jueves, 29 de abril de 2010

La resistencia a conocer el pasado


Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario PÚBLICO, 29 de abril de 2010

Este artículo responde a algunas de las críticas hechas predominantemente por las derechas (y también por intelectuales conocidos por su antiizquierdismo) a las movilizaciones progresistas que están ocurriendo en España en protesta del enjuiciamiento del Juez Garzón por sus investigaciones de los crímenes realizados por el fascismo.

La movilización de amplios sectores progresistas en contra del enjuiciamiento de Baltasar Garzón por parte del Tribunal Supremo, como consecuencia de su investigación de los crímenes del fascismo, ha dado lugar a una respuesta de condena por parte de la derecha española acompañada de los “compañeros de viaje” que han hecho de su anti izquierdismo la marca de su labor periodística.

Un argumento utilizado por el PP –que evidencia una carencia de sensibilidad democrática– es el de acusar a tales manifestaciones de ser “antidemocráticas”, pues presentan las críticas y presiones al Tribunal Supremo como comportamientos que no respetan las reglas democráticas.

Tal argumento desconoce que el poder de cualquier parte del Estado deriva de la soberanía popular y, como tal, puede ser sujeto de crítica y presión por parte de la ciudadanía.
Tal acusación de antidemocrática tiene también un componente elevado de incoherencia, pues la dirección de aquel partido nunca ha criticado a la Iglesia católica por amenazar con la excomunión a los jueces que aplicasen la Ley del Aborto, amenaza que representa el máximo grado de presión e interferencia en una judicatura en la que la mayoría de sus miembros son católicos.

Otro argumento planteado no sólo por las derechas sino también, entre otros, por Joaquín Leguina, Fernando Savater y Santos Julià, en sendos artículos publicados este mes en El País , es que tales movilizaciones están rompiendo la reconciliación nacional, que asumen estuvo plasmada en la Ley de Amnistía, ignorando que tal norma fue resultado de la movilización popular liderada por las izquierdas y cuyo objetivo primordial (en el momento de su aprobación, en el periodo preconstitucional) era sacar de las cárceles a los que lucharon en contra de la dictadura.
En realidad, las derechas (Alianza Popular) no la apoyaron. De reconciliación tuvo poca. Y esta todavía no ha llegado, como bien lo muestra el hecho de que casi 150.000 personas asesinadas del bando republicano continúan desaparecidas como consecuencia de la oposición de las derechas a que sea el Estado el responsable de encontrar a tales desaparecidos, tal como instruyen las leyes internacionales, por mucho que Joaquín Leguina lo niegue en su artículo (ver los escritos del magistrado José Mª Mena sobre este tema).

Tal oposición imposibilita la reconciliación, como también la dificulta la oposición al reconocimiento de aquellos que perdieron la vida como consecuencia de su lealtad a la República.
El juez Adolfo Prego, miembro del Tribunal Supremo, que está a favor de la penalización del juez Garzón por la ayuda que este intentó proveer a los familiares de los desaparecidos para encontrar a sus seres queridos, se opuso con gran contundencia al reconocimiento de los jueces republicanos asesinados o desterrados por la dictadura. Como escribió The Guardian (20-04-10), “a las izquierdas ni siquiera les dejaron encontrar y enterrar a sus muertos”.

Tal nivel de crueldad (y no hay otra manera de definirlo) no tiene equivalente en la Unión Europea. La gran mayoría de los medios de información de la derecha europea han condenado que se haya llevado a los tribunales al único juez que ha querido analizar la represión fascista. No así las derechas españolas, cuyos homólogos en Europa son la ultraderecha.

Pero el argumento que se da con mayor intensidad en la denuncia de las manifestaciones es el mismo que se ha dado durante el periodo democrático para justificar el olvido y la injusticia que ello conlleva. Es el argumento de la equidistancia, indicando que ambos bandos del conflicto civil hicieron las mismas salvajadas (lo cual ha permitido afirmar a Arturo Pérez-Reverte que “todos [vencedores y vencidos] hemos sido igual de hijos de puta” (El Mundo, 26-02-10).

De tal equidistancia se concluye que es mejor no reavivar la memoria, pues abriría las heridas, asumiendo erróneamente que estaban cerradas. No por casualidad, la mayoría de los que sostienen tales posturas son hijos de vencedores, independientemente de que hayan pasado el sarampión de haber sido de izquierdas en su juventud. Es frecuente que para lavar tal pasado acentúen ahora sus sarcasmos e insultos a las izquierdas.

El hecho de que hubiera casos de asesinatos políticos en el Estado republicano (muchos menos que los cometidos por el Estado fascista), no niega, sin embargo, la justicia de la causa de la República, de la misma manera que el injusto bombardeo de la ciudad de Dresde (Alemania) por parte de las fuerzas aliadas en su lucha contra el nazismo y el fascismo no niega, tampoco, la bondad de su causa. Tampoco el hecho de que existieran personas no democráticas entre los asesinados republicanos significa que la mayoría de asesinados no hubieran luchado o se hubieran identificado con un gobierno democráticamente elegido. De ahí que tal equidistancia no sea tanto una explicación, sino una justificación para sostener aquella profunda injusticia. El definir como “hijos de puta”, como hace Pérez-Reverte, a los que lucharon defendiendo la República, la mayoría de los cuales no cometieron “salvajadas”, es un insulto injusto e inmerecido, excepto en su propio caso, pues no es de bien nacido ofender a los que sufrieron enormemente por una causa noble, de la cual el que insulta se ha beneficiado ampliamente.

Lo que está ocurriendo en España no es “inexplicable”, como se ha escrito. Es muy explicable, pues es consecuencia del enorme dominio de las derechas en el proceso de la Transición inmodélica que determinó una democracia muy incompleta y un bienestar muy insuficiente. Su oposición a conocer el pasado se explica porque el que controla la visión del pasado controla la hegemonía intelectual del presente. Y esto es lo que ocurre en nuestro país.

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Con Garzón, no


30-04-2010
Antón Dobao
http://antondobao.blogaliza.org/Rebelión

Lo malo de estas cosas es que todo se confunde, nada queda claro, y en el barullo nunca ganamos. Lo peor del manejo de consignas es el vaciado sistemático, con lo que los hechos pasan a ser arquetipos de gran capacidad connotativa. Afectiva, por tanto. Siempre al gusto de quien maneje los mensajes y los canales. Cuando la comunicación es unidireccional, manejar voluntades y afectos de los receptores no es un objetivo menor.

¿Qué ha hecho Garzón para merecer esto? Investigar los crímenes del franquismo, al parecer.
Pero cuando buscas datos más específicos, un conocimiento pormenorizado de lo que puede significar exactamente "investigar los crímenes del franquismo", el viaje concluye en el punto de partida. Entonces, se nos podría ocurrir que en estas tres últimas décadas hubo momentos, ocasiones y excusas para investigar al menos uno de los crímenes del franquismo. Uno sólo. Y, fíjate tú, nadie consideró oportuno hacerlo. Y todavía había responsables vivos, seguramente. ¿Es que no fue oportuno nunca? Tal vez Baltasar Garzón posee un sexto sentido para aprovechar oportunidades.

También es posible que entonces Baltasar Garzón supiese que los cimientos del régimen que con tanto esfuerzo él contribuye a robustecer tienen textura semejante a los del pasado inmediatamente anterior.
El régimen de monarquía parlamentaria es la continuidad histórica de los cuarenta años de dictadura. Así quedó fijado por el régimen, lo pactó parte de una izquierda desorientada, acobardada y desertora de la historia.
En julio de 1936 se levantó el ejército contra la República Española, le hizo la guerra, la reprimió, la asesinó, le borró el rostro de la superficie terrestre, manchó su memoria, y unos años después restauró el orden natural de las cosas. Contra el pensamiento exclusivo es necesario recordar que la Transición no transcurre de 1975 a 1978, sino de 1936 a 1975. Tras esos cuarenta años de transición, regresaron las formas de gobierno anteriores a 1931, las banderas, los himnos, todo. Quizás Garzón no lo sabía. Es probable que todavía no lo sepa.

Lo malo de estas cosas es que nadie puede permanecer ajeno a lo que ocurre. España prohíbe la memoria, eso es evidente. A Garzón lo sienta en el banquillo de los acusados la ultraderecha contra la que él nunca actuó.
No le quedaba tiempo. Estaba ocupado en lapidar otras expresiones políticas más incómodas. Se lo recordó hará unos años el Subcomandante Marcos, y el magistrado respondió con una amenazante indignación. Sin embargo nadie podría permanecer imparcial cuando se enfrenta el deseo de tantas personas, como las que se han manifestado estos días, de que la memoria de los suyos se restablezca, contra la determinación de la extrema derecha de tradición franquista, de Mayor Oreja a Manos Limpias, de impedir con todo su poder siquiera una pequeña parte del reconocimiento que se les debe a las víctimas del fascismo, que al final somos todas y todos.

Entre los manifestantes que portan rostros de sus desaparecidos y los airados y ofendidos hijos de la serpiente, cualquier persona de bien sabe a quién acompañar. Que hablen, si quieren, de revancha. Ellos, que nunca la sufrieron, que todavía hoy defienden con impudicia extrema la eliminación de los derrotados, de aquellos ingenuos que osaron un día soñar con alterarlo todo y despertaron de su sueño en fosas comunes.

Lo malo es esta obsesión por simplificarlo todo. Ni el Gobierno español ha tenido valor ni ganas de elaborar una Ley de Memoria Histórica que mereciese tal nombre y no se quedase en un cobarde acto de propaganda que ni siquiera sirve para anular juicios criminales. Sin simplificación, hoy el debate pondría en cuestión lo que está prohibido remover y sus razones. Pero para que no tiemblen los cimientos ni las coartadas del régimen es necesaria la simplificación, y reducirlo todo a una persecución personal contra Baltasar Garzón. Cuando todo se simplifica, nada se conoce.

Baltasar Garzón es un magistrado de espectaculares operaciones televisadas y escasa eficacia. Ni victorias contra el narcotráfico, ni contra la corrupción, ni persecución de crímenes contra la humanidad. Por alguna extraña razón, las instrucciones de este magistrado acaban en agua de borrajas. Triunfa el espectáculo sobre la realidad.

Baltasar Garzón es probablemente el magistrado que puede presumir del mayor número de personas encarceladas por su militancia política y por su ideología. Y, sin duda, el que más medios de comunicación cerró. Su actuación en el caso de la clausura de Egin es paradigmática, pero no la única. Cierres injustificables y rechazados posteriormente por la propia Justicia, detenciones indiscriminadas, incomunicación de detenidos, burla de las denuncias de tortura... Garzón es un experto en acciones judiciales de excepción contra las diversas manifestaciones de disidencia. Su carrera profesional no se entendería sin darle sentido de estado a ese tribunal de excepción que es la Audiencia Nacionall.

Reducir a la figura de Garzón este proceso de la extrema derecha frente a la memoria histórica, con todo lo que ésta debería significar, es un mal favor a las razones de los derrotados, a sus ansias de justicia, y además una ironía. Aquí el antagonismo tiene otros nombres. Y la izquierda en el Estado español debería de tener la valentía suficiente para pronunciarlos sin que le tiemblen los órganos fonadores. Por primera vez en treinta y tantos años.

Yo, con Garzón, no.

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Prisioneros afganos padecen abusos en cárcel secreta en una base EE.UU.


(Foto: Prisioneros afganos padecen abusos en cárcel secreta en una base EE.UU.).

Prisioneros afganos recluidos en una cárcel secreta en la base militar estadounidense de Bagram, están siendo objeto de abusos constantes, según han denunciado nueve testigos. El Ejército norteamericano, que ha negado la existencia de un centro secreto, ha prometido investigar estas denuncias.

La base de Bagram, que se remonta a la época soviética, albergó durante un tiempo una controvertida prisión en la que hubo cientos de reclusos. Dicho centro fue trasladado a otro complejo, pero, según fuente, se seguirían cometiendo abusos, incluso después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, prometiera acabar con la tortura.

"Lo llaman el Agujero negro", explicó Sher Agha, que pasó seis días en dicha instalación el pasado otoño. "Cuando nos ponen en libertad, nos dicen que no contemos historias a los de fuera porque nos perjudicará", precisó.

Según los testigos, las celdas son frías y no se puede dormir. Además, en las celdas había todo el tiempo una luz que les impedía saber si era de día o de noche. "No podía dormir, nadie podía dormir porque había una máquina que hacía ruido", relata Mirwais, que asegura haber estado en esta cárcel secreta 24 días. "Había una pequeña cámara en mi celda y si estabas durmiendo venían y te molestaban", añadió.

Los prisioneros, que fueron entrevistados por separado, relataron todos historias similares. Muchos de ellos aseguran que fueron golpeados por soldados estadounidenses en el momento de su arresto antes de ser llevados a prisión. Mirwais dijo que había perdido varios dientes por el golpe de la culata de un arma. Todos ellos aseguran que no fueron visitados por el Comité Internacional de la Cruz Roja y que sus familias no sabían dónde estaban.

