viernes, 3 de julio de 2009

Honduras: el primer golpe de Estado militar de la administración Obama


por Thierry Meyssan*
3 de julio de 2009
Desde
Beirut (Líbano)

Honduras suscitó la cólera de Washington al rebelarse contra la presencia militar estadounidense e incorporarse al ALBA. Militares formados en la Escuela de las Américas y dirigidos por consejeros estadounidenses derrocaron al presidente constitucional Manuel Zelaya y pusieron en el poder a quien había sido su rival de siempre en el seno del partido liberal, Roberto Micheletti. Thierry Meyssan hace un recuento de los objetivos de este enfrentamiento y señala la voluntad de la administración Obama de retomar el control de América Latina.

Nadie pensó que la crisis surgida entre Honduras y Estados Unidos pudiera desembocar en un golpe de Estado militar. Parecía que Washington había renunciado a esa forma de acción, aunque la administración Bush había sobornado recientemente a un grupo de militares para que derrocaran al presidente constitucional de Venezuela (el 12 de abril de 2002) [1] y había utilizado a sus propias fuerzas especiales para secuestrar al presidente constitucional de Haití (el 29 de febrero de 2004) [2]. Pero los comunicadores de la Casa Blanca venían utilizando últimamente la amplia sonrisa del flamante Barack Obama para hacer creer a la opinión pública internacional que Estados Unidos había cambiado y que había renunciado a su ambición imperial.

La importancia estratégica de los cinco Estados de la antigua República Federal de América Central (Costa Rica, Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) reside en su situación geográfica como corredor de tránsito entre dos continentes y dos océanos. Si bien ninguno de ellos dispone de recursos naturales especialmente importantes, lo interesante es que todos ellos pueden servir de base para controlar la zona. Durante la revolución sandinista en Nicaragua, Washington utilizó Honduras como base de retaguardia de las bandas contrarrevolucionarias. Bajo la dirección de John Negroponte, la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa se convirtió en cuartel general de los «contras» nicaragüenses y de sus escuadrones de la muerte. Vista desde ese ángulo, la evolución antiimperialista de Honduras, luego del regreso de los sandinistas al poder en Nicaragua, representaba no tanto un problema en sí como un verdadero peligro de «contaminación». ¿En qué representaba la evolución de la situación hondureña un peligro tan grande como para que Washington decidiera recurrir nuevamente a los viejos métodos, corriendo así el peligro de malograr todos sus esfuerzos propagandísticos?

La presidencia de Maduro y las elecciones de 2005
Al igual que el resto de Centroamérica, Honduras enfrenta la existencia de las maras (pandillas). La más conocida es la Mara Salvatrucha. Se trata de bandas de niños manipulables debido a su dependencia de la droga y organizados mediante ritos místico-criminales [3]. Sus miembros se entregan a todo tipo de violencias, alcanzando a veces un inusitado grado de barbarie que los ha llevado a protagonizar verdaderas masacres.

En 2001, el candidato nacionalista Ricardo Rodolfo Maduro Joest resultó electo bajo la promesa de luchar contra el crimen. Su propio hijo, de 25 años, había sido secuestrado, torturado y asesinado, y su funeral se había convertido en una verdadera manifestación de carácter nacional. Al llegar a la presidencia, Ricardo Maduro ordenó espectaculares operaciones de lucha contra las pandillas. También reforzó el arsenal de la policía y sacó a los militares de los cuarteles para que ayudaran a los policías. Con el apoyo de la democracia cristiana, Maduro logró la adopción de una ley que castigaba con un mínimo de 5 años de prisión el solo hecho de ser miembro de una mara.

Aunque aquella ley sirvió de inspiración a países como Guatemala y Salvador, la Corte Constitucional hondureña decidió invalidarla porque comprometía la responsabilidad individual por asociación en casos de crímenes que el acusado no había cometido. La aplicación de aquella ley había dado lugar a un gigantesco aumento del número de personas encarceladas, lo cual se provocó a su vez sangrientos motines en las prisiones. En definitiva, como aquella ley no abordaba las causas sociales del fenómeno, ya masivo, su aplicación no detuvo el aumento de la criminalidad.

En 2005, el candidato nacionalista a la sucesión de Maduro, «Pepe» Lobo, consideraba que sólo una guerra podía acabar con las maras. Así que propuso reinstaurar la pena de muerte a través de un referéndum que contemplaría además la posibilidad de pronunciar penas de muerte colectivas contra las pandillas, a pesar de que un estudio realizado en Salvador ya había demostrado que el 51,9% de los criminales tenían sólo entre 11 y 15 años. Así que Honduras habría tenido que matar a muchos de sus propios hijos. Mientras tanto, el candidato liberal, Manuel Zelaya, proponía un enfoque mucho más razonable, basado no sólo en la represión sino en la realización de verdaderos esfuerzos a favor de la educación y de la inserción de aquellos niños en la sociedad.

En el plano económico, los resultados del presidente Maduro también resultaban bastante polémicos.

Ex gobernador del Banco Central y brillante hombre de negocios (concesionario de Seros y director del fondo de inversiones La Paz), Maduro negoció la reducción de la deuda hondureña con el FMI y con el Club de París. Pero, como contrapartida, tuvo que aumentar los impuestos y reducir el número de funcionarios, política que penalizó únicamente a la clase media.

También incluyó a su país en el Acuerdo de Libre Comercio Estados Unidos/Centroamérica, sin encontrar mucha oposición política contra aquel proyecto, a pesar de sus desastrosas consecuencias para los pequeños agricultores. Las excelentes relaciones del presidente Maduro con su homólogo estadounidense George W. Bush condujeron incluso al envío de 370 militares hondureños a Irak, donde fueron destacados, junto a los españoles, en la zona administrada por el contingente polaco. Pero, como consecuencia de la decisión de Zapatero de retirar de Irak las tropas españolas, Maduro se vio políticamente obligado a retirar también a los soldados hondureños. Y finalmente, el mandato presidencial de Ricardo Maduro concluyó en un ambiente grotesco matizado por un escandaloso divorcio.

El liberal de izquierda José Manuel Zelaya Rosales presentó entonces una atrayente alternativa. En vez de proponer el cierre de servicios públicos como medio de garantizar una importante reducción presupuestaria, Zelaya propuso una reducción del tren de vida del Estado. Y para reforzar los ingresos del Estado, propuso facilitar el empleo en los sectores altos consumidores de fuerza de trabajo. En la lucha contra la criminalidad juvenil, Zelaya anunció su intención de equipar todas las escuelas con computadoras y de garantizar la instrucción pública gratuita a todos los niveles de la sociedad.

En 2005, en una elección de una sola vuelta, los hondureños eligieron como presidente a José Manuel Zelaya, con un 49,9% de sufragios, y le garantizaron el 48,4% de los escaños en el Congreso (unicameral). Su principal adversario, el nacionalista de derecha Porfirio Sosa, obtuvo el 46,2% de los sufragios y un 42,9% de los escaños en el Congreso. Los resultados eran tan apretados que se requirió su validación, la cual se produjo al cabo de dos semanas de espera. Tres pequeñas formaciones políticas se encontraron entonces en posición de árbitros en el seno del Congreso: la Unión Democrática, la Democracia Cristiana y el partido Innovación y Unidad.

Elección presidencial
(27 noviembre 2009) Elecciones legislativas
(27 noviembre 2009)
José Manuel Zelaya Rosales
49,90 % de votos válidos Partido Liberal
62 escaños
Porfirio Lobo Sosa
46,2 % de votos válidos Partido Nacional
55 escaños
Juan Ángel Almendares Bonilla
1,5 % de votos válidos Unificación Democrática
5 escaños
Juan Ramón Martínez
1,4 % de votos válidos Democracia cristiana
4 escaños
Carlos Sosa Coello
1,0 % de votos válidos Innovación y Unidad)
2 escaños

La presidencia de Manuel Zelaya
Nada dejaba entrever que el ranchero Manuel Zelaya pudiera entrar en conflicto con Washington, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría relativa de la que disponía no favorecía la posibilidad de una ruptura política. En primer lugar, el presidente Zelaya prosiguió la política de descentralización que ya había iniciado en su época de ministro. Su objetivo era acercar los centros de decisión a la ciudadanía para fortalecer el poder popular y la transparencia. Esta reforma provocó un distanciamiento entre la clase política corrupta de la capital y los nuevos notables locales. Y también sacó a la luz el control de los militares sobre una parte de la economía [4]

Pero lo más importante es que, en junio de 2006, Manuel Zelaya anunció su intención de destinar al tráfico comercial la base aérea de Soto Cano [5], en la que se encontraba un contingente estadounidense. Ante la reacción del Pentágono, el ministro hondureño de Defensa trató de retroceder, argumentando el costo del equipamiento necesario. Pero el presidente Zelaya mantuvo su decisión. Oficialmente, Soto Cano no era más que una pequeña base aérea cuyo personal se componía de 190 militares y 730 civiles. Pero su pista es la única de toda Centroamérica capaz de recibir grandes aviones destinados al transporte de tropas. Fort Bravo es la única estación del SouthCom fuera de Estados Unidos [6]. Y, sobre todo, Soto Cano es una base de escucha vinculada a dos unidades secretas: Cerro La Mole y Swan Island. Este dispositivo es indispensable para el funcionamiento de la inteligencia militar estadounidense en la región. Curiosamente, Estados Unidos nunca ha firmado con Honduras ningún acuerdo que precise el estatus de las instalaciones anteriormente mencionadas.

A pesar de la fuerte popularidad del presidente Zelaya, una sorpresiva campaña de prensa lo acusó de no haber respetado sus promesas, de no haber logrado mejorar el nivel de vida ni contrarrestar el crimen. En realidad, Zelaya no podía proteger a su país del alza mundial del petróleo y se publicaban numerosos reportajes sensacionalistas que daban la impresión de que el país enfrentaba una gran proliferación de las maras. Manuel Zelaya respondió obligando a los medios audiovisuales privados a transmitir varias horas de entrevistas con miembros de su gobierno.

Washington manifestó su irritación mediante la reducción de sus programas de ayuda a la población hondureña, pero mantuvo sus programas de seguridad. Estados Unidos incluso proporcionó a Honduras importantes medios para la realización de sus planes de lucha contra el crimen organizado y contra el tráfico de drogas y el terrorismo. Washington financió, por ejemplo, el equipamiento de Puerto Cortés con tecnología de punta que permite escanear todos los contenedores enviados a Estados Unidos que pasan por ese puerto hondureño.

Por otro lado, Washington dispone de poderosos medios de presión sobre Tegucigalpa. Honduras, país de 7 millones de habitantes, tiene cerca de un millón de inmigrantes en Estados Unidos, sobre todo desde el paso devastador del ciclón Mitch por territorio hondureño, en 1998. 78 000 de esos inmigrantes hondureños en Estados Unidos son residentes temporales, estatus que han renovado varias veces, y pueden ser expulsados mediante una simple decisión administrativa.

El presidente Zelaya prosiguió su lucha contra la corrupción, obligando a varios altos funcionarios a renunciar a sus puestos. Y algunos de éstos comenzaron entonces a conspirar. Se descubrió incluso que el ex director de la compañía de telefonía pública había interceptado los teléfonos del presidente Zelaya.

Al estallar en Estados Unidos la crisis de las subprimes y en momentos en que se produce el alza mundial de los precios de los alimentos básicos, el presidente Zelaya recurre, lógicamente, a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), organización intergubernamental promovida por Venezuela, país que garantiza la seguridad alimentaria y energética de los Estados miembros y que coordina además la realización de importantes programas de salud pública.

Esa decisión de Zelaya obtiene un fuerte apoyo popular, pero suscita inquietud entre las clases medias, ya afectadas por la política económica de Maduro y por la crisis económica mundial.

El 25 de agosto de 2008, Manuel Zelaya rinde homenaje al «Guerrillero heroico» Ernesto Che Guevara y, ante una multitud de 100 000 personas, firma en Tegucigalpa la entrada de su país al ALBA, en presencia de los presidentes Evo Morales, de Bolivia; Daniel Ortega, de Nicaragua; Hugo Chávez, de Venezuela, y del vicepresidente cubano Carlos Lage. El presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, también está representado en el acto.
Honduras se convierte así en una de las naciones rebeldes.

