miércoles, 13 de enero de 2010

Gripe A: una psicosis organizada


Entrevista a Wolfgang Wodarg, presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa

14-01-2010
Bruno Odent
L’Humanité
Traducido para Rebelión por Caty R.

El presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, el alemán Wolfgang Wodarg, acusa a los lobbies farmacéuticos y a los gobiernos. virus.

Ex miembro del SPD, Wolfgang Wodarg es médico y epidemiólogo. Ha conseguido, por unanimidad de los miembros de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, la creación de una comisión de investigación sobre el papel de las compañías farmacéuticas en la gestión de la gripe A que han llevado a cabo la OMS y los Estados.

¿Qué levantó sus sospechas sobre la influencia de los laboratorios en las decisiones que se tomaron con respecto a la gripe A?

Nos enfrentamos a un fracaso de las grandes instituciones nacionales encargadas de alertar sobre los riesgos y de responder en el caso de que aparezca una pandemia. En abril, cuando llegó la primera alarma de México, me sorprendieron mucho las cifras que avanzó la OMS para justificar la declaración de una pandemia. Inmediatamente me asaltaron las sospechas: las cifras eran muy pequeñas y el nivel de alarma muy elevado. No había ni mil enfermos y ya se hablaba de la pandemia del siglo. Y la alerta máxima declarada se basó en el hecho de que el virus era nuevo. Pero una característica de las enfermedades gripales es que se desarrollan muy deprisa, por medio de virus que cada vez toman formas diferentes y se instalan en nuevos huéspedes: animales, personas, etcétera. Nada nuevo. Todos los años aparece un nuevo «virus de la gripe». Realmente no había nada que justificase semejante grado de alarma. Esto ha sido posible debido a que la OMS, a principios de mayo, cambió su definición de «pandemia». Antes de esa fecha no sólo era necesario que la enfermedad se manifestase en varios países a la vez, sino que además tuviera consecuencias graves con un número de casos mortales mayor que el promedio habitual. En la nueva definición se eliminó esta parte y sólo se ha mantenido el criterio del ritmo de propagación de la enfermedad. Y se ha pretendido que el virus era peligroso porque las poblaciones no habían podido desarrollar defensas inmunitarias contra él. Lo cual es falso en el caso de este virus, porque pudimos observar que las personas de más de 60 años ya tenían anticuerpos. Es decir, que ya habían estado en contacto con virus análogos. Por otra parte, ésta es la razón de que prácticamente no haya habido personas de más de 60 años que hayan desarrollado la enfermedad. Y sin embargo es a las que se recomendó que se vacunaran rápidamente.

Entre las cosas que suscitaron mis sospechas están, por una parte, esa voluntad alarmista, y por otro lado ciertos hechos muy curiosos. Como por ejemplo la recomendación de la OMS de hacer las vacunaciones en dos dosis. Nunca se había hecho y no hay ninguna razón científica para hacerlo. Hubo también la recomendación de utilizar únicamente las vacunas especiales patentadas. Sin embargo no había ninguna razón para que no se añadieran, como se ha hecho todos los años, las partículas antivíricas específicas del nuevo virus H1N1 para «completar» las vacunas que se utilizan para la gripe estacional. No se hizo, sino que se optó por la utilización de materiales de vacunación patentados que los grandes laboratorios habían elaborado y fabricado para que estuvieran preparados en caso de que se desarrollase una pandemia. Y procediendo de esa forma no se dudó en poner en peligro a las personas vacunadas.

¿Qué peligro?

Para ir rápido en el suministro de los productos, en algunas vacunas se han utilizado adyuvantes cuyos efectos no se han testado suficientemente. En otras palabras: se han querido utilizar forzosamente los nuevos productos patentados en vez de poner a punto las vacunas según los métodos de fabricación tradicionales, mucho más simples y fiables, y más baratos. No hay ninguna razón médica para eso. Únicamente razones de mercado.

¿Cómo se puede justificar esto?

Para entenderlo hay que volver al episodio de la gripe aviar de 2005-2006. En aquella ocasión fue cuando se definieron los nuevos planes internacionales destinados a hacer frente a una alarma pandémica. Dichos planes se elaboraron oficialmente para garantizar una fabricación rápida de vacunas en caso de alerta. Eso dio lugar a una negociación entre las farmacéuticas y los Estados. Por un lado, los laboratorios se comprometieron a estar listos para elaborar los preparados, y por otra parte los Estados les garantizaban que les comprarían todo. Al final de ese singular mercadeo la industria farmacéutica no asumía ningún riesgo económico al comprometerse en las nuevas fabricaciones. Y se aseguraba de que le tocaría «el gordo» en el caso de que se declarase una pandemia.

¿No está de acuerdo con los diagnósticos establecidos y la gravedad, incluso potencial, de la gripe A?

En efecto, ésta es una gripe totalmente normal. No causa más que una décima parte de muertes que la gripe estacional clásica. Lo único que importaba, y que condujo a la formidable campaña de pánico a la que hemos asistido, es que la gripe constituía una oportunidad de oro para los representantes de los laboratorios, que sabían que les tocaría el premio gordo en caso de declaración de pandemia.

Estas acusaciones son muy graves. ¿Cómo ha sido posible semejante proceso en la OMS?

Un grupo de personas de la OMS está asociado de manera muy estrecha con la industria farmacéutica.

¿La investigación del Consejo de Europa también va a trabajar en esa dirección?

Queremos sacar a la luz todo lo que ha podido contribuir a esa enorme operación de intoxicación. Queremos saber quién ha decidido, sobre la base de qué pruebas científicas, y cómo se ha ejercido específicamente la influencia de la industria farmacéutica en la toma de decisiones. Y finalmente debemos presentar exigencias a los gobiernos. El objetivo de la comisión de investigación es que en el futuro ya no haya falsas alarmas de este tipo. Que la población pueda confiar en el análisis, la experiencia, las instituciones públicas nacionales e internacionales. Éstas actualmente están desacreditadas porque se ha vacunado a millones de personas con productos que presentan eventuales riesgos para su salud. No era necesario. Todo eso también ha desembocado en una considerable mala gestión del dinero público.

¿Tiene cifras concretas de la amplitud de esa mala gestión?

En Alemania son 700 millones de euros. Pero es muy difícil conocer las cifras exactas ya que ahora por un lado se habla de la reventa de vacunas a países extranjeros, y sobre todo porque las empresas, en nombre del principio del respeto del «secreto de los negocios», no comunican las cifras de los contratos firmados con los Estados y las eventuales cláusulas de indemnizaciones que figuran en ellos.

¿El trabajo de presión de los laboratorios sobre los Institutos Nacionales de Salud también se tratará en la investigación del Consejo de Europa?

Sí, nos fijaremos en la actitud de las instituciones como el Robert Koch de Alemania o el Pasteur de Francia, que son quienes en realidad deberían haber aconsejado a sus gobiernos de manera crítica. En algunos países las instituciones lo hicieron. En Finlandia o en Polonia, por ejemplo, se levantaron voces críticas para decir: «no tenemos necesidad de eso».

¿La enorme operación de intoxicación mundial no fue también posible porque la industria farmacéutica tenía «sus representantes» hasta en los gobiernos de los países más poderosos?

En los ministerios eso me parece obvio. No puedo explicarme cómo los especialistas, las personas más inteligentes que conocen de memoria la problemática de las enfermedades gripales, no se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo.

Entonces, ¿qué ha pasado?

Sin llegar hasta la corrupción directa, que estoy seguro de que existe, los laboratorios tenían mil maneras de ejercer su influencia sobre las decisiones. Concretamente he podido comprobar, por ejemplo, que Klaus Stöhr, que era el jefe del departamento de epidemiología de la OMS en la época de la gripe aviar, y que por lo tanto preparó los planes destinados a hacer frente a una pandemia que he mencionado antes, entre tanto se convirtió en un alto ejecutivo de la empresa Novartis. Y existen vínculos parecidos entre Glaxo, Baxter, etcétera, y miembros influyentes de la OMS. Esas grandes empresas tienen a «los suyos» en los aparatos y se mueven con rapidez para que se tomen las decisiones políticas adecuadas. Es decir, aquéllas que les permiten bombear el máximo de dinero de los contribuyentes.

Pero si su investigación da resultado, ¿no será un apoyo a los ciudadanos para exigir a sus gobiernos que pidan las cuentas a esas grandes empresas?

Sí, tiene razón, ése es uno de los grandes objetivos vinculados a esta investigación. De hecho, los Estados podrían servirse de esto para impugnar los contratos firmados en términos, digamos, no muy limpios. Si se puede demostrar que la influencia de las empresas es lo que condujo a que se desencadenase el proceso, habrá que presionarlas y exigirles reembolsos. Pero ése es únicamente el coste económico, está también el coste humano, el de las personas a las que se vacunó con productos que no se habían testado suficientemente.

¿Entonces, qué tipo de riesgos han corrido, sin saberlo, las personas sanas que se vacunaron?

Repito que las vacunas se desarrollaron demasiado deprisa, ciertos coadyuvantes no se probaron lo suficiente. Pero hay algo más grave. La vacuna elaborada por la empresa Novartis se produjo en un biorreactor a partir de células cancerosas. Una técnica que no se había utilizado hasta ahora.

Obviamente no soy un especialista, pero, ¿cómo es posible pretender elaborar una vacuna a partir de células enfermas?

Normalmente se utilizan huevos de gallina para cultivar los virus. Porque es necesario trabajar sobre células vivas, ya que los virus sólo pueden multiplicarse de esta forma y por lo tanto, por definición, lo mismo las correspondientes preparaciones antivíricas. Pero ese procedimiento presenta un gran fallo, es lento, hace falta una gran cantidad de huevos. Y técnicamente es largo y complicado. Otra técnica potencialmente exitosa consiste en cultivar los virus en células vivas en los biorreactores. Para eso es necesario que las células crezcan y se dividan muy deprisa. Es parecido al procedimiento que se utiliza para el cultivo del yogurt que también se realiza, por otra parte, en un biorreactor. Pero en ese contexto la célula se altera en su entorno y su desarrollo de manera que crece como una célula cancerosa. Y es en esas células de alto rendimiento donde se cultivan los virus. Para fabricar la vacuna sólo hay que extraer el virus de esas células en las que se implantaron. Y entonces puede ocurrir que durante el proceso de fabricación de la vacuna queden restos de célula cancerosa en la preparación. Lo mismo que ocurre en la fabricación clásica con los huevos, se sabe que en el caso de vacunación contra la gripe clásica, entre los efectos secundarios pueden aparecer reacciones en las personas alérgicas a la albúmina, que se encuentra en la clara del huevo. Por lo tanto, no se puede excluir que las proteínas, restos de una célula cancerosa presentes en una vacuna fabricada en un biorreactor, puedan engendrar un tumor en una persona vacunada. Por lo tanto, según un auténtico principio de precaución, sería necesario que antes de que se autorizase el producto para el mercado, se tuviera la certeza al cien por cien de que esos efectos están totalmente excluidos.

¿Y eso no se ha hecho?

No se ha hecho. La AME (Agencia Europea del Medicamento), una institución bajo la responsabilidad del comisario europeo de Economía, establecida en Londres, que concede las autorizaciones para sacar al mercado las vacunas en Europa, dio luz verde a la comercialización de ese producto arguyendo, en esa ocasión, que esa forma de fabricación no constituía un riesgo «significativo». Eso fue apreciado de forma muy diferente por numerosos especialistas aquí, en Alemania, y por una institución independiente sobre medicamentos que, al contrario, alertó y expresó sus objeciones. Yo tomé esas advertencias en serio. Estudié el dossier e intervine en el marco de la Comisión de Salud del Bundestag, del que entonces formaba parte, para que la vacuna no se utilizase en Alemania. Manifesté que en realidad no me opongo a la elaboración de vacunas con esta técnica. Pero que en primer lugar debe existir una garantía total de inocuidad. Por lo tanto el producto no se ha utilizado en Alemania, donde el gobierno rescindió el contrato con Novartis.

¿Cómo se llama esa vacuna?

«Obta flu»

¿Pero eso quiere decir que en otros países europeos, como Francia, el producto se puede comercializar sin problemas?

Sí, el producto obtuvo la autorización de la AME y por lo tanto se puede utilizar en cualquier país de la Unión Europea.

¿Qué alternativas opina que se podrían avanzar para evitar otros escándalos de este tipo?

