jueves, 28 de enero de 2010

Oslo y el fin de la independencia palestina


29-01-2010
Joseph Massad
Al Ahram Weekly
Traducido para Rebelión por Loles Oliván

El Acuerdo de Oslo no sólo marcó el inicio de una nueva era en las relaciones palestino-israelíes sino que ha tenido un efecto mucho más duradero al transformar el propio lenguaje a través del cual dichas relaciones se rigen a nivel internacional y la forma en que la dirección palestina las percibe.

El vocabulario palestino relativo a la liberación, el fin del colonialismo, la resistencia, la lucha contra el racismo, el fin de la violencia israelí y el robo de la tierra, la independencia, el derecho al retorno, la justicia y el derecho internacional, no solo fue sustituido por nuevos términos como negociaciones, acuerdos, compromiso, pragmatismo, garantías de seguridad, moderación y reconocimiento, todos los cuales habían formado y siguen formando parte del vocabulario de Israel antes de Oslo, sino que Oslo se instituyó a sí mismo como el lenguaje de la paz que, ipso facto, deslegitima cualquier intento de oposición como de apoyo a la guerra, y destituye a todos los que se oponen a la renuncia de los derechos palestinos como enemigos de la paz. Convertir el lenguaje de la rendición de los derechos en el lenguaje de la paz también ha sido parte de la estrategia de Israel antes y después de Oslo, y es también el lenguaje del poder imperial de EE.UU., en el que árabes y musulmanes fueron instruidos por el presidente Barack Obama en su discurso de El Cairo el pasado junio. Así, la transformación que Oslo produjo no fue únicamente una transformación del lenguaje como tal, sino también del lenguaje palestino y de la perspectiva a través de la cual la dirección palestina entendía la naturaleza de las relaciones palestino-israelíes; ello institucionalizó, por contra, la perspectiva israelí y su vocabulario como neutral y objetiva. Lo que Oslo se propuso llevar a cabo, por tanto, fue cambiar el objetivo mismo de la política palestina de independencia nacional frente al colonialismo y la ocupación israelíes por otro en el que los palestinos dependieran completamente para su supervivencia política y nacional de Israel y de sus socios en beneficio de la paz y la seguridad de sus ocupantes.

La fórmula de “territorios por paz”

La fórmula transformadora clave de los Acuerdos de Oslo consagrada en la Declaración de Principios del 13 de septiembre de 1993 es “territorios por paz”. Esta fórmula, que va en detrimento de los derechos palestinos reconocidos internacionalmente, sigue siendo el enfoque que guía y delimita todos los acuerdos —y desacuerdos— posteriores entre la Autoridad Palestina (AP) y los sucesivos gobiernos israelíes. Dicha fórmula, por sí sola, perjudica todo el proceso al presuponer que Israel tiene “territorios” que estaría dispuesto a conceder a los “árabes”, y que los árabes —considerados como responsables del estado de guerra con Israel— pueden garantizar a Israel la paz que ha anhelado durante decenios. Hacer responsables de las guerras árabe-israelíes a los “árabes” es una norma que nunca se cuestiona, ni en los medios de comunicación ni en los gobiernos occidentales. La concesión de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), sin embrago, ha asegurado al final que los responsables palestinos y otros responsables árabes tampoco lo cuestionen. A pesar de la apariencia superficial de un compromiso político, esta fórmula es de hecho un reflejo de los puntos de vista raciales que caracterizan a los israelíes (judíos europeos) y a los palestinos y árabes. Mientras que a los israelíes se les pide que estén y (son presentados ostensiblemente como) dispuestos a negociar sobre la propiedad, el reconocido derecho burgués (occidental) por excelencia, a los palestinos y a los árabes se les pide que renuncien a la violencia —o más precisamente a “sus” formas violentas— ilegítima y atribuible solo a bárbaros incivilizados. El hecho de que los palestinos ya hubieran renunciado a su legítimo derecho sobre el 77% de Palestina y de que estuvieran negociando su soberanía futura sobre un mero 22% de su patria no daba derecho a una fórmula de “tierra por tierra” en la que basar el “proceso de paz”. De hecho, la fórmula objetiva para cualquier negociación sería la de "territorios por paz" mediante la cual son los palestinos los que están renunciando a los derechos sobre su patria histórica a cambio de poner fin a la opresión israelí —y a la violencia colonial— contra su pueblo.

Dividir al pueblo palestino

La OLP, Israel y los medios occidentales airearon los Acuerdos de Oslo como de “reconocimiento mutuo”. Ello, sin embargo, se contradice con las propias palabras pronunciadas por ambas partes y con las acciones que se llevaron a cabo basadas en tales palabras. Mientras que la OLP (que escribió la primera carta) reconocía "el derecho del Estado de Israel a existir en paz y seguridad", el gobierno israelí, "en respuesta" a la carta de Yasser Arafat, "ha decidido reconocer a la OLP como el representante del pueblo palestino e iniciar negociaciones con la OLP dentro del proceso de paz en Oriente Próximo”. Pero ello no significa reconocimiento mutuo puesto que los israelíes no reconocieron el derecho del pueblo palestino a existir en un Estado propio en paz y seguridad tal y como la OLP había reconocido a Israel. Si la OLP hubiera reconocido al gobierno de Rabin como el representante del pueblo de Israel, sin reconocer necesariamente ningún “derecho” al Estado de Israel a existir en paz y en seguridad, entonces el reconocimiento de la OLP habría estado a la par del de Israel. El acuerdo actual, por tanto, no significó el reconocimiento mutuo; antes al contrario, significó la legitimación del Estado judío por parte del mismo pueblo contra el que se habían ejercido —y se siguen ejerciendo— las políticas racistas y colonialistas, y con la que Israel no se comprometió a nada sustancialmente nuevo. Reconocer a la OLP como el representante de los palestinos (algo que la mayor parte del mundo —salvo EE.UU.— había hecho desde mediados de los 70) no comprometía a Israel a ninguna concesión al pueblo palestino. Únicamente comprometió a Israel a un escenario en el que como el gobierno israelí se inclinó a hablar de “representantes” de los palestinos, hablaría con la OLP, en tanto que parte ahora reconocida como representante, mientras que antes no lo era. Esto es por lo que los sucesivos gobiernos israelíes y dirigentes han vacilado en conceder a los palestinos el establecimiento de un Estado independiente y se refieren siempre a Oslo y a los acuerdos subsiguientes en los que no se hace mención de tal promesa.

Habiendo exigido un singular reconocimiento a su legitimidad por parte de sus víctimas, los israelíes avanzaron mediante el mecanismo del proceso de paz de Oslo para dividir a los palestinos en diferentes grupos, la mayoría de los cuales fueron expulsados del proceso de paz. Al transformar a la OLP, que representaba a todos los palestinos de la diáspora, de Israel y de los territorios ocupados, incluida Jerusalén Oriental, en la AP que únicamente podía aspirar a representar a los palestinos de Cisjordania y Gaza (que integran un tercio del pueblo palestino), los Acuerdos de Oslo fraguaron una importante reducción demográfica del pueblo palestino, dividiéndolo por tres mientras lograban una gran expansión demográfica de la población judía de Israel multiplicándola por tres. La parte insidiosa de este proceso es cómo la AP, consciente de esta transformación, sigue hablando del “pueblo palestino” que ha quedado reducido mediante los Acuerdos de Oslo a los palestinos de Cisjordania y Gaza a los que ahora dice representar. Los palestinos de la diáspora son mencionados simplemente, de acuerdo con la retórica estadounidense e israelí, como “refugiados” y los palestinos israelíes, según el diktat de Israel, como “árabes israelíes”. Con ello, no solo ha quedado substancialmente reducido el alcance de la dirección palestina y su estatuto como representante del pueblo palestino en su conjunto sino que el propio pueblo palestino ha quedado significativamente mermado demográficamente por la apropiación que de la designación “pueblo palestino” ha hecho la AP para referirse a un mero tercio de los palestinos.

Legitimar a Israel como Estado “judío”

Al mismo tiempo, el proceso de Oslo que produjo acuerdos fantasmas como los Acuerdos de Ginebra, entre otros, ha impulsado la afirmación israelí de que los palestinos deben reconocer el derecho de Israel a existir no solo en paz y seguridad sino como Estado judío, lo que significa [hacerlo] como Estado que es racista por ley y que discrimina por ley y por gobierno a los ciudadanos no judíos y que abarca no solo a sus ciudadanos judíos sino a los judíos de todo el mundo. Esto es algo que fue impulsado por las Administraciones de Clinton, Bush y, más recientemente, de Obama. De hecho, Obama no pierde oportunidad para reiterar el compromiso de su Administración para forzar a los palestinos a que reconozcan el derecho de Israel a ser un “Estado judío”. Mientras Israel no tiene legitimidad —y ningún organismo internacional se la reconoce— como “representante” de los judíos del mundo sino como el Estado del pueblo de Israel, que son sus ciudadanos, a la OLP y a la AP se les reclama que reconozcan la jurisdicción de Israel sobre todo el mundo judío. El estatuto de la OLP internacionalmente reconocido como representante del pueblo palestino ha sido reducido a un tercio de los palestinos desde Oslo, en tanto que el estatuto de representatividad del gobierno de Israel se ha triplicado tal y como reconocieron los representantes no oficiales de la AP en Ginebra. Benjamin Netanyahu insiste en que no se producirá ningún avance en el denominado proceso de paz a menos que los palestinos reconozcan oficialmente el derecho de Israel a ser un Estado racista. El presidente Obama ha solicitado igualmente a todos los árabes que ratifiquen tal reconocimiento formalmente. Ello se ha hecho a pesar de que la mayoría de los judíos que viven fuera de Israel no son ciudadanos israelíes y de que ningún organismo que los represente haya dado poderes de representación en su nombre al Estado de Israel.

La división y reducción demográfica del pueblo palestino se ha producido a la vez que la reducción territorial de Palestina, o de parte de ella, sobre la que Israel está dispuesto a negociar tras replegar su ejército de ocupación colonialista alrededor. Aparte de la extirpación de la ilegalmente expandida, ocupada y colonizada Jerusalén Oriental (en la actualidad expandida demasiadas veces por encima de su tamaño a expensas de las tierras de Cisjordania) de los territorios sobre los que Israel negociaría su repliegue, la propia Cisjordania ha quedado subdividida en cantones que excluyen los asentamientos coloniales judíos y las autovías para uso exclusivo de los judíos que los conectan, así como se han impuesto reservas naturales, bases militares y áreas cerradas. Pero eso no es todo: Israel ha construido asimismo el muro del apartheid dentro de territorio palestino usurpando de hecho otro 10% de Cisjordania de la mesa de negociaciones y de su repliegue militar.

