miércoles, 13 de enero de 2010

Crónica de un viaje a Palestina: Bailando con metralletas


Tomas Trifol
Rebelión

“La razón acaba donde empieza la fuerza”. Un viaje reposado a Israel y a “los territorios ocupados” puede cambiar tu mente, sumirte en el desconcierto y hacerte sentir otra realidad, fuera de los bordados de mantelería, fuera de las historias ideológicas y mediáticas puestas en evidencia como mensajes ‘únicos’ verdaderos por el sistema de dominio y sus grupos y personas de interés. Todo cambia para que todo permanezca… La fuerza acabará donde empiece la razón.
13-01-2010


“La razón acaba donde empieza la fuerza”, quizás por eso el oro siga siendo refugio de las situaciones dificiles en el mundo de las finanzas. Hace siglos era lógico, no existía el acero inoxidable pero el acero inoxidable es una baratija comparada con el oro. Otro misterio de la razón de la fuerza.

Y en otro desorden de cosas, Europa apuesta porque “los palestinos puedan tener su capital también en Jerusalen”. Les quedó monísimo, apareció en su día finamente bordado en todos los medios de comunicación tras una rutinaria visita de la Clinton al misterioso Israel. Europa también avanzaba ideas. Ahora le toca a Zapatero proseguir con el jueguecito.

Pero un viaje reposado a Israel y a “los territorios ocupados” puede cambiar tu mente, sumirte en el desconcierto y sentir otra realidad, fuera de los bordados de mantelería, fuera de las historias ideológicas .

Te aproximas a ese mundo ya cuando en el area de salidas del areopuerto de Barcelona, enfrente de la facturación de la compañía aerea isreli, unos individuos no identificados te chequean tu pasaporte y te interrogan si estás casado, dónde vives, a qué te dedicas, porque vas a Israel, si eres judío, si lo fue alguien de tu familia, donde vas a estar, si te gusta el madrid o el barcelona, si alguien te dio algo para entregar en Jerusalem, sino te parece anormal pasar todas las navidades, año viejo y reyes en tierras extrañas, lejos de tus seres queridos…

Mientras, te parece observar que los israelies son excesivamente pulcros, se dedican a quitar el polvo a las maletas y a los baules con un cepillo. Al final te das cuenta que no puede ser, que es un aparato electrónico para escanear los equipajes. Pero no deben ser muy exactos, los nuestros acabaron por abrirlos vaciando su interior encima de un mostrador, todo con exquisita amabilidad.

Podríamos haberles acusado de usurpación de soberanía, pero ya se sabe, mejor no. Luego volvimos a pasar la aduana española y los rutinarios controles de seguridad de los areopuertos. No hemos comprendido cómo un Estado soberano es usurpado en sus funciones con todo el morro.

Llegas a Israel y aquí te das cuenta de algo que habías olvidado. En el interior de Israel hay árabes. Barrios árabes en la mayoría de las ciudades isralies. Es decir que los árabes no están sólo en Gaza, Cisjordania y Jerusalen este sino que conforman parte de la población del territorio que la ONU entregó a los judios. Entonces te das cuenta de otra cosa. La partición respondió a criterios interesados que beneficiaron descaradamente a los judíos. Fue el comienzo de la sinrazón.

La población árabe dentro del Israel de la ONU también vive diezmada y en guetos. La comparación mas exacta sería la de los negros en Sudafrica durante el apartheid pero con una diferencia sustancial, aquí la segregación es de facto, no de derecho como en Sudáfrica. La mayoria de los pobres son árabes o inmigrantes recientes, incluso los amerindios que adujeron tener tatarabuela judía, huyendo de las maras de Guatemala.

Sus barrios son los mas pobres, sus calles las mas miserables, sus basuras las mas enormes, sus empleos los mas tirados. Pero cuidado, Roma paga bien aunque diga que no. Entre los comerciantess o chiringuiteros árabes de Jerusalem cada vez hay mas israelies . Los isrelies compran los chiringuitos, los árabes venden. Estos te hablan hebreo aunque sepan que no lo entiendes y cuando no los atiendes parlotean en árabe, luego saltan al inglés y entre cachibache y cachibache ves que tienen desde una menora(1), hasta una camiseta estampada con la frase de freedoom for Palestina. Eso me recordó mucho a mi país. Sin duda es fruto de la avaricía y de la falta de dignidad, mezclada con la indignidad judía.

Sociologicamente hablando los israelies tienen una fuerte conciencia de grupo humano, un grupo humano que tiene que matar para que no le maten, eso es lo que creen ellos y lo hacen con conciencia, naturalmente y sin mayores remordimientos. Eso es lo que creo yo.

