miércoles, 4 de junio de 2008

LOS HOMBRES Y MUJERES DE HOY






Umm Hasanain
Münster , Alemania, 3, 6, 2008


En el nombre de Dios
El conocimiento de Al.lah que obtenemos mediante el estudio de la creación, el Corán, las palabras de Ahl ul-Bayt (a.s.) y la practica de la oración es irremplazable.
La formación de nuestro propio camino espiritual hacia Dios es una cuestión personal, que tiene que estar avalada y apoyada por nuestro entorno, el cual valoramos en cuanto instrumento.
Hemos de tener fe en la capacidad potencial que Al.lah ha depositado en nosotros. Como creyente reivindico el derecho y el deber de observar ese potencial y su desarrollo como la manera de servir a la función para la que hemos sido creados en tanto que es un acto de adoración, de aproximación y amor a Dios.
El verdadero mensaje no ha llegado a ser comprendido más que por una minoría.
En el ámbito espiritual somos idénticos en cuanto esencia. En el ámbito corporal somos distintos y jamás superiores.
La superioridad nos la da nuestro grado de cercanía a Dios. Cuanto más elevado sea nuestro estado más crecemos en humildad y altruismo, de ahí que sean tan poco conocidos los verdaderos seres superiores a nosotros mismos, que si en algo hemos sabido crecer ha sido en orgullo.
Schuon nos explica el significado de castas diciendo:
El sistema de castas, como todas las instituciones sagradas, descansa en la naturaleza de las cosas, o, más precisamente, en un aspecto de estas, en una realidad, pues que no puede dejar de manifestarse en ciertas condiciones; la misma observación vale para el aspecto opuesto, el de la igualdad de los hombres ante Dios. En suma, para justificar el sistema de castas, basta plantear la cuestión siguiente: ¿Existen la diversidad de cualificaciones y la herencia? Si existen, el sistema de las castas es posible y legítimo. Y lo mismo para la ausencia de castas, donde ésta se impone tradicionalmente: ¿Son iguales los hombres, no tan sólo desde el punto de vista de la animalidad, que no se discute, sino del de sus fines últimos? Es seguro, pues todo hombre tiene un alma inmortal; así pues, en alguna sociedad tradicional, esta consideración puede prevalecer sobre la de la diversidad de cualificaciones. La inmortalidad del alma es el postulado del «igualitarismo» religioso, como el postulado del sistema de castas es el carácter casi divino del intelecto y, por lo tanto, de la élite intelectual.
Todos somos miembros de una misma comunidad, no hay distinciones, ni siquiera de religión, de filosofía, de raza... todos somos miembros de esa comunidad a la que llamamos humanidad. Como ejemplo se me ocurre citar el trato del Profeta Mohammad (s.) con los esclavos, era el mismo que tenia con los demás, de respeto y cariño.
En una sociedad, lo que nos hace diferentes unos a otros es el estatus que el individuo posea. Cada uno deberá llevar a cabo sus deberes de la forma más correcta y precisa, ello debe ser aplicado a todo individuo y cada uno, según sus responsabilidades y posición, tendrá unos derechos y unas obligaciones que cumplir.

LA ESENCIA DEL SER HUMANO.
Somos iguales en esencia

Este es un tema yo diría superado. Las religiones que nos preceden ya se han dado cuenta de su gran error al creer en la inferioridad de la mujer, por el simple ser de ser mujer.
En ciertas creencias el hecho de ser mujer ya era un factor limitante. El Islam luchó a favor de la mujer cuando la liberó de esta limitación y situó a los dos (hombre y mujer) al mismo nivel. Partiendo del hecho que los dos han sido creados de una sola alma el cuerpo es una manifestación material , es el medio por el cual se realiza y se perfecciona el ser humano como tal durante su estancia en esta fase de existencia (ya que el alma del hombre existía antes de venir a este mundo y seguirá existiendo después de la muerte terrenal) Si el genero marcara o limitara la superioridad de unos sobre otros, se podría hablar de lo masculino y lo femenino como don divino otorgado por Dios a la esencia humana, pero si el criterio con el que valoramos, o con el que la religión valora, a la persona como tal, es la belleza del alma, independientemente de si ésta se manifiesta materialmente en un cuerpo masculino o femenino, el Islam reafirma una vez más esta creencia de igualdad entre el hombre y la mujer a nivel espiritual.

