domingo, 1 de noviembre de 2009

Un tsunami llamado Goldstone


¿A dónde se han ido todas las amistades?

02-11-2009
Uri Avnery
Rebelión
Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.

Según un proverbio chino, si alguien en la calle te dice que estás borracho, puedes reírte. Si una segunda persona te dice que estás borracho, comienza a pensar en ello. Si un tercero te dice lo mismo, ve a casa y duerme la mona.

Nuestro liderazgo político y militar ya ha encontrado a la tercera, cuarta y quinta personas. Todas dicen que deben investigar qué sucedió en la operación "Plomo Fundido".
Tienen tres opciones:

- Llevar a cabo una auténtica investigación.

- Ignorar la exigencia y proceder como si nada hubiera sucedido.

- Realizar un simulacro de investigación.

Es fácil descartar la primera opción: no tiene la más mínima oportunidad de que se adopte. A excepción de los sospechosos habituales (incluyéndome a mí) que exigieron una investigación mucho antes de que alguien en Israel hubiera oído algo sobre un juez llamado Goldstone, nadie la apoya.

Entre todos los miembros de nuestra clase dirigente política, militar y de los medios de comunicación que ahora sugieren una "investigación", no hay ni uno, literalmente ni uno, que piense en una verdadera investigación. La finalidad es engañar a los gentiles y conseguir que se callen.

Realmente, la ley israelí determina claras directrices para tales investigaciones. El gobierno decide establecer una comisión de investigación. Entonces el presidente del Tribunal Supremo nombra los miembros de la comisión. La comisión puede obligar a testificar a los testigos. Cualquiera que pueda ser perjudicado por sus conclusiones debe ser advertido y hay que darle la oportunidad de defenderse. Sus conclusiones son vinculantes.

Esta ley tiene una historia interesante. En algún momento, en los años cincuenta, David Ben-Gurion exigió el nombramiento de un "comité judicial de investigación" para determinar quién dio las órdenes del "infortunio de seguridad" de 1954, conocido también como el Asunto Lavon. (Una operación de “falsa bandera” en la que una red de espionaje compuesta por judíos locales fue activada para bombardear las oficinas británicas y estadounidenses en Egipto, con el fin de originar fricción entre las potencias occidentales y Egipto. Los autores fueron capturados).

La demanda de Ben-Gurion se rechazó bajo el pretexto de que no había ley para tal procedimiento. Furioso, Ben-Gurion dimitió del gobierno y dejó su partido. En una de las tormentosas sesiones del partido, el ministro de Justicia, Yaakov Shimshon Shapira, llamó a Ben-Gurion "fascista". Pero Shapira, un viejo judío ruso, lamentó después su exabrupto. Redactó una ley especial para el nombramiento de comisiones de investigación en el futuro. Después de largas deliberaciones en la Knesset (en las que tomé parte activa) la ley se adoptó y se ha aplicado desde entonces, notablemente en el caso de la matanza de Sabra y Chatila.

Ahora apoyo incondicionalmente el establecimiento de una comisión de investigación según esta ley.

La segunda opción es la que han propuesto el Jefe de Estado Mayor y el ministro de Defensa. En Estados Unidos se llama "táctica del cerrojo". Lo que significa: al infierno con ello.

Los comandantes de ejército objetan cualquier investigación y cualquier examen absolutamente. Probablemente ellos saben por qué. Después de todo, conocen los hechos. Saben que una sombra oscura se proyecta sobre la propia decisión de declarar la guerra, sobre la planificación de la operación, sobre las instrucciones dadas a las tropas y sobre muchas docenas de actos grandes y pequeños cometidos durante la operación.

En su opinión, aun cuando su rechazo tiene repercusiones internacionales graves, las consecuencias de cualquier investigación, incluso una falsa, serían mucho peores.

Mientras el Jefe del Estado mayor se aferre a esta posición, no habrá ninguna investigación fuera del ejército, cualquiera que sea la actitud de los ministros. El jefe del ejército, quien asiste a cada reunión del gabinete, es la mayor figura en la sala. Cuando anuncia que la "posición del ejército" es así y así, ningún mero político presente osa objetar.

En la "única democracia de Oriente Próximo", la ley (propuesta en aquel tiempo por Menajem Begin) estipula que el gobierno como tal es el Comandante en Jefe del ejército israelí. Esa es la teoría. En la práctica, ninguna decisión que esté en desacuerdo con la "posición del ejército" ha sido ni será adoptada nunca.

El ejército afirma que se investiga a sí mismo. Ehud Barak -de buena o mala gana- representa esta posición. El gabinete ha aplazado tratar el asunto, y así es cómo están las cosas hoy.

En esta ocasión, el foco de luz debería dirigirse a la persona menos visible de Israel: el Jefe del Estado Mayor, Teniente General Gabi Ashkenazi, el último hombre de teflón. Nada se le pega. En este debate, como en todos los demás, simplemente no está allí.

Todos saben que Ashkenazi es un hombre tímido y modesto. Apenas habla, escribe o especifica nunca. En televisión, se confunde con el fondo.

Así es como lo ve el público: un soldado honrado, sin trucos o ardides, que cumple su deber sosegadamente, recibe sus órdenes del gobierno y las cumple lealmente. En esto se diferencia de casi todos sus predecesores, que eran fanfarrones, propagandistas alocados y locuaces. Aunque la mayoría de ellos procedía de famosas unidades de élite o de la arrogante Fuerza Aérea, Ashkenazi es un hombre gris de infantería. El Duque de Wellington, viendo la enorme cantidad de trabajo de papeleo en su ejército, una vez exclamó: "¡Los soldados deberían pelear, no escribir!". Habría estado con Ashkenazi

Pero la realidad no es siempre lo que parece. Ashkenazi juega un papel central en el proceso de toma de decisiones. Fue nombrado después de que su predecesor, Dan Halutz, dimitiera tras el fracaso de la II Guerra de Líbano. Bajo el liderazgo de Ashkenazi, se formularon y pusieron en acción nuevas doctrinas en la operación "Plomo Fundido". Yo las definí (bajo mi propia responsabilidad) como "cero pérdidas" y "mejor matar unos cientos de civiles del enemigo que perder uno de nuestros soldados". Desde la guerra de Gaza ni un solo soldado ha sido procesado, Ashkenazi debe cargar con la responsabilidad por todo lo que sucedió allí.

Si la Corte Penal Internacional de la Haya emitiera una acusación contra Ashkenazi, probablemente se le otorgaría el lugar de honor como "Demandado número 1". No sorprende que objete cualquier investigación externa, como hace Ehud Barak, quien ocuparía probablemente el puesto número 2.

Los políticos que se oponen (siempre tan sosegadamente) a las posiciones del Jefe de Estado Mayor, creen que es imposible resistir completamente la presión internacional, y que algún tipo de un investigación tendrá que llevarse a cabo. Puesto que ni uno de ellos tiene la intención de apoyar una verdadera investigación, proponen que se siga un ensayado y confiado método israelí que ha funcionado maravillosamente cientos de veces en el pasado: el método del simulacro.

Un simulacro de investigación. Simula conclusiones. Simula adhesión a la ley internacional. Simula un control civil sobre lo militar.

Nada más simple que eso. Se establecerá un "comité de investigación" (pero no una Comisión de Investigación según la ley), presidido por un juez convenientemente patriótico y compuesto por ciudadanos honrados cuidadosamente elegidos y que cada uno sea "uno de los nuestros". Los testimonios se oirán a puerta cerrada (por consideraciones de seguridad, por supuesto), los abogados del ejército probarán que todo fue perfectamente legal, el Blanqueador Nacional, profesor Asa Kasher, elogiará la ética del "ejército más moral del mundo". Los generales hablarán de nuestro derecho inalienable de autodefensa. Al final, dos o tres funcionarios menores o soldados rasos pueden ser hallados culpables de "irregularidades".

Los amigos de Israel por todas partes romperán en un coro extático: ¡Vaya Estado lícito! ¡Vaya una democracia! ¡Qué moralidad! Los gobiernos occidentales declararán que se ha hecho justicia y caso cerrado. Estados Unidos vetará el resto.

Así, ¿por qué no aceptan los jefes del ejército esta propuesta? Porque tienen miedo de que las cosas puedan no salir bien del todo. La comunidad internacional exigirá que por lo menos parte de las audiencias se lleven a cabo en un tribunal abierto. Habrá una exigencia de presencia de observadores internacionales. Y lo más importante: no habrá ninguna justificación para excluir los testimonios de los propios gazatíes. Las cosas se pondrán complicadas. El mundo no aceptará conclusiones fabricadas. Al final, estaremos exactamente en la misma situación. Mejor quedarse en el sitio y hacer frente al exterior a cualquier precio.

Entretanto, la presión internacional sobre Israel aumenta. Ahora incluso ha alcanzado proporciones inauditas.

Rusia y China han votado a favor de la refrendación del informe Goldstone por la ONU. El Reino Unido y Francia "no tomaron parte en el voto", pero exigieron que Israel llevara a cabo una verdadera investigación. Hemos reñido con Turquía, hasta ahora un aliado militar importante. Tenemos disputas con Suecia, Noruega y un buen número de otros países amigos. Al ministro de Exteriores francés se le impidió pasar a la Franja de Gaza y está furioso. La paz, ya fría, con Egipto y Jordania, ha llegado a ser varios grados más fría. Se boicotea a Israel en muchos foros. Veteranos oficiales del ejército temen viajar al extranjero por miedo a que los detengan.

Esto suscita, una vez más, la pregunta: ¿puede tener la presión exterior un impacto sobre Israel?

Seguramente puede. La pregunta es: ¿qué tipo de presión, qué tipo de impacto?

La presión tiene verdaderamente convencidos a varios ministros de que hay que establecer un comité de investigación para el informe Goldstone. Pero nadie en la clase dirigente israelí -¡nadie en absoluto!- ha planteado la verdadera pregunta: ¿Quizás Goldstone tiene razón? A excepción de los sospechosos habituales, nadie en los medios de comunicación, en la Knesset o en el gobierno ha preguntado: ¿Quizás se hayan cometido realmente crímenes de guerra? La presión exterior no ha forzado a que tales preguntas se planteen. Éstas deben venir de dentro, del público propio.

El tipo de presión también debe ser considerado. El informe Goldstone tiene un impacto en el mundo porque es preciso y objetivo: una operación específica de la que personas específicas son responsables, y suscita una demanda específica: una investigación. Ataca un claro y bien definido objetivo: los crímenes de guerra.

