viernes, 5 de junio de 2009

Debate electoral en Irán


06,06,2009

A la espera del debate de hoy entre Karrubi y Ahmadineyad y tras escuchar el debate entre Razaí y Seyed Mir Huseiní, la conclusión a la que se llega es que la clase política de la genereación educada por el Imam Jomeini está de acuerdo en que AhmadiNeyad ha llevado al país a una situación extrema, que no dudan en calificar de peligrosa y muy peligrosa.

El debate entre Rezaí y Mir Huseiní, a mi entender, comenzó con el enterramiento de Ahmadineyad con las palabras de Mir Huseiní censurando el comportamiento ético anti islámico sin ni siquiera nombrarle, aludiendo al debate anterior en el que un AhmadiNeyad evidentemente nervisos y a la defensiva, acusó de enriquecimiento ilegal a ciertos individuos durante los gobiernos anteriores al suyo, citando nombres y apellidos, lo cual hizo que Mir Huseiní tuviera que recordarle que eran musulmanes y que la ética islámica no permite hablar mal de quien no está presente para defenderse y que esas acusaciones se hacen en los juzgados; para, a continuación, pasar a discutir el cómo abordar las tareas de remodelación que el país tan urgentemente necesita. En esa misma dirección, de llamamiento a una ética elevada cabe interpretar las palabras de Rezaí mencionando que Ario significaba Noble y que el pueblo iraní es tributario de una cultura basada en la nobleza.

De las palabras de ambos se deduce claramente que la generación de la revolución y de la “defensa sagrada contra la invasión”, está de acuerdo en acabar de una vez con el periodo Ahmadineyad y abordar una reforma en profundidad del país. Terminar con la política administrativa del amiguismo y buscar la unidad de acción de las distintas corrientes, persiguiendo la eficacia y sumar fuerzas para beneficio del país en su conjunto y no de una corriente particular.
Rezaí fue especialmente claro en lo relativo a desovietizar la economía, desestatalizar y poner el manos de la iniciativa privada la creación de empresas, buscando la eficacia y acabar con esa especie de sovietización administrativa que lleva a la parálisis y a la ineficacia de individuos que saben asegurado su puesto de trabajo, trabajen bien o no.
Ambos candidatos coincidieron en la necesidad de cambiar radicalmente la orientación económica, utilizando los ingresos derivados del petróleo, no para ofrecer crédito barato a la gente directamente, cosa que ya ha demostrado que se traduce en un incremento automático de la inflación, como cualquiera que entienda un poquitito de economía sabe, sino en un fondo de crédito a la creación de empresas que genere trabajo y que, de esa manera haga llegar los beneficios al pueblo.
Reforma de la política agrícola, protegiendo la producción nacional que ahora se pudre en los graneros, incapaz de competir con los productos importados; devolver la cultura a los intelectuales, incorporar a la casta religiosa a la intelectualidad pensante del país, descentralizar administrativamente el país, creando un sistema federal en todos los ministerios, excepto en Defensa, de manera que se acabe con el centralismo de Teherán y se aprovechen los recursos intelectuales del resto de las universidades y profesionales del país; incorporación de los jóvenes a las tareas de dirección del país; incorporación de la mujer en todos los sectores, tanto administrativos como profesionales y culturales, y no solo de manera testimonial como hasta ahora se ha venido haciendo; informatización del país, solución de los problemas de degradación moral, drogas, prostitución, paro...
De lo dicho y de lo que se lee entre líneas parece quedar claro que el país se encuentra en una situación incompatible totalmente con los presupuestos de la Revolución Islámica y que, en opinión de los candidatos, AhmadiNeyad ha marginado a los profesionales, a los intelectuales e incluso a la clase religiosa, y ha puesto en pie un gobierno personalista y autoritario de “pensamiento único” buscando su popularidad más en argumentos emocionales y populistas que en una administración profesional e integradora, llevando al país a un enfrentamiento sectario peligroso, y enajenándose a la juventud, aunque no solo a la juventud, que le califica de “dictador” y que responde a su política represiva adoptando una estética contestataria que raya en lo “punk”, cuestión a no menospreciar teniendo en cuenta que los presupuestos estéticos de esta revolución siempre han jugado un papel político extremadamente importante.

Pero sobre todo, por encima del debate concreto de cómo solucionar los problemas del país, fue de destacar el entendimiento, la corrección en el debate, la ausencia de crispación y el espíritu de colaboración y entendimiento entre ambos candidatos.
Si a eso sumamos que los otros dos grandes pro hombres de la política nacional, Jatami y Rafsanyani, a pesar de sus diferentes líneas, se han puesto de acuerdo para respaldar la candidatura de Mir Huseiní, parece que nos encontramos con una elecciones en las que todos los candidatos están de acuerdo en una cuestión fundamental: Cualquier solución menos un periodo más de AhmadiNeyad.

En mi modesta opinión, se abre un periodo de profundas transformaciones sociales, políticas y económicas en Irán, necesitada con urgencia de poner el país al día tanto de su realidad nacional, con un 40% de su población entre los 18 y los 28 años, como se mencionó en el debate mismo, como de los tiempos en los que vivimos: acabando con la administración partidista y amiguista que ha venido funcionando desde al menos los tiempos del fallecimiento del Imam y dando paso a una concepción moderna y eficaz que priorice criterios de eficacia y unidad de acción por encima de las diferencias políticas, a las que ellos mismos calificaron de secundarias ante el hecho de que todos ellos se reclaman "línea del Imam"; que ponga la economía en manos de economistas, la cultura en manos de los intelectuales y el futuro en manos de las jóvenes generaciones, acabando con el periodo de estatalización populista y sectaria del último gobierno.
Es de preveer una primera vuelta en el que el voto se disperse entre los cuatro candidatos y una segunda en la que los dos menos votados llamarán a votar al candidato alternativo a Ahmadi Neyad.
El tiempo, corto, pues queda una semana para las elecciones, lo dirá.


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