La única lengua vehicular es el hebreo entre los judíos y es notablemente manifiesto que hasta los 60 o los 70 la mayoría actual de los judíos de Israel no hablaba ni conocía ese idioma que había desaparecido ya hacía mas de 2000 años. En la época del Cristo los judíos ya no lo hablaban en la vida ordinaria. Muchos israelies chapurrean bastante aceptablemente bien también en inglés. Las señales de tráfico están también en árabe y en inglés.

A pesar de los pesares, los hebreos son simpáticos, afables, correctos y serviciales. Dan por supuesto que estás en perfecta comunión con ellos. El trajín de las armas, pistolas, metralletas o tanquetas en la vía pública ni les inmuta, los controles sistemáticos en carreteras y lugares de check point no les agotan la paciencia, los escaneres y revisiones a la entrada de supermercados, discotecas, iglesias, sinagogas o mezquitas les resulta parte de otro ritual consumista o escatológico, además saben que deben su bienestar y su vida a esas medidas.

Dicen que Tel Aviv es moderno y progresista y que Jerusalem es un antro de integristas religiosos. En uno y en otro sitio el Sabath sólo se mueve Dios. El areopuerto internacional de Ben Gurión en Tel Aviv así como todo servicio institucional y comercial desaparece en todo Israel desde las 6 de la tarde del viernes durante 24 horas. Lo del areopuerto y especialmente lo de su terminal internacional, es una falta de respeto a todos aquellos que no creemos en la Torah y sus derivados.

Quizás sea que en Tel Aviv ayude la gaupasa del viernes al sábado a disimular la ley judía. La misma que en Jerusalem, que se anima de repente a las 6 de la tarde del sábado, sin retraso ni adelanto. Sólo los apartados, viejos y sucios barrios árabes no se quieren enterar .

Se calienta y corre la cerveza en sus pubs y discotecas a partir de las 6 y a medida que avanza la noche. Cientos de jovenes veinteañeros bailan en la calle y en el interior de discotecas con puertas abiertas. Muchos son jovenes vestidos de negro, con rizitos y tocados, presuntamente observantes de la ortodoxia judía y es que en Jerusalen son legión.

Son cantos patrióticos muchos de ellos con ritmo pegadizo de pop rock. Bailan con metralletas en bandolera y pistolas enfundadas en la cintura, chicas jovenes e imberbes armados bebiendo cerveza, cocacola o café y certificando la sin razón de un mundo loco, milicias armadas enseñando su enorme metralleta a niñatas rubias y pelirrojas hablando inglés americano que vienen en tromba a ayudar a Israel porque sus amigos judíos norteamericanos les propusieron el viaje o simplemente porque descubrieron una tatarabuela judía. Jerusalem se vuelve caro gracias al dólar judeo americano, muy caro en sus calles sucias de falta de agua y jabón pero limpias de papeles y basuras orgánicas, caro en sus discotecas y restaurantes, hoteles y albergues de clases medias y populares en contraposición con la nunciatura apostólica de su Santidad y los hoteles de lujo, pulcros y abrillantados, donde no hay recomendaciones del gobierno para que ahorres todas las gotas de agua que puedas pues se la llevaron con el jabon los presupuestos militares.

Al otro lado de la colina, los árabes parece que duermen entre los detritus, latas y papeles que rodean la puerta de Damasco, su centro neurálgico. El domingo es día de tajo y de obras públicas que penetran día a dia el espacio que presuntamente pertenecería a los árabes, lo mutilan con sus lineas de tranvías diseñadas de antemano, con sus carreteras y muros, sus casas, sus monumentos e instituciones que demuestran a las claras que Europa sabe lo que hacen y no nos lo cuenta. Alea jacta est, Israel quiere y planea quedarse con todo. A ti mejor que te importe un bledo. Cuando haya acabado el proceso ya nos lo contarán.

Mientras en esta sociedad israelí , antítesis de la ecología, donde lo nuclear y el secreto militar van de la mano, las energías limpias están totalmente sucias . Un país, mas rico en sol que el sur de España, es la avanzadilla en los residuos fósiles. Es dificil distinguir quien manda aquí. Si el sionismo americano, la industria americana o el gobierno pretendidamente laico de Israel. Cierto es que sin los USA, detrás o por delante, Israel no sería lo que es.

