miércoles, 4 de junio de 2008

Discurso de Seyed Hassan Nasrallah del Día de la Resistencia y la Liberación


28/5/ 2008
Traducción: Raúl González Bórnez
a partir de la versión inglesa de VINEYARDSAKER




En primer lugar, es obligado enviar un gran saludo a cada uno de los puros espíritus de los mártires de la resistencia y de la patria; especialmente al del líder de los mártires de la resistencia, Sayyid Abbas Al Mousawi, al del Sheyj de los mártires de la resistencia Raghib Hareb, y al del estimado hermano que hoy echamos de menos: el líder Al Hach Imad Moughniyah.
Doy a todos ustedes la mejor bienvenida en el octavo aniversario del día de la resistencia y de la liberación. Aquí están todos ustedes llenando la plaza con su presencia y justificando una y otra vez con su realidad e identidad que ustedes son la gente más noble, valiosa y pura que existe.
Dios todopoderoso ha dicho en su libro glorioso:
En nombre de Al.lah, el más compasivo y misericordioso.
En verdad, el Faraón fue un tirano altivo en la tierra. Dividió a la gente de ella en grupos. Debilitaba a uno de ellos, degollando a sus hijos y dejando con vida a sus mujeres. Verdaderamente, él era de los corruptores. Corán, 28:4
Y el Faraón de hoy son los E.E.U.U. e Israel su mano derecha.
Por otra parte, Dios promete:
Nosotros quisimos favorecer a quienes habían sido oprimidos y debilitados en la tierra y les hicimos dirigentes y les hicimos herederos. Y quisimos consolidar su posición en la tierra y hacer ver por medio de ellos al Faraón, a Haman y al ejército de ambos, aquello que temían. Coran, 28:5 y 6
Y Dios todopoderoso dice la verdad.
¡Oh hermanos y hermanas! La celebración de hoy, que es el día de la resistencia y de la liberación de la patria, de la gente y de la nación, coincide con el 60 aniversario de la calamidad y de la pérdida de Palestina, así como del establecimiento de régimen opresor. También coincide con el trigésimo aniversario de la ocupación israelí del sur del Líbano del año 1978 y del establecimiento del territorio ocupado, que fue ampliado posteriormente.
Esta coincidencia ocasional nos ha de llevar a reflexionar doblemente, a revisar y a extraer la lecciones y las conclusiones que faciliten el beneficien al Líbano, así como al mundo islámico y también al árabe.
Aunque esta ocasión posee sus propias enseñanzas intelectuales, emoción, literatura, derechos y éticas, no me extenderé hoy en introducciones. Tenemos mucho que hablar. Comenzando por el Líbano y su resistencia. Ésta última ha demostrado dos estrategias: una estrategia de la liberación y de alejar a los ocupantes; otra de defensa de la patria y de la gente contra cualquier ataque, invasión, o amenaza. Estas son las dos estrategias y puntos de vista de la resistencia: liberación y defensa. Son el mensaje claro y unido de la resistencia en Iraq, Palestina y Líbano a la nación entera.
Como resultado de la invasión israelí del sur del Líbano y de la ocupación de una parte de su tierra en 1978, el Consejo de Seguridad de la ONU emitió la resolución 425. Apostamos a la voluntad de la sociedad internacional y esperamos su puesta en práctica. En aquel momento, se sugirió que el Líbano era demasiado débil para hacer frente a Israel y necesitaría una estrategia árabe unida. Sin embargo, ni la decisión del Consejo de Seguridad fue ejecutada, ni la estrategia árabe apareció por ningún lado. Al contrario, la sociedad internacional y el mundo árabe demostraron su parálisis y la sociedad oficial perdió el deseo de enfrentarles.
Por otro lado, el Imam y líder Sayed Musa Sadr encontró y promovió otra alternativa. Consistió en poner a la gente del sur y del Líbano bajo la protección de Dios todopoderoso y en resistir por cualquier medio posible.
¿Así que, cuál fue el resultado de todas las falsas apuestas? Israel debilitó el Líbano y pensó que era demasiado débil para enfrentarse a ellos. El resultado fue la gran invasión de 1982 que intentó hacer del Líbano una parte de Israel y llevar a cabo otra desgracia.
