaaviones USS Carl Vinson, al crucero de misiles USS Normandy y a la fragata de misiles guiados USS Underwood .

USS Normandy

Papel protagonista del Comando Sur de EEUU

El Comando Sur de EEUU (SOUTHCOM), que tiene su base en Miami es la “agencia principal” en Haiti. Su mandato como mando militar regional es el de llevar a cabo tar e as de guerra moderna. La misión que tiene asignada en Latinoamérica y en el Caribe es la de “dirigir operaciones militares y promover la cooperación en el terreno de la seguridad para conseguir los objetivos estratégicos de EEUU”. (“ Our Misión – U.S. Southern Command (USSCOUTHCOM ). Los oficiales al mando están entrenados para supervisar los escenarios de las operaciones, las labores de policía militar así como de “contrainsurgencia” en Latinoamérica y en el Caribe, inclu yendo el reciente establecimiento de nuevas bases militares de EEUU en Colombia, muy próximas a la frontera venezolana.

El General Douglas Fraser, comandante del Comando Sur de EEUU ha definido la operación de emergencia de Haití como una operación de [Co] mando, Control y Comunicaciones (C3). El Comando Sur de EEUU tiene que supervisar el despliegue masivo de todo el conglomerado bélico, incluidos varios buques de guerra, un portaaviones, divisiones de combate aerotransportadas, etc.:

“Por tanto, tenemos que desarrollar allí tareas de [co]mando, control y comunicaciones para que podamos conseguir entender mejor lo que está ocurriendo. Como los cuarteles de la MINUSHTAH (siglas en inglés de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití), están parcialmente destruidos y han perdido gran parte de sus comunicaciones, tenemos también que ocuparnos de recuperar esas comunicaciones .

Estamos enviando equipos de valoración conjuntamente con USAID, apoyando sus esfuerzos, poniendo todo lo que esté de nuestra parte.

Estamos enviando allí a varios de los buques que teníamos en la región –son buques pequeños, guardacostas, destructores- para proporcionar toda la asistencia inmediata que podamos sobre el terreno.

Tenemos también un portaaviones de la Marina de EEUU, el USS Carl Vinson, navegando en esa dirección. Se encontraba en el mar de Norfolk, por eso le va a llevar un par de días llegar allí. Sólo necesitamos reabastecerlo y darle las provisiones que necesita para apoyar el esfuerzo de cara a Haití. Y después estamos contactando con las agencias internacionales para averiguar cómo podemos apoyar sus esfuerzos así como desplegar los nuestros.

También enviaremos un buque anfibio dotado de una gran cubierta, con una Unidad Expedicionaria de la Marina embarcada en él, que en un par de días estará detrás del USS Vinson.

Y eso nos da un amplio margen de capacidad para desplazar y aumentar los suministros para poder apoyar también los esfuerzos allí.

Sea cual sea el balance, no tenemos aún una valoración clara de cómo está la situación sobre el terreno, de cuáles son las necesidades en Puerto Príncipe, de cuál es el alcance de la situación.

Tenemos también, finalmente, un equipo que se dirige al aeropuerto. Mi comandante adjunto resulta que estaba en Haití cuando se produjo el terremoto, en una visita previamente fijada y ha estado en el aeropuerto. Dice que las pistas están operativas pero que la torre de control no tiene capacidad de comunicación. La terminal de pasajeros tiene daños estructurales, por eso no sabemos cómo está exactamente la situación.

Así que tenemos un grupo que va para allá para asegurar que podemos conseguir y asegurar el aeródromo y operar desde él, porque ese es uno de los lugares desde donde vamos a tener que hacer gran parte de los esfuerzos inmediatos a nivel internacional.

Y luego vamos a llevar a cabo todas las valoraciones que se consideren oportunas a medida que avancemos en los esfuerzos y en el trabajo.

También nos estamos coordinando sobre el terreno con la MINUSTAH, con la gente que está allí. El comandante de la MINUSTAH estaba en Miami cuando sobrevino esta situación, por eso justo ahora está regresando y en cualquier momento estará en Puerto Príncipe. Eso nos ayudará también a coordinar nuestros esfuerzos allí, porque es obvio que Naciones Unidas ha sufrido pérdidas importantes con el colapso al menos parcial de su sede.