Es impactante ver como una lápida del ministerio de Cultura te ruega que guardes compostura en el lugar sagrado del muro de las lamentaciones a parte de advertirte que según la fe judía Dios puso la primera piedra fundacional del mundo justo debajo de la explanada del derruido templo de Salomón y que la puedes ver siempre que llames por telefono previamente y vengas en grupo. Al menos el ridículo no se nota tanto admitiendo sólo grupos reducidos.

De todas formas sería exagerado decir que la sociedad actual hebrea gira entorno a la conciencia del judaísmo religioso. Lo que si es cierto es que el gobierno israelí necesita del integrismo y de la moderación religiosa para sus planes de expansión. Como necesita de la cacareada normalidad de gays y lesbianas a pesar de que este último verano un atentado con metralleta se llevara la vida de 5 personas en un bar de gays.

La sociedad israelí simplemente gira en torno a una conciencia exacerbada de grupo, que necesita espacio vital para sobrevivir a costa de los demás, lo cual, como en un partido de futbol les resulta lo mas natural siempre que sigan ganando, acostumbrados como están a jugar con los equipos de tercera. USA es Jhavé, su ensayo científico entre otras cosas debe ser contrastado para futuras actuaciones en otras fronteras del Imperio.

En el lado árabe, la acumulación de errores y desaveniencias y la reiterada práctica y justificación ética de la violencia les ha llevado al borde del abismo. También están donde están por eso, por su desunión, por la falta de solidaridad práctica de los otros países árabes, por su falta de realismo y por su borrachera ética, aunque haya situaciones que clamen al cielo.

En toda Palestina las ruinas de todas las civilizaciones nos explican la actual situación. Siempre hubo pueblos diversos en Palestina desde la mas remota antigüedad. Los judíos fueron otro mas entre los otros. Y las élites dirigentes de todos ellos, con sus filosofías hegemónicas les llevaron a la intolerancia y al fanatismo. Destruyeron lo construido y volvieron a construir encima, puertas, murallas, muros, castillos, iglesias, mezquitas, sinagogas, unas superpuestas encima de las otras, los periodos de tolerancia o sus descuidos son lo anedótico y lo peor es que hoy sigue igual y a veces es hasta una copia. Sólo los hijos de Dios en Jerusalen se odian tiernamente, el resto a batacazos.

En Cafarnaum en Galilea, una moderna iglesia católica de suelo de cristal está edificada encima de las ruinas de una mezquita. Debajo de tus pies están sus ruinas para que las veas. Todo un símbolo. Lo peor es cuando uno se sale del mundo de los símbolos.

Lo que se ve en Hebrón en los territorios oficialmente ocupados, averguenza a los seres humanos. Llorar por ello aunque no valga para nada es un legítimo deshaogo. Se saltan las lágrimas en Hebrón.

So pretexto de que Abraham vivió allí hace unos tres mil años, ciertos judíos están haciendo un asentamiento singular. Un barrio árabe esta siendo enterrado con sus moradores dentro. Unos enormes pilares de hormigón en los cuatro o mas costados de las casas se levantaron rodeando todo el perímetro, sobre ellos una enorme terraza, no de cristal sino de hormigon y sobre ésta los edificios judíos. Las basuras y escombros de la construcción es arrojada abajo donde los árabes ante la tranquila e inocente mirada de los soldados judíos del Estado de Israel.

Todo es perfecto y normal en Israel, aunque su objetivo, ya declarado por los hechos hasta la saciedad, sea quedarse con todo. Y es que todos podemos vender o comprar la conciencia de los seres humanos y las tierras de otros pueblos, podemos pasearnos de turistas en los altos del Golán, rodeados de alambradas y campos de minas a los bordes de la carretera que sube desde Tiberiades a los pueblos sirios, sacarnos fotos delante del vallado minado, ver la justificación israelí para la invasión de los altos del Golán en el intento de construcción por parte de Siria de un canal recolector de todas las aguas de los pozos y torrentes que hubieran secado el lago Tiberiades y por consiguiente Israel. Constatar la lucha contrareloj contra los asentamientos judios y avistar orgullosas las banderas sirias de las casas inacabadas de los sirios por falta de fondos, no pudiendo contrarestar así a la población de los asentamientos, eternamente protegida por las metralletas, el oro y las finanzas monetarias.

La fuerza acabará donde empieze la razón.

1 comentario:

Serge dijo...

Buen artículo. Es el punto de vista de un ciudadano corriente con algo de conocimiento del problema y fuera de los intereses políticos. Su conclusión es sencilla: Sin la oposición mayoritaria nos hacen a todos lo que quieren. En Palestina y en Europa.