Lo mismo que hicieron a lo largo de la historia en otros países y naciones, tras la invasión israelí del 1982, el Líbano fue dividido. Lo mismo que hicieron en el caso de Palestina y mantienen relativamente hasta hoy. Eso es aplicable también a Iraq. Así ha sido y será a lo largo de toda la historia.
Con la ocupación, la gente se divide en grupos y categorías:
Una gran cantidad de gente permanece neutral en la primera fase de la ocupación, esperando acontecimientos; otra no siente en absoluto lo que ha sucedido, son los que están disfrutando del poder, los que están gobernando el país: todo esto no tiene importancia y comer, beber y las salidas de los fines de semana son más importantes; otra son los instrumentos baratos, espías y mercenarios, como era el ejército de Antoine Lahád que también era libanés; otra coopera con la ocupación por la identidad de intereses; otra, que suele ser la élite, internamente derrotada y que, en teoría, sólo piensa en limitar las muertes de sus compatriotas al mínimo posible; y todavía existe otra que rechaza la ocupación política y comunicacional, pero que no demuestran ninguna disposición a pagar el precio en sangre que exige el rechazo de la ocupación; sin embargo, existen otros que creen que están humanitaria, ética, religiosa y nacionalmente obligados a liberar su tierra nativa de la ocupación. Muestran toda la disposición a pagar cualquier precio que sea necesario. Ése grupo cree en la resistencia, así que resiste.
Esta división, que no es exclusiva del Líbano, sino una división natural, social e histórica, tiene como consecuencia la pérdida del acuerdo nacional.
Me gustaría decirle a esos que defienden que no existe acuerdo nacional entre la resistencia en el Líbano, Palestina e Iraq, que tampoco existe ningún acuerdo nacional sobre temas como neutralidad, traición, cooperación o descuido. Ninguna opción ha ganado un acuerdo nacional. Cada grupo decide su propia línea y actúa en consecuencia. Eso es verdad en el Líbano también.
Y, como de costumbre, me dirijo a las naciones ocupadas para decirles que ninguna resistencia debe esperar hasta que exista un acuerdo nacional o público, sino que deben tomar sus armas e ir a liberar su tierra, su gente, y sus prisioneros de guerra y conseguir dignidad y gloria. Esto sólo se consigue por medio de las armas, la disposición a dar la sangre y la vida y costosos sacrificios.
La resistencia es una parte del pueblo libanés. Quienes han caído son mártires de diversos grupos, partidos y fuerzas, tanto islámicos como no islámicos. Esta resistencia se ha apoyado en su propia voluntad y esfuerzo y en los hombros de sus jóvenes hombres y mujeres. Era el deber del mundo árabe e islámico haber ofrecido su ayuda, sin embargo, muchos han fallado. Quienes se han adelantado han sido Siria, la República Islámica de Irán y muchas otras fuerzas vivas del mundo árabe e islámico. Así fue como alcanzamos la primera victoria en 1982-1985, y como fue alcanzada otra victoria histórica el 25 de mayo de 2000: una victoria brillante para el Líbano, el pueblo árabe y la nación y una derrota completa y clara para Israel y su gran proyecto de expandirse del Nilo al Éufrates.
Israel se ha encontrado tajantemente frenado en el sur del Líbano y en el valle occidental de la Becca; los Sionistas han sido humillantemente expulsados. No han conseguido ningún beneficio. Ninguna ganancia. Ninguna garantía. Por tanto, la estrategia de liberación adoptada por la resistencia ha triunfado, mientras que la estrategia opuesta, que comenzó en Madrid, no ha conseguido ni siquiera un palmo de la tierra libanesa. La estrategia de esperar y ver había fortalecido a nuestro enemigo y había debilitado y desesperado a nuestro país. Conclusión: ha sido la estrategia de la liberación adoptada por la resistencia la que tuvo éxito en el 2000.
Después de la calamidad 1984, los palestinos aguardaron desesperado la ayuda de los árabes y de la sociedad internacional. Esperaron para alcanzar por lo menos una estrategia árabe.

