viernes, 22 de mayo de 2009

Seyed Nasrulá Conmemora la Victoria del 25 de Mayo en Nabatiyeh



22/05/2009 El secretario general de Hisbolá, Seyed Nasrulá, felicitó el viernes a los libaneses en el noveno aniversario del Día de la Resistencia y la Liberación.

Seyed Nasrulá habló en un discurso en directo a través de una pantalla gigante en la ciudad de Nabatiyeh, en el sur del país, donde miles de personas se reunieron para conmemorar el histórico evento.

En medio de una formidable ovación, Seyed Nasrulá comenzó su discurso alabando a los mártires que entregaron su vida por la causa de la liberación y la victoria.

Es un gran placer reunirnos hoy aquí para conmemorar el Día de la Resistencia y la Liberación en la ciudad de Nabatiyeh, la ciudad del Imam Huseyn (a.s.), la ciudad que realizó el primer levantamiento popular en el Día de Ashura y en el nombre del Imam Huseyn. Saludos a todos vosotros que habéis venido de todos los pueblos y ciudades para celebrar la victoria que vosotros lograsteis y la resistencia de la que vosotros habéis constituido sus mártires, sus heridos, sus combatientes, sus apoyos, y sus fieles seguidores. La victoria fue un regalo de Dios por vuestra sinceridad y lealtad. Merecíais la victoria y fuisteis dignos de la promesa de victoria que ofrecisteis a Líbano y a toda la Nación. La Paz sea con vosotros, los que rechazasteis la humillación, protegisteis el país, preservasteis la confianza que se depositó en vosotros. La Paz sea con vosotros, aquellos cuyas gargantas gritaron el eslogan de vuestro Imam: “Deshonra, qué remota...”

“Estamos ante una gran ocasión: el Día de la Resistencia y la Liberación.
Estamos también ante un gran evento que se aproxima: las elecciones del 7 de junio. Tengo mucho que decir, sin embargo, dado que conmemoramos esta ocasión hoy en Nabatiyeh, el lunes en Dahiyeh y el próximo viernes en la ciudad de Baalbek, distribuiré los principales puntos a los que quiero referirme en estos tres eventos.
Hoy, abordaré un grupo de temas e intentaré ser tan breve como sea posible. Ellos son la resistencia y el Estado, las redes de espionaje, las minas, el desarrollo y el agua, las elecciones, las listas y los distritos electorales.

Sobre la resistencia y el Estado quiero decir lo siguiente: Desde el establecimiento de la entidad usurpadora en 1948, Líbano en general y el Sur del país en particular sufrieron diversas consecuencias. Las ciudades y pueblos fronterizos fueron sometidos a amenazas y ataques y al saqueo de sus tierras y su agua así como a desplazamientos forzados de población. Todo ello está documentado y fue vivido por nuestros padres y abuelos en los años cincuenta. Desde el principio, la opción de los habitantes del Sur de Líbano para resistir la agresión fue la de pedir ayuda al Estado. Si recordamos la postura de nuestros sabios, políticos, élites, poetas y gente en Yabal Amil, vemos que su opción era el Estado. Yo citaré aquí a Sayyed Abdul Huseyn Sharafeddin, que envió una carta en 1949 al entonces presidente Bshara Jurin tras la horrible masacre en la ciudad de Hula, que recordó las matanzas de Deir Yassin o Kafar Qassem.

Él dijo: Líbano creía en aquel momento que el Estado les daría lo que necesitaban. Sin embargo, en lo que respecta al Sur, la población quedó insatisfecha. Mientras que el Estado estaba enfrascado en temas como el estatus de los ministerios y otras trivialidades políticas parecidas que llevaron a muchos a perder la paciencia, engalanaron lo absurdo y ocultaron lo aberrante, tuvimos que contemplar la calamidad de la región de Yabal Amil donde las localidades fueron saqueadas y los niños tuvieron que acostumbrarse al terror en medio de matanzas y cosechas destruidas. Ésta es una experiencia documentada que debería servir a todos los líderes políticos que quieren hacernos depender del “Estado”, que en la mesa de diálogo afirmó recientemente que entre 1948 y 1970 Líbano no fue objeto de ninguna agresión israelí. Ellos dicen que Israel ha estado llevando a cabo maniobras y ejercicios durante 50 años. Qué vergonzoso es que no sean capaces de ver que Israel ha estado librando guerras durante 50 años, matando libaneses y destruyendo la tierra libanesa.”