El golpe de Estado militar
Representantes del gobierno de Estados Unidos admitieron en el New York Times haber entrado en contacto con los golpistas días antes de la asonada. Pero afirman que lo hicieron para convencerlos [7] de que emprendieran esa acción. Según esos testimonios, aquellos contactos finalizaron el domingo (o sea, en momentos en que el golpe ya había comenzado).

Pero hay que tener en cuenta que el pequeño ejército hondureño ha sido enteramente armado, entrenado e instruido por Estados Unidos. Se supone que obedezca a su comandante en jefe, el presidente de la República, y al jefe de su Estado Mayor. Pero, en la práctica, se encuentra bajo el control del SouthCom, desde Soto Cano y Miami [8].

Precisamente el jueves pasado, el Pentágono instaló apresuradamente al nuevo comandante del SouthCom, el general Douglas M. Fraser, para darle seguimiento al golpe.

En todo caso, la operación ya había sido concebida desde hace tiempo. Al igual que el ataque contra los edificios oficiales en Moldavia, al igual que la limpieza del valle de Swat, que el exterminio de los Tigres tamules o la «revolución verde» en Irán, el golpe de Estado en Honduras fue planificado por la administración Bush y posteriormente confirmado y ejecutado por la administración Obama, a pesar de los visos de legalidad que ésta última parecía ofrecer.

La tensión se recrudeció cuando el presidente Zelaya convocó a una consulta popular, que debía tener lugar el domingo 28 de junio, para determinar si los electores eran favorables a la elección de una Asamblea Constituyente. Se desató entonces una campaña internacional de prensa que presentaba aquella iniciativa como una maniobra exclusivamente tendiente a abrir a Manuel Zelaya la posibilidad de obtener un segundo mandato. Lo cual es totalmente falso ya que la elección de la Asamblea Constituyente sólo hubiese tenido lugar el mismo día que la próxima elección presidencial y, por consiguiente, la hipotética modificación de la Constitución no hubiese podido producirse sino mucho después del fin del mandato de Zelaya. Por lo tanto, el presidente Zelaya nunca hubiese podido ser candidato a su propia sucesión. Pero, claro está, después de haber acusado a Hugo Chávez de querer ser «presidente vitalicio», había que acusar a su aliado Manuel Zelaya de querer convertirse en dictador él también.

El 9 de junio, el Congreso hondureño adoptó una ley constitucional que prohibía la realización de un referéndum a menos de 180 días de la elección presidencial. El Tribunal Supremo declaró la consulta popular ilegal (pero no anticonstitucional), aunque la ley de modificación fue declarada en sí misma anticonstitucional. En base a esa decisión, el jefe del Estado Mayor, el general Romeo Vásquez, bloqueó la organización de la consulta. El presidente se presentó entonces personalmente en una base militar para «rescatar» las boletas que debían ser utilizadas en la consulta popular y revocó al jefe del Estado Mayor por insubordinación. Al igual que los demás golpistas latinoamericanos, el general Romeo Vásquez fue formado por Estados Unidos en la tristemente célebre Escuela de las Américas.

La base de Soto Cano se encuentra actualmente bajo las órdenes del coronel Richard A. Juergens. Fue al parecer este mismo militar estadounidense quien dirigió el secuestro del presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide cuando ocupaba el cargo de director de Operaciones Especiales del Special Operations Command.

El domingo 28 de junio de 2009, siendo alrededor de las 5h30 de la mañana (hora de Honduras), fueron cortadas la electricidad y las líneas telefónicas fijas y hertzianas. Comandos de militares encapuchados [9] asaltaron la residencia del presidente Zelaya y se lo llevaron, lo metieron en un avión y lo enviaron a Costa Rica en ropa de dormir. Fueron arrestados por lo menos 8 ministros, entre ellos la ministra de Relaciones Exteriores, así como otras personalidades, como el alcalde de San Pedro Sula (la segunda ciudad de Honduras). Cuando se restableció el servicio eléctrico, los medios audiovisuales anunciaron que se había decretado un toque de queda y la anulación de los oficios religiosos dominicales y de la consulta popular.

Después del mediodía, los diputados, que fueron previamente autorizados a salir a la calle, realizaron una reunión extraordinaria en la sede del Congreso. El presidente del Congreso, Roberto Micheletti, dio lectura a una carta, con fecha del 26 de junio, en la que el presidente Manuel Zelaya supuestamente renunciaba a su cargo. Nadie expresó sorpresa por la aparición de esta carta con fecha del 26 de junio. Después de dejar constancia de la supuesta vacancia a la cabeza del Estado, el Congreso designó a su propio presidente para ocupar la presidencia de la República. Por su parte, el Tribunal Constitucional afirmó, en un comunicado enteramente orwelliano, que el ejército había defendido la Constitución impidiendo que el presidente Zelaya diera un golpe referendario. El Tribunal sostuvo que al bloquear la consulta popular ordenada por el presidente de la República, el jefe del Estado Mayor había actuado legalmente, si lo había hecho por orden de un juez. Para que nadie ignorara el verdadero objetivo de la operación, los militares arrestaron a los embajadores o encargados de negocios de los Estados miembros del ALBA.

El desarrollo mismo del golpe de Estado en Honduras recuerda aquel que tuvo lugar en Haití, en 2004, contra el presidente Jean-Bertrand Aristide: secuestro en plena madrugada por soldados encapuchados y “aparición” de una carta de renuncia.

La manera como las agencias de prensa atlantistas han descrito el diferendo electoral, de forma tendenciosa para dar al golpe de Estado una apariencia de legalidad, demuestra la premeditación de esta operación por parte de Washington. La manipulación de las causas del golpe, ocultando el asunto de la base de Soto Cano y los vínculos entre militares hondureños y estadounidenses, es muestra además de una evidente voluntad de ocultar el papel de la administración Obama.

Notas:
[1] «Opération manquée au Venezuela», por Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 18 de mayo de 2002.

[2] «La CIA déstabilise Haïti», «Coup d’État en Haïti» y «Paris relâche le président haïtien», por Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 14 de enero, 1º y 16 de marzo de 2004.

[3] «L’extension de la Mara Salvatrucha», por Gaston Pardo, Réseau Voltaire, 2 de marzo de 2005.

[4] La democracia se instaló rápidamente en Honduras mientras que revoluciones y contrarrevoluciones se desarrollaban en la región. Estados Unidos garantizó que parte de la economía hondureña quedara bajo su control indirecto, a través de los militares.

[5] La base Soto Cano es la antigua base de Palmerola. Está situada al nordeste de Tegucigalpa, a 747 millas de la capital.

[6] El SouthCom es el comando estratégico de las fuerzas armadas estadounidenses encargado de garantizar el control de Latinoamérica.

[7] «Honduran President Is Ousted in Coup», por Elisabeth Malkin, The New York Times, 29 de junio de 2009.

[8] El SouthCom tiene su sede en Miami, pero dispone además de una estación en Soto Cano y de puestos avanzados en Comalapa (Salvador), Manta (Ecuador) así como en las islas de Aruba y Curazao (Antillas Holandesas).

[9] El uso de pasamontañas o capuchas en este tipo de operación es inútil y contraproducente, a no ser que se trate de enmascarar la participación de consejeros militares extranjeros.

Thierry Meyssan

Periodista y escritor, presidente de la Red Voltaire



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Crónica desde el hospital de Emergency de Lashkargah, Afganistán


En el ojo del huracán

04-07-2009
Enrico Piovesana
Peace Reporter
Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti

Hace unos días en Lashkargah reinaba una calma irreal, insólita. Los lugareños decían que era la quietud que precede a la tormenta, y llevaban razón. Los talibanes, que tienen rodeada la capital de Helmand desde hace meses, están tan cerca que sus comunicaciones de radio interfieren con las de la ciudad.

En la provincia son tan fuertes que han obligado a la compañía telefónica afgana, Roshan, a apagar los repetidores desde las seis de la tarde hasta el amanecer para evitar que les localicen los mandos de la OTAN, y así poder operar sin peligro. Son tan poderosos que han convencido a la población local para que no retiren los carnets electorales para la votación de agosto, so pena de degollarlos. Los pocos que saben que en agosto se vota han optado decididamente por la abstención.

Por lo demás, a nadie le interesa la política por estos lares: Kabul está lejos, y aquí, en Helmand, arrecia la guerra. De vez en cuando se concede un día de tregua, para luego volver a empezar peor que antes. La única señal de que algo iba a ocurrir fue que días atrás las tropas de ocupación lanzaron desde aviones muchísimas octavillas para informar a la población de la ofensiva inminente. Después de las octavillas, llegó el "Golpe de Espada" -así se llama la ofensiva de EEUU- que se abatió sobre Helmand con una fuerza que nadie podía prever.

Todo está listo para recibir a civiles heridos en el hospital de Emergency de Lashkargah. El martes por la noche llegó el primero: murió antes de que lo ingresaran. La previsión del personal es que llegarán pocos heridos. La gente del lugar dice que los marines han cerrado a cal y canto toda el área de las operaciones y que, por tanto, será difícil que las víctimas de la ofensiva consigan llegar hasta las ciudades más importantes.

Rahirmullah Yusufzai es un renombrado periodista pakisaní, uno de los mayores expertos mundiales de Afganistán y terrorismo islámico. Lleva cubriendo el conflicto afgano desde la guerra contra los soviéticos. Se hizo famoso por ser el último periodista que entrevistó a Osama Ben Laden antes del 11 de setiembre de 2001. "El Consejero para la Seguridad nacional de Obama, James Jones, sólo ayer dijo que la guerra no puede ser la solución del problema afgano", dice Yusufzai. "Acto seguido lanzaron una ofensiva militar sin precedentes. A mi entender, Obama quiere cambiar de estrategia efectivamente, para luego empezar a dialogar con los talibanes, pero desde una posición de fuerza y no de debilidad. Además, esta operación en Helmand hay que leerla relacionándola con las próximas elecciones de agosto: los talibanes controlan toda la provincia de Helmand excepto la capital Lashkargah, de modo que hoy por hoy sería imposible celebrar elecciones en dicha región, cosa que constituiría un daño de imagen tanto para el gobierno afgano como para las fuerzas de los Estados Unidos y la OTAN".

Sin embargo, esta no es la primera gran ofensiva a la que se enfrentan los talibanes, y a diferencia de los Estados Mayores de EEUU, los afganos están acostumbrados a resistir con las armas desde hace unos treinta años. "En cuanto empezaron las maniobras militares de los marines en Helmand, el portavoz talibán, Quari Yussuf Ahmadi, declaró que no están asustados en absoluto por las proporciones de esta ofensiva", confirma Yusufzai. "Los Estados Unidos tienen prisa para hacerse de nuevo con el control de Helmand antes de las elecciones, mientras que los talibanes están listos para combatir hasta la liberación de su país. Así pues, no entablarán batalla frontal con los marines, sino que se retirarán, les darán tiempo para que ocupen los distritos contendidos, y luego empezaran a atacarlos conforme a las técnicas de guerrilla más clásicas: emboscadas, atentados, etcétera. Hace tiempo un comandante talibán me dijo: 'Los estadounidenses tienen reloj; nosotros tenemos tiempo'".

http://it.peacereporter.net/articolo/16529/Afghanistan%2C+nell%27occhio+del+ciclone


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Honduras o el cuento de la no intervención norteamericana


3 de julio de 2009
Jorge Altamira

Un sistemático macaneo mediático, que en este caso es machacado sobre todo por la izquierda, ha pretendido que América Latina ha dejado de ser una semicolonia del imperialismo yanqui y que una serie de instancias diplomáticas, como la Cumbre de Río –la Unasur o incluso el Alba–, la ha emancipado de la tutela del capital financiero internacional.