Si nosotros aplicamos esto a la discusión sobre boicotear a Israel: el informe Goldstone puede compararse al boicot dirigido a los asentamientos y sus colaboradores, no un boicot ilimitado al Estado de Israel. Un boicot objetivo puede tener un impacto positivo. Un boicot global e ilimitado, en mi opinión, lograría lo contrario. Empujaría al público israelí todavía más a los brazos de la extrema derecha.

La pugna sobre el informe Goldstone está ahora en su apogeo. En Jerusalén, la energía ascendente de las olas se puede sentir claramente. ¿Es el presagio de un tsunami?

Fuente: http://zope.gush-shalom.org/home/en/channels/avnery/1256494022/

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Por qué renuncié al Departamento de Estado de EE.UU.


“No veo el sentido de seguir sufriendo bajas y gastando dinero en Afganistán”

02-11-2009
Judy Woodruff/Matthew Hoh
On Line Newshour
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

JUDY WOODRUFF: Después de cinco meses trabajando para el Departamento de Estado en Afganistán, Matthew Hoh se convirtió en el primer funcionario de EE.UU. del que se sabe que ha renunciado en protesta por las políticas estadounidenses en ese país.
En su carta de renuncia del 10 de septiembre, revelada esta semana en The Washington Post, el ex capitán de los marines dijo: “No logro ver el valor de más bajas o gastos de recursos en apoyo del gobierno afgano en lo que es, verdaderamente, una guerra civil de 35 años.”

La renuncia de Hoh fue recibida con más pesar que enojo por el enviado especial del Departamento de Estado, Richard Holbrooke, quien dijo – cito – “tomamos su carta muy en serio porque fue un buen funcionario.”

El señor Hoh ha venido a hablar con nosotros.
MATTHEW HOH: Gracias.
JUDY WOODRUFF: Gracias a usted por estar aquí.
¿De modo que usted piensa que EE.UU. debería simplemente irse de Afganistán?
MATTHEW HOH: Evidentemente es imposible mover una varita mágica e irse. Sin embargo, creo que estamos involucrados en una guerra civil de 35 años.
Creo que no somos el protagonista principal en esa guerra, y que es un conflicto interno. Creo que 60.000 soldados en Afganistán no sirven para derrotar a al Qaeda y no sirven para estabilizar al gobierno de Pakistán.
JUDY WOODRUFF: ¿De dónde ha sacado la confianza para saberlo? ¿Qué vio en Afganistán?
MATTHEW HOH: Por cierto.
Bueno, antes de ir, estudié bastante al respecto. Leí mucho sobre su historia, especialmente sobre los finales de los años setenta y la guerra soviético-afgana. Además, tengo muchos amigos y colegas que han servido en Afganistán.
Fui a ese país con algunas ideas de que no me sentía bien por lo que estábamos haciendo allí, pero quería contribuir. Cuando llegué, sin embargo, sirviendo en el este y en el sur, las similitudes eran las mismas.
Lo que descubrí es que estábamos combatiendo a gente que sólo luchaba contra nosotros porque los estamos ocupando o porque apoyamos a un gobierno central al que consideran ocupante.
Más importante es que pienso que escuché a la mayor cantidad posible de afganos porque mi papel como asesor político era trabajar con ellos.
¿Espectadores en una guerra civil?
JUDY WOODRUFF: Usted dice, Matthew Hoh, que lo que usted ve es una guerra civil; que EE.UU. es un espectador. Pero lo que parece a muchos estadounidenses, al contemplarla, es que el gobierno afgano está siendo atacado, que el pueblo afgano está siendo atacado por los talibanes, por elementos de al Qaeda. ¿Cómo podemos estar seguros de quién tiene la razón?
MATTHEW HOH: Por cierto.
Ante todo, al Qaeda no existe en Afganistán. Creo que existe bastante evidencia de ese hecho. Y según el modo como funciona el país, todo está tan localizado. Es lo que yo y otra gente llamamos ‘vallismo’. Están preocupados por su…
JUDY WOODRUFF: ¿’Vallismo’?
MATTHEW HOH: ‘Vallismo’ sí, si uno toma la idea de nacionalismo, y la reduce a un ámbito mucho más pequeño.
Son gente que vive en comunidades entre 100 y 500 personas. Y eso es – no quiero decir que ahí es donde termina su mundo, pero eso es lo que los preocupa. Y nunca han tenido un gobierno central que haya hecho algo bueno, que les haya suministrado algún servicio. Y nunca han tenido un gobierno central que les haya dado algo. Sólo se ha llevado.
Y por lo tanto, para ellos, hayan sido Najibullah, Rabbani, los talibanes, o el gobierno de Karzai, todos son lo mismo. Y particularmente en el este, donde nos están combatiendo y en el sur, donde nos están combatiendo, esa gente no tiene que ver con los que forman el gobierno central.
JUDY WOODRUFF: Pero, como usted sabe, el argumento del general Stanley McChrystal, quien está allí a cargo de los militares, de John McCain, quien está muy a favor de que EE.UU. se quede, es que si EE.UU. se va, los talibanes tomarán el poder y al Qaeda volverá.
MATTHEW HOH: No creo que al Qaeda vuelva.
Creo que al Qaeda ha evolucionado desde 2001. Se ha convertido, como me gusta decir, en una nube ideológica que existe en Internet y recluta en todo el mundo. Si uno considera los ataques en los que al Qaeda ha tenido éxito durante los últimos siete, ocho años, incluidos los ataques del 11-S, se da cuenta de que no fueron realizados por afganos o paquistaníes.
Y gran parte de la preparación y del entrenamiento tuvo lugar en Europa Occidental o incluso aquí en EE.UU. Por lo tanto no pienso que al Qaeda tenga algún interés en volver a vincularse a una frontera geográfica o política. Pienso que están contentos de existir tal como han evolucionado. Y que son una amenaza, y deberían ser nuestra prioridad. Tenemos que derrotarlos.
Pero, de nuevo, 60.000 soldados en Afganistán no derrotan a al Qaeda.
JUDY WOODRUFF: ¿Y los talibanes?
MATTHEW HOH: A los talibanes, los expulsamos del poder en 2001, como debíamos hacer correctamente.
Sin embargo, lo que está en Quetta ahora, creo, son sólo los residuos de eso. Y aunque Quetta Shura Taliban, como nos referimos a ellos, son una amenaza, y son una amenaza para el gobierno de Karzai, no creo que sean una amenaza para EE.UU.
Y, además, no creo que sean capaces de recuperar Kabul, particularmente si aseguramos que no tengan apoyo paquistaní cuando nos hayamos ido de Afganistán.
Los riesgos de más fuerzas estadounidenses
JUDY WOODRUFF: ¿Qué piensa que pasaría, sin embargo, si el presidente Obama diera al general McChrystal las tropas que quiere o un aumento significativo en la cantidad de soldados?
MATTHEW HOH:
Creo que sólo va a nutrir a la insurgencia. Sólo va a reforzar las afirmaciones de nuestros enemigos de que somos una potencia ocupante, porque somos una potencia ocupante.
Y eso sólo llevará a más gente a combatirnos o a que los que ya nos están combatiendo lo sigan haciendo.
JUDY WOODRUFF: Usted no piensa que exista algún argumento que EE.UU. pueda presentar al pueblo afgano de que estamos allí para – como lo hemos estado, para promover la democracia, que podría cambiar su punto de vista sobre lo que usted dice…
MATTHEW HOH: Por cierto
JUDY WOODRUFF: ... – ¿que somos una fuerza ocupante?
MATTHEW HOH: Estuve en el este del país, en Kunar y en las áreas de Nuristán, donde perdimos a ocho soldados hace algunas semanas.
El equipo de la brigada de combate estuvo allí durante un año. En un año, lanzaron cerca de 250.000 kilos de munición desde aviones, y dispararon cerca de 50.000 balas de fuego indirecto y artillería.
Ahora, por otra parte, gastaron probablemente entre 160 y 180 millones de dólares en dinero para el desarrollo durante un año. Esto es en un área de 4,5 millones de personas. Si, después de ocho años de guerra, se ha hecho este tipo de cosas, y no se convence a la gente, no creo que se llegue a convencerla algún día.
Pienso que tenemos que comprender que, a veces, no gustamos a la gente y no quiere ser como nosotros. Y tenemos que aceptarlo. Y entonces tenemos que abrirnos políticamente y trabajar con ellos de esa manera.
Corrupción en Afganistán
JUDY WOODRUFF: Otro aspecto que usted señala. Matthew Hoh, tiene que ver con la corrupción en el gobierno de Karzai. Usted fue muy directo al escribir que Karzai es asesorado por señores de la droga. Y entró en algunos detalles al respecto.
El otro argumento, sin embargo, sobre ese tema es que es simplemente endémico en esa cultura, que EE.UU. tiene que estar preparado a aceptar una cierta proporción de corrupción cuando trata con gente semejante.
MATTHEW HOH: Pienso que sería verdad si no estuviésemos sacrificando a nuestros y nuestras jóvenes para apoyar ese régimen.
La idea de que perdamos al hijo de alguien o que el esposo de alguien muera para apoyar a un régimen que se está beneficiando con el dinero de nuestra ayuda es criminal. Es erróneo. Y además conozco a mucha gente que habla de que los talibanes reciben financiamiento mediante el opio y todo eso. Hay muchos de nosotros que creemos que reciben la misma cantidad de dinero a través de nuestro propio dinero para el desarrollo que estamos gastando en ese país.
JUDY WOODRUFF: Lo último que quiero preguntarle es que todo suena muy bien, pero usted sólo estuvo en Afganistán durante cinco meses. Usted es relativamente joven, ¿cuánto, 37 años?
MATTHEW HOH: Treinta y seis.
JUDY WOODRUFF: Treinta y seis años.
MATTHEW HOH: Sí.
JUDY WOODRUFF: ¿Quién es usted para decir lo que debería hacer EE.UU., cuando hay otros que han estado allí más tiempo, que lo han estudiado durante años, etc.?
MATTHEW HOH: Por cierto. Y yo desearía que refutaran lo que estoy diciendo. He visto esa crítica, pero no he visto a nadie que me diga por qué no se trata de una guerra civil.
No he oído a nadie que me diga por qué estabilizar el gobierno afgano va a derrotar a al Qaeda. No he oído a nadie que me diga cómo mantener a 60.000, 80.000 100.000 soldados en Afganistán va a estabilizar Pakistán. De modo que, no he oído las respuestas a esas preguntas.
En cuanto a las críticas sobre mi edad o que estuve allí sólo durante cinco meses. Estuve allí durante cinco meses. Estuve en dos partes del país. Trabajé con la mayor cantidad posible de gente del lugar. Y escuché lo más posible.
Hablando de eso, lo que escribí – ante todo, lo que escribí en mi carta de renuncia, no hay un solo pensamiento nuevo o único en todo eso. Son pensamientos compartidos por oficiales militares y funcionarios del Departamento de Estado. Mi preocupación no es cómo estamos librando esa guerra, sino por qué estamos librando esa guerra.
JUDY WOODRUFF: Matthew Hoh, muchas gracias por venir a hablar con nosotros. Se lo agradecemos.
MATTHEW HOH: Gracias, Judy.
Fuente: http://www.pbs.org/newshour/bb/military/july-dec09/hoh_10-29.html

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Arrestar a Blair


Su ofrecimiento para la presidencia de la UE nos da la mejor oportunidad que hemos tenido nunca

George Monbiot en The Guardian (01/11/09)

El ofrecimiento de Tony Blair para ser presidente de la Unión Europea ha sido como un revulsivo que ha unido a la izquierda. Sus enemigos argumentan que dividió Europa al iniciar una guerra ilegal; que mantuvo al Reino Unido fuera de la eurozona; que es desdeñoso de la democracia (¿seguramente una cualificación?); que se preocupa de los ricos y el poder, y deja que los pobres se vayan al infierno. Es implacable, mentiroso, evasivo y desvergonzado. Pero no importa todo eso: apoyo a Blair.