Mientras, en Iraq, América ha estado jugando a la ocupación y al juego democrático. Lo qué está ocurriendo allí es que hay una ocupación y un evidente monopolio americano de los recursos de ese país. Los objetivos de la ocupación están hoy muy claros. ¿Cómo sucedió? En el período posterior a la invasión, dividieron a los iraquíes también en dos grupos relativamente grandes, como hicieron en otras naciones ocupadas que mencioné antes. Un grupo eligió el proceso político y el otro la resistencia y específicamente la resistencia armada. De acuerdo con nuestra experiencia religiosa, ideológica, intelectual y política, así como con la realidad, Hisbolá nos decantamos por la resistencia. Quienes han apoyado el proceso político han consumido mucho tiempo y hoy enfrentan una prueba realmente difícil y dura: ¿Qué harán frente a las pretensiones Norteamericanas de imponer a los iraquíes sus propios objetivos? Ahora, quieren la firma del gobierno iraquí y del parlamento.
América ha abierto la puerta a todas las personalidades islámicas y nacionales; es consciente de las amistades y las coaliciones, pero está intentando obtener un gobierno y un parlamento elegidos con la esperanza de que legitimarán su ocupación, soberanía y monopolio sobre Iraq, así como la seguridad de este país, las decisiones políticas, el petróleo y los recursos.
Llegado este momento, se evidencia la realidad de las pretensiones de América. Y quienes son partidarios del proceso político, tanto si son musulmanes sunnitas o shiitas, como si son nacionalistas, están frente a una dura prueba.
Ustedes dicen que han elegido el proceso político para frenar al ocupante y evitar muertes; pero hoy, ustedes enfrentan una gran decisión: ¿Entregarán Iraq a los americanos para siempre? ¿O tomarán la decisión que corresponde a su religión, Islam, su arabismo, su nacionalismo, su ética y su humanidad?
Hoy, en el nombre de todas las personas aquí reunidas y también de toda la gente libre en el mundo árabe y musulmán, llamo a los iraquíes junto con sus direcciones políticas y religiosas a tomar una decisión noble e histórica que impida la definitiva caída de Iraq en manos del ocupante. Todos los grupos de resistencia en Iraq, tal como han hecho en Líbano y Palestina, han derrotado al ocupante en muchas ocasiones. Iraq debe establecer la estrategia de liberación adoptada por la resistencia libanesa y palestina. Ésa es la única puerta de salida para devolver el Iraq herido, pero rico y fuerte, a su gente y a su nación.
La resistencia libanesa también ha mostrado una estrategia de defensa. Eso fue obvio en julio de 2006 cuando apenas unos pocos millares respaldados por su gente estuvieron resistiendo varias semanas al ejército más poderoso. ¡Eso lo ha dicho la misma justicia israelí, el propio informe Vinograd!
Respecto a toda la región de Oriente Medio, no estamos hablando de una estrategia escrita en libros o enseñada en la universidad sino de una estrategia bien ejecutada que ha derrotado al atacante invasor, como su propia sociedad admitió. La guerra de julio ha dado vuelta a la tortilla, ha cambiado la balanza y debilitado las probabilidades de la guerra. De hecho, hermanos y hermanas, ha sido vuestra paciencia, nobleza, valentía y resistencia junto con la sangre de los mártires, quien ha liquidado la guerra israelí y el ataque contra el Líbano y las que eliminaron las probabilidades de la guerra en la región. La probabilidad de la guerra de América contra Irán se ha debilitado y las posibilidades de un ataque a Siria parecer haberse alejado bastante. Esa es la verdad de las lecciones del Líbano que ahora se comienzan a asimilar. Y me quisiera dirigir a los que apuestan a que otra guerra es probable en Líbano y decirles que nosotros somos gente de honor, la gente más noble que existe en este momento ¡Peleamos en la guerra de julio y pelearemos de nuevo en cualquier otra guerra que venga!
Hoy estamos siendo testigos de esa misma estrategia de defensa adoptada en Gaza. Allí, Israel hace frente a una guerra de guerrillas. Estoy seguro que ni la ética israelí ni la opinión pública árabe ni ninguna otra instancia árabe o internacional impiden al ejército israelí su invasión. Israel ha conseguido que George Bush, el Faraón de nuestros días, les de luz verde. Israel cuenta hasta diez debido al noble pueblo y a todos los valerosos grupos de la resistencia en Gaza. Habiendo perdido cualquier posibilidad de encontrar una salida a la situación, Israel está haciendo la guerra a una población empobrecida, muerta de hambre y sitiada. Pero, a pesar del desequilibrio de medios militares y económicos y de apoyo internacional, la estrategia de defensa ha probado su eficacia en Palestina igual que en el Líbano.
