jueves, 14 de mayo de 2009

Los Consejos al-Sahua, otra herramienta de los ocupantes de Iraq


Carta abierta de la Asociación de Ulemas Musulmanes a los miembros de los Consejos al-Sahua

Iraq-Amsi (www.iraq-amsi.org), 17 de septiembre de 2008
Traducido del árabe para IraqSolidaridad por Akram Yawad

“Os convirtieron en el instrumento para perseguir a los miembros de la resistencia, apuñalarlos por la espalda y liberar de esa labor a los soldados de la ocupación estadounidense, que es la principal responsable del asesinato de vuestros hijos, la destrucción de vuestras casas, de las infraestructuras de vuestros barrios, del robo de vuestros bienes y de vuestra colonización por un periodo indefinido”

'Las fuerzas de ocupación han declarado que las formaciones de los Consejos al-Sahua se han agotado como recurso para conseguir sus objetivos. Tropas de EEUU e iraquíes se enfrentan a miembros de los Consejo al-Sahua en Bagdad el 29 de marzo de 2009."
[…] En esta carta nos dirigimos a no pocos hijos de nuestro país a los que el enemigo consiguió hacer colaboracionistas, aprovechándose para ello de la amarga situación en la que vivían, situación originada en lo esencial por el propio ocupante, con sus escuadrones de la muerte y con el premeditado sabotaje de sus anteriores condiciones de vida […].
[…] Los ocupantes os hicieron creer que los Consejos al-Sahua acabarían con las injusticias y con quienes interfieren en los asuntos de nuestro país para satisfacer sus ambiciones, y que serían una nueva puerta desde la que podríais participar en la vida pública iraquí. Así, promovieron la formación de patrullas y bandas armadas con vosotros, con el argumento de proteger las zonas civiles y con el pretexto de combatir a Al Qaeda, al terrorismo y a las criminales milicias sectarias. Los ocupantes estadounidenses os involucraron en ese proyecto con esos pretextos y os ocultaron que lo que en realidad querían era utilizaros en una tarea que habían sido incapaces de realizar y que no es otra que la de acabar con la resistencia iraquí que se esfuerza por liberar nuestro país. Os convirtieron en el instrumento para perseguir a los miembros de la resistencia, apuñalarlos por la espalda y liberar de esa labor a los soldados de la ocupación estadounidense, que es la principal responsable del asesinato de vuestros hijos, la destrucción de vuestras casas, de las infraestructuras de vuestros barrios, del robo de vuestros bienes y de vuestra colonización por un periodo indefinido […].
Los ‘servicios’ de los Consejos al-Sahua
He aquí algunos de los grandes servicios que los Consejos al-Sahua han prestado a la ocupación estadounidense en Iraq:
1. Rebajar el número de las operaciones militares contra las fuerzas de ocupación. Bajo el pretexto de combatir Al Qaeda y al terrorismo, los Consejos al-Sahua tenían como objetivo la eliminación de la resistencia en las zonas más rebeldes e inasequibles para los ocupantes, y ello mediante la formación de fuerzas paramilitares que se enfrentaran a aquella y crearan zonas de separación que protegieran a las fuerzas de ocupación de sus embates. La reducción de la superficie de despliegue de las fuerzas de ocupación tuvo como resultado la disminución del número de operaciones de la resistencia debido al descenso en el número de los objetivos disponibles.
A este respecto, hay que advertir que cuando los estadounidenses y sus agentes colaboracionistas hablan de terrorismo —y terroristas en Iraq—, pretenden hacer referencia con ello a todas las formaciones de la resistencia, sin señalar una organización concreta. Y lo hacen así —como a nadie se le oculta— para acabar con la resistencia de un pueblo ocupado y evitar una situación embarazosa a los ojos de todos los países del mundo, ya que el reconocimiento de la resistencia significaría reconocer su legitimidad de manera implícita, pues la Carta y otros documentos de Naciones Unidas otorgan a los pueblos ocupados el derecho a la resistencia contra el ocupante. De esta forma, los estadounidenses y sus agentes difunden a través de los medios de comunicación que combaten contra organizaciones terroristas desvinculadas totalmente del pueblo ocupado, con el propósito de obtener el apoyo de otros países para su guerra injusta o, al menos, de conseguir que esos países consientan sus crímenes, ya que el terrorismo despierta el rechazo internacional.
Con esta estrategia, el ocupante ha conseguido unos resultados que ni él mismo esperaba. Los observadores han señalado que la presencia de los Consejos al-Sahua, allá donde se ha producido, ha puesto fin prácticamente a las actividades de la resistencia, sin distinción entre organizaciones. Las formaciones de los Consejos al-Sahua han provocado el colapso total o casi total del proyecto resistente en algunas de las zonas en las que se encontraba presente y, en particular, en la provincia de al-Anbar. Si consideramos que dirigentes de las fuerzas ocupantes habían declarado repetidamente que el 50 por ciento de las operaciones dirigidas contra ellos tenían lugar en la provincia de al-Anbar, podremos apreciar la magnitud del crimen cometido contra la resistencia iraquí, contra el futuro del pueblo iraquí y contra la Nación Árabe.