Así que esos son los esfuerzos iniciales que tenemos en marcha. Y cuando hayamos hecho la valoración precisa, haremos los ajustes que sean necesarios.

El Secretario de Defensa, el Presidente, todos han dispuesto que este es un esfuerzo importante y estamos reuniendo todos los recursos del Departamento de Defensa para apoyar est e esfuerzo”. ( Defense.gov News Transcript: DOD News Briefing with Gen. Fraser from the Pentagon , 13 de enero de 2010).

Un informe de la Fundación Heritage resume el contenido de la misión de Estados Unidos en Haití: “ Para EEUU, el terremoto tiene implicaciones tanto humanitarias como de seguridad nacional, lo que requiere una respuesta rápida que no sólo tiene que ser audaz sino también decisiva, movilizando las capacidades civiles, del ejército y del gobierno tanto para el rescate a corto plazo y los esfuerzos de socorrer a las víctimas como para un programa de recuperación y reformas a largo plazo en Haití”. (James M. Roberts and Ray Walter: “ American Leadership Necessary to Assist Haiti After Devastating Earthquake ” , Fundación Heritage, 14 de enero de 2010).

Al principio, la misión militar se ocupará de la ayuda de emergencia, así como de actividades de policía y seguridad pública.

La Fuerza Aérea de EEUU controla el aeropuerto

La Fuerza Aérea de EEUU ha asumido las funciones de control del tráfico aéreo así como la gestión del aeropuerto de Puerto Príncipe. Es decir, el ejército estadounidense regula el flujo de la ayuda y suministros de emergencia que llegan al país en aviones civiles. La Fuerza Aérea de EEUU no trabaja bajo las órdenes o instrucciones de los funcionarios del aeropuerto de Haití. Esos funcionarios han sido desplazados. El aeropuerto está controlado por el ejército estadounidense (Entrevista con el Embajador haitiano ante EEUU R. Joseph, PBS News, 15 de enero de 2010).

El equipo de las Fuerzas Armadas está trabajando con los controladores de combate del Departamento de Defensa para mejorar el flujo del tráfico aéreo que entra y sale del aeropuerto. La Fuerza Aérea de EEUU volvió a abrir el aeropuerto el 14 de enero, y el 15 de ene ro su grupo de respuesta ante las emergencias había conseguido ya hacerse con la autoridad suprema del aeródromo… La autoridad suprema del aeródromo posibilita que la Fuerza Aérea priorice, programe y controle el espacio aéreo en el aeropuerto…” ( flightglobal.com , 16 de enero de 2010 , negrita añadida ).

Se ha enviado a Haití al buque hospital de la Marina de EEUU, con 1.000 camas, el USNS Comfort, que incluye más de 1.000 médicos y personal de apoyo, bajo la jurisdicción del Comando Sur (Véase: “ Navy hospital ship with 1,000 beds readies for Haiti quake relief ” , Digital Journal, 14 de enero de 1010) . En el momento en el que se produjo el terremoto, había allí alrededor de 7.100 efectivos militares y unos 2.000 policías, es decir, una fuerza extranjera de 9.000 efectivos frente a la cifra de menos de 500 miembros civiles internacionales de la MINUSTAH. MINUSTAH Hechos y Cifras – Misión de Estabilizaci ón de las Naciones Unidas en Haiti .

CUADRO 2

Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH)

Fuerzas actuales (30 de noviembre de 2009)

Total personal uniformado: 9.065

7.031 soldados

2.034 policías

488 personal civil internacional

1.212 equipo civil local

212 voluntarios de Naciones Unidas

Fuerzas estimadas combinando el SOUTHCOM y la MINUSTAH: 19.095 (excluyendo las comprometidas por Francia –sin confirmar-, y Canadá -confirmados 800 soldados-. EEUU, Francia y Canadá fueron “socios” en el golpe de Estado del 29 de febrero de 2004).

Haití lleva bajo ocupación militar extranjera desde que EEUU instigó el golpe de Estado de febrero de 2004. El contingente de las fuerzas estadounidenses bajo el SOUTHCOM, combinado con la MINUSTAH supone una presencia militar extranjera en Haití cerca de los 20.000 soldados, en un país de nueve millones de personas. En comparación con Afganistán, antes del incremento militar de Obama, las fuerzas combinadas de EEUU y de la OTAN eran del orden de 70.000 para una población de 28 millones. Es decir, partiendo de un cálculo per c á pita , habrá más tropas en Haití que en Afganistán.

