sábado, 24 de abril de 2010

La transición a la democracia en Estados Unidos


Cronopiando
Koldo Campos Sagaseta
Rebelión

Hora va siendo ya de que el gobierno de Cuba, con el mismo derecho que asiste al régimen de los Estados Unidos, designe una comisión que se ocupe de facilitar la transición a la democracia de sus belicosos vecinos.
Yo mismo, si el gobierno de Cuba lo considera, me ofrezco voluntario para coordinar esa imprescindible transición que haga de los Estados Unidos un país democrático y respetuoso de los derechos humanos y civiles.

Sé que no es fácil la misión pero un país que acumula la mayor deuda externa de su historia, mayor que la suma de todas las demás supuestas deudas americanas; que derrocha la mitad de los recursos del planeta; que contamina tanto como la mitad de los países existentes; que consume la mayor parte de la droga que circula por el mundo; que vulnera absolutamente todos los derechos humanos; que multiplica indigentes y analfabetos; que mantiene al margen de cualquier seguro social a 45 millones de seres humanos; que ve morir violentamente todos los años a 18.000 estadounidenses, no en las guerras que promueven sino en la paz que han construido; que registra más de 32.000 suicidios al año; que dispone de más armas que ciudadanos; que promueve la violencia, la guerra y el terror en cualquiera de sus formas y en cualquier país y continente, es un estado fallido que debe ser intervenido por la comunidad internacional para evitar que siga perpetrando crímenes y generando miseria.

Y es que es inaceptable que en Estados Unidos se pueda votar pero no elegir, que los votos de unos valgan más que los votos de otros y que los candidatos los determine el capital; inaceptable que pueda ser asesinado su presidente en un golpe de Estado encubierto y deba esperar su pueblo al menos 66 años para conocer la verdad; inaceptable que fenómenos de los llamados naturales multipliquen sus mortíferos efectos por la desidia de gobiernos a los que no les importan sus muertos cuando son pobres y negros; inaceptable que con dinero público auxilie las privadas bancarrotas; inaceptable la existencia de campos de concentración donde torturar a disidentes; inaceptable la construcción de gigantescos y vergonzosos muros con los que aislar a sus vecinos; inaceptable que secuestren opositores por todo el mundo, que dispongan de cárceles clandestinas e ilegales para ellos y que, por exigencia de su gobierno, sean sus soldados los únicos que no están obligados a responder ante tribunales internacionales de justicia; inaceptable el caos que Estados Unidos ha desatado en el mundo y que hace urgente la intervención de Cuba y la comunidad internacional para posibilitar la transición democrática en ese país, en el entendido de que son los estadounidenses los que deben definir su futuro y que, en ese objetivo, Cuba debe volcarse cuanto antes en ayuda humanitaria.

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El caso para la solución de un estado


24-04-2010
Ahmed Moor
The Huffington Post
Traducido del inglés por Carlos Sanchis

Los entendidos de Washington ahora pronostican un plan equivocado dictado por Obama para solucionar el conflicto palestino-israelí. Más recientemente, Zbigniew Brzezinski y Stephen Solarz tomaron a las páginas del Washington Post para poner a flote la idea de una paz impuesta, que en gran parte mina históricos derechos intransmisibles palestinos. Los autores piden la anulación del derecho de retorno palestino y la creación " de un estado palestino desmilitarizado.

El globo sonda evita cualquier debate sobre las dinámicas del parlamento israelí y la incapacidad del gobierno de Netanyahu para ceder algo sin mostrar la semilla de su propia disolución, algo que el primer ministro israelí, Netanyahu, probablemente efectuará mientras negocia la composición de su coalición de gobierno. Pero su fracaso más garrafal es la presunción de que los palestinos aceptarán dócilmente los dictados estadounidenses respecto al derecho de retorno. Como palestino, creo que cualquier plan que busque sacrificar nuestros inalienables derechos humanos para asegurar mayorías en Israel en base a las razas, fracasará.

Brzezinski y Solarz comienzan su artículo parafraseando una declaración hecha por el actual ministro de defensa de Israel, Ehud Barak. Escriben que la “ausencia de la solución de los dos estados es la mayor amenaza para el futuro de Israel." Presumiblemente, el Sr. Barak está indirectamente refiriéndose a la solución de un estado, o el creciente llamamiento de los palestinos y de judíos antisionistas para crear un estado democrático en toda la Palestina histórica. Ello dice que el ministro de defensa israelí -- y Messrs Brzezinski y Solarz – parecen ver un creciente movimiento en Tierra Santa en pro de derechos iguales y de liberación como “la mayor amenaza para el futuro de Israel."

En un sentido, tienen razón. En la medida en que Israel debe existir exclusivamente para el pueblo judío, la concesión de derechos a los aproximadamente cuatro millones de palestinos que viven bajo ocupación israelí hoy en día plantean una amenaza para su existencia. Pero también lo es el aproximado 20% de israelíes que no son judíos (mayoritariamente ciudadanos palestinos de Israel) que están creciendo más rápidamente como población que los judíos israelíes. Esta es la anacrónica obsesión con la mentalidad racial del estado que creó el problema de los refugiados palestinos en primera instancia. El Mandato Británico fue étnicamente limpiado por las fuerzas armadas sionistas en 1948 para crear espacio para un estado de mayoría judía, como ha documentado el historiador israelí Ilan Pappe en su libro La limpieza étnica de Palestina.

Por cierto, este es el pecado original que Brzezinski y Solarz buscan recompensar eliminando el derecho de retorno palestino que esta establecido en el derecho internacional y humanitario. Uno se pregunta qué prescripciones ofrecerán Barak, Brzezinski y Solarz en el caso eventual de un baby boom en Israel en las próximas décadas.

Dejando a un lado por un momento la justificación racial que apuntala la existencia del Estado Judío, es valioso examinar las razones por las que ninguna solución de los dos estados puede funcionar hoy. En primer lugar, como previamente he señalado, los palestinos no renunciaremos al derecho de retorno. El Sr. Abbas, quien no puede reclamar ninguna legitimidad moral o electoral, difícilmente está en posición para negociar inmediatamente. En segundo, hay aproximadamente 500.000 colonos judíos en Jerusalén Este y en Cisjordania, y nadie es capaz de desalojarlos de sus casas.