No es su indudable poder de persuasión lo que me ha hecho cambiar de opinión, tampoco el factor caravanas de vehículos que le unió David Miliband, afirmando que nadie más habría sido capaz de detener el tráfico en Beijing, en Washington o en Moscú(1)). Mi interés es distinto. Podrían afirmar que estoy poniendo otras consideraciones por encima del bien de la UE. Y tendrían razón, pero en esto apenas me distingo del resto de los que apoyan a Blair. Lo que afirmo es que su presidencia podría hacer más por la paz mundial que cualquier otra reunión mantenida desde la Segunda Guerra Mundial.

Blair tiene la distinción, que es origen de orgullo nacional en algunas sedes, de ser uno de los dos mayores asesinos de masas vivos. Que ordenó un delito de agresión (al librar una guerra no provocada, lo que el Tribunal de Nuremberg describió como “El delito internacional supremo”(2)) parece incontestable.
Explicaré el caso en un momento.
Este crimen ha causado la muerte, dependiendo de los cálculos que le sean fiables, de entre 100.000 y 1.000.000 de personas(3,4).
Como no había justificación legal, estas personas fueron asesinadas. Pero nadie ha sido llevado ante la justicia.

En el Reino Unido, no hay medio alguno de interponer una acusación judicial contra Mr. Blair. En 2006, la Cámara de Justicia de los lores decidió que el delito de agresión internacional no se había incorporado a la ley nacional (5). Pero sí se ha hecho en otras partes del mundo. En 2006, el catedrático de jurisprudencia internacional Philippe Sands advirtió que “Margaret Thatcher evita determinados países como consecuencia del hundimiento del Belgrano, y que Blair había sido aconsejado para que hiciera lo mismo”.(6)

No sé si lo ha hecho. El diario de Blair y la mayoría de sus reuniones son privados. No tiene necesidad de viajar a países donde pudiera encontrar la menor dificultad legal. Así que se dedica a sus asuntos sin problemas. Rara vez ha de hacer frente a protestas, mucho menos a magistrados que le investiguen. Hasta ahora, su único castigo por el delito de agresión ha sido el contrato de un libro que ha proporcionado millones de libras, elevados honorarios por dar conferencias, elegantes cargos de director y una designación como enviado de paz en Oriente Medio, que puede entrar, junto con la recepción del Premio Nobel de la Paz por parte de Henry Kissinger, como el delito supremo contra la sátira.

He dedicado los últimos tres días a tratar de descubrir, con expertos en leyes de toda Europa, dónde es perseguible el delito de agresión. La única respuesta cierta es que la situación no está clara. Todos están de acuerdo en que dentro de la UE hay dos Estados, Estonia y Lituania, que han incorporado ese delito a la ley nacional. En la mayoría de los otros, la ley todavía no ha sido puesta a prueba. En 2005, el tribunal administrativo federal alemán falló en favor de un comandante del ejército que se había negado a obedecer una orden en caso de que le implicara en la guerra de Irak. La justificación del tribunal fue que esa guerra era un delito de agresión (7). Un estudio de las constituciones de las naciones europeas occidentales, realizado en 1988, reveló que en caso de conflicto la mayoría pondría la ley internacional por encima de la ley nacional, lo que sugiere que una acusación formal es posible (8). El presidente Blair también se vería obligado a viajar a países fuera de la UE, incluyendo los otros estados de la antigua Unión Soviética, muchos de los cuales han incorporado el delito de agresión. Tendría poco control sobre sus citas y todo el mundo sabría cuándo iba a llegar.

Es posible que un magistrado que investigue, como Baltasar Garzón, el juez español que emitió la orden de arresto del general Pinochet, le enviara la policía. Pero nuestra mejor posibilidad de presionar a las autoridades desganadas está en un arresto de ciudadano. Para estimular este proceso, pondré las primeras 1000 £ de una recompensa (a la que, si realiza el trabajo, pediré a los lectores que se suscriban) a pagar a la primera persona que intente un arresto no violento del presidente Blair. No sería difícil conseguir varios miles de libras. Ayudaré a establecer una red de comités de arrestos nacionales, intercambiando información y preparación de las visitas del gran hombre. El presidente Blair no tendría un lugar donde esconderse: estaremos con él donde quiera que vaya.

Este es el caso contra él. El memorandum de Downing Street contiene un registro de una reunión celebrada en julio de 2002, que revela que Sir Richard Dearlove, director del M16, servicio del servicio de inteligencia exterior del Reino Unido, le dijo a Blair que en Washington “la acción militar se considera ahora inevitable. Bush quiere quitar a Saddam mediante la acción militar, justificada por la conjunción de terrorismo y ADM. Los servicios de inteligencia y los hechos se han arreglado de acuerdo con esa directiva”(9).
El Secretario de asuntos exteriores (Jack Straw) le dijo entonces a Mr. Blair que “el caso era débil. Saddam no estaba amenazando a sus vecinos y su capacidad de ADM era inferior a la de Libia, Corea del Norte o Irán”.
Sugirió que “deberíamos elaborar un plan” para la “la justificación legal para el uso de la fuerza”. El Fiscal General le dijo al Primer Ministro que solamente había “tres bases legales posibles” para lanzar una guerra: “autodefensa, intervención humanitaria o autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. La primera y la segunda no servirían de base para este caso”. Bush y Blair no obtuvieron la autorización del Consejo de Seguridad.

Este breve memorandum, que debería aprenderse de memoria todo ciudadano del Reino Unido, revela que Blair sabía que la decisión de atacar Irak ya estaba tomada; que la decisión tomada precedía a la justificación, que se había arreglado de antemano un acto de agresión; que las únicas razones legales para un ataque no se aplicaban y que la guerra no se podía lanzar sin la autorización de la ONU.

A Mr. Blair ya le habían explicado la situación legal de la decisión de Bush. En marzo de 2002, como muestra otro memorandum filtrado, Jack Straw le había recordado las condiciones necesarias para lanzar una guerra legal: “i) Debe haberse producido un ataque armado contra un Estado o dicho ataque debe ser inminente; ii) El uso de la fuerza debe ser necesario y no debe existir ningún otro medio de detener o evitar el ataque; iii) Los actos de autodefensa deben ser proporcionados y limitarse estrictamente al objetivo de detener el ataque”(10).

Straw explicó que el desarrollo o posesión de armas de destrucción masiva “no es por sí solo causa de un ataque armado; lo necesario será una evidencia clara de un ataque inminente”. Un tercer memorandum, del Cabinet Office, explicaba que “no hay mayor amenaza ahora que en años recientes de que Saddam usará las ADM … Haría falta una justificación legal para la invasión. De acuerdo con el asesoramiento del Law Officers, no existe ninguna actualmente”(11).

Se trata solo de ponerle frente a un juez. Este loco plan para el presidente asesino de masas podría ser la posibilidad que muchos de nosotros hemos estado aguardando.

Artículo original:

http://www.monbiot.com/archives/2009/10/26/arresting-blair/

Traducido para Globalízate por Víctor García

Referencias:
1. http://www.guardian.co.uk/politics/2009/oct/25/miliband-supports-blair-eu-presidency
2. Marjorie Cohn, professor at Thomas Jefferson School of Law, 9th November 2004. Aggressive War: Supreme International Crime. http://www.truthout.org/article/aggressive-war-supreme-international-crime
3. Iraq Body Count - http://www.iraqbodycount.org - estimates around 100,000.
4. Opinion Research Business estimates around one million. (January 2008. Update on Iraqi Casualty Data). http://www.opinion.co.uk/Newsroom_details.aspx?NewsId=88
5. House of Lords, 29th March 2006. R v. Jones and Milling. [2006] UKHL 16.
http://www.bailii.org/cgi-bin/markup.cgi?doc=/uk/cases/UKHL/2006/16.html&query=Jones+and+et+and+al&method=boolean
6. http://www.guardian.co.uk/education/2006/feb/14/highereducationprofile.highereducation
7. Justus Leicht, 27th September 2005. German court declares Iraq war violated international law.
http://www.wsws.org/articles/2005/sep2005/iraq-s27.shtml
8. Wildhaber and Breitenmoser, 1988. The Relationship Between Customary International Law and Municipal Law in Western European Countries 48 ZaoRV. I have not been able to obtain this study, so this reference is secondhand.
9. Matthew Rycroft, 23rd July 2002. Published in the Sunday Times as: The secret Downing Street memo. 1st May 2005. http://www.timesonline.co.uk/tol/news/uk/article387374.ece
10. Jack Straw’s office, 8th March 2005. Memo to Tony Blair. http://downingstreetmemo.com/iraqlegalbacktext.html
11. Overseas and Defence Secretariat Cabinet Office, 8th March 2002. Iraq: Options Paper. http://downingstreetmemo.com/iraqoptions.html

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Lo que Windows 7 no tiene y el software libre no se atreve a tener


29-10-2009

Fernando Garcés

A menudo se leen declaraciones de personajes del mundo del software libre preguntándose qué deben hacer para que el usuario dé el salto. Hablan de una aplicación o una característica de la cual, una vez probada, el usuario no quiera prescindir.
Por otro lado se suele acusar a quienes detestan los cambios continuos, las continuas actualizaciones, de fobia a la tecnología. Sin embargo, la bicicleta es tecnología. Una de las obligaciones de la tecnología es saber que más no es mejor, distinguir entre crear un problema y haberlo resuelto.