Más allá del palabrerío, sin embargo, sus gobiernos no se olvidan de mendigar préstamos del BID y del Banco Mundial, de organizar ‘pases’ financieros con la Reserva Federal, de suplicar el mantenimiento de las excepciones arancelarias de parte de Estados Unidos, o incluso de pactar con los Uribe; es decir, una suerte de ‘coexistencia pacífica con el narco-gobierno paramilitar’. En el surco trazado por este macaneo, se ha sembrado la idea de que Estados Unidos no ha tenido nada que ver con el golpe de Estado en Honduras. Es una forma de decir que “la embajada” ya no es más lo que era y que los golpistas son leones sin dientes ni garras. En realidad, las gestiones diplomáticas para reponer al presidente Manuel Zelaya se han transformado en el medio fundamental para imponer la victoria política de sus adversarios, la oligarquía golpista. Como informa Clarín (1/7), Zelaya prometió en Washington “que no buscará la reelección y que al finalizar su mandato en enero, vuelve a su casa”. O sea que el destituido tira la chancleta mucho antes de haber obtenido la más mínima concesión de sus enemigos.

Las maniobras diplomáticas se despliegan con una fanfarria sospechosa, que recuerdan el fiasco en el que concluyó la convocatoria a varios Presidentes, a fines de 2007, para recibir en la selva colombiana a la secuestrada Betancourt. El objetivo de ellas es neutralizar la posibilidad de un levantamiento popular en Honduras, con la zanahoria de una salida ‘más económica’, de origen internacional, y también los ajetreos diplomáticos de Chávez y de los mandatarios del Alba. Pero es claro que el golpe tiene un fuerte apoyo de toda la gran burguesía en Centroamérica y más allá de ella en toda América Latina – porque responde al propósito fundamental de la burguesía internacional de aprovechar la crisis mundial para revertir los procesos ‘bolivarianos’ en su conjunto. Es obvio que se trata de un operativo delicado, que parte de una apreciación dividida dentro del mismo ‘establishment’ norteamericano, pero es incuestionable que Obama opera como una pantalla ‘disidente’ al servicio de una liquidación del chavismo embrionario y distorsionado que intentó desplegar Zelaya – él mismo un terrateniente del viejo partido Liberal hondureño. El canal de televisión gorila de Venezuela, que tiene los vínculos más estrechos con la burguesía internacional, se ha convertido en un portavoz internacional del golpismo hondureño. Su línea argumental es que el golpe lo ha producido Zelaya al impulsar un referendo y una asamblea constituyente que son inconstitucionales, y al desacatar las resoluciones en contrario de parte de los restantes poderes del Estado. Este proceso de las intenciones de Zelaya ha sido convertido en una línea argumental para cuestionar la legitimidad de Chávez u Ortega, y podría ampliar la esfera de intervención de la OEA, con el pretexto de la defensa de la democracia, a todos los regímenes que se agrupan o coquetean con el campo bolivariano. Hay que hacer notar que Lula, quien no vaciló en refrendar al teócrata Ahmadineijad en el reciente levantamiento en Irán, le está sacando el cuerpo a la crisis en Honduras y se alinea con la diplomacia de Hillary Clinton.

Se ha abierto una gigantesca crisis política de alcance continental; se ha roto la ficción del ‘idilio’ que se buscó transmitir a partir del levantamiento de las sanciones a Cuba, por parte de la OEA. Si los gobiernos bolivarianos capitulan en Honduras, transando con falsas salidas diplomáticas, estarán poniendo en peligro su propia posición, incluso en forma inmediata; resurgirá de inmediato la conspiración política en varios países. Si, por el contrario, Obama se ve obligado a aceptar un compromiso que reponga a Zelaya sin condiciones (que solamente ocurrirá bajo la presión de un levantamiento popular), la burguesía norteamericana cuestionará la capacidad de su política de apaciguamiento para pilotear el conjunto de la crisis mundial; se ahondará una fisura que ya es perceptible en el ‘establishment´ de los Estados Unidos.

Nuestra propuesta de acción es la siguiente: primero, poner de relieve que se ha abierto una crisis política excepcional a nivel continental, que amenaza los avances populares registrados en la última década; segundo, denunciar el papel proimperialista que juega la OEA y su tentativa de imponer un compromiso que salvaguarde a la oligarquía hondureña; tercero, impulsar movilizaciones populares y una movilización continental con la consigna del apoyo al levantamiento popular en Honduras.



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La increíble obsesión escatológica del soldado israelí


04-07-2009
Nidal Tokborni
Loubnan ya Loubnan
Traducido por Jorge Aldao y revisado por Caty R.

Jean-Pierre Perrin reúne, en un boletín de Liberation del 25 de junio, una lista de las «humillaciones» sufridas por el cuerpo diplomático francés, infligidas por soldados israelíes. Y en especial este crimen «de lesa bandera» extremadamente repugnante:

«Pero el incidente más vergonzoso fue la invasión del domicilio del funcionario del consulado francés Majdi Chakkoura, en la franja de Gaza, durante el ataque israelí de enero. En su ausencia, los soldados israelíes arrasaron por completo las habitaciones –por lo tanto la responsabilidad es del ejército-, robaron una gran cantidad de dinero, las joyas de su esposa y su ordenador, destruyeron la tesis en la que estaba trabajando. Y ensuciaron con excrementos la bandera francesa».

Esta última frase me trajo recuerdos de discusiones con un amigo libanés. Me contaba (por enésima vez, los árabes suelen ser quejicosos) los innumerables atropellos israelíes durante la invasión de 1982. Mi amigo me habló de la propensión de los soldados del Estado hebreo a defecar por todas partes. En la oleada de robos, asesinatos y pillajes, este asunto de la defecación me pareció propio de una tendencia muy mediterránea a la exageración novelesca.

Pero con el tiempo me fui dando cuenta de que este aspecto escatológico de las «intervenciones» israelíes era ampliamente conocido por mis interlocutores árabes aunque yo lo ignoraba totalmente. Hasta que un famoso artículo de Amira Hass, en Haaretz en 2002, divulgó este asunto relacionado con la comodidad de los soldados israelíes.

Era la típica «leyenda» que los palestinos y libaneses conocen y cuentan desde hace años, pero que los medios de comunicación occidentales ocultaban por completo porque es, sin duda, una mentira inventada por esos árabes antisemitas. Hasta el día que se publica en un periódico israelí y la «leyenda» palestina adquiere por fin la condición de verdad histórica. Un poco como esa famosa «Naqba», con la que los palestinos nos llenaron la cabeza durante largo tiempo, hasta el día en que, por fin, los «nuevos historiadores» israelíes nos permitieron descubrir, a finales de los años 80, lo que árabes sabían desde 1948.

Las aventuras “defecatorias” del Tsahal están documentadas de forma fragmentada y, en francés, prácticamente no hay información. Aquí, pues, les proporciono una reseña de este asqueroso asunto. Las traducciones son mías e invito al lector a consultar los textos originales en inglés para evitar que se reproduzcan mis eventuales errores de traducción.

Comencemos con esta descripción del valiente soldado israelí en un medio hostil en las memorias de Jean Said Makdisi, Beirut Fragments:

«Tras la retirada de los israelíes (de Beirut, en 1982), comenzamos a enterarnos de los aspectos más extraordinarios de la ocupación. Las detenciones, acosos, ejecuciones y saqueos sistemáticos era lo que todos esperábamos y, efectivamente, habían sucedido. Pero también había ocurrido algo que nadie esperaba. Sin embargo, lo más inesperado, cuando uno lo oye por primera vez, provoca una risa dudosa. Progresivamente, descubrimos que lo que parecía un hecho aislado era, en realidad, una marca de fábrica que había adquirido dimensiones mucho más importantes.

En todos los sitios donde habían estado, los soldados israelíes habían defecado en lugares escogidos. Sobre libros, muebles, ropas y alfombras; sobre los pisos de los dormitorios, cerca de los inodoros y en las bañeras; sobre los pupitres de las escuelas y hasta en los escaparates de las tiendas, la gente encontró excrementos putrefactos. Alguien juró que conocía una casa cerca del aeropuerto donde la angustiada ama de casa había descubierto heces dentro del lavarropas y el lavavajillas. Un hombre nos contó había ido a su oficina y había visto las hediondas e insultantes deyecciones en todos los escritorios menos en el suyo. Triunfalmente, se instaló en su mesa de trabajo y se burló de sus pobres colegas. Luego abrió su cajón y, allí, cuidadosamente puesto en medio de sus archivos, estaba el «regalo» del ejército israelí.

Y así, después de la ruina y la tragedia, de las destrucciones y el sufrimiento, de la muerte y los moribundos, de los cuerpos lacerados y los ojos cegados, de las caras quemadas y desfiguradas, de las viudas y los huérfanos, no había quedado más que un gran montón de excrementos. Los incendios se habían apagado, sofocados por una pila de mierda. Una burla espantosa, el símbolo de un enorme desprecio, un hedor cósmico se había convertido en el monumento a la memoria de aquellos meses de agonía».

Noam Chomsky también recuerda este aspecto de la invasión de Beirut en The fateful triangle (El triángulo fatídico N.deT.):

«En el mismo edificio, los soldados israelíes entraron por la fuerza en el apartamento del profesor Khalidi, titular de la cátedra de Bioquímica de la Universidad Americana de Beirut. Lo saquearon totalmente, robaron objetos artísticos, alfarería antigua, utensilios de cocina, aparatos, etc. Arrojaron las esculturas a la calle. Los apuntes y libros que no robaron fueron apilados en el suelo y los soldados defecaron y rompieron huevos crudos sobre ellos».

Más adelante:

«En el hospital Berbir, que los israelíes habían bombardeado varias veces, ‘la clínica y los apartamentos de los médicos fueron saqueados durante los cuatro días de ocupación israelí, según los médicos presentes’. Rompieron las sillas, desparramaron la basura y los alimentos por todas partes, los soldados pintaron las alfombras con lápiz de labios, defecaron en vasijas y cacerolas, robaron los casetes de las conferencias, las cámaras fotográficas, etc. Profanaron una mezquita situada en el eje principal este-oeste, ‘robaron muchas alfombras, defecaron sobre otras y vertieron botellas de cerveza por el suelo’, según testigos vecinos de la mezquita».

Otro momento, las mismas costumbres. Esta tradición se recuerda en 1955 en Palestina en el Palestine Yearbook of International Law:

«48. En mi ciudad (Ramala), el miércoles 19 de octubre de 1994 a las dos de la madrugada, un grupo de oficiales (cuatro o cinco, según el testimonio de los habitantes), despertaron a una familia ordenando a todos, por medio de un megáfono, que abandonasen la vivienda. Venían a detener a un sospechoso que resultó ser uno de los hijos, un joven estudiante. Dejando a la familia afuera, el grupo de oficiales entró en la casa y saqueó sistemáticamente todas las habitaciones. Destriparon las butacas, los sofás y las camas; reventaron los armarios y tiraron su contenido al suelo, destruyeron la cocina, despedazaron los aparatos, volcaron los tarros de alimentos, en especial las vasijas de aceitunas, que vaciaron en la terraza, desgarraron las libretas y los libros escolares. Para coronar esta importante operación militar, uno de los hombres defecó en el vestíbulo y arrojó sus excrementos sobre una de las camas. Estos hechos ocurrieron siete horas antes del ataque del mismo día en Tel Aviv del mismo día y no puede considerarse en ningún caso como un acto de venganza».

Siete años después, en diciembre de 2002, Samah Jabr cuenta, en el Washington Report on Middle East Affaire (1):

«A todos nos han sometido a las imágenes pornográficas difundidas por los israelíes cuando ocupaban las estaciones de televisión palestinas. Los soldados no vacilaban en orinar y defecar por todas partes sobre las propiedades palestinas, en las oficinas y los apartamentos que invadían».

El artículo que mejor dio a conocer en el extranjero esta extraña forma de «arte de la guerra» del ejército más ético del mundo, se publicó en Haaretz en 2002, bajo la firma de Amira Hass. El título deja poco espacio a la imaginación: «Alguien, incluso, consiguió defecar en la fotocopiadora». Describe el comportamiento de los israelíes durante el asedio a las oficinas de Arafat en abril de 2002. Luego de su retirada, los palestinos recuperaron la posesión del Ministerio de Cultura:

«En otros despachos, todos los equipos de alta tecnología y electrónicos fueron destruidos o desaparecieron -los ordenadores, fotocopiadoras, cámaras de fotos, escáneres, discos duros, material de edición por un valor de varios miles de dólares y los televisores. También destruyeron la antena de emisión del tejado del edificio.