Los Profetas no diferenciaron jamás entre los seres humanos. Y las leyes divinas se adaptan a la naturaleza de sexo de cada uno.
En todo el Corán no se encuentra una sola palabra que muestre una visión despectiva de la mujer respecto a su naturaleza y constitución innata. El Islam, tanto desde un punto de vista filosófico como desde la explicación de la creación de la naturaleza, no sostiene ninguna idea despectiva sobre las mujeres.
Claros ejemplos vienen en el Corán: al lado de cada hombre tenemos la historia de una mujer, y a veces de más de una.
Haciendo un estudio de la historia llegamos a conocer el papel primordial de la mujer en las grandes religiones y en la consolidación de la misma.
Una de ellas, la ardiente lucha de la mujer contra el despotismo faraónico en la época de Moisés. Hubo tres mujeres que se encargaron de su desarrollo, la madre, la hermana y la mujer del Faraón.
En el cristianismo tenemos el bello ejemplo de María, con su abnegación y su entrega.
En el Islam, el sacrificio de Jadilla, el amor y el apoyo de Fátima y muchas otras mujeres que aportaron estabilidad y fuerza a la sociedad islámica en tiempos del Profeta Mohammad (s.).
En todas ellas el papel de la mujer queda mas que confirmado y alabado por los hombres de conocimiento. Lo que no queda tan claro es que nosotros seamos capaces de recordarlo, aprender de nuestra propia historia y sentirnos orgullosos de ello.
EN EL PLANO SOCIAL SOMOS DIFERENTES, NO SUPERIORES UNOS A OTROS.
Hemos sido creados para diferentes funciones.

“Ua la hunna mizlu ladina alaihinna bil ma_aruf ua liriyali a_laihinnadarayatun ual llahu asisun hakim”.
“Y ellas tienen derechos equivalentes a sus obligaciones, según lo reconocido; y los hombres tienen un grado (más de derecho) por encima de ellas. Dios es Poderoso, Prudente”.
Corán, La vaca: 228.

Entenderemos esto a la luz de la exégesis del Corán de nuestros eruditos,: igual que los hombres tienen derecho sobre las mujeres, ellas los tienen sobre los hombres, y estos están obligados, moral y legalmente a cumplir.
Permítanme explayarme en unos puntos:
1. Teniendo en cuenta los deberes obligatorios que se ha impuesto al hombre como principal responsable económico de la familia, se ha depositado la conducción de ésta a la figura masculina. Mientras que nosotras, las mujeres, asumimos unas responsabilidades, como son las de guardiana y cuidadora del hogar. Pero tengamos en cuenta una cosa: No son una obligación jurídica sino moral.
Nosotras podemos exigir que nuestro marido nos mantenga pero el no nos puede exigir que le sirvamos.
Moralmente estamos comprometidas. En lo que se refiere al papel de la mujer en el hogar su esfuerzo es una acción de amor y de entrega.
Yo me siento decepcionada por que lo que abunda en nuestra sociedad, en la occidental también, es el desprecio y la ingratitud hacia nuestro trabajo. Por una parte, el feminismo, el occidental, con su afán de querer igualarnos con el hombre, pretenden acabar de hundir la figura de la mujer abnegada, consagrada a los suyos, inmersa en su papel de educadora, consciente y activa. Por otro lado el hombre machista que se cree con el derecho de utilizar a su mujer a su antojo.
En cualquiera de los casos, esa mujer que se siente incomprendida y engañada, resiste refugiándose en su poderosa fuente de espiritualidad, coraje y fe. Pero, desgraciadamente, no todas las mujeres encuentran buenas salidas para sus problemas, por que la sociedad no está a la altura de las circunstancias. Se sienten recelosas contra la ideología de quienes en nombre de la ley divina sentencian injustamente al más débil.
No pretendamos igualdad. Confiemos en la planificación divina, cada uno de nosotros desde su puesto y su talento tiene una función que cumplir. La mujer debe mirar hacia dentro, buscar la fuerza interior que Dios ha puesto en cada una de nosotras para crear, educar y amar. Estos tres componentes juntos dan carácter y personalidad a nuestro espíritu. Este es el gran papel de la cara femenina de la humanidad.
Desgraciadamente no lo vivimos por que no damos lugar a que se desarrolle.
El objetivo es que se nos reconozca por lo que hacemos como mujeres, como madres, como esposas, y como educadoras.
Que se nos trate como el Corán ha ordenado que se nos trate: Bil ma”ruf.
Ésta es una expresión que hemos traducido como: Una buena acción, lógica y razonable.
Con respeto hacia nuestra persona. Con respeto hacia el objetivo para el que hemos sido creadas. No como objetos de uso.
La aleya anteriormente mencionada trataba del divorcio y Dios ordena tratar a la mujer de esta manera en este caso, cabe preguntarnos, ¿Si en un momento de enojo, riña e incluso ira deben ser tratadas así, cuan mejor debe ser el trato cuando somos felices y ningún problema nos amenaza? Desgraciadamente las noticias sobre la violencia domestica en todo el mundo dejan mucho que desear.
El uso impropio de nuestros derechos es algo muy rechazado en la moral islámica y que pocos tenemos en cuenta.