¿Qué no podrá tener nunca Windows? Una versión mantenida durante quince años. ¿Qué no podrá tener nunca Windows? La sinceridad para reconocer que el un documento en .txt es más útil para el mundo que uno escrito en Word 7.0. ¿Qué no podrán tener nunca Google ni Microsoft? Calma.
¿Por qué el usuario debe renunciar a la bicicleta informática para montarse en un pesado triciclo de cinco ruedas con cámara de vídeo, un kernel de mil toneladas y unas aplicaciones que le impiden pedalear con los pies y le obligan a deshacerse de los zapatos de ayer, y de los de antesdeayer y a comprar gafas para mirar el camino?
Si al usuario le ofrecen un ordenador que no tendrá que cambiar dentro de tres años, una versión de un sistema operativo que podrá seguir utilizando dentro de diez para: navegar, escribir, comunicarse, si le aseguran la bicicleta informática, el día que quiera motos con remos de ochocientos kilos, ya las buscará. Microsoft jamás podrá darle la tranquilidad de no tener que cambiar de ordenador, de hábitos, de soportes, de sistemas, cada poco tiempo. Dársela al usuario y al planeta.
Y el software libre: ¿por qué no abre una línea seria de investigación que no acepte el camino de las necesidades inventadas? Los usarios no pueden ser una isla, necesitan que sus sistemas libres se relacionen con los sistemas privativos. Pero para ello muchas veces basta con limpiar los escasos programas privativos verdaderamente necesarios y hacerlos funcionar con los elementos más simples. También es preciso que los países e instituciones que apoyan el software libre se ocupen de que no desaparezca el hardware adecuado para él.
Más de una vez la industria farmaceútica ha retirado del mercado medicamentos válidos y baratos para sustituirlos por otros más caros y de menor efectividad. El software privativo tiene las mismas presiones internas que la industria farmaceútica. ¿Y el libre? ¿Por qué no atiende más al equivalente de los medicamentos genéricos? ¿Por qué deja de mantener versiones que son útiles y cuya vigencia reduciría la brecha digital? ¿Por qué no se atreve a garantizar que la bicicleta no quede arrumbada como si nadie se hubiera dado cuenta de que estaba ahí y funcionaba y no necesitaba ser sustiituida por distintos vehículos más pesados, más torpes, cada seis meses?
fernagarces@hispavista.com

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Solana: «Israel es un miembro de la Unión Europea»


31 Octubre 2009
voltairenet.org

Por segundo año consecutivo, el presidente de Israel, Shimon Peres, convocó una imponente conferencia, Facing Tomorrow (Jerusalén, 20-22 de octubre de 2009). Mas de 3 500 personas se inscribieron como participantes.

Entre los oradores se destacan el ecologista británico Barón David Mayer de Rothschild; el presidente de Skype, Josh Silvermann; el fundador de Wikipedia, Jimmy Wales; el maestro espiritual indio Sri Sri Ravi Shankar (que está dando lecciones de meditación trascendental a los dirigentes iraquíes) y el director de Publicis, Maurice Lévy.

En la lista de oradores políticos se encuentran Susan Rice (embajadora de Estados Unidos ante la ONU), Ivanov Gjorgje (presidente de Macedonia), José María Aznar (ex presidente del gobierno español), Tony Blair, (ex primer ministro del Reino Unido) y Leonid Kuchma (ex presidente de Ucrania). Francia está representada por Anne-Marie Idrac, ministra de Comercio Exterior.

Una asombrosa sorpresa se produjo durante el desarrollo de la mesa redonda «Convertir la crisis en oportunidad», en la que participaban el especialista en inteligencia artificial Raymond Kurzweil (miembro del US Army Science Advisory Board), el ensayista francés Bernard-Henry Lévy, la jurista Ruth Gavinson (ex miembro de la Comisión Winograd) y el diplomático Javier Solana (ex secretario general y actual alto representante de la Unión Europea.

El señor Solana, que parecía estar muy en forma, declaró: «Israel, permítanme decirlo, es un miembro de la Unión Europea sin ser miembro de sus instituciones». El señor Solana prosiguió resaltando que Israel es «parte activa de todos los programas de la Unión» y contribuye con su experiencia en las tecnologías avanzadas.

Subrayó Solana que ninguno de los Estados que se están incorporando a la Unión Europea tiene con ésta una relación tan estrecha como la de Israel, aunque éste último Estado nunca ha sido candidato a entrar en la UE. Aseguró además a los asistentes que Bruselas está desplegando sus mejores esfuerzos en cuanto al caso iraní. Para terminar, afirmó que la lentitud del proceso de paz israelí-palestino no es imputable a Israel, sino a un simple problema de metodología.

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Las causas políticas de la crisis mundial


01-11-2009
Vicenç Navarro
Sistema Digital

Si ustedes leen la prensa económica de mayor difusión en España (incluyendo las secciones económicas de los cinco rotativos más importantes del país) apenas verán artículos que tocan las causas reales de la Gran Recesión, es decir, la enorme polarización de las rentas que ha ocurrido en la mayoría de países de la OCDE, y muy en particular, en EEUU, como consecuencia de la aplicación de las políticas liberales iniciadas por el gobierno federal de EEUU del Presidente Reagan y por el gobierno Thatcher de Gran Bretaña, y continuadas por los gobiernos de Bush padre, de Clinton y de Bush hijo en EEUU, y de Tony Blair y de Gordon Brown de Gran Bretaña, así como por los gobiernos de Lionel Jospin en Francia, Romano Prodi y Silvio Berlusconi en Italia, Gerhard Schröder y Angela Merkel en Alemania, y José Mª Aznar en España, así como por los dirigentes de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso y por el equipo económico de tal Comisión liderado por el Sr. Pedro Solbes (como Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios).

Estas políticas incluían:
1) la reducción de impuestos y gasto público;
2) la desregulación de los mercados laborales, comerciales y financieros,y
3) la reducción de los beneficios sociales y laborales.
Cada una de estas políticas contribuyó a la enorme polarización de las rentas, beneficiando las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo. La evidencia de ello (ignorada cuando no silenciada en aquellos medios de información) es abrumadora (ver Navarro, V. (ed.) Globalization, Neoliberalism and Inequalities. Baywood. 2008).

En realidad, hay que remontarse a los años posteriores a 1929 (del crash de Wall Street) para encontrar polarizaciones de renta tan acentuadas como ahora. En 1979, el uno por ciento de la población que pagaba impuestos en EEUU recibía el 8% de la renta nacional. Tal porcentaje había subido en el año 2007 a un 18% de la renta nacional. Y si se incluyen las rentas recibidas por aquel 1% de la población de renta superior, como consecuencia de su propiedad de acciones, los porcentajes aumentan de un 10% en 1979 a un 23% en el 2007. Existe una enorme concentración tanto de la renta como de la propiedad, en los sectores superiores de renta del país, alcanzando una polarización sin precedentes desde la Gran Depresión.

¿POR QUÉ EL INCREMENTO DE LA POLARIZACIÓN?

Las escuelas económicas dominantes han explicado esta polarización de las rentas como resultado de dos hechos. Uno es la introducción de nuevas tecnologías en la actividad económica, que ha dado mayor valor al conocimiento y a las cualificaciones de los trabajadores. En este escenario teórico, el incremento de las rentas superiores se percibe como consecuencia de la importancia que adquiere la formación de los trabajadores en una economía necesitada de personal cualificado. Todo el proyecto intelectual-político de establecer la “sociedad del conocimiento” (promovida por la estrategia de Lisboa del año 2000) estaba basado en esta interpretación de la realidad. Puesto que a mayor educación/formación, mayor salario, había que invertir en educación y formación. Era un esquema fácil de entender y fácil de llevar a cabo. Según tal argumento, lo que tenía que hacerse para disminuir las desigualdades sociales y prevenir la exclusión social era dar formación a la fuerza laboral. Este mensaje ha sido muy poderoso en estos últimos años.

La segunda explicación que se ha dado de la creciente polarización de rentas era el fenómeno de la globalización, que estaba relacionada con la explicación anterior. Los trabajadores no cualificados en los países ricos competían con los trabajadores no cualificados del tercer y cuarto mundo, forzando sus salarios y condiciones de trabajo a la baja. Esta situación ocurría bien a través de la globalización de la actividad económica (incluyendo la deslocalización de las empresas, trasladándose a países del tercer o cuarto mundo) o mediante la movilidad internacional del trabajo, es decir, la inmigración. Según tal explicación, la globalización ha llevado a un empobrecimiento masivo de los sectores laborales de escasa formación, distanciándose sus rentas de los sectores laborales cualificados menos afectados por tal fenómeno de la globalización.

LA DESPOLITIZACIÓN DEL FENÓMENO ECONÓMICO

A primera vista parece que ambas explicaciones son creíbles: parecen razonables. Ahora bien, el problema que tienen es que ambas explicaciones despolitizan lo que es un fenómeno profundamente político. Asumen que la importancia del conocimiento y de la globalización como factores causantes de la enorme polarización de las rentas (y de la propiedad) son factores exógenos a la sociedad (algo que viene dado de fuera de la propia sociedad) sin que sean vistos como consecuencia del desarrollo de los conflictos internos existentes en cada sociedad.
Tales argumentos representan la apolitización del fenómeno económico, lo cual es un obstáculo para entender lo que ocurre en la sociedad y poder intervenir para cambiarla.

Tanto la introducción de nuevas tecnologías como la globalización, ocurren dentro de contextos políticos específicos que configuran cómo, cuándo y con qué consecuencias, ocurre cada uno de estos fenómenos.
En otras palabras, tales fenómenos no son las causas de la polarización de rentas sino los síntomas de unas relaciones de poder, que son las causas reales de tal polarización. Veamos los datos.

La reducción de las desigualdades de renta en EEUU que tuvo lugar desde los años treinta a finales de los años setenta fue resultado de la fuerza del movimiento obrero en aquel país.
Fue en los años treinta cuando se estableció el movimiento sindical (apoyado por la Administración Roosevelt primero y la Administración Truman después) que organizó, en los años cuarenta y cincuenta, a la mayoría de los trabajadores industriales, la fuerza mayor dentro del movimiento obrero.
Más tarde, el movimiento de los derechos civiles en los años sesenta, y los movimientos feministas, así como el movimiento ecologista en los años setenta y ochenta forzaron cambios, no sólo políticos, sino también económicos tales como la prohibición de la discriminación de raza y de género, así como la inclusión de los costes de destrucción del ambiente como factor evaluador de las políticas públicas. Todas estas medidas fueron opuestas por el mundo empresarial que tuvieron que aceptarlas, por fin, a regañadientes, aunque nunca acabaron de incorporarlas completamente en sus prácticas empresariales. Aprovecharon cualquier resquicio en las leyes y prácticas federales para no llevar a cabo su puesta en marcha y desarrollo.