Los ex prisioneros explicaron que fueron encarcelados en la prisión secreta antes de ser trasladados al centro principal de detención en Bagram, un nuevo complejo llamado Instalación de Detención, en Parwan. El traslado de los presos de Bagram a este nuevo centro se produjo a principios de este año.

La cadena británica trasladó las alegaciones de abusos en el centro secreto al Ejército estadounidense en Bagram, que negó categóricamente su existencia. "Nunca he oído de ello. Esta es la única instalación de detención en Afganistán", afirmó el vicealmirante Robert Harward, quien está a cargo del centro de Parwan. No obstante, el Ejército norteamericano prometió investigar los supuestos abusos.

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Insurgentes afganos atacan cuartel de seguridad de la OTAN


Cuatro muertos y 30 heridos causó un grupo insurgente al atacar la base de una importante empresa privada de seguridad colaboradora de la OTAN en la conflictiva ciudad sureña de Kandahar, según comunicaron hoy fuentes oficiales. Esa compañía brinda servicios de escolta a las caravanas logísticas de las tropas de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), que ocupan el sur de Afganistán.

El portavoz del gobernador de la provincia, Salmai Ayubi, explicó a medios informativos que esa acción se registró anoche en las instalaciones de esa compañía a unos dos kilómetros del aeropuerto de Kandahar, donde se ubica la base principal de la ISAF.

Ayubi precisó que al menos cuatro agentes de seguridad murieron junto con dos de los atacantes y otros 30 guardias que trabajan en las instalaciones resultaron lesionados en el ataque, que duraron más de dos horas.

Un comunicado de los insurgentes insertado en Internet asegura que mataron al menos a 15 miembros del personal de seguridad, hirieron a unas 60 personas y destruyeron alrededor de 60 vehículos.

Mientras, un ómnibus de pasajeros explotó al detonar una bomba colocada en una carretera y ocasionó 12 muertos y cuatro heridos en la provincia oriental afgana de Khost.

El jefe gubernamental del distrito de Tanai, Daulat Khan Qayum, reportó que el vehículo se incendió y los cuerpos de los pasajeros resultaron quemados.

Qayum no responsabilizó a ninguno de los contendientes al aclarar que las minas y explosivos son adosados en los caminos tanto por los ocupantes de Estados Unidos y la OTAN como por los insurgentes afganos.

Estadísticas de la ONU muestran que más de dos mil 400 civiles perdieron la vida en el 2009 la mayoría por ataques aéreos y terrestres de las tropas internacionales.

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Embajador de EEUU en Moscú se inquieta de la venta de armas de Rusia a Venezuela pero no dice nada de las bases militares que implanta su país en Colo


John Beyrle embajador de EEUU en Rusia y militares de EEUU en una base en Colombia.

EUU reconoce «el derecho de Rusia a tener relaciones con Venezuela y venderle armas» pero le preocupa que Caracas compre material bélico «en cantidades superiores a las de sus vecinos latinoamericanos» [aviones pero también fusiles y carros blindados], manifestó el embajador estadounidense en Moscú, John Beyrle, en una entrevista publicada hoy por el diario Moskovski Komsomolets.

Beyrle rehusó comparar la cooperación técnica militar ruso-venezolana con el suministro de armas estadounidenses a Georgia al recordar que esta nación caucásica «participa de forma muy sustancial en nuestra lucha común contra el terrorismo en Irak y Afganistán».

Al mismo tiempo, señaló que la relación entre Moscú y Washington «sería mucho más fuerte, si ciertos elementos en ambos países se preocuparan menos por la cantidad de armas y ejercicios militares en Venezuela o por el número de los políticos estadounidenses que visitaron Tbilisi», la capital de Georgia.
La relación entre EEUU y Rusia, a su juicio, tiene «una dimensión infinitamente mayor«» y «algunas cosas deben enfocarse en perspectiva».

Sin embargo el embajador estadounidense John Beyrle no dice nada acerca del verdadero problema [que los EEUU han] generado en Latinoamérica y especialmente en Colombia, el derecho a armarse para defenderse proviene de la actitud norteamericana de implantar bases militares a gran escala en Colombia.
Por otro lado la alianza entre Washington con el régimen de Bogotá —un gobierno que desde hace años no respeta los derechos humanos— y lleva una política de terrorismo estatal, de paramilitarismo e incluso de genocidio.
Además está comprobado que el dinero del narcotráfico generado por la cocaína colombiana se invierte en los EEUU [Miami] y que su principal socio político [o títere], es decir el actual presidente colombiano Álvaro Uribe, fue fichado por los mismos servicios norteamericanos como implicado en el narcotráfico.
Colombia conoce actualmente varios escándalos que están sacudiendo al país.

Está claro para los analistas militares latinoamericanos que EEUU utiliza a Colombia como un portaviones para el control de América Latina, e incluso Brasil y Chile están preocupados de la actitud de la administración Obama y como respuesta a esta intromisión anacrónica han creado el UNASUR, un sistema de defensa colectivo latinoamericano, cosa nunca antes vista en la región.

La ceguera estadounidense les impide ver la realidad que América Latina quiere progresar y desarrollarse y para ello necesita soberanía. Los tiempos has cambiado. Latinoamérica no soporta más los Pinochet. Las mentalidades y aspiraciones de los pueblos han cambiado.

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“La resistencia está decidida a tomar el poder”


Entrevista a Carlos Humberto Reyes, líder del FNRP de Honduras a 10 meses del golpe y a 90 días del nuevo Gobierno

Sergio Ferrari
Rebelión
30-04-2010

Desde mediados de 2009 Honduras vive una situación política extremadamente frágil. El golpe de Estado del 28 de junio contra el ex presidente Manuel Zelaya desembocó en elecciones consideradas como “ilegítimas” por un amplio sector de la ciudadanía. El presidente Porfirio Lobo que asumió su mandato el 27 de enero del año en curso no logró frenar la resistencia popular pacífica que estalló como respuesta al golpe, se generalizó en todo el país y continúa activa.

Síntesis radiográfica de la lectura de la realidad que hace Carlos Humberto Reyes, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Bebidas y Similares (STIBYS), uno de los principales representantes del Frente Nacional de la Resistencia Popular (FNRP) y ex candidato presidencial “independiente”. Reyes realiza desde la última semana de abril una gira europea que se inició en España. En Suiza está invitado por la organización SOLIFONDS (Fondo de Solidaridad para las Luchas de Liberación Social en el Tercer Mundo) y participará como principal orador internacional en varias actividades del 1 de mayo.

P: La comunidad internacional parece muy dividida con respecto al actual Gobierno hondureño. Una parte no lo reconoce. Otra sí. ¿Cómo lo interpreta el FPRN?

Carlos Reyes: Para nosotros es un gobierno ilegítimo, producto directo del golpe de Estado del año pasado. El presidente actual es una nueva cara del mismo golpe. No obtuvo ni el 30% de los votos y se registró una muy alta abstención. Lo que se pretende aplicar es el guión del Gobierno de los Estados Unidos, quien apostó a la hipótesis que toda la situación se resolvería con las elecciones. Pero éste no es el caso. Especialmente para muchos gobiernos latinoamericanos quienes ven lo que sucedió en Honduras como un nuevo proceso de agresión contra el continente y su institucionalidad democrática. Hay señales preocupantes: la instalación de una nueva base militar estadounidense, la segunda en mi país; las nuevas bases estadounidenses en Colombia; la continuidad de la base en Guantánamo... Signos de una militarización que hace recordar épocas pasadas.

Un golpe con trasfondo geopolítico

P: Es decir, según la resistencia, ¿la causa del golpe de junio pasado es esencialmente geopolítica?

C.R: Sí. El proyecto estadounidense de rearmar dos gendarmes en la región. Honduras en Centroamérica y Colombia en Sudamérica. Con el precepto claro de que “si no controlan América Latina, es decir su patio trasero, no podrán dominar el mundo”

P: ¿Cómo evalúa el programa del presidente Porfirio Lobo en sus primeros tres meses de nuevo Gobierno?

C.R: No existe un tal “nuevo” Gobierno. Para nosotros es, como lo dije antes, la nueva cara de la misma dictadura. Lo han querido presentar como un Gobierno de unidad nacional, de integración, abierto a una supuesta amnistía y que impulsaría la instalación de una Comisión de Verdad. Pero todo esto es falso. No puede haber unidad ni integración nacional a partir de elecciones adulteradas. Su visión de amnistía es para limpiar a los militares golpistas. ¿Para qué puede servir una Comisión de Verdad si ya ellos mismos se autoamnistiaron? Toda una política descarada. Y esto sin analizar lo que sucede en el plano económico y social. Una vuelta atrás de las conquistas que sindicatos, trabajadores, y otros sectores habían logrado durante el período del Presidente Zelaya.

P: Pero las autoridades hablan de una situación política institucionalizada...

C.R: La principal realidad es la de una resistencia que aumenta su fuerza, fortaleciendo la organización y movilización. Próximo gran desafío: recolectar hasta el 28 de junio próximo 1.150.000 firmas, exigiendo una consulta popular, una asamblea constituyente, reivindicación que constituyó el detonante para justificar el golpe del año pasado. La gente está entusiasmada con esta iniciativa.

La movilización, la resistencia, continúa activa. Organizamos seis grandes manifestaciones en ciudades importantes para el 1 de mayo.

La resistencia consolidada

P: ¿Todo esto indica, según su análisis, una resistencia fortalecida, a pesar de la represión?

R: No hacemos hoy una movilización por día como el año pasado. Pero la resistencia se ha generalizado en todo el país. Realizamos un trabajo serio de organización, concienciación y movilización. Seguimos denunciando el golpe e insistimos en la propuesta de la Constituyente. En caso que no lo logremos, veremos como participamos en un proceso electoral. No como resistencia, sino creando un brazo especial para esa coyuntura.

P: La resistencia hondureña constituyó una sorpresa para más de uno, dentro y fuera del país. ¿Cómo se explica la fuerza de la misma?

R: En realidad no nace el 28 de junio, de un día a otro. Nuestros pueblos vienen resistiendo desde hace más de 500 años. En su historia contemporánea Honduras fue utilizada siempre como base de las operaciones estadounidenses en el continente. Para agredir al gobierno guatemalteco de Jacobo Arbenz, en los años cincuenta. Como base operativa del intento de invasión contra Cuba en los sesenta. Desde la base de Palmerola, las administraciones estadounidenses promovieron la guerra contra el sandinismo y contra el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador, en los ochenta.

Sin embargo siempre existió un movimiento popular muy activo, que fue duramente reprimido, con muchos muertos, desaparecidos, etc. Hay una capitalización histórica de esa experiencia. Superamos las fracturas entre lo social y lo político. Y nuestro movimiento popular junta e integra esos dos aspectos. Y eso explica que en pocas horas, inmediatamente después del golpe de Estado de junio pasado, se haya iniciado un proceso magnífico de movilizaciones y de resistencia.

P: ¿Hay algún sector predominante dentro de la resistencia?

R: No, contamos con una gran diversidad y una conducción horizontal, distribuida en cada región, poblado, barrio. ¿Cuándo se daban las movilizaciones contra el golpe y la policía atacaba, quiénes respondían y los hacían correr a los represores? Las “maras” (grupos juveniles). Un fenómeno muy importante con fuerte participación juvenil. Y también las mujeres. El movimiento sindical y los campesinos; los maestros y la empresa privada; los indígenas y negros... Los grupos de gays y lesbianas, quienes sufrieron muchos ataques y víctimas. En la medida en que se puedan mantener las alianzas tenemos la posibilidad de triunfar. Porque somos hoy la fuerza política más grande del país, decidida claramente a tomar el poder.

P: ¿Cuál es su prognosis sobre cómo va a continuar la dinámica política en un país tan polarizado?

C.R: Nosotros vamos a seguir promoviendo este proceso de consulta y de lucha por una asamblea constituyente que permita refundar la Nación. Sin cerrar la posibilidad de organizar un instrumento electoral más adelante. En cuanto a Porfirio Lobo, como en todos los casos históricos en América Latina de gobiernos débiles, se anticipa su fracaso. O es derrotado por el pueblo o deberá buscar una salida política.

P : Una última reflexión de cara a la comunidad internacional...

C.R: Nos preocupa mucho que se perpetúen en Honduras los crímenes contra miembros de la resistencia; las agresiones y asesinatos de periodistas independientes; las violaciones de derechos humanos. Es importante que la comunidad internacional no reconozca al actual Gobierno. Que los países de la Unión Europea no firmen el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica en las actuales condiciones que vive Honduras. Que la comunidad internacional, los organismos de derechos humanos ejerzan su presión. Que se pare la represión. Y sobre todo, que no se siga criminalizando la legítima protesta política y social, reacción directa contra el golpe y las elecciones ilegítimas.

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Reyes: un rostro de la resistencia

Carlos Reyes es una de las figuras más importantes del movimiento de resistencia que desde el mismo 28 de junio 2009 se opuso al golpe de Estado que destituyó al presidente Manuel Zelaya.