Las cinco nuevas clases palestinas

Otra de las más importantes medidas que tomaron los arquitectos israelíes y palestinos de los Acuerdos de Oslo para asegurar la supervivencia estructural del “proceso de paz” de Oslo fue la creación de estructuras, instituciones y clases que quedarían directamente vinculadas con aquél y que podrían sobrevivir al colapso de los propios Acuerdos de Oslo preservando el “proceso” que el acuerdo generó. Esta garantía ha quedado consagrada por ley y confirmada por la financiación internacional que predica la continuación del “proceso de Oslo” siempre y cuando éste siga sirviendo a los intereses de Israel y de EE.UU. así como a los intereses de la corrupta élite palestina que consistió en ello. Las cinco clases principales que los arquitectos de Oslo crearon para asegurar que el “proceso” sobreviva son: una clase política, dividida entre aquellos elegidos para servir al proceso de Oslo, bien sea en el Consejo Legislativo Palestino o en la rama ejecutiva (en esencia, la posición del presidente de la AP), y aquellos designados para servir a los que han sido elegidos, ya sea en los ministerios o en la oficina presidencial; una clase policial, que suman decenas de miles de personas cuya función es defender el proceso de Oslo contra todos los palestinos que traten de debilitarlo. Está dividida en un número de cuerpos de seguridad e inteligencia que compiten entre sí, todos para demostrar que son los más expertos para neutralizar cualquier amenaza al proceso de Oslo. Bajo la autoridad de Arafat, miembros de esta clase inauguraron sus servicios disparando y matando a catorce palestinos a los que consideraron enemigos del “proceso” en Gaza en 1994 —un logro con el que se ganaron el respeto inicial de estadounidenses e israelíes, quienes insistían en que la clase policial debía utilizar más represión para ser más eficaz. Su actuación el pasado verano en Yenín matando a miembros de Hamas y a transeúntes no afiliados para impresionar al presidente Obama que había solicitado de la dirección palestina que mantuviera su parte del acuerdo de seguridad, constituye el ejemplo más reciente de esta función. Asimismo, una clase burocrática asociada a la clase política y a la clase policial que constituye un cuerpo administrativo de decenas de miles de miembros que ejecutan órdenes de los elegidos y de los designados para servir al “proceso”; la clase de las ONG: otra clase burocrática y técnica cuyas finanzas dependen de su servicio al proceso de Oslo y de asegurar su éxito mediante la planificación y los servicios; y una clase empresarial compuesta de empresarios palestinos expatriados y locales —incluidos miembros especiales de las clases política, policial y burocrática— cuyos ingresos se derivan de la inversión financiera en el proceso de Oslo y de lucrativos acuerdos que la AP puede hacer posible. Mientras que la clase de las ONG en su mayoría no recibe dinero de la AP ya que es la beneficiaria de la generosidad financiera gubernamental y no gubernamental extranjera que está estructuralmente conectada con el proceso de Oslo, las clases política, policial y burocrática reciben todos sus ingresos legales e ilegales de la AP directamente.

Al vincular los medios de subsistencia de cientos de miles de palestinos al proceso de Oslo, los arquitectos le otorgaron un papel crucial para su supervivencia incluso y especialmente si no producía ningún resultado político. Para la elite palestina que se hizo cargo de la AP, la tarea principal era garantizar que el proceso de Oslo continúe y que la élite siga controlando todas las instituciones que garantizan la supervivencia del "proceso". Lo que la élite no anticipó es que pudiera perder el control de Hamas, un opositor público al proceso de Oslo que de acuerdo con las expectativas había boicoteado las elecciones controladas por Fatah. Las elecciones de 2006, que Fatah confiaba en ganar, supusieron un terremoto que pudo destruir todas esas garantías estructurales y con ello el “proceso” para cuya protección estaban diseñadas. De ahí el pánico de los estadounidenses que ingeniaron un golpe con la ayuda de Israel y de la seguridad de la AP bajo control de Mohamed Dahlan para derrocar al gobierno de Hamas, y que incluyó el secuestro de sus miembros en el Parlamento, de ministros del gobierno y de políticos que fueron mantenidos como rehenes en cárceles de Israel y, finalmente, protagonizar una violenta toma de Gaza, que resultó contraproducente. Todos los intentos desde el fracasado golpe de EEUU en Gaza se han centrado en perpetuar el proceso de paz a través del mantenimiento de sus estructuras bajo el control de la AP y fuera del democráticamente elegido Hamas.

Destruir la democracia palestina

De hecho, la destrucción de la democracia palestina era un precio que había que pagar, insistieron los israelíes y los estadounidenses, impulsados por los esfuerzos militares del Teniente General Keith Dayton. Esta situación se hizo posible gracias a la estrategia de financiación de EE.UU., Israel y los Estados árabes productores de petróleo de la lucha palestina. La historia del movimiento nacional palestino sólo puede ser contada a través de los medios en que distintos gobiernos árabes y no árabes han tratado de controlarla. Mientras que la OLP se estableció y estuvo controlada principalmente por el régimen de Gamal Abdel Naser, la derrota de 1967 debilitó el acuerdo conduciendo a la toma de poder por parte de los guerrilleros revolucionarios de la organización en 1969. Con Fatah y la guerrilla izquierdista palestina a la cabeza, el potencial revolucionario de la OLP constituía tal amenaza que precipitó una guerra total en Jordania en 1970, una situación que los poderosos y represivos regímenes árabes no querían ver repetida. Fue en este contexto en el que el dinero del petróleo árabe (de Arabia Saudí, Kuwait, Libia, de Emiratos Árabes Unidos e Iraq), empezó a verterse en las arcas de la OLP principalmente para asegurar que no se fomentaría un cambio revolucionario en los países árabes y, en la medida en que no se comprometiesen los intereses de los regímenes árabes, sus armas sólo debían ser dirigidas contra Israel. La guerra civil libanesa y el papel de la OLP en ella en la segunda mitad de la década de 1970 seguía siendo un problema pero, en lo que a ellos respectaba, era un problema que los regímenes árabes fueron capaces de contener.

Con el inicio de la década de 1980 y la derrota militar de la OLP en 1982 en Beirut, los fondos árabes de la OLP ya no quedaron condicionados únicamente a que no se opusieran las armas contra ellos sino a que la organización tampoco tuviera como objetivo a Israel. Las diversas tentativas de acuerdos entre la OLP y el rey Husein a mediados de la década de 1980 formaban parte de ese plan. Con el mantenimiento de la negativa de Israel y de EE.UU. a negociar con la OLP a pesar del cambio producido en su política y en su ideología, la situación se mantuvo congelada hasta que el primer levantamiento palestino en 1987dió a la OLP la oportunidad de negociación para deponer las armas contra Israel. La formalización de esta transformación tuvo lugar en Argel en 1988 y posteriormente en la Conferencia de Paz de Madrid en 1991.

La AP contra el pueblo palestino

Como la financiación de petróleo se secó después de la Guerra del Golfo de 1990-91, la OLP necesitó nuevos donantes. La entrada de EE.UU. y de sus aliados incluye como condición no sólo los Acuerdos de Oslo, sino también que la recién creada y controlada por Fatah AP esté efectivamente armada pero que sus armas tengan un nuevo objetivo: el propio pueblo palestino. La AP accedió y continuó recibiendo su financiación hasta la segunda Intifada, cuando, en contra de su raison d'être, algunos miembros de sus fuerzas de seguridad se enfrentaron con los israelíes en un tiroteo cuando los israelíes atacaban a los palestinos. La financiación fue detenida de manera intermitente, Arafat fue puesto bajo arresto domiciliario, y los israelíes volvieron a invadir. La reanudación de la financiación constante ha continuado tras la muerte de Arafat a condición de que Mahmud Abbas siga “seriamente” apuntando sus armas en Palestina contra los propios palestinos, lo que los aparatos de seguridad y los matones de la AP han cumplido. Sin embargo, no han sido todo lo eficaces que EE.UU. e Israel hubieran deseado, y es por ello que el general Dayton ha asumido el control total de la situación militar sobre el terreno con el fin de “ayudar” a los palestinos a cumplir su parte del acuerdo de paz con Israel.

Hay que tener en cuentan que durante los últimos 16 años los dirigentes israelíes siempre han dicho, en línea con la fórmula de tierra por paz, que quieren y persiguen la paz con los palestinos, pero no el establecimiento de un Estado palestino, ni siquiera con el fin de garantizar a los palestinos el derecho a la libre determinación. De hecho, Israel no solo ha multiplicado el número de asentamientos y más que duplicado la población de colonos judíos en Cisjordania y Jerusalén Oriental, aglomerando más territorio del que se decía que era objeto de negociación; lo ha hecho exigiendo constantemente más concesiones palestinas para garantizar la "seguridad" israelí a fin de que los palestinos den a Israel la "paz" en que se basa la fórmula de "tierra por paz". Los estadounidenses y los europeos también han insistido en que los palestinos deben dar a Israel la paz antes de que éste pueda decidir qué tierras va a devolverles y en virtud de qué acuerdo considera más garantías para tal “paz”. Por lo tanto, lo que la “tierra por paz” —a pesar o debido al perjuicio definitorio contra el pueblo palestino— ha provocado es un perpetuo aplazamiento de la devolución de las tierras e insistentes exigencias de que se anticipe la paz con la que los palestinos deben cumplir. Si bien el repliegue alrededor de Gaza y el asedio de su población sometida a la hambruna y a los bombardeos se vende como el compromiso israelí de devolver territorios, la realidad es que la Franja de Gaza se ha transformado desde una prisión controlada por los israelíes a un campo de concentración vigilado y rodeado por ellos desde el exterior con incursiones al interior cuando surge la necesidad, como ocurrió el pasado invierno.

En última instancia, entonces, lo que el acuerdo de Oslo y el proceso que generó han logrado es una exclusión de cualquier futura independencia real o imaginaria de la dirección palestina, o incluso la independencia nacional de un tercio de los palestinos en Cisjordania y Gaza, que son, en cualquier caso, los únicos palestinos que el acuerdo de Oslo afirma que quiere ayudar a conseguirla. Hipotecando la dirección palestina al patronazgo de EE.UU. e Israel mediante la creación y el mantenimiento de estructuras administrativas, jurídicas y financieras que aseguren esta dependencia, Oslo ha sido lo que fue diseñado para ser desde el principio: el mecanismo con el que poner fin a la búsqueda palestina para acabar con el colonialismo y la ocupación israelíes, y la legitimación de la naturaleza racista de Israel por los mismos sobre los que ejerce su dominio colonial y racista. Cualquiera que cuestione estas estructuras puede ser combatido con el arma ideológica del pragmatismo. Oponerse a Oslo hace de uno un extremista utópico y un reaccionario, en tanto que participar en su estructura lo convierte en una persona pragmática y moderada que trabaja por la paz. El arma ideológica más eficaz que ha desplegado Oslo desde 1993 es, precisamente, que quien se opone a la cesión plena de los derechos nacionales palestinos es un defensor de la guerra y un opositor a la paz. En resumen, el objetivo del proceso de Oslo, que se ha alcanzado con mucho éxito, no es el establecimiento de la independencia palestina de la ocupación ilegal de Israel, sino acabar con la independencia palestina en tanto que meta futura y realidad actual. Visto desde este ángulo, Oslo sigue siendo un éxito rotundo.

* Joseph Massad, de nacionalidad jordana, es profesor de Historia política e intelectual árabe moderna en la Universidad de Columbia. Este es el texto de un discurso que pronunció en una conferencia celebrada en Oslo en 2009.

Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2010/982/re7.htm

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El incremento de aviones no tripulados: Hoy, mañana y en 2047



29-01-2010
Nick Turse
TomDispatch.com
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Introducción de Tom Engelhardt

Hay algo vírico respecto al nuevo y asombroso armamento que el sistema bélico industrial está fabricando como churros. En la I Guerra Mundial, por ejemplo, cuando ese sistema se preparó por vez primera para planificar y producir nuevas armas por generación, esas creaciones –gas venenoso, los primeros aviones, los tanques- apenas tocaban el campo de batalla cuando ya el enemigo estaba desarrollando contramedidas y redoblando esfuerzos en su propia producción para crear algo similar. Y ese proceso no se ha detenido nunca.

El arma que en estos momentos resulta más asombrosa es el vehículo aéreo no tripulado armado con misiles, al que ahora se dedica a hacer nuestro trabajo sucio: una serie inacabable de asesinatos selectivos en las fronteras entre Afganistán y Pakistán.

Esas armas llegan siempre con proclamas maravillosas. Aquí va una muy típica sacada de un reciente editorial del Wall Street Journal: “Nunca antes en la historia de la guerra aérea habíamos sido capaces de distinguir de esa manera entre combatientes y civiles como podemos hacerlo con los aviones no tripulados”. En lo que a la guerra se refiere, desconfíen de cualquier frase que empiece con un “nunca antes”, así como de las proclamas de futuros avances o victorias que suelen acompañarlas.

Por supuesto que para los escritores del editorial del Journal es fácil exponer tan seguros sentimientos a miles de kilómetros de la zona de guerra. Sin duda alguna, se sentirían de forma muy distinta si sus pueblos natales y sus barriadas fueran los objetivos de ese armamento tan “preciso” y que, sin embargo, ha conseguido asesinar a cientos de civiles.

