miércoles, 6 de enero de 2010

EE.UU. y China: Uno pierde, el otro gana


06-01-2010
James Petras
Rebelión
Traducido por S. Seguí
Introducción

El capitalismo asiático, en particular el de China y Corea del Sur, está en competencia con EE.UU. por el poder mundial. El poder asiático global es impulsado por un crecimiento económico dinámico, mientras que EE.UU. aplica una estrategia de construcción del imperio por medios militares. Lectura de un número del Financial Times

Incluso una lectura superficial de un solo número de The Financial Times –el del 28 de diciembre de 2009– ilustra acerca de las divergentes estrategias de construcción del imperio. En la página uno, el artículo principal sobre EE.UU. trata de los conflictos militares en expansión y su "guerra contra el terror", bajo el título "Obama pide una revisión de la lista de organizaciones terroristas". En contraste, hay dos artículos, en la misma página uno, sobre China, en los que se informa de la inauguración en este país del tren de pasajeros más rápido del mundo y de su decisión de mantener su moneda vinculada al dólar de EE.UU. como un mecanismo para promover su dinámico sector de exportación. Mientras que Obama se centra en la creación de un cuarto frente de batalla (Yemen) en la "guerra contra el terror" (después de Irak, Afganistán y Pakistán), el Financial Times informa en la misma página de que un consorcio de Corea del Sur ha ganado un contrato de 20.400 millones dólares para el desarrollo de centrales nucleares para uso civil, en los Emiratos Árabes Unidos, superando a sus competidores de EE.UU. y Europa.
En la página dos del FT hay un artículo más largo sobre la nueva red de ferrocarriles china, destacando su superioridad sobre el servicio ferroviario de EE.UU. El ultramoderno tren de alta velocidad chino transporta a los pasajeros entre dos ciudades importantes, a 1.100 kilómetros de distancia, en menos de tres horas, mientras que el tren “Express” de la compañía Amtrack, de EE.UU. "tarda tres horas y media para cubrir los 300 kilómetros entre Boston y Nueva York.” Mientras el sistema ferroviario de pasajeros estadounidense se deteriora por la falta de inversión y mantenimiento, China gastó 17.000 millones de dólares en la construcción de su línea de alta velocidad. China planea la construcción de 18.000 kilómetros de nuevas vías de su ultramoderno sistema para el año 2012, mientras que EE.UU. gastará una suma equivalente en la financiación de su ofensiva militar en Afganistán y Pakistán, así como para abrir un nuevo frente bélico en el Yemen.
China construye un sistema de transporte que une a los productores y los mercados laborales de las provincias del interior con los centros de fabricación y puertos de la costa, mientras que en la página cuatro del FT se describe cómo EE.UU. sigue aferrado a su política de enfrentar la "amenaza islamista" en una “guerra sin fin contra el terror". La ocupación y las guerras contra los países musulmanes han desviado cientos de miles de millones de dólares de fondos públicos hacia una política militarista sin ningún beneficio para el país, a la vez que China moderniza su economía civil. Mientras que la Casa Blanca y el Congreso subvencionan y satisfacen al Estado militarista-colonial de Israel, con su insignificante base de recursos y mercado, alejándose de 1.500 millones de musulmanes (FT, pág. 7), el producto interno bruto (PIB) de China se multiplicó por diez en los últimos 26 años (FT, pág. 9). Mientras que EE.UU. asignó más de 1.400 millones de dólares a Wall Street y los militares, aumentando el déficit fiscal y de cuenta corriente, la duplicando del desempleo y perpetuando la recesión (FT, pág. 12), el gobierno chino lanza un paquete de estímulo dirigido a los sectores interiores de las manufacturas y la construcción que ha producido un crecimiento del 8% del PIB, una reducción significativa del desempleo y el "relanzamiento de las economías vinculadas” en Asia, América Latina y África (FT, pág. 12).