Participa en la dirección de la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación (UITA) en representación de Honduras y de su central sindical.

Fue uno de los promotores de las movilizaciones populares contra dicho golpe. Varias veces fue reprimido. Ha recibido numerosas amenazas.

En el segundo semestre de 2009, ante la perspectiva de una potencial normalización democrática, Carlos Reyes se presentó como candidato independiente a la presidencia de la República. A inicios de noviembre decidió retirarla, cuando el Frente Nacional de la Resistencia contra el golpe evaluó que no estaban dadas las condiciones para una contienda realmente inclusiva, participativa, democrática.

Por una solidaridad internacional activa

“Tanto en Suiza como en España se organizó una agenda con representantes del Gobierno, personalidades políticas, dirigentes sindicales y de organizaciones sociales y no gubernamentales. Pude decirles, muy simplemente, que el “caso hondureño” no se ha resuelto. Y que la afirmación de que todo está normalizado a partir de las elecciones de noviembre es falsa. Venimos, especialmente, a actualizar la información real sobre mi país y la continuidad de la resistencia que ya no está en el primer lugar de la agenda política y mediática internacional...

Me siento satisfecho del encuentro con los cuatro representantes de la cancillería suiza. Aclaramos muchos puntos. Pudimos expresar nuestra lectura de la realidad actual. Y expresarles nuestro deseo de que Suiza mantenga la posición inicial contra el golpe de Estado. Hemos encontrado comprensión hacia nuestros argumentos. El hecho de habernos recibido expresa un reconocimiento oficial de parte del Gobierno helvético al Frente Nacional de Resistencia Popular...

En España los intercambios fueron muy positivos. El 23 de abril me reuní con Agustín Santos, jefe de gabinete de Miguel Angel Moratinos, actual Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Emitimos un comunicado de prensa común que enfatiza que el Gobierno español no invitará al presidente hondureño a participar de la Cumbre de Presidentes de la Unión Europea y América Latina que se realizará el 17 y 18 de mayo en Madrid, “si no existe consenso de los países latinoamericanos sobre dicha invitación”. Y realmente es importante recordar que en América Latina hay muchos países que no reconocen al nuevo presidente y consideran las elecciones de noviembre pasado como ilegítimas...”.

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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH como estrategia para una acción violenta contra Venezuela


28-04-2010
Sara Mier y Terán Ojeda
Aporrea

Joseph Goebbels, el ministro encargado de la propaganda de Hitler, solía decir que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad” o “más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil”. La oposición golpista venezolana, defensora del neoliberalismo, ha mantenido una feroz campaña en contra de Hugo Chávez Frías y con miras a sacarlo de la Presidencia de la República y sin importarle los grados de violencia que ello pueda generar. Lo importante es cumplir los designios del imperio, ávido de las riquezas naturales del país que ahora detenta las mayores reservas de petróleo del mundo.

Desde el primer período del gobierno de Hugo Chávez, ha sido objeto de la más encarnizada y grotesca campaña en su contra y junto a él su equipo de gobierno y el mismo pueblo que ha sido tratado irrespetuosamente por los medios, calificándolos de hordas, peleles, adoctrinados e incapaces de entender que el país, “es conducido a una tiranía semejante a la dictadura cubana”. Ya en ese sentido, se entiende la fuente ideológica, tendiente a evitar que la población pueda asimilar en toda su plenitud, el goce que significan, las políticas dirigidas a transformar el estado burgués capitalista en un estado social, de derecho y justicia que conduce a la suma felicidad de todos sus habitantes tal como lo ha hecho, evidenciado en las evaluaciones de la ONU, en cuanto al cumplimiento de las Metas del Milenio, destacándose Venezuela como uno de los países que ha logrado disminuir la pobreza y ha aumentado la calidad de vida de la población.

Los planes desestabilizadores de la revolución bolivariana, han sido develados en la campaña mediática continua de los medios privados de comunicación serviles al imperio. Constitucionalistas reconocidos, desde los llamados “personajes notables” o “expertos” de la política, artistas, escritores, historiadores lacayos, algunos de ellos militantes de izquierda en algún tiempo, se unieron en la funesta acción de mentir y ha sido el arma más poderosa para confundir a una buena parte de la población que ya desde hacía muchos años había sido invadida desde lo más íntimo de su vida por mensajes del mundo consumista que orientaba a que la felicidad la obtendrían mediante la adquisición de riquezas, que le darían un nivel de vida.

¿Que las primeras víctimas de esta conducta fueron la verdad, la objetividad y el sentido común? Por supuesto, qué duda cabe. Pero qué importan la verdad, la objetividad y el sentido común cuando de defender intereses económicos se trata. Y así se “montaron” los medios a desarrollar la mas descabellada campaña hasta lograr su propósito de concentrar el mayor número de personas el día 11 de abril de 2002 para arrastrarlas como rebaño, al sacrificio final: la salida de Hugo Chávez de Miraflores. La mentira, las medias verdades, las verdades sesgadas o el silencio, fueron los mecanismos empleados para desacreditar, difamar, confundir. Las medidas tomadas por el Ejecutivo Nacional en defensa de la soberanía energética del país a través de la nacionalización de la industria petrolera y la independencia del centro del poder hegemónico de los Estados Unidos, fueron decisivas para toda una campaña de odio, mentiras y violencia. Globovisión, RCTV, Venevisión, cadenas de radio pertenecientes a los dueños de estos mismos medios, se convirtieron en verdaderos especialistas de la desinformación, transmitiendo de manera sistemática el mensaje golpistas para convertirlo en una supuesta verdad, repetida por el sector económico empresarial, militar, la llamada “sociedad civil” e integrantes de algunas organizaciones de derechos humanos, éstas últimas, pieza clave para convencer que efectivamente, derechos humanos fundamentales de la población, estaban siendo vulnerados en un país que para ellos, se aparta de la democracia y del estado de derecho al punto, que existían las condiciones para que fuera aplicada la Carta Democrática y es por ello que trataron y aún persisten en la visita de la CIDH a Venezuela para constatar las “masiva violación de derechos humanos” por el gobierno del Presidente Hugo Chávez Frías.

Esa derecha extrema no cesa en sus acciones, han profundizado sus intenciones golpistas por la vía del “golpe suave” orientado por las acciones secretas que llevan adelante las transnacionales y el Departamento de Estado, a través de los medios de comunicación y a través de la resistencia que llevan adelante sectores de la oposición aún incrustados en las instituciones, que traban el ejercicio de derechos constitucionales, ocupándose así, de agredir y contrarrestar la acción del gobierno, hablando sólo de defectos de Chávez y de su gobierno, sin resaltar, comentar o siquiera informar a la colectividad más que lo malo, y por tanto, descaradamente mienten. Eso ya de por sí, denota la manipulación dirigida a la población. Ha sido constante y la han perfeccionado a través de la desinformación.

También es la estrategia más moderna utilizada vía Internet, siendo los foros, las redes sociales, You Tube y blogs anónimos, las fuentes para esparcir como pólvora, el rumor, la mentira, desembocando en un odio irrefrenable contra Hugo Chávez, contra símbolos de la revolución. Para ello, han comprado la opinión de “expertos”, que como en el caso de Oswaldo Álvarez Paz, sin ningún empache afirmó que Chávez estaba vinculado a las guerrillas y el narcotráfico, convertido ahora en punta de lanza para demostrar que en el país, se castiga la disidencia por haber iniciado la Fiscalía General de la República procedimiento penal en su contra donde tendrá que ver como demuestra ahora su “desinformación” pero que desde ya aparece en informe urgente de la CIDH contra Venezuela como un caso de violación de derechos humanos.

Esta campaña internacionalmente ha surtido su efecto y es lo que está plasmado en el Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2009 de la OEA contra Venezuela y que con mucho orgullo presenta el hoy juzgado por tres causas en España, el inmoral juez español Baltazar Garzón, que en su vida, jamás han censurado al Rey, por no condenar nunca los asesinatos y genocidio cometidos en nombre de Franco, el que siempre ve la paja en el ojo ajeno y lo que sus bolsillos llenos de ignominia le permite alimentar su ambición de poder. Se atreve a través de este Informe declarar en nombre de “las víctimas de violaciones de derechos humanos”, que Venezuela se sitúa entre los países más débiles del continente americano en la garantía de los derechos humanos.

Es el camino trazado por la oposición valido de algunas organizaciones de derechos humanos, subvencionadas por la USAID a través de la NED en Venezuela, que se encargan de nutrir los informes que anualmente presenta Estados Unidos en su papel de policía del mundo y ahora la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), valida de toda esa sistematicidad de mentiras, de falsas verdades en contra de Venezuela y que descaradamente, en dicho Informe a pesar de haber demostrado con resultados efectivos, reconocidos por los mismos organismos internaciones de protección de derechos humanos que ha cumplido, que ha garantizado los derechos humanos de la población, muy especialmente los derechos económicos, sociales, culturales, políticos, ambientales, de los grupos vulnerables de la población así como ha avanzado en la protección y garantía de los derechos civiles y políticos como no lo ha hecho ningún otro país, muy a pesar de ello, cumple con los designios de los Estados Unidos que pretende tener una justificación en sus manos para cualquier acción violenta contra Venezuela comenzando por el magnicidio y su intervención ante lo que podría desatar un evento de esta naturaleza.

A los Estados Unidos no le queda otra opción frente a un pueblo que día a día se organiza y lucha, que cada día ejerce su poder soberano, frente a un pueblo que cada día adquiere conciencia de lo que ha alcanzado en un gobierno revolucionario, socialista, que trazarse la agenda de la intervención. Honduras, como tanto se ha dicho, fue su globo de ensayo y el mensaje a la oposición golpista de cómo puede salirse de un gobierno que cada día declara su independencia de cualquier dominio extranjero. Las bases militares en Colombia y el apoyo al candidato Santos, que dirige su campaña electoral contra Hugo Chávez ya configuran los signos de la violencia contra la revolución bolivariana.

Está en nosotros, tener claro la Agenda ahora en manos de la CIDH. No basta que lo diga el digno representante de Venezuela en la OEA, Roy Chardetton. Es necesario que respondamos ante la amenaza visible en el Informe de la CIDH. Ya vemos grupos de supuestos constitucionalistas y defensores de derechos humanos preparando los argumentos para el enjuiciamiento del Presidente de la República ante los organismos internacionales bajo el supuesto de violaciones de derechos humanos. La mesa está servida para ellos.

Comprendamos entonces si realmente vale la pena seguir siendo parte de un “sistema de protección”, del que descaradamente se burla Estados Unidos cuando a la presente fecha, no ha suscrito ni ratificado ninguno de los documentos que le dieron nacimiento ni los que han surgido posteriormente, pues no le interesa rendirle cuentas a sus miembros, ni ser sancionados ya que no ha reconocido su existencia. Ello nos hace comprender como a través de la OEA, se sujeta a los países que la conforman pero a favor de los intereses del Norte y cómo avanzan los planes en contra del Presidente Hugo Chávez y contra el pueblo de Venezuela. Por ello, a la Asamblea Nacional sólo llegarán quienes respondan a esta Agenda, ya lo veremos en los próximos días donde no serán las elecciones primarias las que definirán los escogidos sino los que sirvan a los designios del imperio. Ante ello, conciencia y más conciencia es lo que los revolucionarios debemos llevar a nuestro pueblo desenmascarando la mentira una y mil veces contada.

saramyt@gmail.com

Fuente: http://www.aporrea.org/tiburon/a99577.html

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Crónica de una infamia anunciada, un libro imprescindible para la izquierda (V)


Sobre la edición de "Los ejércitos secretos de la OTAN" de Daniele Ganser. Grecia y los ejércitos stay behind

Salvador López Arnal
Rebelión
28-04-2010

Así describe Daniele Ganser (páginas 293 y siguientes) lo sucedido en Grecia a finales de la Segunda Guerra Mundial. Vale la pena tomar nota, o acaso recordar lo ya sabido.

Las tropas italianas atacaron Grecia en 1940. Fueron derrotadas por la masiva resistencia de la ciudadanía griega. Hitler envió sus tropas un año después, en 1941. Conquistaron el país y lo pusieron bajo el control del Eje. El pueblo griego organizó una gran operación de resistencia y el ejército alemán se enfrentó a grandes dificultades para mantener el país bajo su bota y control. Como en Italia y Francia, también en Grecia la organización de resistencia más potente a la ocupación estaba liderada por grupos y organizaciones comunistas. El ELAS, el Ejército de Liberación Popular griego, había sido fundado por iniciativa del Partido Comunista Griego (KKE) algunos meses después de la invasión alemana.

Los partisanos griegos, señala Ganser, provenían de toda la izquierda del espectro político y muchas mujeres, sacerdotes e incluso arzobispos combatieron en sus filas. El EAM, el ala política del Ejército de Liberación Popular, estaba también dirigida por los comunistas griegos. Según el autor, de una población total de siete millones de personas, unos dos millones eran miembros o simpatizantes del EAM mientras que unos “50.000 (¡cincuenta mil!) estuvieron combatiendo activamente en las filas del ejército ELAS”.

