martes, 21 de julio de 2009

Falleció el criminal de guerra McNamara


21 de julio de 2009

Fernando A. Torres
"En marzo de 1945 estuve en la isla de Guam (bajo el mando del General Mayor Curtis E. LeMay). En esa sola noche calcinamos a cien mil japoneses en Tokio. Hombres, mujeres, y niños".

El documentalista Errol Morris sigue preguntando: “¿Estaba usted en conocimiento de que esto iba a pasar?” “… Yo era parte del mecanismo que de alguna forma lo recomendó… Yo analizaba operaciones de bombardeos y como hacerlas mas eficientes. Escribí un informe sobre la eficiencia de las operaciones de los bombarderos B29. (Estos vuelan a gran altura) por sobre el alcance de las defensas antiaéreas de esta forma el promedio de pérdidas era menor. El problema fue que el promedio de eficiencia (de los bombardeos) fue también menor“… LeMay dijo que si perdíamos, todos íbamos a ser procesados como criminales de guerra y creo que estaba en lo cierto. El, y yo diría yo, nos estábamos comportando como criminales de guerra. Si su bando perdía, LeMay reconoció que lo que estaba haciendo sería descrito como inmoral. ¿Pero que es lo que lo hace inmoral si pierdes o no inmoral si ganas?” McNamara en el documental La Niebla de la Guerra: Once Lecciones de la Vida de Robert S. McNamara (The Fog of War: Eleven Lessons From the Life of Robert S. McNamara. 2003)Nunca antes en la historia de la humanidad un nombre ha estado asociado a tanta muerte y destrucción. Los crímenes del ex-presidente de Liberia Charles Taylor, juzgado hoy con gran pomposidad por un tribunal de guerra internacional, son pestañeos si se comparan al genocidio cometido en Indochina bajo el mando de Robert Strange McNamara.Sin embargo el “raro” ministro falleció a los 93 años la mañana del 6 de Julio en su casa de la ciudad de Washington - sin haber pisado tribunal alguno. (El segundo nombre de McNamara “Strange” también significa en inglés raro, peculiar. Apodo con el cual fue descrito por variadas fuentes de la época.)Designado como máximo jefe del Pentágono por John Kennedy en 1961, el “burócrata cerebral” que vivió el resto de sus días totalmente desasociado de las consecuencias humanas de sus actos, condujo la guerra de Vietnam tal como dirigió la compañía automotriz Ford. Obsesionado con los análisis estadísticos y las evaluaciones comparativas, McNamara fue, como dijera el escritor Noam Chomsky un “lerdo y estrecho tecnócrata que no cuestionó nada. Simplemente aceptaba el contexto de creencias de los que lo rodeaban.” Class Warfare. David Barsamian, 1995.En 1945 - antes que se lanzaran las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki - McNamara participó activamente en ese mismo “mecanismo” que destruyó con bombas incendiarias napalm 67 ciudades japonesas. El infierno suscitado dejó a más de 1.5 millones de civiles calcinados. Desde entonces los japoneses conocen al General LeMay como “El Demonio.” El mismo McNamara diría mas tarde que aquello “fue un crimen de guerra.”La “Guerra de McNamara” (1964 – 1975), la multimillonaria, desastrosa y fatídica intromisión estadounidense en Indochina, terminó con una humillante derrota militar, con la victoria y reunificación de Vietnam y con un total de casi cinco millones de vietnamitas (de ambos lados) y 67 mil soldados estadounidenses muertos (incluidos mas 9 mil suicidios que continúan hasta el día de hoy).Bajo la sombra del silencio, McNamara se negó a hablar públicamente por muchos años. En una de sus escasas entrevistas le dijo a la Revista Times que nunca pensó que el bárbaro bombardeo a Vietnam del Norte, sin paralelos en la historia de la humanidad, iba a funcionar. Sin embargo lo ordenó “porque teníamos que probar que, numero uno, no funcionaría y (porque) otras personas pensaron de que si funcionaría.” Times Magazine, 1991.“Nosotros los de la presidencia de Kennedy y Johnson procedimos de acuerdo a lo que creíamos eran los principios y tradiciones de nuestro país. Pero nos equivocamos. Nos equivocamos terriblemente.,” confesó en una entrevista a Prensa Asociada en 1995.El Chico sabioHijo de un vendedor de zapatos al mayoreo, McNamara nació en 1916 en San Francisco, California. Se graduó de la Universidad de California en Berkeley en donde estudio matemáticas, economía y filosofía. Fue profesor en la Escuela de Comercio de la Universidad Harvard, el mismo plantel de donde más tarde saldría arrancando por oscuras cloacas debido a una gran protesta estudiantil en contra de la guerra.Durante la Segunda Guerra Mundial McNamara entrenó a oficiales del ejército en el control estadístico de gastos. En 1943 ingreso al ejército para implementar un plan estadístico de control de suministros. En 1946, con un grupo de colegas, McNamara ingresa a la compañía Ford en donde logra ser el primer presidente sin una relación familiar con el magnate Henry Ford. Conocido como los “chicos sabios” el grupo revitalizó la compañía introduciendo nuevos métodos de conducción y producción.Por doce años, hasta su jubilación en 1981, McNamara se desempeño como Presidente del Banco Mundial, una institución internacional conocida por las estrictas