En realidad, la respuesta neoliberal de los años ochenta fue la respuesta del mundo empresarial a las conquistas sociales del mundo del trabajo, que habían conseguido toda una serie de conquistas sociales y laborales en la época 1930-1970, alcanzándose en 1979 la menor polarización de las rentas que EEUU conoció desde los años treinta.
La respuesta empresarial se inició ya durante la Administración Carter, cuando su ministro de Economía, el Sr. Volker, inició una recesión como manera de reducir el poder sindical.
Las políticas de Carter fueron continuadas y aumentadas por Reagan. Tales políticas representaron un ataque frontal a los movimientos obreros y a los movimientos sociales, y se presentaron bajo el argumento de que eran necesarias para mejorar la eficiencia de la economía.
El descenso del salario mínimo, la desregulación de los mercados de trabajo, la desregulación del comercio, la privatización de los servicios públicos, y el aumento de la regresividad fiscal, eran presentadas como necesarias para recuperar la eficiencia de la economía; en realidad estaban orientadas a debilitar al mundo del trabajo. Y todas ellas contribuyeron a incrementar las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo, causando un enorme crecimiento de la polarización de las rentas. La manera como se utilizaron las nuevas tecnologías y como se realizó la globalización era consecuencia directa del enorme dominio del capital que diseñó tales políticas públicas con el fin de incrementar su poder y sus rentas a costa de las rentas del trabajo.
Y esto ocurrió en ambos lados del Atlántico, alcanzando su máximo desarrollo en EEUU, donde la enorme debilidad del mundo del trabajo y de las izquierdas (en ningún país de la OCDE las izquierdas son tan débiles como en EEUU), ha sido devastador para la calidad de vida de las clases populares.

Es importante señalar que el objetivo teórico de tales reformas no se alcanzó. Antes al contrario, la eficiencia económica del periodo 1980-2004 fue menor que la del periodo 1950-1980. Pero aumentar la eficiencia económica no era la causa real de tales políticas. La causa real era aumentar las rentas del capital a costa del trabajo y esto es lo que consiguieron, incluso a costa de crear la crisis mundial.

http://www.sistemadigital.es/News/ItemDetail.aspx?id=1941

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Ehren Watada: Por fin libre


La historia del primer oficial de alto rango de EE.UU. que se negó a ir a Iraq

01-11-2009

Jeremy Brecher y Brendan Smith
The Nation-Z-net
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El 7 de junio de 2006, un teniente del ejército de EE.UU. de 28 años llamado Ehren Watada publicó una declaración de prensa en vídeo anunciando que se negaba a movilizarse a Iraq porque la Guerra de Iraq era ilegal y su “participación me convertiría en partícipe en crímenes de guerra.” Después de tres años tratando de declararlo culpable, el ejército de EE.UU. ha terminado por ceder y permitió que el teniente Watada renunciara. A pesar de su negativa directa de una orden de movilizarse, Watada no pasó un solo día en la prisión.
La historia de Watada
Ex Eagle Scout, con un grado en finanzas, Watada se presentó como voluntario para el servicio militar después del 11-S. Sus motivos no podían haber sido más patrióticos. En su propio nombre y el de los otros soldados dijo: “el motivo por el cual entramos todos a las fuerzas armadas” y “el compromiso que hicimos con este país” es “sacrificarlo todo – sacrificar nuestras vidas, nuestra libertad, para asegurar que todos los estadounidenses vivan en un país en el que tengamos verdadera democracia.”
Cuando supo que sería enviado a Iraq, el teniente Watada comenzó a leer todo lo que podía encontrar sobre la guerra, de todas partes, para poder motivar mejor a los soldados bajo su comando. Uno de los libros que leyó fue “A Pretext for War” de James Bamford.
En una película sobre su historia: “In the Name of Democracy,” Watada describió el choque que sintió al saber que: “Nuestro país, y nosotros como militares, habíamos sido engañados. No hay otra manera de describirlo. Sea que tergiversaron la verdad, que dijeron verdades a medias o que desinformaron – fue una mentira.” La Guerra de Iraq “no era una guerra de autodefensa sino por elección.”
Watada no es pacifista y basó su posición no sólo en la falsedad de las justificaciones de la guerra sino en la usurpación de la autoridad constitucional legítima por los funcionarios del gobierno de George W. Bush.
“Llegó un momento en el que vi a gente con poder, y ese poder era absoluto y no escuchaban la voluntad de la gente,” dice en “In the Name of Democracy.” “Esa era la dirigencia de nuestro país. Eran los que estaban a cargo de nuestras vidas, y sin embargo hacían lo que querían impunemente, y nadie estaba dispuesto a levantarse y desafiarlos.”
Watada ofreció su renuncia o que lo movilizaran a Afganistán; el ejército se negó. Se sintió obligado por su juramento a hacer lo que repugnaba a su conciencia. Entonces tuvo una epifanía: su juramento militar realmente requería que rehusara órdenes que consideraba ilegales, y su lealtad era con la Constitución, no con los funcionarios que la pervertían.
“Creo que el único auténtico derecho otorgado por Dios que tenemos es la libertad de elegir,” dice Watada. “Y cuando nos despojamos de ese derecho, nos colocamos en una prisión invisible que nadie más nos impone excepto nosotros mismos. Cuando uno vuelve a decirse que tiene una disyuntiva – podría ir a la prisión por ella, podría ser torturado, podría morir por ella, pero tengo esa disyuntiva y puedo usarla – entonces es como si esa prisión invisible se esfumara, y uno se siente libre. Me sentí tan libre cuando me dije que tengo una disyuntiva".
El 7 de junio de 2006, Watada publicó una declaración anunciando su negativa a movilizarse: “Es mi conclusión como oficial de las fuerzas armadas que la guerra en Iraq no es sólo incorrecta moralmente sino una violación horrible del derecho estadounidense. Aunque he tratado de renunciar en señal de protesta, me veo obligado a participar en una guerra que es manifiestamente ilegal. Como la orden de participar en un acto ilegal es también ilegítima en última instancia, debo rehusar esa orden como oficial de honor e integridad.”
Crucial en su argumento era la inconstitucionalidad de la decisión de ir a la guerra.”Teníamos gente dentro de nuestro país con cantidades tremendas de poder que hacía lo que le daba la gana,” explicó Watada. “No habían limitaciones y balances como lo propugna nuestra Constitución.”
Su desobediencia era también su deber según el derecho internacional: La Carta de la ONU y los principios de Nuremberg “prohíben las guerras de agresión. En su calidad de tratados, también forman parte del derecho de EE.UU.”
Watada era consciente de que el encarcelamiento era la consecuencia más probable de su acción. Pero se proponía enjuiciar a la guerra al hacerlo: “Trataré de argumentar los méritos legales de la guerra: que es ilegal, que es inmoral y que oficiales y soldados de conciencia no deberían ser obligados a hacer algo que es ilegal e inmoral.”
El ejército acusó al teniente Watada de no haberse movilizado a Iraq con su unidad e inició su procesamiento por una corte marcial. Entonces comenzó el tortuoso proceso que terminó con la reciente victoria de Watada – un proceso que se hace eco del antiguo dicho: “la justicia militar es para la justicia lo que la música militar es para la música.”
Watada y sus partidarios se preparaban para enjuiciar a la guerra. Pero el juez militar, el teniente coronel John Head se negó incluso a permitir que fuera considerada la motivación de Watada para rehusar la orden – la ilegalidad de la guerra. El juez Head sostuvo que cuando Watada estipuló que había desobedecido una orden, estaba realmente confesando su culpa, haciendo que toda defensa fuera irrelevante.
La corte se enredó, tratando de mantener la paradoja de que un soldado tenga el deber de desobedecer órdenes ilegales, mientras Watada no podía argumentar que la orden que desobedeció no era una orden legítima.
Cuando el juez solicitó a los abogados de la acusación y de la defensa que pidieran la anulación del juicio sobre la base de que Watada debe haber comprendido mal su propia declaración, ambas partes dijeron al juez Head que estaban en desacuerdo. En ese momento el juez virtualmente instruyó al abogado de la acusación para que solicitara la anulación del juicio, la que otorgó de inmediato.
El juez Head propuso volver a juzgar a Watada por las mismas acusaciones. Pero, como el abogado de Watada, Eric Seitz, dijo en una conferencia de prensa después de la corte marcial, eso constituiría una violación flagrante de la salvaguarda constitucional contra un procesamiento por segunda vez por el mismo delito ya que tanto la acusación como la defensa habían presentado sus casos completos. El ejército, dijo Seitz, debería comprender que “este caso es un lío irremediable.”
Tres tribunales militares rechazaron la reclamación por procesamiento por segunda vez de Watada; pero en cuanto el caso fue apelado ante un tribunal civil, el juez del tribunal de distrito Benjamin Settle emitió un aplazamiento bloqueando el nuevo juicio, afirmando que “el juez militar probablemente abusó de su arbitrio.” El ejército anunció que apelaría pero no hizo nada durante dieciocho meses, dejando a Watada en un limbo judicial. Finalmente, después de una campaña de partidarios de Watada, el Departamento de Justicia del gobierno de Obama rechazó la apelación del ejército. El ejército amenazó con someter a Watada a una corte marcial por otras acusaciones pero finalmente decidió a aceptar su derrota.
Siguen existiendo preguntas más profundas
Ehren Watada está libre ahora para continuar con su vida civil. Pero como el gobierno de Obama se atrasa con sus promesas de retirarse de Iraq, se hunde en más cenagales en Afganistán y Pakistán, y amenaza con escalar el conflicto con Irán, las preguntas planteadas por la acción de Watada nos siguen persiguiendo. Algunas son:
¿Existe un derecho y una obligación de resistir?
Watada presentó la pregunta fundamental de si la autoridad – en las fuerzas armadas o en la sociedad en general – es algo que debe ser aceptado a ciegas, o algo que ha de ser sometido a un examen moral y legal. Afirmó que “el soldado estadounidense debe elevarse por sobre la socialización que le dice que hay que obedecer siempre a la autoridad sin cuestionarla. Hay que respetar el rango pero no seguirlo jamás a ciegas.”
Al general Peter Pace, entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, le preguntaron en 2006: “¿Debería la gente en las fuerzas armadas de EE.UU. desobedecer órdenes que considera ilegales?” Respondió: “Es la responsabilidad absoluta de todo el que está en uniforme desobedecer una orden que sea ilegal o inmoral.” Si es así, ¿cuáles son las implicaciones para los soldados, para las fuerzas armadas y para al resto de nosotros?
¿Deberíann considerar las fuerzas armadas afirmaciones de que hay órdenes que son ilegales?
Watada declaró: “Tengo entendido que bajo el derecho militar, se permite que los que están en las fuerzas armadas rehúsen y en los hechos que tienen el derecho a rehusar órdenes ilegítimas – un derecho a rehusar. En un tribunal deberíann tener la oportunidad de presentar evidencia y testigos en su defensa, sobre por qué la orden era ilegítima. En este caso no tendré esa oportunidad, y es una parodia de justicia.”
¿Debería reconocer la ley a objetores selectivos?
La Ley de Servicio Selectivo otorga estatus de objetor de conciencia a los que se oponen a todas las guerras por motivos de conciencia moral. Pero adopta la posición de que los objetores no pueden escoger y elegir sus guerras. Sin embargo, actualmente existen fuertes motivos morales para oponerse a muchas, si no a la mayoría, de las guerras que tienen lugar, incluso para aquellos que puedan admitir que en principio algunas guerras puedan ser justificadas. Amnistía Internacional adopta la posición de que existe un derecho a una tal “objeción selectiva” y que aquellos que son castigados por negarse a participar en una guerra que consideran inmoral son “prisioneros de conciencia.”
Watada reconoció que “en oposición a mi postura, se presentará el argumento de que los soldados no tienen derecho a escoger y elegir sus guerras.” Pero sostuvo que: “Yo respondería que no es sólo nuestro derecho sino nuestro deber constitucional y moral.” ¿Es hora de reconocer a objetores de conciencia a ciertas guerras?
¿Cómo se pueden impedir guerras ilegales de agresión?
Existe actualmente un amplio debate sobre la tortura en círculos políticos, el público y en cierto grado en los tribunales. Pero la tortura es sólo un crimen de guerra, y no es el más grave. Sin embargo, no existe virtualmente ningún esfuerzo por cuestionar o establecer una responsabilización por el crimen de guerra más importante de EE.UU. en Iraq: la guerra preventiva ilegal.
Como dijo Watada; “Pienso que el mayor crimen que los dirigentes pueden cometer – la dirigencia de un país – sería conducir a su pueblo, a su país, a la guerra, sobre la base de afirmaciones fraudulentas.”
En una declaración que le valió una acusación adicional del Ejército, Watada dijo a una convención de Veteranos por la Paz: “Para detener una guerra ilegal e injusta, los soldados pueden decidir dejar de participar en ella.” ¿Es deslealtad una acción semejante, o un suplemento muy necesario a nuestro sistema de limitaciones y balances?
El ejército sacó al aire su propia frustración por no haber podido condenar a Watada insistiendo en que su renuncia “tenía lugar bajo condiciones otras que honorables.”
El teniente Ehren Watada sacrificó honorablemente mucho y arriesgó más “para garantizar que todos los estadounidenses vivan en un país en el que tengamos una auténtica democracia.” El ejército debería honorarlo con héroe militar.
….
Jeremy Brecher es historiador. Sus libros incluyen “Strike!, Globalization from Below, y, co-editado con Brendan Smith yJill Cutler: “In the Name of Democracy: American War Crimes in Iraq and Beyond” (Metropolitan/Holt). Ha recibido cinco Premios Emmy regionales por su trabajo en películas documentales y fue consultor en el documental sobre el teniente Ehren Watada: “In the Name of Democracy: America's Conscience, A Soldier's Sacrifice.” Es co-fundador de Global Labor Strategies.
Brendan Smith es periodista y activista sindical. Es co-fundador de Global Labor Strategies, socio consultor del Progressive Technology Project, y se sumó recientemente al personal de Labor Network for Sustainability. Como miembro del emergente movimiento de “trabajo verde”, también dirige una granja orgánica de ostras de 20 hectáreas en las Islas
Thimble de Long Island Sound.
Fuente: http://www.zmag.org/znet/viewArticle/22981