Recientes intervenciones del ejército estadounidense en Haití

En la historia reciente de Haití, ha habido varias intervenciones militares patrocinadas por EEUU. En 1994, tras tres años de gobierno militar, se envió a Haití una fuerza de 20.000 soldados ocupantes y “fuerzas de paz”. La intervención del ejército estadounidense en 1994 “no tenía intención alguna de restaurar la democracia. Muy al contrario: se produjo para impedir una insurrección popular contra la Junta mi li tar y sus cohortes neoliberales”. (Michel Chossudovsky, The Destabiliza tion of Haiti, Global Research, 28 de febrero de 2004 ) .

Las tropas aliadas y estadounidenses permanecieron en el pa ís hasta 1999. Las fuerzas armadas haitianas se deshicieron y el Departamento de Estado de EEUU alquiló a DynCorp una compañía mercenaria para que proporcionara “asesoramiento técnico” para reestructurar la Policía Nacional haitiana. (Ibid).

El golpe de Estado de febrero de 2004

En los meses anteriores al golpe de Estado de 2004, las fuerzas especiales estadounidenses y la CIA estuvieron entrenando a escuadrones de la muerte compuestos por los antiguos tonton-macoute de la era Duvalier. El ejército paramilitar rebelde cruzó la frontera desde la República Dominicana a primeros de febrero de 2004. “Era una unidad paramilitar bien armada, entrenada y equipada integrada por antiguos miembros de Le Front pour l’avancement et le progrès d’Haiti (FRAP, por sus siglas en francés), los escuadrones de la muerte de “paisano”, implicados en matanzas masivas de civiles y asesinatos políticos durante el golpe militar patrocinado por la CIA en 1991, que provocaron el derrocamiento del gobierno democráticamente elegido del Presidente Jean Bertrand Aristide”. (Véase Michel Chossudovsky: The Destabilization of Haiti: Global Research. 28 de febrero de 2004 ) .

Se enviaron tropas extranjeras a Haití . Se estableció la MINUSTAH tras el golpe de Estado patrocinado por EEUU en febrero de 2004 , y se secuestró y deportó al Presidente Jean Bertrand Aristide. EEUU instigó el golpe con el apoyo de Francia y Canadá.

Posteriormente, las unidades del FRAPH integraron la fuerza policial del país, que estaba bajo la supervisión de la MINUSTAH. En el caos político y social creado por el terremoto, la antigua milicia armada y los tonton-macoute jugarán un nuevo papel.

Agenda oculta

La misión tácita del Comando Sur de EEUU (SOUTHCOM) , con cuarteles en Miami e instalaciones militares por toda América Latina, es asegurar el mantenimiento de regímenes nacionales serviles, es decir, de gobiernos - títere de EEUU, comprometidos con el Consensus de Washington y con la agenda política neoliberal. Aunque el personal del ejército estadounidense se implicará activamente desde el principio en la ayuda de emergencia, esta renovada presencia militar estadounidense en Haití se utilizará para establecer un a firme presencia en el país así como para perseguir los objetivos geopolíticos y estratégicos de EEUU en la cuenca caribeña, en gran medida dirigidos contra Cuba y Venezuela.

El objetivo no tiene nada que ver con trabajar para rehabilitar el gobierno nacional, la presidencia, el parlamento, todo lo que ha quedado diezmado por el terremoto. Desde la caída de la dictadura de Duvalier, el designio de EEUU ha sido ir gradualmente desmantelando el Estado haitiano, restaurar los modelos coloniales y obstruir el funcionamiento de un gobierno democrático. En el contexto actual, el objetivo no sólo trata de liquidar al gobierno sino también cambiar el mandato de la MINUSTAH, cuyos cuarteles han quedado destruidos.

“El papel de ponerse al frente de los esfuerzos para la ayuda y gestionar la crisis cayeron rápidamente sobre EEUU, a falta –al menos en el corto plazo- de cualquier otra entidad capaz de hacerlo”. (“ US Takes Charge in Haiti With Troops, Rescue Aid ”, NYT imes.com, 14 de enero de 2009).