Mientras EE.UU. malgastaba su tiempo, recursos y personal en la organización de "elecciones" para sus corruptos estados satélites de Afganistán e Irak, y participaba en las inútiles mediaciones inútiles entre su intransigente socio israelí y su impotente cliente palestino, el gobierno de Corea del Sur apoyó un consorcio liderado por la Korea Electric Power Corporation en su exitosa puja de 20.400 millones de dólares para la instalación de la central nuclear, abriendo con ello el camino a otros contratos multimillonarios en la región (FT, pág. 13).
Mientras EE.UU. gastaba más de 60.000 millones de dólares en vigilancia interna y multiplicación del número y el tamaño de sus organismos internos de seguridad en busca de potenciales terroristas, China invertía más de 25.000 millones de dólares en consolidar sus intercambios energéticos con Rusia ( FT, pág. 3).
Lo que nos relatan los artículos y noticias de una sola en la edición de un solo día del Financial Times refleja una realidad más profunda que ilustra la gran división en el mundo de hoy. Los países de Asia, encabezados por China, están alcanzando el estatus de potencias mundiales, a base de grandes inversiones nacionales y extranjeras en la industria manufacturera, el transporte, la tecnología, y la minería y el procesamiento de minerales. En contraste, EE.UU. es una potencia mundial en declive, con un deterioro de la sociedad resultado de su construcción del imperio por medios militares y de su economía financiera especulativa:
1. Washington busca clientes militares de menor importancia militar en Asia, mientras que China amplía sus acuerdos comerciales y de inversión con importantes socios económicos: Rusia, Japón, Corea del Sur y otros.
2. Washington drena su economía nacional para financiar las guerras en el extranjero. China extrae minerales y recursos energéticos para fomentar su mercado interior de trabajo en la industria.
3. EE.UU. invierte en tecnología militar para luchar contra insurgentes locales que se enfrentan a los Estados satélites EE.UU.; China invierte en tecnología civil para crear exportaciones competitivas.
4. China comienza a reestructurar su economía para desarrollar el interior del país, y asigna un gasto social mayor a la corrección de sus grandes desequilibrios y las desigualdades, mientras que EE.UU. rescata y refuerza el sector financiero parasitario, que saqueó la industria (reduciendo sus activos por medio de fusiones y adquisiciones), y especula sobre objetivos financieros sin impacto sobre el empleo, la productividad o la competitividad.
5. EE.UU. multiplica las guerras y la acumulación de tropas en Oriente Medio, Asia Meridional, Cuerno de África y Caribe; China ofrece inversiones y préstamos de 25.000 millones de dólares para la construcción de infraestructuras, la extracción de minerales, la producción de energía y la construcción de plantas de montaje en África.
6. China firma acuerdos comerciales de miles de millones de dólares Irán, Venezuela, Brasil, Argentina, Chile, Perú y Bolivia, con lo que se asegura el acceso a la energía estratégica y los recursos minerales y agrícolas; Washington proporciona 6.000 millones de dólares en ayuda militar a Colombia, consigue del presidente Uribe que les ceda siete bases militares (para amenazar a Venezuela), apoya un golpe militar en la pequeña Honduras, y denuncia a Brasil y Bolivia por diversificar sus vínculos económicos con Irán.
7. China aumenta las relaciones económicas con las dinámicas economías de América Latina que representan más del 80% de la población del continente; EE.UU. se asocia con el Estado fallido de México, que tiene el peor desempeño económico del hemisferio y en el que poderosos cárteles de la droga controlan amplias regiones y han penetrado profundamente en el aparato estatal. Conclusión