ELAS consiguió liberar al país de los ocupantes alemanes. En sus operaciones, el ejército de liberación fue apoyado por el ejército secreto británico. Sus oficiales aconsejaron al ELAS sobre el terreno y le proporcionaron armas y municiones. Muchas amistades personales se desarrollaron entre los combatientes de la resistencia y los oficiales de enlace británicos. Era la misma lucha, estaban en el mismo combate antifascista.

Los camaradas de lucha fueron abruptamente separados, apunta Ganser, cuando Winston Churchill, en marzo de 1943, decidió detener todo el apoyo: temía este infame político que Grecia, tras la derrota del Eje, “pudiese acabar bajo control comunista”. El duro y engordado primer ministro envió en secreto a su ministro de Exteriores, Anthony Eden, a entrevistarse con Stalin. Era octubre de 1943. Objetivo: repartirse los Balcanes, asegura Ganser. El acuerdo, sellado tiempo después en Yalta, daba a Gran Bretaña y a los Estados Unidos manos libres en Grecia; Bulgaria y Rumanía quedaban bajo la influencia de la Unión Soviética.

Con el objetivo de minimizar el poder de comunistas y socialistas, Londres planeó reinstalar al muy conservador rey griego y a un gobierno derechista tras el final de la guerra. La crucial directiva de la Oficina de Asuntos Exteriores británica del 20 de marzo de 1943, que señalaba el giro realizado, destacaba que “el SOE [el ejército británico] siempre deberá virar en la dirección de los grupos que deseen apoyar al Rey y al gobierno, y además imprimir en tales grupos, por antimonárquicos que fuesen, el hecho de que el rey y el gobierno gozan de todo el apoyo del gobierno de Su Majestad”.

El rey era odiado por la mayoría de ciudadanos griegos. Había cooperado con el dictador fascista Metaxas. Inspirado por Mussolini y Hitler, Metaxas había introducido el saludo fascista así como una policía secreta brutal durante su régimen en los años ’30. Londres perseguía una política conservadora. En octubre de 1943, la Oficina de Asuntos Exteriores británica incluso contempló “una decidida política de atacar y debilitar al EAM por cualquier medio que tengamos”, un enfoque que sin embargo fue pospuesto, puesto que así era “más probable sacrificar toda posibilidad de una ventaja militar y derrotar sus propios fines fortaleciendo al EAM políticamente”. La guerra fría iniciaba su calentamiento.

El viraje de los británicos fue un shock para el ELAS y sus dificultades se incrementaron cuando antiguos colaboradores nazis y unidades especiales ultraderechistas, como las Bandas fascistas X del soldado chipriota George Grivas, con apoyo británico, comenzaron a cazar y asesinar a los luchadores de la resistencia del ELAS. Ni más menos.

Churchill advirtió sin embargo que las Bandas X, a causa de una completa carencia de apoyo popular, nunca contaron con más de 600 griegos. ELAS permanecía como la guerrilla más poderosa en el territorio. Fue en este contexto que a finales de 1944 decidió que debía hacerse algo más para evitar que los comunistas griegos alcanzasen posiciones de poder. Dio órdenes para que un nuevo ejército secreto derechista griego se organizase, por lo que, como relata el periodista Peter Murtaugh, “se estableció una nueva unidad del ejército griego, que fue conocida de varias formas; como la Brigada de Montaña Griega, las Fuerzas de Asalto Helénicas, o LOK, su acrónimo griego (Lochos Oreinon Katadromon)”. Puesto que estaba dirigida contra comunistas y socialistas, la unidad excluía “a casi todos los hombres con perspectivas que abarcasen desde la conservadora moderada hasta la izquierda. Bajo supervisión militar británica y por órdenes expresas de Churchill, la unidad se llenó de monárquicos y antirepublicanos”. El Mariscal de Campo Alexander Papagos fue nombrado primer comandante de las Fuerzas de Asalto Helénicas y con apoyo británico reclutó a derechistas para la red, y combatió al ELAS.

Puesto que ELAS combatió tanto contra los ocupantes nazis como contra las Fuerzas de Asalto Helénicas, Churchill temía un desastre de relaciones públicas al revelarse al público británico que Londres estaba apoyando en secreto a los fascistas contra los comunistas en Grecia. En agosto de 1944, dio órdenes a la BBC para eliminar “cualquier reconocimiento” al ELAS cuando se informase sobre la liberación de Grecia. Pero solamente unas semanas más tarde ELAS se aseguró la victoria sobre los ocupantes alemanes, y Hitler se vio forzado a retirar sus soldados también de Grecia. Churchill pidió inmediatamente que la resistencia se disolviera, una orden a la que ELAS estaba dispuesta a obedecer solamente si se aplicaba igualmente a su único enemigo sobre el terreno, las Fuerzas de Asalto Helénicas, apoyadas por los británicos.

Gran Bretaña se negó a desarmar al ejército secreto. Una gran manifestación democrática organizada por EAM en Atenas contra la interferencia británica en el gobierno de posguerra de Grecia tuvo lugar el 3 de diciembre de 1944, seis semanas después de que las fuerzas de ocupación alemanas fueran expulsadas del país. Los organizadores de la manifestación dejaron claro que querían combatir a los británicos con medios pacíficos, anunciando la manifestación como el preludio de una huelga general. Poco después de las 11 de la mañana de aquél día un grupo de manifestantes griegos, entre 200 y 600, entraron en la plaza Syntagma de Atenas, la plaza principal situada frente al Parlamento griego. Es te pequeño grupo, entre los que había mujeres y niños en actitud festiva, era parte de un grupo mucho más grande de 60.000, retrasados por grupos de la policía. Cuando el grupo pequeño se acercó a la plaza, una línea de hombres armados, una variopinta colección de policías y pistoleros, presumiblemente incluyendo a miembros de las Fuerzas de Asalto Helénicas, les cortaron el paso. Las tropas británicas y la policía, con ametralladoras, se posicionaron en los tejados. La atmósfera era tensa. Repentinamente, y sin previo aviso, la manifestación pacífica se convirtió en una masacre cuando se dio la orden: “Disparad a esos bastardos”. Tarantino acaso tomara nota. Una salva de balas llegó hasta los manifestantes desarmados, que huyeron en todas direcciones. Supuestamente la masacre continuó durante al menos una hora. Dejó 25 manifestantes muertos, incluyendo a un niño de seis años, y 148 heridos. No mucho después de las muertes, llego el grupo principal de manifestantes. En un despliegue de notable moderación, los 60.000 se congregaron de manera completamente pacífica y solemne alrededor de los cadáveres de sus compañeros manifestantes. Las pancartas, manchadas con la sangre de los muertos pedían que los británicos se alejaran de los asuntos griegos. Muchos llevaban banderas americanas y griegas. Algunos la bandera roja del socialismo. Pero muy pocos llevaban la bandera de Gran Bretaña. En Londres, Churchill tuvo que enfrentarse a una enfurecida Cámara de los Lores que pedía una explicación por la barbarie.

Admitió finalmente que había sido “algo tremendo” y añadió este paso que no tiene desperdicio ni olvido: subrayó que era igualmente estúpido llevar a tal cantidad de niños indefensos a una manifestación, cuando la ciudad estaba llena de hombres armados. El papel del ejército secreto en la masacre de Syntagma no fue explicada. Tras esta demostración de fuerza los británicos reinstalaron en el trono al rey, y ELAS abandonó las armas a los británicos a cambio de las prometidas elecciones nacionales democráticas, que se celebraron en marzo de 1946. Puesto que el Partido Comunista Griego y el centro-izquierda decidieron poco sabiamente boicotear las elecciones debido a la ocupación británica del país, la derecha obtuvo la victoria.

Una sucesión de débiles gobiernos títere de los británicos, con orientación conservadora y derechista, se siguieron. Convencidos de que Grecia caería bajo el control de Stalin si los comunistas griegos llegasen al poder, el gobierno continuó deteniendo a miembros del EAM, muchos de los cuales fueron torturados en conocidos campos de prisioneros situados en islas.

En 1945, la mayor parte del mundo celebraba el final de la segunda guerra mundial, y, para evitar que volviera a ocurrir tamaña tragedia, se creó la Organización de las Naciones Unidas. Pero Grecia continuó siendo un campo de batalla y ya un año después del final de la segunda guerra mundial comenzó la guerra fría. Puesto que la frustración de la izquierda griega crecía, una fracción se rearmó y se retiró a las montañas, y a finales de 1946 comenzó una guerra civil contra los británicos y la derecha local. Gran Bretaña, exhausta por la guerra mundial, no pudo seguir controlando el país, y a comienzos de 1947 pidió a los Estados Unidos su apoyo.

El experto de la CIA William Blum relata que “los oficiales Washington sabían que el nuevo gobierno clientelar era tan corrupto y violador de los derechos humanos que incluso anticomunistas americanos se sentían horrorizados.” Pero como la Yugoslavia comunista apoyaba a la izquierda griega con armas y el país parecía estar en vísperas de teñirse de rojo, el Presidente Truman, con su famosa “Doctrina Truman” fue capaz de convencer en marzo de 1947 al Congreso para que interviniese abiertamente en Grecia.

Grecia fue el primer país en ser invadido por los Estados Unidos durante la guerra fría, siguiendo su estrategia de combatir el comunismo a escala global. Esta fue la primera intervención militar en Europa tras el final de la Segunda Guerra.

En las décadas siguientes, Washington avanzó el argumento usado en Grecia para justificar sus invasiones abiertas o encubiertas en Corea, Guatemala, Irán, Cuba, Vietnam, Camboya, Nicaragua, Panamá y muchos otros países. Por alguna alquimia ideológica, Truman etiquetó al corrupto régimen ultraderechista en Atenas como “democrático” y descartó a sus oponentes de la izquierda, como “terroristas”, cuando las fuerzas armadas norteamericanas aterrizaron en Grecia junto con su equipamiento militar pesado. La fuerza partisana izquierdista de unos 20.000 hombres y mujeres, diseminados por las montañas griegas, se vio superada en número de 6 a 1 cuando las unidades especiales norteamericanas se unieron a las Fuerzas de Asalto Helénicas y otras unidades de la derecha griega. El suministro de armas para los partisanos griegos se redujo drásticamente. Yugoslavia no formaba ya parte del bloque soviético. Su situación se hizo desesperada porque las Fuerzas de Asalto Helénicas bajo mando norteamericano estaban excelentemente equipadas y adquirieron fuerza.

Los Estados Unidos comenzaron en secreto la “Operación Antorcha” y usaron la guerra química para derrotar a los partisanos griegos arrojando miles de litros de napalm en Grecia. A finales de 1948 la resistencia griega, que en su suelo nativo había derrotado a los nazis alemanes y a las tropas británicas, se derrumbó. “El final de la guerra civil significó la victoria total para la derecha griega y su patrón, los Estados Unidos.”

El ejército secreto anticomunista, las Fuerzas de Asalto Helénicas, no se disolvió, sino que permaneció operativo para controlar a la oposición griega

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El Tribunal Constitucional pide respeto


28-04-2010
Rebelión

María Emilia Casas, la presidenta del Tribunal Constitucional, se ha puesto seria. En una conferencia en el Club Siglo XXI, ha denunciado la "desproporcionada e intolerable campaña de desprestigio emprendida desde ciertos sectores políticos y mediáticos" hacia el Tribunal que preside. Ha calificado las críticas de interesadas e incluso irracionales, y ha acabado pidiendo respeto.

La verdad es que no doy crédito a mis ojos. ¿La Presidenta del Tribunal Constitucional pide respeto? Y me pregunto: Respeto ¿de quién? ¿De quién el Tribunal Constitucional no respeta?

Respeto ¿por qué? ¿Porque en vez de comportarse como una institución seria se juegan con dados marcados el resultado de una ponencia?

Respeto ¿para quién? ¿Para unos magistrados cuyo cargo expiró hace años y siguen aferrados a sus sillones musicales? (si no se objetan o recusan, con gran falta de respeto por parte de quienes deberían dar ejemplo)

Respeto ¿para qué? ¿Para hacer un favor a los amigos de las gaviotas o de los talantes esquivos? ¿O es que todavía alguien se cree que el Tribunal Constitucional no está "bipartidizado" hasta las cachas?

El respeto no se impone ni por jerarquía ni por mandato constitucional. El respeto lo recibe quien es mínimamente respetable. No se puede jugar durante años con lo que aprueban dos Parlamentos (DOS, el catalán y el español), con lo que vota el pueblo de Catalunya, no se puede ir deshojando una margarita emponzoñada, y en la última fase de la farsa, cuando ya nadie se cree su rigor y competencia, pedir respeto.

Respeto deberían tener ellos por la división de poderes que es fundamental en democracia. Respeto deberían tener ellos por la historia. Respeto deberían tener por la soberanía popular. ¡Venga ya, y que dimitan todos de una vez!