Antes del terremoto había allí, según fuentes del ejército estadounidense, alrededor de veinte efectivos de EEUU. De un día para otro ha sobrevenido un descarado incremento militar: 10.000 soldados, marines, fuerzas especiales, operativos de inteligencia, etc., por no mencionar las fuerzas mercenarias privadas contratadas por el Pentágono.

Es absolutamente probable que la operación humanitaria se utilice como pretexto y justificación para establecer una presencia militar estadounidense más permanente en Haití.

Estamos viendo un despliegue masivo, un “incremento” de personal militar dedicado a la ayuda de emergencia.

La primera misión del SOUTHCOM será asumir el control de lo que quede de la infraestructura de las comunicaciones, transporte y energía. El aeropuerto está ya de hecho bajo el control de EEUU. Con toda probabilidad, las actividades de la MINUSTAH que desde el principio, desde 2004, han servido a los intereses de la política exterior de EEUU, a saber, la misión de Naciones Unidas, se pondrá de facto bajo el control del ejército estadounidense.

La militarización de las organizaciones de ayuda de la sociedad civil

El ejército estadounidense en Haití trata de supervisar las actividades de las organizaciones humanitarias autorizadas. También parece estar invadiendo las actividades humanitarias de Venezuela y Cuba:

“El gobierno del Presidente René Préval es débil y está ahora literalmente inmerso en el caos más absoluto. Es probable que Cuba y Venezuela, que ya han intentado minimizar la influencia de EEUU en la región, aprovechen esta oportunidad para elevar su perfil y su influencia…” (James M. Roberts y Ray Walser: “ American Leadership Necessary to Assit Haití After Devastating Earthquake ”, Fundación Hermitage, 14 de enero de 2010).

En EEUU se instigó ya durante la crisis del Katrina la militarización de las operaciones de ayuda en situaciones de emergencia cuando se llamó al ejército estadounidense a desempeñar un papel principal.

El modelo de intervención de emergencia para el SOUTHCOM toma como modelo el papel del NORTHCOM, a quien se concedió un mandato como “agencia principal” en los procedimientos para situaciones de emergencia internas de EEUU.

En 2005, durante el huracán Rita, se establecieron unas bases detalladas para la “militarización de la ayuda de emergencia” que implicaba un papel dirigente para el NORTHCOM. A este respecto, Bush había insinuado acerca del papel central del ejército en la ayuda de emergencia: “¿Hay algún desastre natural –de una cierta gravedad- que permitiera que el Departamento de Defensa se convierta en la agencia principal para coordinar y dirigir los esfuerzos de respuesta? Es muy importante que el Congreso piense en ello”. (Declaración del Presidente Bush en una conferencia de prensa: “ Bush Urges Shift in Relief Responsabilities ”, Washington Post, 26 de septiembre de 2005).

“La respuesta al desastre nacional no se está coordinando por el gobierno civil fuera de Texas, sino desde un lugar remoto y de acuerdo con criterios militares. Los cuarteles del Comando Norte de EEUU controlarán directamente el movimiento del personal militar y armamento en el Golfo de Mexico. Pero en este caso, toda la operación está más bajo la jurisdicción del ejército que bajo la del FEMA ”. (Michel Chossudovsky, “ US Northern Command and Hurricane Rita ”, Global Research, 24 de septiembre de 2005).

CONCLUSIONES

· Haití es un país bajo ocupación militar desde que EEUU instigó el golpe de Estado de febrero de 2004.

· La entrada de diez mil soldados estadounidenses fuertemente armados, junto con las actividades de las milicias locales, podría precipitar al país al caos social.

· Esas fuerzas extranjeras han entrado en el país para reforzar a los “mantenedores de la paz” de la MINUSTAH y a las fuerzas policiales de Haití (integradas por ex tonton-macoute ), quienes, desde 2004, han sido responsables todos ellos de los crímenes de guerra perpetrados contra el pueblo haitiano, incluida la matanza indiscriminada de civiles .

· Esas tropas reforzarán a las actuales fuerzas ocupantes bajo mandato de Naciones Unidas.