Es necesario que la OMS sea más transparente, que se sepa claramente quién decide y qué tipo de relación existe entre los participantes en la organización. También convendría que estuviese acompañada al menos de una cámara elegida, capaz de reaccionar de forma muy crítica, en la que todos puedan expresarse. El fortalecimiento del control público es indispensable.

¿No es la cuestión de la necesidad otro sistema capaz de manejar un asunto que afecta a un bien común de los ciudadanos de todo el mundo la que está aflorando?

¿Podemos seguir dejando la producción de vacunas y la gestión de esos productos a organizaciones cuyo objetivo es ganar el máximo posible de dinero? ¿O bien la producción de vacunas es un asunto de interés universal que los Estados deben controlar y poner en marcha ellos mismos? Esa es la razón por la que pienso que habría que abandonar el sistema de las patentes en las vacunas. Es decir, la posibilidad de una monopolización de la producción de vacunas por una gran empresa. Ya que esa posibilidad supone que se sacrifican miles de vidas humanas simplemente en nombre del respeto a esos derechos monopolistas. Usted tiene razón: esta reivindicación tiene, por lo menos para mí, el aspecto de la evidencia.

Fuente: http://www.humanite.fr/Grippe-A-Ils-ont-organise-la-psychose

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Congresista Busca Prohibir la Entrada de Iraníes en EEUU


Al-Manar
12/01/2010

Un congresista norteamericano ha anunciado sus planes para introducir un Acta del Programa de Detención de Entrada de Terroristas (STEP) en el Congreso, que pide la deportación de la mayoría de los iraníes que se hallan en EEUU sin un estatus de residencia permanente.

El Acta STEP, un proyecto de ley que fue presentado originalmente en 2003, reformaría el Acta de Inmigración y Nacionalidad para prohibir a los ciudadanos de Irán, Cuba, Sudán, Siria y Yemen entrar en EEUU. El congresista J. Gresham Barret señaló que él iba a reintroducir el Acta STEP en respuesta al tiroteo de Fort Hood realizado por un ciudadano norteamericano y el intento de volar un avión sobre Detroit el día de Navidad, que fue llevado a cabo por un ciudadano nigeriano. Si es aprobado, el proyecto de ley deportaría a todos los iraníes que poseen visados de estudiante, visados de trabajo temporal, visados de intercambio y visados de turismo de EEUU en los próximos 60 días.La legislación haría también ilegal para los ciudadanos iraníes viajar a EEUU, aunque algunas excepciones podrían ser hechas después de una “extensa comprobación federal.”

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De cabeza hacia otro cenagal: El americano impasible se va a Yemen


14-01-2010
Uri Avnery
Counterpunch
Traducido para Rebelión por LB

El Americano Impasible fue el héroe de la novela de Graham Greene sobre la primera guerra del Vietnam, la que libraron los franceses.

Era un estadounidense joven e ingenuo, hijo de profesor, que había recibido una esmerada educación en Harvard, un idealista lleno de las mejores intenciones. Cuando fue enviado a Vietnam quería ayudar a los indígenas a superar los dos males que él veía: el colonialismo francés y el comunismo. Sin saber absolutamente nada sobre el país en el que estaba actuando provocó un desastre. El libro termina con una masacre producto de sus esfuerzos equivocados. Ilustró el viejo refrán: "El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones".



Desde que se escribió ese libro han transcurrido 54 años, pero parece que el Americano Impasible no ha cambiado un ápice. Sigue siendo un idealista (al menos así se ve él a sí mismo), todavía aspira a redimir a lejanos pueblos extranjeros de los que no sabe nada, y sigue causando terribles desastres: en Iraq, Afganistán, y ahora, según parece, en Yemen.

El ejemplo iraquí es el más simple.

Los soldados estadounidenses fueron enviados allí para derrocar al régimen tiránico de Saddam Hussein. Hubo también, por supuesto, otros objetivos menos altruistas, tales como controlar los recursos petrolíferos iraquíes y estacionar una guarnición estadounidense en el corazón de la región petrolífera de Oriente Medio. Pero al público estadounidense la aventura se le presentó como una empresa idealista destinada a derrocar a un dictador sanguinario que amenazaba al mundo con bombas nucleares.

Eso fue hace seis años, y la guerra continúa. Barack Obama, que se opuso a la guerra desde el principio, prometió sacar de allí a los estadounidenses. Mientras tanto, pese a todas las palabras, sigue sin verse el fin de la guerra.

¿Por qué? Porque las personas que realmente toman las decisiones en Washington no tenían la más mínima idea acerca del país que querían liberar y al que querían ayudar a vivir eternamente feliz.

Iraq fue desde el principio un Estado artificial. Los estrategas británicos pegaron con cola varias provincias otomanas para satisfacer sus propios intereses coloniales. Coronaron a un árabe sunita como rey de los kurdos, que no son árabes, y de los chiítas, que no son sunitas. Sólo una sucesión de dictadores, a cual más brutal, impidió que el Estado se desmoronara.

A los planificadores de Washington no les interesaba la historia, la demografía o la geografía del país en el que irrumpieron con fuerza brutal. Ellos veían las cosas de forma muy sencilla: había que derrocar al tirano, establecer instituciones democráticas según el modelo usamericano, convocar elecciones libres, y todo lo demás encajaría por su propio peso.

Contrariamente a sus expectativas, no fueron recibidos con flores. Tampoco encontraron la terrible bomba atómica de Saddam. A semejanza del proverbial elefante de la cacharrería, lo destrozaron todo, destruyeron el país y quedaron empantanados.

Tras años de sangrientas operaciones militares que no condujeron a nada dieron con un remedio temporal. Al diablo con el idealismo, al diablo con los nobles objetivos, al infierno con todas las doctrinas militares: ahora se limitan a comprar a los jefes tribales, que constituyen la realidad de Iraq.

El Americano Impasible no tiene ni idea de cómo salir. Sabe que si lo hace el país puede desintegrarse en medio de un baño de sangre intestino.

* * *

Dos años antes de entrar en el pantano iraquí los estadounidenses invadieron el pantano afgano.

¿Por qué? Porque una organización llamada Al-Qaeda ("la base") se atribuyó la responsabilidad por la destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York. Los jefes de al-Qaeda estaban en Afganistán, sus campos de entrenamiento estaban allí. Para los norteamericanos todo estaba claro, no había necesidad de pensárselo dos veces (ni, de hecho, de pensárselo una sola vez.)

Si hubieran sabido algo acerca del país que iban a invadir es posible que hubieran vacilado. Afganistán siempre ha sido un cementerio para sus invasores. Imperios poderosos han huido de allí con el rabo entre las piernas. A diferencia del llano Iraq, Afganistán es un país de montañas, un paraíso para la guerrilla. Alberga en su seno a diferentes pueblos y a un sinnúmero de tribus, todas ellas ferozmente celosas de su independencia.

A los planificadores de Washington nada de eso les interesaba realmente. A lo que se ve, para ellos todos los países son los mismos, y también lo son todas las sociedades. También en Afganistán hay que establecer una democracia al estilo norteamericano, convocar elecciones libres y justas y, ¡ale hop!, todo lo demás se resolverá espontáneamente.

El elefante entró sin llamar en la cacharrería y logró una aplastante victoria. La Fuerza Aérea arrasó, el ejército conquistó sin problemas, al-Qaeda desapareció como un fantasma, los talibanes (“estudiantes religiosos ") huyeron. Las mujeres podían aparecer de nuevo en la calle sin cubrirse el cabello, las niñas podían asistir a la escuela, los campos de opio volvieron a florecer, como florecieron los protegidos de Washington en Kabul.

Sin embargo, la guerra continúa, año tras año el número de norteamericanos muertos aumenta inexorablemente. ¿Para qué? Nadie lo sabe. Es como si la guerra hubiera adquirido vida propia, sin objetivo, sin razón.

Un estadounidense bien podría preguntarse: ¿Qué diablos estamos haciendo?



* * *

El objetivo inmediato, la expulsión de al-Qaeda de Afganistán, ha sido alcanzado. Al-Qaeda no está allí, si es que alguna vez estuvo.

Escribí una vez que al-Qaeda es una invención de los USA y que Osama Bin-Laden ha sido enviado por la Oficina Central de Casting de Hollywood para desempeñar el papel. Simplemente, es demasiado bueno para ser verdad.

Naturalmente, exageraba un poco. Pero no del todo. Los USA necesitan constantemente a un enemigo mundial. En el pasado fue el comunismo internacional, cuyos agentes acechaban detrás de cada árbol y debajo de cada baldosa. Pero, por desgracia, la Unión Soviética y sus acólitos se derrumbaron, de modo que surgió la urgente necesidad de hallar un enemigo que llenara el vacío. Lo encontraron en la forma de la jihad mundial de al-Qaeda. Aplastar al "Terrorismo Mundial" se convirtió en el objetivo primordial de USA.

Ese objetivo es un disparate. El terrorismo no es sino un instrumento de guerra. Es utilizado por organizaciones que son enormemente diferentes entre sí, que luchan en países enormemente distintos por objetivos enormemente diversos. Una guerra contra el "terror internacional" es como una guerra contra la "Artillería Internacional" o contra la "Marina Internacional".

Un movimiento de ámbito mundial encabezado por Osama Bin-Laden simplemente no existe. Gracias a los estadounidenses, al-Qaeda se ha convertido en una marca de prestigio en el mercado de la guerrilla, igual que McDonald's y Armani lo son en el mundo de la comida rápida y de la moda. Cada organización islamista militante puede apropiarse del nombre incluso sin contar con una franquicia de Bin-Laden.

Los regímenes clientes de USA, que acostumbraban a caracterizar a sus enemigos locales como "comunistas" a fin de obtener la ayuda de sus patrocinadores, ahora los llaman "terroristas de Al Qaeda".

Nadie sabe dónde está Bin Laden, suponiendo que esté en alguna parte, y no hay ninguna prueba de que esté en Afganistán. Algunos creen que está en la vecina Pakistán. Pero incluso si estuviera escondido en Afganistán, ¿qué justificación hay para desatar una guerra y matar a miles de personas para perseguir a un solo hombre?

Algunos dicen: OK, Bin Laden no está. Pero hay que impedir que regresen los talibanes.

¿Por qué, por amor de Dios? ¿Qué diablos le importa a los USA quién gobierne Afganistán? Uno puede aborrecer a los fanáticos religiosos en general y a los talibanes en particular, ¿pero es ésa razón suficiente para iniciar una guerra sin fin?

Si los propios afganos prefieren a los talibanes antes que a los traficantes de drogas que se han hecho con el poder en Kabul, es asunto suyo. Y parece que los prefieren, a juzgar por el hecho de que los talibanes de nuevo controlan la mayor parte del país. Eso no es una buena razón para una guerra al estilo de la de Vietnam.

Pero, ¿cómo salir? Obama no lo sabe. Durante la campaña electoral prometió, con la temeridad propia de un candidato, ampliar la guerra en Afganistán como compensación por salir de Iraq. Ahora se ha quedado atascado en los dos lugares, y parece que en un futuro próximo se va a enfangar en una tercera guerra.

* * *

DURANTE los últimos días el nombre de Yemen ha sonado con insistencia. Yemen: un segundo Afganistán, un tercer Vietnam.

El elefante se muere por entrar en otra cacharrería. Y tampoco esta vez le preocupa la porcelana.

Sé muy poco acerca de Yemen, pero sí lo suficiente para comprender que sólo un loco querría poner los pies allí. Se trata de otro Estado artificial compuesto por dos partes diferentes: el país de Sanaa en el Norte, y el Sur (antigua colonia británica). La mayor parte del país es terreno montañoso, gobernado por tribus belicosas celosas de su independencia. Igual que Afganistán, es una región ideal para la guerra de guerrillas.

También existe allí una organización que ha adoptado el pomposo nombre de "Al-Qaeda de la Península Arábiga" (después de que los militantes yemenitas se unieran a sus hermanos de Arabia). Pero a sus jefes les interesa la revolución mundial mucho menos que sus intrigas y luchas intertribales y que su combate contra el gobierno "central", una realidad con una historia de miles de años. Sólo un completo idiota posaría su cabeza en semejante almohada.

