sábado, 28 de marzo de 2009

Ehud Barak entra «en el basurero de la historia»




Pierre Barbancey
L’Humanité
28-03-2009
Traducido para Rebelión por Caty R.


Israel. Los laboristas formarán parte del gobierno de Netanyahu con la extrema derecha. Un partido de colonos podría unirse a ellos.
Ehud Barak ha ganado su apuesta y a va conseguir su ministerio de Defensa. Los laboristas israelíes aprobaron el martes su propuesta de que el partido forme parte de una colación gubernamental profundamente anclada en la derecha. La moción que defendía Barak se aprobó por una clara mayoría del 59% de los votantes del congreso laborista tras una reunión extraordinaria en Tel Aviv.
Una pátina más aceptable
Un resultado que ha colmado de alegría a Bejamin Netanyahu, el jefe del Likud que dirigirá el próximo gobierno y obtiene de esta forma, gracias a Barak, una pátina más aceptable en el escenario internacional. Netanyahu ya obtuvo el apoyo de la extrema derecha laica de Avigdor Lieberman, Israel Beiteinou y el partido ultraortodoxo Shass. Con la adhesión de los laboristas, ahora dispone de una mayoría estable, con 66 diputados sobre 120, a pesar de que un diputado opuesto a la moción de Barak, Ofir Pinès, ha amenazado con no participar en la coalición recriminando al líder laborista: «Usted obtuvo un mandato para dirigirnos, no para arrojar el partido al basurero de la historia».
Sin embargo, después de la votación, algunos de los cargos electos opuestos al acuerdo de coalición, entre ellos el ex ministro de Defensa Amir Peretz (que puso en marcha la guerra contra Líbano en 2006), han declarado que respetarán la decisión de la mayoría. Por su parte, el jefe de la central sindical Histadrout, Ofer Eini, que había defendido la entrada en el gobierno, considera que el voto «permitirá llevar a cabo un programa gubernamental contra el desempleo», con lo que parece que ignora que cuando Netanyahu fue ministro de Economía, su política ultraliberal de privatización surtió el efecto contrario.
Ehud Barak realmente podría decir: «No tengo miedo de Benjamin Netanyahu, nosotros no seremos su taparrabos, sino un contrapeso que actuará de tal manera que hará que el gabinete no sea (exclusivamente) de derecha». Lo que se vislumbra es muy inquietante. En primer lugar, el acuerdo es muy vago en lo que se refiere al relanzamiento del proceso de paz entre Israel y Palestina deseado, en principio, por los laboristas. Barak tampoco hace ninguna mención de un reglamento base para la creación de un Estado palestino junto a Israel, y se limita a declarar que el futuro gobierno «respetará los acuerdos firmados» por sus predecesores.
Barack Obama no tranquiliza
Sin ninguna duda, no es por casualidad que Netanyahu comenzase ayer las negociaciones con «El Hogar Judío», un partido de extrema derecha próximo a los colonos, con el fin de alinearlo con el gobierno. Lo cual no debería molestar a Ehud Barak quien, mientras fue Primer Ministro, batió todas las marcas de construcciones de colonias en los territorios ocupados.
También son inquietantes las declaraciones de Barack Obama, quien se limita a decir que: «Es crucial que progresemos hacia una solución de dos Estados donde israelíes y palestinos puedan convivir pacíficamente, en su Estados, en paz y seguridad», sin referirse a las fronteras de 1967, a Jerusalén Este como capital palestina, a la suspensión de la colonización o al derecho de retorno de los refugiados.
Si para el futuro de la política israelí, las únicas garantías son ahora Ehud Olmert, Primer Ministro saliente, y Tzipi Livni, todavía ministra de Asuntos Exteriores, ambos responsables de la guerra desatada este invierno en Gaza e incapaces de la menor iniciativa política valiente, efectivamente, hay motivos para preocuparse.
Texto original en francés:
http://www.humanite.fr/2009-03-26_International_Ehoud-Barak-entre-dans-la-poubelle-de-l-histoire

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Barak, la hoja de parra de Netanyahu




Khalid Amayreh
al-Ahram Weekly
28-03-2009
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos


El recién nombrado primer ministro israelí Benyamin Netanyahu y el líder del Partido Laborista Ehud Barak han llegado a un acuerdo que allanará el camino para que el este último se una al gobierno dirigido por el Likud, que se espera que se dé a conocer la semana que viene.
Según este acuerdo, Barak seguirá siendo ministro de Defensa y su partido recibirá varias carteras de menor importancia entre las que se incluyen Agricultura, Infraestructuras, Industria, Comercio y Trabajo, y un ministerio sin cartera.
Políticamente el acuerdo estipula que Israel formulará un plan global para la paz y la cooperación en Oriente Medio, continuar con las conversaciones de paz con los palestinos y comprometerse con los acuerdos de paz ya firmados.
El acuerdo también habla de “actuar en contra de las construcciones ilegales árabes y judías” en Cisjordania, lo que sugiere que el próximo gobierno redoblará la virulenta práctica de demoler las casas palestinas. Desde que ocupó Cisjordania, Jerusalén este y Gaza en 1967 Israel ha demolido al menos 20.000 casas árabes bajo diversos pretextos. El gobierno también está planeando destruir cientos de casas en el ocupado Jerusalén este en lo que un dirigente palestino ha descrito como “decapitar la presencia demográfica árabe” en la ciudad. La Autoridad Palestina sigue esperando hacer de Jerusalén la capital de un futuro Estado palestino.
Los comentaristas israelíes argumentan que el acuerdo entre el Likud y el Partido Laborista es demasiado general para ofrecer una clara imagen de la exacta asociación entre ambos partido. Sin embargo, la “ambigüedad constructiva” podría dar a ambos la sensación de haber conseguido lo que querían.
Barak ha dicho muchas veces que él no se uniría a una coalición de derecha. Sin embargo, en los últimos días parece haber cambiado de opinión a pesar de la fuerte oposición que hay dentro de su partido a unirse a la coalición del Likud, que los observadores ya han calificado como el gobierno más de derecha de la historia de Israel.
El acuerdo entre Barak y Netanyahu no es definitivo ya que tiene que ser aprobado por la asamblea general del Partido Laborista que se reunirá para votar sobre ello.
Una sólida pluralidad, quizá una mayoría, dentro del Partido Laborista se opone firmemente a unirse a un gobierno dirigido por el Likud, por razones ideológicas y también porque muchos laboristas tradicionales consideran que el hecho de que Barak acepte “desempeñar un papel secundario” respecto a Netanyahu es una muestra de oportunismo barato. Esto, según calculan los dirigentes laboristas, perjudicarían gravemente la imagen del Partido Laborista como un partido progresista y futura alternativa a la demagogia de la derecha. El propio Barak solía condenar al Likud por representar al “capitalismo canallesco”.
Ophir Pines-Paz es uno de los más fervientes oponentes de Barak y de cualquier acuerdo con el Likud. Afirma que lo único que hará Netanyahu será usar a Barak y a cualquiera que se una a él desde el Partido Laborista como “una mera hoja de parra” para desdibujar y ocultar la verdadera naturaleza del próximo gobierno.
“Es completamente natural que Barak quiera unirse al gobierno de Bibi-Lieberman”, afirma Pines-Paz, el único ministro que abandonó el gobierno de Olmert cuando el dirigente de Yisrael Beiteinu, Avigdor Lieberman, se unió a él. “Él no tiene problema alguno con la ideología. Quizá puedan ustedes recordarme cuántos puestos de avanzada ha evacuado Barak hasta ahora y exactamente cómo acató el [informe] Talia Sasson sobre la expansión de los asentamientos”, afirmó refiriéndose a un informe oficial del gobierno publicado el 8 de marzo 2005. Este informe, encargado por el ex-primer ministro Ariel Sharon, fue dirigido por el ex-director del Departamento de Acusación Criminal del Estado, Talia Sasson.
El 23 de marzo los oponentes a Barak dentro del Partido Laborista lo acusaron de “ tratar de entregar el Partido Laborista a Yisrael Beiteinu” y de “actuar como si tuviera 50 escaños en el Knesset en vez de haber sufrido una derrota electoral”.
Según el diario Haaretz, siete legisladores laboristas, incluyendo a Pines-Paz, enviaron una carta sin precedentes a Netanyahu y a su ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, en la que declaraban que ellos no estarían vincualdos por el acuerdo alcanzado entre Barak y el dirigente del Likud. “Esta es la primera vez en la historia del Partido Laborista en la que el presidente ha establecido un equipo negociador sin que haya habido una discusión exhaustiva dentro del partido y sin obtener la aprobación de ninguno de sus órganos. Es una grave violación de la constitución del partido”.
Los rebeldes también advirtieron a Netanyahu de las consecuencias de las acciones de Barak: “Debe usted saber que el equipo negociador establecido por la facción de Barak dentro del Partido Laborista no tiene nuestro respaldado ni el de ninguna de las partes oficiales autorizadas. Es muy desafortunado que el presidente del partido decida dirigir cuestiones del partido de esta manera. Dadas las circunstancias, debemos informarle de que no puede contar usted con nuestro apoyo en relación a ningún acuerdo al que pueda usted llegar con Ehud Barak”.
Tratando de justificar su decisión de unirse al partido de Netanyahu, Barak dijo a sus compañeros legisladores del Partido Laborista que su participación en el gobierno garantizaría que éste no se escoraba demasiado hacia la derecha. Sin embargo, este argumento es considerado muy falso y carente de rectitud.
Barak ya ha demostrado que está de acuerdo con el Likud acerca de expandir los asentamientos. Bajo su autoridad como ministro de Defensa en el anterior gobierno, la expansión de los asentamientos en Cisjordania continuó imparable a pesar de los compromisos asumidos con los estadounidenses de congelar su expansión. Según el destacado periodista israelí Akiva Eldar, varios nuevos asentamiento recientemente creados se presentaron como “simplemente nuevos barrios de los asentamiento ya existentes”. En algunos casos, los nuevos barrios está a más de 5 kilómetros del asentamiento del que se supone son barrios. “¿Quién quiere enviar a sus hijos a una guardería al otro lado del muro, por no mencionar los costes en infraestructuras y servicios?”, preguntó Eldar.
Además, existen indicios de que Barak ya está tratando de atraerse el cariño de los partido de extrema derecha, como el partido de los colonos Habayt Hayahudi (Hogar Judío) así como del Shas y Judaísmo de la Torah Unida, antes conocido como Agudat Yisrael.
Su papel es claramente actuar como facilitador de los partidos fascistas y pro-colonos para “blanquear” sus manifiestamente ilegales asentamientos (ilegales incluso para los criterios israelíes) construidos sobre tierra palestina robada.
La semana pasada, Barak, en tanto que ministro de Defensa, decidió legalizar el nuevo asentamiento de Sansana al sur de las colinas de Hebrón que hasta los tribunales israelíes había declarado ilegal. De manera parecida se negó a ratificar una orden de desmantelamiento de casas construidas sobre tierra palestina robada en el asentamiento de Ofra al norte de Cisjordania.
A la luz de todo esto, no es difícil predecir cómo va a funcionar el gobierno Netanyahu-Lieberman-Barak respaldado por paridos de colonos y religiosos extremos.
Usando las palabras de un periodista israelí, el próximo gobierno tendrá un modus operandi basado en el engaño, el subterfugio y la prevaricación. “Será un gobierno que afirmará estar comprometido con la paz mientras que en realidad hace todo lo posible para hacer que la paz sea tan difícil de alcanzar y distante como siempre”.
Enlace con el original: http://weekly.ahram.org.eg/2009/940/re101.htm