Desaparecieron los teléfonos y una colección de objetos de arte palestino (esencialmente, bordados hechos a mano). Quizás estos objetos quedaron enterrados bajo las pilas de documentos y muebles, quizás se esfumaron. Arrastraron los muebles de un lugar a otro, los soldados los destruyeron y los apilaron. Arrancaron las estufas de gas de la calefacción y las tiraron sobre los montones de papeles esparcidos, libros desparramados, disquetes y discos, y rompieron los vidrios de las ventanas.

En el departamento de estímulo del arte infantil, los soldados mancharon las paredes con acuarelas que encontraron en el lugar, destruyendo las pinturas de los niños que estaban allí expuestas.

En cada sala de los diferentes departamentos -literatura, cine, cultura infantil y literatura juvenil-, amontonaron los discos, los folletos y los documentos y los ensuciaron con orina y excrementos.

Hay dos aseos en cada piso, pero los soldados orinaron y defecaron en todo el edificio y en varias habitaciones donde habían vivido durante un mes. Hicieron sus necesidades sobre el suelo, en macetas vacías y hasta en los cajones sacados de los escritorios.

Defecaron en bolsas de plástico y las desparramaron en varios lugares. Algunas bolsas reventaron. Alguien, incluso, consiguió defecar en una fotocopiadora.

Los soldados orinaron en botellas de agua mineral vacías y las esparcieron por docenas en todas las habitaciones del edificio, en las cajas de cartón, en las pilas de basura y escombros, sobre los escritorios, bajo los escritorios, en los muebles que habían roto, en los libros para niños que habían arrojado al suelo.

Algunas botellas se abrieron y el líquido amarillo se derramó dejando manchas. Fue especialmente difícil entrar en dos pisos del edificio a causa del olor acre de los excrementos y la orina. También desparramaron por todas partes el papel higiénico usado.

En algunas partes, cerca de los montones de heces y papel higiénico, desparramaron restos podridos de comida. En un rincón, en la habitación donde alguien había defecado en un cajón, dejaron cajas llenas de frutas y verduras. Los aseos estaban abandonados repletos de botellas llenas de orina, excrementos y papel higiénico».

Como explicaba claramente el Jerusalem Post:

«“Que nuestro bando sea puro”, es la filosofía de mis combatientes.



No sólo porque resume nuestras enseñanzas, sino porque constituye la esencia de sus creencias y su herencia nacional. Unas creencias y una herencia que compartimos todos: israelíes religiosos y laicos, de derecha y de izquierda, en el ejército y en otros lugares. Y es fuente de orgullo y confianza, hasta en los momentos más difíciles».

Pero entonces, explíquenos, Danny Zamir (2), usted que «dirige el programa premilitar Isaac Rabin»: ¿De donde procede esa increíble obsesión escatológica de sus «combatientes»? ¿Nace de «la filosofía, de sus enseñanzas», de la «esencia de sus creencias», o de «su herencia nacional»?

¿O quizás procede de lo que comen?

Notas del traductor:

(1) Washington Report on Middle East Affairs, es una revista que publica 8 veces al año el American Educational Trust (AET) y ofrece al público estadounidense información sobre las relaciones de Estados Unidos con los países de Oriente Medio.

(2) Danny Zamir es una figura controvertida en Israel. Es el jefe de la Academia premilitar Isaac Rabin y está considerado como un militante israelí de extrema izquierda. Según algunos sectores del gobierno israelí, afirmó temeraria e irresponsablemente que los soldados del ejército de Israel (Thasal) tuvieron un comportamiento inmoral y conductas aberrantes hacia la población civil palestina durante el ataque a Gaza. Según dichas informaciones, las aseveraciones de Danny Zamir, quien tiene el antecedente militar de haber sido encarcelado por el ejército en 1990 en Cisjordania por negarse a proteger a colonos judíos en una ceremonia religiosa, fueron publicadas por el diario israelí Haaretz, que comparte la ideología de Zamir, el canal de televisión 10 de Israel y difundidas por importantes agencias de noticias internacionales y periódicos prominentes de todo el mundo. Últimamente, Zamir habría moderado su postura declarando en el Jerusalem Post que «La operación plomo fundido estaba totalmente justificada, los actos aislados de vandalismo no convierten al ejército Israelí en un ejército de criminales de guerra y los graduados militares religiosos de los programas preparatorios añaden moralidad al ejército».

Texto original en francés: http://tokborni.blogspot.com/2009/06/linvraisemblable-obsession-scatologique.html

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Cultura imperial y absurdo moral en la era de Obama: de Teherán y Bala Boluk a Nueva York, Bagua y Tegucigalpa


04-07-2009
Paul Street
Znet
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Durante un concierto en el United Center de Chicago el pasado 12 de mayo, Bruce Springsteen observó que “a veces parece como si mientras más cambian las cosas, más siguen iguales.”

Hablaba de la persistencia y por supuesto de la profundización de la pobreza y de la desigualdad en EE.UU., donde parásitos y perpetradores financieros reciben incontables miles de millones de dineros públicos mientras millones de personas son impulsadas hacia más miseria, con su suerte empeorada por una “reforma” regresiva [eliminación] de la asistencia social que el “progresista” presidente Barack Obama ha elogiado repetidamente como un gran triunfo político bipartidario.

Víctimas dignas e indignas

Entre numerosos otros ejemplos de que “las cosas siguen siendo lo mismo,” el Jefe (es decir Springsteen), también podría haber mencionado la tendencia profundamente arraigada de los máximos políticos y de los medios dominantes de EE.UU. de hacer distinciones no declaradas pero claramente discernibles entre “víctimas dignas” e “indignas” en los asuntos del mundo.

Las “víctimas dignas” son muertas por enemigos oficialmente designados del inherentemente virtuoso EE.UU. Se informa sobre sus muertes de modos que quieren provocar compasión y alentar indignación contra sus asesinos. Algunas pueden convertirse en mártires.

Las “víctimas indignas” perecen a manos del intrínsecamente honorable EE.UU. y/o sus aliados y clientes oficialmente designados. Mueren anónimamente y sin fanfarria, pasando por el agujero de la memoria privados de la compasión de los medios dominantes y de la cultura política de EE.UU., donde sus muertes a menudo no significan mucho más que las hormigas aplastadas por las ruedas de un Vehículo Combatiente Bradley o (para mencionar a otra gran arma del imperio) un camión con cámaras de CNN.

Pregunta Nº 1 del examen sorpresa, amigo estadounidense: ¿Quién es Neda Soltan? ¿Quién la mató?

Sí, tiene razón. Es la bella mujer de 26 años quien fue asesinada el 20 de junio por (dicen) un francotirador del gobierno involucrado en la represión de protestas después de una elección amañada en Irán.

Lo supiste de inmediato. Claro que sí. Neda estuvo durante días en toda la televisión de EE.UU. como un símbolo global de la democracia – una imagen mediática omnipresente y potente hasta que fue separada del centro de la escena por el continuo drama de la muerte del misterioso icono estadounidense pop, Michael Jackson. Neda fue asesinada por un Estado oficialmente designado como enemigo de EE.UU.

Nadie menos que el propio presidente estadounidense Obama dijo que había visto en Internet el gráfico video de la muerte de Neda. “Aunque esta pérdida hiere en lo vivo y es extraordinariamente dolorosa, también sabemos que: los que defienden la justicia están siempre al lado correcto de la historia,” dijo Obama. El presidente calificó el video de “desconsolador.”

“Pienso que todo el que lo ve sabe que hay algo fundamentalmente injusto al respecto,” afirmó.

“Ningún puño de hierro es suficientemente fuerte para impedir que el mundo lo testimonie,” agregó Obama.

Pregunta sorpresa Nº 2: nombre a una sola persona de las más de diez docenas que murieron en la aldea de Afganistán occidental de Grani en el distrito Bala Boluk en la provincia de Farah en la primera semana de mayo pasado. Noventa y tres de los muertos fueron niños, muchos de ellos literalmente hechos pedazos. Aldeanos coléricos y doloridos colocaron algunas partes de los cuerpos de las víctimas en camionetas y carromatos y las llevaron a la vista pública al cuartel provincial. El 4 de mayo, el doctor Atiqullah, residente de Grani, dijo a Pajhwok Afghan News que “el bombardeo destruyó toda la aldea y algunos de los cuerpos mutilados quedaron irreconocibles. Dijo que hasta ahora habían recuperado 123 cadáveres de los escombros de las casas destruidas, utilizando tractores.”

¿No se te ocurre algún nombre? Claro que no. Los civiles en cuestión fueron masacrados desde el aire por la única superpotencia del mundo – EE.UU. No merecieron una identificación que signifique algo y una personalización por las autoridades de la comunicación estadounidense.

Demasiado “bueno” para pedir disculpas

Ellos y los muchos miles de afganos (y de iraquíes y de paquistaníes) que “nosotros” hemos masacrado en los últimos años son víctimas indignas. Murieron trágicamente – “lamentable” pero inescapablemente – como “daño colateral” en las campañas militares de una nación moralmente espléndida que quiere hacer cosas nobles – difundir la libertad, la paz, la prosperidad y la democracia – en el mundo. Como dijo el presidente Barak Bobama a Candy Crowley de CNN en julio pasado, EE.UU. nunca debiera pedir disculpas por ninguna de sus acciones – ni siquiera por sus esporádicos “errores” (Obama siempre se ha negado a aplicar la palabra “crimen” a alguna de las numerosas trasgresiones pasadas del Tío Sam) – en la escena global. Esto, explicó, es porque EE.UU. es una “fuerza por el bien” en el mundo.

Como el filósofo “adorado” de Barack Obama, el teólogo del establishment Reinhold Niebhur, dijo a la clase imperial de EE.UU. después de la Segunda Guerra Mundial: “la paradoja de la gracia” significa que los responsables de tomar decisiones políticas de EE.UU. no pueden cumplir su propósito sagrado de hacer progresar el bien en la Tierra si eluden su deber íntimamente relacionado de cometer pecados. No se puede hacer una tortilla sin romper huevos.

Si la desbordante rectitud de EE.UU. conduce sus benévolos tanques, helicópteros, bombarderos, vehículos aéreos sin tripulación a aplastar “ocasionalmente” a insectos civiles en el extranjero, es una lástima. Pero el “daño colateral” es inevitable cuando se es una superpotencia que trabaja por la paz, la libertad, y la mejora material y espiritual de la humanidad. Como explicara la secretaria de estado del demócrata de guerra Bill Clinton, Madeline Albright, en el otoño de 1999, siete meses después de los bombardeos iniciados por EE.UU. sobre Belgrado: “EE.UU. es bueno. Tratamos de hacer lo mejor en todas partes.” Cuando le preguntaron por la muerte de más de medio millón de niños iraquíes debido a las “sanciones económicas” dirigidas por EE.UU., Albright dijo a la televisión CBS que “pensamos que es un precio que vale la pena pagar” para hacer progresar los objetivos políticos fundamentalmente honorables de EE.UU.

Consecuente con su fe “excepcionalista estadounidense” repetidamente declarada en la pureza moral sin igual de la política exterior y del carácter nacional de EE.UU., Barack Obama ha proclamado consistentemente (como candidato y como presidente) que el ataque criminal de EE.UU. contra Afganistán (desde octubre de 2001 hasta ¿???) es una guerra “buena,” “justa” y “apropiada.” Los medios corporativos estadounidenses de guerra y entretenimiento no han considerado adecuado que se cuestione este juicio incluso cuando cientos de inocentes civiles afganos y paquistaníes perecen bajo la “guerra global contra el terror” expandida y rebautizada de Obama, completa con un aumento de los “asesinatos selectivos,” el nombramiento de un tristemente célebre jefe de escuadrones de la muerte (“operaciones especiales”)
(Stanley A. McChrystal) a la cabeza del teatro de operaciones bélicas recientemente unificado "Af-Pak", y la escalada de provocadores ataques con drones en el sur de Asia (ejecutados a distancia por técnicos en centros de comando con aire acondicionado en California).

Ni Obama ni sus aliados en los medios “dominantes” estuvieron dispuestos a “dar testimonio” de la “desgraciada” masacre de criaturas civiles en remotas aldeas afganas.

