lunes, 25 de enero de 2010

Se desvanece pluralismo de medios: Afianza monopolios informativos la victoria derechista en Chile


25 de enero de 2010
Hernán Uribe
(especial para ARGENPRESS.info)

El triunfo del derechista Sebastián Piñera en los comicios presidenciales de Chile del 17 de enero liquida la posibilidad de una democratización de los órganos de comunicación que había planteado en su plataforma Eduardo Frei Ruiz-Tagle (EFR) candidato perdedor sostenido por la centrista Concertación por la Democracia que ha gobernado el país desde 1990 año en que terminó la dictadura de Augusto Pinochet.

En un documento emitido por el comando de EFR el 12 de diciembre pasado se dijo que el Estado debería propiciar “El establecimiento de medios de comunicación sin fines de lucro que permitan que la totalidad de los sectores políticos del país dispongan de órganos de comunicación. También se debe crear, a partir de Televisión Nacional de Chile (TVN), estatal) un instrumento de libre acceso con contenidos culturales y artísticos que otorgue espacio a todas las formas de pensar”.

Tales posibilidades, que se están materializando en los países del ALBA son inexistentes en Chile donde en el campo de la prensa rige el dominio de una suerte de dúopolio. Lo forman: la empresa “El Mercurio” que edita una veintena de cotidianos, tres de ellos en la capital encabezados por el matutino del mismo nombre que fue artífice del golpe de Estado en contra del presidente Salvador Allende. El otro es Corporación de Prensa (COPESA) que posee tres periódicos encabezados por “La Tercera”.

Los medios de esas empresas acaparan el 80% de la lectura de diarios y son “premiados” con millones de dólares que reciben de la publicidad estatal. Al revés, los medios que con riesgos, se editaron por los opositores en los años finales de la tiranía, han desaparecido sin haber recibido un centavo de ayuda del Estado. En esa nómina figuran las revistas Análisis, APSI, La Bicicleta, Rocinante y otras y además los diarios Fortín Mapocho, La Ëpoca y Siete Días. La revista “Punto Final”, independiente de izquierda, ha iniciado querellas ante diversos tribunales bajo el argumento de que los dineros del Estado deben ser distribuidos equitativamente pues siempre se le ha negado acceso a la publicidad que realizan los organismos gubernamentales. PF fue clausurada por la dictadura y es una de las poquísimas publicaciones que ha podido reaparecer.

Con lo expuesto es fácil deducir que la política sobre la comunicación de la Concertación ha sido un desastre mayúsculo durante una veintena de años. Su adhesión en esta área a la ideología neoliberal que Pinochet había impuesto a sangre y fuego, la llevó a privatizar una radioemisora estatal (Radio Nacional) e incluso a eliminar la Oficina de Información y Radio (OIR), aparato gubernamental que existía desde los años cincuenta. Se explica así la propuesta de Frei quien cuando ejerció la presidencia en los años noventa, tampoco hizo nada al respecto. El único vocero gubernamental en las dos últimas décadas ha sido el matutino “La Nación”, acerca del cual Piñera dijo durante la campaña electoral que lo eliminaría apenas asuma el poder,

La inercia o quizás mejor llamada complicidad de la Concertación con la prensa comercial conservadora ha impedido- lo dijo el Colegio de Periodistas- el pluralismo informativo y con ello se ha cercenado la real libertad de expresión que fuera inexistente en los 17 años de tiranía castrense. Ambas situaciones contrastan con la auténtica democracia informativa que imperó durante los tres años de la presidencia ejercida por Salvador Allende.

En esa etapa existían los medios comerciales antes mencionados y no es un secreto que fueron financiados por la Central Intellegence Agency (CIA) para fomentar el golpe de estado pues así lo reconoció un informe del Senado estadounidense. Sin embargo, en ese período hubo también cinco cotidianos que respaldaban al Gobierno, como asimismo una cuarentena de radioemisoras, entre ellas varias que pertenecían a los partidos políticos de la Unidad Popular y de otras tendencias, por ejemplo, la Democracia Cristiana y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Todos esos órganos de comunicación fueron eliminados-y robados-por la dictadura.

La victoria electoral de Piñera se debe al Partido Nacional (PN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI), colectividades ambas que emergieron en plena tiranía con el propósito, en esa etapa, de convertir a Pinochet en un presidente civil…Respaldaron entonces una suerte de Constitución elitista y reaccionaria que en alta medida está vigente y a tal grado que en Chile no puede llamarse auténticamente un país en democracia.

A modo de comprobación, mencionaré algunos rubros. Acerca de la libertad de informar, apunta: “La ley en ningún caso podrá establecer monopolio estatal sobre los medios de comunicación social”. ¿Significa ello que los privados sí pueden hacerlo? El artículo 5* “garantiza el pluralismo político”, pero la ley del caso establece un sistema binominal que favorece a poderosas coaliciones y excluye a las minorías en la elección al Parlamento y otras. Dos más de antología: los dirigentes sindicales no pueden ser directivos en partidos políticos y están impedidos de ser electos como diputados o senadores. Idem: se establece el derecho a huelga pero al mismo tiempo se autoriza contratar rompehuelgas…

El nuevo presidente encuentra en esa Constitución un terreno abonado para aplicar su ideología. Tres semanas antes de los comicios el periodista Héctor Vera y el sociólogo Daniel Castro advertían en el diario “La Nación” sobre un eventual triunfo de Piñera: “Se produciría una verdadera situación de despotismo legal. A los poderes que tiene la derecha de control económico y de los medios de comunicación, se le agregaría el control del Poder Ejecutivo”. (*). Y ello ocurrió agregamos nosotros.

*) Entre el despotismo legal y la Democracia progresista. La Nación, 27/12/09 21/1/10

Hernán Uribe es periodista y escritor chileno.

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Palestina: Un funcionario palestino culpa a la Unión Europea del apagón en Gaza


25 de enero de 2010

Un funcionario palestino culpó el lunes a la Unión Europea (UE) por causar un posible apagón propagado por la Franja de Gaza debido a que ha suspendido el pago por el combustible de la central eléctrica de Gaza.

"La UE, desde noviembre, ha detenido el financiamiento de la compra de combustible para la central", dijo Rafeeq Maliha, director de la única central eléctrica en la Franja de Gaza, que se encuentra bajo el control del grupo Hamas.

Por el momento, la central está funcionando a menos de la mitad de su capacidad, "y el combustible disponible puede seguir operando hasta el sábado", agregó la fuente.

Si la Autoridad Nacional Palestina, con sede en Cisjordania, no trabaja en la resolución del problema, "Gaza pasará por un desastre peligroso, y muchos de los servicios básicos se detendrán", dijo el funcionario.

Al anochecer, decenas de miles de casas de la Franja de Gaza caen en la oscuridad. Aunque Gaza obtiene cerca de dos de las terceras partes de su energía de Israel, la alta demanda de electricidad este invierno provocó un desajuste en algunos de los principales suministros de electricidad.

Ra'ed Fatouh, coordinador de los puntos de cruce, dijo que Israel permitió el acceso de diésel industrial a Gaza para la central el domingo, pero sólo una cantidad limitada ingresó para permitir que la planta siguiera en funcionamiento por un día más.

Israel tiene impuesto un bloqueo contra Gaza desde que Hamás tomó poder del lugar en 2007. Desde entonces, se han provocado diversos fallos eléctricos, principalmente debido a la retención de combustible.

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LOS PECADOS DE HAITI


Alejandro Petion

24 Enero, 2010
Eduardo Galeano

La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras.

Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.

El voto y el veto

Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.

Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:

-Recite la lección. Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.

La coartada demográfica

A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el problema:

-Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede.

Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro cuadrado.

En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado… de artistas.

En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.

La tradición racista

Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene “una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización”. Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: “Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses”.

Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: “El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro”.

En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: “Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas”. Más generosamente, otro contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro “puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras”.

La humillación imperdonable

En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.

La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.

El delito de la dignidad

Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.

Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.

La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.

http://www.alternativabolivariana.org/modules.php?name=News&file=article&sid=5878

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HAITÍ-CRUZADA HUMANITARIA

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Los Ministros de Información Árabes Condenan la Injerencia Estadounidense


Al-Manar
24/01/2010

Los ministros de información árabes condenaron el domingo un proyecto de ley del Congreso de EEUU aprobado en diciembre que impone sanciones contra los canales por satélite árabes calificados de “hostiles a EEUU”, entre ellos la cadena de televisión Al Manar.

Tras una reunión de seis horas en El Cairo, los ministros emitieron un comunicado en el que condenaron el mencionado proyecto norteamericano como “una injerencia en los asuntos internos de los estados árabes que regulan sus temas de medios según su propia legislación nacional.”

El proyecto estadounidense, adoptado por una mayoría masiva de 395 votos a favor y 3 en contra, pide medidas punitivas contra las cadenas de televisión en Oriente Medio “que alimentan el odio contra EEUU.” El proyecto pide al presidente de EEUU, Barack Obama, que presente un informe dentro de seis meses “sobre la incitación a la violencia anti-americana en Oriente Medio.”
El ministro de Información marroquí, Jalid al Nasseri, dijo el domingo que la postura árabe estaba basada en el rechazo a aceptar las “injerencias” mientras subrayó que los ministros “rechazan cualquier incitación a la violencia o el terrorismo en cualquier canal de satélite árabe.”
Por su parte, el ministro de Información libanés, Tarek Mitri, subrayó el compromiso de Líbano con la libertad de expresión. “Insistimos en la libertad de prensa y rechazamos cualquier restricción a la misma,” señaló. “Las libertades juegan un gran papel en la vida libanesa y la libertad de los medios resulta evidente en la existencia de un pluralismo,” añadió.

El 9 de enero, el presidente libanés, Michel Suleiman, pidió a EEUU que dé marcha atrás con respecto a
la decisión adoptada por el Congreso norteamericano durante sus conversaciones con el senador John McCain.

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Los Israelíes Perplejos e Indecisos: ¿Guerra con Líbano... o No?


Al-Manar
24/01/2010 Israel se está encabezando hacia una “nueva confrontación” con Hezbollah en el sur de Líbano, dijo un ministro israelí el sábado.

Unas horas después, un alto responsable militar israelí negó los informes acerca de otro conflicto inminente con Líbano y dijo que ellos constituían “una escalada virtual sin base en la realidad.”

Estas dos declaraciones contradictorias fueron realizadas por responsables israelíes en menos de 24 horas y reflejan el hecho de que los israelíes parecen “perplejos” e “indecisos” o incluso “ignorantes” de lo que está ocurriendo, en un momento en el que el “fantasma de Mugniyyeh”, en referencia al mártir jefe de su martirio.

Así pues, el domingo, el mayor general Gadi Eizenkot, del Mando Norte, dijo a los medios israelíes en una conferencia de prensa en Tel Aviv que no había tensiones con Hezbollah en la frontera libanesa un día después de que un ministro israelí advirtiera acerca de una nueva guerra. “Los informes sobre una nueva ronda de combates representan una “escalada virtual” sin base en la realidad, dijo Eizenkot. “Hezbollah no ha llevado a cabo un ataque desde la Segunda Guerra de Líbano. Sin embargo, se está haciendo más fuerte y estamos preparándonos para todas las opciones con el fin de poder actuar de forma efectiva,” añadió.

