domingo, 29 de noviembre de 2009

BOLONIA | UN AÑO DESPUÉS DEL RECTORADO DE LA UB


Los encierros vuelven... a las aulas austríacas
Las protestas estudiantiles se multiplican por diversos países: Austria, Alemania... En las últimas semanas se han ocupado más de 70 sedes universitarias.
Débora de Pina Castiglione
Viena (Austria)
Martes 24 de noviembre de 2009.

AUDIMAX. Del encierro en la Universidad de Bolonia se ha pasado a la toma de decenas de edificios universitarios en Austria, Alemania y Suiza.

Peter Fuchs
Centenares de estudiantes ocupan diversas universidades austríacas en contra del Proceso de Bolonia, en una serie de protestas que comenzaron el 20 de octubre cuando un grupo de alumnos de la Academia de Bellas Artes de Viena tomó el principal auditorio de la Universidad de Viena. Las protestas se han extendido a todo el país, así como a diversas ciudades alemanas y suizas.

La larga lista de demandas de los estudiantes pretende provocar una completa reestructuración de la universidad austríaca. Hasta el momento, ninguna negociación con el Ministerio de la Ciencia ha sido posible, puesto que estudiantes y Ministerio no han logrado establecer un consenso en cuanto a las condiciones del diálogo.

Las protestas empezaron como forma de ejercer presión sobre las negociaciones que se estaban llevando a cabo entre el rectorado y el Ministerio de Educación, Ciencia e Investigación por motivo de la aplicación del Proceso de Bolonia. El fin de las negociaciones fue el desencadenante del encierro en la Universidad de Viena (Audimax) por unos 2.500 manifestantes, entre estudiantes y profesores. Tras una asamblea en el Audimax, los ocupantes decidieron mantenerse en el espacio y empezaron a constituir una infraestructura propia. Desde ese momento, se lanzaron mensajes tanto a otros grupos austríacos como del resto de países europeos para que también se movilizaran y ocuparan sus universidades.

Expansión internacional
Como resultado, dos semanas después del inicio de las protestas, estudiantes de siete ciudades alemanas se encerraron en sus facultades. Este número sigue in crescendo y las ocupaciones se han expandido por todas las universidades austríacas, varias facultades alemanas y suizas, así como algunas francesas. El Audimax albergaba, al cierre de esta edición, cerca de 60 grupos de trabajo y es el polo de coordinación de la red de centros ocupados, rebautizadas como NuestrasUnis.

Las luchas universitarias encuentran su punto de conexión en el aumento del coste de la enseñanza, en la intensificación del carácter técnico de las carreras de estudios, y en la necesidad de democratización de la universidad. Las demandas particulares de los ocupantes del Audimax responden a estas necesidades y pretenden forzar un proceso de reestructuración de la universidad austríaca. Las exigencias incluyen la gratuidad de los estudios y la posibilidad de que cada alumno organice individualmente su recorrido académico. Además, reivindican que los estudiantes tengan poder decisorio en la conformación de los planes de estudio y la introducción de estructuras democráticas en todos los niveles de toma de decisiones, incluidas las relacionadas con la financiación de la enseñanza y la investigación.

Negociaciones imposibles
El ministro de Educación, Johannes Hahn no reconoce a las Plenum (asambleas, en alemán) de estudiantes y profesores como interlocutores en las negociaciones e insiste en negociar con el sindicato nacional de estudiantes austríacos, Österreichische Hochschüler- Innenschaft (ÖH) por estar inscrito de forma legal en los registros oficiales.

ÖH ha sido el único portavoz oficial de los estudiantes desde hace décadas. Sin embargo, los manifestantes no reconocen al sindicato como mediador en las negociaciones y se niegan a elegir delegados que les representen. “Para que cualquier persona pudiera representar al Plenum, para empezar, tendría que pertenecer a los dos sexos”, explica un estudiante. Como alternativa, incitan al ministro Hahn a participar en el Plenum.

Esta divergencia fundamental entre el ministro y los ocupantes de las universidades austríacas ha llevado al fracaso de diversas tentativas de negociación. En consecuencia, el 25 de noviembre se produjeron, paralelamente, dos eventos clave para la educación superior en Austria. El Ministerio organiza un Fórum de la Universidad, al cual fueron invitados tres representantes del movimiento estudiantil para discutir con el ministro Hahn en un evento a puertas cerradas. Como respuesta, estudiantes y profesores organizan en el palais Kabelwerk (palacio Vienense) el llamado “Verdadero Fórum de la Educación”, abierto al público y al cual los participantes del fórum ministerial están públicamente invitados a participar.

Las protestas universitarias en Austria y su extensión a otros países europeos forman parte de un contexto global de intensificación de las movilizaciones en la universidad. Además, responden a la tendencia internacional de precarización de las condiciones de estudio y trabajo, de forma que las carreras universitarias suponen, cada vez más, una mayor inversión económica y personal. Sin embargo, las promesas fracasadas de una universidad pública y democrática, capaz de traspasar las barreras sociales, alimentan la insatisfacción creciente con esta institución.

La emergencia de una serie de protestas, en respuesta a la ocupación del Audimax, ha revelado un fuerte sentimiento de identidad colectiva entre movimientos estudiantiles, capaz de transformarse en una coordinación de las luchas por cambios estructurales en el sistema educativo. Y todo ello a través de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
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Alemania: ¿Cómo conseguir calidad en masa?
C. NEGRETE (COLONIA)
La tierra de Humboldt, el padre de la Universidad moderna, está estos días revuelta. El sistema universitario es un caos que no funciona, afirman los representantes de alumnos. Unos 10.000 estudiantes alemanes se manifestaron el martes y en unas 20 ciudades los rectorados han sido ocupados.

Protestan contra el proceso de Bolonia, ya que estudiantes y una parte importante del profesorado aseguran que con el nuevo sistema la movilidad incluso dentro de la propia Alemania se ha vuelto más complicada.

Antes de que los ministros europeos de Educación se reunieran, primero en la ciudad italiana y después en las sucesivas citas, en Alemania la educación superior era gratuita. Y los estudiantes quieren que vuelva a serlo. También las pancartas exigen que la educación no sea un negocio, que se elimine el sistema de grado y máster, y el modo de evaluación por nota. De una educación superior de calidad se ha pasado a una formación masificada, denuncian. El problema detrás de todo son los binomios elitismo-calidad y masificación-vulgaridad.

La Universidad alemana estaba catalogada como una de los mejores del mundo, pero también una de las más elitistas y segregadoras. La pregunta sería entonces cómo conseguir calidad en masa...

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