Yemen significa "país de la derecha" (si uno mira hacia La Meca desde Occidente, el Yemen queda en el lado derecho y Siria a la izquierda). El lado derecho también connota felicidad, y el nombre de Yemen está conectado con Al-Yamana, una palabra árabe que significa felicidad. Los romanos llamaron a Yemen Arabia Felix ("Arabia Feliz"), porque era rica por el comercio de especias.

(Por cierto, puede que a Obama le interese saber que en cierta ocasión otro líder de una superpotencia —César Augusto— trató de invadir Yemen y acabó derrotado.) Si el Americano Impasible, con su habitual mezcla de idealismo y de ignorancia, decide llevar al Yemen la democracia y el resto de sus golosinas, será el final de esa felicidad. Los estadounidenses se hundirán en otro pantano, decenas de miles de personas morirán y todo terminará en desastre.

* * *

Es muy posible que el problema hunda sus raíces —entre otras cosas— en la arquitectura de Washington DC.

Esta ciudad está llena de edificios enormes repletos de ministerios y oficinas de la única superpotencia mundial. Las personas que trabajan allí sienten el poder tremendo de su imperio. Miran a los jefes tribales de Afganistán y Yemen como un rinoceronte mira a las hormigas que corretean entre sus pies. Al caminar, el rinoceronte las pisotea inadvertidamente. Pero las hormigas sobreviven.

Básicamente, el Americano Impasible se asemeja al Mefistófeles del Fausto de Goethe, que se autodefine como la fuerza que "siempre desea el mal y siempre crea el bien". Solo que al revés.

Fuente: http://www.counterpunch.org/avnery01122010.html

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¿Por qué ha sobrevivido la república islámica de Irán?


14-01-2010
Ervand Abrahamian
merip.org

La defunción de la República Islámica de Irán fue pronosticada incluso antes de su nacimiento. Durante los agitados meses de 1979, antes de que se declarara oficialmente la República Islámica, muchos iraníes y extranjeros –tanto académicos como periodistas, participantes como observadores, conservadores como revolucionarios– pronosticaron con convicción su inminente desaparición. Considerando cada protesta callejera, cada huelga y cada conflicto provincial como un presagio de su inevitable caída, daban al nuevo régimen unos pocos meses de vida o, en el mejor de los casos, unos pocos años.

Tales predicciones eran comprensibles. Después de todo, Irán –por no decir la historia del mundo– ha producido pocas teocracias completamente maduras. Regímenes que a menudo pasaban por ser teocracias, después de un examen más detallado han resultado no serlo. La Inglaterra de Cromwell estaba controlada por los generales y la aristocracia terrateniente. Eran los príncipes, y no los predicadores, quienes gobernaban los estados luteranos. Incluso la Ginebra de Calvino, uno de los primeros estados totalitarios, estaba administrada por juristas laicos, en lugar de seminaristas. [3] Además, pocos en 1979 podían contemplar la posibilidad de que clérigos formados en el seminario pudieran administrar un país que había experimentado medio siglo de moderno desarrollo y que era el hogar de cientos de miles de ingenieros, doctores, científicos, funcionarios, profesores y trabajadores de la industria. ¿Cómo podrían los mullahs, imbuidos por los escritos esotéricos medievales, ocuparse de los formidables problemas del siglo XX? No hacía falta ser trotskista en 1979 para pensar que la caída del Shah prepararía el terreno, de manera rápida e inevitable, para una más profunda “revolución permanente”. [4]

A pesar de los pronósticos, la República Islámica no sólo ha sobrevivido tres décadas completas, sino que en los últimos años ha sido presentada como la mayor potencia de Oriente Medio que amenaza tanto a sus vecinos como a la única superpotencia mundial. En los Estados Unidos a menudo es descrita como una mezcla entre el Imperio Sasánida y el Tercer Reich, entre el antiguo califato y la Unión Soviética. Dejando de lado las razones geopolíticas por las cuales se ha engordado la imagen de un Estado del Tercer Mundo con un ejército de cuarta categoría, la pregunta que merece la pena plantear es: ¿Cuáles son las razones por las que la República Islámica ha sobrevivido durante treinta años?

Cuatro respuestas acuden fácilmente a nuestra mente. Ninguna, sin embargo, resiste un examen detallado. La primera es que el régimen clerical ha desencadenado el reino del terror. Es cierto que la República Islámica a veces ha empleado la violencia: en 1979, inmediatamente después de la revolución, cuando ejecutó a 757 personas, muchas de ellas miembros del régimen del Shah; entre 1981 y 1985, cuando aplastó una sublevación de los Muyahidin Jalk, ejecutando a 12.500; y en 1988, inmediatamente después de la guerra de ocho años contra Irak, cuando ahorcó a 2.000 prisioneros, muchos de ellos, una vez más, Muyahidin Jalk (grupo terrorista financiado por Israel y el Congreso de EEUU) .

Pero este baño de sangre, absurdo como es, palidece en comparación con la violencia que acompañó a otras grandes revoluciones, en especial las de Inglaterra, Francia, México, Rusia y China. También palidece si lo comparamos con las carnicerías de las contrarrevoluciones de derechas en Indonesia, América Central e incluso Francia, en 1848 y 1870. Además, la violencia también se cobró sus víctimas dentro del régimen, incluyendo a un presidente, un primer ministro y el ayatolá Mohammad Beheshti, líder en la sombra dentro del clero, así como varios miembros del gabinete ministerial, diputados del parlamento, jueces, personas encargadas de dirigir la oración del viernes y miembros de los Guardianes de la Revolución Islámica. En general, la violencia, más que fortalecer a la República Islámica, la ha debilitado.

La segunda razón que a menudo se invoca para explicar la supervivencia de la República Islámica es la guerra entre Irán e Iraq (1980-1988). Es cierto que la invasión inicial de los iraquíes reunió a la nación en torno al gobierno. Pero la reanudación de los combates a lo largo de la frontera iraquí en mayo de 1983, bajo el eslogan de “guerra, guerra hasta la victoria” y “el camino a Jerusalén pasa por Bagdad” perjudicó mucho a la República Islámica. La mayoría de los daños sufridos por Irán en términos de vidas humanas, destrucción de las ciudades y pérdidas financieras proviene de estos últimos cinco años de contienda, tras los cuales el ayatolá Ruhollah Jomeini tuvo que aceptar en 1988 las condiciones que ya le habían sido ofrecidas en mayo de 1983. El régimen llamó a la contienda “la Guerra Impuesta”, pero ésta le fue impuesta a Irán de muy diversas maneras.

La tercera explicación que habitualmente se cita son los ingresos por el petróleo. Es cierto que el dinero del petróleo lubrica la maquinaria del gobierno en Irán, al igual que en los “estados rentistas” vecinos. Pero las rentas del petróleo no son ni una maldición ni una tabla de salvación que asegure el ascenso o la caída de absolutamente todos los regímenes. Después de todo, el petróleo no garantizó la supervivencia del Shah. Además, la República Islámica ha sufrido desde 1979 las fluctuaciones tremendamente imprevisibles en el precio internacional del petróleo. Después de alcanzar los 39 dólares por barril en 1981, el precio del petróleo alcanzó un nuevo mínimo de 9 dólares en 1986, rondó los 20 dólares a finales de los ochenta, subió a 32 dólares en 1991 y bajó de nuevo hasta los 10 dólares en 1999. Los precios del petróleo no volvieron a recuperarse hasta la invasión norteamericana de Iraq en 2003. Los últimos treinta años han sido testigos tanto de periodos de escasez como de abundancia.

El shi‘ísmo es la cuarta razón que se aduce para explicar la revolución islámica y la supervivencia de la República Islámica. Es cierto que no se pueden analizar las manifestaciones masivas de 1978 sin tener en cuenta el factor religioso. Así lo demuestra el poderoso eslogan “todos los lugares son Karbala’, todos los meses son muharran, todos los días son Ashura ”. [5] Pero si el shi‘ísmo es la verdadera clave, entonces nos enfrentamos a la pregunta de por qué en Irán, que ha sido mayoritariamente shi‘í desde 1500, no se ha producido una revolución islámica hasta 1979. Durante la mayor parte de estos 470 años, el shi‘ísmo ha sido considerado, en el mejor de los casos, apolítico y quietista, y en el peor, conservador y reaccionario. Ningún historiador puede creerse la explicación oficial de que el imperialismo, la monarquía y el sionismo tergiversaron el shi‘ísmo durante siglos, y que el mundo tuvo que esperar la llegada de Jomeini para desvelar la verdadera naturaleza revolucionaria del Islam. La idea de que la república ha sobrevivido porque es islámica es una tautología.



Si estas explicaciones convencionales no bastan, ¿cómo explicarlo, entonces? La respuesta no se encuentra en la religión, sino en el populismo económico y social. Desde comienzo de los años setenta, Irán produjo una generación de intelectuales radicales que no sólo eran revolucionarios en su política –deseaban reemplazar la monarquía por una república– sino también en sus planteamientos económicos y sociales. Deseaban transformar tanto la raíz como las ramificaciones del sistema de clases. El pionero fue un joven intelectual llamado Ali Shariati, quien no vivió lo suficiente para ver la revolución, pero cuyas enseñanzas alimentaron el movimiento revolucionario. Inspirado por los argelinos, el Che Guevara y Ho Chi Minh, Shariati dedicó su corta vida a reinterpretar el shi‘ísmo como una ideología revolucionaria y a sintetizarlo con el marxismo. Produjo lo que podría llamarse una versión shi‘í de la teología católica de la liberación. Sus enseñanzas no sólo tocaron la fibra sensible de los estudiantes de instituto y los universitarios, sino también la de los seminaristas más jóvenes. Estos teólogos en ciernes podían aceptar fácilmente las enseñanzas de Shariati, excepto su ocasional anticlericalismo. Un estudiante de teología llegó a describir al Imam Husain como un antiguo Che Guevara y a Karbala’ como Sierra Maestra. La mayoría de quienes organizaron las manifestaciones y los enfrentamientos en las calles y los bazares durante los turbulentos meses de 1978 eran estudiantes de instituto y universitarios inspirados en su mayoría por Shariati. Sus frases de moda –que tenían más en común con el populismo del Tercer Mundo que con el shi‘ísmo tradicional– formaron parte, a veces a través de Jomeini, de los eslóganes y las pancartas exhibidos a lo largo de toda la revolución. Algunos de los más típicos fueron:

¡Nuestro enemigo es el imperialismo, el capitalismo y el feudalismo! ¡El Islam pertenece a los oprimidos, no a los opresores! ¡Oprimidos del mundo, unios! ¡El Islam no es el opio del pueblo! ¡El Islam lucha por la igualdad y la justicia social! ¡El Islam representa a los proletarios, no a quienes viven en palacios! ¡El Islam eliminará las diferencias de clase! ¡El Islam proviene de las masas, no de los ricos! ¡El Islam mejorará la situación de los desposeídos! ¡Luchamos por el Islam, no por el capitalismo ni el feudalismo! ¡El Islam liberará al hambriento de las garras de los ricos! ¡El pobre luchó con el Profeta, el rico luchó contra él! ¡El pobre muere por la revolución, el rico conspira contra ella! ¡Independencia, libertad, república islámica! ¡Libertad, igualdad, república islámica!
Este populismo no sólo ayuda a explicar el éxito de la revolución, sino también la longevidad de la República Islámica. La Constitución de la República, con 175 cláusulas, transformó estas aspiraciones generales en promesas específicas que quedaron registradas por escrito. Prometió eliminar la pobreza, el analfabetismo, la infravivienda y el desempleo. También se comprometió a ofrecer a la población educación gratuita, acceso a la atención médica, viviendas decentes, pensiones de jubilación y de invalidez, y seguro por desempleo. La constitución declara que “el gobierno tiene la obligación legal de proporcionar los servicios mencionados a todos los individuos del país.” En resumen, la República Islámica prometió crear un Estado del bienestar en toda la extensión de la palabra, en el sentido europeo del término, no en el sentido despectivo empleado por los americanos.

En las tres décadas transcurridas desde la revolución, la República Islámica –a pesar de su pobre imagen en el exterior– ha dado importantes pasos para cumplir estas promesas, y lo ha hecho dando prioridad a los gastos sociales frente a los militares, de modo que ha ampliado de manera espectacular los ministerios de Educación, Sanidad, Agricultura, Trabajo, Vivienda, Sanidad y Seguridad Social. Los gastos militares consumían al menos el 18% del producto interior bruto en los últimos años del Shah, y ahora se han reducido al 4%. El Ministerio de Industria también ha crecido debido en gran medida a que, entre 1979 y 1980, el Estado se apropió de muchas grandes empresas cuyos propietarios habían huido del país. La alternativa habría sido clausurarlas y provocar un desempleo masivo. Puesto que la mayor parte de estas empresas había funcionado únicamente debido a las subvenciones del antiguo régimen, el nuevo régimen no tuvo más remedio que seguir subvencionándolas.

