viernes, 29 de mayo de 2009

Comentario de Cuarenta Hadices -III


Sharhe Chehel Hadiz
Imam Jomeiní
Traducción de Raúl González Bórnez

Primer hadiz
El combate del ego III

Indicaciones sobre algunas de las potencias esotéricas

Has de saber que Dios bendito y ensalzado ha creado, por medio de Su fuerza y sabiduría, ciertos poderes, en el mundo oculto a los sentidos y en el interior del alma, que poseen infinitos beneficios.
Nosotros hablaremos aquí de tres de ellos: el poder de la imaginación (al-quwwah al-wahmiya), el poder de la ira (al-quwwah al-gadbiya) y el poder de la pasión (al-quwwah al-shahwiya).
Cada una de estas fuerzas poseen cualidades muy útiles para proteger a la especie humana y al individuo y para la preservación de esta vida y de la otra, que los sabios han mencionado y que nosotros no tenemos ahora necesidad de repetir. Lo que es necesario mencionar aquí es que esas tres fuerzas son la fuente de la que manan todos los beneficios y perjuicios y el origen de todas las formas angélicas ocultas a los sentidos.
Explicaremos esto brevemente.
De la misma manera en que el ser humano posee en este mundo una forma material terrenal que Dios bendito y ensalzado ha creado a la perfección, dotada de sentidos, belleza y una composición tan novedosa y única que deja perplejo el intelecto de los filósofos y los sabios y que la anatomía y la cirugía no han sido capaces hasta el día de hoy de comprender y descubrir en su totalidad; un ser al que Dios ha dotado de una constitución y una forma que le hacen superior a todas Sus otras criaturas, ha dispuesto para él, en el mundo que hay tras la muerte, tanto el mundo intermedio entre esta vida y la otra (barzaj) como el mundo al que vamos a partir del Día del Juicio Final (qiyámat), una forma angélica oculta a los sentidos corporales, que viene determinada por las cualidades de su alma y por su naturaleza esotérica.
Si la disposición esotérica de la persona y sus hábitos secretos son los propios de un ser humano, su forma inmaterial también será humana, pero si sus cualidades no son humanas no tendrá forma humana sino otra, en correspondencia con su disposición oculta.
Por ejemplo, si en su interior vencen las pasiones y la animalidad y son estas quienes gobiernan su territorio interior, su apariencia inmaterial será la de la bestia que tenga semejanza con su temperamento. Y si su interior y sus hábitos secretos se encuentran dominados por la ira y la furia salvaje y el juicio que merece su territorio interior es el de un animal salvaje, su forma inmaterial en el mundo oculto a los sentidos será la de un animal salvaje. Y si su imaginación y sus hábitos son satánicos y su interior se ha poblado de atributos satánicos, tales como la mentira, la falsedad, la deshonestidad, la maledicencia y la calumnia, su forma inmaterial será la de un demonio adecuado a ellos. Y, a veces, es posible que, debido a la mezcla de dos o más hábitos, su forma inmaterial no se parezca a la de ningún animal conocido, sino que adopte una forma extraña y desconocida en este mundo.
Nos ha sido transmitido que el Mensajero de Dios, las bendiciones y la paz sean con él y con su familia, dijo que algunas personas serán resucitadas el Día del Juicio Final con formas tales que los monos y los cerdos resultarán más bellos que ellos. Incluso es posible que una misma persona reciba en ese mundo varias formas, ya que ese mundo no se rige por los mismo parámetros que éste, en el cual cada cosa adopta una sola forma. Éste es un asunto que tiene su propia lógica y momento.

Y, has de saber que el criterio según el cual se establecen estas diferentes formas, una de las cuales es la forma humana, es el estado del alma en el momento de salir de este cuerpo y entrar en el territorio intermedio, es decir en el dominio de la otra vida, cuyo primer nivel es el mundo intermedio (barzaj).
Los hábitos con los que el alma sale del cuerpo en el momento de partir de esta vida son los que conformarán el aspecto que esa alma adoptara en la otra y con los que será vista por los ojos inmateriales propios de ese mundo intermedio y con la que ella misma se verá con los ojos inmateriales que poseerá en ese mundo, si es que le es dado poseer ojos en él.
No es obligatorio que la persona adopte en el otro mundo la misma forma que posee en éste.
Dios Altísimo dice que, el Día de la Reunión, algunos le dirán: «¡Oh Dios! ¿Por qué me has resucitado ciego, si en la otra vida tenía ojos?» y Dios le responderá: «¿Acaso tú no te olvidaste de Mí? Así eres hoy olvidado.»

¡Oh desgraciado! Tenías dos ojos que te proporcionaban la visión externa pero estabas ciego a la visión interior e inmaterial. Ahora percibes tu ceguera interior, pero eras ciego desde antes, no poseías los ojos de la percepción esotérica con los que se contemplan las señales divinas.
¡Oh desgraciado! La figura y el rostro que ahora posees pertenecen a este mundo, pero las maneras de sopesar y valorar en el mundo inmaterial son diferentes a las de éste.
Deberás encontrar tu figura erguida interior si quieres poseerla el Día del Levantamiento Final. Tu alma deberá ser un alma humana si quieres poseer una apariencia humana en el mundo intermedio y en la otra vida. ¿Crees que el mundo oculto a los sentidos, que es el mundo en el que se desvelan los secretos y se manifiesta lo inmaterial, es igual que el mundo aparente y material, donde todo está mezclado y confundido?
En el otro mundo, los ojos, los oídos, las manos, los pies y el resto de las partes de tu cuerpo darán testimonio de lo que hiciste en la lengua propia del mundo inmaterial y, según algunos, hasta con formas propias de ese mundo inmaterial.
Por lo tanto ¡Oh querido! Abre los oídos de tu corazón, eleva tus miras y ten misericordia de tu miserable situación, quizás así puedas obtener una forma humana y salir de este mundo con aspecto de un ser humano y consigas así ser de los que se salvan y logran la felicidad.
No vayas a pensar que esto son solo palabras y sermones. Todo ello son conclusiones de los razonamientos de los grandes teósofos y desvelamientos de la gente de la práctica espiritual, así como información transmitida por los verídicos y purificados, pero no son estás páginas el lugar para extenderse en demostraciones y argumentaciones excesivas sobre este asunto.

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