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Los sionistas bombardean Sudán sin ningún complejo, sin que haya ninguna reacción de las “potencias occidentales”




Nadine Acoury

27 /03 / 2009

International Solidarity Movement

Sin complejos y en toda legalidad, nadie osa oponerse, los sionistas han declarado orgullosamente que su aviación ha bombardeado en enero de 2009, a 1.400 kilómetros de las fronteras de Palestina ocupada, un convoy de 17 camiones que “transportaba armas iraníes desde Sudán a Gaza destinadas a Hamas”, matando a 39 personas del convoy y a un número indeterminado de civiles de la región.
Se pretende que el mensaje llegue al gobierno iraní y a todos los otros, pues el orden mundial imperialista debe reinar en todas partes, para ellos se puede bombardear, masacrar, poner en una lista de terroristas, imponer un bloqueo, ocupar, pillar e imponer la ley de la civilización.
Todas las potencias occidentales se cuadran delante de los sionistas, recordemos que Estados Unidos y Europa han firmado con ellos unos acuerdos para «bloquear el contrabando de armas destinadas a Gaza» y que el pueblo de Gaza, después de haber soportado un millón y medio de toneladas de bombas (es decir una tonelada por habitante) en diciembre-enero de este año, se supone que debe renunciar a la resistencia y levantar la bandera blanca, para que los americanos y los saudíes acepten pagar la reconstrucción de la destrucción de la única democracia de oriente próximo.
Ninguna información, nada sobre esta masacre que habría ocasionado centenares de muertos en enero y que ha sido totalmente ocultada durante dos meses, cosa “sorprendente” en la prensa francesa que reacciona prontamente sobre las actos realizados por criminales de guerra cuando éstos son africanos.
Un corto artículo en The Independent recuerda la conferencia prevista en Ottawa para mayo de 2009 para coordinar la lucha contra el contrabando de armas destinadas a los terroristas palestinos de Gaza, en la que participarán Canadá, Estados Unidos, Israel, Inglaterra, España, Francia, Alemania, Italia, Noruega y Dinamarca.


Según EE.UU.

Israel bombardeó el convoy de presuntos traficantes de armas en Sudán


27 de marzo de 2009

EP/eldiarioexterior.com
El primer ministro saliente de Israel, Ehud Olmert, no comentó directamente estas informaciones, pero en un discurso pronunciado ayer en la ciudad de Herzliya manifestó: "Estamos emprendiendo acciones allá donde podemos atacar la infraestructura terrorista, en lugares cercanos y en otros no tan cercanos"
Aviones de la fuerza aérea israelí atacaron la caravana de presuntos traficantes de armas el pasado mes de enero en Sudán que se dirigía a Egipto y que, según algunas fuentes, tenía como destino la Franja de Gaza y como receptores a los terroristas de Hamás. Casi todos los ocupantes de los vehículos fallecieron en el bombardeo.Así lo indicaron hoy fuentes oficiales estadounidenses al diario ´The New York Times´, que añadieron que el ataque tuvo lugar en plena ofensiva militar en la Franja con el objetivo de detener el flujo de armas con destino a Gaza.Dos fuentes oficiales que tuvieron acceso a informes clasificados de los servicios de Inteligencia explicaron que estos textos señalan que Irán estuvo implicado en los intentos por introducir armas en Gaza y que la Guardia Revolucionaria utilizó para ello el territorio sudanés.No obstante, un antiguo responsable estadounidense aclaró que la procedencia exacta de las armas no se sabe por el momento, según ´The New York Times´.Aunque el bombardeo tuvo lugar hace dos meses, no se conoció hasta ayer, cuando autoridades sudanesas informaron de que un convoy de camiones fue atacado en el este del país por lo que denominaron "combatientes americanos" y que decenas de personas murieron.Un portavoz del Gobierno sudanés, Rabie A. Atti, situó el balance de víctimas en más de 40, aunque el número exacto sigue siendo desconocido, y después afirmó que la caravana atacada no transportaba armas. En cuanto a la nacionalidad de las fuerzas que atacaron, Atti subrayó que no diferencia "entre Estados Unidos e Israel" porque "son uno solo". Tras estas declaraciones, el portavoz del Comando estadounidense en África, Vince Crawley, desmintió que sus aviones bombardearan en Sudán. "El Ejército de Estados Unidos no ha llevado a cabo ningún ataque aéreo, no ha lanzado ningún misil ni ha realizado ninguna operación de combate en o en los alrededores de Sudán desde octubre de 2008", indicó.Así, una de las fuentes anónimas citadas por ´The New York Times´ confirmó la responsabilidad de Israel en el bombardeo de enero y aseguró que éste fue uno de algunos ataques que llevó a cabo el Ejército israelí contra el envío de armas a Gaza.El primer ministro saliente de Israel, Ehud Olmert, no comentó directamente estas informaciones, pero en un discurso pronunciado ayer en la ciudad de Herzliya manifestó: "Estamos emprendiendo acciones allá donde podemos atacar la infraestructura terrorista, en lugares cercanos y en otros no tan cercanos".En este sentido, el general retirado Shlomo Brom señaló ayer en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, en Tel Aviv, que sería "muy lógico" que Israel hubiera querido bombardear un convoy de armas en Sudán. "Encaja exactamente con el patrón de cómo opera Israel", añadió.