Los aviones no tripulados, por supuesto, hacen justo aquello para lo que se crearon, como seguramente hicieron también los gases venenosos, los aviones y los tanques a principios del siglo pasado: matar. Eso es indiscutible, pero los “grandes avances” prometidos, ya tengan como objetivo destruir las fortificaciones enemigas, las redes del enemigo o la voluntad del enemigo, rara vez son tan fiables. Y, sin embargo, una vez que el asombro se apaga y las sobreexcitadas proclamas con él, esas armas tan maravillosas se quedan en nuestro mundo y (aquí es donde entra en escena la parte vírica) empiezan a extenderse.

No hay pruebas de que en nuestras lejanas guerras los aviones no tripulados estén acabando ni con los talibanes (afganos o pakistaníes) ni con al-Qaida, pero nos sobran pruebas de que sí están ayudando a desestabilizar Pakistán y a crear allí intensos sentimientos anti-estadounidenses. Como el Secretario de Defensa Robert Gates indicó la pasada semana al llegar a Pakistán, ahora estamos pensando en darles a los pakistaníes nuestros propios aviones no tripulados, aunque desarmados, para labores de vigilancia, mientras que de Irán a China, de Israel a Rusia, las potencias de todas partes se apresuran a entrar a nuestro lado, o justo por detrás de nosotros, en la era de los incesantes asesinatos robóticos. Podrían pensar que esto daría una pausa al Pentágono, pero la perspectiva de una carrera de armamento hace que la sangre se eche a hervir, y cuando se trata de la guerra estilo Terminator, como Nick Turse les referirá a continuación, la Fuerza Aérea de EEUU tiene planes. ¡Chico, no sé cómo… pero siempre pasa lo mismo!

* * *

En una reciente mañana en la provincia de Helmand, en Afganistán, de repente, en cuestión de segundos, irrumpía por el cielo el zumbido de un motor. Y un momento después, un misil impactaba contra una casa matando a trece personas. Días después, el mismo y cada vez más familiar aullido mecánico precedió a una salva de dos misiles que impactaron sobre un recinto en el pueblo de Degan, en el distrito tribal del Norte de Waziristán, en Pakistán, matando a tres personas.

Lo que fueron una vez asesinatos selectivos no reconocidos y relativamente infrecuentes de supuestos terroristas o militantes durante los años de Bush, se ha convertido en algo habitual bajo la administración Obama. Y desde el devastador ataque-suicida del 30 de diciembre por parte de un doble agente jordano contra una base avanzada de operaciones de la CIA en Afganistán, los aviones no tripulados han estado cazando humanos a un ritmo de record en la zona de guerra de Af-Pak. En Pakistán, una “cifra sin precedentes” de ataques –que han matado tanto a guerrillas armadas como a civiles- han provocado mucho más temor, rabia y odio en las zonas tribales, mientras la CIA, con ayuda de la Fuerza Aérea de EEUU, emprende la guerra “secreta” más pública de los tiempos modernos.

En el vecino Afganistán, cada vez se utiliza más la aviación no tripulada -que fue escasa durante años y a la que fundamentalmente se encargaba de misiones de vigilancia- para asesinar a supuestos militantes como parte de un incremento aéreo que ha sobrepasado significativamente el tan publicitado “incremento” de fuerzas terrestres actualmente en marcha. Y sin embargo, aunque no tenga precedentes en tamaño y alcance, la aceleración actual de la guerra con aviones no tripulados es sólo la salva de apertura de un planeado incremento del Pentágono de cuarenta años de duración que creará flotas de sistemas aéreos no tripulados hipersónicos, ultra-avanzados, fuertemente armados, omnipresentes y cada vez más autónomos (UAS, por sus siglas en inglés).

El incremento actual

Los aviones no tripulados son las armas calientes del momento, y el próximo Quadrennial Defense Review [Revista de Defensa Cuatrienal] –un esquema de cuatro años, que se publicará muy pronto, de las estrategias, capacidades y prioridades del Departamento de Defensa para combatir las guerras actuales y contrarrestar futuras amenazas- refleja ya tal enfoque. Como informaba recientemente el Washington Post: “Los aviones sin piloto utilizados en misiones de vigilancia y ataque en Afganistán y Pakistán son una prioridad, y hay que acelerar la compra de nuevos aviones teledirigidos Reaper y ampliar los vuelos con aviones teledirigidos Reaper y Predator por todo 2013”.

El Predator MQ-1 –utilizado por primera vez en Bosnia y Kosovo en la década de 1990- y sus más modernos, más grandes y más letales primos, los Reaper MQ-9, están ahora lanzando proyectiles y arrojando bombas a un ritmo sin precedentes. En 2008, según se ha informado, hubo entre 27 y 36 ataques con aviones teledirigidos estadounidenses formando parte de la guerra secreta de la CIA en Pakistán. En 2009, hubo entre 45 a 53 de esos ataques. En los primeros dieciocho días de enero de 2010, ha habido ya once de ellos. Mientras tanto, en Afganistán, la Fuerza Aérea de EEUU ha instituido una muy publicitada disminución de ataques con aviones pilotados con objeto de reducir las víctimas civiles como parte de la estrategia de contrainsurgencia de la guerra afgana del General Stanley McChristal. Sin embargo, al mismo tiempo, los ataques con UAS han aumentado a niveles de record.

La Fuerza Aérea ha creado un sistema de mando y control global interconectado para llevar a cabo su guerra robótica en Afganistán (y como Noah Shachtman, del blog Wired’s Danger Room ha informado, para ayudar también a la CIA en sus ataques con aviones teledirigidos en Afganistán). Se pueden encontrar pruebas de todo esto en las bases de alta tecnología que EEUU tiene por todo el mundo, donde los pilotos [en tierra] de los aviones no tripulados y otro personal controlan los aviones mismos y los datos que provienen de ellos. Esos lugares incluyen un almacén médico convertido en la Base Aérea Al-Udeid, una instalación por valor de miles de millones de dólares ubicada en el Golfo Pérsico, en la nación de Qatar, donde la Fuerza Aérea supervisa secretamente sus continuas guerras con aviones teledirigidos; los Campos Aéreos de Kandahar y Jalalabad en Afganistán, donde los aviones teledirigidos tienen sus bases físicas; el centro de operaciones globales en la Base Aérea de Creech en Nevada, donde los “pilotos” de la Fuerza Aérea pilotan aviones por control remoto desde miles de kilómetros; y –quizás la más importante- la Base de la Fuerza Aérea en Wright-Patterson, una instalación de unos 18 kilómetros cuadrados en Dayton, Ohio, llamada así después de que dos hermanos de la localidad inventaran en 1903 los vuelos propulsados. Ahí es donde vencen las facturas del actual incremento de aviones teledirigidos –así como de las cifras limitadas de ataques en Yemen y Somalia-, y donde son, literalmente, pagadas.

De hecho, en los últimos días de diciembre de 2009, el Pentágono cortó dos cheques inmensos para asegurarse de que las operaciones no tripuladas con el Predator MQ-1 y al Reaper MQ-9 continúen a toda velocidad en 2010. El 703º Escuadrón de Sistemas Aeronáuticos, con base en Wright-Patterson, firmó un contrato por 38 millones de dólares con el gigante Raytheon para que proporcionara apoyo logístico a los sistemas de los programas de ambos aviones teledirigidos. Al mismo tiempo, el escuadrón firmó un acuerdo por valor de 266 millones de dólares con la megacontratista de defensa General Atomics, que fabrica los teledirigidos Reaper y Predator, para que proporcione servicios de gestión, apoyo logístico, reparaciones, mantenimiento del software y otras funciones en ambos aviones. Esos acuerdos aseguran esencialmente que en años venideros continuará el impresionante aumento de las operaciones con teledirigidos.

Sin embargo, esos contratos son tan sólo los pagos iniciales de un duradero incremento de teledirigidos diseñado para desplegar, en última instancia, durante décadas las operaciones aéreas no tripuladas estadounidenses.

El incremento de aviones teledirigidos: enfoque a largo plazo

Volvamos a 2004, la Fuerza Aérea podía enviar al mismo tiempo por los cielos un total de tan sólo cinco patrullas aéreas de combate con aviones teledirigidos (CAPs, por sus siglas en inglés) –cada una consistente en cuatro aviones- sobre las zonas de guerra de EEUU. En 2009, esa cifra era de 38, un aumento de un 660% según la Fuerza Aérea. De forma similar, entre 2001 y 2008, las horas de cobertura de la vigilancia para el Mando Central estadounidense, abarcando tanto las zonas de guerra iraquíes como afganas, así como las de Pakistán y el Yemen, mostraron un aumento masivo de un 1.431%.

Mientras tanto, las horas de vuelo han traspasado el tejado alcanzando las nubes. En 2004, por ejemplo, los Reapers empezaron tan sólo a elevarse y volaron un total de 71 horas, según documentos de la Fuerza Aérea; en 2006, esa cifra había aumentado a 3.123 horas; y el año pasado a 25.391 horas. Este año, la Fuerza Aérea proyecta que las horas de vuelo combinadas de todos sus teledirigidos –Predator, Reaper y los Global Hawks RQ/4- excedan de las 250.000 horas, alrededor del total de horas voladas por todos los teledirigidos de la Fuerza Aérea desde 1995 a 2007. En 2011, se espera cruzar por vez primera la barrera de las 300.000 horas de vuelo, y después de eso, el límite lo pone el cielo.

Más horas de vuelo van a significar, indudablemente, más asesinatos. Según Peter Bergen y Katherine Tiedemann, del think tank con sede en Washington la New America Foundation, en los años de Bush, desde 2006 a 2009, hubo 41 ataques con teledirigidos en Pakistán que mataron a 454 personas entre combatientes y civiles. El pasado año, bajo la administración Obama, hubo 42 ataques que causaron 453 muertos. Un informe reciente del Instituto de Pakistán de Estudios para la Paz, una organización de investigación independiente con sede en Islamabad que le sigue la pista a cuestiones de seguridad, afirmó que incluso una cifra aún mayor, 667 personas –en su mayoría civiles- murieron asesinadas el pasado año por los aviones teledirigidos estadounidenses.

La Fuerza Aérea, aunque ayuda en las operaciones de la CIA con aviones teledirigidos en las fronteras tribales pakistaníes, ha estado aumentando sus propias misiones aéreas de caza y asesinato con aviones no tripulados. En 2007 y 2008, por ejemplo los Predator y los Reaper de la Fuerza Aérea arrojaron misiles durante 244 misiones en Iraq y Afganistán. En realidad, aunque todos los servicios armados estadounidenses han desplegado misiones de guerra aérea con aviones no tripulados, la Fuerza Aérea ha superado a todos y cada uno de ellos.

Desde 2001, cuando empezaron las operaciones con teledirigidos armados, hasta la primavera de 2009, la Fuerza Aérea disparó 703 misiles Hellfire y arrojó 132 GBU-12 (bombas guiadas por láser de unos 230 kilos de peso cada una) en operaciones de combate. El ejército, en comparación, lanzó sólo dos misiles Hellfire y dos bombas más pequeñas, las GBU-44 Viper Strike, en el mismo período de tiempo. La disparidad debería seguir creciendo, ya que los teledirigidos del ejército siguen llevando a cabo sobre todo pequeñas misiones aéreas de vigilancia, mientras que en 2009, la Fuerza Aérea cambió todas las órdenes pendientes para el avión de tamaño medio Predator por el incluso más formidable Reaper, que no sólo es dos veces más rápido sino que tiene un 600% más de capacidad de carga explosiva, lo que significa más espacio para bombas y misiles.

Además, los Reaper, dotados de mucho más armamento, que pueden ahora merodear sobre una zona entre diez a catorce horas sin reabastecerse de fuel, podrán descubrir y rastrear más objetivos aún mediante un sistema de control por video cada vez más sofisticado. Según el Teniente General de la Fuerza Aérea David Deptula, Jefe Adjunto del Estado Mayor de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento, los primeros “módulos espaciales Gorgon Stare” –nuevos sensores para zonas amplias que proporcionan capacidades de vigilancia sobre enormes franjas de territorio- se instalarán esta primavera en los Reaper que operan en Afganistán.