Uno puede hablar de intercambios de tierra, pero la realidad consiste en que el estado israelí ha hecho un meticuloso trabajo colonizando grandes franjas de tierra alrededor de Jerusalén y adentrándose en Cisjordania, cortándola en dos eficazmente. La contigüidad territorial es enormemente importante para tejer un estado y no aparece probable aquí. Un tercio de la Tierra Santa es relativamente árido. La mayor parte del agua que los israelíes consumen viene de los acuíferos litorales y de los montes, los cuales están situados bajo territorio palestino. A pesar del derecho internacional y del sentimiento predominante de la mayor parte del mundo, Israel, sencillamente, no abandonará el control de tales reservas estratégicas de agua dulce.

Finalmente, existen consideraciones israelíes de seguridad. Como Brzezinski y Solarz generosamente admiten, Israel nunca estará de acuerdo con un estado palestino con un ejército convencional. Un estado sin opción a un ejército no es, en absoluto, realmente un estado, especialmente puesto que Israel posiblemente continuará llevando a cabo ataques en territorio palestino.

A consecuencia de que la solución de los dos estados es impracticable, tanto por razones prácticas como morales, hay solamente una salida que satisface los valores liberales básicos estadounidenses de libertad de expresión, no discriminación racial, igualdad ante la ley, etc. esta es la solución de un estado. Cuando viví en Nueva Cork, vivía junto a personas que procedían de lugares de todo el mundo, muchos de los cuales eran judíos estadounidenses e israelíes. Sin embargo, no tengo los mismos derechos en mi país de nacimiento. La gente razonable puede preguntarse por qué los judíos pueden vivir junto a los palestinos en los Estados Unidos, pero no pueden entender vivir junto a los palestinos en Israel.

El camino a la solución de un estado está lleno de muchas dificultades. La lucha probablemente será tan prolongada como la lucha de Sudáfrica, y cuestiones conflictivas como los derechos nacionales, lenguas oficiales y una bandera conveniente tendrán que ser elaboradas. Pero muchos activistas palestinos y judíos ya han emprendido este camino. Muchos de estas personas han venido a apoyar la solución de un estado después de la aceptación de que la solución de los dos estados nunca va a materializarse; unos bantustanes es todo lo que la comunidad internacional, siendo realistas, puede ofrecer a los palestinos, muy pocos palestinos estarán de acuerdo con ello.

Mi consejo al presidente estadounidense es aceptar la realidad como es. Nosotros, los palestinos, lucharemos por derechos iguales en nuestro país del mismo modo que los negros de Estados Unidos lucharon por sus derechos. Mayoritariamente persistiremos en exigir la implementación de nuestro derecho de retorno. Nuestro derecho de retorno es nuestro derecho a sentarnos en cualquier sitio del autobús, o asistir a cualquier escuela. Sería una trágica ironía si el primer presidente negro de los Estados Unidos dejara el cargo con un legado de apoyo al último estado del apartheid en el mundo.

Ahmed Moor es un periodista independiente palestino-estadounidense que vive en Beirut. Nació en la Franja de Gaza, Palestina.

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Venezuela: El pueblo en armas


24-04-2010
Alan Woods
Lucha de Clases

Caracas, 13 de abril de 2010. Hoy, hace ocho años, ocurrió algo que no tiene precedentes en la historia de América Latina. El golpe de estado reaccionario de 11 de abril, en el que la oligarquía venezolana, en colaboración con la Embajada de EEUU y de la CIA, derrocó el Gobierno democráticamente elegido de Hugo Chávez y fue derrotado por un levantamiento espontáneo de las masas.

Ese día se hizo historia. Hombres y mujeres comunes salieron a las calles y arriesgaron sus vidas para defender la Revolución Bolivariana. Sin partido ni dirección, y sin perspectivas claras más que la de derrotar el golpe de estado, los trabajadores, los campesinos y la juventud revolucionaria, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, marcharon por miles a las puertas del Palacio de Miraflores para exigir la liberación del Presidente Chávez. Los soldados se pasaron al lado del pueblo, y el golpe de estado se derrumbó.

Estos eventos heróicos sólo pueden compararse con Barcelona en julio de 1936, cuando los trabajadores, armados con viejos fusiles de caza, palos y cualquier cosa que pudieran llevar en sus manos, irrumpieron en los cuarteles y aplastaron a los fascistas reaccionarios. Si alguien tiene dudas sobre lo que es una revolución sólo tiene que estudiar los acontecimientos de abril de 2002 en Venezuela.

En los últimos años, estos eventos se han convertido en una celebración de la revolución. La Avenida Bolívar en el centro de Caracas fue un mar de camisas rojas y de pancartas agitándose. Pero este año la escena fue muy diferente a otras que recuerdo. En lugar de un mar rojo la avenida Bolívar estaba lleno a rebosar de un mar de tela de camuflaje verde. Este fue el día de la milicia popular – una demostración del poder de un pueblo en armas.

Mientras caminaba a lo largo de la Avenida las filas de milicianos y milicianas (había muchas mujeres también en uniforme) parecían no tener ningún final. Aquí, una vez más, se podía sentir el poder inexpugnable de las masas. Pero ahora hay un elemento diferente. Había miles y miles de trabajadores de las fábricas, de campesinos de las aldeas y de niños de las escuelas y colegios, expresando su voluntad de luchar, armas en mano, para defender la revolución contra sus enemigos – tanto externos como internos.

Bajo un sol abrasador, la gente se concentraba – las camisas rojas habituales de los chavistas junto a las de color verde de las milicias. A lo largo de la avenida los altavoces lanzaban consignas revolucionarias: contra el imperialismo, contra la burguesía, a favor de la revolución, del socialismo y de Chávez: "¡La Derecha todavía está preparando otro 11 de abril, pero ahora el pueblo tiene armas! ¡Viva la Revolución Bolivariana! ¡Viva el pueblo armado! ¡Viva el Presidente Chávez !”

La gente se subía a los árboles y farolas para obtener una mejor visión y mostrar pancartas con consignas combativas, mientras que algunos se hacían con una ganancia rápida con la venta de gorras, remeras y bebidas frías (que eran muy demandadas). La música era un rugido ensordecedor – ritmos latinoamericanos con letras revolucionarias, interrumpidas por cantos y consignas. La milicia fue organizada por grupos que mostraban sus orígenes: jóvenes adolescentes de las escuelas y campesinos con sombreros de paja y tractores Belarus.