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Haití 5 años de ocupación desconocida, 5 años de resistencia ignorada





Sáb, 28/03/2009


Anonim@


Bay kou, bliye. Pote mak, sonje("Quien golpea, olvida. Quien queda con la cicatriz, recuerda" Proverbio Haitiano)


5 años se han cumplido desde que Ayití, paradojalmente la primera república latinoamericana en emanciparse del yugo colonial, se encuentra bajo ocupación militar foránea. En estricto rigor, es el único país latinoamericano bajo ocupación militar en la actualidad. Clavada en medio del Caribe, compartiendo territorio con República Dominicana, de cara a Florida y a Cuba, esta pequeña nación desde hace un lustro que está ocupada por 7.036 soldados y 2.053 policías de la ONU (que hacen parte de una misión “humanitaria”, la MINUSTAH). No es primera vez que Ayití es ocupada militarmente: aún quedan profundos traumas de la ocupación norteamericana que desde 1915 a 1934 enlutó todos los hogares campesinos ayisien. Desde entonces, la intervención política imperialista, principalmente norteamericana, pero también canadiense y francesa, ha sido una constante.
Pero esta ocupación iniciada el 29 de Febrero del 2004 es diferente: y no sólo porque es una ocupación a cargo de la ONU, lo que da un cierto velo de “legitimidad” a esta violación a la dignidad del pueblo ayisien. Esta ocupación es radicalmente diferente a las anteriores, pues por primera vez son países latinoamericanos que invaden y ocupan a otro.
En Febrero del 2004, tras un mes de insurrección armada, financiada y preparada por la CIA en contra del gobierno populista de Jean Bertrand Aristide, tropas de los EEUU, Francia, Canadá y Chile, desembarcan en Ayití y secuestran al presidente Aristide, quien se había logrado ganar la desconfianza de Washington y París, y quien desde siempre había enfrentado la enconada oposición de una oligarquía makoute, reacia a ceder siquiera una pulgada de su poder atesorado en dos siglos de vida republicana. La excusa para este desembarco es la aparentemente altruista labor de restaurar el orden y proteger la seguridad de los ayisien (cabe destacar que estos sentimientos altruistas brillaron por su ausencia durante años de sanciones económicas y saqueo abierto a la economía ayisien por parte de yanquis y franceses). El derrocado presidente es enviado a la República Centroafricana en un avión, los “rebeldes” al servicio de la CIA consuman innumerables masacres de miles de partidarios del presidente Aristide en los barrios populares, los bidonville, y establecen un régimen de terror en las Zonas Francas, donde operan importantes empresas trasnacionales como Levis y Walt Disney. Esto, sin que los autoproclamados defensores del pueblo ayisien siquiera se inmutaran. Luego, se instala a un títere de la oligarquía haitiana y de la Casa Blanca, en el poder, Gerard Latortue, y lo que se termina así de fraguar, es un Golpe de Estado sui generis en un país sin ejército, con la participación de bandas armadas al servicio de la CIA y ejércitos extranjeros.
Ayití, un protectorado custodiado por los cascos azules
A mediados del 2004, como una manera de dar un cierto velo de legitimidad a la ocupación, y en medio de crecientes dificultades militares en Irak para los EEUU, se llama a la ONU para que se haga cargo de una situación caótica en el país. Así, los EEUU se retiran de la escena principal y la presencia de la ONU da un certificado “humanitario” a la ocupación. Tal es el origen de la MINUSTAH: es la continuación de las fuerzas militares, a la vez golpistas y de ocupación, que se impusieron a sangre y fuego en ese cada vez más lejano golpe del 2004[1]. Pero para que la fachada humanitaria y democrática fuera aún más creíble, y para que nadie pudiera hablar de que Ayití nuevamente era víctima del imperialismo, se aseguró que la comandancia así como el grueso de las tropas de la MINUSTAH fueran latinoamericanos. A Brasil, como era de esperarse, le tocó el rol protagónico en la MINUSTAH, seguido de Chile y de Argentina. Pero prácticamente todos los países latinoamericanos tiene tropas en Ayití. Incluso países “progresistas” como Bolivia o Ecuador[2].
Esta ocupación, aunque haya quienes tengan algo concreto que ganar más allá de los favores de Washington[3], en última instancia, refleja los cambios en el balance de fuerzas en la región y el mayor peso de los actores locales para mantener la “seguridad hemisférica”, demostrando que hay otros potenciales interesados en establecer que, después de todo, ellos también tienen patio trasero.
La elección de Préval en Febrero del 2006 no ha alterado el carácter de la ocupación, y éste ha demostrado ser nada más que un presidente de bolsillo de la ocupación, de la oligarquía haitiana y de sus patrones extranjeros, que ha continuado la senda de Latortue y que ha seguido profundizando el saqueo de Ayití, mediante tratados de libre comercio como las EPAs con la Unión Europea y la ley HOPE con los EEUU[4].
De momento, no hay signos de que haya la menor intención de terminar la ocupación. O al menos esto se desprende de la resolución 1840 (2008) del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada el 14 de Octubre del 2008, que casi irónicamente comienza con las siguientes palabras: “reafirmando su firme determinación de preservar la soberanía, independencia (...) de Haití”, para luego concluir en la decisión de extender el mandato de la MINUSTAH hasta el 15 de Octubre del 2009, “con la intención de renovarlo de nuevo”[5]. O sea, que hay ocupación para rato, con lo cual podemos suponer que el proyecto es de un protectorado más o menos permanente al servicio de las trasnacionales...
La muerte lenta del Ayití ocupado...
Los efectos de la ocupación sobre el pueblo han sido desastrosos: ya hemos incluido en varios otros artículos un pormenorizado análisis de éstos[6]. El principal efecto ha sido que se ha profundizado, a la fuerza, un modelo de hambre, miseria y exclusión. Y la ha profundizado a tal grado que en Abril del 2008 tras noticias grotescas de que los ayisien no tenían más opción para paliar el hambre que recurrir a comer galletas de barro, reventó en todo el país una rebelión porque el pueblo, literalmente, estaba muriéndose de hambre[7].
Un artículo de la revista “The Economist” (12/02) nos señala que los “avances” de la ocupación se reducen a dos cosas, por lo demás, irrisorias. Nos dice, sin ninguna vergüenza, que “la misión de la ONU ha mejorado la seguridad: los secuestros denunciados han caído de 722 en el 2006 a 258 el año pasado (...) Las calles de Puerto Príncipe están mucho más limpias”[8]. Uno no sabe si reír o llorar con esta farsa que pretenden hacer pasar por “éxito”... ¡más de 9.000 uniformados ocupando la isla solamente para tener calles más limpias! ¡Para que haya “apenas” 258 secuestros! Ni qué hablar de lo que se gasta en la MINUSTAH: para el año que va de Julio del 2008 a Junio del 2009, se aprobó un presupuesto de U$ 601.580.000... ¡la mitad del presupuesto de que dispone el fisco haitiano anualmente!
Resulta morboso que en la ocupación se gaste el dinero que podría utilizarse en construir infraestructura, vivienda digna, hospitales, escuelas, etc. Hay dinero para mantener una ocupación que debiera utilizarse mejor en cancelar la deuda externa haitiana, oneroso legado de las dictaduras de los Duvalier. Resulta morboso que haya dinero para fusiles pero no haya para pan. De más está aclarar que esta fuerza militar, hábil para masacrar a unos 10.000 ayisien haya sido completamente inoperante para ayudar a los miles de damnificados por la temporada de huracanes que azotó a la isla caribeña con apocalíptica cólera en Septiembre, matando a 793 personas, víctimas más de la pobreza que del clima[9].
El mismo artículo del “Economist” señala que la economía haitiana se contraerá en un 0,5% durante el 2009, algo difícil de imaginar para una economía tan devastada y atrofiada como la ayisien, que ha sido reducida a escombros, tras dos décadas de violenta supresión de las alternativas populares y democráticas que surgieron en el Ayití post-Duvalier y sus consecuentes ciclos de dictaduras, intervenciones militares norteamericanas y sanciones económicas. Esta historia reciente es la responsable de que Ayití hoy sea un país que sobrevive "gracias" a la caridad, con un presupuesto nacional que en un 65% depende de préstamos y ayuda internacional...
Pero también los cascos azules han demostrado no ser más benignos en lo que respecta al trato de la población civil que cualquier otra fuerza militar de ocupación: han sido tolerantes con las incursiones de los makoutes para reprimir selectivamente a activistas populares, han participado ellos mismos en masacres y han practicado de manera sistemática la violación de mujeres y menores de edad ayisien[10].
La Resistencia ignorada
Lamentablemente, esta ocupación ocurre en nuestras narices y ante un silencio oprobioso por parte del grueso del movimiento popular latinoamericano. Salvo ciertas declaraciones de apoyo, como en Lima durante la cumbre de los pueblos (mayo del 2007), la constante ha sido ignorar la responsabilidad de nuestros propios gobiernos en la ocupación que padece un pueblo hermano... ¡por tanto tiempo nos hemos acostumbrado a sufrir de las arbitrariedades del “frío país del norte” que parece que creemos a nuestras propias repúblicas incapaces de practicar actos de sub-imperialismo! Parece que el movimiento popular latinoamericano no entiende el grave precedente que se sienta con Ayití: en adelante, las ocupaciones militares en nuestro continente no tendrán por qué ser realizadas directamente por el imperialismo norteamericano, si éste puede contar con una eficaz red de apoyo local de los países latinoamericanos que actúan de mercenarios[11].
Pero este protectorado sin fin en que se quiere convertir a Ayití, encuentra una persistente resistencia en la misma cultura ayisien, cultura forjada en una secular resistencia a la imposición foránea y a una élite tan ajena al pueblo como sus patrones imperialistas. Cultura en la que persiste la altanería rebelde del cimarrón que rompió sus cadenas a fines del siglo XVIII, dando por primera vez sentido a la palabra “libertad” y pariendo en esta gesta libertaria un potente torbellino que inspiró todas las luchas anti-coloniales de los últimos dos siglos.
El ayisien es paciente y su resistencia también lo es. Renovarán cuanto quieran el mandato de la MINUSTAH y el pueblo ayisien seguirá tocando el manducumán, los tambores radás, congos, los tambores de Boukman, los tambores de los Grandes Pactos, los tambores todos del Vudú. Por eso es que toda protesta termina en demostraciones de repudio a los ocupantes: ocurrió tal cosa con las protestas por el hambre en Abril del 2008, que se convirtió rápidamente en una manifestación contra la ocupación[12], y ocurrió también con la conmemoración de la elección de Aristide en 1990, celebrada el 16 de diciembre por decenas de miles de manifestantes[13]. Sabemos que hoy, cumplido el quinto aniversario del funesto golpe de Estado que abrió las puertas a la ocupación, saldrán nuevamente decenas de miles de ayisien a demostrar que las calles les pertenecen. Esas calles “limpias” gracias, según el “Economist” a la ocupación. La resistencia tiene raíces muy profundas en Ayití y seguirá respirando en boca de millones de ayisiens.
José Antonio Gutiérrez D.28 de Febrero del 2009
www.anarkismo.net
[1] Para más referencias sobre el golpe y la ocupación de Ayití, puede consultarse el artículo previo “Ayití, una cicatriz en el rostro de América” http://www.anarkismo.net/article/1063
[2] Tienen tropas en Ayití los siguientes países latinoamericanos: Argentina, Bolivia. Brasil, Chile, Colombia (sólo policías), Ecuador, El Salvador (sólo policías), Granada (sólo policías), Guatemala, Jamaica (sólo policías), Paraguay, Perú, Uruguay.
[3] Brasil ha utilizado la ocupación como una manera de presionar por su ingreso como miembro permanente al Consejo de Seguridad de la ONU
[4] Para más detalles sobre la política de Préval en el poder y la estrategia neoliberal de saqueo en Ayití, ver el artículo “Ayití, entre la liberacion y la ocupación” http://www.anarkismo.net/article/4651
[5] http://daccessdds.un.org/doc/UNDOC/GEN/N08/548/99/PDF/N0854899.pdf?OpenElement
[6] Ver particularmente los ya citados “Ayití, entre la liberación y la ocupación” y “Ayití, una cicatriz en el rostro de América”, pero ver también “Ayití, ¿hacia un nuevo dechoukaj?” http://www.anarkismo.net/article/8633 el cual trata fundamentalmente con el problema de la desnutrición y la hambruna.
[7] Ver “Ayití, ¿hacia un nuevo dechoukaj?”
[8] “Rebuilding Haiti –Weighed down by disasters”, The Economist, 12 de Febrero del 2009.
[9] Ver un breve artículo sobre los huracanes y el contexto político en que ocurren, “Ayití, mucho circo, pero nada de pan” http://www.anarkismo.net/article/9797
[10] Información de la masacre y de la represión, así como de la colusión con los makoutes, la podemos encontrar en los artículos citados anteriormente. Información sobre los casos de violación, los podemos encontrar en el artículo “La violación en (de) Ayití” http://www.anarkismo.net/article/7616
[11] Para una discusión más detallada ver el artículo “Ayití y los Anarquistas” http://www.anarkismo.net/article/4714
[12] Ver “Ayití ¿hacia un nuevo dechoukaj?”
[13] http://www.haitiaction.net/News/HIP/12_17_8/12_17_8.html

