sábado, 6 de marzo de 2010

Elecciones iraquíes 2010: clave para la evolución interna y regional


Un analisis del proceso iraquí desde el punto de vista de los baazistas: El proceso preelectoral ha dejado claro que la ocupación de EEUU en Iraq ha fracasado

Pedro Rojo Pérez *
5 de marzo de 2010
Real Instituto El Cano (www.realinstitutoelcano.org)

El quinto gobierno desde la caída del régimen de Saddam Husein en 2003 no sólo tendrá que gestionar la retirada de las tropas estadounidenses (el 1 de septiembre de 2010 quedarán 50.000 de las actuales 96.000, y a finales de 2011 tendrán que haber salido de Iraq todas las tropas de combate), sino crear “un Estado que no existe” en palabras del ex primer ministro Iyad Alawi en una entrevista realizada para la televisión iraquí al-Sharquiya el 22 de febrero. Los cuatro gobiernos que han precedido al que se formará tras el 7 de marzo han rivalizado en corrupción, inoperancia y sectarismo.





El clima en el que se van a celebrar estas elecciones no invita a ser optimistas. Solo el rechazo al discurso sectario de los votantes de las elecciones provinciales y locales del 31 de enero de 2009 da motivos para el optimismo.



Los comicios de 2009 fueron los primeros calificados de “completos”, tras el boicot suní a las elecciones legislativas de 2005. En esas elecciones no hubo un claro ganador, pero el que más rendimiento sacó a sus votos fue la Lista del Estado de Derecho del primer ministro Nuri al-Maliki. La conclusión unánime fue que se produjo un voto de castigo contra los partidos de discurso sectario y federalista. Esta llamada de atención ha provocado la desaparición de estos dos aspectos de la discusión política, cuando hasta esas elecciones habían sido temas centrales, tal y como queda recogido en la Constitución aprobada en 2005. Al-Maliki se dio cuenta a principios de 2008, cuando más baja era su popularidad, de la falta de calado de este concepto en el electorado, y cambió su discurso sectario por uno centralista e integrador, llegando a poner en marcha su propio programa de reconciliación nacional. En base a este programa, creado, según algunos analistas, bajo presión estadounidense, intentó sin éxito acercarse, a mediados de ese año, a algunos sectores del Partido Baaz para escenificar una reconciliación entre todos los sectores de la sociedad iraquí.



La fortaleza con la que Nuri al-Maliki salió de las elecciones de 2009 le permitió mantener su independencia del resto de las fuerzas chiíes ligadas a Irán cuando, en mayo de 2009, Teherán reunificó el campo político vinculado a sus postulados. Irán ha logrado recomponer la Alianza Iraquí Unida (siglas bajo las cuales se presentaron los partidos chiíes pro-iraníes en las elecciones de 2005) bajo el nombre de Alianza Nacional Iraquí con la vuelta de líderes y partidos que en estos cuatro años habían abandonado la formación. Esta disgregación empezó con la negativa del partido al-Fadila de formar parte del gobierno de al-Maliki por la negativa a renovarles la cartera de petróleo que ostentaron en el gobierno de al-Yaafari. La ruptura llegó al enfrentamiento armado en la primavera de 2008 con la lucha entre el Ejército del Mahdi, comandado por Muqtada al-Sáder, y las fuerzas del orden, controladas por las milicias Báder, pertenecientes al Consejo Supremo Islámico de Iraq (CSII), liderado por la familia al-Hakim. No sólo Muqtada al-Sáder ha vuelto a esta lista, sino que también figuras como Ahmed Chalabi y el ex primer ministro Ibrahim al-Yaafari han abandonado su aventura en solitario que tan malos resultados les granjearon en las elecciones provinciales. El único político de peso de este espectro que decidió seguir con su propia lista fue al-Maliki.



Algunos analistas defienden la teoría de que los atentados de agosto, octubre y enero pasados (con más de 300 muertos) fueron orquestados por los servicios de inteligencia iraníes para que al-Maliki perdiese parte de su popularidad, basada en buena medida en la mejora de la seguridad, y aceptase volver a la Alianza chií. La reacción de al-Maliki tras los primeros atentados (19 de agosto de 2009 con 100 muertos) fue acusar a Siria de dar cobijo y entrenar a las células de baazistas que, en connivencia con grupos de al-Qaeda, se habían infiltrado desde territorio sirio. Desde entonces, la combinación Baaz-al-Qaeda ha sido la coartada del gobierno respecto a todos los males de la seguridad iraquí, a pesar de que Mohamed al-Shawani, director de los servicios secretos iraquíes, intentó en agosto de 2009 exponer los datos que apuntaban a las milicias pro-iraníes. Al-Maliki le mandó callar y al-Shawani dimitió y se refugió en Londres. Los comunicados del Baaz y del resto de las fuerzas de la resistencia, condenando no sólo estos atentados sino sistemáticamente todos los ataques que tienen como objetivo los civiles iraquíes, tampoco han hecho cambiar la actual fijación del primer ministro iraquí por los baazistas. Este giro, tras su “acercamiento” a los baazistas de 2008, ha vuelto a colocar a al-Maliki en la órbita de Teherán.



El cambio más importante en el campo chií pro-iraní respecto a las elecciones de 2009 es, sin duda, esta concentración de fuerzas en torno a dos listas, así como la vuelta de al-Maliki al sectarismo y a la retórica del miedo. Si bien es cierto que la discusión sobre el federalismo ha desaparecido de la batalla política, al-Maliki tampoco ha mantenido públicamente sus demandas de revisión de la Constitución de cara a otorgar más poder al gobierno central, seguramente con vistas a una posible coalición poselectoral en la que necesite tanto a la lista de al-Hakim como a los partidos kurdos.



En el panorama kurdo, la Alianza Kurda de los dos partidos hegemónicos, Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), van a enfrentarse por primera vez desde 2003 a un fuerte adversario interno: la Lista del Cambio. Este grupo de fuerzas políticas, liderado por Nushiruán Mustafa (antiguo miembro de la UPK), critica con dureza la corrupción y la ineficacia de los gobiernos de Masuud al-Barzani. En las elecciones regionales del Kurdistán, celebradas en julio de 2009, ya se hicieron con el 22,5% de los votos a pesar de tener que hacer frente al aparato del gobierno kurdo, controlado desde hace décadas por los dos partidos mayoritarios. Los escaños que le reste la Lista del Cambio a la Alianza Kurda pueden ser determinantes para la formación del próximo Gobierno en Bagdad. En las elecciones de 2005 los dos partidos kurdos se hicieron con 53 escaños de los 275 del actual Parlamento. Todo indica que en estas elecciones no sólo la Lista del Cambio les va a restar escaños en las tres provincias del Kurdistán, sino que también perderá escaños de zonas donde los partidos suníes y laicos boicotearon los comicios de 2005, tales como Nínive y Diyala.



La experiencia, probada con éxito en las elecciones de 2009, de listas no sectarias, basadas en un programa político y no en una etnia o confesión, es el aspecto más novedoso de las elecciones de 2010. Esta fórmula, bien aplicada en Nínive por el Frente al-Habda, le llevó a lograr el 52% de los votos, convirtiéndose así en la única lista en alcanzar una mayoría absoluta en las elecciones provinciales. Este modelo es el que se ha intentado reproducir en el Movimiento Nacional Iraquí, conocido como al-Iraquiya. Liderada por el laico de origen chií Iyad Alawi y por el suní Saleh al-Mutlak, también participan miembros destacados del frente al-Habda, como Osama al-Nuyeifi, hermano del actual gobernador de Mosul, Izal al-Nuyeifi. A pesar de las negociaciones auspiciadas por países árabes y EEUU, esta alianza no ha llegado a un acuerdo para presentarse de forma unificada con el otro gran bloque de semejantes características: la Alianza por la Unidad de Iraq del ministro del Interior Yawad al-Bulani (chií) y el jeque Ahmed Abu Risha (suní), presidente de los Consejos del Sahua (o del Despertar) de Iraq. Un tercer partido que está ganando importancia en este ámbito es Ahrar, del clérigo chií Ayad Yamaleddín, que acusa a Irán y a sus partidos de sectarismo chií y aboga por un Estado laico. Estas listas no sectarias están apoyadas por EEUU y los países árabes, que las ven como una posibilidad real de hacer frente al control político y administrativo que actualmente ejerce Irán sobre Iraq. Este apoyo estadounidense es más frágil que la convicción iraní de que no se repitan los malos resultados que obtuvieron en las elecciones provinciales de 2009 sus partidos más cercanos (el CSII no gobierna en ninguna provincia de Iraq), aunque esto signifique poner en duda la transparencia y respeto a los procedimientos administrativos y judiciales iraquíes. La principal arma usada para este fin ha sido la Institución Responsabilidad y Justicia (IRJ), heredera del Órgano de Desclasificación creado, paradójicamente, por Paul Bremer, gobernador estadounidense de Iraq en 2003.



El escándalo producido en torno a este proceso de “desbaazificación” de las elecciones ha eclipsado el episodio de la gestación de la nueva ley electoral. A pesar de no ser más que una enmienda de la ley que rigió los comicios de 2005, los parlamentarios han tardado más de cinco meses en redactarla. Cinco meses en los que se ha visto de todo en el Parlamento iraquí: desde amagos de veto por parte del vicepresidente suní Tareq al-Hashemi, hasta amagos de boicot por parte del presidente de la Región Autónoma del Kurdistán, Masuud al-Barzani, si no se concedía a su región 53 escaños (finalmente lograron 41) o interpelaciones del embajador estadounidense para que los diputados entrasen en la sala a votar la ley. Finalmente se aprobó una ley que mantiene los principios básicos impuestos por Paul Bremer y que benefician a los grandes bloques, otorgando a las minorías religiosas y étnicas con unos pocos escaños de compensación, y asumiendo a priori que los 18,9 millones de iraquíes que pueden votar lo harán en términos sectarios. También se acordó la utilización de la cartilla de aprovisionamiento alimentario —puesta en marcha por el gobierno depuesto— como censo electoral, a pesar de que el Ministerio de Comercio, responsable de la misma, ha reconocido graves problemas de falsificación de ellas, además de 100.000 casos de muertos cuyas cartillas no se han dado de baja. Pese a ello y debido al bloqueo político que ha sufrido la creación del nuevo censo previsto para 2009, se sigue usando la cartilla como método censal.



La lucha por la inclusión o exclusión de varios candidatos electorales en base a su posible filiación al Baaz colocó en primer plano la lucha entre Irán y EEUU en Iraq, y todos sus recursos de presión sobre la clase política y judicial. El 9 de enero, la IRJ dio a conocer una primera lista de 458 candidatos y partidos excluidos de las elecciones. Los más destacados de la lista fueron Saleh al-Mutlak y Dafer al-Ani, número dos y tres de la lista de al-Iraquiya, o el Frente al-Habda, que gobierna Nínive. Las acusaciones de los generales estadounidenses David Petraeus y Ray Odierno señalando a los máximos responsables de IRJ –Ahmed Chalabi y Ali Feisal al-Lami– de tener estrechos vínculos con Irán (al-Lami fue detenido en agosto de 2008, acusado de colaborar con las Brigadas al-Quds iraníes, y pasó un año en las cárceles estadounidenses) y de falta de imparcialidad (pues ambos son candidatos electorales por la Alianza Unida Iraquí), la visita del vicepresidente de EEUU –Joe Biden– a Bagdad el 23 de enero y la creación de un comité de apelación ad hoc sólo han servido para cambiar varias veces el signo de la decisión para, finalmente, reafirmar la medida de excluir de la carrera electoral a dos personajes que han formado parte del proceso político iraquí desde 2003.



El precio de las elecciones para el pueblo iraquí



“¿No tienen derecho los ciudadanos iraquíes a preguntarse sobre el precio que están pagando por participar en las elecciones o simplemente por el mero hecho de que se vayan a celebrar? El panorama, a la espera de este acontecimiento ‘democrático’, es aterrador”. Estas palabras del reconocido columnista Fáteh Abdelsalam en al-Zamán fueron escritas el 31 de noviembre de 2009 tras los dos atentados de agosto y octubre de ese mismo año y ante la previsión de que la situación empeorase, como así ha sido. El quirúrgico recuento de muertes que a diario hacen medios como la televisión al-Sharquiya y la agencia Reuters es demoledor. A modo de ejemplo, el informe de esta agencia del día 22 de febrero deja un balance de 24 muertos a mano de “hombres armados desconocidos”, entre ellos una madre y sus tres hijas, o los ocho miembros de una misma familia que recuerdan los peores momentos de los asesinatos sectarios de 2005 a 2007. La cifra que ese mismo día publica el periódico iraquí más vendido, al-Zamán, citando fuentes de la morgue es de 67 cadáveres, sólo en Bagdad.



La mejora de la seguridad sobre la que al-Maliki respalda su campaña electoral hay que relativizarla en el contexto iraquí: la situación es mejor que en 2006, cuando se asesinaba a cerca de 100 personas al día, pero si la situación se compara con datos internacionales, Iraq sigue siendo, según el Índice de Riesgo Terrorista que elabora Maplecroft, el país más peligroso del mundo. Por su parte, en su informe del 17 de noviembre de 2009, la organización Transparencia Internacional situaba a Iraq como el cuarto país más corrupto del mundo y lo incluía en la categoría de “Estados marcados por la guerra y el conflicto constante”.



