lunes, 25 de mayo de 2009

Shell acusada de colaboración en el asesinato de Ken Saro-Wiwa


26-05-2009
Thijs Bouwknegt
Radio Nederland

El lider nigeriano del pueblo Ogoni representaba a las comunidades del Delta del Níger más afectadas por la actividad petrolera

Una de las principales empresas petroleras del mundo debe comparecer la semana entrante, acusada de violaciones de derechos humanos en Nigeria. El juicio ocurre 14 años tras la ejecución del escritor y defensor de los derechos humanos, Ken Saro-Wiwa, por la junta militar nigeriana. Un juzgado de Nueva York verá este caso, que ha sido descrito como el más importante relacionado con una responsabilidad corporativa. Desde el miércoles, la Corte escuchará argumentos que señalan que el consorcio Royal Dutch Shell - que protagoniza el sector petrolero nigeriano desde hace décadas - consiguió ayuda de los militares nigerianos para acallar a Saro-Wiwa.

Shell, que niega con firmeza las acusaciones, está también acusada de pagar a soldados que cometieron numerosos abusos a los derechos humanos en el Delta del Níger.

Delta del Níger

La Royal Dutch Shell comenzó la explotación petrolera en el Delta del Níger el año 1958. Desde entonces los derrames de crudo, incendios de gas y la deforestación han terminado con los recursos naturales de la región y han destruido la economía de subsistencia de los ogoni, basada en la pequeña agricultura y la pesca. No obstante, tan sólo hasta comienzos de los noventa los ogoni comenzaron a protestar por la represión y explotación de que eran objeto por parte de Shell y la junta militar nigeriana. Entre 1990 y 1995, soldados nigerianos reprimieron de manera masiva y brutal a los movimientos de protesta ogoni. Muchas de sus aldeas fueron incendiadas y sus líderes terminaron en la cárcel. Shell es acusada de haber apoyado esta campaña de los militares.

Ken Saro-Wiwa

Los abusos contra los ogoni alcanzaron su nivel más deplorable el 10 de noviembre de 1995. El dictador Sani Abacha ordenó la ejecución de 9 líderes ogoni falsamente acusados de asesinato y juzgados por un tribunal militar especialmente instalado para el caso. El miembro más conocido de "los nueve ogoni" era Ken Saro-Wiwa (1941-1995), uno de los críticos acérrimos de las operaciones de Shell en Nigeria. Su Movimiento para la Sobrevivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP) representaba a las comunidades del Delta del Níger más afectadas por la actividad petrolera.

Los familiares de Saro-Wiwa sostienen que Shell apoyó la represión militar y la persecución de los líderes ogoni, y afirman que la firma estaba preocupada por las protestas, pues podrían interrumpir sus operaciones petroleras y dañar su imagen internacional. Ante esta situación, el consorcio "buscó eliminar la amenaza mediante una campaña sistemática de violación de derechos humanos".

Shell niega que haya buscado silenciar a Saro-Wiwa y, por el contrario, sostiene que "intentó persuadir al Gobierno nigeriano para que fuera clemente".
El caso contra Shell

Abogados estadounidenses han reunido material suficiente para acusar a Shell de violaciones a los derechos humanos en Nigeria. Entre los cargos figuran ejecuciones sumarias, crímenes contra la humanidad y tortura. Ha tomado años para que el primero de estos casos llegue a la Corte.

El juicio, que comienza la próxima semana, es posible gracias a una ley de 1789, que permite a ciudadanos no estadounidenses presentar cargos relacionados con violaciones internacionales de los derechos humanos, sin importar el lugar donde se cometió el delito. En Estados Unidos ya se ha presentado una serie de casos contra los consorcios petroleros más grandes del mundo por supuestos crímenes cometidos en países en desarrollo. Chevron podría verse obligado a pagar 27 mil millones de dólares por contaminar la jungla ecuatoriana. Exxon Mobil está acusado por aldeanos indonesios que sufrieron abusos por parte de soldados que trabajaban para el consorcio en la protección de una planta de gas natural.

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Bermúdez cambió en el último momento la sentencia del 11-M


A los coforistas recomiendo leer atentamente estos arts. del diario El Mundo de Madrid que prueban indubitablemente que el atentado de Atocha (el 11M) fue un false flag grande como una casa y que el estado español estuvo hasta las manos en el encubrimiento, tal como ocurrió en nuestros "atentados" con el estado nacional.