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Rabat desata una campaña contra los chiíes tras romper relaciones con Irán





Decenas de marroquíes han sido detenidos por apartarse de la religión oficial


IGNACIO CEMBRERO - Madrid - 27/03/2009

La ruptura de relaciones diplomáticas, hace tres semanas, de Rabat con Teherán ha tenido consecuencias prácticas en Marruecos. Sus autoridades han desatado una campaña contra todo aquello que huela a islam chií, el que se practica en Irán e Irak.

Los imanes critican a los disidentes y la policía requisa su literatura religiosa
Las asociaciones de derechos humanos critican la falta de libertad de culto
Decenas de musulmanes de confesión chií han sido detenidos esta semana en varias ciudades -en Tánger serían una treintena-, según el diario de Casablanca Al Jarida Al Oula. La Dirección de Supervisión del Territorio (policía secreta) les interroga sobre cómo se convirtieron y dónde practican su fe antes de liberarles.En las mezquitas, más de un imán dedicó el viernes su sermón a explicar que los chiíes son "ovejas descarriadas" del islam suní de rito malekita, la religión oficial de Marruecos. Su rey, Mohamed VI, es el Comendador de los Creyentes (jefe espiritual de los musulmanes). En el siglo VIII la primera dinastía marroquí, la de los Idrisi, fue, sin embargo, chií.La policía se incautó además, en varias librerías, de opúsculos religiosos de inspiración chií como si esa literatura no estuviese disponible en Internet.Por último, la escuela iraquí de Rabat fue cerrada hace una semana tras ser acusada de hacer proselitismo chií. Ni siquiera se permitió a sus alumnos que acaben el curso en junio. Su directora, Rihab Mohcin Dahi, desmiente que se adoctrine a los niños y los padres, que se concentraron ante el edificio para protestar, la respaldan.Las dos principales asociaciones de defensa de derechos humanos (AMDH y OMDH) denunciaron que las autoridades "atentan contra la libertad de culto" reconocida en la Constitución.Marruecos rompió con Irán -gran importador de sus fosfa-tos- el 6 de marzo por solidaridad con un pequeño país árabe, Bahrein. Días antes, Alí Akbar Nateq Nouri, jefe de gabinete del Guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei, había descrito a esa isla del Golfo como la decimocuarta provincia iraní. Después Bahrein se reconcilió con Teherán, pero Rabat sigue en sus trece.Para justificar la ruptura, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos alegó también el "activismo demostrado de las autoridades de ese país [Irán] a través, entre otros cauces, de su embajada". Su objetivo es "alterar los fundamentos religiosos del reino e intentar amenazar en Marruecos la unicidad del culto musulmán suní de rito malekita".El ministro-portavoz del Gobierno, Khalid Naciri, fue incluso más allá y aseguró que el proselitismo iraní afectaba a la inmigración marroquí en Bélgica. "Y hasta a la que reside en España", añade Abdalá Rami, un investigador marroquí que ha estudiado la génesis del chiismo en su país."Es verdad que hay ahora marroquíes que se declaran abiertamente chiíes en Internet o a través de las televisiones vía satélite", añade Rami. Pero es una corriente minoritaria a la que apenas se adhirieron unos miles de fieles.Más que con Irán, "el grueso del chiismo marroquí se alinea con las tesis de Hezbolá", precisa Mohamed Darif, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Mohamedia. Hezbolá es el partido chií libanés cuyo brazo armado ha dado múltiples quebraderos de cabeza a Israel. En su web lanzó enseguida una andanada contra Rabat colocando un informe sobre las discretas relaciones, sobre todo económicas, que Marruecos mantiene con Israel.Marruecos cerró en enero su embajada en Venezuela, en marzo expulsó al enlace del servicio secreto español en Nador para, aparentemente, mostrar su descontento con la actividad del cónsul de España en esa ciudad y, al mismo tiempo, rompió con Irán. "La diplomacia marroquí da la impresión de ser cada vez más impulsiva", afirma el semanario Le Journal de Casablanca.