“Cosas” como el desmembramiento aéreo de docenas de niños pastunes “pasan” cuando uno se encuentra en una misión global de Dios y/o la Historia.
Esa es la “paradoja de la gracia.”

Mientras tanto, el Pentágono de Obama trató de culpar por la abominable carnicería desde el cielo en Bala Boluk… a “granadas de los talibanes.”

Un susto para los neoyorquinos y la matanza de afganos

Aproximadamente al mismo tiempo mientras los aldeanos de Grani recogían los restos de sus niños pulverizados, Obama y su secretario de defensa republicano Robert Gates pidieron disculpas al pueblo estadunidense y despidieron a un funcionario de la Casa Blanca. Lo hicieron porque una sesión fotográfica sobre Manhattan anduvo terriblemente mal. El avión del presidente "Air Force One," había volado demasiado bajo sobre la isla, seguido por un avión jet de caza, aterrorizando a los residentes de la ciudad de Nueva York y a oficinistas al recordarles el 11-S.

El haber asustado a los neoyorquino y despertado los fantasmas del 11-S provocó una disculpa del poder ejecutivo y el despido de un empleado. La matanza real de más de 100 civiles afganos no necesitó una expresión de pesar público o un solo despido. Los gendarmes imperiales incluso llegaron a inventar cuentos infantiles sobre cuántos civiles murieron en Grani (“los talibanes lo hicieron”) – historias que fueron tomadas en serio por los medios “dominantes.”

¡Son ironías y lastres de la cultura imperial!

Por cierto, los muertos estadounidenses del 11-S representan las supremas víctimas dignas en la cultura política/mediática imperante en EE.UU. El New York Times publicó una emocionante serie de todas las fotos y biografías de las víctimas del 11-S que pudo durante muchos meses en 2002. Los medios de EE.UU. no otorgaron nunca jamás una personalización o un respeto parecido a alguno de los mucho más numerosos árabes, pastunes y otros muertos prematuramente por acciones de EE.UU., incluidos más de 1 millón de iraquíes (muertos por otra invasión ilegal que Obama y muchos de sus otros demócratas de guerra mantienen en nombre de la paz y de la “retirada”) que han perecido desde marzo de 2003.

Las víctimas indignas de la conducta canallesca de la superpotencia mueren en una anonimidad masiva, a diferencia de Neda, cuyo nombre conoce Obama. Aparentemente algún tipo de puño de hierro y/o guante de seda es suficientemente poderoso para “impedir· que la mayoría de los ciudadanos de EE.UU. y el presidente de EE.UU. “den testimonio” de la inmensa cantidad de asiáticos del sudoeste y del sur que el “buen EE.UU.” consideró adecuado liberar de la existencia desde y antes del 11-S. Hay “algo fundamentalmente injusto al respecto” (para utilizar las palabras de Obama sobre el asesinato de Neda).

Una semejante falta de interés narcisista a escala nacional es parte importante de la matriz imperial-cultural abundantemente bipartidaria que contribuyó tanto a causar los ataques de los aviones de 2001. Hasta que se supere la perversa dicotomía entre “víctimas dignas” e “indignas” – junto con tanto más en el modo de pensar y la estructura imperial – podremos esperar más, y tal vez mayores, ataques contra la “patria.”

Víctimas invisibles en Perú

Volvámonos ahora hacia algunos eventos recientes en el “patio trasero” hemisférico de la superpotencia.

Pregunta sorpresa Nº 3: Nombre a uno solo de las docenas de ciudadanos indígenas y activistas masacrados por la policía mientras protestaban contra proyectos petroleros y mineros en Bagua, en el norte de la Amazonía peruana en la primera semana de junio de 2009. Encuentre a una Neda entre las cuarenta personas, incluidos tres niños, que murieron a manos de la policía el 6 y 7 de junio. Los peruanos indígenas trataban de proteger la ecología amazónica y su salud social y física contra corporaciones multinacionales que trataban de “avanzar” mediante una serie de decretos del gobierno peruano aprobados para implementar un “Acuerdo de Libre Comercio” con EE.UU. El incidente sólo fue cubierto superficialmente en los medios dominantes de EE.UU., que no informaron sobre la naturaleza del conflicto predominantemente infligido por el Estado y dejaron de lado su subyacente contexto corporativo-globalizacionista y ecocida. También dejaron de lado: el apoyo del candidato presidencial Barack Obama para el Acuerdo de Libre Comercio entre Perú y EE.UU. contrario a los sindicatos, al medio ambiente y a los indígenas – la extensión de la ley de derechos de los inversionistas globales, del Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica a Perú – en el otoño y el invierno de 2007. El candidato Obama afirmó falsamente que la ley contenía importantes protecciones laborales y ecológicas – un engaño por el que fue fuertemente criticado por el trágico John Edwards.

Tendrá que investigar un poco para conseguir algún nombre de los muertos en Bagua, amigo estadounidense. Murieron en la usual anonimidad desdeñosa que se confiere a las víctimas indignas cuando son liquidadas por clientes de EE.UU., y están al lado equivocado de la política global de EE.UU.

Una oportunidad reciente para ser bueno en el patio trasero de la superpotencia

La semana pasada Obama tuvo otra oportunidad de rechazar la noción infantil de que el justiciero Tío Sam podría expresar algún pesar por los asesinatos y el caos que causa en todo el mundo. Durante una visita a la Casa Blanca por la presidenta de Chile, Michele Bachelet, un periodista chileno preguntó a Obama si podría ofrecer una disculpa estatal de EE.UU. por el papel decisivo del Imperio Estadounidense en el golpe del 11 de septiembre de 1973 que derrocó el gobierno elegido del país e instaló la asesina dictadura derechista de Augusto Pinochet. Obama se negó, explicando “Estoy interesado en ir hacia adelante, no en mirar hacia atrás” (¿suena conocido?) El presidente agregó que “EE.UU. ha sido una fuerza enorme por el bien en el mundo” incluso si “ha habido momentos en los que hemos cometido errores.” El periodista no presionó al presidente sobre la “enorme bondad” involucrada en (para mencionar sólo unos pocos “errores” pasados o presentes) matar a 3 millones de indochinos durante los años sesenta y setenta, matar a un millón de iraquíes con “sanciones económicas” durante los años noventa, hacer una contribución exageradamente sobredimensionada al calentamiento global y otras formas de contaminación planetaria, encarcelar a más de 2 millones de sus propios ciudadanos, sostener dictaduras en Egipto y Arabia Saudí, representar casi la mitad de todos los gastos militares del mundo, y sostener un imperio que incluye más de 760 bases ubicadas en más de 130 países en un planeta donde más de 2.000 millones de personas viven y mueren con menos de un dólar por día, gracias a un sistema capitalista mundial que el gobierno de EE.UU. trata desde hace tiempo de proteger y expandir con, bueno, un puño de hierro cuando “es necesario.”

Precisamente la semana pasada, los eventos en Honduras ofrecieron a Obama una brillante oportunidad para “avanzar” como “una enorme fuerza por el bien en el mundo” si hubiera actuado con decisión contra los oficiales militares que realizaron un golpe contra el presidente Manuel Zelaya de Honduras, democráticamente elegido, de tendencia izquierdista. El golpe fue (naturalmente) realizado por fuerzas militares entrenadas y financiadas por EE.UU., y con equipos militares suministrados por EE.UU. Obama posee el poder para restaurar a Zelaya a su justo puesto en Honduras, una nación cuyo gobierno y economía dependen excesivamente de EE.UU. Más que eso, hay preguntas inquietantes sobre el papel de Washington antes del golpe. Como señaló el lunes por la mañana el incisivo periodista y autor izquierdista Jeremy Scahill:

“Es imposible imaginar que EE.UU. no haya sabido que se preparaba el golpe. De hecho, fue básicamente confirmado por el New York Times en el periódico del lunes… Aunque EE.UU. había emitido declaraciones muy competentes criticando el golpe – después de los eventos en Honduras – podría haber utilizado su tremenda influencia económica antes del golpe y dicho a los conspiradores militares que renunciaran. Los vínculos de EE.UU. con el establishment militar y político hondureño son demasiado profundos como para que todo esto haya podido pasar sin tener por lo menos apoyo táctico de EE.UU. o que algunos responsables políticos o militares de EE.UU. no hayan hecho la vista gorda.”

“Hay que considerar algunos hechos: EE.UU. es el principal socio comercial de Honduras. Los conspiradores/partidarios del golpe en el Congreso de Honduras son partidarios de los ‘acuerdos de libre comercio’ que Washington ha impuesto a la región. Los dirigentes del golpe ven sus acciones, en parte, como rechazo a la influencia de Hugo Chávez en Honduras y en Zelaya y como un apoyo a EE.UU. y a la ‘visión’ de EE.UU. para la región. Obama y los militares de EE.UU. probablemente hubieran podido detener este golpe mediante una simple serie de llamados telefónicos.”

Según el destacado historiador Greg Grandin un día después del golpe: “Las fuerzas armadas hondureñas son efectivamente subsidiarias del gobierno de EE.UU. Honduras, en su conjunto, si algún país latinoamericano es totalmente de propiedad de EE.UU., es Honduras. Su economía se basa totalmente en el comercio, la ayuda externa y las transferencias. De modo que si EE.UU. se opone a que continúe este golpe, no continuará. Zelaya volverá, si EE.UU. – si Obama e Hillary Clinton son sinceros en sus declaraciones sobre la vuelta de Zelaya al poder.”

El domingo, Obama expresó su “profunda preocupación” por “la detención y expulsión del presidente Mel Zelaya” y llamó a “todos los protagonistas políticos y sociales en Honduras a respetar las normas democráticas” y el “vigor de la ley” para resolver “las tensiones y disputas existentes… mediante el diálogo libre de toda interferencia extranjera.”

A pesar de todo, la Casa Blanca, que mantiene más de 500 soldados y una cantidad de aviones y helicópteros en una base hondureña, se ha negado a declarar oficial/legalmente que la destitución de Zelaya es “un golpe”. Una declaración semejante provocaría (bajo la Ley de Ayuda al Exterior) un recorte de decenas de millones de dólares de la ayuda de EE.UU. a la nación centroamericana. Según Reuters, “El Departamento de Estado [de EE.UU.] ha solicitado 68,2 millones de dólares en ayuda para el año fiscal 2010 [para Honduras], que comienza el 1 de octubre, un aumento respecto a los 43,2 millones de dólares en el actual año fiscal y a los 40,5 millones de dólares de un año antes.”

John Negroponte, ex embajador de EE.UU. en Honduras y un destacado personaje, sanguinolento, de la coordinación estadounidense del terror derechista de asesinato masivo en toda Centroamérica bajo Ronald Reagan, dijo al Washington Post que la renuencia del gobierno de Obama a reconocer plenamente la realidad de los recientes eventos “parece reflejar renuencia a que Zelaya vuelva incondicionalmente al poder.”

¿Trabajará seriamente EE.UU. por el retorno de Zelaya? La secretaria de estado de Obama, Hillary Clinton, dijo: “No hemos presentado ninguna demanda en la que insistamos, porque estamos trabajando con otros a favor de nuestros objetivos en última instancia.” En una información para periodistas del lunes, el portavoz de la Casa Blanca, Ian Kelly, tuvo un interesante intercambio con la prensa:


Mr. Kelly: Creo que [el golpe] es ilegal, sí. Quiero decir, no creo que hubo – mire… Como digo, no soy un abogado internacional. Pero esto no fue una solución democrática para algunos de los conflictos que vimos que conducían a los eventos de ayer. Y creo que eso – ese es nuestro problema real con este, y creo que ese el problema con todos nuestros colegas en la Organización de Estados Americanos.

Pregunta. ¿Es justo decir que el Secretario dijo, mire, como cosa práctica, esto es un golpe, pero todavía no hacemos esa determinación legal formal que, claro está, provocaría entonces el corte de la mayor parte de la ayuda?

Mr. Kelly: Sí.

Pregunta: ¿Que estabais esencialmente tratando de crear un cierto espacio para tratar de llegar a un resultado negociado?

Mr. Kelly: Creo que nosotros – ahora mismo, estamos llamando a todas las partes a llegar a una solución negociada.