Porque motivos no faltan: el pasado 16 de abril, el Tribunal Constitucional rechazaba por seis votos a cuatro el quinto borrador de resolución sobre la inconstitucionalidad del Estatut presentado por la magistrada Elisa Pérez Vera. En este borrador, tan "blando" que no fue aprobado, se anulaban una quincena de artículos y se condicionaba la constitucionalidad de otros veinte a la interpretación que se les de en las leyes que desarrollen el texto estatutario. A mi, mucha anulación me parece. Sin embargo, si el insaciable empeño anti-Estatut de los guerreros sin antifaz del Constitucional hubiera cedido un ápice, en estos momentos ya tendríamos en Catalunya un Estatut recortado, condicionado... y un problema político importante. Pero mientras no haya decisión por mayoría, la mayor parte del problema lo tienen ellos. Y este problema mina su credibilidad, y su respetabilidad... si es que queda algo. Por lo que a mi se refiere, la dignidad de las señoras y señores del Tribunal Constitucional sólo se me manifiesta en sus salarios.

Y para que vean hasta dónde llega el esperpento, lo repito para que quede bien claro: quien es ahora el encargado de redactar el enésimo intento de ponencia se llama Guillermo Jiménez, es catedrático de Derecho Mercantil, (lo han leído bien, de Derecho Mercantil). Y aunque no por mercantilista no puede saber mucho o poco de Derecho Constitucional (que poder, puede, aunque no deja de ser curioso) su mandato expiró a finales de 2007. Sí, también lo han leído bien. En el 2007.

Y el Partido Popular que inició toda esa "commedia buffa", debería llevarse a sí mismo, a sus octavillas xenófobas de ayer de Badalona de las que hoy reniega, a sus Gürtels, a sus privatizaciones y a su guerra de Irak ante Tribunales de verdad, y no de atrezzo... A ver cuanto tiempo les dura seguir emponzoñando la política.

Lo que les decía: el respeto empieza respetando a los demás y respetándose a uno mismo. Por no hablar ya de que quien es respetable de verdad no precisa ni siquiera pedir respeto.
http://angelsmcastells.nireblog.com

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Los Centros de Internamiento de Extranjeros en España, una reflexión necesaria


28-04-2010
Mauricio Valiente
Pueblos

En España, los centros de detención de personas extranjeras se crearon con la primera Ley de Extranjería de 1985 y se han mantenido desde entonces con una regulación deficiente, nula transparencia y continuas denuncias en su funcionamiento; la reciente ampliación del plazo de internamiento, introducida por la LO 2/2009, ha agravado más si cabe la preocupación por esta realidad.

En el mes de marzo de 2008, la Comisión de Libertades Civiles, Justicia e Interior del Parlamento Europeo hizo público un informe en el que se realizaba una valoración de los centros de internamiento situados en los países de la Unión Europea. Con este antecedente, el Servicio Jesuita para los Refugiados inició en 2008, por encargo de la Comisión Europea, el estudio DEVAS para analizar la situación de los centros de internamiento de extranjeros (CIE) en 23 países de la UE.

En nuestro país, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) se encargó de preparar el estudio y coordinar la elaboración del informe, que se acaba de presentar en diciembre de 2009. Para su realización se contó con la autorización del Ministerio del Interior, que permitió que un equipo de trabajo (40 personas entre abogados, médicos, psiquiatras, antropólogos, psicólogos, traductores, mediadores, etc. de diversas organizaciones sociales como el Grupo de Acción Comunitaria, Médicos del Mundo y Pueblos Unidos) visitara los centros de Madrid, Málaga y Valencia.

Las visitas a las instalaciones de los tres centros permitieron concluir que funcionan de hecho con una dinámica penitenciaria, aunque con condiciones en casi todos los sentidos peores (espacio físico, reglas y horarios, actividades, patio, acceso a comunicaciones, etc.). En aspectos sensibles del régimen interno, el estudio constató prácticas de hecho, como la existencia de celdas de aislamiento sin el correspondiente reglamento que lo regule, por lo que la discrecionalidad de su uso es total y, además, sin libro de registro ni comunicación sistemática al juez (garantía que establece la ley con carácter general).

El equipo de la investigación pudo constatar que la mayoría de personas detenidas en el centro se consideraban inmigrantes económicos, sin embargo alrededor del 25 por ciento de personas entrevistadas habían pasado por alguna experiencia de amenazas, atentados, etc. en su país de origen. El 36 por ciento de personas expresaron temores fundados a que su vida corriera peligro si eran repatriadas. Alrededor del 20 por ciento correspondieron a los criterios de asilo contemplados por el Derecho Internacional. Esta cifra es veinte veces superior al del número de personas que lo solicitan, por lo que, frente a la percepción gubernamental de que en España habría un abuso de la figura legal del asilo, la realidad parece ser la opuesta: personas que han sufrido graves violaciones de derechos humanos no resultan ser candidatos al asilo por desconocer esta figura legal o porque no son informados de la posibilidad de solicitarlo.

El 37,3 por ciento de internos consideran el trato que reciben de los funcionarios como bueno o muy bueno (llega al 48 por ciento en Málaga y baja al 28,6 por ciento en Valencia), al que cabe añadir un 24,2 por ciento que consideran que aunque su trato no sea bueno, los funcionarios “están cumpliendo su obligación”. El 25,4 por ciento de internos expresa que existen malos tratos. Para la mayoría (19,6 por ciento) se trata de policías o funcionarios que, a título individual, tienen actitudes vejatorias, con gritos, maltratos o golpes (sobre todo en Madrid y Valencia) y para un 7,8 por ciento ésta es una actitud generalizada de la mayoría de servidores públicos.

Se pudo constatar que entre el 45 por ciento (Valencia) y el 19 por ciento (Málaga) de internos no pueden acceder al uso del teléfono por el alto costo de las llamadas (precios de mercado en España). En el CIE de Madrid los internos tienen prohibido recibir llamadas del exterior. En Málaga es posible concertar llamadas y en Valencia existen teléfonos públicos destinados sólo a la recepción de llamadas de familiares. Los sistemas de visita de familiares presentan importantes deficiencias. En el CIE de Madrid existe un sistema de gestión que conlleva esperas de hasta dos y tres horas sin garantías de poder entrar y con duración de la visita de cinco minutos.

Ante esta realidad resulta sorprendente que sólo el 42 por ciento de entrevistados en los diferentes centros conocía el nombre de su abogado y tenía su número de teléfono u otra forma de contactar con él. Un 16 por ciento adicional lo vieron en comisaría pero no saben el nombre y perdieron el contacto. Cabe indicar que la ausencia de contacto con el letrado no indica necesariamente que no se hayan hecho los trámites de apelación, pero sí que se carece de información y apoyo en gestiones paralelas o posteriores a dicho trámite y, en especial, una potencial solicitud de asilo.

Hasta ahora, a las organizaciones sociales se les negaba el acceso a estos centros, pese a tener reconocido este derecho en una orden ministerial de 1999. La reforma introducida por la LO 2/2009 ha recogido la propuesta de la red Migreurop España en esta materia en el artículo 62 bis; aunque se remite al reglamento posterior el desarrollo de las condiciones de las mismas, esta previsión normativa debería obligar en breve a cambiar esta situación. Por eso, desde CEAR y otras organizaciones sociales seguimos impulsando en España la campaña de Migreurop, exigiendo el derecho a la fiscalización de los CIE por parte de la sociedad civil para que se respeten los derechos de las personas internadas.

Como señala Javier de Lucas en la presentación del Informe, la existencia y, sobre todo, su actual configuración, repugna el Estado de Derecho. La información que recoge este estudio, que se suma a otras contribuciones recientes, bien merece una reflexión detenida desde todas las instancias, al mismo tiempo que una actuación decidida desde los movimientos sociales.

Mauricio Valiente Ots es Coordinador del Servicio Jurídico de CEAR (www.cear.es).

Fuente: Este artículo ha sido publicado originalmente en el nº 41 de la Revista Pueblos, marzo de 2010.

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El velo, basta de hipocresía y racismo


28-04-2010
David Karvala
Rebelión

El caso de la alumna de Pozuelo que quiere decidir por sí misma cómo viste ha destapado confusiones “progresistas” muy peligrosas. Dicen que vivimos en un Estado laico: pero hace poco, en Semana Santa, hubo procesiones religiosas con participación institucional e incluso del ejército. Este Estado “laico” da 6.000 millones de euros anuales a la Iglesia católica. El laicismo debe significar eliminar este apoyo institucional, no imponer el ateismo a las personas.

Se argumenta que el velo atenta contra la dignidad de la mujer. ¿No atenta más la falta de trabajo, de servicios sociales, y el hecho de que las mujeres cobran un 27% menos de salario? Y ¿cómo fomenta esta dignidad el permitir a las autoridades dictar la vestimenta de las musulmanas?

En toda Europa crece una extrema derecha que utiliza la islamofobia como su arma principal.

En los años 30, ante los delirios antisemitas de Hitler, ¿la izquierda debía dedicarse a criticar la “falta de integración” de la gente judía y a obligar a los hombres judíos a quitarse la kipá? Esto es lo que hacen algunos “progres” hoy.

En el este de Londres, en 1936, la izquierda consecuente, sin dejar de ser atea, salió masivamente a la calle —codo con codo con la población judía, irlandesa-católica, y gente obrera de todas las procedencias— para pararles los pies a los fascistas antisemitas, mediante una manifestación de 100.000 personas. Gritaron, literalmente, “¡No pasarán!”

Eso es lo que necesitamos hoy contra los nuevos fascistas islamofóbicos, como “Plataforma per Catalunya”.

Lo que no necesitamos son frases vacías acerca del laicismo, ni un pseudofeminismo a la medida de Esperanza Aguirre.

David Karvala es militante de En lluita y activista de la Plataforma Aturem la Guerra

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El pretexto climático 3/3 1997-2010: La ecología financiera


por Thierry Meyssan*

Al igual que Henry Kissinger y Margaret Thatcher, el ex vicepresidente estadounidense Al Gore también recurre a la retórica ambientalista. Ya el objetivo no es desviar la atención de las guerras que desata el imperio estadounidense ni restaurar la grandeza del Imperio británico sino salvar el capitalismo anglosajón. En esta tercera parte de su estudio sobre el discurso ecologista, Thierry Meyssan analiza la dramaturgia preparatoria de la Cumbre de la Tierra prevista para el año 2012 y la rebelión de Cochabamba.

El Protocolo de Kyoto

En 1988, Margaret Thatcher había incitado al G7 a financiar un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC) [Conocido en español por sus siglas en inglés (IPCC) y como Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, denominación que utilizaremos en lo adelante en este trabajo. NdT.] bajo los auspicios del PNUMA y de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

En su primer informe, en 1990, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático consideraba «poco probable» un claro aumento del efecto invernadero para «las próximas décadas o más allá». En 1995, un segundo informe de este órgano político se hace eco de la ideología de la Cumbre de Río y «sugiere una influencia detectable de la actividad humana en el clima planetario» [1].

Al ritmo de una al año, se suceden entonces una serie de conferencias de la ONU sobre el cambio climático. La de Kyoto, en Japón, elabora en diciembre de 1997 un Protocolo en el que los Estados firmantes se comprometen de forma voluntaria a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente las de dióxido de carbono (CO2) así como las de otros 5 gases: el metano (CH4), el protóxido de nitrógeno (N20), el hexafluoruro de azufre (SF6), los fluorocarburos (FC) y los hidroclorofluocarburos.

En la medida en que el Protocolo de Kyoto incita a los firmantes a hacer un mejor uso de los recursos energéticos no renovables, su firma parece positiva incluso a los Estados que no creen en la existencia de una influencia significativa de la actividad humana sobre el clima. Pero parece muy difícil que los Estados en vías de desarrollo logren modernizar sus industrias para hacerlas menos consumidoras de energía y menos contaminantes.
Señalando que esos Estados, cuyas industrias se encuentran en estado embrionario, producen pocos gases de efecto invernadero pero necesitan ayuda financiera para poder dotarse de industrias limpias y poco consumidoras, el Protocolo de Kyoto instituye un Fondo de Adaptación administrado por el Banco Mundial y un sistema de autorizaciones negociables.

Cada Estado recibe autorizaciones para la producción de ciertos volúmenes de gases de efecto invernadero que pueden repartir entre sus industrias. Los Estados en desarrollo que no utilicen la totalidad de sus permisos pueden revenderlos a los Estados desarrollados que contaminan más de lo autorizado. Con el producto de la venta [de los permisos que no utilizan] pueden financiar entonces la adaptación de sus industrias.

La idea parece llena de virtudes. El problema está en los detalles. La creación de un mercado de autorizaciones negociables abre el camino a una financierización adicional de la economía y, partir de ahí, a nuevas posibilidades para proseguir el saqueo del que ya eran objeto los países pobres.
De forma totalmente hipócrita, el presidente estadounidense Bill Clinton firma el Protocolo de Kyoto. Pero instruye a los parlamentarios del Partido Demócrata para que no lo ratifiquen. El Senado estadounidense lo rechaza de forma unánime.
Durante el periodo de ratificación del Protocolo de Kyoto, Estados Unidos se dedica a organizar el mercado de autorizaciones negociables, a pesar de que su intención es de no someterse a las exigencias comunes hasta el último momento.