Por su parte, el viceministro de Defensa israelí, Matan Vilnai, dijo el domingo que aunque Israel hacía frente a amenazas militares de todos los lados, había “hecho todos los esfuerzos” para evitar entrar en un conflicto armado con sus enemigos. Vilnai afirmó que Israel tenía puestos sus ojos en Hezbollah, del que se cree que se está rearmando “en violación de una resolución de la ONU”, y estaba preparado para hacer frente a cualquier amenaza.

Estos comentarios se produjeron el día después de que Yossi Peled un ministro sin cartera, dijera que Israel se estaba encaminando hacia una “nueva confrontación” con Hezbollah.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, buscó disipar las tensiones tras las declaraciones de Peled emitiendo una declaración que decía que “Israelí no desea” tener una confrontación con Líbano. La entidad sionista “busca la paz con Líbano y todos sus vecinos,” añadió la declaración.
El viceministro de Exteriores israelí, Danny Ayalon, dijo el domingo al enviado de las Naciones Unidas en Líbano que Israel veía “el flujo de armas desde Irán y Siria a Hezbollah como la mayor amenaza en la frontera norte.”

Por su parte, Eizenkot advirtió que Hezbollah había duplicado su arsenal de cohetes y que si se producía una confrontación con el grupo libanés, la respuesta de Israel sería “desproporcionada.”

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Sayyed Fadlallah Recibe a Sayyed Nasrallah; Llama a la Unidad


Al-Manar
24/01/2010

En la primera visita anunciada desde julio de 2006, el secretario general de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, acudió a la residencia del Gran Ayatollah Sayyed Mohamad Hussein Fadlallah para interesarse por su estado de salud.

Los dos líderes discutieron la situación en Líbano, la próxima fase y las continuas amenazas israelíes al mundo árabe e islámico a varios niveles en medio del mayor ataque al que hace frente el Islam como religión y también los países, movimientos y posiciones estratégicas de los musulmanes.
Sayyed Fadlallah subrayó la importancia de la consolidación de la situación interna de Líbano, con el fin de hacer frente a las amenazas del enemigo e impedir que éste obtenga ganancias políticas.
Su Eminencia también hizo un llamamiento para abortar los planes de Israel que buscan ampliar las diferencias entre los libaneses mediante acusaciones al liderazgo de Hezbollah y a las armas del partido de que ellos pueden ser la razón de una posible guerra a gran escala contra Líbano.

Tras señalar que a los libaneses no se les había dejado la opción entre impedir o aceptar la agresión, Sayyed Fadlallah pidió a todos los libaneses que consoliden sus posiciones políticas y militares con el fin de desbaratar los planes israelíes e impedir cualquier nueva perversa aventura sionista contra Líbano.

El Gran Ayatollah también apuntó a la necesidad de prestar atención a las relaciones entre los musulmanes, señalando que los enemigos de la nación no podrán lograr sus objetivos y ejecutar sus planes a menos que ellos empujen a los musulmanes a la trampa de la división.

Sayyed Fadlallah hizo un llamamiento a concentrar todos los esfuerzos políticos y culturales para salvaguardar el camino de la unidad islámica y preservarlo frente a todos los intentos de fomentar la cultura de la disparidad y el conflicto.

Su Eminencia pidió a todos los musulmanes que continúen comprometidos con las principales causas de la nación y con la salvaguarda de la unidad dentro de la comunidad islámica y les llamó a resistir las injerencias de los gobiernos occidentales.

Sayyed Fadlallah concluyó pidiendo a todos los musulmanes que participen en la bata

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Estados Unidos: Todo el poder para las corporaciones


25 de enero de 2010
Néstor García Iturbe (ALAI)

Quizás el título de este artículo no exprese una situación nueva en Estados Unidos, donde las corporaciones y grandes intereses económicos siempre han estado en el poder, sin embargo la decisión tomada por la Corte Suprema de Justicia el 20 de enero de este año ratifica dicha situación y facilita que esto suceda.

La decisión de la Corte Suprema de Justicia deroga una ley promulgada hace 103 años que prohíbe a las corporaciones realizar contribuciones monetarias a los candidatos de elecciones federales. Las elecciones federales son las que se realizan para la elección del Presidente y su Vice, además de los Congresistas.
Siempre las grandes corporaciones han contribuido a las campañas de los distintos candidatos. Regularmente si el presidente de la corporación apoya al candidato republicano, el vicepresidente apoya al demócrata y ambos entregan al candidato de su preferencia una contribución “personal”, acorde a los límites y condiciones que establecía la ley. Los empleados de la corporación de igual forma, sin violar la ley, realizaban su contribución “personal”, unos al demócrata y otros al republicano. Hasta ahora, así se cumplía la ley y los candidatos recibían contribuciones “personales”. Así también se aseguraba que cualquiera de los candidatos que saliera electo, no existía duda alguna que había sido apoyado por los miembros de la corporación. La corporación siempre gana.
Este problema de los fondos para las elecciones ha sido objeto de escándalo en repetidas oportunidades, pues regularmente los candidatos reciben lo que se ha denominado “fondos secretos” que son entregados por las corporaciones e individuos sin que ellos ni los candidatos reporten los mismos. Regularmente estos fondos se originan en los negocios “sucios”, en la evasión de impuestos, lavado de dinero e inclusive por el tráfico de drogas.
Un caso notable fue el que originó Richard Nixon cuando aspiró a la reelección. El famoso caso Watergate fue financiado con los “fondos secretos” de la campaña electoral. Los ejecutores de la penetración en las oficinas del candidato demócrata para registrar esta y colocar micrófonos en la misma, había sido en su mayoría Oficiales de la CIA, algunos de ellos de origen cubano.
La decisión tomada por la Corte Suprema de Justicia modifica la situación de las contribuciones amañadas, pues a partir de ahora las grandes corporaciones pueden directa y públicamente contribuir a los fondos de los candidatos a elecciones federales.
Esta decisión termina de sacar a la luz pública lo corrupto del sistema electoral estadounidense, que los ideólogos de la derecha califican como “elecciones libres”. Permite tener una plena conciencia de quién controla lo que se ha denominado como “democracia representativa”. Elimina todo resquicio de integridad y moral en el gobierno de Estados Unidos y en los elegidos para conducir el mismo. Ahora se verá claramente que quienes tienen el poder en sus manos son las corporaciones.
La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos ha pisoteado las palabras de uno de sus padres fundadores, Thomas Jefferson que en 1816 dijo: “Espero que sepamos aplastar al nacer la aristocracia de nuestras adineradas corporaciones, que ya está retando a nuestro gobierno, probando su fuerza, con su postura desafiante a las leyes de nuestro país”.
Dr. Néstor García Iturbe es editor del Boletín Informativo El Heraldo, Cuba.

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La historia que nos quieren robar

Francisco Morazán


Del V Centenario al Bicentenario Iberoamericano

25-01-2010
Felipe de J. Pérez Cruz
La Jiribilla


En América Latina y el Caribe, somos tanto más que iberoamericanos, latinoafricanos, indoamericanos, hijos de mezclas maravillosas de hombres y mujeres venidos también de otras regiones europeas, del Asia y Oceanía, de los más recónditos y hermosos parajes de la Tierra, no pocos llegados a la región antes que el famoso Almirante Cristóbal Colón pisara la tierra caribeña.

Pero no cabe duda de que con España y sus pueblos tenemos una relación especial. Allí están los abuelos “blancos” de la caballería alucinante y heroica de Don Quijote, que nos ratifican su africanía de moros sensuales y peleadores, multiplicada en estas tierras con el aporte del indígena levantisco y el negro insumiso.

De la Europa ibérica no solo llegaron los genocidas que masacraron y robaron a los pueblos originarios, y la plaga de comerciantes, jerarcas eclesiásticos, funcionarios y burócratas ladrones que se enriquecieron con las relaciones colonialistas de explotación, también arribaron sujetos portadores de todo lo progresivo y laborioso que latía en los pueblos del Viejo Continente: intelectuales, maestros y artistas, hombres y mujeres de bien —no pocos sacerdotes y religiosas que dieron su aporte de entrega humanista y sabiduría—, campesinos y artesanos humildes, que hicieron de estas tierras su nuevo hogar, y con ello las convirtieron en el escenario de sus amores, pasiones, resistencias y luchas.

En la relación profunda de la España culta, antifeudal, trabajadora y popular con el nuevo mundo, en el encuentro de los fundadores de familias y villas —de sus hijos y nietos— con las civilizaciones, culturas y naturaleza americanas, con los negros esclavos y demás migrantes, en la mezcla de las cosmovisiones, en la solución de problemas y retos comunes, y también en sus diferencias; creció el etnos que, aún en construcción, estallaría en vocación y necesidad de emancipación. Con esa raíz que se reconoce como Hispanoamérica o más genéricamente Iberoamérica, nos sentimos íntimamente vinculados. Esta historia, sin embargo, no es la primera vez que nos la quieren contar de otra manera, y la presentan esterilizada, con reacomodos inaceptables.

El 12 de octubre

Al conmemorarse el IV Centenario del llamado descubrimiento de América, un Real Decreto firmado en el monasterio de la Rábida el 12 de octubre de 1892 —bajo la regencia de doña María Cristina de Habsburgo—, expresó el claro propósito de la monarquía española de instituir como fiesta nacional, el aniversario del día en que las carabelas capitaneadas por Colón llegaron a las Antillas. En 1913, Faustino Rodríguez-San Pedro, presidente de la Unión iberoamericana, rescató el propósito de la regente María Cristina, y pensó en una celebración que uniese a los españoles de ambas regiones y a sus descendientes, eligiendo para ello el mencionado día de octubre. Su propuesta generalizada después por los gobiernos, fue la de celebrar el Día de la Raza[1] , y condujo a fijar en el calendario la llamada “Fiesta de la raza”, para exaltar a España, y “agradecer” al aventurero capitalista que “nos descubrió” en 1492.

El Día de la Raza nació como hijo natural del conservadurismo predominante en la Unión Iberoamericana. Se trataba de un concepto de “raza española”, que se anteponía a la que consideraban agresiva “raza anglosajona”, y era profundamente racista frente a las razas “negra”, “mestiza” e “indígena”. Contra este engendro reaccionario batió lanzas tempranamente el joven comunista Julio Antonio Mella: “Necesario es —afirmaba Mella en 1928— contrarrestar toda esta teoría que no tiene más fin que hacerse propaganda los interesados en vivir del resto del Imperio español… A España no le debemos. Ella es la que está en deuda con nosotros. Véase cualquier historia y se comprenderá…”[2].

La plataforma del hispanismo racista sobrevivió en América como parte de la propuesta hegemónica de los poderes oligárquicos. En vísperas de la celebración del V Centenario o Medio Milenio del “descubrimiento”, los intereses políticos y económicos del estado y las transnacionales hispanas volvieron a la carga. Por entonces el servilismo de algunos gobiernos del área, llegó al punto de acompañar a la “Madre Patria” en la propuesta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de declarar 1992 como “Año Internacional del Descubrimiento de América”.

Los preparativos oficiales desataron discusiones y resistencias en la intelectualidad progresista, y sobre todo las protestas de los pueblos y movimientos indígenas. El plan del “Año del Descubrimiento”, fue refutado con la justa demanda de un “Año Internacional de los Pueblos Indígenas”. Las posiciones encontradas aconsejaron a los personeros de la ONU, que no fuera en ese momento ni lo uno ni lo otro, lo que significó de hecho la paralización del empeño colonialista. El álgido debate que se dio obligó, además, a los organizadores peninsulares y sus socios del continente, a cambiar la idea del "descubrimiento" de América, por el de "encuentro de dos mundos", al que se le sumó también el criterio del “encuentro de culturas”.