Una de las razones del aumento de la violencia en los últimos meses es la reactivación del Ejército del Mahdi, responsable de buena parte de los asesinatos sectarios de los últimos años. A pesar de que teóricamente esta milicia comandada por el clérigo Muqtada al-Sáder, está disuelta o dedicada a obras pías y al estudio del Corán tras su derrota militar de 2008, nunca entregó las armas. La paulatina liberación de los presos custodiados por las tropas estadounidenses ha propiciado la vuelta a las milicias de muchos de sus cabecillas, lo que sumado a la cercanía de las elecciones habría propiciado en los últimos dos meses la reanudación de su actividad, como reconoce Said Husein Kamal, jefe de Inteligencia del Ministerio de Interior iraquí.



Otra milicia que ha vuelto a actuar sin contemplaciones en las zonas en disputa son los peshmergas kurdos. A pesar de que, tras perder el poder en las elecciones de 2009, la alcaldía de Mosul y el gobierno provincial de Nínive (provincia colindante con el Kurdistán), las milicias de la Alianza Kurda han vuelto a estar presentes en Mosul, deteniendo a personas ligadas a otros partidos políticos sin tener jurisdicción para ello. Un oficial de la policía de Mosul ha denunciado que todos los barrios de la ciudad situados en la orilla izquierda del Tigris están ocupados por los peshmergas.



Otro foco de violencia es al-Qaeda, que a través de Abu Omar al-Bagdadi, su líder en Iraq, ha amenazado con “impedir la celebración de las elecciones con todos los medios legítimos posibles, principalmente los medios militares”, con lo que ello significa de atentados indiscriminados contra civiles o miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes.



Por su parte, las distintas facciones de la resistencia armada, aglutinadas en torno a tres frentes: Frente Yihad, Liberación y Redención Nacional (baazistas), Frente Yihad y Cambio (islamistas moderados) y el Frente Yihad y Reforma (islamistas más radicales) rechazan el proceso electoral al considerar que se produce en una situación de ocupación militar extranjera, lo que viola el artículo 23 de la Convención de La Haya de 1907 que prohíbe el cambio de ninguna ley fundamental por parte de una potencia ocupante. Los asesinatos de civiles y los atentados en clave electoral son condenados contundentemente por los tres frentes. Todas las facciones de la resistencia iraquí han hecho púbico que su objetivo son exclusivamente las tropas ocupantes y que no atacan a iraquíes. Según ellos, los responsables de estas muertes son “los partidos políticos y sus fuerzas de seguridad […] Dirimen sus diferencias mientras nuestra gente de Iraq paga el precio de estas disputas”, tal y como se puede leer en un comunicado del Consejo Político de la Resistencia tras los atentados de octubre de 2009.



Thomas Ricks, veterano periodista estadounidense y ganador del premio Pulitzer por sus escritos sobre temas militares, pone en duda la mejora de la seguridad por cuestiones de fondo: “[…] cuando comenzó la retirada de las tropas [el máximo número de tropas en Iraq se alcanzó en octubre de 2007 con 166.000 soldados], los problemas políticos fundamentales a los que se enfrenta Iraq siguen siendo los mismos que cuando se decidió aumentar el número de soldados. La teoría de este incremento era que la mejora de la seguridad llevaría a un avance en lo político. Esto no ha sido así”. Nada ha cambiado en el sistema político iraquí, marcado, según Yahya al-Kubaisy, profesor invitado del Instituto Francés de Próximo Oriente (IFPO) en Ammán, por “dar prioridad a la confesión y la etnia frente a la identidad nacional, construyendo un Estado de entidades y no de ciudadanos, pues el sistema político –y con él la construcción del Estado– estará gobernado por un sistema de cuotas demográficas y no políticas”.



Dudas sobre el proceso y el resultado



Este ambiente de incertidumbre quizá explique la reactivación de la campaña de “desbaazificación” desatada de nuevo en todos los estamentos sociales por los aparatos del Estado controlados por al-Maliki y los partidos sectarios chiíes. El fracaso en la consecución de la “libertad y democracia” que prometió el presidente George W. Bush a los iraquíes en 2003 pone en cuestión todo el proceso político, que está asociado a la ocupación estadounidense, y empuja a algunos ciudadanos iraquíes a perder el miedo y defender abiertamente en televisión que “en tiempos de Saddam se vivía mejor”. Pero a día de hoy, el debate sobre la realidad inapelable de la presencia del Baaz en la sociedad iraquí se va a seguir postergando, a pesar de que políticos de la importancia de Amar al-Hakim, líder del CSII, pidiese en noviembre de 2009 la participación de los baazistas no saddamistas porque “el dossier de los baazistas debe cerrarse. No debe quedar pendiente de por vida”. Sin embargo, la contestación fue contundente por parte del resto de los grupos chiíes: “el Baaz, como pensamiento y como institución, está prohibido constitucionalmente”. Es evidente que la cuestión del partido Baaz y su participación en la vida iraquí está cerrada en falso y debido a la actual campaña en su contra se está produciendo un aumento de su popularidad entre el pueblo iraquí y de su fuerza como alternativa al actual proceso político. A medio plazo, esta alternativa es potencialmente peligrosa en caso de que se planteen abiertamente dudas sobre la legitimidad y la transparencia de los resultados de las próximas elecciones. Mantener al margen del proceso político a una fuerza potencialmente importante siempre planteará un interrogante sobre la legitimidad del mismo y hará imposible saber el apoyo real que sigue teniendo el Partido Baaz entre los iraquíes.



Estas dudas no sólo han sido lanzadas por los grupos políticos o agrupaciones de tribus que han llamado al boicot, sino también por analistas y editorialistas de los principales medios estadounidenses y europeos, además de políticos como el eurodiputado Struan Stevenson, presidente de la Delegación del Parlamento Europeo para las Relaciones con Iraq, quien ha escrito: “La situación actual es repugnante y ha ensombrecido la legitimidad de todo el proceso electoral […] Los débiles cimientos de la democracia ya están convertidos en polvo, una señal para el lóbrego futuro de Iraq”. El análisis de Reidar Visser, investigador del Instituto Noruego de Relaciones Internacionales de Oslo, no es más positivo: “Es difícil describir estos acontecimientos como algo más que el fallo total del sistema de la nueva democracia iraquí […] Sigue habiendo serios límites para la democracia y para el gobierno del Estado de Derecho en el país”.



La previsión estadounidense de inestabilidad política y aumento de la violencia sectaria ha sido descrita por el general Kevin Mangum, responsable de las tropas estadounidenses en el este de Bagdad, como “nuestro mayor temor”. Esta posibilidad puede llevar a un replanteamiento del calendario de retirada de las tropas estadounidenses de Iraq, según anunció el 22 de febrero desde el Pentágono el general Ray Odierno, máximo responsable militar estadounidense en Iraq.

Escenarios poselectorales



En este contexto, los resultados de las elecciones pueden arrojar una amplia gama de escenarios futuros, de los que destacan tres:



1. Reparto confesional-sectario de los escaños del nuevo Parlamento. Si se cumplen las previsiones de los análisis mayoritarios y los iraquíes que acudan a votar lo hacen en clave sectaria y los no sectarios deciden no acudir a las urnas, entonces la listas pro-iraníes, junto con la Alianza Kurda, serán las grandes vencedoras,. Esta sería la columna vertebral del futuro gobierno, un gobierno más radical, más vinculado a Irán y que retomará el proyecto federal para Iraq.



2. Una victoria de las listas no confesionales apoyadas por EEUU. Este resultado sería sólo una sorpresa relativa, pues esta fórmula ya consiguió muy buenos resultados en las elecciones de 2009 a pesar de la maquinaria del Estado, de la maquinaria mediática (se calcula que hay hasta 60 canales por satélite subvencionados por Irán) y paramilitar que se usó en su contra. Las encuestas que manejan las Embajadas de EEUU y el Reino Unido avalarían estos resultados. Pero seguramente se trate de encuestas que fueron realizadas antes de la exclusión de al-Mutlak. Este hecho tendrá un efecto más allá del peso específico de su persona en la lista al-Iraquiya, sobre todo una vez que ha decidido cambiar su decisión primera llamando al boicot y participar en la campaña electoral. El método de exclusión de candidatos ha generado mucho descontento y escepticismo sobre la transparencia de las elecciones a la vista de la hegemonía iraní demostrada en el proceso preelectoral y de la incapacidad de EEUU de hacerle frente.



3. Un reparto similar de escaños entre los partidos chiíes, kurdos y no sectarios y la reedición del actual gobierno de unidad nacional. Esta sería la mejor de las soluciones malas tanto para iraníes como para estadounidenses. Los primeros seguirían controlando el país, mientras que los segundos se aseguran cierta estabilidad a corto plazo para gestionar la retirada según está programado. El gran perdedor de este tercer escenario sería el pueblo iraquí, que continuará cuatro años más siendo rehén de una clase política concentrada en satisfacer proyectos exteriores que profundizarían en la división de la sociedad, al tiempo que trataría de lucrarse a gran velocidad ante un futuro incierto a corto plazo.



La resistencia armada: factor clave para el futuro



El actual proceso electoral, aunque más plural que el de 2005, sigue siendo incompleto pues no cuenta con la participación de las fuerzas resistentes iraquíes. Si la resistencia armada ha jugado un papel fundamental a la hora de desbaratar el proyecto inicial estadounidense en Iraq, ahora será de nuevo un factor clave. Las organizaciones políticas que representan a los frentes armados vienen trabajando en crear un Consejo de Coordinación política desde 2007. Desde el verano de 2009, cuando varios grupos armados (del Frente Yihad y Cambio) designaron al jeque Harez al-Dari, secretario general de la Asociación de Ulemas Musulmanes, como su representante político, el proceso se ha acelerado y engloba principalmente a los grupos de la órbita del Partido Baaz (Frente Yihad y Liberación) y el Consejo Político de la Resistencia (Frente Yihad y Reforma). En los próximos meses podría darse a conocer un primer comunicado político conjunto en los que se planteen los puntos básicos de su propuesta de futuro para Iraq, y que se basarían en el rechazo a la ocupación, la reconstrucción democrática y soberana del país y el rechazo al terrorismo [1].



Pero el proceso de unificación política que viven las fuerzas resistentes iraquíes debe llevarles a profundizar en este sentido, como expone Jáled al-Maani, director del Centro Independiente de Estudios de Damasco, ya que deben “construir una estrategia posicionándose como una resistencia política [una vez terminada la fase más dura de enfrentamiento militar] para adaptarse a las nuevas amenazas, tales como el dominio iraní directo y, así, poder salir de la marginación del proceso político aprovechando la popularidad lograda por su lucha contra la ocupación militar”. Esta reconversión política pasa por un apoyo discreto pero efectivo a las listas no sectarias, como ya hicieran a pequeña escala en las elecciones de 2009. Esta sería para ellos la solución menos mala de entre todas las posibles. A cambio de este apoyo de la resistencia, en caso de gobernar, estas listas se habrían comprometido a reconstruir los servicios de seguridad sobre bases profesionales, lo cual significaría la vuelta de muchos oficiales del antiguo Ejército, actualmente en la resistencia o en el exilio, y un menor acoso contra sus combatientes.



Si, por el contrario, el escenario fuese el primero, es decir, la formación de un gobierno para los cuatro próximos años más cercano aún si cabe a Irán, y una retirada real de las tropas estadounidenses, todo parece indicar que la resistencia rompería su compromiso de no atacar a los iraquíes y empezaría a luchar contra el Ejército iraquí por el control de ciudades. Esta posibilidad podría romper la gélida actitud árabe hacia Iraq, ya que, por una parte, observan con temor cómo Irán se hace fuerte en el país que históricamente ha sido el muro de contención de la influencia persa sobre el mundo árabe, pero al mismo tiempo cumplen las órdenes de Washington de asfixiar económicamente a la resistencia armada. Esta falta de colaboración con grupos que podrían haber frenado el dominio iraní sobre Iraq se debe a dos factores: por un lado el mencionado compromiso con EEUU, pero también la prevención que les causa el éxito de un movimiento insurgente popular cuyo modelo se pueda extender a sus pueblos, ahogados por férreas dictaduras, además de las consecuencias que, para países como Siria y Jordania, podría tener este enfrentamiento en cuanto a la afluencia de nuevos refugiados. Sin embargo, la posibilidad de que EEUU permita a Irán aumentar su dominio sobre Iraq puede hacerles cambiar de opinión y empezar a apoyar a la resistencia como arma para luchar contra Irán, erigido en los últimos años como principal amenaza para los países árabes, para alivio de Israel.



Un futuro lúgubre



Los resultados finales de las elecciones del 7 de marzo pueden bien dar lugar a un cambio en el equilibrio de fuerzas, recuperando poder las facciones laicas apoyadas por Washington y los países árabes, bien generar un Parlamento controlado mayoritariamente por los partidos pro-iraníes. Este último escenario resultaría explosivo, pues podría hacer que el actual cerco árabe sobre la resistencia armada iraquí se levantase y empezase a recibir fondos y apoyo exterior para hacer frente al dominio iraní sobre Iraq.



Independientemente del resultado de las elecciones, el proceso preelectoral ha dejado claro que la ocupación estadounidense en Iraq ha fracasado en la creación de mecanismos que le aseguren el control del país en la etapa posterior a la ocupación militar, basada en la dependencia económica, administrativa y militar de la metrópoli. La errante política estadounidense no ha logrado ninguno de esos tres anclajes en Iraq, por lo que el futuro a corto plazo de su presencia allí y de la estabilidad en Iraq y la región es “lúgubre” y “aterrador”. Un futuro que aún está muy lejos de los deseos expresados por el presidente Obama de colaborar con los iraquíes en “promover la paz y la prosperidad en la región”.