George Bush, el Faraón de nuestros días, que pronto desaparecerá de escena si Dios quiere, ha venido a Palestina cerrando los ojos a las calamidades que sufre este país y atacando a todos los movimientos de resistencia de Iraq, Líbano y Palestina y a todos los países que les defienden. Él prometió a los israelíes que Israel celebrará otros sesenta años más de existencia en su 120 aniversario. Bush está muy equivocado y sufrirá un gran desengaño. Israel está llamado a desaparecer. Él también prometió que Hisbolá y todos los movimientos de resistencia serán derrotados. Yo les digo a Bush y a Rice que soñaban con la derrota de Hisbolá, que mientras Hisbolá se mantenga en el camino recto y confíe en Dios y tenga el apoyo de todos vosotros, la más noble de las gentes, ellos serán los derrotados.
En el octavo aniversario del día de la Resistencia y la Liberación llamo a todas las naciones y gobiernos árabes, incluyendo al libanés, ha realizar un serio estudio de una estrategia de la defensa para enfrentar el equilibrio de poder actual en la región. Nosotros aplicamos siempre una estrategia de la defensa nacional, pero hoy necesitamos una estrategia de liberación. Todavía tenemos pendientes de liberación las colinas de Kafer Shoubah y las granjas de Shebaa. Necesitamos una estrategia de la defensa contra cualquier ataque, y una de liberación para liberar a los presos de la guerra, las granjas de Shebaa y las colinas de Kafer Shoubah. Sin embargo, diré que ustedes pueden sentirse libres del deber de liberar a los prisioneros de guerra, pues existe nuestra promesa y compromiso y Dios hará que eso suceda por medio de nuestras manos. Pronto, Samir y sus hermanos estarán aquí.
El 25 del mayo de 2000 me dirigí a las concentraciones de Bint Yebeil diciendo que estamos ofreciendo nuestra victoria a Líbano, a Palestina y a la nación entera. Dije que hemos cumplido nuestro deber y que para nosotros era suficiente recompensa conseguir la satisfacción de Dios. No esperábamos gracias o recompensas. No deseábamos ningún poder. Dijimos que hemos liberado la tierra y dejamos a las autoridades libanesas tomar bajo su responsabilidad su seguridad y el poder judicial, social y económico. ¿Acaso no dijimos que no queríamos tener ninguna responsabilidad en la seguridad o en la gerencia del país? ¿Acaso nuestros actos han estado en contradicción con nuestras palabras? -¡Jamás!
No hemos juzgado a ningún espía. Los entregamos al sistema judicial libanés. No tenemos ninguna presencia militar a lo largo del territorio liberado y, en lugar de ellos, le pedimos al gobierno libanés que asumiera esa función.
Solamente pedimos que se prestase más atención a las necesidades de los pueblos del sur en donde tuvieron lugar las batallas y a los pueblos que han sufrido y que mencione por sus nombres: Baalbek-Al Hermil y Akkar.
¿Qué es lo que ustedes ha hecho? Han transcurrido ocho años y ustedes, sólo ha estado exigiendo una mayor autoridad ¿Alguien les ha impedido cumplir sus obligaciones en los pueblos y en el territorio que tanto ha sufrido?
Los libaneses lo saben, pero quiero que todos los árabes sean conscientes del hecho de que hay ciudadanos libaneses que creen que su ejercicio de la autoridad consiste solamente en la presencia policial y en la recogida de impuestos. El desarrollo, los servicios y el cuidado de las gentes no es algo que les parezca de su responsabilidad.
A quienes argumentan que la resistencia francesa y vietnamita entregaron sus armas a las autoridades de su país, digo que hay algunas resistencias que no han ejercido ni demandado su autoridad aun después de haber conseguido la victoria. Ganamos en 2000, y no pedimos ni siquiera la participación en el gobierno. No pedimos que se modificase el jerárquico sistema político libanés o la convención de Taef. No pedimos la autoridad o la administración. Pedimos que no se monopolizase el uso de la autoridad, y, en lugar de eso, que se actuara de manera justa, se cuidara de la gente, se resolvieran sus problemas sociales y económicos y se protegiera su dignidad.