Una visión distinta

Bajo el manto aséptico” del “encuentro”, con los millones de pesetas y dólares que el Reino Español y Portugal, destinaron para dirigir y condicionar actos, publicaciones, premios, becas e investigaciones, lo que realmente fue un “encontronazo” de represiones, muerte y saqueos, de genocidio y etnocidio, terminó metamorfoseado, publicitado, y alabado como un hecho feliz y “civilizatorio”.

En aquellos días escribí: “Se puede aceptar que la llegada de los europeos a América técnicamente constituyó un progreso que contribuiría a forjar la universalidad del mundo moderno y propicio el encuentro de culturas diversas, (pero)…nada había que justificara la rudeza y la crueldad con que actuaron no solo los ejércitos de ocupación sino los gobernantes y dignatarios a quienes servían. De modo brutal las huestes de hombres sedientos de riquezas interrumpieron el desarrollo de los pueblos aborígenes y, a sangre y fuego, destruyeron sus sociedades y culturas forjadas a lo largo de miles de años.

Si tras la derrota del fascismo, los pueblos del mundo condenaron en Nuremberg los crímenes horrendos de ese engendro reaccionario, ¡qué gran condena pueden recibir los colonialistas que arrasaron América! La conquista de México costó la vida a más de diez millones de seres y la del pueblo inca, cerca de diecisiete millones; de los indígenas de América del Norte, solo quedaron aproximadamente nueve mil. El balance es brutal: de veinte a treinta millones de muertos!”[3].

Desafortunadamente insubordinaciones intelectuales como la del libro que cito, quedaron sepultadas por la avalancha de publicaciones y conmemoraciones iberoamericanas, agradables y festivas. Hay que reconocer que la nueva denominación del “encuentro” en lugar del insostenible concepto de “descubrimiento”, “más suave”, con un reconocimiento implícito a la existencia y protagonismo de “los descubiertos”, surtió efecto.

Pero más allá del debate intelectual, lo definitivo en las jornadas de 1992, fue el protagonismo de los pueblos originarios, en momentos en que los sectores sociales, las organizaciones y movimientos de izquierda, aún no se habían recuperado del doble trauma de la derrota del socialismo soviético y la agresiva avalancha ideológica y política del neoliberalismo, por entonces en plena euforia triunfalista.

El día 12 de octubre de 1992, en San Cristóbal de las Casas, cabecera municipal de la mexicana Chiapas, vestidos con taparrabos, pintados sus cuerpos con los colores beligerantes de cinco siglos de resistencia, y armados con arcos y flechas, unos diez mil indígenas “tomaron” la ciudad real y derribaron la estatua del conquistador Diego Mazariegos, símbolo de la opresión en la región. Aquella acción fue la primera aparición pública del movimiento que ya se forjaba. Por eso, dos años después, en su Primera Declaración de la Selva Lacandona, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional fundamentó su alzamiento, apelando a la resistencia indígena como señal de identidad: "Somos producto de 500 años de luchas"[4]. Era por demás, el estallido de un nuevo y propositivo nacionalismo indígena, que pronto se extendería por toda la región, y hoy se ha constituido en una de las más importantes fuerzas motrices de la Revolución continental, del nuevo curso del socialismo en el siglo XXI latinoamericano y caribeño.

El protagonismo de los pueblos originarios que por sí y para sí mismos, fue reclamado en el acto reivindicatorio de San Cristóbal de las Casas, cuestionó severamente la hegemonía del pensamiento oficial y fracturó su colosal barrera mediática. Implicó desde la praxis de rebeldía de los pueblos invadidos y masacrados, el surgimiento de una versión histórica con una visión distinta que comenzó a ser masivamente conocida.

En 12 de octubre de 1992 con la caída de la estatua del capitán español Mazariegos, se dio un golpe demoledor a la tradición conservadora del Día de la Raza. Desde entonces se reivindicó y ratificó ese día del décimo mes del año como Día de la Resistencia, Dignidad, Rebeldía y Lucha de los oprimidos y excluidos, de nuestros pueblos originarios, contra el colonialismo, que pervive enquistado en las actuales relaciones de explotación y exclusión capitalistas, que aflora en las mentalidades de los grupos de poder y en sus círculos intelectuales.

La nueva operación del Reino español

La referencia al V Centenario no es un asunto del pasado. La operación de propaganda y relaciones políticas internacionales que el Reino español logró orquestar en aquella ocasión, vuelve a organizarse. Asistimos hoy a una propuesta similar en la arrancada del ciclo de conmemoraciones que recuerdan con la independencia de Haití el 1ro. de enero de 1804, el Bicentenario del inicio de la primera ola independentista de América Latina y el Caribe en el siglo XIX.

A partir de 2008, España debía enfrentar la conmemoración de acontecimientos importantes de su historia nacional: los 200 años de la invasión de Napoleón a la península y por tanto la guerra de independencia contra Francia, que duró de 1808 a 1813; los 200 años de la sublevación y posterior pérdida de la mayoría de sus colonias en América, y los 200 años de la Constitución de Cádiz de 1812. Para asumir la política de acción sobre estas efemérides, a mediados de 2007 el Consejo de Ministros de España creó la Comisión Nacional para la Conmemoración de los Bicentenarios[5], encargada de proponer e implementar un amplio programa de actividades.

Desde el primer momento del lanzamiento de la española Comisión Nacional para la Conmemoración de los Bicentenarios, se pudo constatar el interés del Reino en insertarse y manipular las celebraciones latinoamericanas. Para los ideólogos y estrategas del estado español, los bicentenarios ibéricos eran “perfectamente congruentes” con el bicentenario de la independencia americana, y justifican una conmemoración única y colectiva. En tal amalgama la Revolución de los negros esclavos de Haití y en tanto el primer gran bicentenario, constituía a lo sumo un indeseado “accidente” histórico, y como tal fue excluido y silenciado. Así con el apoyo de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), se comenzó a fabricar una gran conmemoración conjunta, que contra toda realidad histórica, impuso una lógica reduccionista que partía de 2008 a 2013.

Tan descabellada operación —al decir de Luis Javier Caicedo [6]— ponía en un mismo nivel a vencedores y vencidos, y fue presentada como una loable ampliación geográfica y temporal de las efemérides, afirmando que rescataba una supuesta esencia común de los procesos, con un eje en la lucha contra el despotismo, el liberalismo y la inauguración del constitucionalismo. Tal plataforma, según sus promotores, debía fortalecer hacia el futuro la comunidad iberoamericana de naciones.

Para reafirmar el interés ibérico, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero proclamó: “su profunda convicción” de que la conmemoración en España de la libertad de los países latinoamericanos y sus democracias, los “momentos de gloria” y los “momentos duros” de la historia en común, representaban “un acto de humildad”. Pero lejos de la humildad pregonada, el presidente socialdemócrata fijó la posición ideológica y política de su propuesta: "España —afirmó Zapatero— quiere compartir con las naciones del otro lado del Atlántico la definitiva consolidación del constitucionalismo y la democracia, así como profundizar en la construcción progresiva de la comunidad iberoamericana, en todas sus vertientes de cooperación política, económica, social y cultural" . Era evidente que el tema de la independencia, de la liberación nacional del yugo colonialista no estaba en la agenda del país europeo.
En busca de sus objetivos, el estado español puso en acción todos sus mecanismos de presión diplomática, influencia política y persuasión económica. El ex presidente Felipe González, fue nombrado embajador Extraordinario y Plenipotenciario del Reino para la Conmemoración. El gobierno puso en función de su operación bicentenaria a sus secretarías de gobierno, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), y al mecanismo de las Cumbres Iberoamericanas, la SEGIB, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y Cultura (OEI) —los instrumentos de política exterior que precisamente habían creado al calor del V Centenario—, así como otros mecanismos de las relaciones multilaterales y la cooperación internacional estatal, privada y no gubernamental.

El asalto del Bicentenario latinoamericano

La ofensiva de la diplomacia española no logró insertar la plataforma “común” de “los bicentenarios” en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno (Santiago de Chile, 10 de noviembre de 2007), pues la declaración afirmó en singular: “Impulsar, a partir del año 2009, la conmemoración de los bicentenarios de la Independencia de varias naciones iberoamericanas”. No obstante los gobiernos latinoamericanos concedieron la aberración histórica de “la conmemoración en el año 2008, del bicentenario de la llegada de la Corte portuguesa a Brasil”, torpemente argumentada como hecho que contribuía “a la proyección de la Comunidad Iberoamericana”[7] .

La voluntad de hacer una conmemoración solo latinoamericana quedó ratificada en el Programa de Acción de la misma XVII Cumbre: “Instruir a la SEGIB para que desarrolle, en coordinación con los países, la conmemoración del bicentenario y estudie la propuesta de crear una Comisión Regional del Bicentenario, de participación abierta y voluntaria, que enfatice los procesos de construcción de nuestros países y su proyección futura con vistas a identificar e instrumentar programas de cooperación conjunta o entre grupos de países[8].

En cumplimiento de la Declaración y Programa de la XVII Cumbre, siete países latinoamericanos que conmemoraban sus Bicentenarios entre 2009 y 2011 (ocho con la posterior incorporación de Colombia), fundaron el Grupo Bicentenario en diciembre de 2007 en Santiago, Chile[9]. La proyección colectiva de este Grupo, dejaba bastante que desear por su limitada visión histórico-política, pero en tanto espacio de concertación multilateral latinoamericana, creado con el objetivo de promover y organizar la conmemoración conjunta, se constituyó en un objetivo de la política española.

Como elemento de presión España, a través de la SEGIB, insistió en discutir la creación de la Comisión Regional tal como estaba en la letra de la XVII Cumbre. En la II Reunión del Grupo Bicentenario del pasado año (Sucre, 25 de mayo de 2008), los gobiernos latinoamericanos insistieron en que existiendo ya un “Grupo Bicentenario”, no quedaba claro el sentido de crear una Comisión Regional. A lo cual el delegado de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), Álvaro Durántez, argumentó ya de manera muy nítida el interés del Reino de romper el concepto de área continental, y sustituirlo por la plataforma de los bicentenarios iberoamericanos: “Se busca —afirmó el representante de los intereses de España— crear una Comisión que agrupe, en amplio sentido, a todos los países iberoamericanos, no solo a los que, en estos tiempos, han iniciado las conmemoraciones de sus bicentenarios de independencia”[10].

A pesar de las presiones españolas, el Grupo Bicentenario el pasado año y hasta la última y reciente V Reunión del 2009 (Guanajuato, 29 de septiembre), se empeñó en la letra de una celebración de contenido latinoamericano, organizada por los latinoamericanos. En estas reuniones la Comisión Española para la Conmemoración del Bicentenario solo figura como invitada, como también lo son la OEI y la SEGIB. No obstante, con España objetivamente “dentro” del Grupo Bicentenario, la inclusión de la propuesta de los bicentenarios ibéricos, ha ido avanzando sostenidamente, con la segura retaguardia de un “aseguramiento” económico sustantivo.

Se hace evidente que el financista principal de los proyectos multilaterales del Grupo Bicentenario es la SEGIB, a lo que España suma un sustantivo menú de propuestas bilaterales para sus más seguros socios. Corren generosos los euros de la monarquía y volvemos a tener frente a nosotros el esquema de medidas e influencias que ya conocimos cuando el V Centenario. No ha faltado, a fin de participar en un programa de “figuras ilustres”, la invitación a los ejecutivos de las Comisiones nacionales de la región, para que visiten la España de hoteles de cinco estrellas.