2. Nos queda hablar de la responsabilidad que ha sido otorgada al hombre. Tal y como viene en la aleya mencionada: “Un grado por encima de ellas”.
Esta aleya es tan fácil de esclarecer como de malinterpretar. Simplemente propongamos un símil.
Un grupo de beduinos quiere viajar por el desierto, para ello contratan a un guía conocedor y con experiencia. Él será el encargado de hacer llegar la caravana a su lugar de destino sano y salvo, sobre sus hombros pesa la gran responsabilidad de dirigir a las gentes a su objetivo final. ¿Esto le daría derecho a tiranizar? O ¿Acaso los dirigidos que han depositado su confianza en él están obligados a sentirse inferiores?
¿No deberíamos pensar que se trata simplemente de una forma de organizarse para alcanzar unos nobles objetivos?

Atengámonos simplemente a las leyes sociales como medio para fortalecer los vínculos de amor que nos unen y obtener la complacencia divina.

DERECHO A IGUALDAD DE OPORTUNIDADES Y DESARROLLO.

Reclamar igualdad de oportunidades es un derecho islámico.

La igualdad de oportunidades en ámbitos tan elementales como la educación, el trabajo y la familia es un derecho islámico en una sociedad islámica.
No es islámico ni tolerable rechazar los servicios de un individuo por su condición de mujer, emigrante etc.
Son muchas las aleyas en las que leemos expresiones como:
“ia ayuhan nas...”
“Oh! Humanos…”
Aquí está claro que se dirige al ser humano en general sin distinción ninguna. Tenemos varias aleyas en las que sitúa, sin ninguna duda al hombre al lado de la mujer en lo que se refiere a sus logros personales, tanto en este mundo como en el otro, y esta claro que uno no tiene más merito que el otro por ser hombre o mujer.

“ua man a’mila salihanmin dhakari au unza ua hua mu’min fa ulaika iadjulunal Yanna.”
“Al creyente, tanto si es varón como hembra, que obre bien, le haremos, ciertamente que viva una buena vida y le retribuiremos, sí, con arreglo a sus mejores obras.”
Corán, El que perdona: 40.

“man a’mila salihan min dhakari au unza ua hua mu’min fala nuhiiyannahu hayatan tayiba ua la najsijannahu ayrahum biahsani ma kanu ia’malun.”
“En cambio los creyentes, varones o hembras, que obren bien, entraran en el Jardín y serán proveídos en él sin medida.”
Corán, La abeja - 98.