Renuevo hoy nuestras peticiones. No queremos ni la autoridad, ni el monopolio, ni la imposición de nuestra ideología y proyecto en el Líbano. Creemos que un país tan diverso no podría ser gobernado sin la participación, la presencia, la unidad y la solidaridad de todos sus componentes públicos. Es sobre eso sobre lo que hemos enfatizado. Muchos han intentado distorsionar esta verdad en sus medios de comunicación. Piensan equivocadamente que nos degradarían acusando a Hisbolá de ser seguidores del principio de la Wilayat ul-Faqih (El gobierno dirigido por los doctores de la ley).
Nunca lo negaremos. Declaro hoy, como hice muchas veces antes, que estoy orgulloso de ser un miembro del partido de la Wilayat ul-Faqih, el doctor de la ley justo, sabio, valiente, veraz y sincero. También diré que es ése doctor de la ley quien nos dijo que Líbano es un país diverso y que tenemos que salvar a este país y su diversidad.
A pesar de todo ello, nos acusaron de preparar un golpe, de cambiar la autoridad, y de traer a Siria de nuevo al Líbano.
Exactamente lo mismo que sucedió durante la guerra de julio, América impulsaba el nacimiento del nuevo Oriente Medio, y ahora dice que estamos luchando a favor del expediente nuclear iraní y del tribunal internacional.
La oposición ha probado con su comportamiento tras la retirada de las ilegales disposiciones del gobierno sin autoridad y durante las negociaciones de Al-Doha que tales acusaciones son absurdas. Hisbolá particularmente no ha manifestado sus demandas o condiciones aunque algunas figuras en la oposición sugirieron eso como resultado de su propio análisis político. No lo hicimos. Fuimos a Doha a rescatar al Líbano del peligro de una lucha entre la resistenciay el ejército nacional, del peligro de una sedición sectaria, “de un verano caliente” del Faraón y del Hamán de nuestros días. No lamentamos lo qué sucedió en la política. Aunque nos hayan acusado con declaraciones injustas, propaganda tergiversada y ataques que ofenden, no exigimos ninguna ganancia política. No quiero ahora abrir ese expediente, pero ¿Acaso no es suficiente ese comportamiento para que quienes nos acusan de tener sueños de poder y de monopolio pongan fin a sus acusaciones?
¡Oh, hermanos y hermanas!, Quiero hoy, como hice en Bint Yebeil y en al-Dahiya, hacer un llamamiento a una sociedad verdadera y nacional en la cual nadie quede excluido, se aparte o triunfe sobre los demás. Una oportunidad para que todos los libaneses construya un Estado justo, gobernados por representantes justos y honestos elegidos de manera limpia entre las coaliciones establecidas. Pido que se dé a los libaneses una ocasión de trabajar juntos sin escuchar las voces que proceden del exterior.

Hace algunos días, el consejo ministerial saudí exigió la modificación de ciertas leyes constitucionales para garantizar la identidad árabe del Líbano. No he discutido eso entre mis hermanos en el partido, pero quisiera declarar que yo mismo, un miembro del partido de la Wilayat ul-Faqih, me opongo a cualquier tipo de interferencia extranjera en nuestro país.
Quisiera decirles que más bien deberían hablar de la intromisión americana y occidental en Líbano. Todos nuestros amigos saben bien que a nosotros nadie nos dicta lo que debemos hacer y que somos los responsable de las decisiones que se toman sobre el terreno, en las conversaciones de Al-Doha y en la oposición.
¡Oh, hermanos y hermanas! Tras de los acontecimientos anteriores, me encuentro hoy ante dos opciones: O bien entro en explicar lo que sucedió antes y después de las decisiones o posponemos esta discusión para otra ocasión. He expuesto algo durante la conferencia de prensa realizada el jueves 8 de mayo de 2008 y prefiero hoy no interferir en el contenido del Día de la Resistencia y la Liberación, el día de acuerdo y la elección de vuestro presidente. Pospondré esta discusión y evitaré referirme a la ambigüedad de algunos asuntos y a las injustas acusaciones a la resistencia y a su trayectoria. Han habido heridas abiertas en nuestro lado y en su lado, pero, o nos dedicamos a agrandarlas o tratamos de frenarlas. Para el interés de Líbano, sugiero que cada uno aprenda sus propias lecciones. Para que nadie pueda decir que yo estoy utilizando un lenguaje de vencedor y dominante prefiero abrir este tema cuando sea el momento de la lógica y la consciencia. Permitamos ahora que se habrá una nueva fase para el Líbano. La fase de la boda nacional, árabe e internacional, que comienza el 25 de mayo de 2008.