Los Gorgon Stare, una tecnología de la que los viejos Predator no pueden disponer, permitirán que diez operadores vean diez señales de video desde un único teledirigido al mismo tiempo. Desde una base lejana, un “piloto” mirará una pantalla mosaico con un cuadro compuesto del video del campo de batalla transmitido en tiempo real, que permitirá también que los comandantes de campo analizan una parte de la foto digital, haciendo barridos, zoom y desplazando la imagen para satisfacer sus necesidades.

Una serie más avanzada de “sensores”, que está programado que se desplieguen por vez primera este próximo otoño, permitirá que 30 operadores vean a la vez 30 imágenes de video simultáneamente. Es decir, a través de las tomas de video de un solo teledirigido Reaper, los operadores podrían, teóricamente, seguir a 30 personas diferentes que van en 30 direcciones desde un único recinto afgano. La generación de sensores que se espera pueda conectarse a Internet a finales de 2011, promete 65 de ese tipo de tomas, según documentos de la Fuerza Aérea, un aumento de más del 6.000% en eficacia sobre el sistema de video de los Predator. Sin embargo, la Fuerza Aérea se siente abrumada ya por los videos que los teledirigidos están enviando desde las zonas de guerra y, en años venideros hay riesgo de que “nos ahoguemos en datos”, según Deptula.

El plan para 40 años

En lo que se refiere al incremento de aviones teledirigidos, los años 2011-2013 son sólo el horizonte cercano. Aunque, al igual que el Ejército, la Marina está trabajando en su propia capacidad bélica futura con teledirigidos –en el aire así como también bajo el agua-, la Fuerza Aérea se ha implicado en niveles asombrosos de planes futuristas de guerra robótica. Se prevé un futuro imaginado anteriormente sólo en las películas de ciencia ficción como las series Terminator.

Para empezar, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de la Defensa o DARPA (por sus siglas en inglés), el equipo del Pentágono que investiga los cielos, está tratando ya de mejorar radicalmente el Gorgon Stare con un “Sistema Autónomo de Vigilancia Omnipresente del Terreno por Infrarrojos en Tiempo Real (ARGUS-IR, por sus siglas en inglés)”. En el obtuso lenguaje de la investigación y desarrollo militar, eso proporcionará, según DARPA, “una persistente capacidad de vigilancia por video de alta resolución, a tiempo real y sobre amplias áreas que permita que fuerzas conjuntas mantengan áreas de interés bajo constante vigilancia con un grado alto de precisión en la detección de objetivos”, a través de hasta “130 flujos manejables de videos ‘estilo Predator’ que permitan el seguimiento y control en tiempo real y mejoren el conocimiento de la situación durante las horas nocturnas”.

Traduciendo, eso significa que la Fuerza Aérea se verá literalmente inundada con información por video de futuros campos de batalla; y cada “avance” de este tipo significa que aumentará el volumen de la red global de instalaciones, sistemas y personal capaz de recibir, controlar e interpretar el flujo de datos que entra desde distantes ojos digitales. Todo ello, por supuesto, está específicamente dirigido a “localizar objetivos”, es decir, señalar a una serie de personas en una parte del mundo para que los estadounidenses del otro lado puedan observar, seguirles la pista y, en muchos casos, matarles.

Además de mejorar los sistemas y sensores como con el ARGUS-IR, la Fuerza Aérea tiene una visión a largo plazo de la guerra con aviones teledirigidos que apenas está empezando a hacerse realidad. A los Predator y Reaper se ha unido en Afganistán un teledirigido nuevo que antes era secreto, un “sistema de aeronaves no tripuladas apenas observable” que se detectó por vez primera en 2007 y se denominó la “Bestia de Kandahar” antes de que los observadores estuvieran seguros de lo que era. Ahora se le conoce como el RQ-170, vehículo aéreo no tripulado fabricado por la Lockheed Martin, del que la Fuerza Aérea indica suavemente que se diseñó para “apoyar directamente las necesidades de los comandantes de combate en cuanto a la inteligencia, vigilancia y reconocimiento para localizar objetivos”. Según fuentes militares, el elegante y sigiloso avión de vigilancia se diseñó para sustituir al antiguo avión espía Lockheed U-2, que ha estado en uso desde los años de la década de 1950.

Se ha programado para los próximos años que al RQ-170 se le unan, en los cielos de las “próximas guerras” de EEUU, toda una flota de aviones teledirigidos con cada vez más sofisticadas capacidades y destructivos poderes. Mirando hacia el futuro posterior a 2011, Deptula considera como la necesidad más esencial, según un informe de Aviation Week, “los ataques de precisión [y reconocimiento] de largo alcance”, es decir, más ojos por cielos remotos y más letalidad. Añadió: “No podemos avanzar hacia el futuro sin una plataforma que nos permita proyectar poder a más larga distancia y enfrentar amenazas avanzadas de forma que nos proporcione ventajas que ninguna otra nación tenga”.

Esto significa teledirigidos más veloces, más grandes y más letales –armados hasta los dientes- con sistemas de sensores que permitan controlar amplias franjas de territorio y capacidad para merodear desde lo alto durante varios días seguidos en espera de que aparezcan objetivos humanos y, a su debido tiempo, desintegrarlos con potente munición. Es un futuro construido a partir de tecnologías avanzadas diseñadas para perpetrar asesinatos selectivos –asesinatos por control remoto- cada vez con menos esfuerzo.

Sobre el horizonte y en profundidad aparece lo que era, hasta hace bien poco, sólo una fantasía de la pantalla de plata, la Fuerza Aérea prevé una amplia gama de aviones no tripulados, desde robots tan diminutos como insectos hasta enormes aviones teledirigidos del “tamaño de un petrolero”. Se programará cada uno para que asuma funciones específicas de hacer la guerra (o eso es lo que imaginan los soñadores de las Fuerzas Aéreas). Esos aviones no tripulados de tamaño nanométrico, se especializarán, por ejemplo, en reconocimiento de interiores –son lo suficientemente pequeños como para volar a través de ventanas o introducirse por los huecos de ventilación- y llevar a cabo ataques letales, emprender ataques cibernéticos que inutilicen ordenadores, y pulular, como haría un grupo de abejas cabreadas, por voluntad propia. Se supone que los Sistemas Tácticos de Aviación No Tripulados de Tamaño Pequeño (STUAS, por sus siglas en inglés), ligeramente más grandes que los anteriores, actuarán como “transformadores”, alterando su estructura de forma que les permita asumir capacidades de vuelo, de avance lento, pasando desapercibidos visualmente. Podrían desempeñar papeles de centinela, de misiones contra aviones no tripulados, de vigilancia y ataques letales.

Además, la Fuerza Aérea prevé también aviones no tripulados de combate de tamaño pequeño y mediano con capacidades letales de combate que podrían hacer que la actual flota aérea de UAS se avergonzara. Los actuales Reaper de tamaño medio serán sustituidos por la próxima generación de teledirigidos MQ-Ma, que “se conectarán a una red, tendrán posibilidades de autonomía parcial, en cualquier situación climatológica, compuesto de módulos y con capacidades para apoyar una plataforma de misiones de guerra electrónica (EW, por sus siglas en inglés), CAS [siglas en inglés de apoyo aéreo directo], ataque, multi-INT [multi-inteligencia] y ISR [inteligencia, vigilancia y reconocimiento]”.

Puede que el lenguaje no sea elegante y mucho menos comprensible, pero si esos futuros aviones de combate pueden conectarse a internet, no sólo enviarán a los grandes pilotos de combate de ahora al retiro, sino que puede que incluso marginen a los operadores humanos de los teledirigidos del mañana, quienes, si todo marcha como se ha planeado, tendrán cada vez menos tareas. A diferencia de los aviones no tripulados actuales que deben despegar y aterrizar guiados por humanos, los MQ-Ma serán automatizados y los operadores de los teledirigidos estarán simplemente allí para monitorizar el avión.

Lo siguiente será el MQ-Mb, teóricamente capaz de asumir más aún los roles que anteriormente se asignaban a los aviones-espías y a los bombarderos de combate, incluyendo la supresión de las defensas aéreas del enemigo, el bombardeo y ametrallamiento de objetivos terrestres y misiones de vigilancia. Estos aviones se diseñarán para que vuelen con una autonomía mayor y puedan vincularse mejor con otras “plataformas” de teledirigidos para misiones de cooperación que impliquen a muchos aviones bajo el mando de un único “piloto”. Imaginen, por ejemplo, un operador supervisando un único avión no tripulado de mando que tiene el dominio sobre un pequeño escuadrón de teledirigidos autónomos que llevan a cabo un ataque aéreo coordinado sobre grupos de personas en alguna tierra lejana, incinerándoles en pequeños grupos por toda una aldea, pueblo o ciudad.

Finalmente, quizá en unos 30 ó 40 años, el teledirigido MQ-Mc incorporará todos los avances de la línea MQ-M y estará capacitado para hacer de todo, desde azuzar a perros hasta defender misiles. Desde luego, con una tecnología de ese calibre, llegarán nuevas políticas y nuevas doctrinas. En años futuros, la Fuerza Aérea intentará tomar decisiones políticas sobre los teledirigidos en todos los aspectos, desde las estipulaciones de un tratado hasta comprometer objetivos automáticos y los asesinatos mediante robot sin que intervenga para nada un ser humano. Este último desarrollo, extremadamente controvertido, se considera ya como una realidad posible de 2025 en adelante.

2047: Lo viejo es nuevo otra vez

El año 2047 es la fecha fijada para el Santo Grial de la Fuerza Aérea, el broche final de su plan a largo plazo para transformar los cielos a partir de aviones no tripulados de combate. En 2047, la Fuerza Aérea tratará de dominar los cielos con teledirigidos MQ-Mc y teledirigidos hipersónicos de “especial” velocidad punta, para los cuales no existe aún ni la tecnología necesaria ni ningún enemigo con ningún programa o capacidad comparable. A pesar de ello, la Fuerza Aérea tiene la intención de convertir en realidad esos sistemas para cazar y matar de rapidez inmensa. “Es probable que se tarde veinte años en desarrollar la tecnología propulsora y los materiales que puedan resistir el probable calor extremo. Esta tecnología será la siguiente generación que supondrá un revulsivo en toda la caza aérea. Por tanto, no debería esperarse para priorizar la financiación para el desarrollo tecnológico específico hasta la aparición de una necesidad crítica de COCOM [mando combatiente]”, según se expresa en el “Plan de Vuelo” para UAS de la Fuerza Aérea para 2009-2047.

Si llegara a materializarse algo parecido a los sueños de la Fuerza Aérea, cambiaría radicalmente todos los sistemas de “caza”. Para 2047, no hay forma de saber cuántos teledirigidos estarán dando vueltas sobre cuántas cabezas en cuántos lugares por todo el planeta. No hay forma de saber tampoco cuántos millones o miles de millones de horas de vuelo se habrán volado, o cuantas personas, en cuántos países habrán sido asesinadas por sistemas de aviones no tripulados accionados por control remoto que arrojan bombas, disparan misiles y se han abrogado el derecho a ser juez, jurado y verdugo.

Sólo hay algo que es obvio. Si EEUU existiera aún en su forma actual, si todavía fuera solvente y tuviera todavía un Pentágono en funcionamiento con su actual estructura, habrá ya en camino un nuevo plan para crear las tecnología bélicas de 2087. Para entonces, en cada vez más lugares, la gente vivirá con la modalidad de guerra con teledirigidos que ahora sólo causa preocupación y temor en lugares como el pueblo de Degan. Cada vez más gente sabrá que hay sistemas aéreos no tripulados dotados con misiles y bombas que están merodeando por sus cielos. Para entonces, indudablemente, ya no habrá siquiera ese sonido parecido al motor de una cortadora de césped que avisa que un misil puede pronto estrellarse contra la casa de tu vecino.