China no es un país capitalista de excepción. Bajo el capitalismo chino, se produce la explotación del trabajo, las desigualdades de riqueza y acceso a los servicios abundan, los pequeños agricultores se ven desplazados por megaproyectos de embalses, y las empresas chinas extraen minerales y otros recursos naturales en el Tercer Mundo sin demasiadas contemplaciones. Sin embargo, China ha creado decenas de millones de empleos en la industria, y ha reducido la pobreza con más rapidez y para más personas en el lapso más breve de la historia. Sus bancos financian sobre todo la producción. China no bombardea, no invade ni saquea otros países. En contraste, el capitalismo de EE.UU. se halla enfeudado a una monstruosa máquina militar mundial que drena su economía nacional y reduce los niveles de vida del país para financiar sus interminables guerras en el extranjero. El capital financiero, inmobiliario y comercial socava el sector manufacturero, y obtiene sus beneficios de la especulación y las importaciones baratas.
China invierte en países ricos en petróleo; EE.UU. los ataca. China vende bandejas y tazones para los banquetes de boda afganos; EE.UU. bombardea las celebraciones con sus aviones teledirigidos. China invierte en industrias extractivas, pero, a diferencia de los colonos europeos, construye ferrocarriles, puertos, aeropuertos y proporciona crédito accesible. China no financia ni arma guerras étnicas, ni organiza “revoluciones de colores” como la CIA estadounidense. China autofinancia su propio crecimiento, su comercio y su sistema de transporte; mientras, EE.UU. se hunde bajo una deuda de varios billones de dólares para financiar sus guerras sin fin, rescatar sus bancos de Wall Street y apuntalar otros sectores no productivos, mientras que muchos millones de personas permanecen sin empleo.
China crecerá y ejercerá poder a través del mercado, EE.UU. entrará en guerras sin fin en su camino a la bancarrota y la descomposición interna. El crecimiento diversificado de China está relacionado con interlocutores económicos dinámicos; el militarismo de EE.UU. se ha vinculado a narco-estados, regímenes dirigidos por señores de la guerra, supervisores de repúblicas bananeras, y al último y peor régimen racista y colonial declarado: Israel.
China atrae a los consumidores del mundo; las guerras globales de EE.UU. producen terroristas en el interior del país y en el extranjero.
China podrá hallarse ante crisis e incluso ante rebeliones de los trabajadores, pero tiene los recursos económicos para darles solución. EE.UU. está en crisis y puede enfrentarse a una rebelión interna, pero ha agotado su crédito y sus fábricas están en el extranjero, mientras que sus bases e instalaciones militares representan pasivos, no activos. Hay menos fábricas en EE.UU. que vuelvan a contratar a sus trabajadores desesperados: un levantamiento social podía mostrar a los trabajadores estadounidenses ocupando los esqueletos vacíos de sus antiguas fábricas.
Para convertirnos en un Estado "normal" tenemos que empezar desde el principio: cerrar todos los bancos de inversión y las bases militares en el extranjero, y regresar a América. Tenemos que comenzar la larga marcha hacia la reconstrucción de una industria al servicio de nuestras necesidades nacionales, a vivir dentro de nuestro propio entorno natural, y a abandonar la construcción del imperio en favor de la construcción de una república socialista democrática.
¿Cuándo vamos a tomar el Financial Times, o cualquier otro diario, y leer acerca de nuestra propia línea de alta velocidad que transporte pasajeros estadounidense de Nueva York a Boston en menos de una hora? ¿Cuándo van nuestras propias fábricas a suministrar nuestras tiendas de ferretería? ¿Cuándo vamos a construir generadores de energía eólica, solar y oceánica? ¿Cuándo vamos a abandonar nuestras bases militares, y vamos a permitir que los señores de la guerra los traficantes de drogas y los terroristas hagan frente a la justicia de su propia gente?
¿Llegaremos a leer acerca de todo esto en el Financial Times?
En China, todo comenzó con una revolución...
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El escritor estadounidense James Petras es profesor emérito ¡de Sociología en la Binghamton University, State University of New York.
S. Seguí es miembro de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística.