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Salen a la luz los sucios actos de la ofensiva israelí contra Gaza







Donald Macintyre / The Independent
MUNDO ARABE.ORG, 22/03/2009


Israel enfrentaba esta noche un severo cuestionamiento a la conducta mostrada en su ofensiva de 22 días en Gaza, al darse a conocer testimonios de sus propios soldados según los cuales se les permitió, y en algunos casos incluso se les ordenó, disparar a palestinos civiles desarmados.
Los testimonios –primeros de ese tipo que surgen de las propias fuerzas armadas– se apartan marcadamente de las afirmaciones oficiales de que los militares se esforzaron al máximo por evitar bajas civiles, y tienden a corroborar acusaciones palestinas de que los soldados abrieron fuego en forma indiscriminada y desproporcionada en zonas civiles durante la operación.
En uno de los testimonios que arrojan una dura y nueva luz sobre lo que según los soldados eran las reglas permisivas de la Operación Plomo Endurecido, un militar describe la forma en que un oficial ordenó disparar contra una anciana a 100 metros de una casa que ocupaban las tropas.
Otro soldado, al describir cómo una madre y sus hijos fueron asesinados a tiros por un francotirador por haberse equivocado de puerta al salir de una casa, señala que la atmósfera entre las tropas era que las vidas de los palestinos importaban mucho menos que las de nuestros soldados.
El líder de un escuadrón narró: Al principio la directiva era entrar en una casa con un vehículo blindado, echar abajo la puerta y abrir fuego contra cualquier persona que avistáramos. Yo lo llamo asesinato. En un principio me preguntaba qué sentido podía tener aquello. Los superiores dicen que era permisible porque todos los que quedaban en la ciudad eran culpables, puesto que no escaparon.
Los relatos, que también describen la destrucción al parecer indiscriminada de propiedades, se dieron durante un debate posterior a la operación entre graduados del curso premilitar Yitzhak Rabin, en el Colegio Académico Oranim, en el norte de Israel. La transcripción de la sesión, presidida por el director del curso –el diario Haaretz publicó detalles de ella–, obligó al abogado general de las fuerzas de defensa israelíes, Avichai Mendelbit, a anunciar este jueves una investigación de la policía militar sobre las acusaciones.
Haaretz señaló que tras ventilarse esos sucios secretos se volverá más difícil para los israelíes minimizar las acusaciones de la propaganda palestina. El director del curso, Danny Zamir, declaró al periódico que se sintió estremecido por los testimonios, presentados el 13 de febrero, y que a raíz de ello dijo al jefe del estado mayor de las fuerzas armadas, Gabi Ashkenazi, que temía una grave pérdida de moral de los militares.
En un relato, el líder de un escuadrón de infantería describe cómo las tropas soltaron a una familia que tuvieron cautiva durante varios días en una habitación de su casa. El comandante del pelotón los dejó salir y les ordenó salir por la derecha, pero olvidó decirle al francotirador que estaba en el techo. Éste, al ver a una mujer y niños que se le acercaban, abrió fuego. No creo que se haya sentido muy mal por hacerlo, porque hasta donde él sabía sólo estaba siguiendo las órdenes recibidas. Y la atmósfera en general, según lo que entendía de la mayoría de mis hombres a quienes hablé, era que las vidas de los palestinos, digamos, es algo mucho, pero mucho menos importante que las de nuestros soldados.
Otro líder de escuadrón, quien describió el asesinato de una anciana, afirma que discutió con su comandante por las laxas reglas que permitían ‘limpiar’ las casas disparando sin avisar antes a los residentes. Cuando cambiaron las órdenes, los soldados se quejaban porque debemos matar a todos los que hay aquí (en el centro de Gaza). Todos son terroristas.
“Escribir ‘muerte a los árabes’ en las paredes, apoderarse de fotos de las familias y escupirles nomás porque sí… eso es lo peor. Entender cuán bajo han caído las fuerzas armadas en cuestión de ética.”
Ehud Barak, ministro israelí de Defensa, expresó: Les digo que desde el jefe del estado mayor hasta el último soldado, el ejército más moral del mundo está listo a recibir órdenes del gobierno de Israel. No tengo duda de que todos los incidentes serán examinados uno por uno.
Sin embargo, organizaciones israelíes de derechos humanos, entre ellas B’Tselem y la Asociación pro Derechos Civiles de Israel, exigieron una investigación independiente y se quejaron de que sólo se anunció la pesquisa militar después que Haaretz publicó la nota, es decir, tres semanas después de que los asuntos principales fueron conocidos por el jefe del estado mayor. Este retraso sigue la pauta de otras sospechas de crímenes graves que no han sido investigadas.
Amos Harel, el respetado corresponsal militar del periódico, quien dio a conocer la historia, escribió que Zamir fue condenado en 1990 por negarse a respetar una ceremonia de los colonos en la tumba del bíblico José en Cisjordania. Pero añadió que al leer la transcripción se percibe que Zamir actúa movido por un profundo interés por el espíritu de las fuerzas armadas.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya / La Jornada

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Lecciones del Exxon Valdez






Amy Goodman
democracy now
27-03-2009

Escuche

http://a.abcnews.com/images/TheLaw/AP_EXXON_VALDEZ_071029_ms.jpg
http://whyfiles.org/168oil_spill/images/valdez_duck.jpg