En la parte trasera, la milicia estaba desarmada, pero cuando uno se acercaba a la cabeza de la manifestación, todo el mundo estaba sosteniendo un AK-47 de fabricación rusa, el arma más versátil y eficaz, ligera y fácil de usar. En los últimos años, Chávez ha comprado grandes cantidades de estas armas a Rusia. Washington y los medios de comunicación a su servicio han organizado un tremendo alboroto, alegando que estas armas estaban destinadas a la guerrilla de las FARC en Colombia. Ahora todos pueden ver para lo que realmente están destinadas.

Mientras esperan la llegada del Presidente, los milicianos permanecen relajados o sentados en el suelo para comer un sandwich. Algunos descansan sobre sus fusiles y uno o dos incluso tenían la boca de sus AK-47, descansando sobre sus botas – una práctica algo arriesgada, hubiera pensado alguno. De hecho, un rudo sargento profesional sin duda habría sufrido un ataque al corazón, mirando a estos civiles medio adiestrados con armas de fuego.

Pero esta impresión sería totalmente falsa. Esos milicianos son los descendientes lineales de la guerrilla cubana, de los milicianos que lucharon contra Franco en la guerra civil española, de las milicias obreras que derrocaron al zar de Rusia en 1917, y si vamos incluso más atrás en la historia, de los ejércitos de la Revolución Francesa y de los milicianos de la revolución norteamericana en el siglo XVIII.

Ninguno de éstas eran fuerzas profesionales y no se ajustaban a la norma de un ejército permanente profesional burgués. Pero ellos no luchaban peor por eso, y en más de un caso (España me viene a la mente), el intento de obligarlos a adecuarse al formato de un ejército profesional tuvo los efectos más negativos en su espíritu de lucha.

Al final de la tarde, podía observarse un ambiente de esperanza. La milicia comenzaba a formar filas. La multitud en las veredas empujaba hacia adelante para atrapar un vistazo de su héroe.

Chávez aparece, vestido con uniforme del ejército, montado en la parte posterior de un vehículo abierto – un camión ordinario del ejército – saludando y agitando a la milicia y la multitud. La milicia marcha hacia adelante a la tribuna donde Chávez va a pronunciar su discurso.

Su discurso fue más corto que otras veces, pero fue directamente al grano. Recordando los dramáticos acontecimientos de abril de 2002, sacó una magnífica espada y la muestra a la multitud. Es la espada de Simón Bolívar, El Libertador. Le dice a la gente que la liberación de América Latina no se ha logrado en 200 años y que sólo puede lograrse a través de la Revolución Socialista.

En el tipo de gesto dramático que es característico en él, hace que la gente preste un juramento sagrado: que ellos nunca descansarán hasta que se cumpla esta tarea. Los milicianos repiten las palabras en voz alta, sosteniendo sus fusiles. "La milicia es el pueblo, y el pueblo es la milicia," proclama él.

Entonces Chávez relata los acontecimientos de abril de 2002, desde el golpe de Estado fascista del 11 de abril a la sublevación popular y militar del 13 de abril. "He estado pensando mucho en eso," dice. "Desde la década de 1970, algunas personas han estado soñando con una rebelión popular y militar. Pero nunca ocurrió. La década de 1980 fue un período negro, que terminó en el Caracazo de 1989, con una masacre de civiles desarmados".

Chávez recordó, a continuación, cómo él y un grupo de oficiales progresistas del ejército trataron de organizar una rebelión en 1992:

"Nosotros fracasamos porque se trató de un levantamiento militar sin el pueblo", concluyó. Después de una temporada en la cárcel, él convocó a la formación de un movimiento de masas: el movimiento bolivariano, que consiguió una victoria demoledora en las elecciones de 1998. Pero la oligarquía no perdió el tiempo para preparar el golpe de estado de 2002.

Chávez recordó a los hombres y las mujeres que murieron en el golpe de Estado y los muchos más que resultaron heridos. Contrariamente al mito tan asiduamente difundido por los medios de comunicación en occidente sobre el régimen presuntamente represivo y dictatorial en Venezuela, nadie está en prisión por esos delitos, y ocho años más tarde las investigaciones judiciales todavía están atascadas: "Que no haya impunidad para esta masacre, como ha habido impunidad con tantas otras masacres en nuestra historia!", dijo.

Luego pasó a decir que la sangre de estos mártires de la revolución actuó como un estímulo para la revolución. "Inmediatamente después del 11 de abril comenzaron los arrestos y persecuciones, las amenazas en la televisión y los demás medios de comunicación. "Pero esto despertó toda la fuerza latente reprimida de las masas, que había sido suprimida durante tanto tiempo”, dijo. "Esto dio lugar a la mayor rebelión de nuestra historia – el levantamiento popular que habíamos esperado ver tanto tiempo".

"Esto fue un levantamiento contra la burguesía y el imperialismo. Pero este último había calculado que tal levantamiento sería aplastado en sangre por el ejército, como ocurrió en el Caracazo. Pero nuestros soldados no sólo se negaron a disparar contra el pueblo, sino que se pasaron al lado del pueblo. La burguesía y los imperialistas tuvieron la sorpresa de sus vidas".

Chávez señaló que el imperialismo estadounidense participó activamente en el golpe de estado. Helicópteros y aviones espía estadounidenses estuvieron volando sobre el espacio aéreo venezolano, un submarino estadounidense y un portaaviones estuvieron en aguas territoriales de Venezuela a la espera de intervenir. Pero el movimiento de las masas los obligó a retirarse.

Desde entonces los medios de comunicación burgueses han intentado limpiar esa fecha del calendario, pero las masas la han mantenido viva. "Ellos no pueden barrer abril del calendario, como no pueden erradicar enero, febrero o cualquier otro mes."

Chávez observó que si hubieran logrado aplastar la revolución venezolana, le hubieran dado un duro golpe al movimiento revolucionario de toda América Latina. "Sobre nuestros hombros pesa una responsabilidad”, dijo. "Los pueblos de América Latina están buscando su salvación en nosotros". Admitiendo que la revolución está lejos de terminar y que existía una cantidad colosal de cosas todavía por hacer, hizo un llamamiento para la paciencia. "Después de su primera década, la Revolución apenas ha comenzado," dijo.