Tened en cuenta que El Mundo no es un diario pro-islamita, sino más bien lo contrario, está considerado entre los primeros de España por calidad y tiraje y responde la Partido Popular,de derechas y pro-franquista. Es decir que por ese lado es insospechado de imparcialidad. JP.
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----- Mensaje original -----
25 de Mayo de 2009
OPINION
EDITORIAL
Una sentencia con freno y marcha atrás


Por si faltaqra alguna prueba de la trascendencia del Informe Iglesias que mañana mismo aparecerá en las librerías, el vicedirector de EL MUNDO Casimiro García-Abadillo revela en el prólogo del libro que el juez Gómez Bermúdez estuvo a punto de proponer a sus compañeros una sentencia que hubiera sido muy acorde con las principales conclusiones de este químico: en los trenes no estalló Goma 2 ECO sino Titadyn y la Policía manipuló la investigación. Resulta que apenas una semana antes de la presentación pública de la sentencia, el a la vez presidente de la sala y ponente comunicó a un magistrado amigo suyo no sólo que quedarían absueltos los supuestos cerebros de la trama -como así ocurrió- sino que, además, Trashorras sólo sería condenado por tráfico de explosivos y habría deducción de testimonios contra mandos de los cuerpos de seguridad.

EL MUNDO conoció esta información y se comprometió a mantenerla en secreto hasta que se consumara, y así lo hizo. Ahora García-Abadillo ha reconstruido y corroborado los hechos con el interlocutor del juez. No hablamos, pues, a lomos de un mero rumor.

Es obvio que la absolución de Trashorras como autor de la masacre hubiera desmontado no sólo el tejado de la versión oficial, como pasó con los autores intelectuales, sino sus propios cimientos. Todo el edificio se hubiera desmoronado con estrépito y el comando de Leganés habría quedado flotando en el vacío, sin suministradores de explosivos conocidos. Si además uno o varios policías -el candidato más obvio era Sánchez Manzano- hubieran ido «caminito de Jerez» como el propio Bermúdez había pronosticado ante diversos testigos, el escándalo político habría sido mayúsculo y las circunstancias de la victoria del PSOE en el 2004 habría sido puesta en entredicho. ¿Por qué durante esa semana decisiva el juez Bermúdez primero echó el freno a esos afanes justicieros y luego dio marcha atrás en dos de sus tres propósitos? ¿Recibió presiones del Gobierno? ¿Tuvo en cuenta la precariedad de su recurrido puesto al frente de la Sala de lo Penal de la Audiencia? ¿Ponderó el efecto que una sentencia así habría tenido en la acogida al polémico libro de su esposa? La prueba de que, en todo caso, sus consideraciones fueron políticas está en el inaudito formato con que presentó la sentencia: enfatizando todo aquello que avalaba al Gobierno frente a las dudas y pesquisas de nuestro periódico y camuflando la propia absolución de los «cerebros».

Esta secuencia de acontecimientos adquiere ahora un gran relieve porque en definitiva viene a demostrar que Bermúdez, hombre sin duda perspicaz e inteligente, ya se dio cuenta de lo que Antonio Iglesias demuestra al repasar los análisis de los explosivos: que la química refutaba la versión de la «Goma 2 ECO y vale ya». Por eso se cubrió con la añagaza de que podía haber un segundo explosivo, fingiendo ignorar que en los trenes de lo que no había rastro era del primero.

Así las cosas, creemos que la Justicia debe darse una segunda oportunidad para averiguar lo que ocurrió el 11-M. Podría llegar a través de los flecos que aún investiga el juez Velasco, sucesor del nefasto Del Olmo -por ejemplo la detención en Marruecos del supuesto alquilador del piso de Leganés- pero nadie percibe el impulso suficiente en esa vía. Más factible sería que alguno de los condenados pidiera la revisión de la sentencia a partir de un hecho nuevo como el informe Iglesias o que las víctimas se querellaran contra el entonces jefe de los Tedax y otros policías. La memoria de los muertos y la dignidad de los vivos requieren que alguien levante en sede judicial el freno político que, según todos los indicios, Gómez Bermúdez aplicó sobre su inteligencia y su conciencia en octubre de 2007.