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Falleció en Irán Ayatollah Safi Golpaygani


Al-Manar
05/01/2010

Miles de iraníes despidieron el martes al Ayatollah Sheij Ali Safi Golpaygani, que falleció el domingo a la edad de 99 años. Después del funeral, él fue enterrado en su ciudad natal de Golpaygan, en la provincia de Isfahan, al sur de la capital, Teherán, como él mismo había determinado. Su Eminencia había estado sufriendo enfermedades causadas por su avanzada edad y falleció en un hospital en su país.

El Ayatollah Golpaygani era el hermano del conocido Gran Ayatollah Sheij Lutfullah Safi Golpaygani.
Él fue alumno de grandes figuras religiosas, incluyendo el fallecido Ayatollah Hussein Buruyerdi y el fallecido Ayatollah Mohammad Tagui Bahyat.

El Líder Supremo Ayatollah Sayyed Ali Jamenei, el presidente del Parlamento Ali Lariyani y el jefe de la Organización de Propagación Islámica Hoyyatoleslam Mahdi Jamushi así como la Sociedad de Profesores del Seminario de Qom han emitido declaraciones separadas ofreciendo sus condolencias por la muerte del Ayatollah Golpaygani.

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Israel: El canciller Avigdor Lieberman dice que no es realista lograr la paz con palestinos en dos años


5 de enero de 2010

El comentario del ministro israelí del Exterior, Avigdor Lieberman, cayó como un balde de agua fría sobre un supuesto plazo de dos años para que su país y los palestinos logren la paz, diciendo que esa meta no es realista.

"No es posible lograr un acuerdo completo en dos años, esta no es una meta realista. Necesitamos empezar conversaciones directas sin comprometer ningún plazo", informó el periódico Ha'aretz citando la declaración de Lieberman durante su reunión con Tony Blair, enviado del Cuarteto para Medio Oriente de la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia.
Los comentarios surgieron luego de que la prensa egipcia señaló que el gobierno del presidente de EEUU Barack Obama estaba por presentar un plan que buscaría el compromiso del Estado judío para el establecimiento de un Estado palestino en dos años luego del reinicio de las conversaciones de paz con la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
El proceso de paz israelí-palestino se atascó desde que Israel lanzó una operación militar masiva en contra del movimiento palestino Hamas en la Franja de Gaza a finales del 2008. Dos de los asuntos fundamentales, los asentamientos y Jerusalén Oriental, se han convertido en los principales obstáculos para la reanudación del estancado proceso.
En semanas recientes, El Cairo ha intensificado sus esfuerzos de mediación en el conflicto israelí-palestino, a través de los cuales el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el presidente de la ANP Mahmoud Abbas sostuvieron conversaciones con el presidente egipcio Hosni Mubarak por separado la semana pasada y hoy.
Funcionarios egipcios también esperan visitar Washington antes del viaje programado del enviado especial de EEUU, George Mitchell, a esta región de Medio Oriente a finales de enero.

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Bolivia será el único país del mundo que elegirá por voto a las autoridades judiciales


5 de enero de 2010

El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, anunció que Bolivia será el único país en el mundo que elegirá por voto a sus jueces y magistrados con el afán de mejorar el sistema judicial en la nación andina.

"La Constitución Política del Estado (CPE) establece una revolución del sistema judicial para los cual los encargados de la administración de justicia a niveles jerárquicos serán escogidos con el voto del pueblo por primera vez en Bolivia y el mundo", señaló.

De momento, el Gobierno del presidente Evo Morales decidió designar a las autoridades judiciales por un año y de manera interina, mediante una Ley transitoria que será la primera norma a ser aprobada por la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional, que será instalada el 22 de enero.

La Carta Magna, explicó el vicepresidente boliviano, establece que se debe elegir a las autoridades de los órganos supremos de la justicia.

"Evidentemente habrá una preselección congresal, pero la decisión definitiva, como la primera experiencia en el mundo, la tiene el pueblo", agregó García.

La autoridad mencionó que a la vez se requiere una transformación del propio comportamiento de los funcionarios de justicia del país para hacerla más asequible, rápida, eficiente y protectora del ciudadano.

Aseguró que la CPE establece también la construcción de una estructura jurídica plural, es decir, articular dos regímenes normativos que son el formal, que será aplicado en el área urbana, y la justicia comunitaria, que se desarrolla en el campo.

Los supremos y tribunos serán elegidos mediante el voto universal que es parte de las transformaciones importantes que se implementará a través de las leyes y de cara al cambio que lleva adelante el partido de gobierno.

"Esta nueva forma de designación única en el mundo será implementada con cautela y con un riguroso cuidado", expresó el vicepresidente de Bolivia.

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Zapatero dobla el gasto en misiones en el exterior, que en 2010 llegará a 800 millones


El Gobierno lleva invertidos en la guerra de Afganistán 1.550 millones y multiplica por tres el número de soldados en la zona