Hace veinte años, el buque petrolero Exxon Valdez derramó al menos 11 millones de galones de petróleo en las prístinas aguas de Prince William Sound, en Alaska. Las consecuencias del derrame fueron desastrosas y lo continúan siendo al día de hoy. El incidente tuvo un gran impacto en el medio ambiente y la economía. En lugar de considerarlo simplemente como un caso de contaminación, Riki Ott cree que el desastre del Exxon Valdez es una amenaza fundamental para la democracia estadounidense.
Ott, una toxicóloga marina y pescadora comercial de salmón, oriunda de Cordova, Alaska, comienza su libro sobre el desastre, “Not One Drop” (Ni una gota), con una cita de Albert Einstein: “Ningún problema puede ser solucionado con el mismo nivel de conciencia que lo generó”.
El masivo derrame se extendió 1.900 kilómetros desde el lugar del accidente, y cubrió 5.150 kilómetros de costa y un área de 25.900 kilómetros cuadrados en total. El 24 de marzo de 1989, Ott, que formaba parte del Consejo Directivo del Sindicato de Pescadores del Distrito de Cordova, estaba inspeccionando la escena desde el aire: “Era una escena surreal. Era simplemente maravilloso, marzo, el amanecer, las montañas de color rosado, brillando con la luz del sol. Y de repente, llegamos al lugar donde estaba la cubierta roja del buque petrolero, que es del largo de tres canchas de fútbol; el agua mansa, de color azul profundo; y esta mancha negra, como de tinta, que se extendía con la marea”.
La noticia del derrame se conoció en todo el mundo, y mucha gente se acercó a Valdez, Alaska para empezar la limpieza. La vida marina quedó devastada. Ott dice que hasta medio millón de pájaros marinos murieron, además de 5.000 nutrias marinas, 300 o más focas de Groenlandia y millones de salmones jóvenes, huevos de peces y peces jóvenes. La muerte de los huevos de peces provocó un impacto de largo plazo, aunque retardado, en la pesca de arenque y salmón en Prince William Sound. En 1993, la industria pesquera estaba en quiebra. Las familias perdieron su sustento luego de haber pedido grandes préstamos para comprar botes y permisos de pesca costosos. Aunque la pesca de salmón mejoró, los arenques nunca volvieron.
Esta situación económica desfavorable es una de las bases de la acción legal contra ExxonMobil, la mayor empresa petrolera del mundo. El complejo litigio se ha prolongado durante dos décadas, y ExxonMobil está ganando. Hay 22.000 actores que demandan a ExxonMobil. Un jurado le otorgó una indemnización de 5.000 millones de dólares a los demandantes por daños y perjuicios, que equivale a lo que eran, en aquel momento, las ganancias anuales de Exxon. Esta cifra fue reducida a la mitad por un Tribunal Federal de Apelaciones, y fue reducida finalmente a apenas poco más de 500 millones de dólares por la Corte Suprema. A lo largo de los 20 años de batallas judiciales, 6.000 de los demandantes originales murieron. ExxonMobil, con sus millonarias ganancias anuales y ejércitos de abogados, puede hacer que el caso de Valdez permanezca en los tribunales durante décadas, mientras los pescadores comerciales damnificados van muriendo de a poco.
El poder de ExxonMobil para librar una batalla contra decenas de miles de ciudadanos hizo que Ott se uniera al creciente número de activistas que quiere poner a las empresas en su lugar, quitándoles su estatus jurídico de “persona”. Una decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos del siglo XIX le dio a las empresas el estatus de “personas”, brindándoles el acceso a protecciones amparadas por la Carta de Derechos. Irónicamente, este derecho surge de la “Cláusula de Protección Igualitaria” de la 14ª Enmienda, adoptada para proteger a los esclavos liberados de las opresivas leyes estatales luego de la Guerra Civil. Históricamente, las empresas eran habilitadas por los estados para realizar sus actividades. Los estados podían revocar el permiso de una empresa si esta inclumplía la ley o actuaba por encima de su habilitación.
Ricki Ott me dijo: “Durante los primeros cuarenta años luego de la aprobación de dicha ley, se presentaron 307 demandas, diecinueve por parte de afroestadounidenses, el resto por empresas. Y en ese momento, cuando la Décimocuarta Enmienda se aprobó para las empresas, surgió esto que se llama persona empresarial. Y la persona empresarial, a los ojos de la ley, puede tener acceso a derechos, derechos humanos, a la Carta de Derechos, a protecciones constitucionales. Eso está mal. La palabra “empresa” nunca aparece en la Constitución ni en la Carta de Derechos. Así es como perdimos la libertad de expresión. Aún tenemos, como pueblo, la Primera Enmienda, pero también la tienen las empresas”.
Se considera que la “libertad de expresión” de las empresas incluye realizar contribuciones a campañas políticas y hacer lobby en el Congreso. Las personas que inclumplen la ley pueden ser encerradas; cuando una empresa incumple la ley – aunque cometa un delito doloso, provocando la muerte – las consecuencias no suelen ser más que una multa, que la empresa puede cancelar mediante el pago de impuestos. Como expresa Ott: “Si la ley conocida como ‘la tercera es la vencida’ puede poner a alguien preso de por vida, ¿por qué no sucede lo mismo con las empresas?” La llamada reforma ‘tort’ del derecho estadounidense está erosionando la capacidad de los individuos de demandar a las empresas y la capacidad de los tribunales de valuar los daños y perjuicios, de modo tal que disuadiría a las empresas de cometer actos ilícitos.
Ott, junto con otras personas, redactaron una “28a Enmienda” de la Constitución que les quitaría el estatus de “persona” a las empresas, sometiéndolas a la misma supervisión que existía en los primeros 100 años de historia de Estados Unidos.
Con la actual crisis económica mundial y la creciente indignación pública por los excesos de los ejecutivos de AIG y de otros beneficiarios del rescate financiero, ahora podría ser el momento de ampliar el compromiso público para terminar con el desequilibrio de poder existente entre la gente y las empresas que ha socavado la democracia.
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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Amy Goodman es presentadora de “Democracy Now!”, un noticiero internacional diario de una hora de duración que se emite en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en 200 emisoras en español. En 2008 fue distinguida con el “Right Livelihood Award”, también conocido como el “Premio Nobel Alternativo”, otorgado en el Parlamento Sueco en diciembre.
© 2009 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

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La guerra secreta contra los trabajadores en EE.UU.



La historia del paro que nadie advierte

Robert S. Eshelman
Tom Dispatch
27-03-2009
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Introducción del editor de TomDispatch