Hermanos y hermanas, ante los últimos acontecimientos quisiera mencionar los puntos siguientes:
En primer lugar, quisiera agradecer en vuestro nombre a todos los que han ayudado a la realización de este acuerdo.
Gracias a nuestros hermanos árabes, al comité ministerial, a la liga árabe y a su secretario general, al líder y al pueblo de Qatar, a nuestros países amigos, especialmente a Siria y a la República Islámica de Irán y también al Líbano.
En segundo lugar, quisiera reafirmar en nombre de Hisbolá que aceptamos un artículo que diga que ningún grupo utilizará sus armas para conseguir beneficios políticos. Pero oigan esto: las armas de la resistencia tiene como objetivo enfrentar al enemigo, liberar el territorio y a los presos de la guerra y ayudar a la defensa de Líbano, no el de obtener beneficio político alguno.
La pregunta es: ¿Para qué tienen armas otros grupos, para qué las almacenan y se entrenan?
Las armas del Estado, incluyendo las del ejército y las de las fuerzas del interior, son para defender la patria y el Estado, proteger a los ciudadanos y sus derechos y extender la seguridad a lo largo de todo el país. No está permitido utilizar las armas de la resistencia para conseguir ningún beneficio político y eso es igualmente aplicable para las armas del Estado. No está permitido que sean utilizadas para hacer frente a un grupo político interno opuesto, para realizar proyectos externos, que debilitarían al Líbano en su batalla contra el enemigo, o para enfrentar a la resistencia y sus armas. Cada arma, sea de la resistencia o del Estado debe usarse para alcanzar las metas que han sido fijadas.
En tercer lugar, la ley electoral que hemos acordado es mejor que la del 2000, ya que permite la representación relativa de todos los grupos del Líbano. Es un compromiso entre quienes quieren solucionar las crisis de Líbano, con la esperanza de que los libaneses se sienten más adelante y discutan una ley electoral moderna que establezca un Estado. Las demandas de todos los que hablan de la urgencia de construir un Estado desaparecerán conforme nos acerquemos a la aprobación de una ley electoral. La ley electoral es el paso introductorio hacia el establecimiento de un Estado, y rehace su autoridad, gobierno e instituciones.
Cuando algunos intentan establecer una ley que se ajuste a ellos, a su liderazgo, partido o secta, eso indica que no desean realmente un Estado. Acusar a otros no es suficiente, quienes no desean ofrecer a los libaneses una ley moderna y representativa quieren parcelarlo.
De cualquier manera, éste es el compromiso posible con la esperanza que los libaneses puedan llegar a conseguir uno mejor.

Cuarto, la elección del general mayor Michael Soleiman renueva la esperanza de los libanés de tener una nueva era. Su discurso del juramento que oímos ayer expresa el espíritu del acuerdo y el encabezamiento de la fase que viene. Eso es lo que necesita el Líbano: acuerdo, sociedad, cooperación y alejamiento del monopolio.

Quinto. El gobierno nacional no es una victoria de la oposición sobre la autoridad. Es una victoria del Líbano, de los libaneses, de la coexistencia. El proyecto del Estado para este país no se podría construir y tener continuidad a menos que haya acuerdo, cooperación y solidaridad.

Declaré que el propósito de la huelga en Al Soleh de Riyagh, y la Plaza de los mártires era conseguir un gobierno nacional. Sabía que tomaría tiempo. En aquel momento, anuncié “Lo mismo que suelo prometer una victoria, yo prometo otra victoria esta vez”, pero no quise decir con ello que sería una victoria de un grupo sobre otro, porque yo creo que la victoria del Líbano sólo será alcanzada por un gobierno nacional. Y cuando alcanzamos ese acuerdo en las conversaciones de Doha, declaré que no era una victoria de un grupo sobre otro, sino del Líbano. Igual que la victoria del 25 de mayo de 2000 fue una victoria de todo el Líbano, lo son la victoria alcanzada el 2006 y el acuerdo de Doha.
Vamos a hacer un gabinete y, como prometí ,otros grupos de la oposición participarán incluso en la porción que corresponde a Hisbolá. Ése es el Líbano, un compuesto de porciones y de grupos. Vamos a tener la oposición bien representada en este gabinete con la esperanza de que tendremos un gabinete serio y responsable que solucionará los problemas de los libanés que se han hecho viejos aguantando a gobiernos que pasan el tiempo solamente preocupados en cómo ganar las elecciones siguientes.