Para la Fuerza Aérea, esa perspectiva es el material del que están hecho los sueños, un futuro brillante para la letalidad hipersónica no tripulada; para el resto del planeta, es una potencial pesadilla de la que no habrá forma de despertar.

Nick Turse es editor asociado de TomDispatch.com y ganador del Premio Ridenhour 2009 a la Distinción Informativa, así como el Premio James Aronson para el Periodismo de Justicia Social. Sus trabajos se publican en Los Angeles Times, The Nation, In These Times y, regularmente, en TomDispatch. Turse es actualmente miembro del Center for the United States and the Cold War de la Universidad de Nueva York. Es autor de “The Complex: How the Military Invades Our Everyday Lives”, (Metropolitan Books). Su página en Internet es: NickTurse.com

Fuente: http://www.tomdispatch.com/post/175195/tomgram:_nick_turse,_the_forty-year_drone_war_/

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Obama, un año después


29-01-2010
Atilio A. Boron
Rebelión

A la memoria de Howard Zinn, maestro, camarada y amigo


Al cumplir un año la Administración Obama presenta inequívocos signos de deterioro. Según el Rasmussen Report, dedicado a producir un seguimiento día a día de la popularidad de los presidentes de Estados Unidos, en apenas un año la aprobación popular de la gestión de Obama descendió desde un 65 % el día de su inauguración al 47 registrado el 27 de Enero del 2010. [1] En esa misma fecha la encuestadora Gallup le asignaba un porcentaje levemente superior de aprobación popular: 48 %, desde un 69 % inicial. [2]

Las razones de esta rápida declinación son muy variadas: la crisis general capitalista ha generado un profundo descontento popular que las ortodoxas medidas adoptadas por la nueva administración para enfrentar la crisis -fundamentalmente, el multimillonario rescate de los grandes oligopolios a costa del gasto social y la muy injusta repartición de los esfuerzos para superarla- no hacen sino acentuar. En los días previos a su discurso ante el Congreso y golpeado por la inesperada pérdida de la banca senatorial en el Estado de Massachussets, tradicional bastión del partido Demócrata, Obama anunció su intención de establecer regulaciones más estrictas sobre los bancos y el sector financiero y, además, de promover un conjunto de medidas tendientes a favorecer la creación de empleos y facilitar el acceso de las familias de los trabajadores a crecientes niveles de educación.

Estas promesas fueron sin duda impulsadas por la derrota electoral y la pérdida de la estratégica super-mayoría en el Senado (60 votos sobre los 100 que componen ese cuerpo) que, entre otras cosas, le permitiría avanzar con su programa de reforma del sistema de salud. Pero también fueron aguijoneadas por la constatación de la indignación popular desatada por el contraste entre las exuberantes ganancias de los principales operadores bancarios y la caída de los ingresos (y el aumento del desempleo) de los trabajadores. Goldman Sachs, tal vez el más importante banco de inversión del mundo, anunció días atrás que en 2009 había obtenido “una ganancia de US$ 3.385 millones, antes del reparto de dividendos, una cifra que resultó seis veces mayor que el beneficio logrado en 2008.” [3] Es decir, para el capital financiero la crisis fue un espléndido negocio, y por eso los gerentes y directivos de Wall Street serán premiados, tal como lo asegura Robert Reich, con una suma cercana a los 25.000 millones de dólares en bonificaciones anuales que serán distribuidas en los próximos meses entre un puñado de privilegiados. [4] Un verdadero escándalo para un país cuya tasa real de desempleo –es decir, incluyendo a los trabajadores indocumentados, los que trabajan a medio tiempo y los que dejaron de buscar empleo- supera ya la marca del 20 % y en el cual las diferencias de remuneraciones entre la gerencia y los trabajadores se ha disparado a las nubes. Hace unos 25 años los primeros percibían salarios que fluctuaban entre 30 y 40 veces por encima de los del trabajador medio; en la actualidad estudios concretos revelan que esa diferencia alcanzó la astronómica cifra de 344 veces. Magia del mercado, que le dicen. [5]

Llegados a este punto es conveniente preguntarse por las razones que produjeron tan fenomenal polarización entre las remuneraciones de unos y otros. Hay dos causas principales: por una parte, las políticas neoliberales de desregulación y liberalización de la vida económica, que removieron los controles existentes desde la época del New Deal y la posguerra que ponían ciertos límites al despotismo del capital. Ronald Reagan comenzó la demolición y sus continuadores, sin excepción, profundizaron esa política. Por otro lado, el radical debilitamiento de los sindicatos: si en la década de los cincuentas más de la tercera parte de los empleados del sector privado estaban sindicalizados, la legislación anti-laboral (“flexibilización” y precarización de la relación obrero-patronal) promulgada desde los años ochenta hicieron que la proporción de trabajadores encuadrados en organizaciones sindicales se desplomara a un 7 % en los últimos años. Investigaciones empíricas demuestran que en las empresas sin sindicatos los gerentes tienen sueldos y compensaciones un 20 % superiores a las de sus colegas en empresas en donde existen sindicatos; y que los trabajadores en las primeras perciben ingresos muy superiores a los que reciben quienes se desempeñan en otras en las cuales no hay actividad sindical.

Lo anterior revela los alcances del proceso de intensificación de la explotación capitalista en Estados Unidos y la exacerbación de la concentración de la riqueza en manos de la clase dominante. En cierto sentido podría pues decirse que en ese país asistimos a una situación en la cual la lucha de clases se desenvuelve sordamente bajo un espeso velo ideológico que impide a las clases y capas subalternas adquirir una verdadera comprensión de sus propias condiciones de existencia y las causas de sus pesares. Toda la industria cultural norteamericana ha sido diseñada para negar la existencia de las clases y su irreconciliable contradicción. La permanente invocación y exaltación del American Dream -que llegó a su apoteosis con la llegada de un afro-americano a la Casa Blanca- no es sino ese cemento ideológico del cual hablaba Gramsci y mediante el cual los víctimas del sistema se culpabilizan a sí mismas de sus miserias y fracasos e inocentizan al sistema capitalista por sus desdichas y padecimientos. Lucha de clases velada y, además, atrofiada, porque la crisis del movimiento obrero, el derrumbe del sindicalismo y la claudicación del partido Demócrata (que abandonó por completo su antigua pretensión de representar a las capas medias y los trabajadores para entregarse de cuerpo y alma a los yuppies del capital financiero) dejan a la enorme masa de trabajadores asalariados norteamericanos huérfana de toda expresión política y sindical y, por eso mismo, sin capacidad para poner coto a las exacciones a que se ve sometida por la clase dominante. Bajo estas condiciones, los anuncios y la retórica de Obama difícilmente puedan surtir algún efecto: se requiere mucho más que palabras y discursos, y parece que eso es todo lo que aquél puede ofrecer al menos por ahora.

El deterioro de la situación social en los Estados Unidos puede graficarse elocuentemente si se repara que a partir del 2008 “7 millones perdieron su empleo, ... 1 de cada 8 (norteamericanos) se alimenta a través de vales de comida y 1 de cada 5 dice que el año pasado tuvo serios problemas para dar de comer a los suyos.” [6] También, si se tiene en cuenta que “si antes de las reaganomics (en los años 70s ) el 10% más acomodado capturaba menos de un tercio de la riqueza -igual no era poco-, hoy se alza con la mitad.” [7] Esto constituye el telón de fondo de los recientes anuncios de Obama. Son también, por supuesto, factores que explican la abrupta caída en la popularidad presidencial. De todos modos, bastó que aquél hiciera algunos anuncios previos en relación a estos programas para que el establishment norteamericano y sus voceros reaccionaran con virulencia, fulminando al ocupante de la Casa Blanca con el rótulo de “populista” por su fuerte “retórica en contra de los bancos.” [8]

Pero el malestar y la debilidad de Obama tiene también otras fuentes: una de ellas es la generalizada sensación de que la “guerra infinita” de George W. Bush es una pesadilla interminable que se agrava con el paso del tiempo, tal como lo demuestran las fatídicas noticias que a diario llegan de Irak, Afganistán y Pakistán. Y si bien en su alocución al Congreso Obama aseguró que las tropas estacionadas en Irak regresarían a casa en Agosto son pocos los que creen en semejante promesa. Es más, no sería absurdo conjeturar que la creciente militarización de las relaciones hemisféricas -con base en Colombia, convertida en la Israel latinoamericana- podría tener como consecuencia la apertura de un tercer frente bélico, ahora en esta parte del mundo. La obsesión por derrocar a Hugo Chávez y “normalizar” el cuadro político latinoamericano podría llegar a precipitar tal desatino.

A ello agréguese la muy difundida percepción de que la decadencia del “imperio americano” no encuentra en el ocupante de la Casa Blanca el piloto de tormentas que se necesita para enfrentar tan delicada situación agravada, además, por la creciente complejidad de un escenario global caracterizado por: (a) la aparición de nuevas actores dotados de extraordinarios recursos –China, en primer lugar, pero también India, Rusia y la misma Unión Europea- y (b), por el surgimiento de inéditos desafíos, como el cambio climático, la crisis del agua, el terrorismo internacionalizado y el tráfico ilegal de drogas, personas y armas, cuestiones estas que ponen en entredicho la eficacia de los mecanismos tradicionales de intervención en el sistema internacional.

Por eso, a poco andar, las promesas electorales de Obama se fueron abandonando sin mayores explicaciones. Su decepcionante conducta en la Cumbre de Kopenhagen demostró claramente la tibieza de sus afanes innovadores. Y lejos de “desmilitarizar” la política exterior de Estados Unidos lo que hizo Obama, sin fuerzas para sobreponerse a las presiones de sus generales y el “complejo militar-industrial”, fue delegar cada vez más sus prerrogativas como comandante supremo de las fuerzas armadas en manos del establishment . Una buena prueba de ello la ofrece el hecho de que el presupuesto militar aprobado para este próximo año es el mayor de toda la historia de Estados Unidos, superando con largueza el billón de dólares (un millón de millones de dólares) si se consideran los gastos militares efectuados por todos los departamentos de la Administración federal y no sólo por el Pentágono. Lejos de revertir el papel dominante del Departamento de Defensa en la formulación de la política exterior, que es uno de los legados más funestos de la era Bush Jr., lo que hizo Obama fue proseguir en el mismo curso, algo que podía fácilmente pronosticarse a partir de la ratificación de Robert Gates al frente del Pentágono, nombrado como se recordará por su predecesor en reemplazo de Donald Rumsfeld. La gira por Asia mostró, además, a un presidente norteamericano a un paso de la humillación en su visita a China, y con Japón reclamando cada vez con más energía la redefinición de las relaciones nipo-estadounidenses constreñidas aún por los leoninos arreglos de la postguerra y las secuelas de la Guerra Fría.