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La Unión Europea se desentiende una vez más del respeto de los Derechos Humanos


Viernes 5 de marzo de 2010.
Antiglobalización

Con ocasión de la reunión informal de los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, que se celebra en Córdoba los días 5 y 6 de marzo, Ecologistas en Acción recuerda al Gobierno español y a la UE que no deben firmar acuerdos comerciales con Colombia, Perú y Centroamérica.

Ecologistas en Acción expresa su profunda preocupación ante la conclusión, esta semana, de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre la UE, Colombia y Perú, que muestra el poco interés de la Comisión Europea por los Derechos Humanos.

En el marco de una reciente misión parlamentaria al país andino, organizada por la Plataforma por la Paz y los Derechos Humanos en Colombia, Jordi Pedret, diputado del PSOE, dijo "No podemos tener un TLC con un país que no respeta los derechos humanos". El senador Joan Josep Nuet i Pujals asintió: "Firmar los acuerdos sin más, podría ayudar a perpetuar la violencia y condenar muchos años más a la sociedad colombiana".

El conjunto de organizaciones de Derechos Humanos, ONG y sindicatos europeos y colombianos han pedido en reiteradas ocasiones a las instituciones de la UE que no respalden el TLC con Colombia por agravar la situación de los Derechos Humanos en el país. Los asesinatos políticos, desapariciones forzadas, genocidio, masacres, desplazamiento masivo y torturas, cometidos desde las más altas posiciones del Estado colombiano, incluyendo su Presidente Álvaro Uribe Vélez, se han incrementado en los últimos años. Con un grado de impunidad de entre 90% y 99%, de acuerdo con estadísticas de la ONU, las negociaciones comerciales de la UE legitiman esta situación y crean las condiciones para que la situación de vulnerabilidad e indefensión de la población civil se agrave todavía más.

La reanudación de las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio entre la UE y Centroamérica, incluiría a Honduras y, el reconocimiento precipitado del Gobierno de Porfirio Lobo, no deja de ser una señal muy preocupante, que ignora el hecho de que Porfirio Lobo nunca ha condenado el golpe de estado y las consecuentes violaciones de derechos humanos. Más bien ha respaldado los intentos de imponer amnistía e impunidad para los crímenes cometidos por los golpistas.

Con ello, el Ejecutivo español y la UE legitiman el llamado "golpe perfecto" y "absuelven" a los militares que secuestraron y expulsaron violentamente al Presidente constitucional Manuel Zelaya, así como a otros autores materiales, intelectuales y cómplices del Golpe de Estado y de las violaciones a los Derechos Humanos que se han cometido a raíz de ello.

La inmensa mayoría de las organizaciones sociales internacionales condenan la política de la UE respecto a Honduras, lo que muestra la incoherencia de su política exterior para contribuir al respeto de los derechos humanos y de los principios democráticos.

Por ello, Ecologistas en Acción hace un llamamiento a los gobiernos de la UE para no reconocer al Gobierno hondureño. La legitimación del “golpe perfecto” es un precedente peligroso para América Latina y el Caribe. En este sentido hacemos nuestro el repudio de la población hondureña a las elecciones y el llamado del “Frente Nacional de Resistencia Popular” a no reconocer el resultado de estas elecciones ni a Porfirio Lobo como presidente legítimo de Honduras.

Asimismo, Ecologistas en Acción apoya la demanda de las numerosas organizaciones de Derechos Humanos que han instado a los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, a exigir a Israel el respeto de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional, la retirada de la Franja de Gaza y de todos los territorios ocupados, así como el cese inmediato de cualquier intervención militar para garantizar un proceso de paz en Oriente Próximo.

Por todo ello, y frente a la Cumbre de Presidentes de la UE y de América Latina, en mayo de 2010 (Madrid), donde se pretende firmar los acuerdos comerciales, se organizará desde los movimientos sociales un amplio abanico de respuestas que congregarán a miles de personas en la Cumbre de los Pueblos “Enlazando Alternativas IV” y en una sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos.

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Los Líderes Religiosos de Iraq Piden una Fuerte Participación Electoral


Al-Manar
05/03/2010

Los líderes religiosos iraquíes pidieron el viernes a sus compatriotas que voten en las elecciones parlamentarias de este fin de semana para salvaguardar la débil democracia del país azotado por la guerra y asegurarse de que las elecciones no se vean afectadas por un fraude.

“Debéis acudir a los colegios electorales porque es vuestro deber,” dijo Sheij Abdurrahman al Yurani, el imam sunní de la Mezquita de Al Hai, situada en la ciudad de Baquba, en el centro del país, donde 33 personas fallecieron en tres ataques suicidas el pasado miércoles. “Incluso si no queréis votar, id a los colegios electorales para destruir vuestras papeletas, de tal modo que ellas no puedan ser usadas por otros para cometer un fraude.”

Los llamamientos en favor de una participación numerosa se produjeron en un momento en el que más de un millón de iraquíes que viven en el extranjero comenzaron a votar en unas elecciones en las que se espera que los sunníes participen de forma masiva en contraste con su boicot de los comicios en 2005.

Ahmed al Safi, un representante del Gran Ayatollah Sayyed Ali Husseini al Sistani, el clérigo shií de más alto rango de la nación, dijo que las elecciones eran “un tema enormemente importante” y que era esencial asegurar que los iraquíes “pueden diseñar su propio futuro.”

“El alejarse de los centros de votación o el participar en un pequeño número en las elecciones por la razón que sea, daría a otros la oportunidad de lograr sus
objetivos ilegítimos,” dijo Safi durante una Oración del Viernes en la ciudad santa de Kerbala, en el sur de Iraq.

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El Lobby Pro-Israelí Detrás del Voto sobre el “Genocidio” Armenio


Al-Manar
06/03/2010

Una resolución de un comité de la Cámara de Representantes de EEUU, que califica de “genocidio” la muerte de miles de armenios durante la Primera Guerra Mundial ha provocado fuertes protestas en Turquía. Miles de manifestantes se concentraron el viernes ante la Embajada de EEUU en Ankara, la capital turca, gritando: “Que Dios maldiga al imperialismo norteamericano.”

“Esto es otro juego de EEUU. Turquía nunca ha cometido ningún genocidio, sino que defendimos nuestra tierra,” dijo un manifestante a Associated Press.

El periódico en lengua árabe publicado en Londres Al Quds al Arabi señaló que miembros del lobby pro-israelí en EEUU presionaron a congresistas norteamericanos para que votaran a favor de la resolución anti-turca. En un principio, los miembros del lobby habían apoyado a Turquía, pero cambiaron su política como venganza por las condenas de los crímenes cometidos por Israel en la Franja de Gaza efectuadas por Turquía, señala Al Quds al Arabi.

En un artículo, el director de Al Quds al Arabi, Abdul Bari Atwan, pidió al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que no ceda ante las tácticas de extorsión de los miembros del lobby pro-israelí.

Turquía llamó el viernes a consultas a su embajador en EEUU y condenó la decisión de Washington de declarar “genocidio” la muerte de armenios a manos de las fuerzas armadas otomanas durante la Primera Guerra Mundial. “Condenamos esta resolución, que acusa a la nación turca de un crimen que no ha cometido,” dijo el gobierno de Ankara en una declaración dada a conocer el jueves. “Tras este hecho, nuestro embajador en Washington, Namik Tan, ha sido llamado a Ankara a consultas.”

El presidente Abdullah Gul expresó también su irritación señalando que la resolución no tenía “valor a los ojos del pueblo turco” y advirtió que ella suponía un duro golpe para los esfuerzos dirigidos a poner fin a las décadas de hostilidad entre Turquía y Armenia. “Turquía no será responsable de las consecuencias negativas que esta votación pueda tener en todos los terrenos,” subrayó.

Los armenios sostienen que 1,5 millones de sus compatriotas murieron durante la Primera Guerra Mundial a manos de las tropas otomanas. Turquía sostiene que de 300.000 a 500.000 de armenios y un número al menos tan numeroso de turcos murieron en lo que fue una guerra que se produjo cuando los armenios se rebelaron contra el Imperio Otomano buscando su independencia y se aliaron con las tropas invasoras de Rusia, país que estaba en aquella época en guerra con los otomanos.

El anuncio del gobierno de Ankara se produjo pocos minutos después de que el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes aprobara una resolución no vinculante el jueves que pide que la Administración asegure que la política oficial norteamericana se refiera a la matanza de armenios de 1915 como “genocidio.”

Ankara dijo que el resultado de la votación demostraba “una falta de visión estratégica” por parte de los congresistas norteamericanos en un momento en que Turquía y EEUU “están trabajando juntos en una amplia agenda.”

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El MNA, Compuesto por 118 Países, Expresa su Apoyo al Programa de Irán


Al-Manar
05/03/2010

En un momento en el que Occidente está presionando en favor de nuevas sanciones contra Irán, el Movimiento de los No Alineados (MNA) ha dado a conocer una nueva declaración en la que expresa su apoyo al programa nuclear pacífico de Irán.

El embajador de Egipto ante la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) leyó la nueva declaración del MNA en un encuentro el miércoles de la Junta de Gobernadores del organismo de la ONU.

“El MNA confirma el derecho básico e inalienable de todos los estados al desarrollo, investigación, producción y uso de la energía atómica para usos pacíficos sin ninguna discriminación y en conformidad con sus respectivas obligaciones legales,” dijo la declaración.

“Así pues, nada debe ser interpretado de forma que inhiba o restrinja el derecho de los estados a desarrollar la energía atómica para propósitos pacíficos,” añadió.

“Las elecciones y decisiones de los estados incluyen las de la República Islámica de Irán en el campo de los usos pacíficos de la tecnología nuclear y su ciclo de producción de combustible. Tales decisiones deben ser respetadas,” señaló el Movimiento, compuesto por 118 países, en su declaración.

“El MNA reafirma la inviolabilidad de las actividades nucleares pacíficas y señala que cualquier ataque o amenaza de ataque contra las actividades nucleares pacíficas, ya se hallen operativas o en un estado de construcción, supone una seria amenaza para los seres humanos, la Carta de las Naciones Unidas y las regulaciones de la AIEA,” señala.

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Sayyed Hakim: los Iraquíes Decidirán su Destino en unas Elecciones “Decisivas”


Batoul Wehbe
Al-Manar
05/03/2010

Mientras los iraquíes están esperando a que abran las puertas de los colegios electorales, más de un millón de ellos que viven en el extranjero comenzaron a votar en sus países de residencia, incluyendo Jordania, los Emiratos Árabes Unidos, Líbano e Irán.

En una entrevista con el sitio web de Al Manar, el secretario general de la Fundación Imam al Hakim de Líbano dijo que las elecciones iraquíes eran decisivas y que todos los iraquíes comprenden que no existe más salvación para Iraq que una activa participación en el proceso político.

Sayyed Ali al Hakim, respondiendo a una cuestión planteada por el editor de Al Manar, Wail Karaki, subrayó la importancia de estas elecciones, que suponen la base sobre la que se sostiene la democracia consensual que mantiene la paz civil.

Hakim dijo que los iraquíes hoy en día tienen libertad de elección y para escoger a los candidatos que consideren apropiados. Sayyed al Hakim dijo que “la nueva ley electoral mantiene los derechos de todos los iraquíes a través del sistema proporcional. Los iraquíes también pueden seleccionar a los candidatos a través de una lista abierta,” subrayando en este sentido que la ley electoral iraquí era la mejor de la región.

Con respecto a las injerencias externas, Hakim no negó que existan tales interferencias en el proceso electoral, pero se negó a acusar a ningún partido de traición, señalando que “existe una intersección de intereses entre las partes internas, regionales e internacionales y eso es normal.”

“Los iraquíes son libres de decidir su propio destino sin la injerencia de nadie, ya sea de los países vecinos, los de la región u otros.”

Durante la entrevista, Sayyed Hakim dijo que todos los partidos desean que el proceso electoral discurra pacíficamente.

Además, él añadió que la mayor parte de las listas de los candidatos que participan en el proceso electoral son de un solo color: el del nacionalismo. Él hizo notar que lo que distingue a la Alianza Nacional Iraquí, de la que el partido de Hakim es miembro, es su diversidad, en términos de nacionalidades, género y afiliación política.

Con respecto a la autoridad religiosa, Hakim dijo que ella no presionará a las fuerzas políticas, sino que seguirá siendo una barricada frente a los planes de EEUU. “La autoridad religiosa está pidiendo una participación activa en las elecciones parlamentarias de Iraq, creyendo en la importancia de este proceso, en su impacto positivo a nivel político y en su capacidad para estabilizar la situación social y económica en Iraq.”

Sayyed Ali al Hakim subrayó que el proceso electoral sería muy favorable para la Alianza Nacional Iraquí, añadiendo: “Estas elecciones son una competición justa y reconoceremos la victoria de aquel que consiga la confianza de los iraquíes.”

Con respecto a la nominación de un candidato para dirigir el gobierno, Hakim dijo que después de que terminen las elecciones parlamentarias, la coalición nominará a una persona para el cargo de primer ministro.

En las elecciones parlamentarias iraquíes unos 6.300 candidatos de unas 300 fuerzas políticas y alianzas se disputan 325 escaños en el Parlamento. Las principales coaliciones que concurren son la Coalición Estado de Derecho del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki; la Alianza Nacional Iraquí, respaldada por el Consejo Islámico Supremo Iraquí, a la que Hakim pertenece; la Lista Iraquí, liderada por el ex primer ministro Ayad Allawi; la Coalición por la Unidad de Iraq, encabezada por el ministro del Interior Yawad al Bolani; la Alianza por el Kurdistán, un grupo dominado por el Partido Democrático del Kurdistán, que tiene como líder al presidente del Kurdistán, Massud Barzani; y el Frente por el Acuerdo Iraquí, que incluye al actual presidente del Parlamento, Ayad al Samarrai.