Chávez, a continuación, advirtió que la amenaza de la contrarrevolución no se había ido lejos, y que hubo conspiraciones para asesinarlo. Dijo que si esto ocurriera: "no pierdan la cabeza, mantengan la calma. Ustedes saben lo que tienen que hacer: tomar el poder en sus propias manos – ¡TODO el poder! Expropiar los bancos, las industrias, los monopolios que permanecen en manos de la burguesía".

En cuanto a las elecciones de septiembre, advirtió: "nosotros no podemos permitir que a burguesía tome el control de la Asamblea Nacional. Si lo hacen, la utilizarán para desestabilizar el país y crear las condiciones para otro 11 de abril. Tenemos que ganar dos tercios de las bancas con el fin de seguir adelante con nuestro programa."

Advirtió a la burguesía que no era posible que se repitiera lo que ocurrió en abril de 2002, debido a que ahora el pueblo estaba armado y aplastaría cualquier intento contrarrevolucionario. Terminó con las palabras: “¡Viva la milicia nacional! ¡Viva el pueblo en armas! ¡Viva la Revolución Socialista! ¡Patria, socialismo o muerte!

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Capital sí, costumbres musulmanas no


Sarkozy pretende prohibir el burka en momentos en que la finanza islámica está más presente

24-04-2010
Eduardo Febbro
Página 12

La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, trabaja desde 2008 para desarrollar en Francia la rama de la finanza islámica. Francia, que es el país europeo donde hay más musulmanes, prevé crear un banco islámico para el 2011.

El presidente francés apuró el paso para que en mayo se discuta un proyecto de ley a fin de prohibir el uso del burka en todos los espacios públicos del país. La medida, a la que se opuso el Consejo de Estado, parece inscribirse en espacio simbólico, no sólo porque concierne a apenas 2000 personas que usan el velo islámico en un país donde hay un millón y medio de mujeres musulmanas, sino también por su implementación real en una sociedad en la cual las costumbres de la cultura musulmana ganan espacios y en un sistema económico mundial en el cual la finanza islámica se hace cada vez más presente.

La gran mayoría de los supermercados franceses tienen una sección de productos Halal –para musulmanes– y la cadena de fast food Quick experimentó hace unos meses una polémica idea: servir los sandwiches sin que haya cerdo.
Los capitales islámicos constituyen también otro campo fértil. Este sector tiene un peso mundial considerable. Los fondos islámicos se elevan a 500 mil millones de dólares y ofrecen un crecimiento continuo de 15 por ciento al año. Según los analistas de Standard & Poors, el mercado bancario islámico representaría unos 4200 mil millones de dólares.

La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, trabaja desde 2008 para desarrollar en Francia la rama de la finanza islámica. Francia, que es el país europeo donde hay más musulmanes, carece de banco islámico. La creación de una institución bancaria de este tipo está prevista para 2011.
En cambio, Gran Bretaña tiene la suya desde hace poco más de cinco años. La Islamic Britain Bank abrió sus puertas en Londres en 2004 con un objetivo claro: favorecer la inserción económica de los musulmanes residentes –2,5 millones de personas– y captar así los flujos gigantescos de los petrodólares de los países del golfo Pérsico.

Hoy existen unas 345 instituciones de finanza islámica implantadas en 80 países. Los primeros bancos islámicos fueron creados en los años ’50 en Pakistán y recién en 1963 se abrió en Egipto un auténtico banco islámico que respondía a los enunciados del teórico de este tipo de instituciones financieras, el paquistaní Sayyid Abul Ala Maudidi.

Un banco islámico se articula en torno de los preceptos del Corán. La surat 2, versículo 275, dice que Dios “permitió la venta y prohibió la usura”.
La filosofía central de un banco islámico es el desarrollo conjunto. La finanza islámica se apoya en la asociación entre el usuario y el gestor, es decir, en el concepto de Umma o Comunidad religiosa, cuyo esquema de funcionamiento es la solidaridad.
De hecho, el Corán prohíbe la percepción de intereses oriundos de los fondos monetarios. Las principales líneas de un banco islámico reposan sobre cuatro principios:
1, está prohibido prestar dinero con intereses (Ribâ);
2, está prohibido invertir en el alcohol, la pornografía, el comercio del cerdo, la industria del juego, de las armas, el tabaco;
3, se financian los activos reales, lo que excluye la especulación (gharar) y el azar (massir) en las relaciones financieras entre socios económicos. En este caso, la remuneración de los capitales no está calculada según el factor tiempo sino en función de las ganancias obtenidas por los activos financieros;
4, el prestamista y el destinatario del préstamo asumen por igual los riesgos y los beneficios.

El año 2008 marcó un hito en la aparición de instituciones islámicas, productos financieros islámicos y en la participación de los capitales árabes en el sistema financiero internacional. Los analistas de los mercados hablan de “transformación geo-económica” para retratar las mutaciones que se operaron desde ese entonces.
En plena tormenta financiera, Merryl Lynch, tercer banco de inversiones de Estados Unidos, tuvo que recurrir a fondos de Kuwait y Singapur para sobrevivir. A su vez, el primer banco norteamericano, Citigroup, siguió el mismo método y buscó su rescate en los Fondos Soberanos de Kuwait y Singapur. Citigroup recibió un total de 22 mil millones de dólares oriundos de Asia o Medio Oriente (el príncipe saudita Salid Ben Talal ya era accionista de este banco).

Otro Fondo soberano de Abu Dhabi adquirió, en 2007, 5 por ciento del constructor de automóviles italiano Ferrari. Ni siquiera una institución tan venerada como la Bolsa de Londres escapa a ese movimiento. La Bolsa de Dubai y el Qatar Investment Autority (QIA) adquirieron la mitad del London Stock Exchange, es decir la Bolsa londinense. Las cifras gigantescas testimonias un lenguaje doble: Occidente cierra los ojos ante los capitales provenientes de los países sospechosos de estar en el entorno del Islam radical, pero aprueba leyes y disposiciones administrativas agresivas en contra de los musulmanes. La discriminación apunta al color de la piel y a las costumbres, no al origen del dinero.

Las legislaciones de los países occidentales buscan adaptar sus dispositivos fiscales y legislativos para que los productos estampillados “islámicos” puedan circular. Los más conocidos son la Muraba o, más complejos, los Sukuk. Se trata de obligaciones islámicas cuya remuneración y el capital están indexados sobre las evoluciones de otros títulos en poder del emisor.