Si de hablar en serio se trata

Todas las potencias europeas de la época acreditan similar recuento de barbarie y rapiña, pero si España desea integrarse a la conmemoración bicentenaria, no bastaba hacerlo como acto de humildad. Si se trata de hablar en serio sobre el colonialismo español en América, la buena voluntad del presidente Zapatero, resulta insuficiente tanto histórica, como éticamente.

España nos debe desde las conmemoraciones del V Centenario el reconocimiento tácito y honesto de su deuda humana, moral y económica para con los pueblos originarios que fueron robados y masacrados por los conquistadores; y de su reconocimiento del ejercicio infame de la trata de esclavos, y en tanto su deuda humana, moral y económica con la América indígena y el África negra. No puede sentarse España a la mesa del convite bicentenario sin expresar una postura de seria de evaluación histórica sobre más de tres siglos de explotación colonial de nuestros recursos, caracterizada además, por el predominio de un férreo, tiránico y criminal poder político.

La España del gobierno socialdemócrata de Zapatero, olvida a los patriotas independentistas asesinados en la horca y el garrote vil, los fusilados, los desterrados y condenados a trabajos forzados e inhumanas condiciones carcelarias, los 800 mil muertos que nos costaron las campañas emancipadoras, entre 1811 y 1825[11], cifra que sobrepasa el millón de víctimas, solo con los costos humanos de los campos de concentración creados por la política de terror y reconcentración de Valeriano Weyler[12], cuando ya a finales del siglo XIX, la España colonialista se empeñó en mantener bajo su dominio a la Cuba insurgente.

La plataforma española en definitiva conduce a que América Latina renuncie a su propia resignificación universal, en aras de una nostálgica conmemoración transcontinental de las desgracias de España y Portugal colonialistas y de sus familias reales. Tal planteamiento nos despoja hasta de lo que nos enorgullece y une con el pueblo español: ¿Cómo significar en una Cumbre Iberoamericana la bochornosa huida de los monarcas portugueses en 1807, la renuncia a resistir a los invasores franceses y su llegada a Brasil en 1808 (22 de enero), y silenciar la epopeya del pueblo español, solo unos meses después (2 de mayo), frente a los mismos agresores? No hay duda. Para la España borbónica de hoy, la “salvación” de los Braganza, es mucho más representativa que los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío. Por suerte más allá de manipulaciones, el heroísmo de los patriotas independentistas españoles, quedó inmortalizado para todos los tiempos en los lienzos maravillosos de Francisco de Goya.

Realmente la plataforma “iberoamericana” trata de lograr que la celebración del Bicentenario se desplace del escenario americano hacia el imaginario de la España colonialista en la defensa de los intereses muy concretos de la actual geopolítica de la monarquía. No se puede soslayar que las actuales relaciones hispanoamericanas pasan por la preservación de importantes intereses financieros, y una notable presencia en inversiones directas, por parte de los principales consorcios con casa matriz en el país peninsular. Y esta es una razón de última instancia de la que no se habla, pero que acusa su inobjetable presencia.

De hecho, Felipe González, como Embajador plenipotenciario e itinerante, no podía ser más oportuno para los grandes intereses de la política y economía del Reino. González se ha dedicado a facilitar las inversiones de las transnacionales españolas en América Latina, a impartir sus “buenos” consejos en giras bien pagadas por los neoliberales del Club de Emprendedores o el Foro Iberoamérica, y a asesorar, entre otros, al magnate mexicano de las telecomunicaciones Carlos Slim. A su vez como ya lo hizo antes contra Cuba, se esfuerza en recomendar para Venezuela y Bolivia, la renuncia a sus posiciones revolucionarias, y realiza constantes apelaciones públicas contra las posiciones independientes y soberanas de los gobiernos del área, satanizadas todas por el ex Presidente bajo el calificativo de “populistas”[13].

La perspectiva del otro bicentenario

A pesar de los esfuerzos mediáticos y los recursos que ya comienzan a fluir en la dirección que interesa a quienes pretenden despojarnos de la historia y la memoria, en casi todos los países surgen proyectos e iniciativas que se proponen enjuiciar, de una manera crítica, popular y revolucionaria, la idea de celebración del Bicentenario, que de un modo falaz y encubridor pretende imponer los las elites burguesas y oligárquicas, siempre serviles frente a los poderes de las metrópolis transnacionales

Los activistas del Bicentenario de los pueblos, defienden el criterio de que la construcción de la historia es una tarea que reclama el rescate reflexivo y la valoración de la multiplicidad de experiencias que siguen inspirando la tenaz resistencia cultural y social de los sectores populares. Sobre la base de evaluar que nuestro continente, está marcado por la irrupción del capitalismo genocida y saqueador de la tierra a partir de 1492, las iniciativas en curso ponen la mirada en los profundos movimientos revolucionarios, libertarios y populares de los pueblos originarios, africanos esclavizados y americanos oprimidos. Pretende recuperar ese patrimonio de saberes y rebeldías, de historias y culturas silenciadas y menospreciadas en el marco de un proyecto que intenta completar sus tareas inconclusas.

El Bicentenario de los pueblos se propone, a través del análisis crítico de las concepciones racistas, elitistas y autoritarias que siguen dominando la vida social, los medios masivos de comunicación y la educación formal; contribuir a recuperar, valorizar y hacer visibles las experiencias populares; las formas de organización y de lucha, los valores éticos, pedagógicos y creativos que configuran el proceso de construcción de nuestro pueblo trabajador, indígena y campesino, como sujeto histórico y protagonista del cambio social en nuestros territorios. Se trata de juntos pensar ideas y acciones no solo frente a los festejos y manipulaciones oficiales, sino en la construcción de protagonistas colectivos de las transformaciones pendientes[14].

A diferencia de la coyuntura del V Centenario, la América Latina de hoy se caracteriza por la llegada al gobierno en varias naciones, de movimientos y fuerzas comprometidas con los intereses nacionales populares. Desde Bolivia y Ecuador, privilegiados por celebrar en el 2009 los primeros estallidos independentistas sudamericanos, se dio un alto a la tendencia “conmemorativa” de discursos y banquetes burgueses.

El representante de Ecuador[15]realizó en la IV Reunión oficial del Grupo Bicentenario de este año (Buenos Aires, 28 y 29 de abril de 2009), las imprescindibles precisiones históricas acerca del rol jugado por Haití durante los procesos de independencia de América[16].

Venezuela ha puesto en marcha un programa basado en tres postulados: la continuidad del proceso de independencia, la participación del pueblo y el protagonismo del Libertador Simón Bolívar. Para los revolucionarios venezolanos, el protagonismo del pueblo debe expresarse en todas y cada una de las actividades del Bicentenario, incluidas aquellas consideradas tradicionalmente como reservadas a la academia y a los sabios. Las investigaciones deben superar los paradigmas hegemónicos y dar paso al protagonismo de los saberes, las prácticas y la memoria popular.

La Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) creó el 25 de junio pasado, durante la celebración de su IV Cumbre Extraordinaria, una comisión para la celebración del bicentenario de la independencia de los países miembros. La comisión será monitoreada e impulsada por el Consejo Político de ministros del ALBA. Ello garantiza que los países del ALBA puedan construir su propia plataforma y programa de trabajo para actuar y opinar como bloque conjunto dentro de los eventos del Grupo Bicentenario.

La España NUESTRA

Hace 200 años, los patriotas independentistas latinoamericanos y caribeños acompañaron a sus hermanos y hermanas ibéricos en el enfrentamiento a los ejércitos invasores del Napoleón, en la construcción del constitucionalismo y la resistencia tras la vuelta del reaccionario monarca Fernando VII.

En el campo insurrecto americano, junto con Bolívar, San Martin, O´Higgins, Hidalgo y Morazán, pelearon no pocos republicanos e internacionalistas españoles. Entre estos, se destacó el joven Xavier Mina quien en abril de 1817, al mando de la División Auxiliar de la República Mexicana, desembarca en tierra mexicana para combatir a las órdenes de Morelos: “Americanos: he aquí los principios que me han decidido unirme a vosotros —exponía Mina—… Permitidme participar de vuestras gloriosas tareas, aceptad la cooperación de mis pequeños esfuerzos a favor de vuestra noble empresa… Contadme entre vuestros compatriotas… Entonces, decid, a lo menos, a vuestros hijos en recompensa: esta tierra feliz fue dos veces inundada en sangre: por españoles serviles, esclavos abyectos de un rey; pero hubo también españoles amigos de la libertad, que sacrificaron su reposo y su vida por nuestro bien…”[17]. Mina tenía al morir por la causa de la independencia americana 28 años.

La conmemoración de la guerra de liberación española (1808), y del proceso que desemboca en la Constitución de Cádiz (1812), la evaluación de la apertura ideológica y política que representaron aquellos acontecimientos, así como el reconocimiento de su aporte histórico, resultan genuinas tareas de rescate y fundamentación histórica para una España que aún no ha resuelto el fin de la monarquía. A ese Bicentenario del pueblo español nos unimos con genuino orgullo y compromiso.

Hoy en tiempos de Bicentenario, desde el Reino nos proponen a una parte de los nietos “nacionalizarnos”, iniciativa bonita, para pensarla como reencuentro de raíces y cariños si estuviéramos en igualdad, pero que resulta excluyente y manipuladora, en las circunstancias de la actual problemática migratoria, económica y política peninsular. Miles de africanos, asiáticos y latinoamericanos son empujados a emigrar a Europa por las terribles condiciones en que viven en sus países, allí son criminalizados, cazados y maltratados por los servicios policiales para incorporarse, los que logran escapar de la represión migratoria, a la vida de trabajadores ilegales o ciudadanos de segunda. En tal escenario la apertura “nacionalizadora” española para una ínfima parte de los caribeños y latinoamericanos resulta una exhortación a la individualista fórmula de “sálvese el que pueda”.

Pero no todos nos deslumbramos con las ventajas de lentejas —hoy trastocadas en “seguros” de desempleo, y pasaporte europeo—. Estamos también los que volvemos la vista a esa historia compartida, y con papeles de ciudadanía o sin ellos, nos convocamos atentos a incorporarnos a la nueva lucha que ya vibra desde la hondura de la España popular y revolucionaria: ahí nos tienen para la batalla por la conquista definitiva de la nueva república española. Quizá para dar nuestro voto a la España republicana, aceptemos ser por breve tiempo súbditos insubordinados de la monarquía borbónica.

Conferencia para el Primer Taller de la Cátedra Bicentenario de la Primera Independencia de América Latina y el Caribe. Unión Nacional de Historiadores de Cuba.

Notas:

[1] Julio Antonio Mella: Mella: “La fiesta de la raza”, en Documentos y Artículos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p 459.
[2] César Morales Oyarvide: Liberalismo, guerrilla y patriotismo: Xavier Mina y la Independencia de México, Especial CEINPOL México 2010,http://www.centrodeinteligenciapolitica.com/2009/09/liberalismo-guerrilla-y-patriotismo.html.