condiciones que imponen a sus países deudores y que han sido verdaderas intromisiones y forcejeos en los asuntos políticos internos. Durante ese periodo el banco triplicó los préstamos a países subdesarrollados y cambió su énfasis del apoyo a proyectos industriales a los de desarrollo rural.Alguna vez McNamara dijo no saber si se retiró o fue despedido como ministro. Johnson, presionado por las protestas en contra de la guerra y las maniobras políticas de las elecciones presidenciales, lo habría despedido “caballerosamente.” En una ceremonia de retiro en 1968, McNamara, aparentemente emocionado no pudo hablar. En seguida Johnson lo sacó de lugar abrazado.Inicios de la doctrina de seguridad nacionalComo Ministro de Defensa, 1961 – 1968, en los gobiernos de John Kennedy y Lyndon Johnson, McNamara aumentó el presupuesto de guerra a 75 billones (1968), incorporó civiles analistas e instaló sistemas computarizados de análisis de presupuestos.La invención del ataque en el Golfo de Tonkín en 1964, que fue el pretexto para iniciar la guerra abierta en Vietnam, fue la madre de todas las mentiras subsiguientes y lección básica para los neocons, los guerreros conspiradores de corbata del régimen Bush. El ficticio ataque a buques norteamericanos por fuerzas del Viet Cong, según McNamara, no les dejó otra alternativa que comenzar la guerra. Al igual que Dick Cheney, Colin Powell y Donald Rumsfeld, McNamara fue pieza clave en la venta de esta mentira al Congreso y al pueblo estadounidense, el pretexto para la guerra.Sin embargo y a pesar de sus dudas sobre el progreso de la guerra, en sus declaraciones posteriores el contradictorio McNamara continúo expresando públicamente su confianza en el poder masivo de fuego en contra de los vietnamitas comunistas para “lograr la paz”. En 1967 la cifra de muertos y heridos estadounidense había subido de 1.466 a más de 100 mil.A pesar de que la Teoría del Dominó, argumentada por Kennedy, reconocía la confrontación global con la Unión Soviética, Kennedy y McNamara prefirieron una doctrina de “respuesta flexible,” una doctrina militar de “respuesta/venganza masiva.Era preferible prevenir la derrota del llamado “mundo libre” a través guerras focales limitadas que les ofrecieran las posibilidades de variadas opciones en vez de “repliegues deshonrosos o respuestas/venganzas ilimitadas.” Después de un detallado análisis de los desafíos militares McNamara concluyó en 1961 que era preferible preparar el poder militar de los Estados Unidos para estas guerras limitadas.Esta estrategia de confrontar al enemigo mayor a través de la lucha y derrota del enemigo menor, fue uno de los mayores errores de los subsiguientes gobiernos estadounidenses. Simplemente no fueron capaces de reconocer como legítimas las luchas locales anticolonialistas de liberación e independencia que se daban a través de todo planeta.En la confrontación con la Unión Soviética y el poderío nuclear, McNamara fue conocido como uno de los principales proponentes de la política de disuasión nuclear mutua (mutual nuclear deterrence), basada en el reconocimiento de que una confrontación nuclear terminaría con la destrucción de ambos poderes. Durante la Guerra Fría esta política se conoció como Destrucción Mutua Asegurada, Mutually Assured Destruction (MAD, sigla que en ingles significa “locura”).McNamara aumentó las capacidades de transporte militar para el despliegue rápido de personal militar y aumentó los fondos para la investigación espacial militar. Entre otras variadas instancias y organizaciones de comando militar y de inteligencia, McNamara estableció el Comando de Ataque para responder de una manera rápida y “decidida y con la fuerza que fuese necesaria a cualquier amenaza en contra de la paz en cualquier parte del mundo.”Casi 50 años más tarde esta teoría fue desempolvada y retocada: La “estrategia de seguridad nacional” ideada por los neoconservadores antes de que Bush asumiera la presidencia, fue el establecimiento del país como la superpotencia militar global. Cuando Bush la firmó en el 2002, esta estrategia se convirtió en la amenaza oficial al resto del mundo: Los EEUU se atribuyen el derecho del ataque preventivo a cualquier nación.Un sangriento análisis de sistemasPara tomar importantes decisiones militares y de logística, McNamara estableció un sofisticado sistema burocrático de evaluación. En este análisis de sistemas, la palabra “sistemas” significa que toda decisión debe ser considerada en el más amplio contexto y “análisis” quiere decir que para entender un problema complicado es necesario desmenuzar todas las partes que lo componen.McNamara utilizó analistas civiles para aplicar puntos de vistas balanceados e independientes. Sin embargo este sistema no fue muy bien recibido por los militares. Se sospechó que los analistas civiles manipularon la información para apoyar las decisiones que McNamara ya habría tomado. Compleja y abultada, las conclusiones de la información producida - disponible a cualquiera - nunca pudieron ser cuestionadas.Quizás una de las más trágicas y sangrientas políticas de McNamara en Vietnam fue su decisión de