La Alianza Nacional Iraquí incluye al Consejo Islámico Supremo Iraquí, liderado por Ammar al Hakim (CSII), y que está considerado como la principal organización shií en el país. La Alianza engloba también a los seguidores del clérigo anti-norteamericano Sayyed Muqtada al Sadr, al ex primer ministro Ibrahim al Yaafari y a un antiguo líder del Congreso Nacional y ex viceprimer ministro Ahmad Chalabi. Chalabi encabeza también el comité que se encarga de verificar que los candidatos no poseen vínculos con el antiguo Partido Baaz de Saddam Hussein. La Alianza es la principal rival electoral de la Coalición Estado de Derecho de Maliki, pero, según los observadores, es probable que ambos unan sus fuerzas para formar el próximo gobierno tras las elecciones.

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30 años de guerra de EE.UU. contra Afganistán


06-03-2010
James A. Lucas
Information Clearing House
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Hace más de 30 años hubo movimientos sociales en Afganistán para mejorar el nivel de vida de su pueblo, para asegurar más igualdad para las mujeres, y hubo una democracia en funcionamiento, aunque imperfecta. Sin embargo EE.UU., utilizando la subversión, armas y dinero pudo, como dirigente de una coalición de naciones, detener el progreso en esas áreas de bienestar humano.

De hecho, los progresos que se habían logrado fueron realmente revertidos. En 2010 la condición económica y social de los afganos se ha retrasado en generaciones; la condición de las mujeres se ha deteriorado en tal medida que la frecuencia de los suicidios ha aumentado entre mujeres desalentadas, y actualmente no hay democracia: EE.UU. toma las principales decisiones en su calidad de potencia ocupante.

Con el acrecentamiento militar recientemente anunciado por el presidente Obama, los dirigentes de EE.UU. están a punto de hacer lo virtualmente imposible –empeorar aún más la situación-. Pero el aspecto más catastrófico de esta cronología de eventos es que EE.UU. y el mundo son menos seguros, ya que la imagen de EE.UU. en el mundo es la de la principal potencia militar del mundo que ataca a la que posiblemente sea la nación más pobre del globo.

A finales de los años setenta Afganistán era una nación musulmana predominantemente pobre, rural y moderada. Aunque eran ciudadanas de segunda clase, se permitía que las mujeres se sacaran el velo y tenían derecho a voto. Entre 1933 y 1978 las mujeres comenzaron a ingresar a la fuerza de trabajo y llegaron a ser maestras, enfermeras e incluso políticas. Trabajaron para terminar con el analfabetismo y los matrimonios forzados. La mayoría de estos progresos tuvieron lugar sobre todo en Kabul, la ciudad más moderna y populosa de Afganistán, aunque en la mayoría de las áreas rurales, las mujeres eran tratadas como propiedad. [1]

En los años setenta Afganistán también tuvo serios problemas económicos, uno de los cuales fue la concentración de la propiedad de la mayor parte de la tierra en manos de dirigentes tribales y religiosos (mullahs). Un 75% de la tierra estaba en manos de sólo un 3% de la población rural.

Los sindicatos estaban legalizados, se estableció un salario mínimo, un impuesto progresivo a los ingresos y la separación de la iglesia y el Estado.

Luego, en los últimos años de esa década varios grupos progresistas y comunistas lucharon por modernizar Afganistán y resolver esas desigualdades. Por desgracia sus esfuerzos por introducir cambios involucraron un grado de coerción y violencia dirigida sobre todo hacia los que vivían en áreas fuera de Kabul en las que la vasta mayoría de la población vivía en áreas montañosas, rurales y tribales donde había tasas excepcionalmente elevadas de analfabetismo. Se iniciaron pasos para redistribuir las tierras pero enfrentaron objeciones de los que tenían el monopolio de la propiedad de la tierra.

La concesión por el gobierno revolucionario de nuevos derechos a las mujeres llevó a hombres musulmanes ortodoxos en las aldeas pastunas de Afganistán a tomar las armas. Incluso aunque algunos de estos cambios sólo se hicieron en el papel, hubo quien dijo que se introducían con demasiada rapidez.

Según esos oponentes, el gobierno dijo que sus mujeres tenían que asistir a reuniones y que sus hijos tenían que ir a la escuela. Ya que creían que esos cambios amenazaban su religión, estaban convencidos de que debían enfrentarlos. Un movimiento opositor comenzó en ese punto que fue conocido como los muyahidín, una alianza de grupos islámicos conservadores. [2]

En la primavera de 1979, la rebelión se había extendido a la mayoría de las 29 provincias del país. El 24 de marzo, una guarnición de soldados en Herat mató a un grupo de asesores soviéticos (y a sus familias) que habían ordenado que soldados afganos dispararan contra manifestantes antigubernamentales. Desde ese momento, el régimen ya no estuvo sólo aislado de campesinos en el campo, sino dividido por la abierta hostilidad de una mayoría abrumadora de todo el pueblo.

La policía secreta del gobierno y una fuerza policial civil represora entraron en acción en todo Afganistán, y se enviaron soldados del ejército al campo a doblegar a aldeanos “feudales” [3]

En ese momento la situación en Afganistán era muy grave, pero EE.UU. iba a empeorarla considerablemente. El conflicto inicial podría haberse resuelto sin llegar a una guerra civil si EE.UU. no hubiera fomentado el levantamiento. Incluso si la lucha hubiera llegado a una guerra civil, la nación podría haberse recuperado y seguido adelante. Las guerras civiles son desastrosas para las naciones, pero después de mucho dolor y sufrimiento pueden terminar por superar ese revés, como hizo EE.UU. después de su guerra civil.

A continuación detallamos cómo EE.UU. hizo el trabajo de base para fomentar la insurrección y el enorme apoyo que dio posteriormente a la revuelta en curso, que condujo a la invasión soviética de Afganistán en 1979.

La intervención de EE.UU. en Afganistán comenzó en los años cincuenta y sesenta. La CIA utilizó impresionantes sobornos y amenazas para apoyar la creciente oposición a los cambios progresistas, y también reclutó a estudiantes afganos en EE.UU. para que actuaran como sus agentes al volver a su país. Durante ese período por lo menos un presidente de la Asociación de Estudiantes de Afganistán (ASA), Zia H. Noorzay, trabajó con la CIA en EE.UU. y después fue presidente del tesoro estatal de Afganistán. Uno de los estudiantes afganos a los que Noorzay y la CIA trataron en vano de reclutar, Abdul Latif Hotaki, declaró en 1967 que una buena cantidad de funcionarios clave en el gobierno afgano que estudiaron en EE.UU. “han sido entrenados o adoctrinados por la CIA.” [4]

Según Roger Morris, miembro del personal del Consejo Nacional de Seguridad de EE.UU., la CIA ya comenzó a ofrecer respaldo clandestino a radicales islámicos en 1974-1974. [5]

Subsiguientemente, varios funcionarios estadounidenses más también indicaron su disposición a sacrificar el bienestar del pueblo afgano a los intereses del objetivo de dominación mundial de EE.UU.

En agosto de 1979, cuatro meses antes del ataque soviético, un informe confidencial del Departamento de Estado señaló: “Los intereses más amplios de EE.UU.… serían servidos por el fin del régimen Taraki-Amin, a pesar de cualesquiera reveses que pueda significar para futuras reformas sociales y económicas en Afganistán.” [6]

Según un alto responsable: “La pregunta en este caso era si era moralmente aceptable, a fin de desequilibrar a los soviéticos, que fue el motivo para la operación, si era permisible utilizar otras vidas para nuestros intereses geopolíticos.” El director de la CIA de Carter, Stansfield Turner respondió a la pregunta: “Decidí que podía vivir con eso.” [7]

A juzgar por ejemplos de otras interferencias de EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial, no incluidas en este artículo, parece que respuestas similares a la de Turner pudieron haberse dado con similares resultados de genocidio. [8]

En 1998 Zigniew Brzezinski, ex consejero nacional de seguridad del presidente Carter admitió que ciertamente EE.UU. ayudó a provocar la invasión soviética. Le Nouvel Observateur en Paris, en su edición del 15-21 de enero publicó un informe sobre una entrevista en la que se le preguntó si había jugado un papel en el suministro de inteligencia a los muyahidín antes de la invasión soviética. Su respuesta fue:

“Sí, según la versión oficial de la historia, la ayuda de la CIA a los muyahidín comenzó durante 1980, es decir, después de que el ejército soviético invadió Afganistán, el 24 de diciembre de 1979. Pero la realidad guardada en secreto hasta ahora es completamente diferente. Por cierto, el 3 de julio de 1979 el presidente Carter firmó la primera directiva para la ayuda secreta a los oponentes del régimen pro soviético en Kabul. Y ese mismo día escribí una nota al presidente en la que le expliqué que a mi juicio esa ayuda iba a provocar una intervención militar soviética.” [9]

En esos días la Unión Soviética limitaba con Afganistán por el norte y tuvo diversos vínculos con Afganistán durante años. Esas áreas son ahora las naciones de Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. Ya que esas áreas tenían grandes poblaciones musulmanas, al estallar la guerra civil en Afganistán la Unión Soviética temió que la revuelta podría propagarse dentro de sus propias fronteras. Ya que no pudo convencer a las facciones del gobierno comunista en Afganistán para que resolvieran sus diferencias y redujeran la velocidad de su programa de modernización los soviéticos invadieron en diciembre de 1979 para aplastar la insurrección.

Para contrarrestar a los soviéticos, EE.UU. decidió deliberadamente dar la mayor parte de su apoyo a los grupos más extremos. Una parte desproporcionada de las armas de EE.UU. se destinó a Gulbuddin Hekmatyar, un fundamentalista y misógino particularmente fanático. Según el periodista Tim Weiner: “los seguidores [de Hekmatyar] llamaron por primera vez la atención arrojando ácido a las caras de mujeres que se negaban a portar velo. Los funcionarios de la CIA y del Departamento de Estado con los que he hablado lo califican de ‘temible’, ‘depravado’, ‘fascista’, material evidente para una dictadura.” [10]

Los muyahidín, cuando estuvieron en el poder, mataron o forzaron al exilio a la mayoría de la gente progresista, especialmente los sospechosos de ser socialistas o marxistas. Por lo tanto, las posibilidades de alguna forma progresista secular de gobierno en Afganistán terminaron por ser debilitadas. Esto continuó después de la partida de los soviéticos. Edmund McWilliams fue enviado a Afganistán en 1989 como analista semi-independiente de política de EE.UU. respecto a la yihad afgana. Descubrió que al partir los soviéticos, Hekmatyar en alianza con la Inteligencia Inter-servicios (ISI) de Pakistán y otros grupos, actuó para eliminar a sus rivales, secuestrando y asesinando a miembros de la oposición afgana. [11]

EE.UU. suministró rápidamente armas a los muyahidín. En febrero de 1980, el Washington Post informó de que estos últimos estaban recibiendo armas provenientes del gobierno de EE.UU. [12] La CIA compró, sobre todo al gobierno chino, lanzagranadas, minas y armas antiaéreas ligeras SA-7 y luego organizó su embarque a Pakistán. Las cantidades fueron importantes –10.000 toneladas de armas y munición en 1983 que aumentaron a 65.000 toneladas al año en 1987-, según Mohamad Yusaf, el general paquistaní que supervisó la guerra clandestina de 1983 hasta 1987. [13]

Milton Bearden, jefe de estación de la CIA en Pakistán de 1986 hasta 1989, responsable del armamento de los muyahidín, comentó: “EE.UU. estaba combatiendo a los soviéticos hasta el último afgano.” [14]

En octubre de 1984, el director de la CIA William Casey, quien quería mantenerse al tanto de la operación de la CIA en Afganistán, fue en avión a la base aérea militar al sur de Islamabad, Pakistán. Helicópteros llevaron a Casey a tres campos secretos de entrenamiento cerca de la frontera afgana, donde observó el entrenamiento de muyahidín. Oficiales paquistaníes también viajaron a EE.UU. para ser entrenados en el lanzamisiles Stinger en junio de 1986 y luego establecieron una instalación secreta de entrenamiento muyahidín con los Stinger. [15] Entre 1986 y 1989, EE.UU. suministró a los muyahidín más de 1.000 de esos lanzamisiles antiaéreos de tecnología de vanguardia, disparados desde el hombro que, según algunas informaciones, impidieron una victoria soviética. Los misiles Stinger podían destruir aviones soviéticos que volaban a baja altura, lo que los obligaba a volar más alto limitando así el daño que podían causar. En 1987 un “flujo incesante” de funcionarios de la CIA y del Pentágono visitó a la ISI. [16]

Durante la guerra con los soviéticos, los muyahidín, con ayuda financiera de EE.UU. y Arabia Saudí, aumentaron su fuerza obteniendo reclutas adicionales de dos maneras. Primero, se establecieron escuelas religiosas islámicas fundamentalistas llamadas madrazas en las áreas fronterizas entre Pakistán y Afganistán. Los participantes provenían a menudo de campos de refugiados y eran huérfanos de guerra.

Aunque el tema de enseñanza de las escuelas era en gran parte fundamentalista en su contenido, estructurado para desarrollar un fervor para expulsar a los soviéticos, las familias empobrecidas no tenían otra posibilidad de asegurar una educación para sus hijos.

