miércoles, 13 de enero de 2010

Paraguay: Hambrismo siglo XXI


José Antonio Vera (especial para ARGENPRESS.info)

El Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), desde la madrugada de este martes 12, logró imponer un espectacular cobro de impuesto insurreccional, en tres importantes sitios del país, forzando la entrega gratuita de miles de kilos de carne entre una parte del millón y medio de hambrientos que existen, según fuentes del propio Gobierno.

Al EPP, nebulosa presencia en la política nacional desde hace un lustro, cuyos objetivos nunca han sido difundidos, pese a los beneficios de una intensa cobertura de prensa, se le adjudica varios secuestros de magnates rurales, pero ésta es la primera vez que incursiona en un operativo buscando la simpatía de la población.

La distribución de carne, interpretada como chantaje, resulta de una negociación del EPP con la familia Zavala, estancieros del norte del país, cuyo responsable del sector ganadero, de nombre Fidel, fue secuestrado hace tres meses.


Presunción general es que el acuerdo concluyó a espaldas del gabinete de Lugo y, en particular, contra la postura de su Ministro del Interior, el democristiano Rafael Filizzola, cuya fracasada política represiva se inspira en los métodos que aplica Uribe en Colombia.


El poderoso General Douglas Frases, Jefe del Comando Sur y Comandante de las siete bases estadounidenses apostadas Colombia, en su reciente visita a Paraguay, dijo que este secuestro es la ocasión para trabajar juntos “en la limpieza de terroristas”, ocurrencia que confirma la intención de aterrizar para quedar.


El resultado inmediato son los desalojos de humildes familias, algunos por deuda a usureros, quema de rancheríos, detenciones arbitrarias y la represión a cargo de policías y militares formados en la genocida escuela estronista.


Miembro del Plan Cóndor, desde fines de la década del 60 hasta mediados del 80, hace apenas un cuarto de siglo, el General Alfredo Strossner (1954/89), aplicó en Paraguay la Doctrina de la Seguridad Nacional, que ahora Estados Unidos llama de Seguridad Democrática, en lenguaje que pretende más aceptable para profundizar su perversidad.


La respuesta del Gobierno de Lugo a los reclamos populares, inimaginable un año y medio atrás cuando el exObispo encabezó la promesa de cambio, está apuntalada por el Fiscal General de la República, Candia Amarilla, quien sostiene que los insurrectos “son campesinos de día y guerrilleros de noche”.


Otros apoyos son ofrecidos por el grueso de la plana mayor de los dos partidos más viejos, el Colorado y el Liberal, derrotado el primero en las elecciones nacionales del 2008, después de 60 años de manejar el país como hacienda propia, mientras que el segundo, más vergonzante aún, es la principal fuerza electoral de la alianza gobernante.


El Vicepresidente Federico Franco, es uno de los personajes destacados de la derecha ultraliberal, quien no pierde oportunidad de ofrecerse a los sectores más retardatarios para reemplazar a Lugo, en un maridaje perverso con la cúspide de la Asociación Rural y la mayor parte del corporativismo empresarial.


La imposición del EPP, de entregar carne a una parte de los más marginados, fue aceptada por la familia Zavala, angustiada desde hace tres meses por el secuestro de Fidel, de 47 años, en un operativo algo misterioso, pues la víctima es conocida por una conducta de respeto y generosidad con su personal y el vecindario más empobrecido.


Esa actitud es de excepción entre los grandes propietarios rurales, para quienes la miseria no existe y es sólo un cuento de “los comunistas y chavistas”, contra quienes “hay que formar comandos para matarlos”, según propuso un latifundista de apellido Avilés, de nacionalidad chilena e ideología nazi, con buen eco entre sus pares de “riñón cubierto”.


Desde la medianoche, el barrio la Chacarita, pleno centro de la capital paraguaya, frente al suntuoso Palacio Legislativo, y uno de los sitios más míseros de Asunción, es escenario de la formación de una interminable fila de hambrientos.


Espectáculo similar, que muestra la televisión, se registra en dos sitios alejados, en el árido y canicular Chaco, donde campesinos e indígenas están recibiendo la carne de 30 animales cedidos por la familia del secuestrado. Los agradecimientos son innumerables y Dios se destaca.


Miles de rostros surcados por la miseria, cansados, desesperanzados, miradas tristes, llenas de resentimiento y de desconfianza, odio y miedo, hasta con muecas burlonas que salen de bocas destentadas, muestran los estragos del hambre, el alcohol y la drogadicción.


El secuestro del estanciero ha sensibilizado a la opinión pública, simpatizante con la familia Zavala que, en breves y muy discretas apariciones, se declara conciente de que una miseria inmensa gana espacio en todo el país.


Gran parte del empresariado nacional está movilizado y ha inundando las ciudades con pasacalles y grandes carteles fijados en los frentes de sus establecimientos y lujosos domicilios particulares, con las inscripciones “Todos somos Fidel” y “Liberen a Fidel”.


En medio de los tres meses de esta operación del EPP, han sido asesinados en Paraguay, por diversos motivos, más de cien personas, otras cien murieron en medio de las juergas de navidad y fin de año, otro tanto en accidentes de moto, y es incuantificable el número de vidas que se han perdido por la miseria extrema que sufre un tercio de los seis millones 300 mil paraguayos, con un millón emigrado.


El abogado Diego Zavala, hermano del secuestrado, principal portavoz de la familia y, presumiblemente el primer contacto, directo o indirecto, con los secuestradores, pide infructuosamente al Gobierno que retire las tropas policiales y militares desplegadas por los operativos Triángulo y Sombra, en la región nortina, donde operaría el EPP.


El Ministro Filizzola convocó a una conferencia de prensa que redujo a la simple emisión de un comunicado, retirándose con expresión de mucha preocupación y con una altanería que puede significar impotencia y fracaso.


Si el Gobierno aceptara replegarse, sería una derrota política a los ojos de la opinión pública, dando pie a una avalancha de acusaciones de debilidad por parte de una oposición hambrienta de argumentos, en particular la que duerme con el propio Lugo.


A la vez, ello representaría la primera victoria popular del EPP, hasta ahora un desconocido en el pensamiento general de la población.


El Gobierno, que no camina, que después de año y medio de asumir no anda, nadando en la improvisación, impotencia y corrupción, está paralizado y lo que tiene para apoyarse es el filo de una navaja, sobre el que pende la vida de un hombre decente.

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