Nuestro gran Imam (Sharafeddin) descansa ahora tranquilo. Yabal Amil ha surgido de vuestra capa y de la capa del Imam Musa Sadr, que gritó: ¡Deshonra, qué remota!
Esta montaña (Yabal Amil) paga sus impuestos y cumple con sus obligaciones aunque todavía no se le han otorgado sus derechos. Ha sido siempre el socio perdedor.
El Imam Sharafeddin continúo diciendo: “¿No oíste, Oh Presidente libanés, como el poeta describe esta calamidad (de la matanza de Hula) diciendo: “Ojalá tu alma fuera la mía, Oh Hula, y muriera con un lamento.” Entonces el Imam dijo: “Su Excelencia, el Presidente, no tiene la capacidad de suministrar protección. ¿Tampoco tiene la capacidad de proporcionar ayuda o consuelo? Si quiere saludar a Yabal Amil, diga: “La Paz sea sobre vosotros y sobre Líbano.”
Estas palabras se remontan a 1949 y fueron pronunciadas tras la terrible masacre de Hula, en la que decenas de personas fueron asesinadas.

En consecuencia, la elección del Sur de Líbano y de los libaneses del Sur ha sido siempre la de pedir ayuda al Estado. Después del Imam Sharafeddin vino el Imam Musa Sadr, en cuyos hombros recayeron pesadas responsabilidades hasta su secuestro en los años sesenta. Su retórica era clara e iba dirigida a presidentes y altos dirigentes del Estado. Él solía decir, pero en vano, que el Sur de Líbano era una parte de este país así que “enviad al Ejército para que suministre protección y lo defienda, como es vuestra responsabilidad.”
Existía, sin embargo, o negligencia, como si el Sur de Líbano no fuera parte del país, o debilidad. En cualquier caso, el Sur derramó una sangre preciosa. En última instancia, el Imam Sadr llamó a los habitantes del Sur a coger las armas para defenderse a sí mismos, pero nunca abandonó sus llamamientos al gobierno para que asumiera la responsabilidad de defender el Sur.
Luego vino la invasión israelí de 1982 y el “Estado” continuó ausente. Los hijos del Imam Sadr en el movimiento Amal y en Hisbolá, junto con otros grupos nacionales y palestinos, se opusieron a la ocupación y la derrotaron.
Todo esto ocurrió mientras el “Estado” estaba en otro planeta, excepto unos pocos años antes de la liberación, precisamente bajo el liderazgo del presidente Emil Lahud y los sucesivos gobiernos de Salim Hoss, el mártir Rafik Hariri y Omar Karameh. Hoy en día, debemos destacar y alabar la figura del presidente Suleiman, que fue también jefe del Ejército.

¿Sabéis cuál es vuestro crimen? ¿Cuál es vuestra falta? Vuestro crimen es que rechazasteis la ocupación en un momento en el que se os requería que la aceptaseis. Vuestro crimen es que resististeis en un tiempo en el que se os requería que os rindierais. Vuestro gran crimen es que triunfasteis, derrotasteis a Israel, recuperasteis vuestra tierra y liberasteis a vuestros prisioneros.

Este gran logro ha puesto en una situación embarazosa a aquellos que hacían llamamientos en favor de la rendición y las concesiones. Cuando participasteis en la guerra de 2006 y os enfrentasteis al enemigo, como hizo el resto de la gente decente de Líbano, triunfasteis y éste fue vuestro gran error.
Recuerdo que mi gran hermano Nabih Berri, el presidente del Parlamento, me dijo cuando la guerra terminó: “Hemos de tener mucho cuidado porque ellos no nos permitirán disfrutar de esta victoria y trabajarán para hacernos pagar un gran precio por ella.”
De este modo, cuando luchamos tenemos que pagar un alto precio y, ya ganemos o perdamos, hay siempre un precio que pagar.

Hoy en día, nos hacemos eco de aquello que nuestros abuelos pidieron. Queremos un Estado, pero ¿qué tipo de Estado? ¿El Estado de los impuestos y las tasas? No. ¿El Estado de las compañías inmobiliarias? No. Queremos un Estado fuerte, capaz, justo, valiente y responsable. Queremos un Estado con su ejército, sus fuerzas de seguridad y la autoridad política para defender el Sur de Líbano y protegerlo.
Hablando francamente, no estamos planeando que la Resistencia se convierta en una alternativa al Estado. Sin embargo, un Estado que abandona al Sur no es un estado y decir que la Resistencia se está proyectando como una alternativa al Estado resulta irrelevante. Como grupo de oposición, queremos construir un Estado fuerte y capaz que sea serio en la defensa de su tierra, sus recursos acuíferos, su gente y su dignidad.
El 7 de junio, Dios mediante, construiremos este Estado que debe ganarse la confianza de la gente no a través de eslóganes, sino a través de una práctica seria, de una fuerte presencia y de una decidida oposición a cualquier cosa que amenace al pueblo.
Si hacemos mil discursos para decir que el Estado posee la decisión sobre la paz y la guerra mientras se muestra ausente o si lanzamos mil eslóganes sobre extender la autoridad del Estado sobre Líbano mientras no tenga una presencia real en nuestra tierra, esto nunca resolverá el problema. El problema se resolverá cuando el Estado convenza a su pueblo de que es fuerte y tiene la necesaria presencia.