La superpotencia podría haber impedido el golpe anticipadamente con algunos llamados telefónicos y amenazas bien dirigidas. Con sólo una ínfima parte de la fuerza militar y política que invierte en el apoyo a invasiones y ocupaciones ilegales (Iraq, Afganistán, y Palestina) y dictaduras en el Sudoeste Asiático rico en petróleo, podría (en línea con la mayoría de la opinión latinoamericana y global) restaurar rápidamente al poder al presidente democráticamente elegido en Honduras.

Contra el desarrollo independiente

Hay que esperar alguna especie de “solución negociada.” Frente a un equilibrio de fuerzas y de opinión modificado, tendiente a la izquierda, en Latinoamérica, la Casa Blanca probablemente dejará volver a Zelaya bajo una base condicional (hay que pensar en Bill Clinton y Jean Bertrand Aristide de Haití en 1994), reinstalándolo bajo términos más disciplinados, amistosos hacia EE.UU. La resolución intermediaria que busca la Casa Blanca ciertamente no llega a lo que se esperaría de una verdadera “fuerza enorme por el bien en el mundo” y corresponde bastante bien al modo de pensar imperial articulado en “Audacia de la Esperanza” de Obama, antes mencionado (y profundamente conservador):

“Por cierto existen aquellos que estarían en desacuerdo con mi premisa inicial – que cualquier sistema global construido a la imagen de EE.UU. puede aliviar la miseria en los países más pobres… En lugar de ajustarse a la reglas de EE.UU., dice el argumento, otros países debieran resistir los esfuerzos de EE.UU. por expandir su hegemonía; en su lugar debieran seguir su propio camino hacia el desarrollo, siguiendo la orientación de populistas tendientes a la izquierda como Hugo Chávez de Venezuela, o volviéndose hacia principios más tradicionales de organización social, como la ley islámica… Creo que [Chávez y otros críticos de EE.UU. y del neoliberalismo] se equivocan… El sistema de [así llamados – P.S.] libres mercados y [así llamada – P.S.] democracia liberal… ofrece a los pueblos del mundo su mejor probabilidad de una vida mejor”
(Obama, Audacity of Hope, p. 315).

Es obvio que el capitalismo no hace algo semejante. Las reflexiones del candidato Obama terminaron en un juicio profundamente falso, apropiadamente rechazado por Mel Zelaya, quien llegó al poder a principios de 2006 como político de centroderecha, pero subsiguientemente se orientó hacia la izquierda y condujo a su nación, desesperadamente empobrecida y controlada por EE.UU., hacia la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) de Hugo Chávez.

A decir verdad, el no tan “libre mercado” y el sistema “democrático liberal” de capitalismo de Estado y democracia administrada por las corporaciones se oponen obviamente cada vez más a la “probabilidad de una vida mejor” de la gente de a pie dentro del propio EE.UU. Pero ese es otro tópico, aunque íntimamente relacionado, en la saga del Imperio Estadounidense y de Desigualdad y Cía.


El veterano historiador radical Paul Street (paulsrtreet99@yahoo.com) es autor de “Empire and Inequality: America and the World Since 9/11” (Boulder, CO: Paradigm), “Segregated Schools: Educational Apartheid in the Post-Civil Rights Era” (New York: Routledge, 2005); “Racial Oppression in the Global Metropolis” (New York: Rowman & Littlefield, 2007 y "Barack Obama and the Future of American Politics": www.paradigmpublishers.com/Books/BookDetail.aspx?productID=186987.


Fuente: The Empire and Inequality Report

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El Ejército hondureño reconoce que cometió "un delito" al sacar a Zelaya del país


europapress.es
03/07/2009

El asesor jurídico del Ejército hondureño, coronel Herberth Bayardo Inestroza, reconoció hoy que se cometió "un delito" al sacar al presidente Manuel Zelaya del país pero defiende que se hizo con el fin evitar un derramamiento de sangre. Asimismo, aseguró que no se puede hablar de golpe de Estado puesto que la Fuerza Armada actuó conforme a lo estipulado por la Constitución y después de que el mandatario hubiera actuado ilegalmente.

"Sabemos que ahí hay delito. En el momento que nosotros lo sacamos del país en la forma en que se sacó hay un delito, lo que pasa es que ese delito, en el momento en que se conozcan las circunstancias en que se dio, va a haber justificación y un eximente que nos va a proteger", señaló Bayardo en una entrevista concedida a los diarios 'El Faro' y 'Nuevo Herald'.

Según el asesor jurídico, la decisión de sacar a Zelaya hacia Costa Rica la tomó "la junta de comandantes" de la Fuerza Aérea después de medir "las consecuencias de lo que iba a suceder si nosotros lo dejábamos en el país". "Medimos los riesgos y lo que podía suceder", añadió.

"Analizamos la situación jurídicamente y se le dijo al general que era más conveniente sacar a este señor", explicó, en referencia al jefe del Estado Mayor, general Romeo Vázquez. "Son riesgos que se tienen que correr, si lo hubiéramos dejado acá ahorita estuviéramos enterrando un montón de gente", subrayó.

En la entrevista, el coronel Bayardo explica pormenorizadamente los hechos que llevaron a la destitución de Zelaya. Así, dijo que había con el presidente "una excelente relación" hasta que éste dio "la orden ilegal" de que las Fuerzas Armadas participaran en la organización de la consulta de cara a la celebración de un referéndum para reformar la Constitución.

Entonces, a finales de abril, indicó, hubo una reunión con el presidente y "nos dijo que no nos iba a meter en ese problema, y nos mintió". Por eso, cuando el pasado 24 de junio dio la orden de que se dispusiera todo para la celebración de la consulta, representantes de la Junta de Comandantes advirtieron a Zelaya que "la orden no se iba a cumplir porque era ilegal".

Fue en ese momento cuando el presidente destituyó al jefe del Estado Mayor Conjunto y todos los comandante pusieron su cargo a disposición del presidente, relató. Llegado a ese punto, según Bayardo, el Ejército ya no tenía ninguna confianza en el presidente puesto que éste "estaba utilizando a la Fuerza Armada como una herramienta política y el hecho de llegar por el voto a la presidencia no le da derecho a delinquir".

ZELAYA ESTABA "FUERA DE ORDEN"

En opinión del asesor militar, el Tribunal supremo debería haber "inhabilitado" a Zelaya porque "ya no respetaba a nadie". "Estaba totalmente fuera de orden (...) pensar que a ese señor lo tuvimos como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas... nos da frío", aseguró. "Nosotros somo hombres de principios, hombres de honor, fue una decisión dolorosa dar ese paso", agregó.

Por otra parte, en cuanto a las críticas de la comunidad internacional a lo sucedido y las denuncias de golpe de Estado, el coronel Bayardo consideró que se debe a que "no entienden lo que ha pasado en Honduras". "Para que haya un golpe de Estado se tiene que romper el orden constitucional y aquí no se ha roto", subrayó.

En cuanto al posible regreso de Zelaya al país, Bayardo dijo que el Ejército apoyará a la Policía para que proceda a su detención, "porque en ese momento va a ser la Policía quien lo va a capturar". Asimismto, se mostró convencido de que "no se va a retirar" la orden internacional de arresto dictada contra el ex mandatario.

Preguntado sobre la posibilidad de un acuerdo político que permita el regreso de Zelaya, el asesor del Ejército consideró que "si eso llega a suceder va a ser el principio del fin del Estado de Derecho en Honduras, porque él no va a cambiar, va a seguir con sus ideas izquierdistas".

VENEZUELA, BOLIVIA Y ECUADOR

"No hay que ser tan inteligente para darse cuenta de lo que ha sucedido en Bolivia, Ecuador y Venezuela, para saber qué es lo que viene (en Honduras). En esos países han establecido control sobre el Ejército y controlando el Ejército se da lo demás", opinó, denunciando que en todos esos casos "nadie ha dicho nada". Así, recordó que el presidente venezolano, Hugo Chávez, "ha extraditado al alcalde de Caracas, que es elegido por votación popular, y nombrado un alcalde él" y "nadie dice nada".

Así las cosas, el coronel Bayardo reconoció que al Ejército le resulta difícil convivir con un Gobierno de izquierda. "Difícilmente nosotros, con nuestra formación, podemos tener relación con un Gobierno de izquierda, eso es imposible", señaló, para añadir: "yo personalmente me hubiera retirado".

No obstante, según el asesor del Ejército, Zelaya representa "una izquierda de mentiras, porque es un ganadero de la zona sur que ha vivido siempre acomodado". Según él, "lo que pasa es que aprovechó la coyuntura de los petrodólares". Asimismo, dijo que el presidente depuesto "es inteligente y no va a regresar a Honduras", pero si llegara el caso de que se le restituyera como presidente aseguró que "pido la baja y me voy del país, porque nos van a perseguir igual que los políticos que han estado involucrados en esto".

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Petras opina sobre elecciones en Irán y Argentina


"Ninguna persona razonable podría descontar el hecho de que el gobierno recibió una mayoría"

Efraín Chury Iribarne
Rebelión
03-07-2009

Comentario para CX36 Radio Centenario del sociólogo norteamericano, Prof. James Petras.

Chury: Muy bien. Petras, la primera pregunta que te quería hacer hoy porque no te he preguntado en las tres últimas entrevistas, es ¿cuál es tu tema central en el que ahora estás trabajando?

Petras: Bueno, son dos los temas más calientes en este momento: primero las elecciones en Irán y las controversias sobre la legitimidad de las elecciones y quién está atrás de los combates y las manifestaciones y para qué están montando esta protesta con tanta intensidad. La segunda cosa, es la profundización de la depresión norteamericana y las implicaciones que tenemos sobre el próximo período.

Chury: Lo de Irán interesa mucho aquí porque hay mucha gente que no ve toda la temática de Irán como un tema solamente interno sino con intromisión de agentes exteriores, ¿eso puede ser así?

Petras: Sí, porque el gobierno norteamericano ha dado 400 millones de dólares para financiar la desestabilización de todas formas. Eso está documentado.Hace un año que están canalizando dinero a partir de ONGs particularmente a los estudiantes en Irán que están vinculados a partir de sus organizaciones con las ONGs en el exterior que sirven como canal de financiamiento. Entonces no hay ninguna duda que los estudiantes -entre otros- han recibido dinero desde el gobierno norteamericano precisamente para levantarse y protestar.

Eso es una parte del problema. Segundo es el hecho de que hay suficiente descontento particularmente entre la clase media y los profesionales por las restricciones sobre la expresión de la palabra, el clericalismo, el exceso de moralismo, .. Dos cosas: una es la manipulación y utilización por parte principalmente de Estados Unidos, Inglaterra y otros para tratar de dividir el país, debilitarlo y facilitar la neutralización de Irán como factor de apoyo a las fuerzas antiimperialistas como Hamás, Hezbolla y otros. El otro lado es que hay reivindicaciones legítimas que están mezcladas y utilizadas en eso que uno no puede decir simplemente que son instrumentos del imperialismo, hay de las dos cosas mezcladas.
Segundo, las fuerzas que apoyan al gobierno incluyen a mucha gente popular que está a favor del gobierno porque han recibido créditos fáciles, han recibido enormes fondos económicos para la agricultura, el perdón de deudas de los agricultores campesinos; las clases urbanas, los trabajadores, han recibido aumentos de salarios particularmente los maestros, el sector público y otras medidas así.
Del otro lado hemos visto cómo en los países vecinos, incluso las incursiones violentas y asesinatos en las provincias fronterizas, que muchos iraníes están muy a favor de la mano dura y la postura del gobierno en relación con la seguridad nacional, protección del país, para que no caiga en las condiciones de Irak, Pakistán y Afganistán donde los Estados Unidos han metido tropas y ha asesinado casi un millón quinientas mil personas.
Este factor pesa mucho en favor del gobierno en la consideración de los votantes. Y en esta situación mucha gente, incluso sindicalistas y obreros, han apoyado al gobierno en algún sentido como el mal menor frente a tendencias en la oposición pro occidental, pro imperialista o por lo menos que no le da la importancia que debe tener el factor seguridad nacional.
A pesar de ser represivo, prefieren un gobierno fuerte frente a la agresividad norteamericana-israelita.