Una organización caritativa, la Joyce Foundation, subvenciona varios estudios preparatorios. La dirección de dichos estudios está a cargo de Richard L. Sandor, economista republicano que ha desarrollado una doble carrera como corredor (Kidder Peabody, IndoSuez, Drexel Burnham Lambert) y universitario (Berkeley, Stanford, Northwestern, Columbia).

Bajo el estatuto de firma establecida según el derecho británico y la denominación de Climate Exchange [bolsa de valores sobre el clima], se crea un holding correspondiente a la modalidad Public Limited Company, lo cual implica que partes de dicha empresa pueden venderse a través de una oferte pública y que la responsabilidad de sus accionistas se limita a los aportes. El redactor de sus estatutos es un administrador de la Joyce Foundation, un jurista totalmente desconocido para el público llamado Barack Obama.
El ex vicepresidente estadounidense Al Gore y David Blood, ex director del banco Goldman Sachs, hacen un llamado público en busca de inversionistas.

Como resultado de dicha operación, Gore y Blood crean en Londres un fondo de inversiones de carácter ecológico denominado Generation Investment Management (GIM).
Para ello se asocian a Peter Harris (ex director del equipo de trabajo de Al Gore), a Mark Ferguson y Peter Knight (dos ex adjuntos de Blood en Goldman Sachs) así como a Henry Paulson (en aquel entonces director general de Goldman Sachs, puesto que dejará para convertirse en secretario del Tesoro de la administración Bush).
Climate Exchange Plc abre Bolsas en Chicago (Estados Unidos) y Londres (Reino Unido), con filiales en Montreal (Canadá), Tianjin (China) y Sydney (Australia).

Al reunir las acciones bloqueadas en el momento de la creación del holding con las que posteriormente adquiere, después del llamado público, Richard Sandor llega a poseer cerca de la quinta parte de todas las acciones.
El resto se reparte esencialmente entre fondos especulativos millonarios, como Invesco, BlackRock, Intercontinental Exchange (donde el propio Sandor funge también como administrador), General Investment Management y DWP Bank. Su capital bursátil sobrepasa actualmente los 400 millones de libras esterlinas. Los dividendos que percibieron los accionistas en 2008 se elevaron a 6,3 millones de libras.

Ingenuamente, los miembros de la Unión Europea son los primeros en adoptar la teoría del origen humano del calentamiento climático y en ratificar el Protocolo de Kyoto. Pero necesitan a Rusia para ponerlo en vigor. Este último país no tiene nada que temer en la medida en que el límite que se le fija no puede perjudicarlo, dado su retroceso industrial posterior a la disolución de la URSS.
Sin embargo, no lo acepta fácilmente, para exigir a cambio el apoyo de la Unión Europea a su admisión en la Organización Mundial del Comercio.
En definitiva, el Protocolo de Kyoto no entra en vigor hasta 2005.
2002: cuarta «Cumbre de la Tierra» en Johannesburgo y recordatorio de las prioridades por parte del presidente francés Jacques Chirac

La cumbre de Johannesburgo, en Sudáfrica, no presenta para Estados Unidos mayor interés que la de Nairobi. La agenda estadounidense está orientada exclusivamente hacia la guerra global contra el terrorismo. Por lo tanto, las cuestiones medioambientales tendrán que esperar.
El presidente estadounidense George W. Bush ni siquiera asiste a la cumbre y solamente envía al secretario de Estado Colin Powell, quien pronuncia un breve discurso en lo que su avión calienta los motores para emprender el viaje de regreso.

En Johannesburgo, la conferencia abandona el ambiente festivo que había primado en Río y se concentra en temas precisos: el acceso al agua y a la salud, el agotamiento previsible de las fuentes de energía no renovables y el precio de esta última, la ecología de la agricultura y la diversidad de las especies animales. El clima es un tema entre tantos otros.

La cumbre se convierte bruscamente en terreno de confrontación cuando el presidente francés Jacques Chirac declara: «Nuestra casa está en llamas y nosotros estamos mirando hacia otro lado. La Naturaleza, mutilada y sobreexplotada, no logra reconstituirse y nosotros nos negamos a admitirlo.
La humanidad está sufriendo. Está enferma de maldesarrollo, tanto en el Norte como en el Sur, y nosotros nos mantenemos indiferentes» [2].
Su discurso suena como una acusación contra Estados Unidos. No, la prioridad no es perseguir a Osama Ben Laden. Es el desarrollo de los países pobres y el acceso de todos a los bienes esenciales.

Furiosos, los altos funcionarios de la delegación estadounidense sabotean las negociaciones. Enfrascada en la instalación del centro de tortura de Guantánamo y de prisiones secretas en 66 países, la administración Bush tiene sin embargo el descaro de dar lecciones al resto del mundo y condiciona todo compromiso estadounidense a la obtención de concesiones de los países del Sur en materia de derechos humanos y de lucha contra el terrorismo.
No se obtiene la adopción de ningún documento final de real importancia.
Copenhague, en espera de la Cumbre de la Tierra de 2012

2012 será el año de la quinta Cumbre de la Tierra y de la revisión del Protocolo de Kyoto. Pero Washington y Londres han decidido convertir la 15ª conferencia sobre el cambio climático en una gran cita intermedia.
La cuestión es que la nueva política anglosajona pretende utilizar el calentamiento climático para avanzar hacia la obtención de sus dos objetivos esenciales:
- salvar el capitalismo y
- apoderarse de la capacidad de la ONU de establecer el derecho internacional.

No hay más remedio que reconocer que la economía estadounidense está en baja y que no logra rebasar su crisis interna.
Los estadounidenses ya no producen prácticamente nada importante, con excepción del armamento, mientras que los bienes que ellos mismos consumen se fabrican en una China cada día más próspera.
La principal solución es un cambio del capitalismo. Es hora de reactivar la especulación orientándola hacia las autorizaciones negociables para contaminar, de reactivar el consumo con productos ecológicos y de reactivar el trabajo con los empleos verdes [3].

Por otro lado, como la resistencia a la globalización forzosa se hace cada día mayor es conveniente presentarla de otra manera para obtener su aceptación. Habrá que decir que las cuestiones medioambientales exigen una administración global cuyo liderazgo tiene que estar en manos de los estadounidenses. Y para lograrlo hay que demostrar la ineficacia de la ONU en ese sector.

Una larga y poderosa campaña de propaganda precedió la conferencia de Copenhague, comenzando por el filme de Al Gore An Inconvenient Truth, (en castellano esta película lleva el título de: Una Verdad Incómoda) presentado en el Festival de Cannes de 2006, documental que le valió a Gore el premio Nóbel de la Paz correspondiente al año 2007.
El vicepresidente estadounidense, cuyo doble juego ante el Protocolo de Kyoto ya nadie parece recordar, se presenta ahora como un convencido militante que defiende su noble causa dedicándole benévolamente su tiempo libre.
En realidad, fue en calidad de consejero de la Corona británica, la verdadera promotora de la operación, que Al Gore realizó el documental y emprendió una gira promocional.

Al Gore es un especialista de la manipulación de las masas. Fue el organizador, a fines del siglo 20, de la campaña de alarmismo milenarista vinculada al llamado «error informático del año 2000». Suscitó entonces la creación de un grupo de expertos de la ONU, el Y2KCC –en todo sentido comparable al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático–, para ofrecer la apariencia de que existía un consenso científico alrededor de lo que en realidad no era otra cosa que la magnificación de un problema menor [4].

Varios filmes de ficción se agregan al documental de Al Gore. El PNUMA divulga mundialmente el filme Home, del fotógrafo francés Yann Arthus-Bertrand, el 5 de junio de 2009. Algo similar sucede con 2012, el filme hollywoodense del alemán Roland Emmerich, que presenta el derrumbe de la corteza terrestre bajo el peso de las aguas y el salvamento de los capitalistas más adinerados gracias a dos modernas arcas de Noé mientras que los pobres perecen bajo las aguas.

Aparentemente, la conferencia de Copenhague debía resolver la cuestión de los gases de efecto invernadero estableciendo límites para las emisiones y ayudas destinadas a los países en desarrollo.
La realidad es que Londres y Washington pretendían llevar a los europeos a reducir por sí mismos los límites establecidos en el Protocolo de Kyoto para aumentar así la cantidad de permisos negociables, y por consiguiente la especulación bursátil, y hacer fracasar la conferencia como medio de preparar a la opinión pública mundial para la adopción de una solución fuera del marco de la ONU.

El presidente ruso Dimitri Medvedev, perfectamente cómodo en medio de toda esta farsa, preparó una maniobra que puede resultar muy productiva para su país.
Decidió subir las apuestas eligiendo un compromiso espontáneo y radical. Anuncia entonces a los países de Europa occidental que Moscú apoya lo que ellos exigen y que reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero de un 20 a un 25% de aquí al año 2020 en relación con las emisiones registradas en 1990. ¿Quién da más? ¡Nadie!
El detalle es que entre 1990 y 2007 las emisiones rusas de gases de efecto invernadero se redujeron en un 34% como consecuencia al colapso industrial que se produjo en tiempos de Yeltsin. O sea, el supuesto compromiso del Kremlin [para la reducción de las emisiones] le deja margen… ¡para un aumento del 9 al 14%!

De forma nada sorprendente, los anglosajones mueven sus peones utilizando al presidente francés Nicolas Sarkozy, enteramente satisfecho este último de verse en el papel de deus ex machina.
Sarkozy llega en medio de los debates, denuncia la falta de voluntad de sus homólogos y convoca una reunión no programada entre varios jefes de Estado y de gobierno [5].
Sin traductores, sentados en sillas incómodas, unos cuantos personajes se prestan para la maniobra. Garabatean en un pedazo de papes unas cuantas líneas de buenas intenciones y las presentan como la panacea.
«El planeta» ha sido salvado y… ¡cada uno para su casa!
El verdadero objetivo de esa farsa no es otro que preparar a la opinión pública mundial para las decisiones que habrá que imponer en la «Cumbre de la Tierra» de 2012.

Pero el presidente venezolano Hugo Chávez cuestiona la problemática de la cumbre, sin desalentar por ello a las asociaciones ecologistas que se manifiestan ante el centro donde se desarrolla la conferencia.
Hugo Chávez denuncia la maniobra de Sarkozy, que consiste en la redacción de una declaración final por un reducido grupo de Estados que se autoproclaman «responsables» para imponerla después al resto de la comunidad internacional.
El presidente de Venezuela denuncia una farsa destinada a permitir que un capitalismo sin conciencia logre escamotear sus propias responsabilidades y pueda presentarse como si estuviera libre de polvo y paja [6].
Chávez se hace eco de una de las consignas que gritan los manifestantes fuera del centro de conferencia: «¡No cambien el clima, cambien el sistema!»
Cochabamba, la antítesis de Copenhague

El presidente boliviano Evo Morales expone sus propias conclusiones sobre la cumbre de Copenhague. Para él está claro que las grandes potencias están jugando con el medio ambiente. Como ya viene sucediendo con muchos otros temas, las grandes potencias pretenden utilizar la cuestión del medio ambiente en beneficio propio y en detrimento del Tercer Mundo.
La presencia de una multitud de manifestantes fuera del centro de conferencias permite sin embargo abrigar esperanzas en cuanto a una voluntad planetaria muy diferente.

El presidente Evo Morales convoca entonces a una «Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra». El encuentro se desarrolla 4 meses más tarde en Cochabamba, Bolivia.
Sobrepasando todas las previsiones, más de 30 000 personas y 48 delegaciones gubernamentales participan en la Conferencia de Cochabamba. El ambiente de este encuentro recuerda a la vez el de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro y el de las diferentes ediciones del Foro Social Mundial.
Lo que está en juego es sin embargo muy diferente.

En Río, la firma de relaciones públicas Burson-Marsteller había dado realce a las asociaciones como medio de legitimar las decisiones tomadas a puertas cerradas. En Cochabamba sucede lo contrario. Las asociaciones, excluidas del centro de conferencias de Copenhague, son ahora los actores de la toma de decisiones. La comparación con el Foro Social Mundial deja de ser válida.

El objetivo del Foro Social Mundial es ser la contraparte del Foro Económico de Davos y para ello se exila a sí mismo en el otro extremo del mundo, como recurso para evitar los enfrentamientos que ya se habían producido en Suiza. Lo que se cuestiona ahora es la ONU.
Evo Morales ha tomado nota del fiasco de Copenhague y de la voluntad de las grandes potencias de ignorar la autoridad de la Asamblea General de la ONU, así que convoca a la sociedad civil a unirse frente a los gobiernos occidentales.