Después de tres décadas, el régimen está cerca de eliminar el analfabetismo entre las generaciones posteriores a la revolución, reduciendo el porcentaje total del 53 al 15%. [6] El porcentaje entre las mujeres ha disminuido del 65 al 20%. El Estado ha incrementado el número de estudiantes de primaria de 4.768.000 a 5.700.000; los de secundaria, de 2,1 millones a más de 7,6 millones; los de escuelas técnicas, de 201.000 a 509.000 y los universitarios, de 154.000 a más de 1,5 millones. El porcentaje de mujeres dentro de la población universitaria ha subido del 30 al 62%. Gracias a los centros médicos, la expectativa de vida al nacer ha aumentado de 56 a 70 años, y la mortalidad infantil ha descendido del 10,4 al 2,5%. También gracias a los centros médicos, la tasa de natalidad [7] ha caído desde 32, su punto más alto, a 21, y la tasa de fertilidad –el promedio de hijos de una mujer a lo largo de su vida– de 7 a 3. Se estima que éste caerá hasta los dos hijos por mujer en 2012; en otras palabras, en un futuro cercano, Irán estará cerca de alcanzar un crecimiento cero de población.

La República Islámica de Irán ha disminuido el abismo entre la vida urbana y la rural, en parte subiendo los precios de los productos agrícolas –si los comparamos con otros artículos de consumo– y en parte introduciendo escuelas, centros médicos, carreteras, electricidad y agua corriente en el campo. Por primera vez en la historia, los aldeanos pueden permitirse los bienes de consumo, incluyendo motocicletas y furgonetas. De acuerdo a un economista que, en general, es crítico con el régimen, el 80% de las familias rurales dispone de frigorífico, el 77% de televisor y el 76% de cocina de gas. [8] Unas 220.000 familias campesinas han recibido además 850.000 hectáreas de tierra confiscada a la antigua élite. Estas familias, junto a unas 660.000 más que habían obtenido tierra durante la primera Revolución Blanca [9] , forman una importante clase campesina que no sólo se ha beneficiado de estos nuevos servicios sociales, sino también de las cooperativas subvencionadas por el Estado y de las barreras arancelarias proteccionistas. Esta clase campesina proporciona al régimen una base social rural.

El régimen también ha abordado los problemas de la pobreza en las ciudades. Ha sustituido las chabolas por viviendas de renta baja, ha arreglado los peores barrios y ha llevado la electricidad, el agua y el alcantarillado a los barrios de la clase trabajadora. Según admitió una periodista muy crítica hacia la política económica del régimen, “Irán se ha convertido en un país moderno con pocos signos visibles de miseria.” [10] Además, ha complementado los ingresos de las clases bajas –tanto rurales como urbanas– con generosos subsidios en forma de alimentos, combustible, gas, electricidad, medicina y transportes públicos. El régimen puede que no haya erradicado la pobreza ni reducido significativamente la brecha entre ricos y pobres, pero ha proporcionado a las clases bajas un sistema de ayudas. En palabras del economista independiente antes citado, “la pobreza ha disminuido hasta un nivel envidiable para tratarse de un país en desarrollo con ingresos medios.” [11]



Además de ampliar sustancialmente los principales ministerios, la República Islámica también ha fundado numerosas instituciones semi-independientes, como la Fundación de Ayuda a los Desheredados (Mostazafin), la Fundación de Ayuda a los Mártires, la Fundación para la Construcción de Viviendas, la Fundación Alavi o la Fundación del Imam Jomeini. Encabezadas por clérigos u otras personas nombradas por el Líder Supremo y leales a éste, estas fundaciones llegan a representar en su conjunto el 15% de la economía del país y manejan un presupuesto que asciende a la mitad del del gobierno central. Muchos de sus activos son negocios confiscados a la antigua élite. La mayor fundación, la de los Mostazafin, administra 140 fábricas, 120 explotaciones mineras, 470 industrias agropecuarias, 100 empresas de construcción e innumerables cooperativas rurales. También posee dos de los principales periódicos del país, Ettelaat y Keyhan. Según The Guardian , en 1993 la fundación empleaba a 65.000 personas y tenía un presupuesto anual cercano a los diez mil millones de dólares. [12] En la práctica, algunas de estas fundaciones también presionan para proteger el sistema universitario de cuotas para los veteranos de guerra y juntas ofrecen miles de millones en forma de salarios y subsidios que incluyen pensiones, viviendas y seguros médicos. En otras palabras, son pequeños estados del bienestar dentro de un Estado del bienestar mayor. El importante papel que juega el Estado del bienestar convierte estos gastos en el tercer eje de la política iraní. Pocos políticos iraníes –ya sean conservadores o liberales, reformistas o fundamentalistas, radicales o moderados, favorables a la patronal o al obrero– son lo bastante temerarios como para seguir dentro y fuera del país los consejos de los economistas de la Escuela de Chicago, quienes denuncian los “riesgos morales” de la intervención estatal, y sin embargo se muestran entusiasmados con las “virtudes” del libre mercado, la privatización, la ausencia de intervención estatal, la competencia entre empresas, el rendimiento, el espíritu empresarial, la globalización y la entrada en la Organización Mundial del Comercio. De hecho, la mayoría de los políticos posteriores a la revolución ha suscrito en mayor o menor grado el populismo económico. Algunos, como los antiguos presidentes Ali Akbar Hashemi-Rafsanyani y Mohammad Jatami, eran discretos populistas que se avergonzaban de manipular los programas sociales. Otros, como Mahmud Ahmadineyad, son populistas empedernidos que prometen “llevar el dinero del petróleo hasta la mesa del comedor de la gente” mediante una mayor expansión de los programas sociales. No sería realista contemplar recortes drásticos en el sistema de ayudas, aunque hay límites para el populismo: por ejemplo, Ahamdineyad estableció un tope para las subvenciones a la gasolina.

Las próximas décadas pondrán a prueba la habilidad del régimen para compaginar las exigentes demandas de estos programas populistas con las de una clase media educada, en especial la multitud cada vez mayor de graduados universitarios que, irónicamente, son el producto de uno de los principales éxitos de la revolución. Este nuevo colectivo no sólo necesita trabajo y un nivel de vida decente, sino también mayor movilidad social, acceso al mundo exterior –con todos los peligros que ello conlleva, en especial para las bien protegidas industrias nacionales– y, asimismo, la creación de una sociedad civil viable. El régimen podría atender estas formidables demandas si encuentra nuevas fuentes de ingresos derivadas del gas y el petróleo, aunque para hacer eso necesitará mejorar mucho sus relaciones con Washington, con el fin de que las sanciones económicas puedan ser levantadas. Si no se levantan estas sanciones, Irán no podrá acceder a la tecnología y el capital necesarios para explotar sus grandes reservas de gas, y si no se obtienen nuevos ingresos, la política de clases amenaza con surgir de nuevo. Durante 30 años, el populismo ha conseguido rebajar el filo cortante de la política de clases. Puede que no sea así en el futuro.



BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
- VV.AA, Revista Hesperia nº 5. Especial Irán , Fund. J.L. Pardo / Tres Culturas, Madrid, 2005. - Keddie, Nikki R., El Irán moderno , Belacqva, Barcelona, 2007. - Khosrokhavar, Farhad / Roy, Oliver, Irán, de la revolución a la reforma , Bellaterra, Barcelona, 2000. - Tréan, Claire, Irán. Entre la amenaza nuclear y el sueño occidental , Península, Barcelona, 2006. - Merinero Martín, Mª Jesús, Irán: Hacia un desorden prometedor , La Catarata, Madrid, 2001. - Merinero Martín, Mª Jesús, La República islámica de Irán , La Catarata, Madrid, 2004. - VV.AA, La situación de seguridad en Irán , Ministerio de Defensa, Madrid, 2007. - Abdelkhah, Fariba, La revolución bajo el velo. Mujer iraní y régimen islamista , Bellaterra, Barcelona, 1996. - Amrei Rahaman, “ Irán: luces y sombras de una revolución ”, en revista Alif Nûn nº 32, noviembre de 2005. - Roberto Marín Guzmán, “ El derrumbe del viejo orden en Irán ”, en revista Alif Nûn nº 46, febrero de 2007.






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NOTAS.-

[1] Traducción y adaptación del artículo aparecido en: http://www.merip.org/mer/mer250/abrahamian.html

[2] Ervand Abrahamian es iraní de origen armenio. Ha estudiado Historia en la Universidad de Oxford (Reino Unido ) y en la de Columbia (EE.UU). Ha sido profesor de Historia, entre otras, en la universidades de Princeton, Nueva York y Oxford y en el Baruch College de Nueva York, y es autor de varios títulos como Iran Between Two Revolutions, The Iranian Mojahedin, Khomeinism, Tortured Confessions, Inventing the Axis of Evil o A History of Modern Iran. (Nota de la Redacción).

[3] En el caso de la Ginebra de Calvino, no obstante, un consistorio de ancianos y de pastores dotado de amplios poderes vigilaba y reprimía ciertas conductas: fueron prohibidos y perseguidos el adulterio, la fornicación, el juego, la bebida, el baile y las canciones consideradas obscenas, y se hizo obligatoria la asistencia regular a los servicios religiosos. Todas estas prescripciones, salvo la obligación de acudir a los oficios religiosos, coinciden de manera sorprendente con el caso de la República Islámica de Irán. (Nota de la Redacción).

[4] La revolución permanente es el título de una obra de León Trotsky. (Nota de la Redacción).

[5] El imam Husein, nieto del Profeta Muhammad y tercero de los doce imames según la perspectiva del Islam shi‘í, murió asesinado junto a toda su familia en la ciudad de Karbala’ (Iraq) el 10 de muharram de 60 d.H (10 de octubre de 680 d.C.) a manos del Yazid, el gobernador Omeya de la región. Desde entonces, los musulmanes shi‘íes celebran este acontecimiento conmemorando su martirio durante la festividad de Ashura. (Nota de la Redacción).

[6] La mayoría de estas estadísticas han sido tomadas de informes del gobierno. Para un resumen actualizado de estos informes, véase Middle East Institute, The Iranian Revolution at 30, Washington D.C., 2009.

[7] La tasa de natalidad indica el número de nacimientos de una población por cada mil habitantes a lo largo de un año. (Nota de la Redacción).

[8] Djavad Salehi-Isfahani, “Poverty and Inequality Since the Revolution,” The Iranian Revolution at 30 , Middle East Institute, Washington D.C., 2009, p. 107.

[9] Bajo influencia norteamericana, el Shah Reza Pahlevi inició en 1962 la llamada “Revolución Blanca”, durante la cual se promulgó una ley de reforma agraria y se concedió el derecho al voto de la mujer, con la oposición de los sectores más conservadores del clero y de la sociedad civil. La tierra se repartió entre los campesinos que, a cambio, debían solicitar los préstamos a los bancos de la familia real, y ésta se reservaba para sí una parte de las tierras no entregadas a los campesinos. (Nota de la Redacción). [10] Laura Secor, “The Rationalist,” New Yorker, 2 de febrero de 2009

[11] Salehi-Isfahani, p. 105.

[12] The Guardian , 9 de julio de 1993.

Fuente: http://www.merip.org/mer/mer250/abrahamian.html

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Estados Unidos: Cuna del horror y del terror


13 de enero de 2010

Néstor Núñez (AIN, especial para ARGENPRESS.info)
El término terrorismo se define como el uso de la violencia y el crimen para intentar imponer a otros la voluntad ajena.

Objetivamente, en eso de maltratar y hasta eliminar a ajenos para obligarles a discurrir por caminos trazados por extraños, los Estados Unidos ocupa los primeros planos globales.

El asunto es que actuar mediante el empleo del terror parecería elemento intrínseco en la historia de aquella sociedad.

A disparo limpio y sin miramientos, expandieron sus fronteras al oeste. Los cadáveres de los naturales, considerados seres inferiores por los colonos y las máximas autoridades, tapizaron la marcha hasta las costas del Pacífico.