El libro sagrado sitúa aquí a la mujer al lado del hombre. Esto no es signo de sometimiento. A las únicas leyes a las que nos sometemos es a las de Dios. El sometimiento que tanto hombres como mujeres, en situaciones especificas, nos debemos unos a otros es una obediencia respetuosa que se vuelve obligatoria en algunos casos, por ejemplo la obediencia a nuestro líder religioso (wilayat ul faquih) que es tanto obligatorio para la mujer como para el hombre. La obediencia de la mujer al marido o al padre es una obediencia de carácter social, no ciega:
Tanto es así que el Corán lo recrimina y nos previene de una obediencia ciega a los padres o a la sociedad (en la que se incluye al marido):
“Cuando cometen una deshonestidad, dicen: encontramos a nuestros padres haciendo lo mismo y Al.lah nos lo ha ordenado.”
Corán, Los lugares elevados: 28

Muchas son la mujeres que en tiempo del Profeta se convirtieron al Islam y dejaron a sus respectivos maridos y el Profeta del Islam jamás se lo recrimino.
La obediencia debe ser lógica y estudiada. Es la ayuda a mantener la estructura fundamental basada principalmente en el respeto, el amor y, sobre todas las cosas, en el temor a Dios. El temeroso (al muttaqui) no oprime a sus semejantes.

En lo que respecta al ámbito social, el Islam ha situado a la mujer y al hombre en igualdad de posición. Ha hecho a cada uno responsable de sí mismo, por esta misma razón no podemos aceptar la idea de que uno tenga que estar sometido al otro, ya que esto le libraría de la responsabilidad por sus actos.

“kul.lu nafsin bima casabat rahinah”
“Cada uno será responsable de lo que haya cometido.”
Corán, El envuelto en un manto: 38.

“man a’mila salihan fa li nafsihi ua man asaaha fa a’leiha”


“Quien obre rectamente obra para su propio beneficio y quien haga el mal obra contra sí mismo.”
Corán , Al-Fudilat: 46
De una manera u otra el ser humano está condicionado por su entorno. Su capacidad intelectual, su libertad de expresión, su talento, su naturaleza, entre muchas otras cosas, son factores que podrían limitarlo.
En nuestras manos esta el poner o quitar barreras. Luchamos por un entorno que ofrezca al individuo la posibilidad de desarrollo en el ámbito que éste crea más oportuno, siempre reconociendo como únicos límites los que Dios ha marcado al hombre y no los que a nosotros se nos antojen. Dios nos pide una continua reflexión sobre lo que hacemos, jamás debemos seguir unas pautas que no se ajusten a las de la lógica religiosa.

“Y cuando se les dice –venid a la Revelación de Al.lah y al enviado-, dicen: -nos basta aquello en que encontramos a nuestros padres-. ¡Como! ¿Y si sus padres no sabían nada, ni estaban bien dirigidos?
Corán, La mesa servida: 104.

Tal y como leemos en el Corán, seria un grave error mantener las costumbres que impiden el progreso sano y necesario de una sociedad.
No hay que tener miedo a la mejoría ni al cambio bien entendido. El Islam fue innovador y debe seguir siéndolo. El Islam estuvo a la vanguardia y debemos retomar la iniciativa, pero deberemos empezar por nosotros mismos.
El mundo ha puesto los ojos en esta ideología revolucionaria porque pone luz allí donde no la hay. Pone alma en lo que emprende y la humanidad está sedienta de espiritualidad ya que el materialismo nos está consumiendo. La crueldad y la desfachatez excesiva de unos nos llama al levantamiento.
Dijo el Profeta del Islam (s.):

“La búsqueda de conocimiento es una obligación para todo musulmán y musulmana”.
Bihar al-anwar, t. 1 p. 177.

Somos partidarios de una ideología que comenzó con la orden “¡Lee!” como primera palabra revelada al Profeta (s.):

“ekra, bismi rabbika”
“Lee en el nombre de tu Señor”
Corán, La sangre coagulada: 1

El fomento de la educación y la cultura es una asignatura pendiente.
Es necesario combatir las injusticias sociales que se llevan a cabo en nombre del Islam y necesitamos de la colaboración de todo hombre y mujer para erradicar esta gran mal que es la ignorancia. Debemos quitar barreras y obstáculos que impida el desarrollo de los miembros de nuestra comunidad. Cada uno en la medida de su capacidad.