El presidente boliviano Evo Morales y su ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, abordan las cuestiones medioambientales desde su propia cultura de indios aimaras [7].
Mientras los occidentales discuten para determinar hasta dónde hay que limitar las emisiones de gases de efecto invernadero para no perturbar el clima, el presidente de Bolivia y su ministro de Relaciones Exteriores señalan que si se piensa que esas emisiones pueden ser peligrosas, lo que se impone es interrumpirlas.

Rompiendo con la lógica dominante, Morales y Choquehuanca rechazan el principio de las autorizaciones negociables, estimando que no se puede permitir, y mucho menos vender, algo que se cree peligroso. A partir de ese razonamiento, el presidente boliviano y su ministro de Relaciones Exteriores se pronuncian por un completo cambio del principio fundamental.
Los Estados desarrollados, sus ejércitos y sus transnacionales han herido a la Tierra que nos alimenta, poniendo así en peligro a toda la humanidad, mientras que los pueblos originarios han dado pruebas de su propia capacidad para preservar la integridad de la Madre Tierra.
La solución es, por lo tanto, de orden político: hay que devolver a los pueblos autóctonos el manejo de los grandes espacios mientras que las transnacionales tienen que responder ante un tribunal internacional por los daños que han provocado.

La Conferencia de los Pueblos celebrada en Cochabamba llama a la organización de un referendo mundial para la institución de una justicia climática y medioambiental y la abolición del sistema capitalista.
Siguiendo el mismo método ya tantas veces aplicado en numerosas cumbres internacionales que habían logrado escapar al control de los anglosajones, Washington desata de inmediato una campaña mediática destinada a desacreditar el mensaje de la conferencia de Cochabamba.
Dicha campaña deforma los razonamientos y el discurso del presidente boliviano Evo Morales [8].
Demasiado tarde. La ideología verde de Occidente ya ha perdido la unanimidad.

El árbol que no deja ver el bosque

En 40 años de discusiones de la ONU, las cosas no han mejorado sino todo lo contrario. Lo que se ha producido es un increíble acto de prestidigitación que resalta la responsabilidad individual mientras que pasa por alto las responsabilidades de los Estados y oculta la de las transnacionales. Como el árbol que no deja ver el bosque.

En las cumbres internacionales nadie trata de evaluar el costo energético de las guerras desatadas contra Afganistán e Irak, costo energético que incluye el puente aéreo que transporta diariamente toda la logística proveniente de Estados Unidos hacia el campo de batalla, incluyendo la alimentación de los soldados.

Nadie se preocupa por medir la superficie habitada contaminada por las municiones de uranio enriquecido, de los Balcanes a Somalia y pasando por el Gran Medio Oriente.

Nadie menciona las áreas agrícolas destruidas por las fumigaciones en el marco de la guerra contra la droga, en América Latina o en Asia central; ni las áreas esterilizadas por el uso del agente naranja, desde la jungla vietnamita hasta los palmares iraquíes.

Hasta la celebración de la conferencia de Cochabamba, la conciencia colectiva olvidó las evidencias existentes de que los principales ataques contra el medio ambiente no son consecuencia de comportamientos individuales ni de la industria civil sino de guerras desatadas para que las transnacionales puedan explotar los recursos naturales, y de la explotación sin escrúpulos de esos mismos recursos por parte de las transnacionales que alimentan los ejércitos imperiales. Lo cual nos trae nuevamente al punto de partido, cuando U Thant proclamaba el «Día de la Tierra» en protesta contra la guerra de Vietnam.

Thierry Meyssan

Analista político francés. Fundador y presidente de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).

Fuente Odnako (Russia)


[1] Todos los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático están disponibles en inglés, francés y español en el sitio Internet de dicho órgano.

[2] «Discours de Jacques Chirac au sommet mondial sur le développement durable de Johannesburg», 2 de septiembre de 2002.

[3] «La mue de la finance mondiale et la spéculation verte» (La metamorfosis de la finanza mundial y la especulación verde), por Jean-Michel Vernochet, Réseau Voltaire, 2 de marzo de 2010.

[4] «No hay un consenso científico en la ONU», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 17 de diciembre de 2009.

[5] «Intervention au sommet de Copenhague sur le climat» (Discruso del presidente francés Sarkozy en la cumbre climatica de Copenhague, en francés), por Nicolas Sarkozy, Réseau Voltaire, 17 de diciembre de 2009.

[6] «Discurso de Chávez en Copenhague» (en castellano), por Hugo Chávez Frías, Red Voltaire, 16 de diciembre de 2009.

[7] Ver su tribuna libre publicada en el diario estadounidense Los Angeles Times: «Combating climate change: lessons from the world’s indigenous peoples» (disponible para su descarga en el sitio de la Red Voltaire).

[8] Evo Morales denunció en su discurso las consecuencias sanitarias que tiene para los hombres el consumo de carne con hormonas femeninas. Sus palabras fueron interpretadas como declaraciones homofóbicas. Esta táctica de descrédito se ha hecho clásica. Basta con recordar la campaña mediática contra el Papa Juan Pablo II después de su discurso en la Gran Mezquita de Damasco o la que se desató contra el primer ministro de Malasia Mahathir bin Mohamad luego de su discurso ante la Conferencia Islámica.


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El pretexto climático 2/3: 1982-1996: La ecología de mercado


Margaret Thatcher aborda el desafío climático como una posibilidad para el Reino Unido de asumir el liderazgo científico a nivel mundial y de emprender una nueva revolución industrial (En la imagen, Margaret Thatcher en la apertura del Hadley Center, el 25 de mayo de 1990).

por Thierry Meyssan*
25 de abril de 2010

Durante los años 1980-90 se buscó disociar la ecología de las cuestiones de defensa para vincularla con los problemas económicos. En esta segunda parte de su estudio sobre la retórica ambientalista, Thierry Meyssan analiza cómo las transnacionales invirtieron la situación y pasaron de la posición de acusado a la de padrino de las asociaciones verdes.

Este artículo es la continuación de:
1. «1970-1982: La ecología de guerra»
1982: Nairobi, la segunda «Cumbre de la Tierra» y el liderazgo de Margaret Thatcher

Poco a poco el debate se desplaza del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) hacia el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU) en cuyo seno dará lugar a enfrentamientos entre Estados Unidos, por un lado, y, del otro lado, la Santa Sede e Irán sobre el tema de la moral sexual.
Dentro del bando capitalista, los neo-maltusianos pierden influencia ante los partidarios de la desregulación.
El presidente estadounidense Ronald Reagan trata con desdeño la segunda «Cumbre de la Tierra» (Nairobi, 1982), que pasa sin pena ni gloria. Ni siquiera se prevé la realización de una nueva conferencia.

Los demócratas estadounidenses toman las cosas con más seriedad.
James Gus Speth, ex consejero de Jimmy Carter para el medio ambiente, y Jessica Mathews, ex adjunta de Zbignew Brzezinski en el Consejo de Seguridad Nacional y administradora de la Rockefeller Foundation, fundan el World Resources Institute (WRI), un think tank ecologista que debe ejercer su influencia sobre el Banco Mundial.

Financiado por varias transnacionales, el WRI será el primer organismo de su tipo en dedicar grandes presupuestos al estudio político del clima.
El WRI cuestiona la capacidad de los Estados para enfrentar los desafíos vinculados al medio ambiente y milita por una administración global que, según asegura, no se ejercerá a través de la ONU sino a traves del mercado [capitalista] mundial.

Los tratados son inútiles. Las transnacionales serán quienes resuelvan los problemas y lo harán sólo cuando sea de interés para sus accionistas.
Después del fracaso de la conferencia de Nairobi, las Naciones Unidas reducen sus ambiciones y se conforman con negociar la Convención de Viena y el Protocolo de Montreal sobre la prohibición de los clorofluorocarbonos (CFCs), responsables del «hueco de la capa de ozono».

Para reactivar el debate que se la va de las manos, el secretario general de la ONU, el peruano Javier Pérez de Cuéllar, nombra una Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo que tendrá como presidenta a la ministra de Estado noruega (o sea, primera ministra), la doctora Gro Harlem Brundtland, y a Jim MacNeill como secretario general. Este organismo, que cuenta entre sus miembros a Maurice Strong, entrega un informe pesimista y ambiguo titulado Nuestro futuro comun [1].
El texto es innovador dado que toma en cuenta las preocupaciones del Tercer Mundo.

En ese sentido menciona, por vez primera en un documento internacional, la noción de «desarrollo sostenido», posteriormente traducida como «desarrollo sostenible». El crecimiento industrial no es enemigo de la especie humana, pero es necesario regularlo para no hipotecar los derechos de las futuras generaciones.
Lo cual implica, claro está, que la actividad humana no debe destruir el medio ambiente. Pero también implica que la actividad humana no debe crear desigualdades que priven de futuro a los niños que nacen en los países pobres.
El problema del acceso a los recursos naturales y del manejo de dichos recursos escapa de las manos de los neo-maltusianos y adquiere una dimensión revolucionaria que no todo el mundo entiende de la misma manera.

Para los tercermundistas, los Estados tienen que adoptar leyes que garanticen el acceso de todos a los bienes comunes. Para los capitalistas (neo-liberales), por el contrario, los Estados deben desregular [o sea, eliminar leyes] para garantizar el acceso de las transnacionales [a los bienes comunes].
Esta doble lectura suscita inquietud en algunos Estados desarrollados. Dos factores los incitarán, sin embargo, a implicarse en la continuación de las negociaciones.

En 1986, el transbordador espacial Challenger se desintegra en vuelo, 73 segundos después de su lanzamiento. Estados Unidos decreta la inmediata interrupción de los vuelos.
La NASA entra en una fase de introspección y reorganización. Y analiza, en aras de conservar su presupuesto, la posibilidad de reciclarse como observadora de los cambios climáticos a través de los satélites artificiales.

El director del instituto de climatología de la NASA, James Hansen, dramatiza el problema al comparecer ante una comisión del senado [2].
Gracias a Hansen, el movimiento ecologista estadounidense se dota de un aval científico y la NASA recupera su presupuesto.

Hansen reactiva la teoría del «efecto invernadero», concepto formulado en 1896 por el físico y químico sueco Svante Arrhenius que afirma que la presencia en la atmósfera de ciertos gases, como el CO2, puede provocar un aumento de la temperatura global de la superficie terrestre.
Este científico, adepto del cientificismo, había emitido la hipótesis de que la humanidad lograría evitar una nueva edad de los glaciares gracias al calor de sus fábricas. Su demostración resultó improvisada, provocando el abandono de la idea.

James Hansen la retoma al cabo de los años –sin verificarla– pero sacando la conclusión inversa: el desarrollo industrial va a provocar un calentamiento climático perjudicial para la humanidad.

Margaret Thatcher se apodera entonces de la cuestión climática y se impone rápidamente como líder mundial en la materia.
En 1987, Maumoon Abdul Gayoom, presidente de las Maldivas, aborda el tema durante la cumbre de la Commonwealth, en Vancouver. Su país, dice el presidente de las Maldivas, desaparecerá si el clima se recalienta y sube el nivel del mar.
En 1988, Canadá y Noruega organizan en Toronto una conferencia ministerial mundial sobre el tema «Cambios en nuestra atmósfera: implicaciones para la seguridad global» [3], donde se abordan por vez primera los posibles desplazamientos de población y se mencionan objetivos determinados para la reducción de los gases de efecto invernadero.

Los primeros ministros de Canadá y Gran Bretaña, Brian Mulroney y Margaret Thatcher, convencen a sus colegas del G7 (Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia) de financiar un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC) [Conocido por sus siglas en inglés (IPCC) y en español como Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, denominación que utilizaremos en lo adelante en este trabajo. NdT.] bajo los auspicios del PNUMA y de la Organización Meteorológica Mundial, que ya habían iniciado un programa común de investigación [4]. Poco después, la señora Thatcher pronuncia un importante discurso en la Royal Society [5].

Afirma en él que los gases de efecto invernadero, el hueco de la capa de ozono y las lluvias ácidas exigen respuestas intergubernamentales. En 1989, la propia Margaret Thatcher se dirige a la Asamblea General de la ONU con un mensaje de alarma en el que llama a una movilización general sobre el tema.
Anuncia que Gran Bretaña ya ha tomado una serie de iniciativas para modernizar su industria y que pondrá a la disposición de los investigadores de todo el mundo las herramientas informáticas necesarias para el estudio del clima [6]. De regreso en Londres, crea el Hadley Center for Climate Prediction and Research, institución que inaugura con gran solemnidad [7]. Participa también en la conferencia mundial sobre el clima, en Ginebra, donde se pronuncia por la redacción de una convención global [8].

El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático adquiere toda su dimensión con la creación del Hadley Center. El interés de Lady Thatcher no era crear una academia científica internacional sino un órgano político encargado de enmarcar la investigación, lo que cual se hace mucho más fácil en la medida en que los expertos participantes necesitan al Hadley Center para poder continuar sus trabajos.
El objetivo de Margaret Thatcher no era fabricar una ciencia falsa para apoyar una línea política, sino orientar la investigación fundamental para convertirla en investigación aplicada, útil para la nueva revolución industrial a la que aspiraba.