La circulación de estos dispositivos dentro de la finanza convencional requiere adaptaciones de las leyes locales y un trabajo extenso. Aunque ambas finanzas tienen el mismo objetivo, fructificar el dinero, sus principios son distintos. Pero a la par de esa “finanza islámica” de implantación local en Occidente están los fondos que viajan de un lado al otro del planeta. Los llamados Fondos Soberanos (Sovereign Wealth Fund) son un ejemplo de ello.

Un Fondo Soberano se caracteriza porque los capitales están en manos de los estados. Existen unos 40 fondos de ese tipo en el mundo. Las petromonarquías del Golfo empezaron a crear los suyos a mediados de los años ’70, mientras que la zona asiática, China, India, Japón, Corea del sur, Hong-Kong, Singapur, Brunei, lo hizo en el 2000. El Fondo kuwaití (es el pionero de todos, ya que data de 1953), el Temasek Holdings de Singapur, el Abu Dhabi Investment Authority, el Irán Oil Stabilisation Fund y el Qatar Investment Authority figuran entre los más poderosos del planeta. Los Fondos Soberanos administraron, en 2007, 3355 mil millones de dólares, más que los Hedge Funds (2000 millones). La imbricación de los capitales del llamado “orbe islámico” será cada vez más importante. Cabe preguntarse cómo conciliarán los sistemas políticos de Occidente sus medidas discriminatorias hacia los musulmanes con la apremiante necesidad de capitales.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-144412-2010-04-23.html

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Lo mejor que podemos hacer es apoyar la retirada de inversiones en Israel


Carta del arzobispo Desmond Tutu a la Universidad de Berkeley (California)

24-04-2010
Salem-News.com
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


Queridos dirigentes estudiantiles de la Universidad de Berkeley (California):

Me llevé una gran alegría al saber el resultado de vuestra reciente votación, favorable, por 16 votos frente a 4, a que se retire el dinero de vuestra universidad de las compañías que posibilitan y sacan beneficio de las injusticias de la ocupación israelí de la tierra palestina y de la violación de los derechos humanos palestinos. Posturas de principios como ésta, apoyadas por un número cada vez mayor de organizaciones de la sociedad civil estadounidense y por gente de conciencia, incluidos importantes grupos judíos, son esenciales para un mundo futuro mejor, y siempre es una inspiración ver cómo los jóvenes van por delante y se enfrentan al poder con la verdad.

Os estoy escribiendo para deciros que, a pesar de lo que los detractores puedan alegar, estáis haciendo lo correcto. Estáis actuando con moral. Estáis haciendo lo que os incumbe como seres humanos que creen que todos los pueblos tienen dignidad y derechos, y que todos aquellos a los que se niega su dignidad y derechos se merecen la solidaridad de sus compañeros seres humanos. He estado en el Territorio Palestino Ocupado y he visto las carreteras de segregación racial y las viviendas de los asentamientos, que tanto me hicieron recordar las condiciones que tuvimos que soportar en Sudáfrica bajo el sistema racista del Apartheid. He presenciado la humillación de hombres, mujeres y niños palestinos a los que rutinariamente se hace esperar durante horas en los controles del ejército israelí cuando intentar llevar a cabo los desplazamientos más elementales, como visitar a un familiar o asistir al colegio o a la universidad, y esa humillación me resulta muy familiar, a mí y a los muchos sudafricanos negros que vivieron acorralados e insultados de forma cotidiana por las fuerzas de seguridad del gobierno del Apartheid.

En Sudáfrica no hubiéramos podido conseguir nuestra libertad y justa paz sin la ayuda de todos los pueblos del mundo, que a través de medios no violentos, como boicots y retirada de inversiones, animaron a sus gobiernos y a otros actores corporativos a cambiar radicalmente décadas de apoyo permanente al régimen del Apartheid. Los estudiantes jugaron un papel principal en esa lucha, y escribo esta carta con una especial deuda hacia vuestra universidad, Berkeley, por su papel pionero en defender la igualdad en Sudáfrica y promover la responsabilidad social y ética corporativa para poner fin a la complicidad con el Apartheid. Visité vuestro campus durante los años de la década de 1980 y me emocionó mucho encontrarme con los estudiantes haciendo sentadas y manifestándose bajo el sol abrasador para que la Universidad retirase las inversiones de las compañías que apoyaban al régimen sudafricano.

La misma cuestión, la búsqueda de la igualdad es lo que motiva el movimiento de desinversión actual, que intenta poner fin a la ocupación de Israel de 43 años de duración y al desigual trato que el gobierno israelí exhibe con el pueblo palestino. Los abusos a los que tienen que hacer frente son auténticos y ninguna persona debería sentirse ofendida por los actos de principios no violentos y moralmente consecuentes que se oponen a ellos. Es tan fundamental denunciar a Israel por sus abusos como lo fue denunciar al régimen del Apartheid por los suyos.

Para aquellos que puedan equivocadamente acusaros de injusticia o de hacerles daño por este llamamiento a la desinversión, les indicaría, humildemente, que tales daños palidecen en comparación con el daño perpetrado a lo largo de toda una vida vivida bajo ocupación y denegación diaria de los derechos básicos y de la dignidad. No criticamos al gobierno israelí desde el rencor, sino desde la esperanza, una esperanza en un futuro mejor tanto para israelíes como para palestinos, un futuro en el que se acaben tanto la violencia del ocupante como la resistencia violenta resultante del ocupado, y en el que un pueblo no necesite dominar a otro engendrando sufrimiento, humillación y represalias. La paz verdadera debe enraizarse en la justicia y en el inquebrantable compromiso con los derechos universales para todos los seres humanos, sin importar etnia, religión, género, nacionalidad o cualquier otro atributo de la identidad. Vosotros, los estudiantes, estáis ayudando a pavimentar ese sendero hacia una paz justa. Endoso con todo corazón vuestro voto en apoyo de la retirada de inversiones y os animo a manteneros firmes del lado de la justicia.

Que Dios os colme de bendiciones.

Desmond Tutu, arzobispo emérito de Cape Town

Fuente:

http://www.salem-news.com/articles/april112010/desmond-tutu-dt.php

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Expulsión masiva del siglo XXI


24-04-2010
Nasim Ahmed
Palestinian Telegraph
Traducción para Rebelión de Loles Oliván

Sobre la Orden de Israel en relación con la prevención de la infiltración (enmienda nº 2) y la Orden sobre Disposiciones de seguridad (enmienda nº 112) aprobadas el pasado martes, 13 de abril de 2010.