[3] Felipe de J. Pérez Cruz: Los primeros rebeldes de América, Editorial Gente Nueva, La Habana, 1988, p 100.
[4] Primera Declaración de la Selva Lacandona : Documentos Básicos del FZLN
http://www.social-movements.org/es/filestore/download/251
[5] REAL DECRETO 595/2007, de 4 de mayo, por el que se crea la Comisión Nacional para la Conmemoración de los Bicentenarios de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas", Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación (BOE n. 113 de 11/5/2007). Accesible en http://www.boe.es/boe/dias/2007/05/11/pdfs/A20314-20316.pdf
[6] Luis Javier Caicedo: Disputas por la historia en los bicentenarios de Colombia y Latinoamérica, Medellín, 2009, http://www.bicentenario.com.mx/modules.php?name=Paginas&file=articulo&art_id=940

[7]R. Zapatero: España desea compartir con “humildad” el bicentenario independencia, http://terranoticias.terra.es/nacional /articulo/rzapatero_espana_desea_compartir_humildad_1716953.htm.
[8] Declaración de Santiago. XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. Chile, 8, 9 y 10 de noviembre de 2007, www.oei.es/ xviicumbre dec.htm.

[9] Programas de acción. Conforme con los objetivos fijados en la Declaración de la XVII Cumbre Iberoamericana, celebrada en Santiago, Chile, www.oei.es/ xviicumbre pro.htm.
[10]Acta de la IV Reunión del Grupo Bicentenario, Santiago de Chile, 4 y 5 de diciembre de 2007.

[11] España y SEGIB proponen Comisión Iberoamericana para los bicentenarios de América Latina y de la Península, http://www.albicentenario.com/index_archivos/Page5287.htm.
[12] Arístides Medina: Bicentenario y el Socialismo Bolivariano consolidan la verdadera Independencia de Venezuela, 1ro. de junio de 2009, http://www.minci.gob.ve/entrevistas/3/189428/bicentenario_y_el.html.
[13]Sobre los efectos de la reconcentración, Francisco Pérez Guzmán: Herida profunda, La Habana, Ediciones Unión, 1998.

[14] Felipe González advierte contra el populismo de los gobiernos iberoamericanos, Infolatam/Efe , Cartagena (Colombia), 12 julio 2007, http://www.infolatam.com/entrada/felipe_gonzalez_advierte_contra_el_popul4495.html.
[15] Juan Paz y Miño, secretario del Comité Ejecutivo Presidencial del Bicentenario.
[16] Felipe de J. Pérez Cruz: Los primeros rebeldes de América, Editorial Gente Nueva, La Habana, 1988, p 100.
[17]Acta de la IV Reunión del Grupo Bicentenario: Reunión oficial del Grupo Bicentenario, Buenos Aires, 28 y 29 de abril de 2009.

[18]César Morales Oyarvide: Liberalismo, guerrilla y patriotismo: Xavier Mina y la Independencia de México, Especial CEINPOL México 2010, http://www.centrodeinteligenciapolitica.com/2009/09/liberalismo-guerrilla-y-patriotismo.html.

http://www.lajiribilla.co.cu/2010/n455_01/455_06.html

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MORISCOS Y FLAMENCO EN ANDALUCÍA ORIENTAL


24 Enero, 2010
José Gelardo
http://identidadandaluza.wordpress.com

Este trabajo sobre los moriscos y el flamenco en Andalucía Oriental consta de dos partes bien diferenciadas, aunque estrechamente conectadas entre sí. En la primera de ellas sostendré la tesis de que hay que buscar la génesis y el origen del flamenco más allá del siglo XIX, en contra de lo que algunos estudiosos del tema afirman. Para ilustrar esa tesis me serviré de una curiosa e interesante copla flamenca que podría situar a los moriscos como colaboradores importantes en la gestación del flamenco.


En la segunda parte desarrollaré esta misma tesis, pero en el marco de la relación entre los moriscos y el bandolerismo, aportando dalos que considero importantes para corroborarla o, al menos, considerarlas seriamente y con atención.

Por último, estos lados nos llevarán, además, a poner en cuarentena la tópica idea de que el flamenco surgió casi exclusivamente en el famoso triángulo formado por Cádiz, Jerez y Triana, idea que atribuye a la Andalucía Oriental un papel de mera comparsa en ese nacimiento.

Antes de ir directamente al lema que nos ocupa y a la tesis que hemos adelantado, haremos una breve introducción. Tomamos un hilo para que nos lleve con celeridad al ovillo, al núcleo de nuestra intención. Ese hilo es una copla flamenca, bastante conocida, la que canta Enrique Morente como siguiriya de Silverio:

Cuando vino el Santolio
Las ojos abrió,
Y a mi me dijo, compañerita de mi alma,
Quéate con Dios (1).

Esta copla no es sino una variante de la recogida por RODRÍGUEZ MARIN y que dice así:

Ar yegá’r Santolio
Los ojos abrió;
De las duquitas qu’ar probe le dieron
Mas pronto meró (2).

A propósito de esta copla GUTIÉRREZ CARBAJO, en el apartado en que comenta el tema de la pena o la duca gitano, afirma lo siguiente: “Como una excepción aparece alguna copla que inserta el término duca en el contexto humorístico y festivo” (3) y es tan excepcional como poco creíble que en un contexto en donde aparece el Santolio, la pena y la muerte, pueda admitirse la broma o la chanza, más aún teniendo en cuenta que la tradición flamenca nos ha legado este copla cantada por seguiriyas, cante trágico por excelencia.

Mejor encaminada nos parece la opinión del propio RODRÍGUEZ MARÍN cuando nos aclara en nota aparte que: “Las ceremonias y ritos de la iglesia respecto de los enfermos matan seguramente a tantos como los errores de los médicos.. .” (4) Aunque nada nos aclara respecto a la naturaleza del enfermo que va a morir. Es obvio que ni el enfermo ni el relator pueden ser en modo alguno cristianos porque en ese caso la copla-siguiriya constituiría una irreverencia y todo esto sería una grave incongruencia en un cante por siguiriyas. ¿Quién es entonces el enfermo?

Esta duda posee resolverla el historiador del siglo XVII BERMÚDEZ DE PEDRAZA quien a propósito de los moriscos granadinos y de su odio hacia la religión de sus conquistadores nos transmite lo que podríamos considerar el relato en prosa de la siguiriya que nos ha legado RODRÍGUEZ MARÍN:

A un morisco apretado de la enfermedad fue a confesar el cura y comulgole también; después le dixo como le faltava otro sacramento por recibir del santo olio si lo pedía a la iglesia. EL morisco, mas afligido con esta que con el mal, dixo: “Pues tres tormentos en un día, confesión, comunión y oleo” (5)

Este ejemplo es un buen botón de muestra del empeño que puso el Santo Oficio, la Inquisición, en la persecución y en la conversión de los moriscos con la finalidad de borrar cualquier huella religiosa y sobre todo cultural. Revela además la historiografía acerca de los moriscos que estas práctica persecutorias fueron prolongándose a lo largo y ancho de los siglos XVII y XVIII (6). Por tanto no es de extrañar la necesidad vital de la minoría morisca, española y andaluza, de plasmar en coplas dramáticas sus sentimientos o resentimientos frente a la opresión de que eran objeto.

Un examen detenido y pormenorizado de la copla legada por RODRÍGUEZ MARÍN y del texto en prosa de F. BERMÚDEZ de PEDRAZA nos hace ver 1a similitud entre las situaciones, la sorpresa o susto del enfermo (los ojos abrió); “al llegar el Santolio” de la copla con “recibir del santo alio” del texto; en este aparecen los “tormentos”, en la copla las penas o ducas. Tanto en el texto como en la copla lo más terrible, lo más doloroso no es ya la propia muerte sino que ésta se vea acompañada por el duro trago de tener que soportar en ese trance unos ritos que no son los de tu propia religión, los de tu propia identidad cultural: en la copla se expresa así “de las duquitas que al pobre le dieron” y la correspondencia en el texto: “mas afligido en esto que con el mal” (la muerte). Todos estos elementos nos llevan a pensar que el enfermo de muerte es un morisco y que no podría ser de otra manera para que la copla pueda y deba ser cantada por siguiriyas: es decir para que cumpla su cometido de verdadera tragedia.

Ahora bien, hemos de agradecer a RODRÍGUEZ MARÍN la transmisión de esta copla porque, ya antes de que la recogiera en el último tercio del XIX, es una siguiriya descontextualizada histórica y socialmente, también en el plano cultural: la situación del morisco y el morisco mismo como individuo o grupo ha ido desapareciendo poco a poco, el auditorio ya no es capaz de recibir el mensaje primigenio de la copla-siguiriya que acaba transformándose en la variante antes citada:

Cuando vino el Santolio
Los ojos abrio;
y a mi me dijo, compañerita de mi alma
Quéate con Dios.

Podemos observar, en primer lugar, que la rima es la misma, introduce por los menos una apoyatura ripiosa expresada en “compañerita de mi alma”, aunque casi las mismas características podríamos decir del último verso “Quéate con Dios”. Pero lo más sobresaliente es el vuelco ideológico introducido en esta siguiriya que para que sea entendible por el auditorio lanza el beatífico mensaje de “Quéate con Dios”: por el contrario el Dios de la otra siguiriya, el Santolio, aceleró la muerte.

Esta breve introducción, aunque podíamos enumerar y comentar muchísimos más ejemplos como tendremos ocasión de ver, no es sino el pretexto para tratar de contrarrestar la opinión de algunos autores (7) que remiten el nacimiento, la génesis del flamenco al siglo XIX, ya avanzado éste. Nosotros mismos hemos considerado en alguna ocasión el papel importante que ha desempeñado la combinación gitanismo-romanticismo en el desarrollo y sobre todo en la difusión y comercialización del flamenco, en general y del cante en particular (8). Sin embargo, de esta consideración a pensar que el cante flamenco -aunque no tuviera este nombre, incluso sin nombre- no estuviera mínimamente estructurado con anterioridad al romanticismo tardío y a la moda del gitanismo, hay un gran trecho.

No podemos tomar como modelo el cúmulo de noticias flamencas que nos ha legado ESTÉBANEZ CALDERÓN, costumbrista y romántico, porque este modelo no es trasladable al siglo XVIII: es obvio que los artistas, poetas, intelectuales de este siglo neoclásico, e ilustrado serio, adusto… no estaban lo más mínimamente interesados en una estética, por una lírica y una música de minorías marginadas que constituían las antípodas de sus propias convicciones y concepciones del ARTE. Por ello habría que esperar a que los románticos pongan de actualidad el flamenco, lo recuperen y nos lo presenten como un arte “moderno”, “nuevo”, aunque en realidad se trate de un arte más viejo y con más solera.

No vamos a negar que la propia estética romántica influyera de alguna manera en la estética flamenca pero en todo caso sería un influjo superficial, e incluso, tal vez, fueran los románticos los influenciados: pensemos en las descripciones literarias a veces exageradas y estereotipadas, grabados, etc. Resulta evidente que puestos a hacer comparaciones habría temas románticos que aparecen asimismo en las coplas flamencas: sin embargo el sentido y la concepción burguesa del paisaje como invención romántica no aparece en el flamenco. Así como se ha dicho que las soleares de Alcalá huelen a pan, del cante flamenco podríamos decir que huele a campo, transmite campo, olores de campo y monte, romero, etc. Pues bien en el cante flamenco cuando se habla del campo no hay ningún sentido o concepción del paisaje.

Es posiblemente STEINGRESS el autor que con más ahínco y vehemencia defiende la idea, la concepción del flamenco como un producto del romanticismo y que da lugar según sus propias palabras a ” la aparición de un nuevo tipo de música y poesía como de un nuevo tipo de artista en el siglo XIX” (9). Hasta tal punto que artistas y poetas románticos flamencos convivieron, se relacionaron y ” se amalgamaron en los núcleos urbanos de Andalucía formando un fomento artístico-popular relacionado con los movimientos juveniles”.