En sexto lugar, llamo honestamente al movimiento y a los que amaban al mártir y primer ministro Rafik Al-Hariri a beneficiarse de su gran experiencia, pensamiento y horizontes estratégicos referentes al Líbano. Su gran mente le permitió armonizar entre el proyecto de construir el Líbano, el Estado y la resistencia. Líbano fue puesto bajo dos opciones: ser como Hon-Kong destruido o como Hanoi con las tierras ocupadas, la soberanía secuestrada, la dignidad pisoteada y la seguridad en manos de Israel.
Gracias a la mente del Primer Ministro y martir Rafik Al Hariri, la resistencia pudo confirmar que ni Honk-Kong ni Hanoi serán el modelo que se seguirá, sino que estableceremos nuestro propio modelo. Podemos demostrar que somos el país de la construcción, la economía, las sociedades y la producción, junto con una resistencia que no compite con la autoridad del Estado, sino que comparte la responsabilidad que tiene el Estado en la liberación y la defensa de la tierra. Ése era el estilo de la coexistencia entre la resistencia y el primero ministro y mártir Rafik al-Hariri. Quienes sean leales a la herencia de Rafik al-Hariri tienen que mantener vivo este modelo. No estamos llamando a una coalición dual, triple o del cuarteto, sino a la mayor participación posible de todos los grupos políticos en este gobierno y a no monopolizarlo para el beneficio de ninguna secta, posición, autoridad, o institución.
Pido a Dios que nos otorgue un verano agradable y tranquilo. Cooperemos. Dos sueños están dando sombra al Líbano: el verano caliente americano y el verano agradable y tranquilo libanés. Satisfagamos nuestros propios sueños en vez del sueño de nuestro enemigo. Les prometo a ustedes y a todos nuestros queridos amigos en el mundo islámico y árabe que haremos todo lo que podamos para superar la hostilidad, la sensibilidad dañada y las heridas. Construyamos y protejamos Líbano de común acuerdo.
Quisiera dar unas grandes y calurosas gracias a todos sin mencionar nombres. Gracias a la dirección islámica de los Sunnitas en el Líbano y en el mundo árabe e islámico. Gracias a las posturas valerosas de las direcciones religiosas, políticas e intelectuales, que han permitido poner fin al proyecto americano que intenta presentar cualquier conflicto en el mundo como un enfrentamiento sectario.
Gracias a todas las direcciones nacionales de los Drusos, incluyendo a los Bani Maarouf, los hombres resistentes, los jeques, los líderes, los políticos, los periodistas, los grupos y los partidos, por haber declarado que lo que estaba sucediendo no tenía nada que ver con una sedición de los Drusos shiitas.
Gracias a las direcciones nacionales cristianas que anunciaron que la realidad del conflicto político estaba muy lejos de ser de carácter sectario. La misericordia sea con el espíritu de todos los mártires.
Se ha escrito que Hisbolá no está divulgando el número de sus mártires en el acontecimiento pasado. Hay 14 mártires de Hisbolá y dos mártires de las Brigadas libanesas para combatir contra la ocupación (Saraya); un número de mártires del movimiento de Amal; otro número del Partido Nacional y Social Sirio y aún otro de Partido Democrático Libanés.
Para eliminar cualquier ambigüedad, he de decir que los mártires son musulmanes sunnitas y shiitas, cristianos, y drusos.
Estamos orgullosos de todos los mártires. Pero lo sentimos por las víctimas caídas en el otro lado. Fue una batalla con fuego. Hablaremos de este asunto más adelante. Lo que compensa la situación es que la sangre vertida últimamente ha empujado al Líbano al final de un túnel oscuro y largo. Sin esta sangre, Líbano habría sido arrastrado a un punto en donde ningún Estado podría ser establecido. Debemos a estos mártires el haber conducido al Líbano a un nuevo verano, a una nueva fase y a una nueva vida.
Apreciamos, mostramos nuestro respeto y estrechamos nuestras manos para cooperar en la construcción de un Líbano que sea fuerte, valioso, justo y bien protegido. Un Líbano tal alto como sus montañas, tan eterno como sus cedros.

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