Tras el eufemismo “prevención de la infiltración” se esconde una terrible realidad que los responsables israelíes tratan desesperadamente de ocultar. Esta simple realidad ha sido cardinal a lo largo de la existencia de Israel y lo sigue siendo. Se trata de una realidad que conecta la limpieza étnica de los palestinos en 1948 y las recientes órdenes militares que darían lugar a la expulsión forzosa de miles de palestinos. Es la realidad de que Israel se fundó sobre la política del traslado sistemático de población con la que ha seguido comprometido desde su creación.

Este simple hecho es un resultado natural de la ideología esencial de Israel: “redimir la tierra con la menor cantidad posible de población indígena”. Desde sus inicios, esta ideología esencial se ha aplicado eficazmente a través de métodos modernos de traslado de población y de apropiación de la tierra. Ello explica por qué, aun cuando cambien la retórica y la política, la expulsión y la desposesión se mantienen a través de diversos métodos.

Su estrategia comenzó con la negación absoluta de los palestinos como pueblo. Desde entonces y durante muchas décadas, Israel ha desarrollado y perfeccionado políticas para dispersar, encarcelar y empobrecer al pueblo palestino, en un esfuerzo incesante para destruirlos como nación. Ha industrializado la miseria palestina mediante sistemas cada vez más sofisticados de toques de queda, puestos de control, muros, permisos y apropiaciones de tierras. Ha transformado Cisjordania y Gaza en un laboratorio de pruebas sobre la infraestructura del confinamiento, la firmeza y el límite de la desesperación humana.

A lo largo de la historia de Israel rara vez se ha perdido una oportunidad de poner en práctica el núcleo principal de la política de traslado de población y ha seguido sin descanso el mismo rumbo mediante sus muchas guerras, mediante la colonización progresiva en la forma de construcción de asentamientos, a través de un régimen que combina ocupación, apartheid y colonización.

Toda la estructura legal de Israel en los territorios ocupados se ha diseñado para servir a este fin. Desde 1967, con el fin de controlar a la población palestina ocupada, Israel ha aprobado más de 1.200 órdenes militares y ha alterado la situación administrativa y legal en los territorios ocupados palestinos violando el derecho internacional humanitario. Otras partes de Cisjordania ocupada, incluyendo Jerusalén Oriental, fueron anexionadas a Israel inmediatamente después de la guerra de 1967; la colonización de la ciudad ocupada sigue adelante en violación del derecho internacional. Su régimen militar, en efecto, ha legalizado lo ilegal.

Para asegurar sus aspiraciones y mantener los privilegios judíos sobre la tierra, Israel aprobó la Ley del Retorno (1950), la Ley de Propiedad de los Ausentes (1950), la Ley de la Propiedad del Estado (1951), la Ley de Ciudadanía (1952), la Ley sobre el Estatuto (1952), la Ley de Administración de Tierras de Israel (1960), la Ley de Construcción y Edificación (1965), y la Ley “temporal” de 2002 que prohíbe el matrimonio entre palestinos de Israel y palestinos de los territorios ocupados. En consonancia con esta tendencia se han promulgado en abril de 2010 dos nuevas órdenes militares, la Orden sobre la Prevención de Infiltraciones (enmienda nº 2) y la Orden sobre Disposiciones de Seguridad (enmienda nº 112).

Esta orden militar forma parte de una serie de medidas aplicadas por Israel para vaciar Cisjordania de palestinos, especialmente sacándolos a Gaza. Supondrá que decenas de miles de palestinos sean deportados de los territorios ocupados de Cisjordania. Las órdenes han modificado sustancialmente la definición de “infiltrado” y de hecho se aplica a todo el que se encuentre en Cisjordania sin permiso israelí. Las órdenes no definen lo que Israel considera un permiso válido. A la gran mayoría de personas que viven en Cisjordania no se les ha exigido nunca disponer de ningún tipo de permiso para estar en su propia tierra y exigirlo es absurdo.

Hay decenas de miles de personas en situación de riesgo, que en absoluto representan amenaza de seguridad alguna, intentando vivir sus vidas. La orden los convertirá en delincuentes —porque convierte en delito estar en la propia casa. Como consecuencia, el tejido de la vida en Cisjordania quedará hecho añicos.

La orden clasifica a las personas que no tengan los documentos israelíes apropiados como “infiltrados”. El texto de la Orden ha sido modificado respecto de la orden original redactada en 1969, que ya entonces contravenía el derecho internacional. Entonces la definición de “infiltrado” era: “Persona que ha entrado en el área a sabiendas e ilegalmente después de haber estado presente en la franja oriental del Jordán [Cisjordania], Siria, Egipto o Líbano tras la fecha vigente (de la orden dada)”. En el marco de la nueva Orden se ha cambiado a: “Infiltrado: persona que ha entrado ilegalmente en la zona después de la fecha vigente, o persona que esté presente en la zona sin disponer de un permiso legal”.

Las órdenes están redactadas de manera tan vaga que teóricamente habilitaría al ejército para vaciar Cisjordania de casi todos sus habitantes palestinos. El documento en sí no especifica exactamente qué se entiende por “un permiso” y deja a los palestinos a merced de los israelíes.

A tan indiscriminada propuesta le es ilegalmente indiferente la composición del pueblo palestino. Desde que se produjo la expulsión del pueblo palestino de su tierra en 1948, la gran mayoría ha sido forzada a vivir como refugiada en países de acogida a lo largo de Oriente Próximo y muchos se han visto forzados a huir a otras partes del mundo. La naturaleza de la Diáspora es tal, que las personas se ven obligadas a vivir bajo regímenes diferentes con muy diversos retos planteados y con extrema dificultad respecto a las funciones de la comunidad. Tales retos no han impedido a los palestinos regresar a su tierra y vivir como palestinos en Palestina.

Este asalto indiscriminado a las familias y a la comunidad palestina no sólo contraviene el derecho internacional sino la mera humanidad. El modelo de familia palestina tiene lazos muy extensos y la orden militar está concebida para separar a las familias palestinas. Ello tendrá enormes implicaciones que auguran dolor, ira y frustración que serán ventilados en la calle.