En lo que hace a esta parte del mundo el desempeño de Obama fluctúa entre la intrascendencia y, otra vez, la continuidad con las políticas de Bush Jr. Pese a sus promesas de cerrar en el plazo de un año la cárcel ilegal que mantiene en la base naval de Guantánamo Obama tuvo que reconocer que tal cosa será imposible, al menos por ahora. La Cuarta Flota sigue navegando nuestras aguas y ahora los marines (unos 14.000 al día de hoy) asumieron el control de una devastada Puerto Príncipe que necesita médicos, trabajadores sociales, ingenieros y arquitectos y no máquinas de matar. El objetivo, claro está, es reforzar hasta el paroxismo su control territorial en la región, y el terremoto y la posterior tragedia haitiana le brindó a Washington una magnífica excusa, al igual que el derrumbe de las Torres Gemelas lo hizo para lanzar los planes belicistas de Bush y compañía. El comportamiento de Obama durante el golpe de Honduras fue, al principio errático, pero luego que la Secretaria de Estado Hillary Clinton fijara la postura de los sectores dominantes del imperio -que encuentran en ella a su más calificada y confiable representante- y caracterizara lo ocurrido en ese país centroamericano como un “interinato” la Casa Blanca se plegó a la línea emanada del “gobierno permanente” de Estados Unidos y, en la actualidad, ha convalidado plenamente el golpe por la vía del reconocimiento de la validez de unas elecciones tan fraudulentas y viciadas que la OEA y el Centro Carter decidieron que no valía la pena monitorear. Como si lo anterior fuera poco Obama no hizo absolutamente nada en relación a la situación de los 5 cubanos prisioneros en las cárceles de Estados Unidos, bajo condiciones que ni siquiera se le aplica al más feroz criminal serial y que fueron sentenciados en un escandaloso juicio que constituye una vergüenza para el sistema judicial norteamericano. En relación al bloqueo a Cuba, condenado por toda la comunidad internacional con la excepción del propio Estados Unidos, su estado-cliente Israel y su protectorado en la Micronesia, Obama no tomó ninguna medida significativa para la eliminación de tan infame política. Como si lo anterior fuera poco firmó con Uribe un tratado por el que se le concede a Estados Unidos el derecho a instalar siete bases militares en Colombia, cuyo objetivo apenas silenciado es el de poder controlar con sus aviones cualquier movimiento significativo que tenga lugar en Sudamérica, hasta las cercanías del Cabo de Hornos. Tal como lo señalara el Comandante Fidel Castro, ese tratado constituye en realidad una anexión de facto de Colombia a los Estados Unidos: sus militares y civiles pueden entrar y salir a voluntad de Colombia, sin utilizar pasaportes. Basta para ello con exhibir un simple carnet de identidad. Los colombianos que quieran ingresar a Estados Unidos, en cambio, son sometido a toda clase de controles y vejaciones. Los cargamentos que los norteamericanos internen o saquen del país no pueden ser sometidos a fiscalización alguna por parte de las autoridades colombianas. Pueden importar armas de destrucción masiva, si se lo proponen; y exportar estupefacientes, cosa que ya hicieron en el pasado (recordar el affaire Irán-Contras). Por si lo anterior no bastara, los estadounidenses establecidos en Colombia gozan de total inmunidad diplomática y no pueden ser llevados a los tribunales colombianos por cualquier delito o crimen cometido en ese país. Y este tratado lo firmó Obama, no Bush. Para resumir: al cabo de un año la gestión Obama revela que es más de lo mismo, a pesar de sus recientes arrestos dialécticos que habrá que ver si son sucedidos por iniciativas concretas, cosa que no parece demasiado probable. Noam Chomsky tenía razón cuando advirtió, mucho antes de su elección, que “Obama es un blanco que tomó demasiado sol.”

www.atilioboron.com

[1] http://www.rasmussenreports.com/public_content/politics/obama_administration/obama_approval_index_history

[2] http://www.gallup.com/home.aspx

[3] Obama pone un drástico límite a los bancos y al sector financiero, en Clarín http://www.clarin.com/diario/2010/01/22/elmundo/i-02124926.htm

[4] http://www.clarin.com/diario/2010/01/21/opinion/o-02124068.htm

[5] « Workers Need Added Clout To Close The Pay Gap with CEOs”, en http://www.commondreams.org/view/2008/09/01

[6] Cf. Hinde Pomeraniec, “Gerente o líder”, http://www.clarin.com/diario/2010/01/28/elmundo/i-02128501.htm

[7] Cf. Néstor Restivo, “El lento declive de la clase media y el sueño americano”, en http://www.clarin.com/diario / 2010/01/28/elmundo/i-02128501.htm

[8] “CBS’s Reid calls Obama’s populism ‘more like politics than a real plan’”, en http://businessandmedia.org/articles/2010/20100125145911.aspx

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Haití no es un desastre natural


29-01-2010
Vicenç Navarro
Público

La enorme tragedia en Haití se ha presentado en la gran mayoría de los medios de información españoles como una enorme catástrofe natural resultado de un terremoto de inusitada violencia que ha generado una gran respuesta humanitaria liderada por EE.UU. Tal interpretación de lo ocurrido en aquel país es errónea. Varios rotativos han señalado que incluso en la capital, Puerto Príncipe, los barrios pudientes apenas fueron afectados por el terremoto, con un número relativamente menor de daños, los cuales se concentraron en los barrios populares y pobres, donde vivía la gran mayoría de la población.
Según declaraciones del propio alcalde de la ciudad, el 75% de las viviendas eran de muy pobre construcción, y el 80% de la población vivía en niveles de gran pobreza. No fue el terremoto en sí, sino la enexistente protección de la mayoría de la población que creó la gran tragedia.

Lo primero que hay que acentuar es que, en contra de lo que dicen la mayoría de los medios de información, Haití no es ni nunca ha sido, un país pobre. En realidad, fue siempre un país muy rico. En 1780, por ejemplo, el 60% del café y el 40% del azúcar consumido en Europa era producido en Haití. Pero, aunque el país era rico, su población era muy pobre: en realidad, el 60% eran esclavos en una colonia francesa. Su rebelión dio pie, más tarde, al establecimiento de una República, la segunda república que se estableció en las Américas, después de la estadounidense.

Más tarde, los problemas de Haití surgieron, en gran parte, debido a su proximidad a EE.UU. y el deseo de las compañías estadounidenses (muy influyentes sobre el gobierno federal de EE.UU.) de asegurarse el control de los recursos del país, lo cual determinó la intervención activa y repetida (16 veces en el siglo XX) de aquel gobierno (incluyendo sus famosos Marines) en las políticas del país. Estas intervenciones fueron siempre resistidas, convirtiendo la historia de Haití en los siglos XIX y XX en una historia de revueltas populares, reprimidas por las élites dirigentes, apoyadas siempre por el gobierno de EE.UU. Una de las más recientes fue el golpe militar que impuso “papa Doc Duvalier”, que dirigió uno de los regimenes más corruptos y represivos que hayan existido en las Américas. Fue este Papa Doc al que la Madre Teresa llamó “el gran amigo de los pobres”, (en respuesta a las donaciones del Papa Duvalier, a sus compañías de caridad en Haití). Tal “amigo de los pobres” gobernó y arruinó al país durante sus 28 años. Fue sucedido por su hijo, el igualmente corrupto Baby Doc, Jean Claude Duvalier, cuyos Tonton Macoutes mataron a más de 60.000 opositores. El Gobierno Federal de EE.UU. apoyó tales dictaduras. Una rebelión forzó a Baby Doc al exilio.

Más tarde, la población en unas de las pocas elecciones que se permitieron, eligió a Jean-Bertrand Aristide, con un programa que incluía propuestas altamente populares como la reforma agraria, la reforestación de la tierra (desertizada por una sobreexplotación de la tierra por las compañías extranjeras), la sindicalización de los trabajadores en las empresas textiles (que eran famosas por las condiciones infrahumanas de sus trabajadores) y el aumento de salarios. Fue depuesto por un golpe militar en 1991, permitiéndosele que volviera en 1994 con la condición de cambiar sus políticas públicas, adaptándolas a las políticas neoliberales propuestas por la Administración Clinton. Aristide se resistió a desarrollar tales políticas, generando un bloqueo económico por parte del gobierno estadounidense, que terminó con la expulsión de Aristide del gobierno de Haití y su exilio. En su lugar, el gobierno estadounidense y tropas de las Naciones Unidas impusieron un gobierno títere, presidido por Gérard Latortue, altamente corrupto, que desmanteló las reformas realizadas por el gobierno Aristide, desarrollando las políticas neoliberales que destrozaron la agricultura nativa del país. La desregulación de los mercados a nivel internacional, llamada globalización, eliminando la protección de la agricultura nativa, destruyó la economía de Haití, que había sido un país exportador de arroz y azúcar pasando a ser importador de ambos productos, pues el arroz y azúcar importados se vendían en el mercado doméstico a un precio menor que el producido en el país.

En el año 2006, se permitieron elecciones de nuevo (que no permitieron participar a Aristide, forzándole a continuar en el exilio) y salió elegido René Préval que había sido en su día aliado de Aristide, pero cuyo gobierno se alió con EE.UU., siguiendo las políticas neoliberales dictadas entonces por la Administración Bush que continuó afectando negativamente la infraestructura económica del país. En este sistema neoliberal, la pobreza la iban a resolver las Organizaciones No Gubernamentales (Haití es el país con mayor densidad de ONGs en el mundo) todas ellas haciendo su actitud caritativa, apoyadas por las instituciones de ayuda internacional. Mientras, Aristide no podía volver a Haití y su partido Fanmi Lavalas (que era, ampliamente, el más popular) estaba y continúa prohibido. Haití iba a tener elecciones el próximo mes en el que Aristide estaba excluido y su partido no podría concurrir.

En realidad, una de las preocupaciones del Departamento de Defensa de EE.UU., es que el terremoto dé pie a una revuelta popular tal como ocurrió en los años setenta en Nicaragua después de un terremoto similar (aunque con menor intensidad). De ahí la invasión de Haití por los marines bajo el argumento de “mantener la seguridad”. A la luz de estos hechos, hablar de desastre natural (o como ha dicho el Cardenal Rouco, “de voluntad de Dios”), es asignar a la Naturaleza o a un poder sobrenatural la responsabilidad de una situación de la cual se conocen fácilmente los culpables, incluyendo los supuestos benefactores. Tanta “ayuda humanitaria” sirve para ocultar las causas políticas de la pobreza (ver Las causas de la pobreza mundial. Público, 29.10.09). Lo que Haití necesita es que se permita a la población poder desarrollar el sistema político y económico que desee, sin obstaculizar su desarrollo económico y sin demonizar a las fuerzas que intentan romper aquellas enormes estructuras opresivas, tal como está ocurriendo en otros países del mismo continente.
Vicenç Navarro. Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/1802/haiti-no-es-un-desastre-natural/

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Acción judicial ante la Unión Europea y la Corte Penal Internacional contra Isral

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Denuncia presentada por Amira Alqerem ante la Corte Penal Internacional


Su padre y sus dos hermanos fueron asesinados por Israel en Gaza

21-09-2009
Rebelión
Traducido para Rebelión por Rocío Anguiano


Al Fiscal de la Corte Penal Internacional

1. D.ª Amira ALQEREM, nacida el 6 de abril de 1994 en Gaza, de nacionalidad palestina, con domicilio en el barrio Tal Al Hawa, Gaza, actuando tanto en nombre propio como en calidad de derechohabiente de:

- Fathi Dawson ALQEREM, nacido el 13 de agosto de 1942, en Gaza, su padre, comerciante, fallecido el 14 de enero de 2009,

- Ismat ALQEREM, nacida el 13 de marzo de 1993, en Gaza, su hermana, fallecida el 14 de enero de 2009,

- Ala ALQEREM, nacido el 14 de junio de 1995, en Gaza, su hermano, fallecido el 14 de enero de 2009.

2. Representados por...

3. Señalando que para los trámites del proceso Amira ALQEREM y el conjunto de abogados designan domicilio en el despacho de D. Gilles Devers, 22 rue Constantine, 69001 LYON, pudiéndose enviar legítimamente las notificaciones a la dirección gilles.devers@wanadoo.fr

4. Tiene el honor, de conformidad con el artículo 15.1 del Estatuto de la Corte Penal Internacional, de presentarle información acerca de crímenes de guerra de la competencia de la Corte, a saber, homicidios constitutivos de crimen de guerra y de crimen contra la humanidad definidos en los artículos 7 y 8 del Tratado y solicita que abra una investigación motu proprio sobre dichos hechos, en base al artículo 15.3 del Tratado.

5. El presente acto se enmarca dentro del procedimiento en fase de análisis preliminar abierto en su oficina .

Hechos

A—Datos generales

1.- La operación « Plomo fundido »

6. Entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de enero de 2009, el Estado de Israel inició una operación militar denominada “plomo fundido” sobre el territorio palestino de Gaza. El balance es categórico :

- 1 417 palestinos asesinados, de ellos 236 eran combatientes y 313 niños;

- 5.303 heridos graves, entre ellos 1 606 niños y 828 mujeres.

- En el lado israelí, se señaló la pérdida de tres civiles y diez soldados.