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Las prioridades después de la restitución del presidente Zelaya


Se ganó una batalla, pero la lucha sigue

31-10-2009
Francisco Romero
Rebelión

Ahora que la batalla por la restitución se ha ganado, la lucha sigue y mucho más dedicada, pues es necesario definir asuntos fundamentales para continuar en la vía para la construcción de un nuevo país.
Antes de hablar de las prioridades, debemos tener en cuenta detalles que han ido saliendo en esta lucha y que suponen peligros para los planes del Frente Nacional de Resistencia. Por ejemplo, se ha hablado de la contratación de paramilitares colombianos para “cuidar” las fincas y propiedades de los poderosos. Por supuesto, nadie se ha creído esa farsa. Todos sabemos a que han venido.

La historia de Colombia nos da lecciones al respecto. Especialmente debemos tener en cuenta la historia de la Unión Patriótica, partido de izquierda creado como alternativa a la lucha armada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y que fue casi exterminado como bien lo expresa Wikipedia:

“…Dos candidatos presidenciales, 8 congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y miles de sus militantes fueron asesinados por grupos paramilitares, elementos de las fuerzas de seguridad del Estado colombiano y narcotraficantes. Algunos de los sobrevivientes al exterminio abandonaron el país.[1”

Este es un llamado de atención para no olvidar ni perder de vista que en esta lucha está en juego demasiado. Hablamos de miles de millones en intereses económicos usufructuados siempre por una clase política retrógrada y criminal que no quiere nada más que seguir tratando al país y a su gente como una hacienda privada, donde el ganado representa un beneficio económico mayor que la vida de los peones, quienes pueden ser ultrajados, vilipendiados, torturados y asesinados a discreción. Esta clase política ya ha demostrado que no tiene ningún límite a la hora de hacer valer sus intereses y que no le importa nada, ni siquiera la vida de personas inocentes para imponer sus mandatos. No son pocas las historias que en nuestro país atestiguan esto.

Dado este panorama y ya que se avecina la restitución del presidente Mel, que de ninguna forma significa el final de la lucha, el Frente Nacional de Resistencia debe asegurarse de resguardar la seguridad física de su dirigencia, de sus cuadros intermedios -que están siendo objeto de vigilancia y persecución- y de sus candidatos, que en el caso de un acuerdo político, le representarán.
Estos que, en una elección limpia, tendrán excelentes posibilidades de romper el bipartidismo, responsable del atraso y la ignominia en que ha vivido nuestro pueblo por siglos.
La seguridad de quienes dirigen el Frente a todos los niveles se convierte en condición previa para cualquier planteamiento de futuro. Debemos tener presente que hoy, más que nunca, los escuadrones de la muerte están vigentes. Ahora con respaldo de recursos financieros, tecnológicos, mediáticos y políticos que en los ochenta jamás soñaron.

En Honduras se juega la historia de America Latina, y por eso han acudido a esta tierra, en apoyo a los golpistas, desde los mediocres modernos filibusteros gusanos de la putrefacta urbe del sur de Florida, hasta traficantes de armas y “asesores” del Mossad. Es la vuelta de mirada al “patio trasero”. Son los yankees preocupados, dando tumbos por el orbe y ahora centrando su atención en la zona olvidada de Centroamérica. Ya que les está costando demasiado lidiar con los problemas lejanos en que se han metido, tal vez aquí pueden ganar una. Se olvidan de que también aquí han recibido lecciones que jamás deberían haber olvidado. Centroamérica ha aprendido que la dignidad no tiene precio. Honduras, ya no es la excepción. El Frente Nacional de Resistencia esta aquí para recordárselo.

En este contexto, algunas de las prioridades para el frente pueden ser las siguientes:

Prioridad Uno

Un acuerdo político patriótico entre todas las fuerzas políticas y sociales aglutinadas en el Frente Nacional de Resistencia. Principalmente se requiere que la resistencia decida el voto para presidente por Carlos H. Reyes. César Ham debe ceder su candidatura, aunque formalmente se mantenga en la papeleta, ya que si no lo hace, la UD como partido será sancionada con la desaparición. Este acuerdo debe incluir la decisión de votar por los candidatos de la UD y de las fuerzas progresistas a diputados y alcaldes. Hay que identificar a los candidatos y divulgar hacia quién deben ir los votos de forma muy clara en cada municipio y departamento del país. Ya es tiempo de dejar atrás los ánimos de figurar y las ambiciones personales para dar paso a un planteamiento consensuado en el marco del Frente Nacional de Resistencia, que ha dado suficientes argumentos para establecer la unidad que tanto necesita el pueblo hondureño. Este pueblo que ha dado lecciones impresionantes de dignidad y de lucha se merece un planteamiento unitario sin precedentes en nuestra historia. Sólo así, se tendrán opciones reales de romper el bipartidismo.

Prioridad Dos

Desmontar el Fraude, que ha sido concebido y estructurado por las fuerzas oscuras de los grupos fácticos, como continuación de la estrategia que se inició con el golpe de Estado. Las elecciones solo son una opción más en la estrategia de dominación echada a andar el 28 de junio pasado. Este fraude, como documentó muy bien Ricardo Salgado en el portal Rebelión, implica la alteración del padrón electoral con 1,5 millones de votantes ficticios, pero con la capacidad de voltear cualquier resultado real que sea contrario a sus designios. Esto, asimismo tiene un interés económico. Significa al menos 60 millones de lempiras (mas de 3 millones de dólares) como botín electoral para quienes sean declarados ganadores por el Tribunal Supremo Electoral, manejado ¿adivinen por quien?, por los mismos que dieron el golpe. Ya hay denuncias de que después de la fecha establecida por el mismo tribunal, se han inscrito diez mil votantes más y se han hecho diez mil cambios de domicilio bajo el mismo proceso ilegal. Esto presagia sólo una cosa: un mega fraude montado por los golpistas. Los partidos disidentes y el candidato independiente no pueden ni soñar con tener representantes ante quienes deben dar el veredicto del proceso. ¿De que manera puede pensarse que este proceso será equitativo? ¿Es ésta otra piedra más en el camino del Frente para construir la democracia real? La premisa de cualquier elección que se pueda considerar libre es la igualdad de condiciones en la que los diferentes candidatos participan. Por supuesto, dadas las circunstancias actuales en Honduras y pese a la restitución de Mel, éste no es definitivamente el caso.