· En el país habrá presentes 20.000 soldados extranjeros bajo el mando del SOUTHCOM y de la MINUSTAH. Es absolutamente probable que se produzca la integración o coordinación de las estructuras de m ando del SOUTHCOM y la MINUSTAH.

· El pueblo haitiano ha demostrado un alto grado de solidaridad, coraje y compromiso social, ayudándose unos a otros y actuando con conciencia: bajo condiciones muy difíciles, inmediatamente después del desastre, se formaron espontáneamente equipos de rescate formados por ciudadanos.

· La militarización de las operaciones de ayuda debilitará las capacidades organizativas de los haitianos para reconstruir y restaurar las instituciones del gobierno civil que han resultado destruidas. También impedirá los esfuerzos de los equipos médicos internacionales y de las organizaciones civiles de ayuda.

· Es absolutamente esencial que el pueblo haitiano siga oponiéndose contundentemente a la presencia de tropas extranjeras en su país, especialmente en las operaciones de seguridad pública.

· Es fundamental que los estadounidenses se opongan con todas sus fuerzas a la decisión de la administración Obama de enviar tropas de combate de EEUU a Haití.

· No puede haber verdadera reconstrucción o desarrollo bajo una ocupación militar extranjera.

Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=17000



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Chávez denuncia que EEUU aprovecha situación en Haití para ocupar el territorio


Fatima Fakih
Al-Manar
18/01/2010

El presidente venezolano, Hugo Chávez, denunció este domingo que Estados Unidos está aprovechándose de la situación tras el terremoto que azotó Haití el pasado martes, para ocupar la nación caribeña y tener el control del Gobierno y les recomendó enviar médicos y equipos de rescate "que bastante tienen".

"Estados Unidos se aprovecha de lo que dejó el terremoto para ocupar Haití", reclamó el mandatario en su programa "Aló, Presidente", luego de rechazar la presencia de más de miles de "marines" estadounidenses al país afectado "armados como si fuera una guerra".

Hizo un llamado a su homólogo, Barack Obama, para que mande a Haití hospitales de campaña y equipos médicos "en vez de tantos soldados armados".

"La prioridad es salvar vidas, no importa tanto el dinero, hay gente todavía atrapada bajo los escombros", exclamó el mandatario y llamó a los pueblos que prestan ayuda a Haití a que se debe vacunar e inmunizar a los damnificados ante el riesgo de un brote de enfermedades.

Asimismo, informó de la ayuda prestada por el Gobierno Ruso que envió dos aviones de gran capacidad de carga para que en conjunto con Venezuela, se envíe más insumos al pueblo afectado.

Maduró también anunció la partida de una nueva avanzada de soldados venezolanos que llevarán 14 toneladas de alimentos y medicinas a los haitianos.

Venezuela donará a Haití un carguero con 225 mil barriles de diesel y gasolina, para ser trasladados a la zona de desastre. Y "Que el pueblo de Haití sepa que vamos a enviarle lo que requiera de combustible. Ahí no podemos ser pichirres (egoístas) ni nada", señalo.

El primer buque carguero, que partirá de las costas venezolanas el lunes por la mañana, llegará a primera hora del miércoles a la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa).

"Estamos coordinando con el presidente dominicano (Leonel Fernández) quien puso a la orden el terminal allá", explicó Chávez.

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Haití, situación en el mapa


Joseba Macías
Gara

Haití, mito e identidad: primera república negra de los tiempos modernos. El país donde la negritud enseñó la dignidad de su propuesta. En el reverso, la antítesis del mundo real: «Los negros no pueden gobernarse por sus taras congénitas». Filosofía neocolonial que extiende su larga sombra hasta nuestros días

Primer apunte, I.- Haití. Muertos, muertos y muertos. Miles de muertos yaciendo en el suelo. Muertos escarbando la tierra, fertilizando la miseria. Dos siglos de obscenidad y dignidad deforestada. Y muertos. Veintitrés constituciones, cuarenta y dos jefes de Estado y un país fantasma con un ingreso promedio anual de 560 dólares por persona, es decir, 1,5 dólares diarios. Con miles de niños pobres entregados por sus padres como criados a las familias acomodadas. Un país sin agua donde se escuchaba el ruido del riego por aspersión en los clubs ecuestres o de golf en las faldas de los cerros. Haití. Del cardenal Richelieu a Nicolás Sarkozy. De Georges Washington a Barack Obama. De la esclavitud al neoliberalismo. De la deuda histórica a la «reconstrucción». De la salvación de Wall Street a la mala suerte de la pobreza «estructural» y el «fatalismo geográfico» como consuelo de conciencias. Hasta hace unas horas se seguían escuchando las voces de los niños sepultados entre los escombros de las escuelas.