Hasta diez diferentes grupos de derechos humanos han condenado estas medidas, incluida Btselem y algunas otras israelíes. Han planteado graves preocupaciones sobre el futuro impacto que tendrá para decenas de miles de palestinos que pueden ser expulsados de sus hogares. Las organizaciones de derechos humanos también han mencionado su impacto inmediato, que se dejará sentir muy pronto a través de dos grupos distintos de palestinos: los de Gaza y los palestinos y no palestinos de otros países casados con palestinos de Cisjordania. De acuerdo con las nuevas órdenes, los “infiltrados” sospechosos podrían asimismo ser encarcelados hasta siete años. Además, el deportado deberá pagar el coste de su propia deportación.

Subyace de manera implícita en la orden el intento israelí de fragmentar la causa palestina y apresurar el “politicidio” palestino. Gaza y Cisjordania es una sola entidad e Israel no tiene jurisdicción ni derechos legítimos para alterar esta realidad.

Los palestinos de Gaza y los palestinos de Cisjordania son todos palestinos, al igual que son ciudadanos británicos los de Londres y los de Birmingham y no hay autoridad moral ni jurídica que menoscabe los derechos de unos sobre los otros. La división del pueblo palestino es un intento temerario de disolver la causa palestina en unidades manejables con la intención de perjudicarla, e incluso, quizá, de echar por tierra las negociaciones sobre un estatuto final.

La política israelí de anexión no tiene límites. Se sigue comportando como un Estado canalla con un desprecio gratuito hacia los palestinos y hacia el derecho internacional. La comunidad internacional no debería sorprenderse por este nuevo paso porque no es más que una nueva manifestación del principio que vertebra y recorre la historia humana y no hay duda de que seguirá dando muestras de sus más detestables rasgos en los próximos años.

Estas órdenes militares pertenecen a un Estado de apartheid y no a una denominada democracia. Son productos de una visión del mundo basada en supuestos racistas y no en los valores de los derechos humanos y de la libertad humana.

Si la comunidad internacional se toma en serio la paz y el imperio de la ley no debe aceptar estas órdenes militares sencillamente porque se trata de un mero intento de expulsión masiva de palestinos. No se debe permitir que ninguna propaganda disuada del hecho de que esto no es sino legalizar la expulsión masiva del siglo XXI. En esencia, se trata del producto de una ideología que tiene por objeto la transferencia y la expulsión sistemática de palestinos de sus tierras. Cuando la guerra no es una opción, cuando el traslado abierto de población es intolerable internacionalmente, se busca cualquier otro método que sea menos visible.

Occidente sabe que se trata de un territorio ocupado y que Israel, a través de su ocupación, contraviene el derecho internacional todos los días sin ningún tipo de escrúpulos; y sin embargo, se le recompensa con un probable nombramiento como miembro de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Recompensar a Israel cuando Israel es poco menos que un Estado paria ha sido un tema permanente y es también la causa raíz del fracaso constante para lograr la paz y la justicia en la región. La paz exige justicia y la justicia no se sirve con un doble rasero en las declaraciones y en las acciones.

Nasim Ahmed es investigador sobre Oriente Próximo.

Fuente: http://www.uruknet.com/index.php?p=m65287&hd=&size=1&l=e

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35 aniversario de la victoria del pueblo vietnamita


Foto: Vietnam, guerra, Estados Unidos - Evacuación de la embajada norteamericana en Saigón.

Estados Unidos, fracaso y frustración en Vietnam
Marcos Alfonso
(AIN, especial para ARGENPRESS.info)

Tocó al cuáquero Richard Milhous Nixón (1913-1994), presidente 37 de los Estados Unidos degustar, contrario a sus deseos, el sabor de la capitulación en la guerra contra Vietnam.
Tal conflagración resultó la más prolongada en la historia estadounidense. Analistas la califican como “fracaso y frustración”. Deviene la más notoria de las derrotas del imperio norteño durante la denominada Guerra Fría.

El descalabro bélico, traumático para la sociedad norteamericana, se tradujo en cifras inéditas y escalofriantes: 58 mil muertos y más de 300 mil heridos; miles de soldados adictos a las drogas… No fue casual que medios de prensa describieran ese panorama como “síndrome de Vietnam”.

Cuando hace 35 años -30 de abril de 1975- los blindados de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Vietnam penetraban por los muros del antiguo Palacio Presidencial de Saigón, sepultaban decenios de metralla y muerte padecidos por el pueblo anamita.

La prolongada guerra y la ocupación militar y política de EEUU finalizaron ese día.

Los antecedentes se remontan a la derrota francesa y los Acuerdos de Ginebra de 1954, momento en que Washington entró a escena para apoyar al régimen anticomunista de Vo Dinh Diem, de marcada factura antipopular.

La respuesta de la población no se hizo esperar y nació el Frente Nacional de Liberación (FNL), aglutinador de las mayorías.

En agosto de 1964, el mandatario de USA a la sazón, Lyndon B. Jonson, ordenó la autoagresión de un buque de su país -conocido como los sucesos de Tonkín- e iniciaba la guerra aérea destructiva contra el norte vietnamita y justificaba la presencia de sus tropas en el sur.

Tras la ofensiva vietnamita del Tét en 1968, el cowboy Johnson decidió desvincularse progresivamente del conflicto y la búsqueda de alguna solución negociada. El empuje de los combatientes vietnamitas, tanto en el norte como en el sur, pusieron en jaque el poderoso armamentismo norteamericano y demostraban al mundo la voluntad del pueblo para no dejarse vencer ni dominar.

Liberados más de la mitad de los escenarios en conflicto por las fuerzas populares, y la potente ofensiva militar llevada a cabo en el sur, obligaron al gobierno de Washington a sentarse en la mesa negociadora y vieron la luz los denominados Acuerdos de París, signados en enero de 1973, para restablecer la paz en el norte anamita.

A pesar de lo suscrito, Estados Unidos aún no se rendía y Richard Nixón, mandatario estadounidense a la sazón, mantenía su obstinada idea de dominar y acabar con el FLN en el sur.

Apenas se asomaba 1974, y el mando político vietnamita dio órdenes al Estado Mayor de las fuerzas armadas para alistar la batalla final por la liberación: el deterioro del enemigo y las continuas violaciones a los acuerdos parisinos, así lo aconsejaban.