- Los daños materiales, especialmente civiles, fueron considerables en territorio palestino.

7. Las grandes instancias internacionales y numerosas ONG denunciaron estos hechos como violaciones criminales del derecho internacional .

2.- La vida de Amira ALQEREM y de su familia, a principios de enero de 2009 en Gaza

8. Amira ALQEREM vivía con su padre, Fathi Dawson ALQEREM de 42 años, su hermana Ismat y su hermano Ala, en el barrio de Tal Al Hawa, en el Sudoeste de Gaza. Tras la separación de sus padres, la residencia de los hijos se había fijado en casa del padre, manteniendo estos su relación con la madre. Su padre, Fathi Dawson ALQEREM, se había vuelto a casar.

9. Fathi Dawson ALQEREM era comerciante en el sector del calzado y disponía, por ello, de un permiso para desplazarse de forma regular a Israel.

3.- La operación militar en el barrio Tal Al Hawa

10. Las fuerzas terrestres israelíes se habían acercado al barrio de Tal Al Hawa y los habitantes habían huido de sus casas, pensando que el centro de la ciudad de Gaza sería más seguro.

11. Como el barrio era residencial y en él no había ningún objetivo militar, Fathi Dawson ALQEREM pensó que se podía quedar. La casa familiar estaba situada cerca del University College of Applied Sciences y junto a la Mezquita Abú-Ghalyún.

12. Al irse los habitantes, Fathi Dawson ALQEREM aceptó quedarse con las llaves de la Mezquita para ejercer puntualmente las funciones de muezín.

B – El miércoles 14 de enero de 2009

1 El contexto

a El contexto militar inmediato

13. Los tanques llegaron a la plaza la madrugada del 14 de enero, situándose en su mayor parte en espacios libres, al este de la casa de la familia ALQEREM.

14. El ambiente era muy tenso, marcado por disparos lejanos. Un avión no tripulado sobrevolaba la zona y el tráfico aéreo era intenso, con muchos helicópteros. Ese sector de Gaza no había sido objeto de bombardeos sistemáticos, lo que tenía su lógica al tratarse de un barrio residencial sin objetivos militares. Los desperfectos materiales se debían a disparos, lanzados esencialmente por tanques, contra el edificio de la universidad, el minarete de la mezquita o algunas casas. Pero fotografías recientes muestran que no hubo bombardeos aéreos de alcance, ni siquiera el 14 de enero de 2009.

b – La situación en la casa

15. Ese día, hacia las 18:30 h, Fathi Dawson ALQEREM se dirigió a la Mezquita, para llamar al rezo nocturno (Isha).

16. Hacia las 21 h, los tres hermanos y hermanas se reunieron en la planta baja de la casa para pasar la noche, con su padre, y se durmieron. Su esposa no estaba en el domicilio, porque había ido a ver a unos familiares.

2.- Los disparos

a – El primer disparo: muerte de Fathi Dawson ALQEREM

17. Antes de medianoche, a Ismat, Amira y Ala les despertó una fuerte explosión, que sacudió la casa.

18. Fueron hacia la puerta, que había desaparecido, y se encontraron en mitad de la noche, a la luz de la luna, rodeados de humo y polvo.

19. Buscaron a su padre en vano, antes de ver su cuerpo tendido en el suelo, muy cerca de la casa. Estaba cubierto de sangre y no daba señales de vida. Cerca, se había formado un cráter de varias decenas de centímetros de profundidad.

b – El segundo disparo: heridas graves causadas a Amira ALQEREM

20. Los tres muchachos se quedaron, arrodillados o en cuclillas, junto al cuerpo de su padre. Pero pronto decidieron ir en busca de ayuda. Ismat y Ala anduvieron unos metros, alejándose así de la casa.

21. Resonó una segunda explosión y Amira ALQEREM, que había permanecido junto a su padre se desmoronó, sintiendo como un desgarro en la pierna derecha. La sangre empezó a fluir y la herida le producía intensos dolores.

c – El tercer disparo: muerte de Ismat y Ala ALQEREM

21. Con el fin de pedir ayuda, Ismat y Ala se dirigieron a una zona de tránsito, situada en el noroeste. Primero atravesaron el grupo de casas, por callejas que bajaban hacia la gran calle. Allí se encontraron al descubierto, pidiendo socorro a gritos, cuando un tercer disparo les alcanzó. Sus cuerpos aparecieron separados uno de otro unos diez metros y despedazados. Los cuerpos estaban tan irreconocibles y los restos humanos tan esparcidos que cuando dos días después, los habitantes volvieron al barrio -al no haber encontrado todavía a Amira- creyeron que ella también había sido victima de ese tercer misil. d – El cuarto disparo: otro impacto sobre el cadáver de Fathi Dawson ALQEREM y sobre Amira ALQEREM

22. Con esta tercera explosión y al no oír las llamadas de socorro, Amira ALQEREM comprendió que su hermana Ismat y su hermano Ala también habían sido avistados y abatidos. Inmediatamente pensó que debía intentar protegerse y muerta de miedo se dirigió como pudo a la casa. La cuarta explosión se produjo a sus espaldas y Amira vio las piernas de su padre arrancadas por la onda expansiva.

C – Cómo logró sobrevivir Amira ALQEREM hasta el 17 de enero de 2009

1 – El jueves 15 de enero de 2009

23. Amira ALQEREN; semiinconsciente, se quedó dormida en la casa, bajo la entrada.

24. Al despertar y con muchas dificultades, pudo beber del grifo.

25. Su único objetivo era conseguir ayuda. Se acercó al cuerpo de su padre, para coger el teléfono móvil, que no funcionaba. Tuvo la idea de coger la tarjeta y dirigirse a casa de una tía que vivía a unos 500 m. Como no podía andar, recorrió esa distancia arrastrándose, protegiéndose la pierna con una media, para llegar ya de noche y descubrir que la casa estaba vacía.

26. Agotada, se quedó dormida en la calle, contra una pared.

2 – El viernes 16 de enero de 2009

27. Al despertarse, Amira ALQEREM vio, no muy lejos, una casa que conocía porque pertenecía a un periodista cuya hija había sido amiga de su hermana Ismat. Pudo entrar, ya que la cerca estaba defectuosa, y acceder a la casa. Pudo beber agua que había quedado en una botella. Encontró cojines y ropa y se quedó dormida, perdiendo varias veces la consciencia y en un estado de extrema debilidad. 3 – El sábado 17 de enero de 2009

28. El 17 de enero, a eso de la una de la madrugada, Eid Imad regresó a su casa, ya que se había dado la orden de que los tanques se retiraran. Allí se encontró a Amira y la llevó inmediatamente al hospital de Shifa, donde se hicieron cargo de ella, empezando con una serie de transfusiones de sangre. Cuatro días después, su estado general se había estabilizado lo suficiente para que pudiera aguantar una intervención quirúrgica en la pierna.

29. Amira ALQEREM pudo viajar a Francia, a finales de julio de 2009, para que se le practicaran cuidados sanitarios, previos a una larga rehabilitación.

II- Las denuncias

1 1 - Admisibilidad

30. Al tratarse de una denuncia de hechos, en el marco del artículo 15.1 del Estatuto, la admisibilidad de la acción de una menor no es contestable.

31. En caso de que sea necesario, Amira ALQEREM solicita la aplicación de las disposiciones de la Convención sobre los Derechos del Niño, aplicable sin reservas en los territorios ocupados e invoca el Estatuto del menor maduro, reconocido por la Cámara de los Lores en el caso Gillick aplicable desde el momento en que se trata de la salud, componente del derecho a la vida .

2 - Competencia de la Corte

32. Estos hechos son de la competencia de la Corte, al tratarse del análisis previo de la situación en Palestina, que está actualmente en curso en su oficina con las referencias anteriormente citadas.

33. Amira ALQEREM ve como se le impone la situación jurídica de Palestina, sin regular desde hace 60 años. Sería especialmente injusto que se cuestione su derecho a acceder a la justicia –que, como está hoy ampliamente aceptado, se desprende del jus cogens - alegando que la comunidad internacional se ha equivocado al haber contribuido a crear el contexto del conflicto israelí-palestino, mediante la resolución 181 de 29 de noviembre de 1947 y por sus carencias ulteriores. Además, la Asamblea General de la ONU alude con frecuencia al compromiso de su responsabilidad, dato que la Corte Penal Internacional, independiente, debe tener en cuenta a la hora de establecer el marco jurídico.

34. Por ejemplo, la resolución de 20 de julio de 2004:

« La Asamblea General de la ONU “Reafirmando la responsabilidad permanente de la Organización de las Naciones Unidas en la cuestión palestina hasta que todos los aspectos de dicha cuestión se hayan solucionado de forma satisfactoria, sobre la base de la legitimidad internacional (...)”

35. Por lo demás, hay que señalar que lo que, al parecer, le falta a Palestina para alcanzar el estatuto de Estado de pleno derecho es precisamente lo que le usurpa el Estado de Israel, para cometer mejor sus crímenes y prohibir a las víctimas actuar ante la justicia.

36. Al tratarse específicamente de los derechos del niño y dado que ningún otro Estado puede, de hecho, garantizar la defensa de sus derechos, es imposible dejar a Palestina fuera de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, salvo si se acepta, ante la conciencia del mundo, una denegación de justicia .

3 – Petición de que se abra una investigación

37. El acceso a la justicia para que se abra una investigación, forma parte del reconocimiento del derecho de las victimas y de la lucha contra la impunidad. El ejercicio de la acción penal es una forma pertinente de aplicación del derecho, pero es también el mejor medio para evitar que se repitan situaciones que ponen en peligro los derechos humanos .

38. El relato de Amira ALQEREM es preciso y detallado. Describe varias fases, que responden a una lógica, ya sea militar o criminal.

39. Los elementos subjetivos se ajustan a los elementos objetivos:

- el barrio carecía de objetivos militares y no había sido objeto de bombardeos sistemáticos, ni antes ni después del 14 de enero. - los cuatro disparos realizados el 14 de enero de 2009 apuntaban siempre a personas, sin que pudiera haber ninguna duda para los militares de que se trataba de civiles, ya que actuaban con un rastreo a muy baja altitud;

- el segundo y el tercer disparo apuntaban a niños en busca de ayuda;

- el segundo disparo se produjo cuando Ismat y Ala ALQEREM se habían alejado de la casa, lo que prueba que se les vigilaba y se les apuntó;

- el cuarto disparo apuntaba a un niño que estaba en el suelo y que intentaba salvar la vida.

40. Del mismo modo, el relato de Amira ALQEREM está apoyado por elementos materiales:

- el plano de la zona, que muestra los diferentes puntos de disparo;

- las fotografías en las que se ven los daños materiales, que por muy lamentables que sean, fueron limitados, ya que los cuatro disparos se dirigían exclusivamente contra un objetivo humano;

- el testimonio de Eid Imad que encontró a Amira ALQEREM, el 17 de enero de 2009;

- los informes médicos sobre el estado del cuerpo de las víctimas muestran que se utilizaron armas de gran potencia;

- los informes médicos de la admisión de Amira ALQEREM en el hospital de Shifa.

41. Estos hechos establecen la intención homicida contra civiles, por medios militares y al margen de toda ventaja militar, lo que justifica plenamente una investigación por crimen de guerra y crimen contra la humanidad, en virtud de los artículos 7 y 8 del Estatuto de la Corte Penal Internacional.

4 4 – Derechos de la víctima

42. Amira ALQEREM solicita ser informada del curso dado a su petición, con el fin de poder ejercer sus derechos de víctima, conforme al artículo 15.3 y 68.3 del Estatuto y de acuerdo con la elección de domicilio señalada al principio de esta denuncia.

Dado en...

Comunicado de prensa

29 de agosto de 2009

El 31 de agosto de 2009, Amira Alqarem, joven palestina de 15 años, gravemente herida durante la operación ”plomo fundido”, se dirigió a la oficina del Fiscal de la Corte Penal Internacional de La Haya para presentarle dos testimonios: el relativo a la muerte de tres de sus familiares ante sus propios ojos y el de su calvario y su supervivencia en esas circunstancias, durante la agresión del ejército israelí sobre Gaza el pasado mes de enero.