Los posibles estudiantes generalmente no habían aprendido las faenas agrícolas u otros oficios de sus padres, ni tenían otras oportunidades laborales. Estaban sólo entrenados para combatir en guerras y en cómo usar fusiles. Aparte de eso, alimento, albergue y entrenamiento militar fueron suministrados sin coste alguno. Algunos muchachos, que sólo tenían 13 o 14 años, veían un futuro período con los militares como una fuente segura de ingresos. En varias ocasiones, madrazas fueron cerradas para que todos los estudiantes pudieran unirse a los combatientes en el campo de batalla.

La otra fuente de reclutas adicionales para los muyahidín provenía de una variedad de naciones de todo el mundo con grandes poblaciones musulmanes fundamentalistas. Eran varones que querían combatir a los “impíos rusos”, y algunos de ellos esperaban ser mártires en una guerra santa.

Según el especialista en Asia Central y periodista Ahmed Rashid:

“Entre 1982 y 1992 unos 35.000 musulmanes radicales de 43 países islámicos en Oriente Próximo, del Norte de África y de África Oriental, de Asia Central y del Lejano Oriente pasaron su bautismo de fuego con los muyahidín afganos. Otras decenas de miles de musulmanes radicales llegaron a estudiar en los cientos de nuevas madrazas que el gobierno militar de Zia comenzó a financiar en Pakistán y a lo largo de la frontera afgana. Más de 100.000 musulmanes radicales terminaron por tener contacto directo con Pakistán y Afganistán y a ser influenciados por la yihad.” [17]

Según John Ryan, experto de la Universidad de Winnipeg: “En cuanto a los muyahidín creados por este conflicto, desarrollaron una vida propia, y ahora se han diseminado por el mundo musulmán y al parecer están en células por doquier. Unos 5.000 de ellos fueron llevados a Bosnia para combatir a los serbios – incluso Osama bin Laden puede haber visitado al presidente bosnio Izetbegovic en 1992. [18] Los muyahidín ayudaron más adelante a los albanos de Kosovo.” [19]

En 1989 los soviéticos se retiraron de Afganistán y dejaron 1,5 millones de afganos muertos [20] y 14.000 de los suyos. [21]

Pero entonces comenzó una nueva guerra, esta vez entre los muyahidín y el gobierno afgano. Duró tres años, hasta que el gobierno fue derrotado en 1992. Después de eso, los ejércitos en competencia dentro de los muyahidín lucharon entre ellos por el control de Kabul, utilizando los arsenales que habían sido suministrados por EE.UU. para combatir a los soviéticos. Murieron unas 50.000 personas y gran parte de la ciudad fue reducida a escombros. [22] Incluso actualmente, sólo una pequeña parte de Kabul ha sido reconstruida. Cientos de miles de personas fueron llevadas a escuálidos campos de refugiados, y millones de exiliados no pudieron volver al país.

Mientras los muyahidín estaban en el poder hubo una fuerte erosión de los derechos de las mujeres. El Ministerio por la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio fue establecido para controlar las reglas de vestimenta de las mujeres y el largo de las barbas de los hombres. La violación fue un instrumento de guerra común para los fundamentalistas. Como dijera un hombre: “mujeres jóvenes que no querían ser violadas por esos fanáticos se lanzaron de los pisos elevados de edificios altos y prefirieron la muerte a la violación…Numerosas familias con hijas no querían que los fundamentalistas las violaran. Por lo tanto, cuando los fundamentalistas atacaban sus casas, las mataban, porque preferían que murieran a que fueran violadas por esos criminales.” [23]

A pesar de toda esa brutalidad todavía se permitía que las mujeres trabajaran, y obtuvieran una educación bajo el gobierno muyahidín. De hecho, antes que los talibán se apoderaran de Kabul, cerca de la mitad de la población laboral eran mujeres que estaban empleadas como maestras, doctoras, así como en otras ocupaciones profesionales.

Durante los cuatro años siguientes hubo una guerra entre los muyahidín y los talibanes, y estos últimos emergieron victoriosos en 1996. Muchos afganos saludaron su victoria, ya que creían que terminarían con la corrupción de los muyahidín. Pero como musulmanes fundamentalistas, sus políticas eran similares a las de los muyahidín.

Una guerra virtual contra las mujeres se declaró bajo los talibanes, sin una base en la ley islámica. No se les permitió que participaran en la fuerza laboral o incluso que los médicos las trataran (sin la presencia de un pariente varón), y a las muchachas se les prohibía ir a la escuela. Se les prohibía que trabajaran, que abandonaran la casa sin escolta masculina; no se les permitía obtener asistencia médica de un doctor varón, y eran obligabas a cubrirse de la cabeza a los pies, incluso cubriéndose los ojos. Las mujeres que antes eran doctoras y maestras fueron forzadas repentinamente a convertirse en mendigas o incluso prostitutas para alimentar a sus familias. [26]

No es cosa fácil el intento de comprender el modo de pensar que permite que tengan lugar semejantes injusticias. Pero una cosa es obvia, como he mencionado antes en este artículo: EE.UU. fue la principal fuerza que permitió que los muyahidín y los talibanes llegaran al poder por el apoyo que dio hace entre 20 y 30 años a las fuerzas más violentas y antidemocráticas dentro de Afganistán, que gobernaron implacablemente, erradicando a los dirigentes progresistas educados, forzando a otros al exilio y corrompiendo las mentes de muchos de sus jóvenes.

Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, EE.UU. reaccionó atacando Afganistán, aunque ninguno de los secuestradores de los aviones en esos ataques eran afganos. La justificación presentada para los ataques aéreos de EE.UU. contra Afganistán fue que el entrenamiento de los secuestradores fue hecho por al-Qaida en campos en Afganistán. Aunque supuestamente ese bombardeo de represalias logró el objetivo declarado del gobierno de EE.UU., se decidió a invadir en todo caso y todavía sigue allí ocho años después. Los talibanes fueron reemplazados por la Alianza del Norte y ahora existe un gobierno afgano que representa a EE.UU.

¿Qué frutos ve el pueblo afgano ahora, más de 30 años después de la invasión soviética en las áreas de democracia, derechos de las mujeres y progreso económico y social? ¡Nada! En realidad, al pueblo afgano le va peor ahora. Y el futuro de los afganos a manos de EE.UU. es probablemente horrendo.

La democracia se ha menoscabado en Afganistán, porque muchos de los dirigentes progresistas fueron eliminados o forzados al exilio por señores de la guerra apoyados por EE.UU. durante y después de la guerra contra los soviéticos. Este nuevo gobierno se formó en un proceso antidemocrático promovido por EE.UU. y ahora consiste en algunos de los señores de la guerra que fueron depuestos por los talibanes.

Actualmente el afgano de a pie está atrapado entre tres fuerzas: EE.UU., los talibanes y el gobierno títere compuesto de antiguos miembros de los muyahidín que muchos afganos quisieran ver juzgados como criminales de guerra. Además, la Cámara Alta del Parlamento no es una institución democrática, ya que sus miembros son nombrados por el presidente. Asimismo, la constitución afgana, aunque proclama la igualdad de hombres y mujeres, es de importancia secundaria frente a la supremacía de la ley islámica, que se puede utilizar para aplastar el disenso y los derechos humanos, incluidos los derechos de las mujeres. [27]

Además es ridículo afirmar que una nación que está ocupada por una potencia extranjera pueda tomar decisiones importantes. En breve, cuando los ocupantes estadounidenses dicen “¡Salta!” el gobierno afgano responde: “¿A qué altura?”

Malalai Joya, es una joven mujer afgana que fue elegida a la Cámara Baja del Parlamento y quien posteriormente fue excluida de ese organismo por su crítica contra algunos de sus miembros. Ha estimado que hasta un 60% de los diputados en la Cámara Baja están directa o indirectamente conectados con abusos de los derechos humanos actuales o pasados. [28]

Bajo el nuevo gobierno establecido en 2001, se permitió que las mujeres volvieran a trabajar y a ir a la escuela. No obstante, los abusos contra mujeres continúan, ya que el gobierno es demasiado débil para hacer cumplir algunas de las leyes, especialmente en las áreas rurales. [29]

Según Human Rights Watch, “La ley da a un esposo el derecho a retirar la manutención básica de su mujer, incluyendo la comida, si ésta niega a obedecer sus exigencias sexuales. Entrega la tutela de los niños exclusivamente a sus padres y abuelos. Exige que las mujeres obtengan permiso de sus esposos para trabajar. También permite efectivamente que un violador evite el enjuiciamiento mediante el pago de “dinero de sangre” a una joven que fue herida cuando la violó.” [30]

Según Joya:

“Las condiciones de las mujeres en algunas ciudades han mejorado ligeramente desde el régimen talibán. Pero si las comparamos con la era antes del gobierno de los fundamentalistas en Afganistán, no han cambiado mucho. Las mujeres tuvieron más derechos en los años entre los sesenta y los ochenta que actualmente. Violaciones, raptos, asesinatos, matrimonios forzados y violencia aumentan de modo alarmante nunca antes visto en nuestra historia. Mujeres cometen suicidio para escapar a esta miseria, y la cantidad de suicidios aumenta en numerosas provincias. Afganistán todavía enfrenta una catástrofe de los derechos de las mujeres.” [31]

La condición económica y de asistencia social actual de los afganos debida a la intervención de EE.UU. que comenzó hace 30 años es catastrófica. EE.UU. no es la única nación culpable: Pakistán y Arabia Saudí también jugaron papeles importantes en este deterioro.

El pueblo afgano está en una situación desesperada. Perdió cerca de un millón medio de personas en su guerra con la Unión Soviética, según Rashid, y decenas de miles más han muerto en guerras civiles. Además 600.000 han sido heridos. Cerca de uno de cada diez afganos está discapacitado debido a las guerras y las minas terrestres. Su expectativa de vida es de unos 43 años. [32]

Muchos estadounidenses explican esta contienda interna en Afganistán diciendo que “siempre han estado luchando entre sí.” Pero la verdad es que EE.UU. ha estado más o menos tras la mayor parte de la violencia, como lo demuestra este artículo.

Desde que EE.UU. inició sus bombardeos en 2001 se estima que después del 20 de junio de 2008 7.309 civiles afganos han sido eliminados por fuerzas dirigidas por EE.UU., según un cálculo hecho por el profesor Mark Herold de la Universidad de Nueva Hampshire. Los que murieron después del impacto de un explosivo no se han contado. [33]

Aunque más de 3,7 millones de refugiados afganos han vuelto a sus casas en los últimos seis años, varios millones siguen viviendo en Pakistán e Irán. Unos 132.000 han sido desplazados en el interior como resultado de sequías, violencia e inestabilidad. Además, según se informa, hay unos 400.000 huérfanos en Afganistán. [34]

Afganistán padece una tasa de desempleo de un 40% y la mayoría de los que tienen puestos de trabajo sólo reciben salarios miserables. Muchos jóvenes se unieron a los muyahidín o a los talibanes a fin de recibir alimento, albergue e ingresos. El nivel educacional promedio de los afganos es de 1,7 años de escuela, lo que limita severamente sus oportunidades de empleo. Hasta 18 millones de afganos todavía viven con menos de 2 dólares al día. [35]

Hasta hoy los afganos se enfrentan a muchos peligros. En sus tierras hay todavía unos 10 millones de minas que causan pérdida de vidas y extremidades y reducen la cantidad de tierra disponible para los cultivos.

Se calcula que siete millones de personas siguen expuestas al hambre en todo el país, y Afganistán es también vulnerable a desastres naturales así como a un elevado riesgo de enfermedades. [36]

Afganistán necesita ayuda para el desarrollo económico, la atención sanitaria y la educación –no bombas-.

Funcionarios estadounidenses hablan de la construcción de la nación en Afganistán. Pero no dicen que EE.UU. ha hecho exactamente lo contrario: ha fomentado la destrucción de gran parte de esa nación y ahora plantea un peligro claro e inminente para lo que queda del resto de ese país asediado.

…………

James A. Lucas es miembro de Peace Action y de Veterans for Peace. Para contactos escriba a: jlucas511@woh.rr.com

NOTAS

1. Abdullah Qazi, “The Plight of the Afgan Woman,” August 30, 2009 Afghanistan Online.

http://www.afghan-web.com/woman/afghanwomenhistory.html

2. New York Times, 9 February, 1980, p.3, (From Willian Blum, Killing Hope, Ref. 52 on p. 346)

3. Philip Gasper, “Afghanistan, the CIA, bin Laden, and the Taliban,” International Socialist Review,

November-December 2001. http://www.isreview.org/issues/20/CIA_binladen_afghan.shtml

4. “How the CIA turns foreign students into traitors”, Ramparts Magazine (San Francisco ), April 1967, pp.

23-4. (Mencionado en: William Blum, “Killing Hope,” Ref 29 en p.343.)

5. “CIA Activities in Afghanistan,Wikipedia.”.http://en.wikipedia.org/wiki/CIA_activities_in_Afghanistan

6. Gasper.

7. Gasper.

8. James A. Lucas, “Deaths in Other Nations Since WWI Due to US Interventions”, Countercurrents, Abril

24, 2007. http://www.countercurrents.org/lucas240407.htm

9. “The CIA's Intervention in Afghanistan, Interview with Zbigniew Brzezinski”, President Jimmy Carter's National Security Adviser. http://www.globalresearch.ca/articles/BRZ110A.html

10. Gasper.

11. Steve Coll, “Ghost Wars”, (Penguin Books) p 181.

12. Gasper.

13. Steve Coll, “Anatomy of a Victory: CIA's Covert Afghan War”, 'Washington Post', July 19, 1992.

http://emperors-clothes.com/docs/anatomy.htm

14. Milton Bearden, “Afghanistan Graveyard of Empires.” Foreign Affairs, November/December 2001.

15. Coll., Anatomy

16. Gasper.

17. Ahmed Rashid, “Taliban,” Yale University Press, New Haven, London, 2001, p. 130.

18. Dianna Johnstone, “Fools Crusade: Yugoslavia, NATO and Western Delusions”, New York: Monthly

Review Press, 2002, pp. 61-62, comunicación personal con el embajador de Canadá en Yugoslavia, James Bissett.