A base de terror se esclavizó la mano de obra negra, y a fuego y soga al cuello se impuso luego la segregación a sus descendientes.


Esa sociedad de violencia no ha vacilado en reiterados magnicidios a lo largo de su devenir: en su seno se reproducen matanzas, asesinatos y atentados de todo corte y signo, en el empeño de unos por imponerse a los otros.


El culto a la violencia emula con la adoración al dinero y al poder. Lógicamente, la “tradición” terminaría también por hacerse política externa, y son numerosos los países y pueblos que a lo largo de siglos han sido víctimas del más horripilante ultraje norteamericano.


Invasiones militares, actos hostiles, sabotajes, adiestramiento y atizamiento de grupos extremistas, alianzas y apoyo a regímenes violentos, guerras indiscriminadas, asesinatos de figuras “indeseables”, torturas, son algunas de las prácticas de Washington en sus afanes de permanente hegemonismo internacional.


Los “grandes terroristas” contra los que hoy la Casa Blanca moviliza más y más tropas en Asia Central, por ejemplo, son precisamente cuervos de aquellas camadas, pagadas y adiestradas por EE.UU., para imponer sus intereses en naciones como Afganistán, cuando sus máximas autoridades defendían otros signos políticos ajenos a los designios norteamericanos.


Por demás, los círculos estadounidenses de poder y el sistema imperial no solo producen terrorismo y terroristas, sino que devienen albergue preferido y plácido de los criminales nacidos en otras tierras que han servido fielmente a sus soberbios patrones. ¿Ejemplo? Luís Posada Carriles y Orlando Bosch, entre otros muchos.


La conclusión es entonces simple y aplastante. Si de listas de naciones terroristas se trata, a los Estados Unidos le corresponde, con sobrada ventaja, el número uno en la negra boleta.

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Vargas Llosa: la conjura de un provocador


13 de enero de 2010
Carlos Angulo Rivas

Una vez más Mario Vargas Llosa retorna a la política militante encrespada y lo hace en respaldo a los rebrotes políticos del sanguinario dictador Augusto Pinochet. El escritor dedicado a la novelística frívola en sus últimos treinta años (Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor, Elogio de la Madrastra, Los cuadernos de don Rigoberto, El paraíso en la otra esquina, Travesuras de la niña mala, etc.) en Santiago de Chile se ha volcado a brindar un desaforado apoyo a Sebastián Piñera, candidato de la ultraderecha recalcitrante, empresario enriquecido (uno de los más acaudalados de su país) durante los 17 años de la dictadura militar.

Es decir, Vargas Llosa apoya a un magnate que mientras el pueblo chileno sufría la violencia armada, la represión, la tortura y las caravanas de la muerte, él, Piñera como empresario, se dedicaba a crear una enorme fortuna de la mano de la junta militar gobernante.
Una vez más con la magia de las palabras Mario Vargas Llosa desea cambiar la realidad, esta vez, con la pretensión de engatusar al pueblo chileno. En la misión encargada por las entidades republicanas de Washington, este escritor, sustantivamente financiado por ellas, considera a Piñera, según su propio mensaje "un buen representante de la centroderecha liberal" y agrega "que tras 20 años en el poder la coalición oficialista, o sea el gobierno actual ha perdido "dinamismo y energía." Y refuerza su tesis diciendo "Piñera representa una centroderecha moderna, liberal, idealista, que consolidará la democracia y va a dar un impulso al desarrollo de Chile." Nunca mejor elaborada esta patraña de dimensiones inalcanzables. ¿De cuando acá en la historia, al lado de los empresarios fascistas la democracia se puede consolidar a favor de los pueblos? La señora Michelle Bachelet, actual presidenta de Chile, acaba de alcanzar un nuevo record de aprobación a su gestión, de 81% estando de salida, subiendo 4 puntos respecto al sondeo realizado en noviembre 2009 y el gobierno de la concertación como tal, con la misma encuesta de Adimark, obtiene 65% de apoyo. ¿Dónde está el agotamiento de la concertación o la pérdida de dinamismo y energía que señala el autor de las frivolidades de la madrastra y la niña mala? Sin ser la concertación la mejor opción para el pueblo chileno, es evidente que ese país ha avanzado hacia una democracia representativa neoliberal prudente y medida, en la cual está ausente la participación masiva de los ciudadanos, sin embargo, la regresión que significaría Sebastián Piñera como jefe de estado pondría a Chile en peores situaciones, en la dinámica del "capitalismo salvaje" hoy en retroceso luego de la crisis económica mundial.
Una vez más Mario Vargas Llosa, con muchos recursos a su disposición, nos trae el montaje de asegurar en Chile una posible victoria de las corrientes corruptas del neoliberalismo extremista que aún habitan en América Latina, principalmente, en Colombia, Perú y México, donde el pueblo y los trabajadores son sometidos a las más violentas y duras condiciones de supervivencia. No nos dejemos engañar por los cantos de sirena de una agente provocador, papel desempeñado, últimamente en Caracas, por este trivial y ligero escritor convertido en líder de una entente contrarrevolucionaria fascista. En el fondo, luego del golpe militar en Honduras y las ilegales y fraudulentas elecciones en ese país, dirigidas por el dictador golpista Roberto Micheletti, con el apoyo de Norteamérica, Colombia, Perú y Panamá, se trata de abrir un frente desestabilizador de la revolución social o de los intentos de renovación de la política hemisférica que habitan en Bolivia, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Brasil, Argentina, Paraguay, Nicaragua, y por supuesto, en Cuba. Se trata, pues, de quebrar la todavía neutralidad de Chile respecto a estos procesos equidistantes de la acostumbrada hegemonía político-económica de la Casa Blanca.
Una vez más Mario Vargas Llosa abandona su dedicación a la escritura pastoril y bucólica de sus últimas novelas, para dedicarse a la actividad principal de la propaganda y provocación política contra toda revolución social. Este conocido provocador de ultraderecha, líder del lobby anticubano de la gusanería de Miami, cuya dedicación por beneficios personales se junta a la de José María Aznar de España, pretende revertir el curso progresista asumido en América Latina y el Caribe. Aprovecha en este propósito el resultado de la primera vuelta electoral en Chile, donde Piñera alcanzó de 44% frente a 30% del candidato oficialista, el ex presidente Eduardo Frei, un pésimo candidato de la concertación es cierto que, empero, frente a la realidad concreta del advenimiento del fascismo es el menos malo para la ciudadanía, pues en una situación de grave crisis económica mundial, quienes preconizan la desregulación, el debilitamiento del Estado a favor del libre mercado sin cortapisas, como lo hacen Piñera y sus acólitos, socavan el derecho de los trabajadores y crean el desempleo masivo. Piñera estará siempre a favor de la especulación de los más ricos como él, a quienes interesa poco o nada la pobreza extrema de los pueblos. Felizmente, no todo está dictado a favor de la regresión político-social que representa la candidatura fascista de Piñera, el pueblo chileno reflexiona respecto a los resultados de la primera vuelta y todavía existe un colchón sólido de electores que si bien no votaron por Eduardo Frei, sí lo harían ahora bajo circunstancias distintas.
Tanto los candidatos Marco Enriquez como Jorge Arrarte, tercero y cuarto en la contienda, se dan cuenta de lo que está en juego en Chile a pesar que ninguno de los dos, durante sus respectivas campañas, pusieron como crucial el tema del proyecto económico neoliberal actual bajo control mayoritario de las empresas transnacionales, invariable desde la época de Augusto Pinochet. Ambos se dan cuenta de la regresión o marcha atrás que significaría la elección de Piñera en cuanto a la afectación del sistema laboral que pasaría a ser controlado de forma absoluta por las empresas, los bancos y el sistema financiero, especialmente del medio agrario y campesino totalmente en abandono. Y si bien el crecimiento de la economía con los gobiernos de la concertación ha sido a costo de los salarios bajos, los recursos naturales y la entrega de los sectores productivos y de servicios a la multinacionales, con los herederos de Pinochet en el gobierno y los medios de comunicación a masiva en su apoyo, el control de la sociedad chilena, la explotación descarnada de los trabajadores y la exclusión, se impondrían sin escrúpulos de ninguna clase. Se pasaría de la moderación neoliberal (concertación) al extremismo privatizador, pro patronal, a manos de la oligarquía. Aquí no tienen lugar las equivocaciones, tampoco las apuestas al vacío, así Vargas Llosa diga que el virtual triunfo de Piñera "va a ser un hito en América Latina." El pueblo chileno de tan gloriosa resistencia a los designios de la dictadura sangrienta de Augusto Pinochet, sabrá hacer la distinción a la que está obligado para salud de la patria. Sabrá distinguir entre el avance democrático paulatino y el retroceso a la caverna en materia de educación, salud, beneficios sociales, participación ciudadana, trabajo digno, pequeña y mediana empresa, libertad de expresión, derechos de los pueblos originarios y derechos humanos. Más allá de las diferencias en el campo de la concertación y la izquierda chilena, se impone un ALTO a la alianza internacional de la derecha cavernaria, cuyo máximo canciller y embajador plenipotenciario es, que duda cabe, Mario Vargas Llosa, quien no ha tenido vergüenza de señalar, además, su irrestricto apoyo a Alan García Pérez, a uno de los políticos más corruptos e inmorales de la historia peruana, protagonista del etnocidio de los nativos de la amazonía en Bagua y de los genocidios en las comunidades campesinas y las cárceles de Lima durante su primer gobierno. Todo ello dice bastante respecto a la catadura moral de este escritor peruano venido a menos como adalid político.

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Alemania: La economía alemana se hunde un 5 por ciento en 2009, su mayor caída desde Segunda Guerra Mundial


13 de enero de 2010

Según datos publicados el miércoles por la Oficina Federal de Estadísticas (Destatis).

El producto bruto interior ajustado a los precios (PBI) cayó por primera vez en seis años, después de crecer un 1,3 por ciento en 2008 y un 2,5 por ciento en 2007, afirmó Destatis en su informe preliminar

En la mayor economía de Europa, tanto el comercio exterior como la creación de capital se hundieron con fuerza en 2009. Las exportaciones retrocedieron un 14,7 por ciento, mientras que las importaciones cayeron un 8,9 por ciento, según Destatis.

Destatis también informó de que el déficit público de Alemania se situó en cerca del 3,2 por ciento del PBI en 2009, con los préstamos netos ascendiendo hasta los 77.200 millones de euros (111.800 millones de dólares) en 2009.

El gobierno alemán ha invertido 85.000 millones de euros (123.000 millones de dólares) en dos paquetes de estímulos desde que comenzó la crisis económica mundial, y también ha aprobado un paquete de estímulos fiscales por valor de 21.000 millones de euros (30.000 millones de dólares) en 2010, incluido un programa de reducción de impuestos a familias por valor de 18.000 millones de euros (26.000 millones de dólares).

La Federación de Comercio Mayorista y Exterior de Alemania (BGA) predice que la tasa de crecimiento del país llegará al 2,5 o el 3 por ciento en 2010 gracias a los programas de estímulos del gobierno.

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Haití: Los muertes por el sismo pueden exceder los 100 mil y calculan 3 millones de afectados


13 de enero de 2010

Las víctimas mortales del sismo en Haití pueden exceder 100 mil, declaró hoy el primer ministro de Haití, Jean-Max Bellerive, al canal de televisión estadounidense CNN.

Dos sacudidas, de 7,0 y 5,9 grados, se produjeron este martes cerca de la costa de Haití. Fueron paralizadas las comunicaciones, cesó el suministro de energía eléctricas, quedaron en ruinas muchos edificios, incluido el palacio presidencial y la sede de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU. Llega información sobre numerosas víctimas. El presidente de Haití, Rene Preval, a su vez calificó de catástrofe lo sucedido en el país. "En escuelas hay muchas víctimas. Los hospitales están repletos. Es una catástrofe", declaró Preval al periódico Miami Herald.

La Cruz Roja calcula hasta 3 millones de afectados


La federación internacional de la Cruz Roja estimó que hasta 3 millones de personas pueden haber sido afectadas por el terremoto que devastó a Haití.


Se trata de un cálculo de personas potencialmente afectadas, incluyendo no sólo a muertos y heridos sino también a quienes perdieron sus casas.


La Cruz Roja y otros grupos de ayuda están implicados en operaciones de salvataje.