La primera victoria aconteció en Phuoc Long, que contaba con cinco mil efectivos del ejército saigonés. Los sucesivos triunfos, propiciaron que el Comité Central del Partido de los Trabajadores de Vietnam escogiera el 10 de marzo de 1975 para el inicio de la gran ofensiva final.

Entre el 26 y el 28 de abril, a poco más del mes de victoriosas acciones, se consolidaron las regiones militares I y II y se ordenó la Operación Ho Chi Minh. En menos de 48 horas el régimen de Nguyen Van Thieu era liquidado en el sur y el embajador de Estados Unidos a la sazón G. Martin , escapaba, presa de pánico, en helicóptero desde la azotea de la sede diplomática.

Las fuerzas liberadoras tomaban Saigón, las tropas norteamericanas eran retiradas en masa y, como homenaje al gran líder y revolucionario vietnamita, la ciudad de Saigón cambiaba para siempre su nombre por el de Ho Chi Minh.

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Grandes perspectivas ante las elecciones en Polonia


Andrei Fediashin (RIA NOVOSTI)

Todo ha cambiado repentinamente en el escenario político de Polonia.

La trágica muerte del presidente de Polonia en el accidente aéreo de Katyn del pasado 10 de abril ha provocado que el actual presidente del parlamento polaco, Bronislaw Komorowski, haya anticipado las elecciones presidenciales para el 20 de junio, inicialmente previstas para este otoño.

Es muy probable que el sillón presidencial sea ocupado por el propio Bronislaw Komorowski quién el pasado 28 de marzo asumió las funciones de Jefe de Estado y obtuvo el apoyo de la mayoría de los miembros del partido de centroderecha en el gobierno, Plataforma Cívica que, además, no presenta a otro candidato.

Por su parte, el partido conservador polaco, Ley y Justicia, la principal fuerza opositora a la Plataforma Cívica, deberá nombrar a su candidato antes del próximo 24 de abril. A juzgar por las declaraciones de los dirigentes de este partido, en los comicios participará como único pretendiente a la presidencia, al menos de momento, Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del presidente muerto. Es posible que Jaroslaw aproveche el efecto de la catástrofe aérea de su hermano para obtener una buena cantidad de votos de condolencia.

No obstante, no es de esperar que Jaroslaw Kaczynski consiga un gran apoyo electoral. Sí, los polacos han sentido sinceramente la muerte de todos los que estuvieron a bordo del avión, pero, una cosa es el sentir ante una tragedia nacional de ese calibre y otra, muy distinta, el consenso ciudadano ante el rumbo que debe seguir Polonia.

Los sondeos de opinión realizados indican que si los comicios se celebrasen hoy, Komorowski los ganaría en la primera vuelta, consiguiendo un 20% ó 25% más de votos que su principal opositor o que, en el peor de los casos, seguramente superaría a Kaczynski en la segunda vuelta. Las elecciones presidenciales en Polonia se celebran a una sola vuelta pero, si ninguno de los candidatos consigue la mayoría del 50% de votos, se convoca una segunda, cuya fecha ya está fijada para el próximo 4 de julio.

Todos los países están siguiendo con mucha atención el desarrollo de acontecimientos en Polonia. En la época de los Kaczynski (durante un tiempo, Jaroslaw ocupó el cargo de primer ministro bajo la presidencia de Lech), las relaciones polaco-rusas y polaco-alemanas han sufrido un serio deterioro y el nacionalismo patológico de Polonia ha causado perplejidad entre la comunidad occidental.

La Polonia de los Kaczynski se había convertido en un país atractivo para la conformación de diversas alianzas antirusas entre los representantes de países Europa del Este de este talante. Estas coaliciones destacan por una especial antipatía histórica hacia el Kremlin.

El comportamiento de Rusia tras la tragedia de abril tuvo mucha importancia tanto para los polacos como para los rusos. De hecho, se puede caracterizar como normal la reacción de los altos cargos del gobierno y de los ciudadanos de un país en cuyo territorio había perdido la vida no sólo el presidente de otro Estado sino también un gran número de representantes de su élite política, militar y cultural.

Bronislaw Komorowski dijo en el funeral de despedida de Lech Kaczynski, que las campanas de Cracovia "repican por la reconciliación entre los polacos... y por la reconciliación entre Polonia y Rusia en homenaje a las víctimas del fusilamiento masivo en los bosques de Katyn". En realidad, la reconciliación entre Polonia y Rusia ya empezó antes del accidente aéreo, cuando, unos días antes del funesto vuelo del avión presidencial, el primer ministro polaco, Donald Tusk, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, llegaron a la ciudad rusa de Smolensk para asistir a una ceremonia conmemorativa del 70º aniversario de la tragedia de Katyn.

Recordemos que Polonia es una república parlamentaria. Aunque el presidente polaco no desempeña el papel protagónico en el sistema político de Polonia a diferencia del primer ministro, él junto con el Parlamento asume la responsabilidad por la política exterior y la defensa, y puede ejercer mucha influencia en ambas. Lech Kaczynski fue un claro ejemplo de esto.

Kaczynski bloqueó muchas iniciativas de Tusk, que en reiteradas ocasiones no había podido conseguir la aprobación de varias reformas importantes. Es por esto que el primer ministro ya estaba esperando a las elecciones presidenciales para iniciar una amplia modernización del sistema sanitario, económico, financiero y legislativo de Polonia.

Tusk y Komorowski pertenecen al mismo partido. En caso de que el último sea elegido presidente, en Polonia se consolidará una mayoría política por primera vez en su nueva historia como país democrático.

Uno de los objetivos fundamentales de la política exterior polaca es mejorar sus relaciones con Rusia, porque Polonia, por su situación geográfica, se ubica entre la Europa Occidental y la Oriental y no tiene más remedio que normalizar sus relaciones con ambas. En este caso, desempeñará un papel clave dentro de la región, además de las lógicas ventajas económicas que ya posee como país de tránsito.

Los políticos polacos suelen decir que "Polonia puede hacer mucho con Alemania y nada sin este país". Donald Tusk ya ha logrado establecer buenas relaciones de cooperación con la canciller alemana, Angela Merkel. Se espera que las relaciones ruso-polacas también se normalicen en breve. Así las cosas, según los analistas de la revista británica The Economist, Europa ya debería estar preocupada. "Polacos, alemanes y rusos: ése es el eje que dará forma a la próxima década en Europa". Esta ambiciosa afirmación no carece de sentido.

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