Por otro lado, obviamente, está el discurso del presidente contra la corrupción, incluso atacando a los clericales oficiales que se han aprovechado de su poder para enriquecerse. Hubo muchos discursos del presidente atacando la corrupción clerical y eso ha tenido una gran resonancia entre la gente popular religiosa que está bastante fastidiada por la corrupción de los altos cleros.
Y estos son factores reales y hay una división entre la cúpula. Hay sectores clericales con la oposición y otros con el gobierno. Entre la juventud también hay una gran división entre la juventud pobre y trabajadora y los universitarios. El problema es que los medios han dado sólo la voz de los universitarios de clase media como supuestamente representativos de toda la juventud, que no es así.

Los medios han canalizado mucho de la propaganda y han explotado la situación más que los gobernantes.
Si uno analiza las opiniones de los gobernantes, por ejemplo Obama, no se han metido a juzgar las elecciones, no han dicho que fueron un fraude ni mucho menos que el gobierno ha engañado a todo el pueblo. Han dicho que tienen dudas, consideraciones controversiales y simplemente han tomado posición contra la represión.
Lo mismo en Europa con la excepción de Sarkozy en Francia y de Inglaterra que han atacado el proceso electoral. La gran mayoría de los países de Europa han criticado la mano dura contra los manifestantes pero los medios, principalmente la BBC y los diarios New York Times, han dado la gran voz sobre “el fraude”, utilizando siempre la voz de la oposición como fuente de información. No toman en cuenta ninguna de las grandes movilizaciones en favor del gobierno y siempre muestran a tres mil manifestantes el sábado como continuación de la protesta y siempre exageran lo que hay.
Hay oposiciones que en algunas ocasiones han movilizado a mucha gente pero en general los medios están a la vanguardia sobre este esfuerzo de desprestigiar el proceso. Y uno se tiene que preguntar por qué los medios son más agresivos que los gobernantes en muchos casos.
La influencia sionista particularmente en los medios de comunicación angloamericanos es muy fuerte. Israel está a la cabeza de las fuerzas contra las negociaciones con Irán, incluso los medios han dado mucha voz a sionistas atacando a Obama porque no ha denunciado el proceso electoral. Están tratando de deslegitimar las elecciones para que el gobierno no tenga interlocutor en Irán .Este juego entre los medios del sionismo y los esfuerzos de provocar una ruptura de confrontación, le está haciendo el juego a Netanyahu. Ahora, lo curioso en esta situación es que, desde los trotskystas que imaginan una revolución a partir de las movilizaciones de los estudiantes financiados por la CIA y los neoconservadores y otros sectores de derecha, los sectores de izquierda se dan la mano con la derecha en este frente negando el resultado electoral.
Pero ninguna persona razonable podría descontar el hecho de que el gobierno recibió una mayoría.
Uno puede cuestionar si era una mayoría del 63 % como reclaman los gobernantes o si es menos, es 55%, 54%.
Todos los partidos de la oposición tenían representantes en los 50.000 puntos de votación, durante la votación y después, durante el conteo, y no registraran casos de fraude.
Si uno analiza los resultados, unos dicen que el conteo de los votos era muy rápido, pero Musavi, la oposición, declaró la victoria antes de que terminasen las elecciones. Entonces, el gobierno tenía prisa en el conteo para anunciar rápidamente y repudiar esta decisión prematura de la oposición de declarar su gran victoria antes de que terminasen las elecciones, esta es la razón de que funcionen con tanta prisa. Y lo mismo el hecho de que en algunas provincias donde la oposición tiene una afinidad de lengua, -azeri-. No es casual que ganase el presidente, porque precisamente es en estas regiones donde el gobierno ha hecho bastante política populista.
El otro hecho es que el presidente, lo mismo que Musavi, habla azeri. No es que uno monopolice el idioma de la minoría, sino que el presidente también maneja ese idioma y tiene afinidad por las mismas provincias. Por tanto, todas las excusas e invenciones de la oposición no tienen peso.

Ahora, nosotros, en este caso, yo creo que, lo primero, tenemos que ser objetivos sobre el resultado. Segundo, repudiar la intervención norteamericana y la política tras de eso. Eso no implica que nosotros apoyemos un gobierno clerical, un gobierno que ha reprimido algunas huelgas y protestas de la clase obrera. No es un cliché para decir que automáticamente porque está contra el imperialismo está en nuestro campo. Pero una cosa es tener crítica fuerte sobre aspectos de la política del gobierno y los que ganan y del otro lado aceptar toda su política.

Chury: Voy a la interna de los Estados Unidos de la cual me hablabas también como uno de los trabajos que estabas haciendo.

Petras: Sí. Bueno, aquí tenemos los últimos datos del buró de estadística laboral que lo que tienen son dos tipos de cifras. Uno es lo que llaman de la desocupación oficial o no oficial sino que es el conteo de los que han perdido el trabajo y no encuentran trabajo y que han trabajado por lo menos una hora por semana y es 9,4. Pero si incluimos a los que han perdido el trabajo y han dejado de buscar trabajo, si incluimos a la gente que está trabajando pocas horas y quiere trabajar tiempo completo y si consideramos los grupos que han trabajado y han perdido trabajo y vuelven a trabajar entre diferentes meses, tenemos la cifra de 17% de desocupados. 17 % es una cifra de depresión.
Si analizamos los subgrupos, los negros tienen 14 % de desocupación arriba del 9%, los hispanos tienen 20% de desocupación.
Las cifras de desocupación siguen creciendo en relación con el período de gobierno de Obama sin parar. Y los pronósticos para el futuro son que las cifras van a superar el 20 % incluyendo todas las categorías que mencionamos. A uno de cada cinco obreros por lo menos hasta el fin del verano en setiembre, les va a afectar ese 20 % o arriba de porcentaje.

El segundo asunto es que las últimas encuestas en Estados Unidos están en favor de un plan nacional público de salud. 72 % de los norteamericanos quieren un plan nacional público de salud y eso va contra el Congreso donde el 80 % están en el bolsillo de las compañías de seguros privados, las farmacias y las asociaciones de médicos privilegiados. Yo creo que el hecho de que tenemos una enorme discrepancia entre la política económica que no ha menguado la desocupación sino que la están exacerbando, segundo está muy distante de lo que el pueblo pide en salud, muestra cómo el sistema político norteamericano no representa los intereses y la preferencia de la gran mayoría de los norteamericanos. Hay una enorme brecha entre lo que la clase política: la Casa Blanca y el Congreso hacen y las preferencias norteamericanas.
Y lo curioso es con un crisis de tanta profundidad social y tan extensa y que parece de larga duración, ¿por qué no hay más protestas, por qué no hay movilizaciones sociales, por qué la gente profundamente afectada no ha salido a las calles, por qué no hemos visto procesos de levantamientos? Primero en Estados Unidos es muy evidente que la gente afectada no ha actuado colectivamente. Segundo, en Europa el nivel de protesta es mayor que en Estados Unidos pero no llega a grandes huelgas generales por lo menos en los últimos períodos e incluso en América Latina donde la crisis económica empieza a tocar en algunos niveles, no vemos un surgimiento en la izquierda radicalizada ni en las elecciones que vienen en Argentina ni en otras partes. Es que la crisis económica mundial no ha provocado ningún levantamiento. Hace 10 años que hay crisis en América Latina. provocando insurrecciones en varias partes: en Argentina, Bolivia, Ecuador y grandes movilizaciones. Ahora con esta crisis que estamos viviendo todavía no se muestra una contra fuerza, movilizaciones que busquen la transformación, a pesar que es evidente que el capitalismo está quebrado, que está destruyendo empleos, cerrando fábricas. ¿Y dónde está la izquierda en este panorama?

Chury: Quería preguntarte antes de terminar porque es importante tener una opinión tuya sobre esto: ¿qué está pasando en Argentina? ¿Es el poder mediático, es la cabeza de los argentinos, son las variables del peronismo? ¿Qué está pasando en Argentina que Narváez, un colombiano de Uribe, puede ganar las elecciones en la próxima instancia?

Petras: Es un cuento largo de analizar porque estamos hablando de las insurrecciones del año 2001-2002 y hasta ahora en estos siete años hay muchas cosas que han pasado para revertir la política. En parte la política de Kirchner y Cristina Fernández ha neutralizado y desmovilizado a la gente, los dirigentes populares, las organizaciones.

Segundo, la izquierda sigue fragmentando cualquier respuesta desde abajo en 20 pedacitos, cada cual con su banderita.

Tercera, frente a las dificultades la derecha se presenta cómo un rechazo al status quo, con un discurso seudo populista, bien financiado con los medios de comunicación. Los medios son efectivos cuando la gente está desmovilizada y no politizada y creo que en este ambiente podríamos entender algo de lo que está pasando.

Cinco años de desmovilización y acomodo gradual con el status quo ha dejado a la gente sin referentes y frente a esta situación la derecha está aprovechando y utilizando sus instrumentos mediáticos.

Chury: Sí, llama la atención en la Argentina, un país que habitualmente está tan apegado a su nacionalidad, a sus banderas y a sus cosas, esté consagrando en las elecciones a un extranjero. Es como llegar a un extremo, ¿no?

Petras: Los votantes no están votando porque es extranjero o no. Creo que es un mensaje que se está aprovechando de las limitaciones y fracasos de un gobierno de centro izquierda, culpando esta política por los problemas emergentes de la crisis y aprovechando que la izquierda no es una fuerza coherente porque hay docenas de organizaciones, alianzas, etc. La gente simplemente está dando un voto no. Voto no frente a la crisis, voto no contra la ineficiencia del centro izquierda porque hay mucha gente menos politizada que asocia este gobierno Kirchner-Fernández con la izquierda. Desafortunadamente asociando la izquierda con la crisis, dan la vuelta y votan por la derecha sin tomar en cuenta que la derecha va a profundizar y exacerbar la misma crisis.

Es un simple voto de protesta que va hacia este millonario colombiano

Chury: Bien Petras, te agradezco muchísimo.

Petras: Gracias Chury, un abrazo


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Un tipo llamado Francisco Javier López Álvarez, alias "Patxi López"


J.M. Álvarez
Rebelión
03-07-2009

Iñigo Urkullu, presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), llegado al cargo de la mano de Ibarretxe (el último de los lehendakaris) se lamenta de los ataques que recibe su partido desde el Gobierno vasco, parido por el pucherazo que propicia la franquista Ley de Partidos -avalada por el Tribunal de Estrasburgo-, y advierte, con razón, que esos ataques sólo generan odio.

Nada nuevo bajo el sol. A los hijos de la Gran Patria les encanta sembrar odio, basta con leer las manifestaciones de Carlos Iturgaiz, eurodiputado del Partido Popular (PP), en las que desea fumigar (¿con gas Ciclón B, quizás?) no sólo a ETA, sino incluso a los miembros de II-SP, algo que se desprende de su “sabemos que la lista de II-SP es la lista de los criminales” (sic).
Francisco Javier López Álvarez, alias "el Patxi" (Lehendakari ilícito), junto al resto de invasores de Ajuria Enea, ha iniciado una estrategia denominada “el comienzo de la verdadera historia de la sociedad vasca”. En consecuencia, van y vienen a Madrid; visitan al obrero presidente Zapatero; se dan una vuelta por las luminosas instancias del ministerio del Interior para convertir a la Ertzaintza en un cuerpo auxiliar de la policía del régimen (conque le cambien el uniforme es suficiente);han decidido terminar con el sesgo (dicen que demasiado independentista) de la radio y televisión vascas; se van a lanzar sobre las ikastolas (según ellos, nidos de etarras en embrión), y no sabemos cuántas cosas más tendrán en mente. Objetivo: destruir la cultura e identidad de un pueblo, alienarlo y borrar la reivindicación de la independencia.
Tras el último atentado de ETA, don Francisco Franco, perdón, quise decir Francisco “el Patxi”, advirtió que usaría medios más contundentes, sin aclarar qué clase de medios (échate a temblar Urkullu), y bramó su “euskaldun hiltzaileak hil digu hiritarar” (el asesino vasco nos ha matado a un ciudadano), aclarándonos de esa guisa, que hay vascos y ciudadanos; por tanto los vascos no son ciudadanos, sino asesinos. Por cierto, ¿dónde ubicará al ex preso desaparecido, Jon Anza? ¿Habrá previsto una categoría especial donde incluir a los pistoleros democráticos que tanto gustan de las guerras sucias que parecen regresar?
Afirma el “Lehendakari” que hay nuevos hechos para ilegalizar a II-SP ¿Y cuáles son esos hechos? Pues que II-SP fue votada mayoritariamente por el mundo abertzale. Como es lógico, se congratula de que un tribunal europeo dictamine que la seguridad de la burguesía está por encima de la libertad, lo que, dicho en román paladino, significa marginar miles de votantes, total: una minucia. Lo primero es lo primero, y el recorte de libertades es gloria bendita para la subsistencia de todo Estado burgués. ¿Construirá “el Patxi”, una cárcel capaz de albergar, como mínimo, a ciento cincuenta mil vascos que votan revolución e independencia?
Fumigaciones; limpiezas en los órganos informativos; amenazas; medios más contundentes; segregaciones avaladas por Estrasburgo... elementos que dan alas pico y patas a don Francisco Javier López Álvarez, alias "Patxi López”, para realizar apologías de la venganza contra las que, seguro, no habrá un fiscal aburrido que abra investigación. Sin embargo, a Alfonso Sastre, por exigir diálogo y paz, lo quieren empapelar. Porca miseria...
http://jmalvarezblog.blogspot.com/



Ofensiva contra el independentismo vasco
El Tribunal de Estrasburgo avala la ilegalización de formaciones políticas y candidaturas vascas
El Tribunal de Estrasburgo emitió ayer tres sentencias en cascada en las que señala que la ilegalización de Batasuna y las posteriores anulaciones de listas para las elecciones municipales de 2003 y europeas de 2004 no vulneran la Convención Europea de Derechos Humanos.