LA MUJER VISTA POR LOS SABIOS DE HOY

Nosotros vamos hoy a crear un modelo islámico de familia del que nuestro Profeta y nuestro Imam Oculto, la paz sea con los dos y apresure su llegada, estén orgullosos. Aquí, en occidente, y en el mundo entero. No vamos a imitar modelo alguno, somos los creadores de nuestro propio modelo. Y otras civilizaciones se fijaran en nosotros y seremos modelo a seguir.

Dijo Imam Jomeini:

“Permitan que las mujeres sean las pioneras en la educación de la sociedad”.
La mujer juega un gran papel en la sociedad, desde su casa, como madre, esposa y educadora. Lo injusto es la denigración que ella sufre por ello. Pero Imam Jomeini (Dios le tenga en su gloria) además nos invita a ser un miembro activo en la sociedad y los hombres tienen el deber de hacernos un hueco, apoyándonos e incentivándonos.
El actual líder religioso de la República Islámica de Irán, Seyed Ali Jameneí plantea así la posición de la mujer en la sociedad de hoy:
“Todo el que, malinterpretando las leyes islámicas evite que las mujeres adquieran conocimiento y que tengan una presencia pura, creativa y beneficiosa en la sociedad, habrá actuado en contra del Islam.”

Valorándola por su trabajo, sus virtudes y sus meritos. No como un utensilio de uso para fines egoístas. Tal y como el Imam pidió cuando dijo:

“Queremos que la mujer se sienta exaltada en su posición de ser humano y que no sea un objeto de juego.”

Los hombres y la mujeres religiosos de hoy son los responsables de predicar el mensaje a cada pueblo, a cada comunidad, de manera que sus individuos puedan beneficiarse en desarrollo y conocimiento, enriqueciéndose espiritualmente y económicamente sin necesidad de desprenderse de su cultura y las tradiciones particulares de cada región.
En ningún momento deberían limitar la creatividad de una mujer. Ella es el símbolo de la vida, la espiritualidad y la creatividad.
Solamente esforzándonos por incrementar nuestro conocimiento sobre la vida y el Islam (como programa social) podremos encontrar respuestas a nuestras inquietudes y necesidades. Aplicándolo siempre, puesto que el que conocimiento que no se aplica solo es perjudicial para el hombre. Tal y como dijo el Imam Ali (a.s.):
“Sabed que la madurez de la religión reposa en la búsqueda del conocimiento y en ponerlo en practica”.
El Imam Jomeini dio a la religión aires de modernismo, cosa que los occidentales niegan.
Dijo así:
“El Islam, como una ideología progresiva, es hoy capaz de satisfacer las necesidades de la humanidad.”

Muchas mujeres de hoy, en muchos lugares del mundo, viven presas de tradiciones que las oprimen y esclavizan. Tradiciones que, en nombre de su religiosidad, no consiguen derrocar para no romper la estabilidad familiar. Aun así, la búsqueda de un mejor entendimiento del Islam y de sus derechos como mujeres ha llevado a muchas a profundizar en sus propios orígenes y por consiguiente a renacer como nuevas musulmanas con un Islam más firme, comprometido y actual, que es lo que ahora buscamos, un Islam que responda a nuestras necesidades. En esto los religiosos tienen un gran papel, ellos y todas las instituciones que representan.

Los grandes hombres valoran a las mujeres.

El Imam era consciente de los obstáculos que entorpecían y continúan entorpeciendo a la mujer por lo que siempre la trato de campeona, valiente y revolucionaria hasta el final.
Cuando dijo:

“Nuestros hombres están en deuda con las muestras de valor de ustedes, mujeres todo coraje”.

