viernes, 8 de mayo de 2009

Crisis y desempleo apuntan a caos social


7 de mayo de 2009
Joaquín Rivery Tur (AIN, especial para ARGENPRESS.info)

Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Banco Central) de Estados Unidos, declaró que hacia fines de año podría comenzar una recuperación, pero “solamente gradual” de la crisis global que nació en su país y se regó por el mundo como la pandemia de la Influenza A.

Pero posiblemente la crisis dure más que la enfermedad y las consecuencias no las puede medir nadie, sobre todo las sociales.

Hay enorme preocupación en el Viejo Continente donde las filas en busca de empleo crecen a velocidad de vértigo. El estado de bienestar anda en muletas y, según pronosticó Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo (ministros de Finanzas de la zona euro), Europa se encamina hacia una crisis social potencialmente explosiva a causa del fuerte incremento del desempleo este año y el próximo.

El alto funcionario habló con miedo. Le teme a las consecuencias de la crisis en el campo social, porque los más golpeados no se sabe cómo van a reaccionar y prefiere prevenir: “Todos los esfuerzos deben estar orientados hacia el encauzamiento social y económico de esta situación”, dijo e invitó a los Gobiernos a tratar de amortiguar el golpe a los asalariados que pierdan el trabajo.

Los últimos estimados de la Comisión Europea de este lunes indican pérdidas de 8,5 millones de empleo entre este y el próximo año, y no debe ser ninguna panacea para los gobiernos lidiar con esa cantidad (más las familias) de personas en situación económica que los pueda llevar a una explosión social.

Las aprensiones de Juncker son lógicas si se piensa en niveles de 11,5 por ciento de desempleo; para España, el cálculo se remonta nada menos que al 20,5 por ciento.

Las preocupaciones del funcionario son mayores pues reconoce: "Tengo la impresión de que muchos hombres políticos subestiman este fenómeno".

A pesar del ligerísimo optimismo de Bernanke, la bolsa de Nueva York inició la semana en baja para los índices Dow Jones, Nasdaq y Standard and Poor.

Por el sur del continente, EFE reportó el anuncio oficial de que la producción industrial de Brasil (miembro del G20) retrocedió un 14,7 por ciento en el primer trimestre del 2009, su mayor derrumbe desde igual período de 1991.

En dirección más meridional, en Chile, la actividad económica se redujo en marzo en 0,7 por ciento con referencia al propio mes del 2008, para completar cinco meses en descenso.

En México, junto a las fronteras norteamericanas, las reservas de divisas del país se redujeron en más de ocho mil 500 millones de dólares debido a la constante intervención del Banco Central para sostener el tipo de cambio del peso.

En esta semana no hay muchos datos sobre Asia o África, pero si juzgamos por América y Europa, la situación no debe ser nada boyante y no se aprecian soluciones. El túnel está en completa oscuridad y la caída sigue libre.

Ahora es al revés de cuando comenzó la tormenta con el derrumbe hipotecario. Casi todo 2008 las autoridades norteamericanas lo pasaron diciendo que la economía del país estaba sólida. No había problemas. Y la recesión se había iniciado realmente en el último trimestre del 2007.

Ellos lo sabían y callaron. No hay por qué creer ahora en sus palabras de tibias esperanzas.

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