I. IRIONDO GASTEIZ
Pese a que su publicación no figuraba en las previsiones oficiales anunciadas para esta semana y después de que el Gobierno español filtrara su contenido a determinados medios de comunicación, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dio a conocer ayer tres sentencias por las que señala que la ilegalización de HB y Batasuna y la anulación de agrupaciones electorales no viola la Convención que protege la libertad de reunión y asociación, pues entran dentro de las restricciones que legítimamente pueden abordarse para salvaguardar la seguridad pública y el orden. En definitiva, que el Tribunal de Estrasburgo avala las medidas de apartheid político dictadas por el Estado español contra la izquierda abertzale, al menos hasta 2004.
Como cabía esperar, los mandatarios españoles que idearon y aplicaron la Ley de Partidos se mostraron exultantes de satisfacción. Entre tanto, los afectados por la ilegalización anunciaban que comparecerán hoy ante los medios para hacer sus primeras valoraciones.
En el caso de Herri Batasuna y Batasuna, la acusación contra el Estado español se basaba en la vulneración del artículo 11 de la Convención europea de Derechos Humanos que sostiene que «toda persona tiene derecho a la libertad de reunión pacífica y a la libertad de asociación» y que «el ejercicio de estos derechos no podrá ser objeto de otras restricciones que aquellas que, previstas por la Ley, constituyan medidas necesarias, en una sociedad democrática, para la seguridad nacional, la seguridad pública, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud o de la moral, o la protección de los derechos y libertades ajenos».
Los abogados de las formaciones independentistas venían a decir que la Ley de Partidos se había redactado buscando su ilegalización y que se había aplicado con carácter retroactivo, lo que no es apoyado por el Tribunal de Estrasburgo, que considera, que desde su aprobación hasta la sentencia ilegalizadora, pasó un tiempo en el que los partidos afectados podían haberse adaptado a la ley y que los hechos utilizados para la ilegalización son posteriores a la entrada en vigor de esa norma.
Los demandantes señalaban también que el objeto de la disolución de Batasuna era ilegítimo, pues pretendía eliminar al independentismo del panorama político. El Tribunal asegura, por contra, que la existencia de otros partidos «separatistas» legales demuestra que esto no es cierto, y añade que la actuación es legítima puesto que busca «el mantenimiento de la seguridad pública, la defensa del orden y la protección de los derechos y libertades de los demás».
Sin analizar las «pruebas»
Un tercer motivo para el recurso era la falta de proporcionalidad entre la «gravedad» del listado de acciones que sirvieron para avalar la ilegalización y los efectos de dejar fuera de la legalidad a una formación política.
Cabe recordar que entre aquellas «pruebas» figuraban no designar representantes en la comisión parlamentaria de víctimas de Gasteiz, participación de alcaldes y concejales en manifestaciones en defensa de los derechos de los presos políticos vascos, no condenas de atentados u otras declaraciones que los demandantes consideran que formaban parte del ejercicio de la libertad de expresión.
La respuesta del Tribunal Europeo de Derechos Humanos es que «no tiene la tarea de sustituir a los tribunales competentes, sino comprobar en términos del artículo 11, las decisiones que han hecho bajo su autoridad de evaluación» y, sin entrar a analizar caso por caso las «pruebas» que se le han detallado, concluye que «la acción de los demandantes (HB y Batasuna) debe analizarse en su totalidad como parte de una estrategia para lograr su proyecto político, en esencia contraria a los principios democráticos defendidos en la Constitución. Esto cumple con los motivos de disolución establecido en el artículo 9, apartado 2 c) de la LOPP, es decir, complementar y apoyar la acción política de las organizaciones terroristas con fines de perturbar el orden constitucional o dañar gravemente la paz pública. Por otra parte, en lo que respecta a las alegaciones de las demandantes que estos hechos deben considerarse protegidos por el derecho a la libertad de expresión, el Tribunal considera que los métodos utilizados no respetan los límites establecidos por la jurisprudencia de la Convención, a saber, la legalidad de los medios utilizados para ejercer este derecho y su compatibilidad con los principios democráticos fundamentales». Entre esos «medios» estaba, por ejemplo, la inclusión del anagrama pro amnistía en la página web, uno de los motivos de la ilegalización.
Las agrupaciones de electores
Una vez dictada la sentencia en la demanda de HB y Batasuna contra España, el Tribunal de Estrasburgo hizo públicas también las referidas a agrupaciones electorales creadas para las elecciones municipales y forales de 2003 y los comicios al Parlamento Europeo de 2004.
De partida, la Corte toma posición al afirmar que «está de acuerdo con la afirmación del Gobierno en virtud del cual la disolución de los partidos políticos HB y Batasuna han sido inútiles si podían continuar de facto a través de la los grupos electorales. Por lo tanto, considera que la restricción en cuestión está llevando a cabo los objetivos compatibles con el principio del imperio de la ley y los objetivos generales de la Convención, a saber, la protección del orden democrático».
Por ello avala también la «sucesión» diciendo que «el Tribunal considera que las autoridades nacionales tienen muchos elementos para concluir que el grupo electoral quería continuar las actividades de los partidos políticos declarados ilegales por adelantado».
En cuanto a que decenas de candidaturas fueran anuladas siguiendo un mismo patrón, Estrasburgo aduce que algunas fueron legalizadas al aceptarse sus recursos de amparo, con lo que «esta distinción demuestra el carácter individual de la medida».
Contra estas sentencias cabe recurso y los abogados de los demandantes estudiarán detalladamente su contenido y los pasos a dar en el futuro.
Didier Rouget: «Han primado los intereses de los estados»
Didier Rouget, abogado que ha representado a partidos y candidaturas abertzales en su recurso ante la Corte Europea de Derechos Humanos se reconoce sorprendido por el hecho de que el Tribunal de Estrasburgo haya asumido una «interpretación extremadamente amplia de la noción de terrorismo, para pronunciarse, lejos de su trayectoria garantista, por un recorte evidente de las libertades individuales y colectivas».
Rouget explica que, hasta el presente, la Corte Europea de Derechos Humanos había venido priorizando la defensa de la libertad «incluso frente a atentados a la seguridad». Sin embargo, con la sentencia que ha tomado en el caso Batasuna, «el Tribunal ha adoptado una decisión fuertemente impregnada por el sentido securitario» que se impone en el mundo tras los atentados de 2001 en Nueva York y Washington.
«La Corte ha dado claramente prioridad a la defensa de los intereses de los estados, en este caso del Estado español, frente a los derechos de los ciudadanos», afirma el abogado afincado en Uztaritze.
El letrado remarca que en casos «particularmente graves», como los relativos a Kurdistán y a la persecución de partidos por el Estado turco, el tribunal ha actuado de acuerdo a esa «larga tradición garantista», mientras que «se revela más severo» en el caso de Euskal Herria.
Señala también que, con el debate sobre la Ley de Partidos de fondo, «incluso juristas españoles han expresado sus reservas por la interpretación vaga y extensa que se da a la noción de terrorismo y a la ampliación de los supuestos de apología». Frente a esas reservas, o incluso «al más reciente pronunciamiento del Constitucional en el caso de la lista Iniciativa Internacionalista», estima que la Corte Europea «se ha mostrado notablemente más sensible» a las tesis que priorizan el principio de seguridad frente a las libertades políticas.
Pone como ejemplo de esa «interpretación expansiva», el hecho de que en su sentencia da carta de naturaleza a las «listas negras». «Ello cuando el Consejo de Europa, del que depende el propio Tribunal de Estrasburgo, se ha mostrado marcadamente crítico, mediante la voz de su asamblea, sobre esas listas», remarca sorprendido Rouget.
Preguntado sobre si la defensa de Batasuna recurrirá la sentencia, explica que el artículo 43 de la Convención Europea de los Derechos Humanos, por cuyo cumplimiento debe velar el Tribunal, fija un plazo de tres meses par presentar recurso, en este caso ante la sala principal o Grande Chambre del Tribunal.
La sala ordinaria de la Corte, la que ha decidido en el caso Batasuna, se compone de siete jueces, lo que la convierte en un órgano reducido y, a priori, «más sensible» a las presiones de los estados.
Rouget remarca la circunstancia de que ante la oferta hecha por el propio tribunal de que el caso fuera analizado en la Gran Sala (integrada por 15 magistrados) el representante del Estado español se negó, mientras que el equipo que ha defendido los recursos de partidos y candidaturas abertzales veía con buenos ojos que el caso se viera en esa sala «porque es la encargada de las demandas más importantes o graves».
Por tanto, los recurrentes disponen ahora de tres meses de plazo para presentar recurso. No obstante, Didier Rouget remarca que «antes que tomar cualquier decisión tenemos que analizar en profundidad la sentencia que hemos conocido hoy». Maite UBIRIA
Gobernantes, policías y jueces, muy satisfechos con el fallo
Nada más producirse la filtración inicial del fallo del Tribunal Europeo avalando la práctica de ilegalizaciones en el Estado español, y sin ni siquiera conocer su contenido concreto, comenzaron a producirse las reacciones de satisfacción por parte las autoridades políticas, judicial y policiales que han impulsado la redacción y aplicación de la Ley de Partidos.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó que «la sentencia demuestra que las garantías jurídicas se respetan en España». Y su ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que «de la decisión podemos concluir que en nuestro país no habrá en las instituciones democráticas partidos que defiendan la violencia nunca más». Desde el otro partido que impulsó la Ley de Partidos, el coordinador de Justicia del PP, Federico Trillo, afirmó que «la sentencia ha dejado en evidencia que Batasuna es una organización terrorista».
También en el ámbito judicial hubo muestras de alivio y satisfacción. Fuentes de la Sala del 61 del Tribunal Supremo, autora de la sentencia que disolvió Batasuna, declararon que la decisión de la Corte Europea demuestra que el tribunal español «hace las cosas bien». El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón se mostró exultante hasta el punto de que telefoneó a Jaime Mayor Oreja para celebrar la noticia. También sindicatos policiales mostraron su «satisfacción absoluta» y aprovecharon para pedir que se inste a la ilegalización de Iniciativa Internacionalista.
Mientras tanto, en Euskal Herria hubo reacciones contrarias al fallo. Aralar lo consideró «una mala noticia para la democracia», mientras que EA indicó que «la evolución política, legal y jurídica en el contexto europeo está avanzando en un sentido cada vez más restrictivo». Alkarbide apuntó que «no se puede considerar un éxito que parte de la ciudadanía vasca siga teniendo limitada una de sus libertades cívicas». También se mostraron críticos Ezker Batua y, desde Catalunya, ERC. GARA


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