Él valoró el papel de la mujer en todos sus puestos de trabajo, el ama de casa, la profesora, la política etc. la invitó a tener más protagonismo y lo hizo porque conocía la importancia y la repercusión de sus palabras. Invitó a las mujeres de hoy a ser una mujer actual, conocedora de lo que le rodea. Nos dio modelos hermosos y ejemplares a seguir. Nos invito a buscar en nuestra propia historia, en nuestra propia gente. Nos enseño de que manera las mujeres trabajaron positivamente para la sociedad islámica en tiempos del Profeta (s.).
Primero su esposa Jadiya, una mujer de vanguardia en sus tiempos, apoyo a su marido en todos los sentidos. Fue una verdadera compañera que siempre supo estar a la altura de las circunstancias.
Luego, el de su hija Fátima, especialmente los meses seguidos al fallecimiento del Profeta (s.). Ella salió en defensa del Islam, enfrentándose al complot formado para quedarse con el poder. Sus intervenciones y su actitud fueron decisivas para la continuidad del verdadero Islam. (hablamos de una intervención política, en aquel entonces algo impensable para una mujer, y apoyada por su marido)
Zainab, la hija de Fatima y Ali (que Dios los bendiga), otra vez una mujer, fue la heroína de Karbala. Siempre la recordaremos y nos enorgulleceremos de ella. Aun en su condición de mujer, que ahora tantos rechazan y rebajan, fue quien hizo posible que el doloroso acontecimiento de Karbala no quedara en el olvido. Ella lleva la historia a cada rincón de las regiones islámicas y con coraje, conocimiento, valentía, orgullo, fe y total convicción, conciencia a un pueblo sumido en la ignorancia, las ambiciones, el temor e hipocresía. A ella le debemos el beneficio que nos proporciona el Islam, como sistema de vida, y el amor que profesamos a La Gente de la Casa –Ahl ul-bayt- (la paz sea con todos ellos), como el espíritu de su mensaje.


“Los fundamentos sobre los que las normas islámicas han sido construidas, son la esencia natural de la mujer. Todos los individuos deberían tener iguales derechos y obligaciones según sus demandas naturales. No se puede dar por valido el otorgar a uno más de lo debido y oprimir a otro, desposeyéndolo de sus derechos. Pero esa igualdad no significa que a cada individuo se le debe ofrecer todas las responsabilidades y todos los cargos. ¿Cuál es el verdadero significado de la igualdad? Esto significa que a cada persona se le debería dar su derecho y ponerla en su lugar apropiado. Esta igualdad entre individuos y grupos implica que cada cual debería obtener los derechos que se merece sin ninguna clase de obstáculos, ningún derecho debe ser usurpado o denegado injustamente y esto es lo que confirma la siguiente aleya coránica:
“Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Al.lah ha dado a unos mas que a los otros...”
Corán, 4:34

La mujer llega a ser por la gracia de Al.lah, una personalidad independiente en su voluntad y actuación, sin trabas por parte del hombre. La mujer obtiene (con el Islam) lo que el mundo le ha negado a través de toda su existencia desde el comienzo de la humanidad y que fue desoído a lo largo de la historia”.

Estas son palabras sobre la mujer y su posición de un sabio del siglo XX que viene a despertar a los humanos llamándoles a la acción y la practica.

No busquemos la manera de igualar al hombre con la mujer, ni corporalmente ni espiritualmente. El Islam no desea imponer una responsabilidad inapropiada su naturaleza. Esto no es injusticia.
Si buscamos justicia social y orden, no escondan a sus mujeres, empiecen reformando la educación social, ofreciendo a los mas jóvenes nuevos parámetros y criterios. Tendremos que reeducar allí donde la visión del hombre con respecto a la mujer, y viceversa, es negativa y destructiva.
En este punto todavía hay mucho trabajo por hacer y es, a mi entender el punto flaco de la comunidad islámica, se encuentre donde se encuentre. Por aquí ataca el enemigo, los manipuladores de conciencias que se aprovechan de las mentes débiles y de la poca información y cultura que sobre su propia ideología o religión albergan.


EL TERMINO SUMISIÓN Y SU SIGNIFICADO.