Mi segundo tema son las redes de espionaje.
Felicitamos a las fuerzas de seguridad por descubrir las redes de espionaje y reafirmamos que éste es el camino correcto que todos debemos seguir. No queremos ningún logro moral. Estamos interesados en desmantelar las redes y arrestar a los agentes para cegar a los sionistas y proteger el país. Para lograr esto, en primer lugar, debe existir una significativa cooperación popular con las fuerzas de seguridad, ya sea por parte de las familias, la gente en general y los poderes políticos. Todo aquel que tenga una brizna de información debe comunicarla.

En segundo lugar, los espías y los agentes deben ser descubiertos con independencia de cuál sea su religión, grupo sectario, familia o ciudad. Ellos no deben ser protegidos y su colaboración con el enemigo no debe ser justificada. Tal crimen es completamente injustificable. En tercer lugar, pido en vuestro nombre y en nombre de las familias de los mártires y los heridos, en nombre de aquellos cuyos hogares fueron destruidos y aquellos que pagan impuestos para reconstruir las infraestructuras, que los colaboradores que suministraron al enemigo las informaciones que han causado todo este daño, sean sentenciados a la pena capital. Sentenciarlos a uno o dos años de prisión es una broma que no sirve para proteger el país. Cualquiera que adopte una postura de indulgencia es cómplice en el derramamiento de la sangre del pueblo libanés. Tengo que ser franco y estricto en este tema. No juguéis con la seguridad o la Justicia utilizando argumentos de equilibrio religioso o sectario. Os digo: empezad ejecutando a los colaboradores shiíes en primer lugar.

En cuarto lugar, yo quiero dirigirme al resto de espías y colaboradores que están todavía actuando en suelo libanés. Os digo que habéis quedado expuestos y que caeréis en manos de la Justicia antes de que os deis cuenta. Esto es por lo que os sugiero que os entreguéis vosotros mismos rápidamente. Quizás esto sirva para conmutar vuestra sentencia. Debéis saber que no tenéis valor alguno para vuestros amos israelíes. No valéis más que un puñado de polvo para ellos, así que haced lo que es correcto y volved con vuestro país antes de que sea demasiado tarde.
En quinto lugar, Hisbolá ha trabajado siempre en estrecha cooperación con los servicios de seguridad y declaro que no ahorraremos ningún esfuerzo para trabajar con todos los aparatos oficiales de seguridad con el fin de lograr este noble objetivo de purgar Líbano de estas redes.
En sexto lugar, tenemos que cerrar filas con el fin de impedir que las divisiones de tipo político y sectario se amplíen hasta el extremo de que la colaboración con Israel se convierta en algo justificable a ojos de algunos. Aquí, me gustaría llamar la atención al hecho de que debemos actuar responsablemente, éticamente y basándonos en estándares religiosos hacia las familias de los colaboradores. Sus familias no han hecho nada incorrecto. Debemos consolarlas y ser misericordiosos con ellas porque su calamidad es mayor y más dolorosa que cualquier otra.

Mi último punto de este tema es que esos espías y colaboradores no sólo reúnen información. Algunos de ellos han llevado a cabo misiones sobre el terreno. Uno de ellos tenía 20 kilos de explosivos de TNT en su hogar. ¿Con qué propósito? Ésta es una cuestión importante que necesita una respuesta. Existen agentes, como Mahmud Rafea, que confesó haber entregado bolsas con explosivos. Otros colaboradores han confesado haber llevado a cabo misiones de reconocimiento sobre el terreno. Otros han facilitado la entrada y salida de israelíes después de haber cumplido sus misiones. Esto es lo que significa ser agentes ejecutivos.
La puerta debe ser abierta de par en par y aquellos que han hecho juicios previos y que han adoptado posiciones preparadas de antemano deben saber que este camino israelí debe ser plenamente investigado para llegar a un punto en el que hallemos información sobre un gran número de crímenes cometidos, en particular desde el año 2005 en adelante. Algunos de estos colaboradores han jugado un papel significativo en el fomento de las divisiones de tipo sectario mientras que otros han confesado su papel en los intentos de crear una sedición entre Hisbolá y el Movimiento Amal. Resulta claro hoy que estas escaramuzas que se convirtieron en batallas en algunas áreas fueron fabricadas por Israel.

Mi tercer tema son los campos de minas. Muchos campos han sido desminados gracias a empresas y Estados que han cooperado en este tema así como a los esfuerzos, la supervisión y la coordinación entre el Ejército libanés y la Resistencia Islámica. Existe un problema de financiación hoy y es la responsabilidad del gobierno el buscar fondos. Hoy prometo que en caso de deficiencias, como sucede en la actualidad, la Resistencia asumirá la responsabilidad y trabajará extensamente con el Ejército en todo el Sur de Líbano para poner fin al tema de las bombas de racimo.