2. Los Consejos al-Sahua, moneda de cambio: la utilización de las formaciones de al-Sahua como carta de presión y de maniobra en manos de la administración de la ocupación. Esta presión tenía como finalidad obligar al gobierno iraquí a realizar más concesiones a la ocupación, al tiempo que ampliar su dependencia. La amenaza era la integración de las fuerzas de al-Sahua en los ministerios de Defensa y del Interior, extremo harto indeseable para ese gobierno de carácter sectario, que sueña con extender su poder excluyendo al resto.
Por otra parte, los Consejos al-Sahua han sido utilizados para obligar a los partidos políticos, que pretenden representar a los suníes, para hacer más concesiones e igualmente incrementar la dependencia mediante la insinuación de que la ocupación tiene en dichas formaciones una alternativa preparada para llenar el vacío político que dejarían dichos partidos si rechazasen los dictados de del gobierno estadounidense.
3. Retirada de tropas. Gracias a las formaciones de los Consejos al-Sahua, los ocupantes han logrado retirar una parte importante de sus tropas, tras confiar la responsabilidad de mantener la seguridad en aquellas. La ocupación consiguió retirar sus tropas de las zonas más conflictivas de modo seguro y dejar a las fuerzas de al-Sahua en el frente para combatir contra sus compatriotas.
4. Dividir Iraq, afianzando la división política de Iraq, mediante el empleo del sistema de cuotas sectarias y étnicas, al amparo de una Constitución que ha secuestrado la voluntad del pueblo iraquí. Con la existencia de las fuerzas kurdas de los peshmerga y de las milicias chiíes, que se ha incorporado en su mayoría a las fuerzas de la policía y la Guardia Nacional [nuevo ejército iraquí], se hacía necesaria la aparición de unas fuerzas armadas sunníes en el otro lado de la balanza para ver cumplidos los sueños malsanos de dividir el país que alienta a la ocupación. Las formaciones de los Consejos al-Sahua fueron la herramienta utilizada para llevar a cabo este objetivo.
5. Desbaratar la resistencia, arrastrando a una parte de las organizaciones de la resistencia a ese juego, lo cual ayudó a los ocupantes a obtener una cantidad inestimable de información sobre la resistencia, en sus diversas formaciones. Gracias a esa información, la ocupación pudo centrar sus esfuerzos contra algunas formaciones resistentes y limitar la eficacia de la acción de otras.
6. Ayuda directa en la estrategia de la ocupación, aliviando los apuros estadounidenses y ayudar al gobierno de Bush a ganarse a la opinión pública interna y, con ella, al Congreso y al Senado. Por eso vimos a Bush visitar la provincia de al-Anbar antes de discutir y aprobar el presupuesto para las tropas estadounidenses desplegadas en Iraq y Afganistán.
7. Activar la ocupación, proporcionando dinamismo a la ocupación para imponer sus políticas y vender sus supuestos éxitos al mundo entero.
El final de los Consejos al-Sahua
Estos son algunos de los servicios que las formaciones de los Consejos al-Sahua han prestado a los ocupantes a cambio de un precio material insignificante y otro moral elevadísimo, pagado con su reputación, su dignidad y también con su sangre.
Sin embargo, pese a todo lo anterior, las fuerzas de ocupación han declarado que las formaciones de los Consejos al-Sahua se han agotado como recurso para conseguir sus objetivos; que esas formaciones ya no les hacen falta. La ocupación pretende ahora deshacerse de esas formaciones y tirarlas a la papelera como se hace con las servilletas de papel usadas.
Las fuerzas de la ocupación han anunciado que dentro de poco entregarán los dosieres de las formaciones de los Consejos al-Sahua al gobierno, que espera anhelante el momento de saldar las cuentas con ello y hacerlas desaparecer, pues sus principales componentes no permitirán que nadie comparta con ellos el poder policial […].
Sin embargo, os queda una oportunidad: no consideréis un mal el hecho de que el ocupante se desembarace de vosotros y os abandone en las peores circunstancias, ni el de que el actual gobierno se lance sobre vosotros y os persiga: consideradlo un bien. Consideradlo una oportunidad de oro para reconsiderar vuestras acciones, para advertir vuestro error antes de que sea demasiado tarde […]. Tenéis la oportunidad de expiar vuestros pecados, de arreglar vuestra relación con Dios, de indemnizar a quienes combatían al enemigo ocupante y que vosotros habéis puesto en peligro; tenéis la oportunidad de recuperar la confianza en vosotros mismos como hijos libres de este país, que no se conformarán más que con su liberación completa […].



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