Prioridad Tres

En el caso dado que el Frente Nacional de Resistencia decida que se debe participar en el proceso electoral, la siguiente prioridad seria la formación de 26.000 miembros de mesa, que deberán escogerse con criterios de capacidad, compromiso y carácter, ya que en ellos va a recaer una gran responsabilidad para evitar que en las mesas se de el fraude y es el espacio donde se deberá pelear voto a voto, para que no se elimine así la voluntad popular expresada en las urnas. Considerando el tiempo que falta para las elecciones, es una tarea más que colosal. Supone un esfuerzo político, logístico y operativo que difícilmente el Frente podrá superar. Los golpistas sabían muy bien lo que hacían al darle largas a la restitución del presidente, seguros de que cada día que pasara era un golpe a las posibilidades reales de la resistencia para competir en igualdad de condiciones y menos posibilidades de ganar.

Como explicamos arriba, el fraude no sólo se hace en las urnas, donde ha sido tradición, ahora, están a mano las tecnologías de la información. Por lo tanto, es en la configuración del padrón, de las listas, de la distribución de las mesas, donde se inicia la farsa. Además, este proceso tiene otro amarre: ya se contrató a dos empresas de telefonía celular para transmitir los resultados de forma “inmediata” y muy rápido dar a conocer al ganador. Esto tendrá un efecto conocido en la “opinión pública”. Acuérdense de cuando el anterior presidente de Estados Unidos fue declarado ganador por una conocida cadena de televisión y el efecto que esto tuvo en el resultado final. ¿Adivinan cuáles son esas empresas? Por supuesto son Tigo y Claro, dos empresas ligadas fuertemente a los mismos grupos que promovieron el golpe.

Prioridad Cuatro

El fortalecimiento de los Medios Alternativos se convierte en una prioridad ineludible. Ya que ha quedado suficientemente demostrado que los medios que apoyan al Frente Nacional de Resistencia son sumamente importantes para la difusión, la convocatoria, las alertas, la animación, la incidencia, la solidaridad, y un largo etcétera, se requiere una estrategia que defina una posición clara del Frente hacia los medios alternativos y vías alternas en caso que se den nuevamente los cierres que afectaron fuertemente a éstos. La lección debería darse bajo esta pregunta: ¿qué tanto esta preparado el Frente para tener opciones, cuando ya hay un decreto establecido mediante el cual, en cualquier momento de la campaña, los medios que le apoyan pueden ser cerrados nuevamente por tiempo indefinido? Seguramente será necesario tener opciones en Internet y en el dial sin estar sujetos a los caprichos de los golpistas que han demostrado más de una vez que les importa un pepino jugar sucio, lo que al Frente le exigen en demasía. Los medios son motor y clave del éxito en cualquier iniciativa. La que enfrentamos hoy día no es la excepción.

Prioridad Cinco

El Frente Nacional de Resistencia debe definir una estrategia para responder al fraude. Qué hacer cuando los reportes de las mesas, cuando la manipulación de las actas, cuando los informes de las compañías de telefonía celular y los medios golpistas den por sentado el ganador que ya todos sabemos y que los “observadores” imparciales ratifiquen con una melodramática comparecencia. Hay que estar preparados para una larga lucha. Si la restitución costó cuatro meses de sacrificios, sangre de nuestros mártires, cárcel, torturas y exilio, la construcción de una nueva sociedad costará mucho más. Debemos prepararnos para esto. Las experiencias de nuestros hermanos de la región son valiosas. Debemos hacer acopio de ellas. La solidaridad es una pieza clave para derrotar la reacción. Ésta debe responder a una estrategia.

Finalmente y para volver a la historia que es un saco de enseñanzas, no debemos dejar que ésta nos sorprenda. Recuerdo aquel febrero de 1990 en Nicaragua, cuando el Frente Sandinista fue atrapado y sorprendido en su propia trampa. Del otro lado, el desconcierto quizás fue mayor. No podían creer que habían ganado contra todas las apuestas. Siempre hay factores que evaden los concienzudos análisis y las estadísticas de los politólogos. La realidad supera con creces las teorías que intentan racionalizarla. Doña Violeta tuvo que improvisar un plan y un equipo de gobierno.

Por ridículo que pueda parecer, contra todo pronóstico, contra el mega fraude, el Frente Nacional de Resistencia tiene hoy, mas que nunca, opciones reales, no solo de ganar las elecciones, sino de sepultar el bipartidismo y acabar con siglos de atraso, de abuso y de apartheid al que han sido sometidos los pobres de Honduras.

Por eso y por respeto a quienes hoy cifran la esperanza en el Frente para construir un nuevo país, con justicia, con equidad, sin discriminación, con dignidad, con respeto, con opciones para vivir en paz y dignamente sin tener que emigrar, el Frente debe pensar seriamente en definir un plan y un equipo de gobierno. Seguramente habrá quienes se reirán de esto, pero la historia se ha encargado de cerrar la boca a más de un incrédulo.

Este es el tiempo que no puede ser mañana y como dice la canción de Pablo: “…La historia lleva a su carro y a muchos los montará, por encima pasará, de aquel que quiera negarlo.” Por esto y por mucho más, podemos decir que ha llegado el momento de sumarnos con alegría, con todas nuestras energias para decir basta ya. Acabemos con el oprobio y la ignominia. Nuestro tiempo ha llegado. Adelante compañeros y compañeras, el futuro nos pertenece.

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La comisión de Zelaya exige celeridad, la de los golpistas, justifica el retraso


El sindicalista y uno de los líderes de la resistencia hondureña Juan_Baraona

01-11-2009
Se retrasa la posible restitución de Zelaya: el Congreso, en recesión
Gonzalo Sánchez
Tercera Información

Los 128 diputados que conforman el máximo órgano legislativo de Honduras, el Congreso Nacional, están en recesión hasta después de las, a día de hoy, fraudulentas elecciones del 29 de noviembre que está preparando la dictadura.

Para que el congreso se pronuncie sobre el acuerdo pactado por las dos comisiones, que incluye la restitución de Zelaya, hace falta una sesión extraordinaria que debe ser convocada por el ilegítimo presidente del congreso, Alfredo Saavedra.
La comisión de Zelaya ha difundido que en las próximas horas van a reunirse con Saavedra y la comisión de los golpistas para exigirle al presidente de la institución gubernamental que convoque en 24 horas la sesión extraordinaria del congreso para que se pronuncie sobre la restitución.
Mientras tanto, la comisión golpista justificó este retraso mediante Arturo Corrales, que advirtió que el acuerdo pactado no establece fechas para que el congreso decida y declaró que "nadie puede ponerle plazo a los poderes del Estado, sólo el mismo Congreso se puede poner plazos y, además, no sólo es al Congreso, porque, si decimos que es en consulta con los demás poderes del Estado, esos tiempos les corresponderá a ellos decidirlo".
Mientras tanto el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado se mantiene por decenas de miles frente al congreso por la restitución de Zelaya y el líder de la resistencia, Juan Barahona dijo saber que el líder derechista, Pepe Lobo, puso a sus diputados a votar por la restitución de "Mel".El líder revolucionario también se dirigió entre aplausos a la multitudinaria concentración frente al congreso para recalcar los siguientes pasos a seguir, "vamos a sacar a Mel de la embajada de Brasil y lo llevamos a la Casa Presidencial, después fijamos la mira en las elecciones y si unificamos el voto, también los vamos a cachimbear, debemos estar unidos para no votar por los políticos golpistas; pues sobre sus espaldas están los muertos, los heridos, los golpeados y los desaparecidos, y nuestro deber es derrotarlos en toda la línea, luego vamos por la Constituyente, aquí nadie cuelga los tacos ni se duerme en una hamaca, seguimos en la lucha por la Constituyente"

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Honduras: El día que Washington forzó un acuerdo a la baja


01-11-2009
Carlos Aznarez
Editorial Resumen Latinoamericano

No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que el acuerdo firmado por el presidente legítimo de Honduras, Manuel Zelaya, y el golpista Micheletti, parece echar por tierra buena parte de lo que el pueblo defendió en la calle durante más de cuatro meses. Es así, más allá de la alegría que puede producir ver a Zelaya entrar nuevamente en el lugar de donde lo arrojaron violentamente, y de un eventual reciclamiento de la Resistencia en frente electoral para los comicios del 29 de noviembre.

