viernes, 10 de julio de 2009

Impulso norteamericano a Israel contra Irán


8 de julio de 2009
Joaquín Rivery Tur (AIN, especial para ARGENPRESS.info)

Estados Unidos, concretamente el vicepresidente Joseph Biden para que no quepan dudas, acaba de impulsar al gobierno de Tel Aviv a lanzar un ataque contra Irán bajo el pretexto repetido mil veces de que aspira a fabricar una bomba atómica.

Según informó la agencia AP, Biden aseguró que Washington no se opondrá si Israel decide atacar las supuestas instalaciones nucleares iraníes, a pesar de las afirmaciones del más alto oficial de las fuerzas armadas de Estados Unidos, quien dijo que un ataque de ese tipo sería desestabilizador.

Las declaraciones de Biden constituyen una actitud más agresiva de Washington respecto a sus diferencias políticas con el gobierno de Teherán y su demanda de que desista de su programa nuclear, el cual tiene declarados fines netamente pacíficos.

Dando una interpretación menos guerrerista a las palabras de Biden, funcionarios de la Casa Blanca, siempre según AP, aclararon que la entrevista televisiva trasmitida el domingo reflejaba la posición estadounidense de que Israel tiene derecho a defenderse y tomar sus propias decisiones en temas de seguridad nacional.

Biden fue sumamente ingenuo en sus declaraciones al decir que "no podemos decirle a otra nación soberana qué puede y qué no puede hacer", cuando eso es precisamente lo que ha hecho Estados Unidos durante toda su historia.

El Gobierno Israelí del derechista Benjamín Netanyahu difícilmente tome una decisión semejante sin consultarla antes con Washington y obtener la aprobación. Atacar las instalaciones nucleares iraníes no es lo mismo que lanzar ataques indiscriminados sobre la población de Gaza o Cisjordania, pues para la Casa Blanca esos son unos pobres árabes que quizás el Imperio esté interesado en eliminar.

Israel depende demasiado de Estados Unidos para emprender por sí mismo una acción de semejante envergadura. Nadie debe olvidar que se trata de una potencia nuclear creada por los norteamericanos y concebida contra los palestinos y todo el mundo árabe.

Una medida como esa sería desencadenar un proceso de inestabilidad bélica en la zona de consecuencias impredecibles, porque los iraníes no van a permanecer con los brazos cruzados.

Las palabras de Biden tienen una carga mortífera para todo el planeta y es posible que no solamente esté alentando a Israel a lanzar un ataque contra los iraníes, sino incluso que lo estén programando de conjunto.

La situación se complicó después que Estados Unidos y sus aliados se inmiscuyeron en los asuntos internos iraníes y empujaran a la oposición a protestas callejeras contra la victoria en las elecciones presidenciales del actual mandatario Mahmud Ahmadinejad.

Washington y la Unión Europea, sin prueba alguna, se lanzaron a una campaña para declarar que hubo fraude en los comicios, cuando era prácticamente imposible, pues la diferencia entre Ahmadinejad y el más cercano de sus rivales fue de once millones de votos, cifra imposible de cambiar.

La actitud de la Casa Blanca de emplear a Israel como punta de lanza para una agresión a Irán, ya venía perfilándose desde días antes, cuando Netanyahu declaró que Israel tomaría las cosas en sus propias manos si para fin de año Irán no mostraba voluntad de negociar su plan de desarrollo.


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