Ahora bien, cuesta trabajo creer que a principios y a mediados del siglo XIX con una división terriblemente clasista de la sociedad pudieran surgir esas relaciones tan íntimas, tan cotidianas entre “los poetas populares” -los flamencos, el lumpen, la escoria- y los poetas cultos románticos: por mucho que éstos pretendieran ensalzar las costumbres de aquéllos, el origen social y cultural de estos románticos estaba más cerca de las clases dirigentes. Los episodios narrados por Cadalso o Estébanez Calderón no invalidan lo anterior, al contrario, reafirman que los contactos eran esporádicos, superficiales y que respondían en parte a una moda.

Por todo ello, nos resulta insostenible la idea de un arte flamenco nacido en el siglo XIX, maduro y desarrollado, en una especie de generación espontánea y como producto casi exclusivo del profesionalismo a todas luces inverosímil. Muy al contrario, creemos absolutamente necesario rastrear ese nacimiento en caminos y vericuetos anteriores, muy amplios y diversos, uno de los cuales, el que hemos elegido, es el que transitaron los moriscos.

Y hablando de caminos, es el momento de traer a colación a los bandoleros, de iniciar la segunda parte de nuestra andadura, la que se refiere a la relación entre los moriscos, el bandolerismo y el flamenco.

El bandolerismo de la época moderna en Andalucía empieza con los monfíes. Los bandidos moriscos estudiados por Bernard VINCENT (11) eran fundamentalmente gandules, piratas y monfíes. Tras la Rebelión de las Alpujarras en 1568 y la deportación masiva de los moriscos granadinos, almerienses, etc., por toda Andalucía, algunos de entre ellos, constituyéndose en bandas o cuadrillas organizadas, optaron por la resistencia armada -los monfíes- teniendo como campo de operaciones y vasta zona que abarcaba tierras de Almería, Málaga, Sevilla, Granada… En cuanto a su origen social había de todo: nobles, campesinos, artesanos, esclavos…

Los nombres de algunos de los capitanes de estas bandas de monfíes tales como Gonzáles el Mulí, Antonio el Manco, El Romeruelo, El Joraique y tantos otros presentan unas semejanzas fácilmente contrastables con la onomástica, linajes, etc., del flamenco que el transcurso del tiempo no ha conseguido borrar.

La sierra y sus escondrijos, tal y como más tarde sucedería con el bandolero de los siglos XVIII y XIX son el refugio de los monfíes tras las sangrientas incursiones y salteamientos. En ambos casos, y por razones diferentes, los dos tipos de bandolerismo tienen asegurada la protección y la solidaridad de las clases más humildes y desposeídas de la sociedad andaluza, solidaridad que en ocasiones les costaba la pena de prisión.

La protección y la solidaridad no solamente se daba entre los monfíes y los moriscos que no habían escogido el camino de la lucha; se daba también entre éstos y el pueblo llano andaluz e incluso con las autoridades tal y como lo demuestra el hecho de que en 1580 y tras una supuesta rebelión morisca hubiera protestas muy firmes por las represalias y maltrato a los pacíficos moriscos residentes en San Bernardo y en Triana.

En cuanto a los monfíes nos relata Celestino López Martínez (Mudéjares y moriscos sevillanos) que en las postrimerías del siglo XVI estas bandas armadas causaban estragos en las ciudades de Jerez de la Frontera, Antequera, Ronda, etc. (12).

Por estas mismas fechas -pensemos que los monfíes estuvieron actuando en Andalucía hasta la fecha de 1610, año de la expulsión definitiva e incluso poco tiempo después- tiene lugar en La Sauceda, paraje situado cerca de Ronda y de Jerez, un episodio curioso e interesante para nosotros (13).

En aquellas sierras se refugió un grupo de bandoleros que estuvieron hostigando y resistiendo hasta que les llegó el indulto real de la mano de Gonzalo Argote de Molina: al parecer unos huyeron y otros se entregaron acogiéndose al perdón.

El suceso o episodio de la Sauceda lo documentan extensamente QUIRÓS y ARDILA en El bandolerismo andaluz (14). De las tres versiones que tenemos de este asunto desecharemos por su brevedad y poca riqueza de noticias la que nos da Cervantes en El coloquio de los perros. Centraremos, pues, nuestra atención en la versión de Francisco de PACHECO (Libro de descripción de verdaderos relatos de ilustres y memorables varones, Sevilla, 1599) y en la de Vicente ESPINEL (La vida de Marcos de Obregón).

Veamos en primer lugar lo que nos cuenta PACHECO en el momento en que ARGOTE DE MOLINA entrega a los bandoleros el indulto y la manera en que estos le agasajan:

Dieron de comer a los guéspedes lo mejor que pudieron, sirviendo de Mesas aquellos espaciosos Prados: i a beber antiguos i preciosos vinos, i aguas puras y frescas; con Bailes i Dancas a su modo … (15).

A partir de la lectura de esta cita alguien ha manifestado, quizás con precipitación y excesivo entusiasmo que “en la Sauceda de Ronda tuvo lugar un auténtico festival flamenco en sus orígenes” (16). En todo caso podría tratarse de uno de los primeros balbuceos de algunas de las posteriores formas flamencas.

La lectura de las versiones de V. Espinel y de F. Pacheco nos hace pensar que estos bandidos son monfíes, andaluces moriscos. Veamos las razones de esta sospecha:

- Gonzalo Argote de Molina, portavoz del indulto, había sido con anterioridad un digno y eficaz represor de los moriscos cuando la Rebelión de las Alpujarras en 1568, y como a soldado ya experimentado se le envía con cometido parecido a la Sauceda de Ronda.
- Según V. Espinel estos bandoleros “no tenían temor de Dios ni de la justicia”. Y por otra parte constituyen una especie de “república libre” (17).
- Tanto ESPINEL como PACHECO fijan el número de estos salteadores-bandoleros en trescientos: el número coincide a grosso modo con las evaluaciones tanto de Bernard VINCENT como de Celestino LÓPEZ acerca de las cuadrillas monfíes de Jerez y Ronda en la misma época.
- El ofrecimiento de vino en las fiestas donde se canta y baila era una tradición árabe que se acrecienta en el caso de nuestros moriscos.
- Un hecho concluyente es que Roque Amador, el cabecilla de la Sauceda, “se acogió a Gibraltar, y en el barco de la vez se pasó a África” (18). El capitán, pues, antes que acogerse al indulto opta por reencontrar a sus hermanos musulmanes del Norte de Marruecos, decisión que debemos atribuirle a un MORISCO.
Enumeradas estas razones que nos hacen pensar que estos bandoleros eran monfíes, eran moriscos, el agasajo y la cita:

“CON BAILES I DANZAS A SU MODO”

Puede cobrar mayores dimensiones sobre todo por la utilización del posesivo “su”, refiriéndose al modo, a la manera de hacer los bailes y por qué no los cantos. Parece sensato pensar que no se refiere el texto a que los bandoleros tengan una manera especial de cantar o bailar; por el contrario la documentación histórica si atestigua los particulares cantos y bailes de los moriscos que han dejado de ser la copia de lo árabe-oriental para ir transformándose paulatinamente en el MODO NUEVO de los hispano-musulmanes de Andalucía, síntesis, simbiosis y sincretismo de las tradiciones cristianas y las árabe-moriscas.

Permítasenos llegados a este punto hacer un breve paréntesis siempre con la mira puesta en remitir parte de la historia del flamenco a los siglos XVI y XVII, para dar a conocer algunos datos de las inclinaciones festeras y cantaoras de los hispano-musulmanes, es decir de los moriscos, noticias que además se dan la mano con las mismas aficiones gitanas y cristianas, mestizaje de indudables consecuencias en cuanto a la conformación de lo flamenco.

Estas noticias, estos datos se refieren a las Danzas de las Fiestas del Corpus en Córdoba durante los siglos XVI y XVII (19). El estudio de esta documentación así como de la que se vaya expurgando en los archivos de ciudades como Almería, Granada, Málaga o Sevilla contribuirá a ir matizando, perfilando elementos musicales, etnológicos y antropológicos referidos al flamenco, hasta ahora no suficientemente conocidos. Señala ARANDA DONCEL en Córdoba y en un período que va desde 1570 hasta 1640 que aparecen, entre otros muchos, cuatro tipos de bailes o danzas perfectamente delimitados y diferenciados, a saber:

“Danza de la chacona”
“Danza de gitanos”
“Danza de la Morisca”
“Danza de serranas”

Gitanos y moriscos aparecen en el relato de estas Fiestas del Corpus como sujetos activos del desarrollo de estas danzas o bailes y en más de una ocasión son los propios moriscos los que obtienen los primeros premios. La minoría morisca según el trabajo de ARANDA DONCEL, -constituida fundamentalmente por trabajadores temporeros aparte de gallegos y asturianos- representaba nada menos que el 44% de los artistas participantes en dichas fiestas. Esta misma “danza de la morisca” aparece en 1605 cuando el embajador Conde de Nottinghen y su séquito “encontraron al paso unos gitanos, los cuales distrajeron al embajador con danzas a la morisca usanza”. Y aquí la novedad ya no es que la fiesta morisca, la danza morisca esté de moda o al uso: lo más novedoso es que tales gitanos, al decir de GÓMEZ ALFARO20 no sean solo y estrictamente gitanos: este texto nos está delatando la convivencia y el mestizaje de moriscos y gitanos.

Pero retomemos el tema:

El monfí era para el morisco algo muy parecido a lo que el prototipo de bandolero, caso Diego Corrientes, representaría para el bajo pueblo andaluz: un adalid de la libertad, un aliado contra la injusticia social. El monfí, el bandolerismo morisco acaba su historia, en principio, con la expulsión definitiva de 1609-1610. Como nos indica B. VINCENT este bandido “había nacido a partir de un problema global, con el mismo había crecido y desaparecido. Pertenece, pues, a una época y a un espacio geográfico delimitado… Merecen ser situados en la tipología del bandido social elaborada por Earl Hobsbawn como vengadores cuyo furor destructivo es la expresión de una minoría oprimida”, que sufrirá en sus carnes la tortura, las galeras, la cárcel (21) el descuartizamiento, la horca…

Con la cita anterior hemos tratado de poner de relieve ciertos rasgos comunes entre estos bandoleros y el bandolerismo andaluz del XVIII y principios del XIX. Ahora bien, con la desaparición de aquéllos a partir de 1610 desaparece asimismo y de manera general el bandolerismo en Andalucía hasta siglo y medio después (Diego Corrientes), hecho fácilmente constatable si echamos mano de las publicaciones sobre el tema (BERNALDO DE QUIRÓS y ARDILA, HERNÁNDEZ GIRBAL, PASTOR PETIT) (22). Este fenómeno puede ser explicado en parte por la magnitud de la expulsión que impide cualquier atisbo de lucha armada y que provoca resignación, sumisión, secretismo frente a los poderes públicos, frente a la Inquisición sobre todo. También desaparecen casi por completo las referencias históricas o literarias a los bailes y cantos de los moriscos, porque estos desaparecen oficialmente de nuestra historia: aunque seguirán dándose numerosos expedientes inquisitoriales contra ellos, a partir de ahora al innombrable morisco se le perseguirá en tanto que vagabundo o gitano.