Los voluntarios en Haití están asistiendo a los heridos y colaborando en los hospitales, que no tienen suficiente capacidad para atender esta emergencia, según indicaron.


Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, está muy poco preparado para afrontar una crisis de esta magnitud, indicó el vocero de la Cruz Roja, Paul Conneally.


Tras el sismo, encontrar y rescatar a sobrevivientes es la prioridad, así como montar hospitales de campo, establecer fuentes de agua potable, proceder a internaciones de emergencia, logística y telecomunicaciones.


Se necesita de todo (alimentos, agua potable, medicinas) pero la magnitud del desastre es tan amplia que requerirá una intervención de asistencia y reconstrucción de varios meses, explicaron especialistas.


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Las reservas de petróleo en Argentina


13 de enero de 2010
PETRONEWS

La única solución que permitirá asegurar una provisión económica de energía, y así posibilitar la puesta en marcha de nuestra economía, es la recuperación íntegra de los yacimientos y áreas petroleras para su explotación e industrialización, en beneficio de nuestra gente.

El Moreno de Neuquén señala la manipulación de los datos de las reservas petrolíferas que han aprovechado las empresas multinacionales. Argentina poco ha recibido del valor de todo el petróleo que descubriera YPF, y hoy se ve amenazada de convertirse en un país importador en un futuro cercano.

En el proceso de privatización del petróleo (1990-1993) el Estado vendió 250 millones de metros cúbicos de reservas "probadas" que pasaron a compañías privadas. Desde ese momento hasta hoy se produjeron más de 500 millones de metros cúbicos de petróleo crudo y queda hoy, en los yacimientos, una reserva "probada" de 450 millones de metros cúbicos, "oficialmente" certificados.


De manera que el total de petróleo, el extraído más las reservas remanentes, suman 950 millones de metros cúbicos, esto equivale a 700 millones de metros cúbicos más de los que vendió el Estado Argentino cuando se privatizó. El valor bruto de este "excedente" de petróleo equivale hoy, aproximadamente, al valor de nuestra fraguada deuda externa.


Aproximadamente el 95 % del total de estas reservas, los 950 millones, corresponden a los viejos yacimientos de la YPF estatal. No se han descubierto nuevos yacimientos de importancia después de la privatización del petróleo.


Visto en perspectiva histórica, a partir de la privatización estamos viviendo un período aproximado de unos 20 años en el que se consumirán las reservas que el estado tardó 80 años en descubrir.


Por lo tanto, en menos de 10 años pasaremos de ser exportadores de petróleo crudo a ser importadores. De hecho la importación de hidrocarburos ya comenzó, debido al chantaje ejercido por las empresas con la "crisis energética".


Las compañías petroleras privadas tuvieron una decisiva participación en el diseño e implementación de la política de privatización del petróleo en nuestro país y, como todas las empresas multinacionales, el objetivo aquí también es sacar el mayor provecho en el menor tiempo posible, para correr el riesgo mínimo. En algunos casos, cuando el premio es grande, las grandes compañías corren riesgos mayores e involucran los estados, como en el caso de Irak u otros países más ricos que Argentina en petróleo.


Argentina está entre los países del mundo que más bajos impuestos cobra a las petroleras por la explotación y venta de petróleo. Con las retenciones a la exportación de petróleo crudo que está aplicando el gobierno actual, se está atenuando, en alguna medida, el drenaje de petróleo crudo al exterior. Es un hecho previsible, y por supuesto lo era antes de privatizar, que las empresas privadas no van a reemplazar las reservas que explotan en Argentina, eso tiene un costo y esfuerzo que estas empresas no está dispuestas a hacer fuera de sus países de origen o colonias.


Las compañías multinacionales utilizan medios políticos para conseguir sus reservas: la privatización en nuestro país, la guerra en otros -como en Irak- o, como en el caso de Venezuela, que está siendo agredida por tener el control petrolero en manos del Estado. Las compañías terminarán de explotar en Argentina el petróleo y el gas que tomaron del Estado y seguirán con su negocio en otra parte.


La explotación de petróleo con fines de exportación del producto crudo no tiene una justificación económica para nuestro país y tampoco para nuestra población, como podemos ver en este período de "bonanza" petrolera. El beneficio para la comunidad es muy pobre, solo unos pocos se ven beneficiados, las consecuencias son muy graves y serán aún peores en un futuro próximo si no se revierte rápidamente ésta tendencia. El altísimo costo de los combustibles y la "crisis energética" son solo las primeras manifestaciones del poder de las compañías sobre nuestra economía.


La única solución que permitirá asegurar una provisión económica de energía, y así posibilitar la puesta en marcha de nuestra economía, es la recuperación íntegra de los yacimientos y áreas petroleras para su explotación e industrialización, en beneficio de nuestra gente. El excedente de este negocio tan rentable, permitirá invertir en la exploración para incorporar reservas de petróleo que sustituyan a las que se consumen y así mantener un crecimiento económico sostenido.


El intento del Gobierno Nacional para crear una Empresa Nacional de Energía no es suficiente por sí solo. El poder de estos grupos es tan grande que convivir con ellos significa perder, como ya hemos visto. Terminarían usando nuestra empresa Nacional para que haga las inversiones, como hicieron con YPF, y ellos se quedarían con los yacimientos y las ganancias.Hay una constante y sostenida caída en la producción de crudo durante los últimos 5 años. Que esta tendencia declinante de la producción se mantenga aún con el altísimo precio internacional del crudo, y a pesar de la eterna y permanente urgencia financiera que caracteriza a las compañías, sólo se explica porque ha comenzado la declinación de los viejos yacimientos de YPF.


En un sencillo trámite administrativo se quitaron 100 millones de m3 de las reservas probadas recuperables de YPF en los años 1990-91.Esto es, la YPF estatal había alcanzado un nivel de reservas de petróleo de 350 millones de m3 en 1970, que se mantuvo aproximadamente constante hasta 1990. Lo cual significa que se descubrió en ese lapso más o menos igual cantidad a lo que consumimos.Previo a la privatización, se contrataron "prestigiosas" certificadoras internacionales de reservas que las bajaron de los 350 millones a 250 millones de m3. (Ver gráfico)Apenas 5 años tardaron las empresas beneficiadas con la privatización para "recuperar" los 100 millones de m3, solo tuvieron que revalorizar los "viejos" yacimientos de YPF, ahora de su propiedad.


En 1995, oficialmente, el país ya tenía nuevamente los 350 millones de reservas que había logrado a partir de 1970, sin descubrir nuevos yacimientos. Luego siguió el blanqueo de reservas no declaradas y una mayor recuperación de petróleo en los viejos yacimientos de YPF, ayudado por una evolución tecnológica mundial en la industria.

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Carlos V


En verdad, cuando los reyes entran en un país , lo corrompen totalmente y arruinan a los poderosos de él . Eso es lo que hacen. Coran,27:34

(...) una deuda cada vez mayor, debida a préstamos otorgados al rey por banqueros genoveses y alemanes a través de las Cortes y el Consejo Real. Este endeudamiento, se sospechaba, era simulado; se pensaba que su cifra había sido pactada por ambos participantes: los banqueros genoveses, por un lado, y Carlos V, por el otro, y que juntos se repartían el dinero.

La plata debía emplearse para la compra de trigo; pero sólo una ínfima cantidad se había destinado para tal finalidad. De resultas de esa delictiva confabulación, el pueblo tenía que pagar enormes tributos por la totalidad del empréstito, y se veía cada vez con más deuda, crueles impuestos… y menos pan. El dinero en cuestión iba a parar a las faltriqueras reales y a las arcas de los banqueros. No hubiera convenido la devolución del capital, pues el verdadero negocio consistía en el acrecentamiento de la deuda; de tal modo los prestamistas cobraban intereses cada vez mayores de esas engañosas obligaciones; con el agravante de que, cada tanto, se otorgaba más plata para el trigo y para poder cumplir con el pago de los intereses, dinero este que se repartía de la misma forma, lo cual, al aumentar la deuda, incrementaba también estos porcentajes, y constituía así un círculo vicioso. Cabría agregar que cada nuevo empréstito era anunciado con bombos y platillos, como una feliz noticia para el pueblo, atribuida a la exitosa gestión del Consejo Real y a la generosa voluntad, desde luego, de los banqueros. De éstos habían participado: la banca Vivaldi de Génova y los Wesler de Alemania y los Fuggers; estos últimos ya le habían prestado a Carlos grandes sumas, para que triunfase en su elección imperial. Esta deuda externa se mantuvo durante todo el gobierno de Carlos V y, en el momento de la coronación de su hijo Felipe, alcanzaba los 60.000.000 de escudos.


El fragmento ha sido tomado de la pág. 5 de mi libro “El fulgor del alfabeto ibérico”; novela histórica, en la España de Carlos V.


Alejandro Sicardi es Médico - escritor

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Paraguay: Hambrismo siglo XXI


José Antonio Vera (especial para ARGENPRESS.info)

El Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), desde la madrugada de este martes 12, logró imponer un espectacular cobro de impuesto insurreccional, en tres importantes sitios del país, forzando la entrega gratuita de miles de kilos de carne entre una parte del millón y medio de hambrientos que existen, según fuentes del propio Gobierno.

Al EPP, nebulosa presencia en la política nacional desde hace un lustro, cuyos objetivos nunca han sido difundidos, pese a los beneficios de una intensa cobertura de prensa, se le adjudica varios secuestros de magnates rurales, pero ésta es la primera vez que incursiona en un operativo buscando la simpatía de la población.

La distribución de carne, interpretada como chantaje, resulta de una negociación del EPP con la familia Zavala, estancieros del norte del país, cuyo responsable del sector ganadero, de nombre Fidel, fue secuestrado hace tres meses.


Presunción general es que el acuerdo concluyó a espaldas del gabinete de Lugo y, en particular, contra la postura de su Ministro del Interior, el democristiano Rafael Filizzola, cuya fracasada política represiva se inspira en los métodos que aplica Uribe en Colombia.


El poderoso General Douglas Frases, Jefe del Comando Sur y Comandante de las siete bases estadounidenses apostadas Colombia, en su reciente visita a Paraguay, dijo que este secuestro es la ocasión para trabajar juntos “en la limpieza de terroristas”, ocurrencia que confirma la intención de aterrizar para quedar.


El resultado inmediato son los desalojos de humildes familias, algunos por deuda a usureros, quema de rancheríos, detenciones arbitrarias y la represión a cargo de policías y militares formados en la genocida escuela estronista.


Miembro del Plan Cóndor, desde fines de la década del 60 hasta mediados del 80, hace apenas un cuarto de siglo, el General Alfredo Strossner (1954/89), aplicó en Paraguay la Doctrina de la Seguridad Nacional, que ahora Estados Unidos llama de Seguridad Democrática, en lenguaje que pretende más aceptable para profundizar su perversidad.


La respuesta del Gobierno de Lugo a los reclamos populares, inimaginable un año y medio atrás cuando el exObispo encabezó la promesa de cambio, está apuntalada por el Fiscal General de la República, Candia Amarilla, quien sostiene que los insurrectos “son campesinos de día y guerrilleros de noche”.


Otros apoyos son ofrecidos por el grueso de la plana mayor de los dos partidos más viejos, el Colorado y el Liberal, derrotado el primero en las elecciones nacionales del 2008, después de 60 años de manejar el país como hacienda propia, mientras que el segundo, más vergonzante aún, es la principal fuerza electoral de la alianza gobernante.


El Vicepresidente Federico Franco, es uno de los personajes destacados de la derecha ultraliberal, quien no pierde oportunidad de ofrecerse a los sectores más retardatarios para reemplazar a Lugo, en un maridaje perverso con la cúspide de la Asociación Rural y la mayor parte del corporativismo empresarial.


La imposición del EPP, de entregar carne a una parte de los más marginados, fue aceptada por la familia Zavala, angustiada desde hace tres meses por el secuestro de Fidel, de 47 años, en un operativo algo misterioso, pues la víctima es conocida por una conducta de respeto y generosidad con su personal y el vecindario más empobrecido.


Esa actitud es de excepción entre los grandes propietarios rurales, para quienes la miseria no existe y es sólo un cuento de “los comunistas y chavistas”, contra quienes “hay que formar comandos para matarlos”, según propuso un latifundista de apellido Avilés, de nacionalidad chilena e ideología nazi, con buen eco entre sus pares de “riñón cubierto”.