A.I.G., por supuesto, vuelve a las primeras planas - ¡y cómo! No es que haya estado mucho tiempo lejos de las pantallas. Después de haber recibido otra infusión más de dólares de dineros públicos federales, todo el mundo sabe perfectamente que el gigante de los seguros distribuyó otra serie de lucrativas bonificaciones. Durante el último año, la dirección de la compañía ha repartido cerca de 1.000 millones de dólares en tales pagos, aproximadamente la mitad a empleados en la subsidiaria de productos financieros que elucubraron el tipo de acuerdos de alto riesgo, altamente apalancados, en derivados que ayudaron a llevar a la compañía, a Wall Street, y a la mayoría de nosotros a una fuerte caída el año pasado.
Las bonificaciones fueron destinadas a 418 empleados, 73 “bonificaciones de garantía” de 1 millón de dólares o más a miembros de esa subsidiaria (incluidos 11 que han abandonado la firma) para ayudar a “desenredar” los tratos que ellos mismos crearon. ¿Qué tal como mea culpa de A.I.G. a los contribuyentes y a los nuevos cesantes que oficialmente “son dueños” de un 80% de la compañía (lo que podría ser un 80% de casi nada)?
Mientras tanto, ha habido una lluvia de titulares sobre masivos despidos de empleados públicos. En California, más de 26.000 maestros de escuelas públicas recibieron avisos el viernes pasado de que podrían no contar con puestos de trabajo el próximo año. Otros 15.000 conductores de buses escolares, conserjes y administradores podrían estar en la misma situación. Los sindicatos llamaron a sus miembros en todo el Estado a manifestaciones de “viernes de carta de despido”.
En Michigan, el consejo escolar de Pontiac votó a favor del despido de todos los que sobrepasen el número de 600 empleados. En ambos casos, los funcionarios afirman que no todos los que han recibido avisos serán de hecho despedidos, pero esos avisos hablan de la enormidad del problema que enfrentan los gobiernos locales y estatales. Nadie, claro está, pide a los maestros y conductores que se queden (con lucrativas bonificaciones) para desenredar las crisis que ellos crearon. Oh, tal vez sea porque, a diferencia de los operadores de A.I.G., no cometieron ningún error.
Sin embargo, el gigante asegurador no es la única compañía que se siente por los cielos en tiempos malos. Como sugiere a continuación el periodista Robert Eshelman, mientras los despidos masivos se apoderan de los titulares – y con buen motivo – las empresas podrían haber abierto un nuevo frente en la guerra contra los sindicatos, ocultándose tras horribles noticias económicas del mismo modo como un ejército agresor podría utilizar una cortina de humo.
¿Cuán grande es el problema? Bueno, simplemente no lo sabemos. A medida que los periódicos siguen desapareciendo o reduciéndose – el Washington Post lo hizo recientemente en su sección independiente sobre el mundo de los negocios – los periodistas que quedan en el campo económico pueden no estar prestando suficiente atención a una guerra contra los trabajadores que acecha bajo la superficie de los titulares.
La guerra secreta contra los trabajadores en EE.UU.
La historia del paro que nadie advierte
Robert S. Eshelman
Juanita Borden, de 39 años y sin trabajo, espera pacientemente mientras su currículum vitae sigue metódicamente su camino, línea por línea, a través de un telefax en la oficina de empleo estatal en el centro de Filadelfia. Frente a ella, sobre una mesa de conferencia redonda hay una carpeta bien organizada. “Es mi curriculum vitae y todos aquellos a los que lo he estado enviando por fax. Así mantengo control sobre el día en el que los he enviado, para poder llamar y preguntar,” dice, hojeando las páginas de confirmación de los fax. “Usualmente espero cinco días antes de preguntar si los han recibido o no y si están o no interesados.”
Juanita fue despedida en octubre pasado, cuando su empleador descubrió que su permiso de conducir – requerimiento para el empleo – estaba vencido. “Era sólo un asunto de veintiséis dólares. Yo creía que vencía en noviembre de 2008, pero en realidad era en noviembre de 2007, y como no había estado conduciendo no me di cuenta.” En una ocasión en la que le pidieron que condujera, no pudo, y bastó para que su empleador la despidiera por no cumplir sus responsabilidades para con su empleo. Desde entonces ha renovado su licencia y dice con un aire de futilidad: “Me gustaría recuperar mi empleo si me lo devolvieran.”
No le han pedido que vuelva y, a pesar de sus continuos esfuerzos, tampoco ha recibido un solo llamado de un posible empleador. “Lo bueno,” dice, y sigue notablemente alegre a pesar de su desgracia, “es que usualmente cuando me entrevistan consigo el trabajo. De modo que… espero tener pronto una entrevista.” Hasta entonces, su carpeta cuidadosamente administrada sirve como una pequeña medida de control sobre lo que de otra manera es un giro continuo hacia la pobreza y la falta de vivienda.
Juanita no es la única en esta oficina de empleo que está al borde del precipicio de la necesidad. Y no es la única que relata una historia de un despido por lo que podría parecer un motivo frívolo. Chris Topher, de 25 años, viene por primera vez al lugar. Fue despedido en marzo del año pasado. La compañía de telecomunicaciones para la que había estado trabajando lo echó cuando, según su relato, instaló equipo de cable que un cliente no había pedido. No importó que el error haya estado en la orden de trabajo que recibió. “Era el mejor trabajo que tuve desde que me gradué de secundaria y he tenido unos pocos: la Comisión Turnpike, en la oficina de un senador. He tenido algunos buenos trabajos, pero ése es el que me gustó más.”
Y había buenos motivos para que le gustara. Chris ganaba entre 1.200 y 1.300 dólares por quincena fuera de recibir un paquete completo de prestaciones. Pensó en impugnar su despido, pero entonces parecía una batalla larga y difícil que no deseaba emprender. Es una lucha que, en retrospectiva, piensa que podría haber ganado y que su empleador probablemente también sabía que podía ganar. “Y por eso creo que mi empleador me aprobó para el seguro de desempleo,” dice.
Bajo los requerimientos de elegibilidad para la prestación de desempleo, un empleador debe certificar si un empleado cometió una “falta” en su trabajo y que fue el motivo para su despido. Si un empleador indica que no se cometió una falta y que el empleado cumple con varios otros requerimientos, incluyendo la capacidad física de trabajar, los Estados aceptan una solicitud de desempleo. En otras palabras, el ex empleador de Chris le otorgó una pequeña concesión, aunque de otra manera haya puesto su vida cabeza abajo en medio de la peor crisis del mercado laboral desde 1983.
“El desempleo es una mierda,” dice Chris, cuya compensación por desempleo es mucho menos de la mitad de lo que ganaba como instalador de cable. A pesar de eso, le va mejor que a Juanita, que ha solicitado dos veces el seguro de desempleo y ambas veces ha sido rechazado. Ahora está apelando, pero su empleador no hace ninguna concesión. En una reciente audiencia de arbitraje, dice Juanita, su ex supervisor afirmó que si ella los hubiera informado sobre la expiración de su licencia, le hubieran dado tiempo para renovarla. Si así fuera.
Ahora, Juanita vive con su hermano y su mujer, pero ellos también tienen problemas financieros. “Mi hermano trabaja a tiempo parcial y lo vuelve loco, porque causa problemas de dinero entre él y su mujer,” explica. “Y conmigo allí,” duda, “… es un poco limitado.”
Avivando el temor
Los medios dominantes han esbozado generalmente una visión del mercado laboral en la cual, bajo la presión de una catástrofe económica, los trabajadores sucumben a dos tipos de reducción. En una, una feroz recesión obliga a las empresas, desesperadas por cortar costes en tiempos terribles, despiden trabajadores. Estos, por su parte enfrentan perspectivas sombrías para obtener empleo remunerado en otros sitios. En una versión más suave y gentil de lo mismo, empleadores, desesperados por reducir costes en tiempos terribles, ofrecen – o a veces obligan a los trabajadores a aceptar – “licencias”, recortes de salario, retrocesos en los logros laborales, semanas de cuatro días, o vacaciones sin paga en lugar del despido de muchos de ellos.
En este último caso, por duro que sea, los trabajadores se benefician, reteniendo por lo menos parte de sus ingresos, mientras las empresas esperan que pase la recesión. En ambos casos, las empresas son generalmente presentadas como distribuidores renuentes de cartas de despido. Gerentes y mandamases sólo enfrentan una realidad desagradable y presiones inevitables que les son impuestas por el peor momento económico en nuestros tiempos.
Una visita a una oficina de empleo no es precisamente un estudio científico. Las experiencias de Juanita y Chris, junto con las de otros desocupados que encontré mientras estaba en Filadelfia, podrían ser simplemente evidencias anecdóticas. Pero plantean preguntas sobre un tema que no deja de ser importante, y es algo de lo cual no es probable que uno lea en su periódico diario – todavía no, en todo caso. Aunque la recesión se profundiza y amenaza a las empresas, algunas de ellas indudablemente hacen un uso conveniente de la situación para hacer cosas que querían hacer pero no podían en mejores circunstancias.
En algunos casos, bajo la guisa de presión “por la recesión,” podrían librar una guerra secreta contra sus propios trabajadores, utilizando hasta las más inofensivas trasgresiones de las reglas en el sitio de trabajo como gatillos para despidos – y así, evidentemente, atemorizar a los que se quedan. De este modo, las nóminas de las compañías no son sólo reducidas mediante despidos masivos, sino que presionan a los trabajadores para que aumenten la productividad a cambio de salarios menores, peores horas de trabajo, y menos prestaciones. El arma preferida es el fantasma del desempleo, una especie de muerte mediante mil (o un millón) de cortes.
Las compañías pueden ganar mucho en estos días mediante semejantes acciones en pequeña escala pero decisivas. Después de todo, obtienen un doble beneficio. No sólo recortan el tamaño de su nómina, a menudo sin que tengan que consentir a una compensación por desempleo – como en el caso de Juanita – sino también contribuyen a un clima de intensificación del miedo. Los trabajadores que siguen en sus puestos están ahora no sólo con los nervios de punta por despidos o reducción de las horas de trabajo, sino también saben que un retraso al volver del baño o del almuerzo puede significar que sean puestos en la calle, sumándose a la legión de desocupados – que ahora llega a 12,5 millones y crece rápidamente.
Esta dinámica, claro está, no es nada nuevo. Innumerables críticos de las condiciones de trabajo han escrito sobre ella desde el alba de la era industrial. Pero por el momento, incluso mientras las tasas de desempleo gritan desde los titulares, es un tema raramente mencionado. Consideremos, sin embargo, que en diciembre, Wal-Mart, el mayor comerciante minorista del mundo, llegó a acuerdos en 63 juicios pendientes por demandas colectivas sobre masivas trasgresiones salariales y de los horarios de trabajo. Por miedo al despido, trabajadores de Wal-Mart, según sus testimonios en los juicios, trabajaron durante recesos para almorzar y después del horario establecido por una paga que sólo era ligeramente superior al salario mínimo, con pocas esperanzas de trabajar suficientes horas para calificarse para las prestaciones de salud de la compañía.
Como condición para el acuerdo, Wal-Mart pagará hasta 640 millones de dólares a esos trabajadores. Si las corporaciones fueron capaces de ejercer un tal poder coercitivo cuando la tasa de desempleo era de cerca un 5%, ¿qué podrán hacer en un mercado laboral en el cual un 14,8% de la población no puede encontrar un trabajo apropiado?
En los hechos, el mayor comerciante minorista del mundo es una de las pocas corporaciones estadounidenses a las que les va bien en tiempos difíciles. Mientras las ventas al detalle caían casi por doquier, las ventas de la compañía en negocios idénticos aumentaron 5,1% en febrero (en comparación con las ventas de febrero de 2008). Sin embargo, en el mismo mes, anunció una iniciativa para “reajustar su estructura corporativa y reducir costes.” Redujo entre 700 y 800 puestos de trabajo en sus oficinas centrales de Wal-Mart y Sam's Club, actuando en efecto de un modo que no difiere del de otras compañías afectadas por la profundización de la recesión.
Zona de libre fuego
Rodney Green, de 52 años y voz suave, va a la oficina de empleo tres veces por semana para buscar en listas de puestos de trabajo en línea. Describe su deriva durante décadas de empleado a tiempo completo con prestaciones, a trabajador temporal marginado sin prestaciones y, finalmente, a la categoría de cesante durante un largo período.
Desde fines de los años setenta hasta comienzos de los noventa, trabajó para Bell Telecommunications, donde ganaba un buen salario y prestaciones. Desde que Bell lo despidió, ha trabajado periódicamente como conductor de montacargas para diversas compañías, en colocaciones temporales a través de una agencia de empleo. Más recientemente, ha ganado 12 dólares por hora trabajando para un productor de carnes frías y quesos artesanales. Sin prestaciones. Un año de trabajo, explicó, significaba una semana de vacaciones, “pero no te retenían tanto tiempo. Antes te despedían o te rotaban a otro trabajo.”
Actualmente, como ha visto, incluso esos trabajos temporales se hacen escasos. “En los años ochenta, no fue tan malo como ahora,” comenta en el corazón del territorio de desempleo que es en 2009 una Filadelfia profundamente desindustrializada.” La ciudad tenía puestos de trabajo, pero luego estos se mudaron a los suburbios. Ahora se van al extranjero. En aquel entonces, cuando uno se presentaba para un puesto, tal vez también lo hacían otros cincuenta. Hoy en día, para ese mismo puesto encuentras a cientos – más bien, mil para un solo empleo. Es duro. Es deprimente.”
Durante el último año y medio, Rodney ha cobrado periódicamente subsidios de desempleo, y en ese tiempo, no ha conseguido una sola entrevista. Recientemente, porque el gobierno de Bush terminó por ceder ante la presión de la base y del Congreso para prolongar los subsidios de desempleo, recibió una extensión de trece semanas, lo que le da un poco de respiro (a diferencia de Juanita que tampoco obtiene entrevistas). “Eso me ayudó mucho. Los tiempos son duros ahora. Dicen que hay más de cuatro millones de personas que cobran subsidios. Es mucha gente.”
Si Juanita y Chris son víctimas de la intensificada guerra de desgaste que las empresas libran en silencio contra los trabajadores, Rodney representa una desintegración más profunda de los puestos de trabajo y de la seguridad del empleo, gracias a una economía globalizada en la cual los trabajadores en apuros de este país son enfrentados a grupos laborales más baratos en Latinoamérica, el sur de Asia, China, e incluso el sur de EE.UU. En un entorno laboral semejante, ¿qué hacer?
Una persona que entrevisté antes de mi visita a la oficina de empleo describió su reacción cuando oyó que su compañía había cerrado recientemente una planta en el Medio Oeste [Región central de EE.UU.]: “Lo primero que pensé, y me sentí mal por pensarlo,” recuerda, de un modo algo tímido, “fue que eso significa más trabajo para nosotros – por lo menos por el momento.”
Su comentario dice mucho, como su pedido de no ser identificada. ¿Quién necesita rompe-sindicatos, patrullas de responsables sindicales, o legiones de abogados caros que se opongan a reivindicaciones salariales y de horario cuando un trabajador teme tanto por la seguridad de su empleo que reacciona positivamente al despido de los que imagina son sus competidores en potencia? Cuando los empleados controlan su propia conducta por temor a la cesantía – monitoreando el tiempo ocupado en revisar sus correos o al utilizar el baño – los malos tiempos generan claramente una ventaja para la dirección de la empresa.
En ese entorno laboral, es fácil volverse no sólo contra otros, sino contra sí mismo. Al pensar en lo que hará sin empleo ni prestaciones de desempleo, Juanita se pregunta si el problema no será la economía, sino sus propias decisiones en la vida. “Dejé mi casa cuando tenía dieciséis años y viví en mis propios sitios, tuve mis hijos, y me casé,” dice nerviosa, doblando y volviendo a doblar un periódico local. “Debiera haber ido a la universidad y hecho muchas cosas más para haber sido más mercadeable antes en la vida. Ahora me veo en la necesidad de comenzar de nuevo una vez más.”
Una mirada a la oposición corporativa a la Ley de Libre Elección del Empleado (EFCA, por sus siglas en inglés), cuya aprobación por el Congreso es una demanda central de los sindicatos, da una idea de cómo las compañías tratan persistentemente de perjudicar a sus trabajadores. La EFCA permitiría a los trabajadores la formación de un sindicato si una mayoría firma tarjetas del sindicato en un sitio de trabajo determinado. La “comprobación por tarjeta”, como la llaman frecuentemente, les permite organizar sindicatos sin que sea necesaria una elección. En un artículo en noviembre en el que analiza la reacción de la elite empresarial a la Ley, el columnista de opinión editorial del Wall Street Journal, Thomas Frank escribió: “La comprobación por tarjeta tiene que ver con poder. La dirección lo tiene, los trabajadores no, y las empresas no quieren que eso cambie.”
A juicio de Frank, la actual lucha por la EFCA es la más reciente encarnación de una lucha en desarrollo constante entre trabajadores y empleadores. Para los sub- o desempleados que se conglomeran en esta oficina en Filadelfia, la actual recesión no representa una interrupción en la lucha normal, es más bien una nueva temporada de caza para ataques corporativos en su contra.
Ahora mismo, para Juanita, Chris, y otros en esta oficina, en realidad existen dos guerras, y sólo una de ellas parece haber captado la atención de los periodistas laborales y empresariales. Los titulares sobre la primera dicen: “Compañías desesperadas obligadas a reducir empleos.” Pero muchos de los que están aquí parecen estar viviendo una segunda guerra en la que las empresas aprovechan los malos tiempos para actuar utilizando métodos que no podrían utilizar en mejores circunstancias.
¿No debieran salir los periodistas en busca de esa lucha clandestina y unilateral? ¿No es hora de que la segunda guerra empresarial de este momento merezca unos pocos titulares?
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Robert S. Eshelman es periodista independiente y presentador en audio de TomDispatch.com. Sus artículos han aparecido en The Nation, In These Times, y en The National de Abu Dhabi. Para contactos, escriba a: robertseshelman@gmail.com.
Copyright 2009 Robert S. Eshelman
http://www.tomdispatch.com/post/175048/robert_eshelman_the_other_war_on_workers