19. John Ryan, “Afghanistan, A Tale of Never Ending Tragedy”, Global Research , July 19 , 2006.

http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=2750FA

20. Rashid, p.13.

21. Borhan Younus, “Understanding the Afghan War”, January 29, 1988.

http://www.islamonline.net/servlet/Satellite?c=Article_C&cid=1199279994255&pagename=Zone-English-Muslim_Affairs%2FMAELayout

22. Patricia Gossman, “Afghanistan in the Balance”, Middle East Report, Winter 2001.

http://www.merip.org/mer/mer221/221_gossman.html

23. Sonali Kolhatkar and James Ingalls, “Bleeding Afghanistan”, Seven Stories Press, 2006.

24. Abdullah Qazi, “Afghan Women's History”, January 4, 2009.

http://www.afghan-web.com/woman/afghanwomenhistory.html

25. Qazi.

26. Qazi

27. Qazi.

28. Foreign Policy in Focus, “Interview with Malalai Joya”, October 16, 2009.

http://www.fpif.org/articles/interview_with_malalai_joya

29. Qazi.

30. Qazi.

31. Foreign Policy.

32. Fund for Peace June 22, 2009.

http://www.fundforpeace.org/web/index.php?option=com_content&task=view&id=385&Itemid=542

33. Marcus Raskin and Devin West, “Collateral Damage: A U.S. Strategy in War?” Institute for Policy

Studies, October 10, 2008. http://www.ips-dc.org/reports/collateral_damage

34, Fund for Peace.

35. Fund for Peace.

36. Fund for Peace.

Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article24897.htm

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ELECCIONES EN IRAK: Al-Maliki busca ganar; Obama, poder marcharse


Los cálculos más optimistas excluyen la posibilidad de que el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, consiga la mayoría absoluta en las elecciones del domingo, por lo que, de salir vencedor, tendrá que negociar el poder con otras alianzas.

05/03/2010
GARA

AGDAD-. Fuentes políticas próximas a Al-Maliki calculan que la coalición que dirige, el Estado de Derecho, obtendrá unos 100 de los 325 diputados en liza, aunque el primer ministro confía en alcanzar los 120 escaños. "El nuevo Gobierno dependerá de la mayoría política, no está excluida ninguna alianza si estamos de acuerdo con un programa político", dijo a Efe el jeque Sayyed Raadi al-Husseini, dirigente del partido Dawa, el grupo político del primer ministro.

En cualquier caso, no se puede hablar de elecciones normalizadas en Irak, cuando la campaña ha estado marcada por atentados cruentos, como el que el miércoles golpeó Baqubah, provocando 33 muertos.

Al-Maliki, hace cinco años una figura política de bajo perfil, llegó al poder en abril de 2006 después de varios meses de negociaciones para buscar un primer ministro y tras descartarse candidatos de mayor peso.

Ahora, sin embargo, el primer ministro ha perdido parte de los apoyos políticos que tenía, incluyendo amplios sectores chiíes que se han dirigido principalmente a la coalición Congreso Nacional Iraquí (INC), dominado por el principal grupo chií, el Consejo Supremo Islámico Iraquí (SIIC).

No hay encuestas fiables en Irak que anticipen cuál podrá ser el voto de hoy, pero, en la calle, los electores consultados se dividen entre la coalición de Al-Maliki, el INC y la alianza Iraqiyah, encabezada por el ex primer ministro Iyad Alawi y el político sunní Saleh al-Mutlaq.

Ninguno de los dirigentes políticos consultados se atreven a vaticinar cómo quedará configurado el próximo Parlamento, pero todos ellos coinciden en que no habrá un claro vencedor.

"No va a haber una mayoría en esta elección. Posiblemente haya tres, cuatro o cinco bloques", dijo a Efe Mizal al-Alusi, máximo líder del partido independiente Umma (Nación), con dos escaños en el Parlamento y opuestos los grandes bloques políticos.

Todo indica que Irak entrará en un escenario de negociaciones políticas parecido al que surgió tras las elecciones parlamentarias de 2005, que se prolongó durante varios meses, hasta que Al-Maliki fue designado primer ministro.

"Estamos intentando construir alianzas mayores que se unan a Estado de Derecho, con un sentimiento patriótico, y que estén dentro de nuestros objetivos y con la misma tendencia", sostiene Al-Husseini, quien evitó precisar cuáles serían las alianzas más probables.

De momento, Al-Maliki ha dado pocas pistas sobre cuáles pueden ser sus futuros socios en caso de que le toque negociar el poder y sólo ha apuntado hacia la Alianza de Kurdistán, que suele prestar su apoyo a quien satisfaga los deseos de autonomía de esa nación.

El partido Dawa, dirigido por Al-Maliki, confía en que pueda repetir los resultados de las últimas elecciones municipales, en enero de 2009, en las que Estado de Derecho ganó en nueve de las catorce provincias en las que se celebró la votación.

Entonces, Al-Maliki enarboló la bandera nacionalista, al calor de la negociación con EEUU para fijar un calendario de la retirada de las tropas, pero el escenario político de ahora ha cambiado y en la campaña electoral están primando otros intereses.

"Al-Maliki ha fallado en muchas cosas: en los servicios básicos, en la política exterior con los países árabes y también en la reconciliación con quienes no son parte del proceso", sostiene Al-Shabandar, candidato de la lista de Al-Maliki.

A ello se une la corrupción, que ha convertido a Irak en uno de los países menos transparentes del mundo, y la gran inseguridad, que ha marcado la campaña electoral, con ataques contra comunidades como las cristianas.

Mientras los iraquíes arriesguen la vida para acudir a las urnas, en Washington se mirará con atención el resultado, ya que la Casa Blanca considera estos comicios como esenciales para fortalecer su estrategia de retirada de tropas para centrarse en el conflicto de Afganistán y Pakistán.

Barack Obama basó buena parte de su campaña electoral presidencial de 2008 en sus promesas de poner fin a la impopular ocupación de Irak, en la que han muerto 4.380 militares estadounidenses hasta la fecha y que ha supuesto un gasto de miles de millones de dólares para las arcas de EEUU.

El año pasado Obama anunció la salida de las tropas de combate para finales de agosto, reduciendo el actual nivel de 96.000 efectivos a 50.000, y la marcha de los últimos soldados para finales de 2011.

En enero, en su discurso sobre el Estado de la Unión, aseguró que "la guerra se acerca a su fin y los soldados vuelven a casa".

Por eso, estas elecciones son un verdadero test para Obama. Si las elecciones se desarrollan sin complicaciones, las tropas abandonarán progresivamente Irak, según el calendario anunciado, pero si se desata una crisis, Obama se vería forzado a modificar su estrategia, lo que además podría afectar a su principal objetivo económico para este año, la creación de empleo.

Con una tasa de desempleo del 9,7% -que en EEUU está considerada como elevada- y una economía que sólo comienza a recuperarse de la recesión, Irak ha dejado de ser una prioridad para Obama, quien se centra en el segundo frente bélico heredado de George Bush, Afganistán, y la política doméstica.

La fase crítica para EEUU será la que comenzará el lunes, cuando los líderes políticos iraquíes de las diferentes coaliciones tendrán que formar Gobierno.

El embajador estadounidense en Bagdad, Christopher Hill, advirtió recientemente de que la formación de un nuevo Gobierno iraquí "puede tomar algún tiempo", lo que provocaría una especie de vacío de poder, aunque destacó que el clima político y de seguridad es diferente al de 2005.

Pese a admitir que la seguridad en Irak "siempre es un motivo de preocupación", Hill se mostró confiado en que las elecciones "serán percibidas como libres y justas, porque de lo contrario sería bastante desalentados para la democracia en ese país".

En cualquier caso, el jefe de las tropas estadounidenses en Irak, el general Ray Odierno, ha elaborado "planes de contingencia" para cualquier eventualidad y poder reducir el ritmo de la retirada si así se decidiera, según admitió la pasada semana el Pentágono.

El secretario de Defensa, Robert Gates, ha matizado que tendría que producirse "un deterioro considerable" de la seguridad en Irak para que se recurriera a un ajuste de los planes de Washington. "Y ciertamente, no estamos viendo esa situación hasta ahora", destacó, queriendo zanjar la cuestión. "La verdadera prueba no será la reacción de los ganadores, sino cómo los perdedores acepten los resultados. La calidad de una democracia queda determinada por los perdedores", sentenció Hill.

La salida de EEUU culminará sin haber cumplido una de las misiones más importantes de su presencia, terminar con la inseguridad, una tarea que quedará en manos de cerca de un millón de soldados y policías iraquíes.

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¿Ejecución de niños afganos esposados? ¡No pasa nada! La prensa de EE.UU. lo oculta


06-03-2010
Dave Lindorff
CounterPunch
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Cuando el teniente de la Compañía Charlie, William Calley, ordenó y alentó a sus hombres para que violaran, mutilaran y masacraran a más de 400 hombres, mujeres y niños en My Lai en Vietnam en 1968, hubo por lo menos cuatro estadounidenses que trataron de detenerlo o llevarlo a él y a oficiales superiores ante la justicia. Uno fue el piloto de helicóptero Hugh Thompson Jr., quien evacuó a algunas de las víctimas heridas, y quien colocó su nave entre un grupo de vietnamitas y los hombres de Calley, y ordenó a su artillero que abriera fuego contra los soldados estadounidenses si disparaban contra más gente. Otro fue Ron Ridenhour, que supo de la masacre e inició una investigación privada, y terminó por informar sobre el crimen al Pentágono y al Congreso. Uno más fue Michael Bernhardt, un soldado en la Compañía Charlie que la presenció y le contó todo a Ridenhour. Y otro fue el periodista Seymour Hersh, que publicó la historia en los medios de EE.UU.

La actual guerra en Afganistán también tiene sus masacres de My Lai. Las tiene casi todas las semanas, cuando aviones de EE.UU. bombardean fiestas de matrimonio, o casas “sospechosas” de albergar terroristas que resulta que sólo servían de refugio a civiles. Pero estos My Lai son todos etiquetados convenientemente como accidentes. Son archivados y olvidados como el inevitable “daño colateral” de la guerra.

Hubo, sin embargo, una masacre reciente que no fue un error –una masacre que, aunque sólo afectó a menos de una docena de personas, tiene el mismo hedor de My Lai. Fue el asesinato al estilo de una ejecución de ocho estudiantes esposados, de entre 11 y 18 años, y de un niño pastor vecino de 12 años que estaba de visita, en la provincia Kunar, el 26 de diciembre.

Desgraciadamente, ningún soldado de principios, con una conciencia como el piloto Hugh Thompson trató de salvar a esos niños. Ningún observador tuvo el valor de Michael Bernhardt para informar sobre lo que había visto. Ningún Ron Ridenhour entre los otros soldados de EE.UU. en Afganistán ha investigado esta atrocidad o ha informado al Congreso. Y ningún periodista estadounidense ha investigado este crimen de guerra como Seymour Hersh investigó My Lai.

Hay un Seymour Hersh para la masacre de Kunar, pero es un británico.

Mientras los periodistas estadounidenses como los anónimos drones periodísticos que escribieron el informe del 29 de diciembre de CNN sobre el incidente http://www.cnn.com/2009/WORLD/asiapcf/12/29/afghanistan.deaths/index.html) aceptaron como real la historia de encubrimiento inicial del Pentágono –que los muertos formaban parte de un grupo secreto de terroristas-, Jerome Starkey, un periodista en Afganistán del Times de Londres y del Scotsman, habló con otras fuentes –el director de la escuela de los niños muertos, otros residentes locales, y funcionarios del gobierno afgano– y descubrió la verdad real sobre un atroz crimen de guerra –la ejecución de niños esposados-.

Y mientras unos pocos medios noticiosos en EE.UU. como el New York Times mencionaron que existían algunas afirmaciones de que los muertos eran niños, no fabricantes de bombas, ninguno, incluida CNN, que había aceptado y publicado las mentiras del Pentágono sin cuestionarlas, se dio la molestia de publicar la actualización de la noticia cuando, el 24 de febrero, los militares de EE.UU. admitieron que efectivamente se trataba de estudiantes inocentes. Tampoco alguna organización noticiosa corporativa de EE.UU. mencionó que los muertos estaban esposados cuando los mataron.

Starkey informó sobre la admisión incriminadora del gobierno de EE.UU. No obstante todavía los medios de EE.UU. se mantienen silenciosos como una tumba.

Bajo las Convenciones de Ginebra, es un crimen de guerra ejecutar a un cautivo. Pero en Kunar, el 26 de diciembre, fuerzas dirigidas por EE.UU., o tal vez soldados estadounidenses o mercenarios contratados por EE.UU., ejecutaron a sangre fría a ocho prisioneros esposados. Es un crimen de guerra matar a niños menores de 15 años, pero en este incidente un niño de 11 y otro de 12 años fueron esposados como combatientes, capturados y ejecutados. Otros dos de los muertos tenían 12 años, y un tercero tenía 15.