Prácticamente desde el comienzo del golpe fascista, quedó claro, y así lo expresaron mandatarios revolucionarios como Raúl Castro y Hugo Chávez, que detrás de los gorilas estaba el dueño del circo, es decir Estados Unidos. Ningún gobierno de facto hubiera aguantado tantos días sin que el Pentágono, la CIA y sus adláteres hubieran generado las condiciones para derrocar a un gobierno del ALBA (un acuerdo entre pueblos que duele a los gringos) y mantenerlo en el tiempo. Luego vinieron los auxiliares de esa estrategia: el siempre-listo presidente Óscar Arias, la imperial señora Hillary Clinton, el servicial míster Insulza con sus partenaires de la OEA, y en varias ocasiones el halcón de la política estadounidense en el continente, el Subsecretario de Estado, Thomas Shannon. Todos coincidían, y así lo expresaron en cuanta ocasión tuvieron, en que Zelaya debía aflojar en sus peticiones, dejarse de embromar con la convocatoria constituyente y pensar cuánto convenía (a los negociadores a la baja) la posibilidad de una reconciliación con los golpistas. Frente a esos embates, que Zelaya parecía aguantar a pie firme (más allá de algunos titubeos circunstanciales), en las calles de Tegucigalpa y todo el país rugía la Resistencia. Ese fenómeno de pueblo alzado que sorprendió a propios y extraños por su unanimidad, por su contundencia y su persistencia. No hubo en estos cuatro meses un solo día en que los hombres, mujeres, jóvenes y niños y niñas de Honduras no se manifestaran contra el golpe. Pusieron el cuerpo a las balas, quebraron el estado de sitio, ganaron al toque de queda, dejaron muertos en el camino, pero no se amilanaron nunca. Ése fue el principal soporte que ha tenido Zelaya hasta el día de hoy. Y es bueno que lo entienda así, para pensar muy bien sus pasos futuros.Indudablemente, estar encerrado en una embajada, aturdido por el ruido que provocan adrede los golpistas, pasando ciertas penurias (aunque jamás pueden compararse con las que sufre el pueblo pobre hondureño), quizás hayan influido negativamente en Zelaya y de allí a firmar un mal acuerdo hay un paso. Podría ser, decimos, pero no nos convence. Todo indica que quienes sí jugaron un papel fundamental en esto que huele a peligrosa resignación y que terminará seguramente con Zelaya en un gobierno compartido con quienes asesinaron a su pueblo, fueron el gringo Shannon y el perrito faldero de la OEA, el "bacheletista" Insulza, quienes forzaron la situación de tal manera para que el "legítimo" cediera a un pacto bochornoso. Los estrategas del pacto hablan de que a Honduras le sirve reconciliarse, pero enseguida surge el interrogante de qué se va a hacer con los asesinos de tantos hondureños y hondureñas, con los que fueron golpeados en las cárceles, con quienes han perdido su trabajo por manifestarse. Es evidente que en aras de un acuerdo no se puede borrar lo que ha ocurrido en estos cuatro meses de terror, y si así se hiciera, el edificio que se construya de aquí en adelante tendrá múltiples grietas.Por otra parte, todo hacía pensar -y esto la Resistencia lo expuso mejor que nadie- que la gran trampa de esta lucha estaba en la convocatoria de elecciones para el 29 de noviembre, ya que de celebrarse esos comicios, es probable que quienes mejor estarían preparados para obtener el triunfo son los partidos de derecha. Esas agrupaciones siguieron en campaña electoral todo este tiempo en que los zelayistas luchaban en las calles. El caso más notable es el del partido Nacional, de Porfirio Lobo, un pícaro pro golpista y ahora uno de los más convencidos de que la restauración de Zelaya en el gobierno -por unos pocos días- podría generar las condiciones para su triunfo. En ese mismo plan de elucubraciones para el futuro inmediato, podría surgir la pregunta de ¿por qué sería tan sencillo que el golpismo ahora ganara electoralmente, habiendo tanta población movilizada junto a Zelaya? Lo que ocurre es que una cosa es ganar la calle y sostener heroicamente una protesta, como en este caso, y otra muy distinta, tener aceitado el mecanismo de los partidos para vencer en una elección, precisamente en un terreno donde la derecha y los liberales suelen moverse como el pez en el agua. Sin embargo, en las filas de la Resistencia, hay muchos que piensan que el levantamiento popular tiene un innegable futuro político, que podría sintetizarse en sumar en una misma fórmula a César Ham, del izquierdista Partido Unificación Democrática y el independiente pro-Zelaya, Carlos H. Reyes, un hombre que estuvo al frente de varias movilizaciones en estos cuatro meses de lucha callejera.Todo parece indicar que los estrategas de Washington han armado una trampa, con la excusa de brindar una solución “posible” al conflicto. Y en ello, consiste el empeñoso papel que han jugado los yanquis convenciendo a Zelaya de que ceda y también a Goriletti de que acepte un acuerdo que probablemente termine beneficiando a quienes no quieren que el pueblo gobierne. Por eso mismo en la firma del pacto figura con letra de molde la renuncia por parte de Zelaya a la bandera fundamental por la que se movilizó el pueblo hondureño, la convocatoria a una Asamblea Constituyente, plural e inclusiva.Ahora habrá que ver cómo reacciona esa masa multicolor y valiente que es la Resistencia popular. Más allá del júbilo innegable que puede provocar ver a su querido presidente (de esto no hay dudas, ya que Zelaya es venerado por los más humildes) en el sillón presidencial del que fuera arrancado un nefasto 28 de junio, lo importante es que el pueblo no se deje arrebatar las reivindicaciones de autodeterminación y justicia social por las que tanto ha bregado. Como expresara en múltiples ocasiones el liderazgo de la Resistencia, representado por Juan Barahona, Berta Cáceres, Rafael Alegría y otros: "Nuestra lucha es por la Constituyente y por una Honduras que nos incluya a todos y todas, y esto se dará con Zelaya o sin Zelaya. Ya no tenemos retorno". De eso se trata ahora que soplan tiempos de acuerdos a la baja, precisamente de esto, de que no retorne la vieja política que sometió a la población hondureña en el hambre, la miseria, la represión y la dependencia de EE.UU. Pero por encima de esto, algo más importante todavía: se trata de que la política imperial no consiga una nueva estrella para su bandera de muerte en el continente, precisamente ahora que ha logrado imponer con argucias parecidas a las utilizadas en Honduras, siete nuevas bases en territorio colombiano.

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La Restitución de Zelaya se retrasa hasta el jueves



02-11-2009
Gonzalo Sánchez
Tercera Información

Los diputados del congreso siguen fuera de Tegucigalpa, sede del poder legislativo, con la campaña electoral.
El retraso viene dado por que, en palabras de Ramón Velázquez, "el lunes es Día de Difuntos y debo atender compromisos en mi pueblo", por lo que no será hasta el martes que entregue el acuerdo. Un simple trámite burocrático que sólo retrasa la salida a la crisis hondureña.

Aún cuando el documento sea entregado a Saavedra no se garantiza que el Congreso Nacional de Honduras sesione esta semana, ya que los diputados haciendo oidos sordos a la comunidad internacional, siguen la orden del dictador Micheletti, que ellos mismos auparon al poder de realizar las ilegítimas elecciones el 29 de noviembre próximo, que ya cuentan con el aval de la OEA que ha tomado el acuerdo como la restitución de Zelaya en el poder, aún cuando esto no ha sucedido.
Por su parte el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ha declarado que la Comunidad Internacional permanezca atenta por los "oscuros intereses" de Roberto Micheletti y ha negado los rumores que señalaban que él junto a los Estados Unidos y el golpista Micheletti tenían un pacto secreto, "No existe nada secreto, todos los acuerdos son de conocimiento general. Posiblemente algunos diputados estén tratando de impedir que se logre culminar este acuerdo".
Según uno de los puntos del acuerdo, el próximo jueves, día 5 de noviembre deberá estar conformado un gobierno de unidad nacional que garantice la vuelta de Zelaya al poder y la transparencia de las próximas elecciones que se celebrarán el próximo 29 de noviembre.
Este retraso de la aprobación del acuerdo podría darse para que el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado no tenga tiempo de organizarse políticamente mientras los candidatos golpistas llevan ya varias semanas de campaña electoral.
Según varios rumores que resuenan con fuerza por las calles de Honduras, la fórmula del Frente Nacional de Resistencia podría estar integrada por los dos candidatos de izquierda que antes del golpe se presentaban por separado: César Ham de Unificación Democrática y Carlos H. Reyes como independiente.
Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article10907

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Honduras: una improbable solución


01-11-2009
Rebelión
Atilio A. Borón

¿Se resolvió la crisis política en Honduras? Si bien se abrió una ventana de oportunidades todo parece indicar que no hay demasiado lugar para el optimismo. Conviene recordar lo que dijéramos en estas mismas columnas al producirse el golpe: que Micheletti sólo permanecería en el poder en la medida en que contara con el apoyo, activo o pasivo, de Washington.

Cuatro meses demoró la Casa Blanca en comprender el alto costo que tenía sostener a un régimen golpista en la región. Acuciado por los diversos problemas que enfrenta en su política exterior -sobre todo por el rápido deterioro de la situación en Afganistán y Pakistán y el empantanamiento de sus tropas en Irak- Obama dio un golpe de timón que descolocó a su Secretaria de Estado Hillary Clinton, principal artífice del apoyo a los golpistas, y envió a Thomas Shannon a Tegucigalpa con el encargo de restaurar el orden en el convulsionado patio trasero. Poco después Micheletti archivaba sus bravuconadas y aceptaba mansamente lo que hasta entonces era inaceptable. Claro, poco antes Shannon había transmitido el terminante mandato imperial. Para dulcificar el mal rato hizo pública su admiración por los dos líderes de la democracia hondureña: el golpista y el destituido.
Zelaya propone un programa de tres puntos: restitución, amnistía y gobierno de reconciliación nacional. La primera deberá ser resuelta por el Congreso, el mismo organismo que convalidó con entusiasmo el golpe de estado y no ahorró insultos y calumnias en su contra. Habrá que ver, pero no será sencillo. Amnistía, ¿para quienes? ¿Para los funcionarios civiles y militares de un gobierno que violó los derechos humanos y conculcó todas las libertades? ¿O aceptaría Zelaya ser amnistiado por delitos que no cometió, como por ejemplo tener la osadía de pretender preguntarle a su pueblo si es que estaba de acuerdo con convocar a una asamblea constituyente? Y ni hablar de la tercera cláusula, íntimamente vinculada a la anterior. Porque, en las actuales condiciones, ¿un gobierno de reconciliación nacional no es acaso un pasaporte al olvido, a la desmemoria, a la impunidad?
Un somero balance de la crisis y su aparente resolución revela que los golpistas pueden sentirse satisfechos porque preservaron sus dos principales objetivos: destituir a Zelaya, aunque reasuma por unos pocos meses más hasta que finalice su mandato; y haber logrado el reconocimiento internacional de las viciadas elecciones del 29 de Noviembre, cosa que el propio Shannon se encargó de asegurar. A su vez la oligarquía hondureña se saca de encima el peligro de una escalada más agresiva de Estados Unidos contra sus propiedades y privilegios, cosa que podría haber ocurrido si no se producía un acuerdo. Un eventual control más pegajoso de Washington sobre sus activos y fondos en Estados Unidos le quitaba el sueño, y la intransigencia de Micheletti se convertía en una amenaza innecesaria a sus intereses.
Para Zelaya el balance resulta mucho más complejo, y es precisamente eso lo que ensombrece el panorama hondureño. Su restitución no remueve para nada las causas profundas que provocaron el golpe de estado. Además, en tal caso, ¿convalidaría sin más los resultados de unas elecciones plagadas de gravísimas irregularidades y cuya campaña se desenvolvió bajo el clima de violencia y terror impuesto por los golpistas? Micheletti ya está haciendo sonar los tambores de guerra. Apenas cerrado el acuerdo declaró a la CNN en Español que una vez restituido en el poder “Zelaya y la gente que le acompaña estamos seguros de que van a emprender una campaña de persecución. Sólo el que no conoce la actitud de Zelaya se cree que no habrá consecuencias.” ¿Cuál será la respuesta en caso de ser reinstalado en el gobierno: ¿Amnistiar a los golpistas, reconciliarse con ellos, abrazarse con Micheletti? Pero Zelaya está lejos de ser el único actor de este drama: ¿Como reaccionarían los heroicos militantes que arriesgaron sus vidas y su integridad física para defender al gobierno legítimo? Hay muchos muertos, y heridos; mucha cárcel y humillación de por medio: ¿aceptarán estas mujeres y hombres que ganaron las calles de Honduras el olvido de tantos crímenes y el perdón a sus victimarios? Además, si una lección extrajeron los movimientos sociales y las fuerzas populares durante estos cuatro meses de resistencia es que si se organizan y movilizan su gravitación en la coyuntura puede llegar a ser decisiva, mucho más de lo que antes se imaginaban. La crisis les enseñó, brutalmente, que pueden dejar de ser objetos de la historia para convertirse en sujetos y protagonistas de la misma. Y tal vez por eso, más allá de lo que ocurra con este acuerdo, decidan seguir avanzando en sus luchas por la construcción de una Honduras diferente, esa que no se consigue con injustas amnistías o espurias reconciliaciones.

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