Este testimonio tiene una particular importancia, ya que es el primero directamente presentado por una víctima.

Desde el 22 de enero de 2009, se han remitido numerosas investigaciones a la oficina del Fiscal, Luis Moreno Ocampo. Hasta ahora, este último no ha dado curso a ninguna, escudándose en la cuestión de saber si la Autoridad Palestina, en nombre de Palestina, tiene capacidad, según las disposiciones del Estatuto de Roma, para reconocer la competencia de la Corte Penal Internacional en materia de los crímenes cometidos en Palestina. La Autoridad Palestina, ha deseado que esto sea así para todos los crímenes cometidos desde la creación de la Corte en 2002, y más especialmente para los cometidos en Gaza en 2008-2009.

Algunos expertos de reconocido prestigio, al ser interrogados sobre este tema, han respondido que no hay ninguna duda de que la Autoridad Palestina tiene capacidad, porque Palestina está dotada, al menos desde enero de 1919, de todos los atributos esenciales para constituir un Estado. Por lo tanto, desde que recibió la carta de intenciones firmada por la Autoridad Palestina y según el Estatuto de Roma, el Fiscal está perfectamente habilitado para remitir a la Sala de Cuestiones Preliminares de la Corte Penal Internacional el conjunto de elementos que ha recibido, ya procedan de las ONG o de Instituciones Internacionales.

Hoy, además, se añade el testimonio de Amira Alqarem. La evidencia del crimen de guerra, del que este testimonio es una prueba irrefutable. ¿Bastará para convencer al Fiscal de que empiece a hacer, de forma urgente, lo que el espíritu de la ley y la norma de derecho exigen en estas circunstancias?

No reconocer su “derecho a la justicia” a los palestinos, víctimas de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad, supondría, en este caso, considerar que la Banda de Gaza, a los ojos de la comunidad internacional, potencialmente solo es una “zona muerta”. Eso sería no reconocer a las mujeres y a los hombres que viven allí su condición de seres humanos, cuestionando así cualquier aspiración a una justicia internacional.

Asociaciones firmantes: UJFP (1) Asociación Marroquí de Derechos Humanos Tribunal Permanente de los Pueblos/Fundación Lellio Basso





De vuelta a La Haya

La noche del domingo 30 de agosto estuvimos con Amira en casa de la familia de Mohamed, médico palestino que trabaja desde hace 23 años en Lille, que la atendió en Gaza y le hace un seguimiento para que el tratamiento que le administran le permita recuperar el uso de la pierna. Ya hace dos semanas que la familia de Mohamed acogió a Amira y lo hará durante el tiempo que sea necesario antes de que regrese a Gaza. Esa noche también estaba presente el coordinador del colectivo de abogados, Gilles Devers, abogado del Ilustre Colegio de Lyon. La finalidad de ese encuentro era hacer una última puesta en común antes de que Amira presentara su testimonio como víctima de la agresión israelí sobre Gaza. Tras una larga conversación, que permitió ver el alcance de su motivación, al tiempo que el abogado le exponía las repercusiones de prestar ese testimonio, Amira firmó la denuncia.

Amira, muchacha frágil de quince años con una conciencia política y solidaria sobre las razones que la mueven a hacer lo que acaba de hacer ante la CPI. Absolutamente increíble en una chica de quince años, una bonita lección de sentido de la responsabilidad y sin ninguna agresividad hacia aquellos que cometieron tales crímenes, solo una reivindicación: que la justicia actúe y que sea igual para todos. Estábamos cautivados por su encanto y muy impresionados. Una fuerza de carácter y una dulzura extremas.

Salida hacia La Haya, el 31 de agosto desde Lille, en autobús.

Asociaciones presentes: UJFP, AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos), La Voix de l'Enfant, AFPS (2)/grupo de Douai CAPJPO,... Abogados de París, Niza y Argel.

Llegada a La Haya:

Conferencia de prensa en la que la prensa brilló por su ausencia, solo se presentaron tres medios: las cadenas de televisión AL JAZIRA y AL ARABIA, y la AFP (3).

A las 16:30 h, presentación de la denuncia.

El centenar de personas que quisieron acompañar a Amira permanecían bajo el sol ante el edificio de la CPI, con banderas palestinas, koufiyeh (pañuelos palestinos) y banderolas, y coreaban lemas reclamando justicia para Amira ElQerem.

Solo pudieron entrar Gilles Devers y Amira. Permanecieron 45 minutos dentro del edificio de la CPI. La salida fue emocionante bajo los vivas de los presentes. Amira sonriente y enseñando el papel de la Corte que probaba que acababa de presentar su testimonio, como víctima de crímenes de guerra cometidos con intención de matar. Su testimonio no ofrecía ningún equívoco…

Entre tanto, Sion Assidon, enviado por la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, se dirigió a la Oficina de Ocampo, solicitó verle y consiguió cita para las 17 h.

Fuimos juntos a esa cita, mientras que el centenar de acompañantes regresaban en el autobús a Lille, a donde llegaron hacia las 21:30 h.

Cita con Ocampo:

Quería saber por qué se había producido una manifestación bajo las ventanas de la CPI. Se lo explicamos detenidamente. Entonces afirmó con rotundidad que ese tipo de testimonios era importante y servía para reforzar las investigaciones ya presentadas en su oficina y su voluntad de ir más lejos, en particular en el caso de Palestina. Cuantos más testimonios hubiera de este tipo, presentados directamente por las víctimas o indirectamente a través de sus abogados, mayor sería la contribución al proceso de la lucha contra la impunidad. Otros testigos, no necesariamente las víctimas, pueden aportar su testimonio: los médicos entre otros.

Nos informó de que el 1 de septiembre iba a recibir a una delegación de Sudáfrica que venía a presentar una solicitud para que se persiga a uno de los consejeros jurídicos del ejercito israelí –como órgano del Estado- que tiene doble nacionalidad: israelí y sudafricana. Es un nuevo caso que deberemos tener en cuenta y que va a ayudar considerablemente a avanzar.

Pronto le llegarán dos importantes informes: el de Richard Goldstone, Consejo de Derechos Humanos de la ONU (Ginebra) y el de Navi Pillay, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.

El planteamiento de Ocampo es que la impunidad debe ser perseguida sea cual sea el Estado en cuestión. La petición de la Autoridad Palestina de reconocer la competencia de la Corte cuando le es negada la categoría de Estado es un paso importante que debería permitir algunos avances.

La cuestión que se plantea mediante los crímenes de guerra cometidos por el ejército israelí es la más amplia de la filosofía del derecho y su función.

Todavía hay muchas etapas que debemos superar para llegar a una competencia realmente universal para el conjunto de los pueblos, con o sin Estado. Mientras, el trabajo llevado a cabo desde la guerra del Líbano en 2006 es importante y fundamental

Y lo que ha sucedido en Gaza muestra de forma tajante la necesidad de responder al “derecho a la justicia” -como exigencia universal fundamental.

Según él, el camino elegido por algunas asociaciones de hacer lo necesario para que los crímenes de guerra y contra la humanidad no queden impunes es esencial, incluso si parece difícil y largo, incluso muy largo...

Según Ocampo, el papel de las ONG es esencial para avanzar por esa vía.

Si hubiera que sacar una conclusión de la jornada del 31 de agosto, sería esta: Solo se moverá si participamos y exigimos que se mueva. Solo se moverá porque nosotros vamos a conseguir, con nuestro trabajo y nuestra reflexión, que cambien las líneas del derecho que algunos prefieren aplicar al caso. Debemos seguir considerando y adoptando formas de actuar que muestran que el derecho es uno de los medios de transformación social y un factor de cambio. El trabajo realizado desde el 21 de enero responde a ese fin. Por eso es muy importante seguir en esa vía de dinámica de cambio y participar en todo lo que pueda facilitar la evolución del proceso que busca alcanzar la competencia universal con una jurisdicción realmente y efectivamente universal.

Texto redactado por Mireille Fanon-Mendès-France, Sion Assidon, Gilles Devers

París, 1 de septiembre de 2009

NOTAS:

1. http://www.icc-cpi.int/menus/icc/structure%20of%20the%20court/office%20of%20the%20prosecutor/comm%20and%20ref/palestine/palestine?lan=en-GB

2. Informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre Gaza, Ningún sitio donde protegerse, presentado a la Liga de Estados Árabes el 30 de abril de 2009. Resumen analítico, disponible en el sitio web de la ONU, Consejo de Seguridad, S/2009/244. Estas cifras las proporcionan igualmente el Centro Palestino para los Derechos Humanos, el Ministerio de Salud o la UNRWA.

3. Consejo de Derechos Humanos, Situación en Palestina y en el resto de los territorios árabes ocupados, A/HRC/12/37, 13 de agosto de 2009.

4 Tribunal Internacional de Justicia, Consecuencias jurídicas de la construcción de un muro en territorio palestino, dictamen de 9 de julio de 2004, apart. 113; Comité de Derechos Humanos, CCPR/C0/78/ISR, 21 de agosto de 2003, apart. 11; Consejo Económico y Social, 09-42998, Repercusiones económicas y sociales de la ocupación israelí en las condiciones de vida del pueblo palestino, 29 de julio de 2009, p. 1.

5. Gillick c. West Norfolk and Wisbech Area Health Authority, [1985] 3 All E.R. 402. Esta jurisprudencia fue adoptada desde entonces por muchos Estados. Corte Suprema de Estados Unidos, Planned Parenthood of Central Missouri c. Danforth Attorney General of Missouri, 428 U.S. 52 (1976); Alto Tribunal de Australia, Secretary, Department of Health and Community Services c. J.W.B. (Marion’s Case) (1992), 175 C.L.R. 218; Corte Suprema de Canadá, A.C. c. Manitoba (Director de los servicios a la infancia y a la familia), 26 de junio de 2009, 2009 CSC 30, n° 31955. Para el Comité de Derechos Humanos, debe facilitarse el acceso a la justicia del niño: CCPR Comunicado 397/1990, x. c. Dinamarca, 22 de julio de 1992, apart. 5.2.

6. Comité de Derechos Humanos, CCPR/C/21/Rev.1; Observación general, nº 14, 27 de mayo de 2008.

7. CEDH sentencia Golder c. Reino Unido, 21 de febrero de 1975, apart. 35, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Goiburú c. Paraguay, 22 de septiembre de 2009, apart. 131; Tribunal Especial para el Líbano, Juez de instrucción, 15 de abril de 2009, CH/PTJ/2009/03; TPIY, Sentencia Fwundzija ,10 de diciembre de 1998, apart. 153-157.

8. Asamblea General, AG/1488, 2 Resolución ES-10/15 de 20 de julio de 2004, que exige que Israel cumpla sus obligaciones en virtud del dictamen de la CIJ sobre la construcción de un muro en territorio palestino ocupado.

9. Corte Suprema de Justicia de Israel, Physicians for Human Rights c. Primer Ministro de Israel, 19 de enero de 2009, HCJ 201/09, y Gisha Legal Center for Freedom of Movement c. Primer Ministro de Israel, 19 de enero de 2009, HCJ 248/09.

10. Corte Interamericana de Derechos Humanos, Velasquez Rodríguez, 29 de julio de 1988, serie C, n° 4.

11. CPI, Sala de Asuntos Preliminares 1, República Democrática del Congo, 17 de enero de 2006, n° ICC-01/04; Tribunal Interamericano de Derechos Humanos, Blake c. Guatemala, 24 de enero de 1998, Serie C, n° 36; CEDH, Perez c. Francia, 12 de febrero de 2004, n° 47287, par. 68.

NdT :

(1) Union Juive Française pour la Paix (Unión Judía Francesa por la Paz)

(2) Association France Palestine Solidarité (Asociación de Solidaridad Francia-Palestina)

(3) Agence France-Presse (Agencia Francesa de Prensa)

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