Llamé a la oficina del secretario de defensa para preguntar si se estaba realizando alguna investigación de este crimen o si se planeaba realizar una, y se me dijo que enviara una solicitud escrita, lo que hice. Hasta la fecha no he tenido respuesta. La maquinaria de relaciones públicas del Pentágono pretendió por teléfono que ni siquiera sabía de qué incidente estaba hablando, pero sin su “ayuda” he llegado a saber que lo que los militares de EE.UU. han hecho –lo que no constituye una sorpresa– es transferir el problema dejando toda investigación a la Fuerza Internacional de Ayuda de la Seguridad (ISAF) – un nombre decorativo para la fuerza de la OTAN dirigida por EE.UU. que combate a los talibanes en Afganistán.
Es una artimaña hábil. La ISAF no es más una genuina entidad de coalición que lo que fue la Coalición de los Dispuestos de George Bush en la Guerra de Iraq, pero este subterfugio imposibilita la investigación legislativa del evento, ya que el Congreso no posee autoridad para imponer el testimonio de la OTAN o de ISAF como lo podría hacer con el Pentágono. Una fuente del Comité de Servicios Armados del Senado confirma que la ISAF está investigando, y que el comité ha solicitado una “información” –lo que quiere decir que nada sería bajo juramento– una vez que la investigación haya sido completada, pero no retenga el aliento o espere algo dramático.

También tomé contacto con la oficina de prensa del Comité de Servicios Armados de la Cámara para ver si se había planificado alguna audiencia sobre este crimen. La respuesta es no, aunque la encargada de prensa me pidió que le enviara detalles del incidente (No es una buena señal de que miembros y personal de la Cámara estén prestando mucha atención – los asesinatos llevaron a manifestaciones estudiantiles en todo el país en Afganistán, a una protesta formal de la oficina del presidente Hamid Karzai, y a una investigación del gobierno afgano, que concluyó que estudiantes inocentes habían sido esposados y ejecutados, y sin duda contribuyó a un llamado del gobierno afgano para que se procese y ejecute a soldados estadounidenses que maten a civiles afganos.)

Todavía queda tiempo para que gente de conciencia se levante en medio de esta aventura imperial que ahora puede llamarse adecuadamente la Guerra de Obama en Afganistán. Muchos hombres y mujeres en uniforme en Afganistán saben que nueve niños afganos fueron capturados y asesinados a manos de EE.UU. en diciembre pasado en Kunar. Probablemente también existe gente que estuvo implicada en la planificación y realización de esa operación criminal que se siente asqueada por lo sucedido. Pero esa gente hasta ahora se calla la boca, sea por miedo, o simplemente por no saber hacia dónde volverse.
(Nota: si usted tiene información puede ponerse en contacto conmigo). Hay también numerosos periodistas en Afganistán y en Washington que podrían estar investigando esta historia. No lo hacen. No me preguntéis por qué. Preguntad tal vez a sus editores.
……………

Dave Lindorff es un periodista del área de Filadelfia. Su trabajo se puede encontrar en www.thiscantbehappening.net. Para contactos: dlindorff@yahoo.com.

Fuente: http://www.counterpunch.org/lindorff03042010.html

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Entrevista a Eric Toussaint: Más allá del Foro Social Mundial, la Quinta Internacional


En la reunión del ALBA del día 25 de enero 2010 se decidió anular la deuda de Haití con sus países miembros, dando una lección a las potencias que se reunieron en Montreal el mismo día.

Igor Ojeda
Fato semanario brasileño
9-2-2010 a las
www.kaosenlared.net

En la opinión del politólogo Éric Toussaint, uno de los fundadores del FSM, que está en su décima edición, se debe crear un frente permanente de partidos, movimientos sociales y redes internacionales para llevar a cabo acciones políticas conjuntas.

El politólogo Éric Toussaint, es uno de los integrantes del Consejo Internacional del Foro Social Mundial (FSM), y uno de los defensores de la propuesta de que ese espacio se transforme en una plataforma de mayor incidencia política en las luchas sociales a lo largo y a lo ancho del mundo. Por el momento, no le preocupa demasiado la resistencia de ciertos sectores integrantes del FSM, que quieren mantener el formato original del evento. Para Toussaint, la solución es sencilla: “Si el Foro no quiere hacerlo, se debe construir otro instrumento, sin eliminar el Foro”.

En conversación con Brasil de fato |1|, Éric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM) de Bélgica, defiende el diálogo entre movimientos y partidos siguiendo la propuesta del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sobre la creación de una Quinta Internacional. En la entrevista que sigue, habla de la crisis económica mundial, de las iniciativas de integración del subcontinente Latinoamericano y del ascenso de los países del Bric (Brasil, Rusia, India y China) en el escenario internacional, potencias, que a su criterio, no son una alternativa progresista al viejo orden: “Lo que buscan es negociar con los viejos imperialismos su lugar en la división internacional del poder, del trabajo, de la economía global y del acceso a los recursos naturales”.

Entrevista

Brasil de Fato – ¿Cómo evalúa las dos visiones diferentes expuestas en el debate de apertura del Foro Social Mundial: por un lado, la que propone el “uso” del Foro como una plataforma política, con más poder de acción e incidencia política, y por el otro, la que defiende la idea de que el Foro mantenga su formato original, como un espacio para el intercambio de ideas?

Eric Toussaint – Es necesario tener un instrumento internacional para definir las prioridades en términos de demandas, de objetivos. Un calendario común de acción, un instrumento que permita elaborar una estrategia común. Si el Foro no lo permite, se debe construir otro instrumento, sin eliminar el Foro. Pienso que éste tiene su razón de existir, tiene sus ventajas, pero si algún sector no quiere una evolución hacia su transformación en un instrumento de movilización, es preferible construir otro con las organizaciones e individuos que estén convencidos de esa necesidad. Esto no impediría la continuación de la participación activa en el Foro. Digo esto para evitar una escisión, un debate sin fin que paraliza más que ayuda. Está claro que existe un sector que prefiere mantener el carácter de un Foro de discusión, de debate y que no se transforme en un instrumento de acción.

¿Es un sector bastante fuerte, no?

Sí. Es una parte del núcleo histórico que hizo la convocatoria para la formación del Foro. Pero no constituyen la totalidad del núcleo histórico, puesto que el MST |2| también es parte de ese núcleo. Y nosotros también, el CADTM forma parte del Consejo Internacional del Foro desde su creación, en junio de 2001. Pero es evidente que organizaciones como Ibase |3|, y personalidades como Chico Whitaker y Oded Grajew, se oponen a que el foro evolucione hacia un instrumento de lucha. Lo que me preocupó al llegar a Porto Alegre fue constatar que el seminario “10 años después” estaba patrocinado por Petrobras, Caixa, Banco do Brasil, Itaipú Binacional y que había una fuerte presencia del gobierno. Obviamente, eso es preocupante. Preferiría un foro con mucho menos apoyo financiero pero más militante. Podemos apoyarnos en las fuerzas voluntarias militantes, alojamiento solidario en casas, o en el campo, con la infraestructura necesaria, en escuelas, etc.

¿Y cuál sería el nuevo instrumento al que usted se refiere?

Existe una propuesta que, realmente, tuvo bastante poca repercusión. Se trata de la convocatoria realizada por Hugo Chávez a fines de noviembre 2009, para la creación de una Quinta Internacional, reuniendo movimientos sociales y partidos de izquierda. Pienso que la propuesta es, en principio, muy interesante. Puede ser una buena posibilidad si genera una reflexión, un diálogo entre partidos y movimientos sociales: una Quinta Internacional como instrumento de convergencias para la acción y para la elaboración de un modelo alternativo. Sin embargo, desde mi punto de vista, no sería una organización como las Internacionales anteriores, que eran –o todavía son, pues la Cuarta Internacional continúa existiendo– organizaciones de partidos con un nivel de centralización bastante elevado. Considero que la Quinta Internacional no debería tener ese alto nivel de centralización y no debería implicar la autodisolución de las redes internacionales. Éstas podrían adherir a una Quinta Internacional manteniendo sus características, aunque tal adhesión sería una prueba de que todas las redes o grandes movimientos nacionales tienen el propósito de ir más allá de frentes puntuales, como los que se constituyeron con motivo de la Cumbre del Clima de Copenhague, la soberanía alimentaría, la deuda… Tenemos banderas comunes con varias redes, y eso es positivo. Pero si fuese posible llegar a formar un frente permanente… Con esta última expresión, tal vez esté dando un elemento de definición. Para mí, la Quinta Internacional debería ser, en la situación actual, un frente permanente de partidos, movimientos sociales y redes internacionales. El término “frente” implica, claramente, que cada uno mantendría su identidad, pero que daría prioridad a lo que los une para alcanzar determinados objetivos en común y avanzar en la lucha. Los últimos meses fueron una nueva demostración de la necesidad de aumentar la capacidad de movilización, porque la movilización contra el golpe en Honduras fue totalmente insuficiente. Es preocupante, porque como los Estados Unidos apoyaron el golpe legitimando las elecciones, fuerzas golpistas en todo el mundo consideran que esa es nuevamente una opción razonable. En Paraguay, por ejemplo, la discusión de los golpistas es “¿Para cuándo? ¿Cómo?”. Pero están convencidos de que es preciso ejecutar un golpe a partir del Congreso Nacional contra Lugo. Esto muestra que la movilización relacionada con Honduras fue insuficiente, pero también la relacionada con Copenhague y, ahora, con Haití. La respuesta frente a la intervención de los Estados Unidos en Haití es totalmente insuficiente.

¿Entonces cree que es posible, en una Quinta Internacional, conciliar, en torno a acciones políticas comunes, las distintas corrientes de izquierda que formarían esa nueva organización?

Sí, pienso que es necesario comenzar con un diálogo consultivo para intentar llegar a ese resultado. No podemos precipitarnos. La Quinta Internacional, para ser algo realmente efectivo, tiene que escuchar y reunir una cantidad muy significativa de organizaciones. Hacer una Quinta Internacional con una pequeña parte del movimiento no valdría la pena. Sería matar el proyecto o limitarlo. Abrir la perspectiva de un debate sobre ello me parece muy necesario.

En una entrevista usted dijo que el Foro Social de Belem, llevado a cabo en enero del año pasado, fue la primera gran movilización internacional contra la crisis. Ahora dice que no hubo una respuesta satisfactoria contra lo ocurrido en Honduras y en Haití. ¿Qué ocurrió? ¿Qué está faltando?

Sí, tiene toda la razón de hacer notar el defasaje entre el gran éxito de Belem y lo que ocurrió después. El saldo de 2009 es preocupante. No hubo, en las mayores economías industrializadas, en el epicentro de la crisis, manifestaciones sociales importantes. Sólo se realizaron grandes manifestaciones en Francia |4| y Alemania, en particular en Francia, donde más de un millón y medio de manifestantes se lanzaron a las calles en dos marchas durante el primer trimestre. En Estados Unidos, hubo algunas huelgas pero pocas. Allí la movilización es difícil para los sectores que sufren más con la crisis. Es como si la gente estuviese agotada. El desempleo aumentó de manera muy fuerte en el Norte; por ejemplo, en España, se pasó del 10 % al 20 % de la población económicamente activa., algo que no había ocurrido en los últimos 30 años. En cuanto al Sur, gobiernos como el de Lula dan la impresión de que Brasil y otros países del Sur no se verán afectado por la crisis del Norte, debido a que se tomaron medidas económicas y financieras que les permiten blindarse. Entonces, en el Sur hay también un bajo nivel de movilización en relación con la crisis internacional. Pero quiero hacer una comparación histórica. Después de la crisis de 1929 en Wall Street, la lucha social radical en el plano internacional comenzó en 1933, 1934 y 1935. Vemos así que históricamente la reacción de las masas no es inmediata. Si la crisis continúa, y sus efectos se mantienen muy fuertes, al final la gente comenzará a movilizarse masivamente.

¿Pero, además de este análisis histórico, cree que la izquierda tampoco supo prepararse para dar una respuesta adecuada?

Ese es otro aspecto. Hemos visto, por ejemplo, que la juventud brasileña del Estado de Pará estaba muy interesada, asistió en masa al Forum Social de Belem. Y participó en los debates en los que se hablaba de alternativas radicales. Pero como el Foro Social Mundial no es un instrumento de movilización… Además, las dirigencias de los sindicatos están muy burocratizadas. La política de los dirigentes sindicales consiste en esperar que las decisiones del gobierno eviten un gran shock. Acompañan y apoyan las políticas gubernamentales que limitan un poco el costo de la crisis para los más oprimidos. Existe una falta de voluntad por parte de los dirigentes sindicales, de los partidos de izquierda o de los partidos “socialistas”, que hace que los gobiernos continúen aplicando, en los países del Norte, soluciones sociales-liberales o neoliberales. No hay voluntad de implementar ni siquiera una política neokeynesiana. El New Deal de Roosevelt (Franklin Delano, por entonces presidente estadounidense), de 1933, en comparación con las políticas de Barak Obama, o de gobiernos como el de José Luís Rodríguez Zapatero (presidente del gobierno español, del Partido Socialista Obrero Español) y el de Gordon Brown (primer ministro británico, del Partido Laborista), parece de una izquierda radical. Por lo tanto, queda claro que existe una enorme responsabilidad de las direcciones de los partidos tradicionales de izquierda, los sindicatos y una gran debilidad en el Foro Social Mundial para hacer frente a la crisis. Por eso, retorno al primer punto de la entrevista: necesitamos un nuevo instrumento.

¿Cree que, con esta crisis, definitivamente se inauguró o puede inaugurarse en un futuro próximo una nueva era de multipolaridad?