En lo que se refiere al desarrollo de los recursos acuíferos, me gustaría decir que hemos estado en Bint Yebeil y digo aquí, abiertamente, que sí somos una alternativa al Estado. Esta región ha estado abandonada a su suerte durante décadas. El “Estado” estuvo ausente durante la ocupación. Ahora que la ocupación ha terminado, ¿qué es lo que impide al Estado extender su autoridad en el Sur? El Estado no muestra ninguna responsabilidad. El Estado sólo se acuerda de que Bint Yebeil, Hasbayya, Shebaa, Yezzin y otras regiones existen cuando viene a recaudar impuestos. El gobierno que la oposición establecerá construirá un Estado fuerte y justo que promoverá un desarrollo equilibrado. Nuestras aguas se pierden en el mar. Los norteamericanos vendrán mañana a pedirnos que entreguemos nuestra agua a Israel. Por el contrario, debemos unir nuestras fuerzas y trabajar para ejecutar el Proyecto del Río Litani, que planteó el presidente del Parlamento Nabih Berri. Os digo que algunos diputados del Sur y los diputados de la oposición trabajarán juntos para lograr este sueño.

Mi último tema son las elecciones. Algunos pueden pensar que podría no existir una batalla electoral en el Sur y, de este modo, el empuje y el incentivo para que los votantes acudan a las urnas se puede perder. Sin embargo, os digo que las elecciones del 7 de junio conciernen a cada región. Intentamos tener una sola lista en Yezzin. Sin embargo, se han formado dos listas de dos queridos aliados. Respetamos su decisión y tomamos en consideración las circunstancias. La competición en Yezzin entre dos listas de la oposición no debe ser una razón que desanime o frene a nuestros partidarios. Debemos tener una fuerte presencia en este distrito para asegurar otros tres diputados en el Parlamento.

En lo que se refiere a otros distritos, la piedra angular de la alianza opositora es la alianza Amal-Hisbolá con nuestros hermanos de otros partidos y figuras políticas respetadas. Me gustaría subrayar que la alianza, profundamente enraizada, entre Amal y Hisbolá, no es una alianza obligada como algunos puedan pensar. Es una alianza profunda, histórica, estratégica y sólida. Nadie puede encontrar ni aprovechar ningún signo de debilidad en esta alianza. Esta alianza resultó fundamental en la victoria de 2006. Nos integramos políticamente, militarmente, socialmente, a nivel popular y en el campo de batalla. Nos unimos al resto de nuestros aliados, pero resultó que los objetivos más atacados fueron Hisbolá y Amal. Esta alianza ha salvado a Líbano de los más peligrosos complots de su historia. Esta misma alianza es la piedra angular de la oposición, que, Dios mediante, ganará las elecciones del 7 de junio.

Esta alianza es de interés nacional, en primer lugar, y de interés para el Sur, en segundo lugar. Os aseguro que muchos políticos han intentado crear divisiones entre Hisbolá y Amal diciendo: “Hisbolá lidera la oposición y Amal y el Frente Patriótico Libre son inferiores a Hisbolá.” Ellos dicen también que si la oposición gana, Seyed Nasrulá será el único que gobierne sin consideración a los otros aliados. Sin embargo, yo digo que quien intente romper la alianza entre Hisbolá y Amal fracasará sin duda alguna. Nos basamos en una profunda confianza mutua. Estamos satisfechos ambos de las listas que presenta la oposición... Nuestro objetivo es que la oposición consiga la mayoría de escaños en el Parlamento para salvar a Líbano de aquellos que conspiran en su contra. Ésta no es una obligación religiosa, como algunos pueden intentar propagar. Es un deber político y ético. Cuando nos comprometemos con las listas de la oposición, consideramos a cada uno de sus candidatos como un candidato de Hisbolá.

Algunos buscan presentar las elecciones como un referéndum sobre la Resistencia y sus armas. Las personas a las que más atañe el tema de la Resistencia y sus armas son los ciudadanos del Sur, que viven bajo la amenaza diaria de que sus recursos sean saqueados, sus hogares destruidos y ellos mismos desplazados.
Sí, la Resistencia os protege y vosotros la habéis abrazado y protegido. El día 7 de junio, acudiréis a los colegios electorales en el Sur de Líbano para decir al mundo que no abandonaréis a la Resistencia. El día 7 de junio, demostrareis, una vez más, que sois hijos de Seyed Musa Sadr y que sois la gente más honorable, más generosa y más pura.
Me gustaría concluir repitiendo la decisiva frase en que todos creemos: “El tiempo de la derrotas se ha ido y el tiempo de las victorias ha llegado.”

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