domingo, 7 de junio de 2009

Alan, el Apra y su verdadero rostro asesinoy antidemocrático


Por Jorge Agurto
5 de junio de 2009

La masacre de indígenas armados de palos y lanzas realizada hoy por las fuerzas especiales de la Policía confirma la naturaleza fascista y autoritaria del régimen aprista, hoy más servil que nunca al interés de las transnacionales y totalmente reñido, en contenido y forma, con la democracia demoliberal

El gobierno ha preferido disparar balas a quemarropa contra líderes indígenas antes que derogar normas inconstitucionales que han sido impuestas violando tratados internacionales de derechos humanos como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Para el régimen aprista no ha tenido ningún valor que una comisión multipartidaria haya concluido que los decretos legislativos deben ser derogados por inconstitucionales o que la Comisión de Constitución haya dictaminado en igual sentido derogar el D.L. 1090, uno de los más cuestionados por la parte indígena. Tampoco, que un organismo imparcial y legítimo como la Defensoría del Pueblo haya respaldado la petición indígena.
El gobierno y su bancada parlamentaria han venido dilatando -con argucias criollas “a lo Mulder”- la única solución legal y pacífica al conflicto, porque para el régimen aprista los argumentos jurídicos o las formas democráticas no tienen ningún valor ni ideológico ni práctico en sí mismos. Lo único que pesa en sus decisiones políticas es servir de la mejor manera al gran capital transnacional. Ejemplos al canto: Se lotiza casi toda la amazonía para extraer gas y petróleo no para abaratar el consumo de los peruanos, favorecer a nuestra industria nacional o promover la reconversión energética, sino para venderla a otros países, aún a riesgo de generar una crisis energética que nos llevará dentro de poco a comprar combustible a un precio mayor que el que lo vendemos.
- Se favorece, alienta y defiende en foros internacionales a los productos transgénicosa, a pesar que todas las opiniones sensatas recomiendan que no son aconsejablea en un país megadiverso como el Perú y amenaza la producción orgánica de nuestros productos nativos, uno de nuestras ventajas competitivas en el mercado mundial. Esto se hace únicamente para favorecer a poderosas empresas como Monsanto que usufructúan el mercado mundial de transgénicos. No hay que olvidar que una comitiva de Monsantose se reunió en privado el año pasado con el propio Jefe de Estado.
- Se ha incluido en la Ley 29317, que aprueba y modifica el decreto legislativo 1090, Ley Forestal y de Fauna Silvestre, y que dice a la letra:“Artículo 6.- (…) No habrá cambio de uso en las tierras que pertenecen al patrimonio forestal cualquiera sea su categoría, salvo cuando se trate de proyectos declarados de interés nacional en cuyo caso la autoridad encargada de determinar la procedencia del cambio de uso es el Ministerio del Ambiente en coordinación con la entidad del sector público correspondiente.”
Esas diez palabras resaltadas en negrita son precisamente las que desnaturalizan la Ley Forestal y de Fauna Silvestre porque el gobierno ha declarado ya de interés nacional los agrocombustibles para producir etanol. Es decir, se está abriendo paso a un modelo agroindustrial de monocultivos que significará precisamente la destrucción de los bosques tropicales.
No está demás recordar, como lo advirtió el diario La Primera,que el poderoso Grupo Romero -muy amigo del inquilino de Palacio de Gobierno- está detrás de estas y otras inversiones amazónicas como los bonos por captura de carbono.
Basta con interpretar un poco de información sobre lo que hace el gobierno aprista para darnos cuenta que el trasfondo de sus acciones no es defenderla patria, los intereses nacionales, o los trabajadores del campo o la ciudad, ni mucho menos asegurar un desarrollo sostenible para el país,sino gobernar para los amigos de Palacio de Gobierno, aquellos que sin participar en las elecciones políticas, ni perder su tiempo en el parlamento, al final terminan tomando entre bambalinas las principales decisiones de Estado.
¿Quién votó o eligió a Ántero Flores-Araoz para que haga y hable disparate y medio como Ministro de Estado en la cartera de Defensa? ¿Quién votó o eligió a Mercedes Araoz para que firme tratados de libre comercio con Chile, Singapur, China, Japón y todo país que se le ocurra, sin la aprobación siquiera del Congreso de la República y comprometiendo el porvenir de todos los peruanos?
La tendencia fascista y autoritaria del gobierno no es una simple ocurrencia o algo adjetivo o circunstancial del régimen actual. El Apra-como partido- no practica la democracia, ni hacia adentro ni hacia afuera. Siempre ha sido un partido caudillesco, mafioso, de cúpulas y zancadillas.
La última y más fehaciente prueba han sido sus elecciones internas. Con planillones fraguados, con tribunales electorales recompuestos a pocas horas de las elecciones, con militantes de larga trayectoria desaforados o expulsados, e innumerables vicios que demuestran el grado de corrupción y lenidad a que ha llegado el partido de la estrella.
No olvidemos que el Apra es el partido cuyo Secretario General y persona de alta confianza de Alan García recibió dinero contante y sonante de Vladimiro Montesinos para un “plan” que nunca ha sido esclarecido. A Don Agustín Mantilla se le encontró cuentas por varios millones de dólares en el exterior, sin que hasta ahora haya explicado su proveniencia. Pero ahí está, don Agustín, paseándose como hombre fuerte del partido e incluso observando discretamente los mítines de la Fraternidad que celebra el Apra anualmente.
No son pocas las ocasiones en que voceros del partido aprista han expresado la conveniencia de salirnos de la jurisdicción de la Corte interamericana, liquidar el Tribunal Constitucional, aplicar la pena de muerte, entre otras medidas reñidas con un régimen democrático.
Por lo expuesto, no nos debe sorprender que el Apra haya decidido llenarse las manos de sangre y preferir la muerte -de policías e indígenas- antes que un diálogo sincero y democrático que lo lleve a cautelar los interes del país antes que favorecer a los grupos de poder a quienes sirve con obsecuencia.
La justa y pacífica protesta amazónica ha obligado a que el Apra y Alan García se saquen la careta democrática -muy útil en épocas electorales- y hoy muestren al Perú y al mundo su verdadero rostro fascista y asesino, a quién no le importa la vida ni de humildes civiles ni de efectivos policiales.

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