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El Nobel de Economía Stiglitz aboga por un nuevo sistema monetario mundial



27,3,2009


Joseph Stiglitz, galardonado con el Premio Nobel de Economía, abogó este jueves por un nuevo sistema global de reservas que reemplace al dólar USA como moneda de reserva."Hay un creciente consenso sobre la existencia de problemas en el actual sistema de reservas basado en el dólar", afirmó Stiglitz en declaraciones a la prensa en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, señalando que los economistas llevan discutiendo durante décadas sobre la debilidad de los sistemas de reservas basados en una única moneda."Uno de los problemas (de los sistemas de reservas basados en una moneda) es que, debido al enorme nivel de volatilidad, los países acumulan grandes sumas de reservas", dijo Stiglitz, que encabeza un panel de expertos de la ONU que está analizando la crisis financiera para recomendar reformas.Calificando el sistema de reservas basado en el dólar como "relativamente volátil, deflacionario, inestable y asociado a la desigualdad", el que fuera economista jefe del Banco Mundial indicó que el uso de las reservas de dólar estaba "contribuyendo a la debilitación de la economía mundial".Stiglitz comentó que los países en vías de desarrollo han estado prestando a Estados Unidos billones de dólares "a una tasa de interés cercana a cero cuando ellos mismos necesitaban ese dinero desesperadamente"."En cierto sentido, es una transferencia neta de ayuda extranjera a EEUU", indicó.El panel de la ONU que dirige Stiglitz propuso un nuevo sistema monetario de reservas basado en los Derechos Especiales de Giro (SDR, siglas en inglés)."Un nuevo sistema de reservas global, que puede verse como un SDR ampliamente expandido, con emisiones regulares y ajustadas cíclicamente que se calibren para el tamaño de la acumulación de reservas, podría contribuir a la estabilidad internacional, la fortaleza económica y la equidad global", indicó el panel de la ONU en un informe presentado este jueves.Dicho informe agregaba que dicho sistema era "viable, no inflacionista y de fácil aplicación".El SDR es un activo de reserva internacional creado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 1969. Sólo es empleado por gobiernos e instituciones internacionales. El sistema monetario, un tema sobre el que se ha hablado mucho estos días, estará en la agenda de la cumbre del grupo de las 20 economías más desarrolladas y emergentes del mundo, que comenzará el próximo jueves en Londres con la crisis financiera internacional como principal asunto a tratar.Esta semana, el gobernador del banco central de China, Zhou Xiaochuan, abogó por crear una moneda de reserva supranacional como parte de la reforma en el sistema monetario internacional.El miércoles, el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, dijo que el dólar seguiría siendo la principal moneda de reserva, aunque se abrió al mayor empleo del SDR.Admitiendo que el sistema de SDR del FMI no está exento de problemas, Stiglitz dijo que se necesitaba una mejor normativa sobre cómo distribuir los SDR. Indicó que, siendo optimista, el nuevo sistema monetario propuesto podía implementarse el próximo año como muy pronto, si bien algunos economistas más conservadores podían estar en desacuerdo.Stiglitz también destacó la necesidad de un consejo de coordinación económica internacional. El catedrático de la Universidad de Columbia aseveró que los sistemas monetarios no aseguraron la estabilidad internacional y que, aunque se puede discutir largo y tendido sobre por qué han fracasado los actuales sistemas, existe la necesidad clara de un consejo de coordinación económica global.

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