aplicar una estrategia de estadísticas. Con un número limitado de combatientes del Viet Cong, una guerra de agotamiento los derrotaría. McNamara aplicó una métrica, el conteo de muertos (body count), para determinar cual cerca se estaba del triunfo militar.Presionados por esta maquiavélica política los mandos medios ejercieron presión a sus subalternos para aumentar a toda costa el número de bajas enemigas. Se estima que esta “métrica” produjo varias horribles matanzas.Después de una extensa investigación, el periodista Nick Turse escribe para la revista The Nation: “…he podido confirmar las espantosas declaraciones del sargento (George Lewis). La investigación describe un cuadro desgarrador de las masacres contra civiles, a una escala que deja chico la masacre de May Lai y muestra los encubrimientos entre los más altos niveles del ejército.“Los asesinatos no fueron accidentes o aberraciones si no el resultado de directrices de la comandancia que transformaron el Delta Mekong en zonas donde se podía disparar libremente en el implacable esfuerzo por alcanzar el mas alto conteo de muertos. Mientras la carnicería en el Delta no comienza ni termina con la operación Speedy Express, esta nos ofrece una nueva y dura versión de la despreciable matanza que ejemplificó las acciones de los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam.“Un indicio de que algo terrible había sucedido en el Delkta Mekon, apareció en una insospechada fuente: un informe desclasificado sobre unas declaraciones de un alto oficial en septiembre de 1969… el Mayor General Julian Ewell fue conocido al interior del ejército con el “Carnicero del Delta” por su obsesiva fijación en el conteo de muertos.” (Un “May Lai” al Mes, por Nick Turse / A My Lai a Month. The Nation Magazine. Diciembre 1, 09)Los liberales KennedyLas fútiles críticas posteriores a su propia guerra fueron cortinas históricas que encubrieron las verdaderas consecuencias de sus atroces errores y despreciable accionar. La periodista Deborah Shapley recuerda a McNamara en su libro biográfico Promesa y Poder (1993) como un hombre con una necesidad de manipular la verdad.“Esos son los liberales Kennedy,” dice Chomsky. “No podemos cometer crímenes. Es una contradicción en los términos. Todas las cosas que hacemos las hacemos por necesidad no solo correcta pero también noble. Por lo tanto no puede haber crimen. Si usted ve la mea culpa (de McNamara), él le esta pidiendo disculpas al pueblo estadounidense. Él envió a soldados estadounidenses a pelear una guerra perdida. (Desde el comienzo) pensó que la guerra no se ganaría. El costo fue para los Estados Unidos. Dividió al país. Dejo al pueblo escéptico y desilusionado del gobierno. ¡Sí! Hubo tres o más millones de vietnamitas muertos.“Los camboyanos y laosianos quedaron fuera de esta historia. Fueron un millón más o menos. Y no hay disculpas para ellos… en el Oeste no se habla de esto. No solo en los Estados Unidos. En los medios ingleses y europeos es exactamente lo mismo. Esto es parte de la cultura occidental. Es lo que Adam Smith llama ‘la injusticia salvaje de los europeos.’ Que ya, en esos días, estaban destruyendo gran parte del mundo.” (Noam Chomsky. Idem)La guerra química de McNamaraLos medios de comunicación informaron de la muerte de McNamara con referencias históricas parciales que dejaron de lado la perspectiva y las voces de los más afectados: Los vietnamitas. Sin embargo y a pocos días de la noticia, Nguyen Minh Y, un pequeño anciano de 70 años de edad visitó la ciudad de Berkeley en el Estado de California.Minh Y, un combatiente que desde niño combatió por la independencia de su país, se encuentra en los Estados Unidos tratando de que el gobierno destine fondos para la limpieza de las zonas tóxicas dejadas en Vietnam por el programa denominado Herbicidas Arcoíris: la guerra química implementada durante el tiempo en que McNamara estuvo a su cargo.Con el nombre clave “agente naranja,” este poderoso herbicida usado junto al napalm entre 1961 y 1971 fue uno los químicos que formaron parte del grupo denominado Herbicidas Arcoíris. Como los agentes púrpura, rosado y verde, la producción del agente naranja empleó dióxidos (dioxins) como severos contaminantes biológicos.Se estima que más de 79 millones de litros del agente naranja fueron rociados en Vietnam. 4.8 millones de vietnamitas fueron expuestos a estos químicos causando la muerte de mas de 400 mil personas. A más de treinta años de la guerra cientos de miles de vietnamitas sufren de cáncer y variados defectos físicos.Minh Y, quien combatió junto a las fuerzas del Viet Cong primero contra los franceses y luego contra los estadounidenses, es el Director para Asuntos Internacionales de la Asociación de Veteranos Vietnamitas y de la Asociación Vietnamita de Víctimas del Agente Naranja/Dióxido.Estas organizaciones se encuentran trabajando con los ex-soldados estadounidenses también víctimas de uno de los químicos más tóxicos producidos por manos humanas y de uno de los más notables criminales de guerra en la historia de la humanidad.

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