LA MUJER Y EL HOMBRE SON ESTRELLAS EN ORBITAS DIFERENTES.

“Ni al sol le conviene que alcance la luna.... ni a la noche adelantar al día. Cada una navegan en una orbita”
Corán, 36:40

Hoy, en las sociedades modernas, la palabra “sumisión” escandaliza y se identifica con subordinación, esclavización y humillación.
La mujer occidental liberada económicamente sufre en cuanto su naturaleza de mujer, al ver desgajarse la familia y no entender donde esta el error.
La sumisión es un acto de amor necesario en la vida del ser humano. Todos estamos sometidos a la voluntad de Dios, a las leyes de la naturaleza, a tantas cosas.




LA EDUCACIÓN, LA CULTURA Y LA TRADICIÓN.

Los musulmanes de todo el mundo deben ser conscientes de la necesidad de promover el renacimiento de los valores y principios islámicos. La creación de sociedades basadas en la justicia, tolerancia e igualdad solo puede ser efectiva con la participación de la mujer,
Ahora más que nunca, crece la necesidad de presentar una correcta imagen de la religión islámica y del rol y estatus de la mujer musulmana en la sociedad islámica y la occidental.
Debemos reaccionar de una manera activa hacia la imposición de un estilo de vida no-islámica a la familia creyente.
Estamos presenciando la desintegración de la familia, la cual consideramos el núcleo de la sociedad. Su estabilidad contribuye al buen desarrollo y bienestar de los miembros de la sociedad. Ésta es una de las responsabilidades que recaen sobre la mujer, por esta razón rechazamos todo tipo de violencia y de explotación hacia la mujer y reivindicamos su derecho a formar parte activa de la sociedad, con conocimiento y responsabilidad.
Debemos preservar los valores de la humanidad, reafirmando nuestra fe en e Islam como un sistema de vida competente para estos tiempos.

“¡OH gentes! Sabed que la madurez en la religión reposa en la búsqueda del conocimiento y el ponerlo en practica. ¡En verdad!, La búsqueda del conocimiento es más deber vuestro que la lucha por el alimento cotidiano; Pues vuestro alimento diario ha sido repartido y garantizado por el Justo (Dios) y os será suministrado. El conocimiento esta almacenado en sus poseedores y se os ha ordenado adquirirlo de ellos.”
Imam Ali (a.s.).
Nahjul balaga.

Educar significa dirigir, encaminar y adoctrinar, Desarrollar las capacidades intelectuales y morales de un individuo por medio de preceptos y ejercicios.

Dijo Imam Jomeini, Dios lo tenga en su gloria:

“Conocimiento y cumplimiento, conocimiento y compromiso son las dos alas que juntas pueden elevarnos al nivel mas elevado del progreso y la excelencia."

En una conferencia, el mártir el profesor Morteza Motahhari, que Dios lo tenga en su gloria, planteo un debate en el que se reivindicaba la necesidad de reforzar el sistema educativo en la sociedad islámica y demostró la importancia que el Islam da a este tema. Dijo así:

“Una doctrina que posee objetivos determinantes y tiene reglamentos multilaterales, o sea, que dispone de un sistema jurídico, económico y político, no puede carecer de un sistema educativo... Si la doctrina es algo como el Islam, en el que se protege tanto la originalidad del individuo como la de la sociedad, se debe disponer de un programa para la formación del individuo, de forma que se satisfaga tanto la integridad de la persona como la de la sociedad.”

La cultura es el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo en diferentes ámbitos, tanto si hablamos de cultura individual o de la perteneciente a un pueblo. Cuando hablamos de cultura popular estamos hablando del conjunto de manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.
La tradición es la doctrina, las costumbres, etc., conservada en un pueblo por transmisión de padres a hijos.




BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
-El Coran.
- La pagina Web “mujeres de argentina”
-La exegesis coranica “al amzal”
-“Oriente y occidente” de Rene Genon.
-“Nahyul Balaga” de Imam Ali (P).
-“Historia y sociedad “ De Shahid Motahari.
-“Aforismos esenciales” De Imam Jomeini.

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