Martes.5 de enero de 2010

Las misiones, en cifras
365 millones ha costado el último año el contingente español en Afganistán y para este se verá aumentado en un 50 por ciento a petición de Obama 57 millones fueron para la Operación Atalanta de lucha contra la piratería. La formación de policías somalíes elevará la factura 40 millones costó la operación en Bosnia durante el último ejercicio. En principio, durante 2010 debe terminar una misión que ha durado 18 años 165,5 millones de euros supuso para las arcas del Estado mantener a los 1.100 militares destinados en la misión de la ONU en El Líbano por iniciativa de Zapatero.
Cosas que se nos ocurre que se podría hacer con ese dinero
ÁNGEL COLLADO MADRID
El año que empieza marcará un hito en la política exterior del Gobierno de Zapatero. Después de llegar al poder como adalid del pacifismo en 2004 y estrenarse en el cargo con la orden inmediata, y sin consultar a los aliados, de retirar las tropas españolas de la guerra de Irak, el jefe del Ejecutivo alcanzará el ecuador de su segundo mandato multiplicando por tres la presencia de nuestras Fuerzas Armadas en la guerra de Afganistán y duplicando el gasto en el conjunto de misiones en el exterior que desempeñaba España el último año del gobierno de Aznar. De los 380 millones invertidos hace seis años, pasamos en 2009 a 713 y para este ejercicio la cifra alcanzará o puede superar los 800, según evolucionen los conflictos.
Las variables fijas que amenazan con disparar el gasto son: el aumento comprometido ya, a requerimiento de Barack Obama, de un 50 por ciento de las fuerzas desplegadas en Afganistán; el incremento de otro 20 o 25 por ciento de los militares destinados en El Líbano -donde Zapatero aspira a adquirir más protagonismo con el contingente de la ONU mandado por un general español en frontera árabe-israelí-, y el coste añadido de la «Operación Atalanta» contra la piratería en aguas del Océano Indico que supondrá la decisión del Gobierno de enviar unidades militares y de la Guardia Civil a formar fuerzas de seguridad en Somalia, aunque sea un «Estado fallido».
En ese panorama de escalada de gastos, el único alivio económico con respecto al último ejercicio viene dado por el fin de la misión en Kosovo, de donde salieron este otoño los últimos militares españoles. En 2009 la operación todavía costó 65 millones de euros y, después de 10 años de presencia, el Estado se dejó en la hoy autoproclamada república independiente un total de 852 millones.
Pero donde el Gobierno hace el mayor esfuerzo militar y económico es en Afganistán. A partir de julio de 2004, Zapatero tuvo que compensar la salida de Irak con el envío a Afganistán de continuos refuerzos, el último hace dos meses. La factura total se eleva hasta los 1.550 millones de euros en los 8 años de presencia española en el país asiático. La misión de nuestras Fuerzas Armadas en Irak después de la guerra había costado 94 millones.
El objetivo en Afganistán sigue siendo combatir a los talibanes en sus bases y poner en pie un Estado que se haga cargo de la seguridad de la población y, al tiempo, evite que en su territorio se preparen los ataques del terrorismo islamista sobre occidente.
Sólo en el último año, el gasto en Afganistán fue de 365 millones, según los datos aportados por la ministra de Defensa, Carme Chacón, en la Comisión de Defensa del Congreso al hacer balance en diciembre pasado. Es la mitad de la suma total invertida en las distintas misiones en el exterior y a esa cifra se añaden los 210 millones de euros aportados para la Conferencia de Donantes como aportación civil para el sostenimiento y estabilización del Estado que gobierna Karzai.
La misión favorita
La misión favorita de Zapatero es la de ONU en El Líbano, a la que se presentó de los primeros y a la que contribuyó hace tres años como primera potencia: 1.100 militares. Es una clara misión de interposición de la paz entre bandos y se corresponde con su imagen más pacifista. De hecho, el jefe del Ejecutivo visita al contingente español sin problemas una vez al año -la última en octubre pasado-, mientras que por el Afganistán en guerra no pisa desde diciembre de 2005, cuando estuvo acompañado por su primer ministro de Defensa, José Bono. La contribución española a la Fuerza Interina de la ONU en El Líbano suma ya un gasto para las arcas públicas de 618 millones de euros. La Operación Atalanta de lucha contra la piratería en aguas del Índico ha costado ya 57 millones de euros en menos de un año de vigencia y para el ejercicio que empieza el Gobierno español propone entrenar a unos dos mil soldados somalíes para que puedan trabajar desde tierra en la prevención de la delincuencia, e incluso «sirvan para crear un embrión de seguridad naval somalí». Bosnia, con un gasto de 40 millones, es ya una misión menor pero que lleva acumulados unos gastos de 1.860 millones en sus 18 años de existencia.

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