Es evidente que la dominación económica de los Estados Unidos no es la misma que la de hace 20 años. Los Estados Unidos perdieron la primacía económica, pero es el único país que combina: dominación industrial –aunque en ese aspecto se esté debilitando–, una moneda que aunque debilitada continúa siendo la moneda internacional, y una presencia militar permanente en más de cien países, teniendo además una aceitada maquinaria para invadir territorios. Hace cinco meses publiqué un artículo en el que interpretaba el golpe en Honduras y las siete bases en Colombia como una demostración evidente de la agresividad norteamericana contra América Latina.

Algunos periodistas reaccionaron diciendo que yo estaba exagerando, que los Estados Unidos. no podían lanzar una intervención militar en América Latina, ya que no tienen disponibilidad de fuerzas por estar atrapados en Afganistán, Pakistán e Irak. Pero ahora, en dos días, fueron capaces de mandar 15.000 soldados a Haití. Por lo tanto, sí, reafirmo: los Estados Unidos continúan siendo una potencia capaz de agredir, de mandar equipamientos y materiales militares a todos lados. El caso de Haití es muy emblemático, ya que muestra que mantienen una gran capacidad y velocidad de reacción. La potencia estadounidense continúa siendo la principal del mundo en términos estratégicos. Está claro que están surgiendo otras nuevas, como China, la Unión Europea, y por detrás, Rusia, India y Brasil, que son potencias regionales. El concepto que para mí define la actuación internacional de Brasil es el de “imperialismo periférico”. Imperialismo, ¿por qué? Porque Brasil considera a los países vecinos como una potencia imperialista tradicional. Los considera como países destinatarios de inversiones de sus empresas trasnacionales, y la política externa del gobierno brasileño tiende a apoyar la estrategia de expansión de esas corporaciones: Petrobrás, Vale do Rio Doce, Odebrecht, etc., que están presentes en Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela, Chile, Argentina e inclusive África, donde han hecho inversiones importantes. Entonces existe un carácter multipolar en el sentido de que no hay un superimperialismo, sino potencias imperialistas (Estados Unidos, Unión Europea, Japón) entre las que existen imperialismos periféricos como Brasil y Rusia. Los llamados Bric [acrónimo de Brasil, Rusia, India y China) no constituyen una alternativa progresista a los viejos imperialismos. Lo que buscan es negociar con ellos un lugar en la división internacional del poder, del trabajo, de la economía global y del acceso a los recursos naturales. Por eso considero que no existe ninguna potencia progresista a la que podríamos apoyar. Pero existe sí una iniciativa como el ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas, propuesta por el presidente venezolano Hugo Chávez), cuyos integrantes, felizmente, no son países imperialistas. Alternativas regionales como ésta, son muy importantes. Mi preocupación al respecto es que se debería ir más allá de los discursos, aumentando mucho más la integración entre los países miembros. Aunque es preciso destacar cosas positivas: en la reunión del ALBA del día 25 de enero 2010 se decidió anular la deuda de Haití con sus países miembros, dando una lección a las potencias que se reunieron en Montreal el mismo día, para discutir el alivio de la deuda de Haití, condicionándola a la aceptación de medidas de ajuste estructural.

¿En este contexto, cómo evalúa el avance de iniciativas como la del Banco del Sur? ¿Cree que ese proyecto se encuentra en una etapa satisfactoria?

En 2007 participé, a pedido del gobierno de Rafael Correa y de su ministro de Economía y Finanzas, en la redacción de la posición de Ecuador con respecto al Banco del Sur. El proyecto que el país defendía era un modelo de Banco para financiar proyectos públicos o de comunidades tradicionales, nativas, etc. Por ejemplo, financiar a nivel regional, una política de soberanía alimentaría, potenciar las reformas agrarias necesarias, las reformas urbanas, la interconexión ferroviaria –y no la de autopistas–. Esta es una de las opciones posibles para el Banco del Sur. Brasil y Argentina tienen otro proyecto. Quieren el Banco para financiar proyectos, en los países más pobres, que forman parte de la iniciativa IIRSA (Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), es decir proyectos de obras públicas en el marco de IIRSA, mediante la contratación de empresas brasileñas o argentinas. O sea, de nuevo dinero público para contratar empresas privadas, para grandes proyectos que no respetan el medio ambiente y que no dan prioridad a la mejora de la situación de las masas. Y la opción de Brasil y Argentina es la que comienza a dominar en las negociaciones del Banco del Sur. Es necesario que los gobiernos de izquierda de verdad opten por una integración de los pueblos, y no por favorecer a grandes empresas multinacionales, sean éstas del Sur o del Norte. Una integración que no tome como modelo la construcción europea. En Europa tenemos integración, pero totalmente dominada por la lógica de la acumulación del capital privado, o sea, la lógica liberal o neoliberal. Con los gobiernos existentes en América Latina, con la fuerza de los movimientos sociales y con la tradición de las luchas radicales, es el lugar del mundo en el que se puede implementar un modelo alternativo, y no más de lo mismo.

Usted acostumbra a decir que hay dos izquierdas: la ecosocialista y la social-liberal. ¿Como se explica que a pesar de que el modelo neoliberal haya sido puesto en jaque a causa de la crisis, ha sido el presidente Lula –al que usted ubica entre los social-liberales– uno de los que salieron más fortalecidos por ella?

Fundamentalmente, lo que define la suerte de un país son las movilizaciones sociales, las experiencias que las masas acumulan a través de su movilización. Y vemos que los países donde los gobiernos, en el ámbito político, son los más avanzados, son aquellos que tuvieron los movimientos sociales más radicales. Ese nivel de movilización social ejerce una presión que empuja a los gobiernos hacia medidas políticas y sociales más coherentes con la opción de izquierda. Lamentablemente, en Brasil no hubo, en los últimos cinco o seis años, ese nivel de movilización. Y el gobierno, además de eso, comenzó con una situación económica favorable. Entre 2003 y 2008, hubo un aumento en el precio internacional de las materias primas, un aumento que acompañaba la burbuja especulativa del norte y generaba más exportaciones para el país. Y, hasta ahora, como comentamos antes, la crisis internacional no afectó inmediatamente a Brasil. Por ello, el Gobierno podrá presentar como resultado de su política una situación económica que no depende exactamente de la misma. A no ser por el hecho de mantener tasas de interés muy altas, que permitió a los bancos privados brasileños no tener que invertir tanto en subprimes estadounidenses para obtener mayores beneficios, porque ya los obtenían con sus altos intereses. Está claro que no apoyo la política de tasas de interés altas, pero, en un mundo en el que los bancos pueden mover fácilmente su capital, esa medida protegió, de algún modo, el sistema bancario de Brasil.

¿Pero por qué razones, además de las tasas de interés, Brasil no fue afectado por la crisis?

Porque la caída de los precios de las materias primas que ocurrió en el segundo semestre de 2008 fue seguida por un alza. Los ingresos por exportación se mantuvieron y el colchón social representado por el programa de Bolsa Familia proporcionó a los sectores pobres cierto nivel de consumo que mantuvo el mercado interno. La pregunta es: ¿qué va a ocurrir en los próximos años? ¿Qué va a ocurrir con el crecimiento de China? Puede o no seguir con el actual crecimiento. Sabemos que en China existe una burbuja inmobiliaria, una burbuja en la Bolsa de Valores, una explosión de deudas. El crecimiento en China se debe a la muy importante inyección de gasto público por parte del gobierno para contraatacar la pérdida de mercados externos debido a la crisis en los Estados Unidos, Europa y Japón. Se mantiene el nivel de crecimiento, pero de manera artificial, por medio de esas burbujas. En la situación mundial actual, China es la locomotora de lo que resta de crecimiento económico. Sin China, estaríamos en una recesión mundial al estado puro. La situación de Brasil está relacionada con China por medio de las exportaciones de minerales, etc., pero también porque la situación de China mantiene la economía mundial en cierto nivel de crecimiento. Si China cae, lo que para mí no es una certeza, pero sí una posibilidad, afectará a Brasil, que también sufrirá las consecuencias si ocurrieran otras explosiones financieras internacionales, porque existen otras bombas, como los precios de las materias primas, que son más altos de lo que la actividad económica justifica. Hay una inversión especulativa en materias primas de varios productos alimenticios exportados por Brasil, como la soja. Si esa burbuja especulativa explotase, tendremos una reducción en los precios de estos productos, y eso golpeará a Brasil. Por eso la idea de que Brasil tiene una economía blindada es falsa. Depende de la evolución internacional sobre la que no tiene control. Lo que Brasil podría hacer para reparar esta situación es conseguir un crecimiento mayor de su mercado interno, protección, ejercer más control sobre los movimientos de capitales, implementar otro modelo económico – un modelo redistributivo–, atacar a los monopolios, a los especuladores, realizar una reforma agraria y urbana radical. Este podría ser un modelo dentro de un marco de integración regional. Pero eso implicaría un cambio de opciones en el gobierno.

¿Cómo evalúa las respuestas a la crisis por parte de los gobiernos más progresistas como Venezuela, Bolivia y Ecuador?

Hubo un aspecto positivo, no solo por parte de esos tres gobiernos, sino también, de alguna manera, en las gestiones de Lula, Cristina Fernández de Kirchner (presidenta de Argentina) y Michelle Bachelet (presidenta de Chile). O sea, a pesar de las recomendaciones del FMI, de reducir el gasto público, los gobiernos aplicaron políticas heterodoxas. Incluso el gobierno de Alan García, del Perú, que es un gobierno de derecha. Eso les permitió mantener un cierto nivel de crecimiento económico. La reacción de Bolivia, Ecuador y Venezuela fue realizada por gobiernos que no tienen las mismas características. De los tres, el que actuó más radicalmente sobre la política económica fue el de Hugo Chávez, con más nacionalizaciones. Pero, francamente, las políticas de Correa, Chávez y Evo Morales no son tan diferentes de las de otros gobiernos en la región. No hay una diferencia radical en el aspecto económico. Creo que hay grandes diferencias en términos de antiimperialismo, de reformas constitucionales, de recuperación de control de los recursos naturales. Pero sería una simplificación decir que hay diferencias astronómicas entre las experiencias económicas de la región. Personalmente, preferiría poder decir que los gobiernos de Ecuador, Venezuela y Bolivia están implementando un modelo realmente alternativo. Sin embargo todavía no es el caso. Hay anuncios y perspectivas que pueden ser muy interesantes, pero no deben confundirse discursos e intenciones con hechos reales.

¿Cómo está actualmente el debate acerca de la deuda pública?

El tema de la deuda tiene sus altos y bajos. El tema era muy candente en los años ochenta, y volvió a tener mucha fuerza con el default de Argentina al final de 2001. Ahora estamos de nuevo en una situación de tensión, pero es solo el inicio. Entre 2007 y 2008, Ecuador formó una comisión para la auditoria de la deuda de la que formé parte. Sobre la base de nuestras conclusiones, el gobierno de Correa decidió suspender el pago de 3.200 millones de dólares de deudas en títulos comerciales vendidos en Wall Street y que vencían entre 2012 y 2030. Correa suspendió el pago a partir de noviembre de 2008 y enfrentó a los acreedores, los poseedores de títulos. Y consiguió, el 10 de junio de 2009, que el 91 % de los títulos fuesen vendidos por sus dueños al gobierno de Ecuador con un descuento del 65 %. O sea, Ecuador compró títulos con un valor total de 3.200 millones de dólares pagando sólo 1.000 millones. Economizó entonces 2.200 millones de dólares y todos los intereses que el país tenía que pagar hasta el año 2030. Esto demuestra que incluso un pequeño país puede enfrentarse a los poseedores de títulos e imponerles un “sacrificio”. Esos poseedores, que siempre ganaron, tuvieron que abandonar la perspectiva de continuar ganando mucho dinero con sus títulos. La lección es que, si Ecuador consiguió hacerlo, países como Brasil, Argentina y otros también lo podrían hacer.

Argentina había suspendido el pago en 2001, pero en 2005, cometió el error fundamental de canjear los títulos en vez de comprarlos o anularlos totalmente. Canjearon con descuentos, pero debieron seguir pagando los intereses, con una alta tasa. Actualmente la deuda Argentina tiene el mismo volumen que en 2001. La cuestión del pago de la deuda volverá a la escena internacional debido a dos factores fundamentales. Primero, la crisis económico-financiera, que hizo disminuir las exportaciones del Sur y los ingresos fiscales correspondientes, lo que vuelve más difícil el reembolso de la deuda pública interna y externa. El segundo factor es el aumento del costo de refinanciación de la deuda. Como los banqueros del Norte entraron en crisis, su tendencia es exigir más a los países del Sur que desean endeudarse a nivel internacional.

Traducido del portugués por Guillermo F. Parodi
notes articles:

|1| Periódico semanal brasilero de ámbito nacional. Editado y de propiedad de movimientos sociales, entre ellos organizaciones como Vía Campesina, Consulta Popular, pastorales sociales vinculadas a la iglesia católica progresista, sindicatos, partidos de izquierda, colectivos feministas, organizaciones estudiantiles... http://www.brasildefato.com.br/v01/agencia/entrevistas/para-alem-do-forum-social-mundial-a-quinta-internacional

|2| Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra) http://www.mst.org.br/

|3| Instituto Brasileiro de Análises Sócias e Econômicas (Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos). http://www.ibase.org.br/

|4| También se debe mencionar las extraordinarias huelgas en Martinica y Guadalupe, territorios franceses de ultramar.

Eric Toussaint

www.cadtm.org
345, Avenue de l'Observatoire
4000 Liège
Belgique

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