Pues bien, a pesar del paréntesis general bandoleril que se extiende desde 1610 hasta más allá de la primera mitad del siglo XVIII hemos encontrado referencias ricas y sugestivas hacia 1690 en el Voyage en Espagne d´un ambassadeur marocain (23). La relación del viaje ya conocida por Estébanez Calderón como buen orientalista y arabista, está escrita por Mohammed Ben-Al-Ahab Alocisir quien fue enviado por el emperador Muley Ismael a la Corte de Carlos II en Madrid con el objeto de intercambiar cautivos cristianos por moros esclavos y una buena cantidad de libros (24). En su recorrido por Andalucía hasta llegar a Madrid nos relata a su paso por la zona oriental de Sierra Morena que: “nadie puede viajar sólo durante el período de los trabajos agrícolas en Sierra Morena y en las zonas de la Mancha, por el miedo que les tienen a los bandoleros” (25).

Por aquellos parajes el embajador en cuestión encuentra a un amigo de D. Alonso, descendiente de moriscos, y que había sido jefe de alguna de aquellas cuadrillas de bandoleros. Nos refiere que: “Este hombre es uno de los bandoleros de aquellas montañas. Se cuenta que en la época en que fue bandolero, el rey de España envió cierto día un destacamento de alguaciles para prenderle. Se escondió en una cueva de aquella sierra y los soldados desistieron de su empeño de cogerle” (26). Además el deseo del bandolero de acompañar al embajador a Marruecos le delata como morisco: “Si estuviera listo -dice- para emprender viaje, me iría contigo y le pediría (al emperador Maley Ismael) una carta de recomendación para que el rey de España me concediera el indulto …” (27).

Y nos encontramos con uno de los pasajes más interesantes del Viaje en cuanto a nuestro trabajo. En esta misma Andalucía Oriental, en los aledaños de Sierra Morena y entre nómadas (posiblemente gitanos), moriscos y gentes que por sus costumbres y modos de vida se asemejan a “nuestros bereberes” (28) tiene lugar una espléndida fiesta de recibimiento para celebrar la llegada de los marroquíes. En esta fiesta se va a cantar: el acompañamiento de los cantos se hace con una guitarra y sobre esta particular manera de cantar se nos dice algo realmente sorprendente:

“SU CANTO ES DIFERENTE DEL DE LOS CRISTIANOS QUE VIVEN EN LAS CIUDADES” (29).

Explotando esta cita comentábamos en un trabajo anterior (30) que “sin lugar a dudas estamos en presencia de una música, de un canto no conocido, marginal, no popularizado por prohibición y persecución. En definitiva no sería arriesgado afirmar que este canto no cristiano podría ser uno de los elementos embrionarios de la posterior manera flamenca de cantar”.

Llegados a este punto se hace necesario comparar la cita anterior (“Su canto es diferente del de los cristianos que viven en las ciudades”) sobre esta manera peculiar de cantar, con aquella otra del relato de PACHECO referida a los monfíes y a su fiesta (“con bailes i danzas a su modo”). Delimitando también las dos fechas en que se producen estos acontecimientos, finales del siglo XVI por una parte y finales de XVII por otra, podemos afirmar que se va perfilando una continuidad, una tradición cantaora morisca que en ocasiones va unida a bandoleros moriscos o descendientes de éstos.

Permítasenos ahora el atrevimiento de establecer no sólo un paralelismo sino también una continuidad entre la tradición cantaora de estos últimos bandoleros y la misma afición cantaora de Diego Corrientes en el último tercio del siglo XVIII e incluso con Juan Caballero.

En lo referente al tema del bandolerismo, en particular, QUIRÓS y ARDILA hacen algunas observaciones:

a) Existencia del bandolerismo en la Edad Media (e incluso antes) y en el siglo XVI de manera general tanto en Andalucía como prácticamente en toda España.
b) Paréntesis de casi dos siglos de ausencia del bandolerismo en toda España.
c) Resurgimiento del mismo solamente en Andalucía y zonas limítrofes en el siglo XVIII y XIX.
d) Retirada paulatina de este fenómeno social de Norte a Sur: desaparece el bandolerismo extremeño, luego el de los Montes de Toledo, Despeñaperros para terminar en “las últimas serranías penibéticas, singularmente la de Ronda, alpha y omega, esto es, principio y fin, del bandidaje” (31) en la Andalucía Oriental.

Para explicar este particularísimo resurgir (y también la muerte) del bandolerismo en Andalucía y solamente en Andalucía, se aducen varias razones tales como la propia organización social que genera y da lugar al sistema agrario latifundista; aunque inmediatamente los autores recogen velas manifestando que el latifundio también ha existido en otras regiones y en éstas no volvió a resurgir este especial tipo de bandidaje (32). ¿Qué otra explicación cabría para descifrar el enigma?:

Aquí se nos presenta otro factor más: el factor étnico e histórico, la raza y la tradición, que acaban de fijar en Andalucía el tipo del bandido como una figura propia del país, semejante a la del torero y a la del majo, como un elemento peculiar de su inconfundible paisaje (33)…

en el bandolerismo andaluz debe haber algo extraño al régimen general de la gran propiedad en sí misma y exclusivamente peculiar de la historia íntima de Andalucía (34).

Veamos si podemos desentrañar ese “algo extraño” de “la historia íntima de Andalucía”, esos factores de los que nos hablan QUIRÓS y ARDILA. Ya hemos visto por una parte los elementos festeros, de baile, cantaores de los primeros bandoleros; señalemos por otra parte que, ¡feliz coincidencia!, el paréntesis bandoleril del que se nos habla coincide casi exactamente con la expulsión definitiva de los moriscos sobre 1610 y viene a terminar con la aparición del prototipo de bandolero, Diego Corrientes, en el último tercio del siglo XVIII, aparición que además, ¡ejemplar coincidencia! es paralela a las medidas de “asimilación” y “liberalizadoras” de Carlos III respecto de los gitanos.

Sin embargo lo más llamativo de Diego Corrientes, para nuestro estudio. no es que fue un bandolero sino que además fuera cantaor, perpetuando toda una tradición de la que venimos hablando; es el caso de Juan Caballero y también el de otros bandoleros. La Historia del Cante Flamenco ha sido terriblemente injusta con aquel a quién la tradición le atribuye esta quejumbrosa carcelera o tonado de la cárcel:

Beintisinco calabosos
Tiene la carse de Utrera,
Beinticuatro yebo andaos
y er más oscuro me quea,

Otros cantaores han pasado a la historia y a los diccionarios con muchos menos datos, incluso de algunos tan sólo conocemos el nombre. Invitamos, pues, a los autores del Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco a que en el próximo apéndice remedien esta notable injusticia.

Dicho esto, es el momento de establecer algunas conclusiones.

- Ronda aparece como principio y fin del bandolerismo; el principio con La Sauceda y fin con uno de los últimos bandoleros, Pasos Largos. Ronda, principio del bandolerismo cantaor con La Sauceda y continuación del mismo con Tragabuches, bandolero, torero, gitano y cantaor.
- Hacia 1690, los moriscos en tanto que grupo siguen siendo reconocibles como tales.
- En estas mismas fechas las manifestaciones folklóricas de este grupo siguen vigentes, reconocibles y autónomas respecto del canto de los “cristianos”.
- En 1690, la convivencia con los nómadas, seguramente gitanos es un hecho evidente: convivencia que arranca de mucho antes de la expulsión en 1610 y que empieza a conformar el grupo morisco-gitano. Este hecho no excluye la fusión y mezcla del morisco con otras capas o grupos populares y marginales andaluces y extraandaluces; incluso la permanencia aislada y soterrada del grupo morisco autónomamente. Así lo prueban los datos, las investigaciones de CARO BAROJA, VINCENT, GÓMEZ ALFARO, LEA, etc.
- Podemos observar cómo el renacimiento del bandolerismo de finales del XVIII, las medidas liberalizadoras de Carlos III hacia el gitano, grupo en el que seguramente ya se ha diluido buena parte del grupo morisco, y las primeras noticias que tenemos de LO FLAMENCO, coinciden en el tiempo, y en el espacio geográfico.

En definitiva, por los datos que hemos aportado en cuanto a la localización de núcleos cantaores y otros que aportaremos (Almería, Ronda, Almadén, Linares, Sierra Morena) creemos que hay que empezar a poner en cuarentena la idea del famoso triángulo flamenco como origen de muchas de las manifestaciones flamencas e incluso de aquellas que suelen considerarse como las más puras. Posiblemente Triana y los otros núcleos del triángulo no hayan sido la cuna exclusiva de donde irradió lo flamenco; y aún siendo cuna, lo que han representado sobre todo es la confluencia de otras cunas repartidas por toda la Andalucía Oriental.

En resumen, el flamenco es un río demasiado caudaloso y profundo como para creer que ese inmenso caudal ha surgido apenas anteayer y brotado de un exiguo manantial.

NOTAS
1. Magna Antología del Cante Flamenco. Madrid, Hispavox, 1982. Vol. IV. S/C 66.201 (60.726) Cara B.
2. Rodriguez Marin, Francisco, Cantos populares españoles, Madrid, Atlas, 1982, tomo III, n” 5.696
3. Gutierrez Carbajo, Francisco, La Copla Flamenca y la lírica de tipo popular, Madnd, Editorial Cinterco, 1990, tomo II p. 792
4. Rodríguez Marín. Francisco, Cantos populares… Toma IV, p.464, nota 182.
5. García Arenal, Mercedes, Los moriscos, Madrid, Editora Nacional, 1973, pp 30-31
6. Caro 8aroja, Julio, Los moriscos del Reino de Granada, Madrid, Ediciones Istmo, 1976, pp.245-248.
7. García Gómez, Génesis, Cante flamenco, cante minero. Una interpretación sociocultural, Antropos, Editora Nacional de Murcia, 1993, pp. 7, 8, 28…
8. Gelardo Navarro, José, “Algunos datos sobre la gestación del cante flamenco: la minoría de los caballistas-bandoleros”, Revista Candil, n° 65, año XXII, 1989, pp. 229-232.
9. Steingress, Gerhard, Sociología del cante flamenco, Jerez, Centro Andaluz de Flamenco, 1993, p. 32.
10. Ibidem, p. 111.
11. Vincent, Bernard, “Les bandits morisques en Andalousie au XVI siècle>>, RHMC, XXI, Juillet-Septembre, 1974, pp. 389-400.
12. López Martínez, Celestino. Mudéjares y moriscos sevillanos, Sevilla, Tipografía Rodríguez Jiménez y Compañía, 1935, pp. 64-67.
13. Muy brevemente comentado en cuanto a sus implicaciones flamencas por Rodríguez Cosano, Ricardo, <>, Revista Candil, año IX, nº 34 (1986), p. 32.
14. Bernardo de Quirós, Constantino y Ardila, Luis, El bandolerismo andaluz, Madrid, Gráfica Universal, 1974, pp. 21-28.
15. Ibidem, p. 24.
16. Rodríguez Sonao, Ricardo, La Sauceda… p. 32.
17. Espinel, Vicente, La vida de Marcos Obregón, La Novela Picaresca Española, Madrid, Aguilar, 1986, 71 edición, 2ª reimpresión, tomo I, pp. 2347 y 1352.
18. Ibidem, p. 1356.
19. Aranda Doncel, Juan, “Las danzas de las Fiestas del Corpus en Córdoba, durante los siglos XVI y XVII. Aspectos folklóricos, económicos y sociales”, Boletín de la Real Academia de Córdoba, año XLVII, n°- 98, pp. 173-194.
20. Gómez Alfaro, Antonio, “Algo más sobre gitanos y moriscos”, Cuadernos Hispanoamericanos, n°-512, Febrero 1993, pp. 71-89.
21. Vincent, Bernard, Les bandits…
22. Bernaldo de Quirós, Constantino y Ardila, Luis, El bandolerismo…; Hernández Girbal, F., Bandidos españoles célebres, en la historia y en la leyenda, Madrid, Ediciones Lira, 1978, 2 t.; Pastor Petit, Domingo, El bandolerismo en España, Barcelona, Plaza y Janés, 1979.
23. Voyage en Espagne d´un ambassadeur marocain (1690-1691), traduit de l’arabe por Henri Sauvaire, Paris, Ernest Leroux, 1884.
24. Estébanez Calderón, Serafín, Obras completas. Fragmentos de la Historia de la Infantería Española, Madrid, Atlas, Biblioteca de Autores Españoles, 1955, t. II, p. 265.
25. Voyage en Espagne…., pp. 68-69.
26. Ibidem, p. 70.
27. Ibidem, p. 71.
28. Ibidem, p. 65.
29. Ibidem, p. 65.
30. Gelardo Navarro, José, “Viaje a España de un embajador marroquí (1690-1691)”, Postdata, n°- 12 y 13, 2á época, primavera 94, Murcia, pp. 123-126.
31. Bernaldo de Quirós, Constantino y Ardila, Luis, El bandolerismo… pp. 202-204.
32. Ibidem, pp. 204-205.
33. Ibidem, p. 74.
34. Ibidem, p. 205.

