miércoles, 10 de junio de 2009

Los comicios del parlamento europeo mostraron lo que molesta al Viejo Continente


10 de junio de 2009
Andrei Fediashin (RIA NOVOSTI)

Del 4 al 7 de junio pasados, los países de la Unión Europa (UE) eligieron a los diputados para el Parlamento Europeo. Tras el conteo de los votos efectuado el 8 de junio, quedó claro que el voto europeo fue una declaración de protesta muy fuerte contra lo más les disgusta a los europeos, con el telón de fondo de la crisis económica.

Más que todo, lo que más fastidia a los europeos son los partidos en el poder, los socialistas y la centro-izquierda y también de que el Viejo Continente tenga sus puertas demasiado abiertas para la inmigración.

Como resultado de estos comicios, en la mayoría de los países los partidos socialistas o de centro-izquierda o bien sufrieron una derrota contundente o perdieron una parte considerable de sus votos. En cambio, los partidos de derecha obtuvieron más mandatos, pero los más votados fueron los "verdes" y también se distinguieron las agrupaciones políticas de ultraderecha y los nacionalistas.

Hay que resaltar que los votos a favor de la derecha, pudieron haber tenido más relevancia, si no fuera porque en algunos países como, por ejemplo, en Francia e Italia esas fuerzas ya se encuentran en el poder.

El partido gobernante, La Unión por un Movimiento Popular (UPM), del presidente francés Nicolas Sarkozy (UMP), y el nuevo Partido del Pueblo de la Libertad (PDL) del primer ministro italiano Silvio Berlusconi les quitaron muchos votos a los movimientos de ultraderecha, porque en parte, comparten las consignas del corte, "Francia para los franceses e "Italia para los italianos".

En general, la votación demostró que la xenofobia no es un fenómeno extraño en Europa. En Austria, Inglaterra, Dinamarca, Grecia, Finlandia, Italia, Holanda y Rumania, los partidos de ultra derecha obtuvieron escaños en el parlamento europeo, algo que no había ocurrido antes.

De los países anteriormente enumerados, Holanda se destacó de forma especial después de que los bondadosos y pacíficos holandeses tan amantes de los tulipanes y los molinos, eligieron para el parlamento de Estrasburgo de golpe a cuatro diputados del Partido de la Libertad liderado por Geer Wilders, autor y productor de la película antimusulmana Ferta que tanta indignación desató entre los países musulmanes y las comunidades islámicas en Europa.

También a Estrasburgo, los húngaros eligieron a tres diputados del Jobbik o Movimiento por una Hungría Mejor, conocido más que todo por su Guardia Húngara, un remedo de la Cruz Flechada, la milicia fascista y pronazi húngara que, en la II Guerra Mundial ayudó a las huestes de Adolfo Hitler a exterminar las minorías étnicas de la zona, en especial los judíos y gitanos.

En Inglaterra, por primera vez en el parlamento europeo habrá diputado del Partido Nacionalista Británico.

A lo mejor, esos triunfos pudieron haber tenido una repercusión mayor de no haber sido por los partidos fuertes de centro-derecha que en los comicios, arrebataron muchos votos a los nacionalistas.

De todas formas, la tendencia hacia el egoísmo nacionalista en Europa ya es un fenómeno palpable.

Aunque no vale la pena ser del todo pesimistas, a fin de cuentas, el cuadro político general en Estrasburgo no cambio de forma radical.

Una calamidad a medias, un viraje hacia la derecha pero no de una forma categórica, pues de los 736 escaños que integran el Parlamento Europeo, la mayor parte (270) quedó en poder de los partidos de centro- derecha, después siguen los socialistas (160 escaños) y a continuación los liberales, los verdes y la derecha.

Tranquiliza el hecho de que los europeos no le atribuyan mucha importancia a los comicios al parlamento europeo cuyas funciones reales desconocen o tienen una idea muy vaga. Prácticamente en todos los países miembros de la Unión Europea se repite esa situación.

Lo que pasa es que los europeos pueden elegir al parlamento europeo o en elecciones municipales a los políticos y partidos que prefieren no ver en los comicios legislativos nacionales.

Al parlamento europeo y en los municipios pueden pasar diputados de partidos pequeños que no pueden ser admitidos en elecciones legislativas nacionales, aquí es evidente que entra en funcionamiento una especie de mecanismo de autoconservación y sentido común europeo.

Franceses, británicos, austríacos, holandeses, alemanes y otros comprenden que son cosas absolutamente diferentes apoyar a partidos en comicios municipales o al parlamento europeo y permitir a esos mismos partidos legislar en los legislativos nacionales.

Pero los ánimos demostrados por los electores en estos comicios son muy interesantes. En Francia, Italia, España, Polonia, Bulgaria, Hungría y la República Checa los triunfadores fueron los partidos de centro-derecha.

Y en general, los grandes perdedores fueron los laboristas británicos y el primer ministro de Inglaterra, Gordon Brown.

El malestar contra los laboristas había madurado hacia ya mucho tiempo, a causa del engaño a la opinión pública para justificar la campaña contra Iraq, la reciente serie de escándalos sobre los gastos en la Cámara de los Comunes y la crisis económica.

En Inglaterra, los comicios al parlamento europeo coincidieron con elecciones municipales, siendo de señalar que los laboristas nunca habían sufrido una derrota tan desastrosa.

Los laboristas sencillamente fueron barridos de los consejos municipales. De los 1.625 en todo el país conservaron la mayoría en apenas 176, una verdadera catástrofe, si se tiene en cuenta que hubo periodos cuando los laboristas controlaron al menos los dos tercios de los consejos municipales. En el parlamento europeo los laboristas obtuvieron los escaños que les corresponde al ocupar el tercer lugar en los comicios en Inglaterra tras ser superados por los tories y los liberal-demócratas. Para los laboristas esto es una gran vergüenza.

Antes de esos comicios, el desdichado primer ministro británico Gordon Brown ya tenía suficientes apuros. Antiguo ministro de Finanzas que de repente asumió la presidencia del gobierno tras la renuncia de Tony Blair, nunca tuvo carisma y tampoco fue un buen orador, ahora en su contra madura una confabulación en el seno de su propio partido.

Ya cuatro de sus ministros y el asesor adjunto de su administración renunciaron, y el próximo 10 de junio el parlamento británico comenzará debates sobre la posibilidad de una convocatoria a comicios legislativos anticipados, que pueden celebrarse el próximo otoño boreal. Teniendo en cuanta los síntomas que prevalecen en la opinión pública británica, los laboristas puedes ser desplazados del parlamento nacional.

En resumen, los recientes comicios para el parlamento europeo fueron una prueba muy dura., aunque, ¿quién puede decir ahora que la situación es fácil?.

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