Desde la medianoche, el barrio la Chacarita, pleno centro de la capital paraguaya, frente al suntuoso Palacio Legislativo, y uno de los sitios más míseros de Asunción, es escenario de la formación de una interminable fila de hambrientos.


Espectáculo similar, que muestra la televisión, se registra en dos sitios alejados, en el árido y canicular Chaco, donde campesinos e indígenas están recibiendo la carne de 30 animales cedidos por la familia del secuestrado. Los agradecimientos son innumerables y Dios se destaca.


Miles de rostros surcados por la miseria, cansados, desesperanzados, miradas tristes, llenas de resentimiento y de desconfianza, odio y miedo, hasta con muecas burlonas que salen de bocas destentadas, muestran los estragos del hambre, el alcohol y la drogadicción.


El secuestro del estanciero ha sensibilizado a la opinión pública, simpatizante con la familia Zavala que, en breves y muy discretas apariciones, se declara conciente de que una miseria inmensa gana espacio en todo el país.


Gran parte del empresariado nacional está movilizado y ha inundando las ciudades con pasacalles y grandes carteles fijados en los frentes de sus establecimientos y lujosos domicilios particulares, con las inscripciones “Todos somos Fidel” y “Liberen a Fidel”.


En medio de los tres meses de esta operación del EPP, han sido asesinados en Paraguay, por diversos motivos, más de cien personas, otras cien murieron en medio de las juergas de navidad y fin de año, otro tanto en accidentes de moto, y es incuantificable el número de vidas que se han perdido por la miseria extrema que sufre un tercio de los seis millones 300 mil paraguayos, con un millón emigrado.


El abogado Diego Zavala, hermano del secuestrado, principal portavoz de la familia y, presumiblemente el primer contacto, directo o indirecto, con los secuestradores, pide infructuosamente al Gobierno que retire las tropas policiales y militares desplegadas por los operativos Triángulo y Sombra, en la región nortina, donde operaría el EPP.


El Ministro Filizzola convocó a una conferencia de prensa que redujo a la simple emisión de un comunicado, retirándose con expresión de mucha preocupación y con una altanería que puede significar impotencia y fracaso.


Si el Gobierno aceptara replegarse, sería una derrota política a los ojos de la opinión pública, dando pie a una avalancha de acusaciones de debilidad por parte de una oposición hambrienta de argumentos, en particular la que duerme con el propio Lugo.


A la vez, ello representaría la primera victoria popular del EPP, hasta ahora un desconocido en el pensamiento general de la población.


El Gobierno, que no camina, que después de año y medio de asumir no anda, nadando en la improvisación, impotencia y corrupción, está paralizado y lo que tiene para apoyarse es el filo de una navaja, sobre el que pende la vida de un hombre decente.

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México 2009, retroceso en derechos humanos


por Centro Independiente de Noticias
[México / Revista Contralínea]
Clara Meyra / Lorena Peralta *

Durante 2008 se presentó una crisis de granos a nivel mundial y se agudizó la crisis ambiental provocada por el calentamiento global. El año 2009 siguió con una crisis económica mundial como efecto de un sistema económico y político cada vez más desigual y menos generador de desarrollo, es decir, una “gran crisis”. En México, el 51 por ciento de la población vive en pobreza, que se torna más dramática cuando unas cuantas familias concentran más del 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Durante el año que concluyó, la lucha en contra del crimen organizado se agudizó. Ante esto, Felipe Calderón, en su balance a tres años de gobierno, expresó: “Acabar con el crimen es una estrategia para fortalecer al Estado y liberar a la sociedad…” Pero ¿qué significa esto en medio de una “gran crisis”, para quienes vivimos en México y para nuestros derechos humanos?

En 2009, las llamadas “políticas de seguridad”, directamente vinculadas con la lucha contra el narcotráfico, se convirtieron en el centro de la justificación de una serie de acciones, determinadas por el actual gobierno como prioritarias para terminar con la delincuencia organizada y que involucran el despliegue de 45 mil efectivos del Ejército. Este tipo de medidas contravienen las leyes nacionales y los estándares internacionales. En México, el artículo 129 constitucional enuncia: “En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar”.

Al 8 de diciembre, la cifra superaba los 7 mil muertos tan sólo en 2009, y continuó creciendo. Chihuahua es el estado con mayor índice de muertes (2 mil 991), mientras que Yucatán ha mantenido un saldo blanco. ¿Qué significa esto para los derechos humanos? Significa que se ha limitado el término “seguridad” a una lucha indiscriminada por mostrar un poder que legitime el uso de la violencia de las fuerzas armadas. Claro ejemplo es que en dos años se triplicaron las denuncias por violaciones de derechos humanos cometidas por militares.

Lo anterior lleva a relacionar una política de seguridad tan limitada y poco fundada en la impartición de justicia, que en 2009 los abusos del Ejército se expresaron en acciones tan intransigentes y lamentables como las del pasado mes de noviembre, donde en Quechultenango, Guerrero, soldados del 21 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano golpearon a 26 jóvenes y niños que entrenaban en la cancha de fútbol. Uno de ellos tuvo que ser hospitalizado por la gravedad de los golpes.

Y se debe agregar que la Secretaría de Seguridad Pública Federal reconoce la existencia de 93 mil internos sin sentencia en 431 prisiones en todo el país, quienes tampoco pueden acceder a programas en materia de reinserción laboral. La cifra corresponde a personas aprehendidas solamente en el año que terminó. Esto tiene que ver con un modelo de justicia ineficaz que no genera readaptación, sino un mayor rencor e incredulidad hacia las instituciones. Más de la mitad de las personas internas es menor de 30 años, síntoma y efecto de la falta de empleos bien remunerados y educación. En el Distrito Federal y el Estado de México, las sentencias emitidas tienen que ver con robos menores de 1 mil 200 pesos. También se debe mencionar que el sistema de justicia penal reproduce otra inequidad: la que priva entre mujeres y hombres.

¿Qué significa “fortalecer al Estado” y “liberar a la sociedad”? Para septiembre de 2009, nueve periodistas estaban desaparecidos. En los 33 meses de gobierno de Felipe ocurrieron 30 homicidios; de 1983 a 2000 fueron asesinados 34 periodistas. Estamos hablando de datos alarmantes para el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, a la seguridad personal, a la libertad y a la propia vida.

Hablando desde el terreno económico, el capitalismo ha mostrado tener los modos y formas para adaptarse al contexto que se viva. Tal es el caso de la modificación en las relaciones sociales y la forma de acumulación del capital. Las actuaciones que derivan de ello tienen impacto en los derechos humanos. Y es tal que las reformas a actividades estatales estratégicas, llamadas “reformas estructurales”, incluyendo la reforma energética combinada con la reforma laboral, les otorgan más poder a los empresarios, incluso para acumular mayor participación en la inversión de proyectos. La “flexibilidad laboral” impulsada en la reforma a la Ley Federal del Trabajo, privilegia la producción sobre los derechos de los trabajadores, para generar mayores utilidades y, por lo tanto, poder para los empresarios.

La estrategia del gobierno empieza por descapitalizar a las empresas estatales, intervenirlas o extinguirlas, para que sean absorbidas y saneadas por otra empresa estatal que subcontrata servicios laborales de una empresa extranjera con el fin de hacerla más “competitiva” y brindar servicios eficientes a la población. Tal fue el caso de Luz y Fuerza del Centro, empresa que deliberadamente se descapitalizó y se dejó en el abandono, no obstante que realizaba actividades económicas de responsabilidad exclusiva del Estado.

Entonces, por un lado están todas aquellas medidas, acciones y reformas en programas y leyes que fortalecen no sólo la inversión de capital, su movilidad y ganancia, sino además su consolidación como patrones que definen las relaciones laborales. Las violaciones a los derechos laborales pretenden hacerse legales reconociendo contratos colectivos de protección patronal donde las jornadas laborales son inconsistentes; los salarios, precarios; y existe subcontratación, diversificación de las tareas, trabajo por comisión, contratos temporales sin prestaciones y seguridad social, control del derecho de huelga, uso discrecional de la ley ante cualquier disidencia…

Alfonso Bouzas, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México afirma que: “En México, casi el 90 por ciento de los contratos colectivos tienen estas características, prácticas que llevan a la precarización del empleo”.

La ruta que se ha seguido es la del desempleo. En 2007, “la tasa de desocupación abierta vino a situarse en 3.7 por ciento (1 millón 750 personas) como promedio durante el año. Si sumamos a esta cifra la población considerada inactiva pero que se declara disponible para trabajar, llegamos a 7 millones de personas, lo que viene a constituir un 9 por ciento de la población mayor de 14 años”. A todo esto habría que agregar la eliminación y/o represión de la organización laboral-sindical.

Y qué decir de la acumulación del capital desde la apropiación de los territorios y explotación de los recursos naturales. Entre ellas se encuentran las actividades de empresas mineras, sobretodo canadienses, que tienen impactos negativos en lo ambiental y en lo social; la construcción de corredores industriales que conecten ciudades y transporten mercancía, como el de Guanajuato-Celaya-Querétaro; la construcción de presas que destruyen la vida e historia de una comunidad como la del Zapotillo en Temacapulín, Jalisco; concesión a la empresa española Iberdrola en la generación de energía eólica en Oaxaca, entre otros.

La apropiación también se da en el terreno biotecnológico. En octubre de 2009, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales otorgaron 24 permisos para la siembra de maíz transgénico a favor de Monsanto, Pioneer y Dow Agroscience. Tales permisos están viciados en su procedimiento legal, por otro lado representan la extinción de cientos de variedades de maíz, el no reconocimiento de identidad cultural desde la alimentación, la violación al derecho a tener una alimentación sana, etcétera. Estos emporios agroalimentarios obtienen también beneficios del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, para “investigación científica”, y del Procampo, ambos casos investigados por Contralínea. Ni dudar que en el terreno fiscal se encuentren entre las 50 empresas más grandes de México que pagan 147 pesos al año por Impuesto Sobre la Renta e Impuesto al Valor Agregado.

A unos meses del bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución el gobierno federal tiene grandes deudas con las personas que fueron parte de la historia y con las que la construyen hoy exigiendo los derechos a la tierra, a la educación, a la vivienda, al trabajo, a un medio ambiente sano, a vivir libres de violencia, a la dignidad. Por el contrario perviven deudas históricas: desapariciones extrajudiciales, la masacre de 68, Acteal, las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, los presos de Atenco, La Parota, entre muchas otras que no se reflejan el camino hacia un Estado fuerte y libre que proteja los derechos humanos.

*Investigadoras del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria

Contralínea 164 / 10 de enero de 2010

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El pantano argentino. El irresistible desarrollo de la crisis de gobernabilidad


13 de enero de 2010
Jorge Beinstein

El nuevo año comenzó mal en Argentina, el conflicto causado por el desplazamiento del presidente del Banco Central, Martín Redrado, disparó una grave crisis institucional donde se enfrentan dos bandos que van endureciendo sus posiciones. Por un lado una oposición de derecha cada vez mas radicalizada ahora con mayoría en el poder legislativo encabezada por el vicepresidente de la República y que se extiende hacia los núcleos más reaccionarios del poder judicial y de las fuerzas de seguridad (públicas y privadas).