II.- La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) modificó en las décadas de los ochenta y noventa del pasado siglo la agricultura haitiana. Propició el abandono de la producción de grano, lo que favoreció considerablemente los intereses de los agricultores norteamericanos mientras sumía al país en una dependencia total en la importación de alimentos. Muchos campesinos abandonaron sus tierras y se hacinaron en infraviviendas de núcleos urbanos como Puerto Príncipe en busca de un medio de vida. Chabolas-tumba. En 1970, Haití producía el 90% de los alimentos que consumía. Hoy importa más del 55%. Todos los servicios públicos están privatizados. Tras el terremoto Barack Obama, rodeado de su gabinete de guerra, ha anunciado el envío de 100 millones de dólares en ayuda humanitaria. ¿Propuesta desinteresada? Existe verdadero miedo a que un alto número de haitianos traten de llegar a Miami en los próximos meses. También a perder un punto geoestratégico en un área sumamente sensible. Por eso la «colaboración» incluye miles de soldados de la 82 División Aerotransportada del Ejército, el desplazamiento del portaviones nuclear «Carl Vinson», el destructor «Higgins», el crucero «Normandy» y la fragata «Underwood», las naves de asalto anfibio «Fort McHenry» y «Carter Hall», además de otros buques militares. Cerca de dos mil marines componen la flotilla. En rueda de prensa el secretario de Defensa, Robert Gates, acompañado del jefe del Estado Mayor Conjunto, el almirante Mike Mullen, acaba de señalar que está convencido de que la presencia militar de Estados Unidos en Haití será vista con «alivio» por la población y en ningún caso como una fuerza ocupante. Excusatio non petita, acussatio manifesta. ¿Han comenzado ya los disparos por la espalda a los hambrientos?

III.- Tierra de terremotos, también humanos. Como el largo y prolongado seísmo de sangre y fuego de nombre «saga Duvalier». Tres décadas de imperio y crímenes de estado a la sombra de los intereses económicos occidentales. Cuenta una leyenda popular, por ejemplo, que Papa Doc (François Duvalier) ordenó que la cabeza del capitán Philogènes, supuesto responsable de una frustrada revuelta, le fuera servida en bandeja. Un avión de la Fuerza Aérea voló con ella a palacio. Papa Doc interrogó la cabeza a solas y averiguó así otros planes sediciosos... Se vestía de traje y sombrero negro, símbolo de la muerte en el vudú. Decía que las balas no le podían matar y su cuerpo de choque, los Tonton Macoutes, gozaban de absoluta libertad para la ejecución de crímenes y torturas. En las última semanas, antes de que la tierra temblara, hay quien dice haber visto pasar su coche y su séquito fantasma de asesinos circulando en silencio y a toda velocidad por las oscuras calles periféricas de Puerto Príncipe.

IV.- Haití, mito e identidad: primera república negra de los tiempos modernos. El país donde la negritud enseñó la dignidad de su propuesta. En el reverso, la antítesis del mundo real: «Los negros no pueden gobernarse por sus taras congénitas». Filosofía neocolonial que extiende su larga sombra hasta nuestros días. Jean Bertrand Aristide como último ejemplo empírico. De «padrecito de los pobres» a máxima expresión de la corrupción institucional. «New York Times» y «Washington Post»: la confusión como arma de información. Eso sí, Aristide era negro y teólogo de la liberación, una combinación explosiva e imperdonable... Y un sospechoso cierre de campaña tras su obligada salida del país: seis años de «protección internacional», léase de ocupación estadounidense con la cobertura de Naciones Unidas y el mantenimiento de la tragedia cotidiana. En medio de un reducido y elitista parque automovilístico comenzaron a proliferar las gasolineras de primer mundo como forma de blanquear el dinero proveniente del narcotráfico. Surgieron centenares por todo el país. Ahora, el terremoto ha acabado con la mayoría de ellas.

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