El deseo de Lady Thatcher, ex investigadora en el sector de la química orgánica, de basar la prosperidad y la influencia de su propio país en su liderazgo científico resulta indudable. Contrariamente a los neo-maltusianos, Margaret Thatcher plantea que los progresos científicos deben permitir resolver el desafío climático. Pone como ejemplo la manera cómo la ciudad de Londres ha logrado deshacerse del fog, la espesa nube de humo de las fábricas que la niebla impide disiparse. Lejos de condenar la industrialización, Margaret Thatcher quiere realizar una nueva revolución industrial que pondrá nuevamente a su país a la cabeza de la economía mundial. Cierra las minas de carbón, recurre al petróleo del Mar del Norte y prepara el futuro con el sector nuclear.

Esta enorme ambición, que Margaret Thatcher implementa con el mayor desprecio por la clase obrera e imponiendo a la clase dirigente un paso de marcha forzada, se estrella contra las disensiones del Partido Conservador, que se rebela contra su autoritarismo y la obliga a dimitir.
1992: Río de Janeiro, la tercera «Cumbre de la Tierra» y el triunfo de Maurice Strong

Durante los últimos años, Maurice Strong ha abandonado la actividad en el sector público canadiense y se ha hecho millonario. Ha sido nombrado director de Petro-Canada y ha acumulado una impresionante fortuna personal. Junto con el vendedor de armas saudita Adnan Kashoggi, Maurice Strong crea American Water Development, sociedad que compra el valle de Saint Louis para explotar las reservas de agua del río Colorado. Pero enfrentan la cólera de los habitantes, quienes temen que esa verde región se convierta en un desierto.

Strong renuncia bruscamente al proyecto. Según afirma, un sabio le reveló las propiedades místicas del lugar, que los indios consideran sagrado. Junto a su esposa Hanne, convencida esta última de ser la reencarnación de una sacerdotisa india, Strong crea la Manitou Foundation.
Su esposa es la presidenta y el propio Strong es el tesorero. Invierten 1,2 millones de dólares en el Baca Ranch de Crestone, construyen un gran complejo espiritual al estilo New Age en el que coexisten templos hindúes y budistas, templos judíos e iglesias cristianas, chamanes y otros tipos de brujos, en el marco de un urbanismo esotérico.

Altas personalidades, miembros del muy serio Aspen Institute (Rockefeller, Kissinger, etc.), vienen a meditar al lugar para que todas las religiones se conviertan en una sola.
Laurance Rockefeller, hermano de David, hace una donación de 100 millones de dólares. La extraña aventura se termina tan abruptamente como había comenzado sin que se haya logrado determinar si se trató de un caso de delirio colectivo o si fue una maniobra propagandística para atenuar la imagen de tiburones de Maurice Strong y sus amigos.

En todo caso, el Baca Ranch sirvió de laboratorio para la elaboración de la propaganda ecologista con una religiosidad a la moda, basada en el mito bíblico del diluvio y envuelta en imágenes provenientes de diferentes culturas, principalmente del budismo.
El hombre pecador ha sucumbido ante la tentación industrial y debe asumir el castigo divino. Debido al calentamiento climático, que él mismo ha provocado, las aguas pronto cubrirán la faz de la Tierra.
El único sobreviviente será Noé, el ecologista, y con él sobrevivirán las plantas y animales que él mismo logre poner a salvo.

Esa creencia se basa en la cosmogonía inspirada en los trabajos del investigador James Lovelock, quien recibe el título honorífico de Comendador del Imperio Británico, otorgado por Margaret Thatcher. En su teoría de Gaia, el científico inglés pretende demostrar que la regulación de la composición de la atmósfera terrestre depende de los seres que la habitan. Basados en ese razonamiento, que todavía está por demostrar, los creadores del Baca Ranch plantean que el planeta Tierra se comporta como un organismo vivo. Es Gaia, la diosa madre de la mitología griega. Por muy absurdo que parezca esta cosmogonía se impone en el imaginario contemporáneo. Por lo tanto, ya no se trata de «salvar la humanidad» sino de «salvar el planeta», aunque nadie pone en duda que a este astro muerto todavía le quedan por delante varios miles de millones de años.

Como quiera que sea, los anglosajones logran obtener la elección de Maurice Strong como presidente de la Federación Mundial de Asociaciones de las Naciones Unidas (WFUNA, siglas en ingles). Esta posición le permite hacer campaña para que la ONU organice una nueva cumbre de la Tierra. Una vez tomada la decisión, Strong no encuentra la menor dificultad, dado el papel que ya había desempeñado en Estocolmo y su paso por el PNUMA, para obtener el cargo de secretario general de la futura conferencia.

Para la preparación de la cumbre de Río, Strong se busca en primer lugar un consejero especial, su amigo Jim MacNeill, quien había sido director de Medio Ambiente en la OCDE y, posteriormente, redactor del informe Brundtland. Al igual que Strong, MacNeill es miembro de la Comisión Trilateral, creada por David Rockefeller con Zbignew Brzezinski.

En ese marco MacNeill redacta el informe preparatorio de la conferencia, titulado Beyond Interdependence (Más allá de la interdependencia) [9], mientras que Strong redacta el prefacio. La idea principal que se desprende del informe de la Rockefeller Foundation, previo a la conferencia de Estocolmo, y del informe de la comisión de la ONU posterior a la conferencia de Nairobi así como del de la Comisión Trilateral, antes de la conferencia de Río, es que los intereses económicos y las preocupaciones sobre el medio ambiente no deben oponerse entre sí acusando a las transnacionales de contaminar indiscriminadamente. Por el contrario. Industriales y ambientalistas deben unirse. La ecología puede ser un negocio lucrativo. Lo que falta es hacerle tragar eso a la opinión pública.

Maurice Strong complace a las asociaciones ecologistas invitándolas a presentar sus sugerencias para la cumbre y tratándolas con todo de atenciones. Al mismo tiempo reserva un espacio estratégico a las transnacionales, nombrando al multimillonario suizo Stephan Schmidheiny como consejero principal para la preparación de la cumbre.

Schmidheiny reúne en el seno del World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) a las principales transnacionales, temerosas de que la cumbre pueda dar lugar a un cuestionamiento de sus prácticas. Les propone la realización de acciones de cabildeo para evitar la adopción de cualquier reglamentación internacional que entorpezca sus actividades y para promover la globalización económica bajo la fachada de la acción ecológica.

Mundialmente celebrado como filántropo de la ecología, Schmidheiny amasó su fortuna a través de la empresa de materiales de construcción Eternit. Como consecuencia de una investigación ordenada por Rafaelle Guariniello, fiscal general de Turín, en Italia, Schmidheiny debe comparecer ante los tribunales en 2010. Se le acusa de ser el mayor contaminador del mundo con amianto.
A pesar de tener total conocimiento de causa, Schmidheiny contaminó o permitió la contaminación de la ciudad de Casale donde se encontraban las fábricas de su empresa, provocando la muerte de 2 900 personas mientras que otras 3 000 quedaban afectadas.

Mientras Maurice Strong y sus amigos preparan la conferencia, numerosos científicos expresan su descontento ante el rumbo que están tomando las cosas. El periodista francés Michel Salomon reúne 3 000 universitarios y laureados del Premio Nóbel alrededor del Llamado de Heidelberg. Haciendo alusión a los santuarios del Baca Ranch y las teorías de Gea, denuncian «el surgimiento de una ideología irracional que se opone al progreso científico e industrial y perjudica el desarrollo económico y social».

Observando la movilización del WBCSD, reafirman «la necesidad absoluta de ayudar a los países pobres a alcanzar un nivel de desarrollo sostenible y en armonía con el del resto del planeta, de protegerlos de lo perjudicial proveniente de naciones desarrolladas y de evitar encerrarlos en una red de obligaciones irrealistas que comprometen a la vez su independencia y su dignidad».

Finalmente, concluyen que «los peores males que amenazan nuestro planeta son la ignorancia y la opresión, no la ciencia, la tecnología y la industria cuyos instrumentos, en la medida en que se utilicen adecuadamente, son herramientas indispensables que permitirán a la humanidad acabar, por sí misma y para sí misma, con males como el hambre y la sobrepoblación».

Strong y Schmidheiny reclutan entonces la firma de relaciones públicas Burson-Marsteller. La especialidad de su presidente, Harold Burson, consiste en identificar los sectores de población que pueden ser utilizados a favor de una causa, organizarlos en asociaciones y utilizarlas después para que defiendan, sin saberlo, los intereses de los clientes de la firma.
Entre otros ejemplos, Burson había creado en el pasado asociaciones de enfermos para facilitar el acceso a los medicamentos que fabricaban sus clientes, en vez de militar por el acceso a los medicamentos más eficaces.

También formó asociaciones de fumadores para luchar contra las leyes antitabaquismo, en vez de luchar por la fabricación de cigarrillos que no fuesen tóxicos. Burson transformará entonces la cumbre de Río en una gigantesca feria asociativa, dando así una apariencia de legitimidad popular a decisiones ya tomadas de antemano, en secreto y al más alto nivel, por un sindicato de transnacionales [10].

Esta técnica de manipulación se ha hecho clásica. Y ha sido reproducida desde entonces en múltiples conferencias internacionales.

172 delegaciones, de las que forman parte un centenar de jefes de Estado y de gobierno, participan en la cumbre de Río, del 3 al 14 de junio de 1992. En medio de una atmósfera festiva, el encuentro sirve de marco a la adopción de numerosos documentos. La Declaración de Río [11] establece 27 principios, como el principio de precaución: «la ausencia de certeza científica absoluta no debe servir de pretexto para posponer la adopción de medidas efectivas tendientes a prevenir la deterioración del medio ambiente» [12].

Esta Declaración es fruto de una verdadera negociación entre Estados. El documento reconoce el derecho de las generaciones futuras al desarrollo sostenible, lo cual implica no sólo que el crecimiento económico no debe concretarse a costa del medio ambiente sino que tampoco debe perpetuar las desigualdades entre el Norte y el Sur. En materia de derecho internacional, el medio ambiente se convierte en una cuestión de justicia social.

Para la aplicación de esos principios, los Estados miembros deben atenerse a otro documento: Action 21 [13]. Es un detallado programa que explica la relación entre desarrollo y medio ambiente, enumera los principales problemas ambientales, precisa los grupos e instituciones que deben ser movilizados y refiere gran cantidad de buenas intenciones. Pero en este segundo documento se elimina toda referencia a situaciones de conflicto. Estados Unidos e Israel logran que se elimine toda mención de los derechos de los «pueblos sometidos a la opresión, la dominación y la ocupación».

Lo más importante es que la guerra ya no aparece como el principal factor de los ataques al desarrollo y al medio ambiente. Es el triunfo de Maurice Strong y de la ecología edulcorada. Las transnacionales pueden seguir saqueando el planeta, con tal de que no contaminen en los países desarrollados.

El Pentágono, que acaba de desatar su primera agresión militar contra Irak, puede seguir destruyendo sin preocuparse porque la destrucción de la guerra no cuenta.
(Continuación en la tercera parte titulada: «1997-2010: Le ecología financiera»)
Thierry Meyssan

Analista político francés. Fundador y presidente de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).

Fuente Odnako (Russia)


[1] Título en francés: Notre avenir à tous. Título en inglés: Our Common Future. Título en español: Nuestro Futuro Común.

[2] Greenhouse Effect and Global Climate Change, audiencia de James Hansen ante la Comisión senatorial de Energía y Recursos Naturales, 23 de junio de 1988.

[3] «Our Changing Atmosphere: Implications for Global Security».

[4] Déclaration économique, G7, Toronto, §33.

[5] Speech to the Royal Society, por Margaret Thatcher, 27 de septiembre de 1988.

[6] Speech to United Nations General Assembly (Global Environment) por Margaret Thatcher, 8 de noviembre de 1989.

[7] Speech opening Hadley Centre for Climate Prediction and Research, por Margaret Thatcher, 25 de mayo de 1990.

[8] Speech at 2nd World Climate Conference, por Margaret Thatcher, 6 de noviembre de 1990.

[9] Beyond Interdependence: The Meshing of the World’s Economy and the Earth’s Ecology, por Jim MacNeill, Pieter Winsemius y Taizo Yakushiji, Oxford Paperbacks, febrero de 1992.

[10] «Burson-Marsteller, Pax trilateral and the Bruntland Gang versus the Environment» por Joyce Nelson, y «Poisoning the Grassroots» por John Dillon, Covert Action quaterly, primavera de 1993.

[11] Texto íntegro de la Declaración de Río.

[12] El principio de precaución, como aparece formulado en la Declaración de Río o en la Carta francesa sobre el medio ambiente, tiene como objetivo ampliar la base jurídica de la acción política a favor del medio ambiente ante las evaluaciones científicas que presentan las transnacionales. Posteriormente ha sido a menudo tergiversado para justificar una forma de pasividad política en todos los sectores.

[13] Texto íntegro de Action 21.

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