Se trata de una fuerza heterogénea, casi caótica, sin grandes proyectos visibles impulsada por los grandes medios de comunicación que operan como una suerte de “partido mediático” extremista, su base social es un agrupamiento muy belicoso de clases medias y altas. En el otro bando encontramos a la presidenta Cristina Kirchner resistiendo desde el Poder Ejecutivo con sus aliados parlamentarios, sindicales y “sociales”, su perfil político es el de un centrismo desarrollista muy contradictorio oscilando entre las capas populares más pobres a las que no se atreve a movilizar con medidas económicas y sociales radicales y los grandes grupos empresarios y otros factores de poder que busca en vano recuperar para recomponer el sistema de gobernabilidad vigente durante la presidencia de Néstor Kirchner.
A este abanico de fuerzas locales es necesario incorporar la intervención de los Estados Unidos que a partir de la llegada de Barak Obama a la Casa Blanca se muestra cada vez más activa en los asuntos internos de Argentina. Esto debe ser integrado al contexto más amplio de la estrategia imperial de reconquista de América Latina marcada por hechos notorios como el reciente golpe de estado en Honduras, el despliegue de la Cuarta Flota, las bases militares en Colombia y otras actividades menos visibles pero no menos efectivas como la reactivación de su aparato de inteligencia en la región (CIA, DEA, etc.) y la consiguiente expansión de operaciones conspirativas con políticos, militares, empresarios, grupos mafiosos, medios de comunicación, etc.
La ola reaccionaria
Como es sabido la crisis se desató cuando el presidente del Banco Central decidió no acatar un decreto llamado de “necesidad y urgencia”, con fuerza de ley, que le ordenaba poner una parte de las reservas a la disposición de un fondo publico destinado al pago de deuda externa. De ese modo Redrado (apoyándose en la “autonomía” del Banco impuesta en los años 1990 por el Fondo Monetario Internacional, FMI) desafiaba la legalidad y asumía como propia la reivindicación del conjunto de la derecha: no pagar deuda externa con reservas sino con ingresos fiscales obligando así al gobierno a reducir el gasto público lo que seguramente impactaría de manera negativa sobre el Producto Bruto Interno, el nivel de empleo y seguramente sobre los salarios.
En una primera aproximación, la crisis aparece como una disputa sobre política económica entre neoliberales partidarios del ajuste fiscal y keynesianos partidarios de la expansión del consumo interno, sin embargo la magnitud de la tormenta política en curso obliga a ir más allá del debate económico, no existe proporción entre el volumen de intereses financieros afectados y la extrema virulencia del enfrentamiento. Tampoco se trata de un problema causado por la necesidad de pagar deuda externa ante una situación financiera difícil, por el contrario, el Estado tiene un importante superávit fiscal y la deuda externa representa actualmente cerca del 40 % del Producto Bruto Interno contra un 80 % en 2003 cuando Néstor Kirchner asumió la Presidencia de la República.
Para empezar a entender lo que esta ocurriendo es necesario remontarnos al primer semestre del 2008 cuando estalló el conflicto entre el gobierno y la burguesía rural, en ese caso también la confrontación apareció bajo el aspecto económico: el gobierno intentó establecer impuestos móviles a las exportaciones agrarias, cuyos precios internacionales, en ese momento, subían vertiginosamente, los grandes grupos del agrobusiness se opusieron, aunque estaban ganando mucho dinero pretendían ganar mucho más acaparando la totalidad de esos beneficios extraordinarios. Para sorpresa, tanto del gobierno como de los propias elites agrarias, su protesta fue inmediatamente respaldada por la casi totalidad de los empresarios rurales, incluso por sectores que por su área de especialización o ubicación regional no tenían intereses materiales concretos en el tema, y rápidamente los cortes de ruta, magnificados por los medios de comunicación, arrastraron la adhesión de las clases altas y medias urbanas, estructurándose, de esa manera, una marea social reaccionaria cuya magnitud no tenía precedentes en la historia argentina de los últimos cincuenta años. Para encontrar algo parecido sería necesario remontarnos a 1955 cuando una masiva convergencia conservadora de clases medias apoyó el golpe de militar oligárquico.
La movilización derechista de 2008 estuvo plagada de brotes neofascistas, alusiones racistas a las clases bajas, insultos al “gobierno montonero” (es decir supuestamente controlado por ex guerrilleros marxistas reciclados), etc. Esa ola reaccionaria se prolongó en las elecciones legislativas de 2009 donde la derecha obtuvo la victoria (y la mayoría en el Parlamento), antes y después de ese evento estuvo permanentemente alimentada por los medios de comunicación concentrados. Actualmente es difícil diagnosticar si mantiene o no su nivel de masividad, el conflicto se desarrolla por ahora sin presencias multitudinarias, la gran mayoría de la población observa la situación como a una pelea por arriba entre grupos de poder.
Si evaluamos la trayectoria en los dos últimos años de la confrontación entre una derecha, cada vez más audaz y agresiva, y un gobierno, crecientemente acorralado, no es difícil imaginar un escenario próximo de “golpe de estado”, no siguiendo los viejos esquemas de las intervenciones militares directas, ni siquiera pensando en una réplica del caso hondureño (golpe militar con fachada civil) sino más bien en un abanico de alternativas novedosas donde se combinarían factores tales como la manipulación de mecanismos judiciales, el empleo arrollador del arma mediática, la utilización de instrumentos parlamentarios, la movilización de sectores sociales reaccionarios (cuya amplitud es una incógnita fuerte) incluyendo acciones violentas de grupos civiles dirigidos desde estructuras de seguridad policiales o militares. En este último caso, deberíamos tomar en consideración las posibles intervenciones del aparato de inteligencia norteamericano que dispone actualmente de un importante know how en materia de golpes civiles, como las llamadas revoluciones coloridas o blandas, algunas exitosas como la “naranja” en Ucrania (2004), la que derrocó a Milosevic (Yugoslavia 2000), la de “las rosas” (Georgia 2003), la de “los tulipanes” (Kirguistán 2005), la “del cedro” (Líbano 2005) y otras fracasadas como la “revolución blanca” (Bielorrusia 2006), la “verde” (Irán 2009) o la “revolución twitter” (Moldavia 2009).
En todas esas “revoluciones”, orquestadas por el aparato de inteligencia de los Estados Unidos, las convergencias entre grupos civiles y medios de comunicación golpearon contra gobiernos considerados “indeseables” por el Imperio, tuvieron éxito ante estados sumergidos en crisis profundas, fracasaron cuando las estructuras estatales pudieron resistir y/o cuando las mayorías populares les hicieron frente.
Las raíces
¿Cuales son las raíces de esa avalancha derechista?, no puede ser atribuida al descontento de las elites empresarias y de las clases superiores ante drásticas redistribuciones de ingresos en favor de los pobres o a medidas económicas izquierdizantes o estatistas que afecten de manera decisiva los negocios de los grupos dominantes. Por el contrario, la bonanza económica que marcó a los gobiernos de los Kirchner significó grandes beneficios para toda clase de grupos capitalistas: financieros, industriales exportadores o volcados al mercado interno, empresas grandes o pequeñas, etc. Argentina experimentó altas tasas de crecimiento del PBI y enormes superávits fiscales impulsados por exportaciones en vertiginosos ascenso. Y aunque la desocupación se redujo la estructura de distribución del Ingreso Nacional heredada de la era neoliberal no varió de manera significativa. La gobernabilidad política permitió la preservación del sistema que tambaleaba hacia 2001-2002, las estatizaciones decididas durante la presidencia de Cristina Kirchner fueron en realidad medidas destinadas a preservar el funcionamiento del sistema más que a modificarlo, la estatización de la seguridad social privada, por ejemplo, fue precipitada por la crisis financiera global y el agotamiento de una estructura de saqueo de fondos previsionales, la estatización de Aerolíneas Argentinas significó tomar posesión de una empresa totalmente liquidada a punto de desaparecer.
Si alguna presión existe a nivel de las clases altas es hacia una mayor concentración de ingresos y ello debido a su propia dinámica gobernada por el parasitismo financiero global-local que opera como una suerte de núcleo estratégico, central de sus negocios. En ese sentido la resistencia del gobierno a esa tendencia en aras de la gobernabilidad aparece ante dichas elites como un “intervencionismo insoportable”.
Otro factor decisivo es la creciente agresividad de los Estados Unidos acosado por la crisis, sabiendo que el tiempo juega en su contra, que la decadencia de la unipolaridad imperial les puede hacer perder por completo sus tradicionales posiciones de poder en América Latina. En realidad eso ya está empezando a ocurrir a partir del proceso de integración regional, de un Brasil autonomizándose cada vez mas de los Estados Unidos, de la persistencia de la Venezuela chavista, la consolidación de Evo Morales en Bolivia, etc. La Casa Blanca está embarcada en una loca carrera contra el tiempo, extiende las operaciones militares en Asia y Africa heredadas de la era Bush, apadrina el golpe militar en Honduras y otras intervenciones en América Latina. La caída o degradación integral del gobierno kirchnerista sería para los norteamericanos una muy buena noticia, debilitaría a Brasil, reduciría el espacio político de Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Pero existe un fenómeno de primera importancia que probablemente los Kirchner ignoraron y que buena parte de la izquierda y el progresismo subestimaron: el cambio de naturaleza de la burguesía local, cuyos grupos dominantes han pasado a constituir una verdadera lumpen burguesía donde se interconectan redes que vinculan negocios financieros, industriales, agrarios y comerciales con negocios ilegales de todo tipo (prostitución, tráfico de drogas y armas, etc.), empresas de seguridad privada, mafias policiales y judiciales, elites políticas y grandes grupos mediáticos. Es la más importante de las herencias dejadas por la dictadura, consolidada y expandida durante la era Menem.
La política de derechos humanos del gobierno no afectó solo a grupos de viejos militares criminales aislados e ideológicamente derrotados, al golpear a estos grupos estaba desatando una dinámica que dañaba a una de las componentes esenciales de la (lumpen) burguesía argentina realmente existente. Cuando empezamos a desentrañar la trama de grupos mediáticos como “Clarín” o no mediáticos como el grupo Macri aparecen las vinculaciones con negocios provenientes de la última dictadura, personajes clave de las mafias policiales, etc. En esos círculos dominantes la marea creciente de procesos judiciales contra ex represores pudo ser vista, tal vez en su comienzo hacia mediados de la década pasada, como una concesión necesaria al clima izquierdizante heredado de los acontecimientos de 2001-2002 y que mantenida dentro de límites modestos no afectaría la buena marcha de sus negocios. Pero esa marea creció y creció hasta transformarse en una presión insoportable para esas elites.
Finalmente es necesario constatar que así como se desarrolló ese proceso de humanización cultural democratizante también se desarrolló, protagonizado por los grandes medios de comunicación, un contra proceso de carácter autoritario, de criminalización de los pobres, de condena al progresismo que pone a los derechos humanos por encima de todo. En cierto sentido, se trató de una suerte de reivindicación indirecta de la última dictadura realizada por los grandes medios de comunicación, centrada en la necesidad de emplear métodos expeditivos ante la llamada “inseguridad”, la delincuencia social, los desordenes callejeros. La misma encontró un espacio favorable en una porción importante de la población perteneciente a las clases medias y altas muchos de cuyos miembros no se atreven a defender a la vieja y desprestigiada dictadura militar pero que han encontrado un nuevo discurso neofascista que les permite levantar la cabeza.
Esta gente se movilizó en el 2008 en apoyo de la burguesía rural y contra el gobierno “izquierdista”, estuvo a la vanguardia de la victoria electoral de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires y de los políticos de derecha en las elecciones parlamentarias de 2009.
¿Jugando con fuego?
La crisis actual puede llegar a tener serias repercusiones económicas, es lo que esperan muchos de los dirigentes políticos de derecha que sueñan con apoderarse del gobierno en medio del caos y/o de la pasividad popular. La parálisis del Banco Central o su transformación en una trinchera opositora podría desordenar por completo al sistema monetario, degradar al conjunto de la economía lo que sumado a un Tsunami mediático convertiría al gobierno en una presa fácil.
En teoría, existe la posibilidad de que el gobierno acorralado por la derecha busque desesperadamente ampliar su base popular multiplicando medidas de redistribución de ingresos hacia las clases bajas, estatizaciones, etc. La derecha cree cada vez menos en esa posibilidad lo que la hace más audaz, más segura de su impunidad, considera que los Kirchner están demasiado aferrado al “país burgués”, por razones psicológicas, ideológicas y por los intereses que representan y que por sus cabezas no asoma ni siquiera débilmente esa alternativa de ruptura. Una sucesión de hechos concretos parecen darle la razón, después de todo Martín Redrado, fue designado como presidente del Banco Central por Néstor Kirchner y confirmado luego por Cristina Kirchner, ahora ellos “descubren” que es un neoliberal reaccionario mientras buscan reemplazarlo por algún otro neoliberal o buen amigo de los intereses financieros.
También existe la posibilidad de que el caos buscado por la derecha o las medidas económicas que ésta seguramente tomará si conquista el gobierno desaten una gigantesca ola de protestas sociales haciendo estallar la gobernabilidad y reinstalando a escala ampliada al fantasma popular de 2001-2002. Pero esa derecha considera cada vez menos probable la concreción de dicha amenaza, está cada vez más convencida de que los medios de comunicación combinados con un sistema de represión puntual, no ostentoso pero enérgico pueden controlar a las clase bajas. Es muy probable que esas elites degradadas, lanzadas en una cruzada irracional, estén atravesando una serie crisis de percepción.


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