lunes, 15 de junio de 2009

Comentario de Cuarenta Hadices -XI


Sharhe Chehel Hadiz
Imam Jomeiní

Traducción de Raúl González Bórnez

Segundo hadíz - IV
Ostentación (riyá)

Sobre los peligros de la ostentación

Sí ¡Oh tú, que actúas para ser visto y que has depositado en manos de Satanás, que es el enemigo de Dios Altísimo, las creencias verdaderas y los conocimientos religiosos! Aquello que pertenece en exclusiva a Dios Altísimo se lo has entregado a otros y esas luces que iluminan el alma y el corazón y que son el capital para la salvación y la felicidad eterna, las fuentes de las que mana el encuentro con Dios y la semilla de la cercanía al Amado, las has trocado por las terribles tinieblas de la desgracia y la destrucción eterna.

Prepárate para unas tinieblas tras las cuales no viene luz alguna, una dificultad sin nada que la alivie y una enfermedad incurable: una muerte sin vida. Un fuego que se manifiesta desde el fondo del corazón y que abrasa el alma y el cuerpo de una manera que ni tú ni yo podemos llegar a imaginar, tal y como Dios Altísimo informa en el noble versículo de Su Libro revelado, cuando dice:
Es el Fuego abrasador de Dios que llega hasta el fondo del alma.
Solamente el fuego de Dios es capaz de quemar el corazón. Si el conocimiento innato de la unidad divina, que es la naturaleza misma de Dios, se pierde y su lugar pasa a ser ocupado por la idolatría y la incredulidad, la persona no podrá obtener la intercesión de intercesor alguno y permanecerá eternamente en el castigo.
¿Qué castigo es ese? Es el castigo que surge del disgusto divino y del celo del Señor.
Por lo tanto ¡Oh querido! No te expongas al enfado y la ira divina por causa de una falsa ilusión, un afecto limitado de las débiles criaturas y un lugar en el corazón de los pobres seres humanos y no vendas el amor divino, Su generosidad ilimitada y Su favor y benevolencia a cambio del afecto sin consecuencias de las criaturas, de las que no vas a obtener nada más que perjuicios y molestias.

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