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Dinero y campañas en EEUU


La Corte Suprema asesta un duro golpe al corazón de la democracia republicana

25-01-2010
Juan González Bertomeu
Sin Permiso

"La igualdad implica… en lo que concierne a la riqueza, que ningún ciudadano pueda ser tan rico como para poder comprar a otro, ni tan pobre como para estar forzado a venderse…" (Jean-Jacques Rousseau, El Contrato Social)

La Corte Suprema de Estados Unidos, con su reciente decisión de invalidar una ley federal que ponía límites a los gastos electorales de las empresas, acaba de debilitar la ya vapuleada democracia estadounidense.
La sentencia, pronunciada por la mayoría conservadora de la Corte, se alinea con otras de los últimos años que también refuerzan el poder de las corporaciones.

La actividad política cuesta dinero. Los candidatos deben asegurarse de que sus proyectos lleguen a los votantes. Para eso deben utilizar los modos que estimen más efectivos. Un siglo atrás, las ideas políticas se daban a conocer –casi exclusivamente- mediante panfletos de baja circulación y en mítines públicos. Los candidatos viajaban y exponían sus puntos de vista en pueblos y ciudades correspondientes a sus distritos electorales. La aparición de la radio –primero– y la televisión –luego– alteró dramáticamente esta situación. La gente, así, se acostumbró a escuchar ideas por estos medios, movilizándose gradualmente menos que antes, especialmente ayudada por sistemas políticos que no incentivan una participación popular activa.

Un minuto en televisión resulta muy costoso, y por eso los candidatos necesitan reunir ingentes sumas de dinero. La irrupción de internet y otras manifestaciones de la revolución digital cambió en parte esta realidad, bajando los costos de la comunicación y haciéndola más fluida. La campaña presidencial de Barack Obama, basada en un uso óptimo de la tecnología disponible, es el ejemplo más claro de este punto. Con todo, su impacto sigue siendo limitado, en parte porque mucha gente carece de acceso a internet u otros medios digitales, y porque la popularidad de la televisión sigue y seguirá siendo enorme.

En las sociedades democráticas actuales, entonces, el dinero ejerce una influencia significativa sobre la política en general, y sobre el acceso a los cargos en particular. Un aspecto central en la relación entre el dinero y la política gira en torno a la oportunidad efectiva que cada ciudadano tiene de influir (de hacerse oír) en la toma de decisiones. El principio democrático según el cual cada persona vale un voto (no más y no menos que eso) resulta burlado cuando grandes disparidades económicas hacen, por un lado, que ciertos individuos tengan un acceso asegurado a la arena política (mediante contribuciones a los fondos de campaña o, incluso, auto-financiando una postulación), mientras que aquellos con menores recursos ven significativamente disminuidas sus posibilidades de lograrlo.

En pocos lugares se ha debatido tanto sobre el tema del financiamiento de las campañas políticas como en Estados Unidos. Esta semana, en el caso Citizens United, la Corte Suprema resolvió la cuestión del peor modo posible, permitiendo a las corporaciones gastar de manera ilimitada a la hora de promover a un candidato. Al hacerlo, el alto tribunal invalidó buena parte de la ley federal sobre financiamiento político McCain-Feingold (aprobada en 2002, y llamada así por el nombre de los legisladores que la promovieron; el primero de ellos sería luego el rival político de Obama). La sentencia mostró la división aguda existente puertas adentro de la Corte, entre los cinco jueces conservadores que firmaron el voto de mayoría (redactado por Kennedy, y secundado por Scalia, Roberts, Alito y Thomas) y los cuatro disidentes, progresistas moderados (Stevens escribió el agrio voto minoritario, acompañado por Breyer, Ginsburg y Sotomayor).

La decisión sobre la validez de la ley fue gratuita, pues el caso no exigía una opinión sobre ella. Su argumento principal fue que los límites a los gastos de las corporaciones o de los sindicatos promocionando a un candidato violan el derecho de aquéllos a la libertad de expresión (en cambio, los límites a las contribuciones directas a una campaña son válidos). Algo similar había insinuado la propia Corte en 1976, en el famoso caso Buckley v. Valeo [424 U.S. 1 (1976)]. En el caso Buckley se discutía la validez de una ley de 1974, aprobada con el objeto de disminuir el peligro de corrupción en el sistema político, pero también de mejorar las condiciones de igualdad en el acceso al poder, para que la mayor riqueza de los candidatos o su mayor capacidad para recaudar fondos no constituyeran circunstancias excluyentes y definitorias en una campaña. Entre otros puntos, la ley establecía –de manera algo similar a la ley McCain-Feingold– un límite a las contribuciones políticas a favor de candidatos a cargos a nivel federal, y fijaba un tope a los gastos por parte de individuos o grupos "relacionados con un candidato claramente identificable".

En su decisión en el caso Buckley, la Corte equiparó las contribuciones a favor de los candidatos con el propio discurso político (protegido por la Primera Enmienda), de especial importancia en un sistema democrático. Al reducir la cantidad de expresiones, los límites en los gastos y contribuciones sólo podían resultar válidos si podían superar un escrutinio especialmente estricto: si se demostraba que la restricción al discurso era absolutamente necesaria debido al especial peso de las razones para adoptarla. El alto tribunal convalidó las restricciones a las contribuciones, afirmando que las limitaciones sobre los montos que alguien puede donar a un candidato o comité importan sólo una restricción marginal sobre la capacidad del individuo en cuestión de involucrarse en un libre juego discursivo. Pero invalidó casi totalmente las limitaciones a los gastos de campaña, rechazando como fin legítimo de la ley el de tender a "igualar la capacidad relativa de los individuos y grupos de influir en el resultado de las elecciones". En su frase más controvertida, la Corte sostuvo que "el concepto de que el gobierno puede restringir el discurso de algunos miembros de la sociedad con el fin de ampliar la voz relativa de otros es completamente ajeno a la Primera Enmienda, la que fue diseñada para 'asegurar la más amplia diseminación posible de información a partir de fuentes diversas y antagónicas.'"

Uno de los aspectos más criticables de Buckley es que la Corte reconoció que las asociaciones y corporaciones –y no sólo los individuos— gozan del derecho a la libertad de expresión. Este criterio es el que reforzó ahora el alto tribunal en el caso Citizens United, dejando a un lado varias decisiones adoptadas luego de Buckley, en las que había convalidado límites semejantes (especialmente los casos Austin y McConnell). La Corte afirmó que los topes a los gastos corporativos (o de los sindicatos, que evidentemente cuentan con menor capacidad económica que las grandes empresas) durante las campañas son inválidos, hiriendo con ello de muerte los inusuales intentos por parte del Congreso de poner un coto al poder que las empresas ejercen sobre la política.

Las contribuciones de dinero, en efecto, podrían constituir una forma de expresión pública de las preferencias de los ciudadanos, o un modo de comunicar ideas, y gozar por ello de alguna protección. Esto se vio tal vez del modo más claro en 2008, durante la campaña presidencial de Estados Unidos, cuando una enorme cantidad de estadounidenses manifestó su entusiasmo por Barack Obama donando dinero a su campaña, en general muy pequeñas sumas. Sin embargo, la noción de que aquellos mejor posicionados económicamente puedan tener una voz casi infinitamente mayor que el resto resulta antidemocrática. Como dijo el juez J. White en su disidencia en el caso National Conservative Political Action Committee [470 U.S. 480, 508 (1985)], en el que la mayoría de la Corte invalidó ciertos límites, "los gastos producen un discurso (protegido por) la Primera Enmienda... Pero éste es precisamente el punto: ellos producen tal discurso, no constituyen discurso por sí mismos."

Al sostener ahora que los topes a los gastos violan la Constitución, la Corte insinuó (al igual que en Buckley) que la garantía de la libertad de expresión fue establecida para asegurar la más amplia diseminación posible de información a partir de fuentes diversas y antagónicas. Pero esta afirmación es doblemente tramposa en estos casos. La posibilidad de oír voces diversas y antagónicas se encuentra fuertemente condicionada por razones económicas. Aquellos que menos tienen enfrentan dificultades casi insuperables para comunicar sus ideas. La libertad de expresión no sólo se ve amenazada por parte del Estado sino también por la situación de poderío económico de la que gozan ciertos individuos y grupos en relación con el resto de la sociedad. Paradójicamente, es la propia Corte la que impide el cambio de esta situación.

Por otra parte, reconocer que las empresas tienen derechos constitucionales o humanos (derechos que en ciertos casos son tan fuertes como los de las personas físicas) es ignorar una realidad obvia: las empresas, a diferencia de los seres humanos, son una mera creación del Estado, y logran constituirse, crecer y construir su poder gracias a las facilidades que el propio sistema legal les brinda. Hacerlas gozar de derechos es, entonces, beneficiarlas artificialmente, por partida doble. Las corporaciones, ahora, tienen derecho a gastar enormes sumas de dinero para beneficiar a un candidato; mejor dicho, para beneficiarse a sí mismas al apoyar a un candidato en condiciones de llevar adelante sus propias propuestas. Como sostuvo la minoría en su disidencia, "[l]a diferencia entre vender un voto y vender acceso es una cuestión de grados…, y la venta de acceso por parte de un candidato no es algo cualitativamente diferente a que éste brinde una preferencia especial a quienes gasten dinero en su nombre."

Con su decisión, la Corte estadounidense asestó un fuerte golpe al proyecto democrático. Lo hizo en un momento en que, además de padecer otros problemas graves, el sistema político estadounidense está asediado por el poder de las corporaciones. La sentencia refuerza esta dominación, subordinando potencialmente las plataformas políticas de un partido o de un candidato a sus designios, y contradiciendo el ideal democrático de la igualdad entre los ciudadanos. Convierte a la política en una réplica burda del ya disfuncional mercado económico, en el que el valor de una obra o idea se mide por el precio que otros quieren cobrar o pagar por ella, aunque sólo unos pocos puedan cobrar o pagar lo que consideran que esa obra o idea genuinamente vale. Citizens United arroja el juego político a las fuerzas del mercado. Que, como sabemos, es cualquier cosa menos igualitario.

Juan González-Bertomeu es un constitucionalista argentino radicado en Nueva York.

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3054

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