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Lunes, 25 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.098.
ESPAÑA
11-M, LA INVESTIGACIÓN / Nuevas revelaciones
Bermúdez cambió en el último momento la sentencia del 11-M

Una semana antes de notificarla dijo a un magistrado que sólo condenaría a Trashorras por tráfico de explosivos y que iba a deducir testimonio contra mandos policiales

Madrid
El revés que para la versión oficial del 11-M supuso la sentencia de la Audiencia Nacional estuvo a punto de resultar, en realidad, un cataclismo. Una semana antes de hacer público el fallo, el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, rectificó dos elementos esenciales que hubieran hecho tambalear la versión presentada por la Fiscalía.

A finales de octubre de 2007, el presidente de la Sala de lo Penal transmitió confidencialmente a un magistrado tres aspectos clave del fallo referidos a la autoría intelectual, los explosivos y la posible responsabilidad penal de algunos funcionarios. Pero lo que salió adelante fue un plan B donde sólo sobrevivió la ausencia de autores intelectuales.

Por el contrario, un minero asturiano y su explosivo cargaron con los muertos del 11-M y ningún miembro de las Fuerzas de Seguridad tuvo que afrontar investigación alguna.

Las confidencias incumplidas del presidente del tribunal constan en Titadyn (La Esfera de los Libros), en el que el vicedirector de este diario, Casimiro García-Abadillo, prologa el macroinforme sobre los explosivos del 11-M elaborado por uno de los peritos que actuó para el tribunal, el químico Antonio Iglesias.

«Una semana antes de que se comunicara públicamente la sentencia, Gómez Bermúdez le transmitió confidencialmente a un magistrado tres conclusiones de la misma: 1. No se establecería la autoría intelectual del atentado, en contra de lo que sostenía la Fiscalía. 2. Habría deducciones de testimonio para algunos mandos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. 3. El minero Suárez Trashorras no sería condenado como responsable de los atentados, sino sólo por tráfico de explosivos».

«Esta información», prosigue, «se la hizo llegar al director de EL MUNDO una tercera persona, que nos pidió mantenerla en secreto hasta el día 31 de octubre. Así lo hicimos. Posteriormente yo mismo he tenido la ocasión de comprobar con la fuente que, en efecto, ésa era la intención del ponente a tan sólo una semana de hacer pública la sentencia».

Sin embargo, sólo uno de esos puntos, el de los autores intelectuales, sobrevivió a las intensas jornadas que precedieron a la presentación pública de la sentencia. Las otras dos no se cumplieron. Lo cierto es que si hubieran recibido la rúbrica del tribunal -completado por Alfonso Guevara y Fernando García Nicolás-, el revolcón a la teoría mantenida por el Ministerio Público habría sido mayúsculo.

«Al menos dos de esas conclusiones (la segunda y la tercera), que hubiesen supuesto un varapalo fundamental para el escrito de conclusiones de la Fiscalía y que habrían puesto en tela de juicio la labor de investigación de destacados mandos policiales, tenían que ver con los explosivos».

«Si el explosivo utilizado por los terroristas no queda demostrado que fuera Goma 2 ECO, el papel de Suárez Trashorras quedaba reducido al de mero proveedor del mismo a la banda de El Chino. Eso habría permitido su condena por tráfico y no por asesinato múltiple».

En cuanto a las deducciones de testimonio, el propio desarrollo del juicio pareció hacerlas inevitables. Sin embargo, el tribunal hizo mutis por el Supremo y se las sacudió de encima alegando que antes de ponerse a ello hacía falta esperar a ver qué daba por probado el Alto Tribunal. El Supremo se pronunció, pero el tribunal de la Audiencia Nacional no volvió a hacerlo.

Las víctimas, decepcionadas, han recordado en muchas ocasiones que Gómez Bermúdez les había asegurado que algunos testigos irían «caminito de Jerez». Es decir, procesar a destacados mandos por delitos como falsedad en documento público, falso testimonio, ocultación o manipulación de pruebas, etcétera. «Yo mismo he oído al juez Gómez Bermúdez pronunciar esa frase y no me cabe ninguna duda de que ésa era su voluntad», añade García-Abadillo en Titadyn. La lista de nombres tenía claros candidatos: el ex jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano; la químico que hizo los primeros análisis; el coronel de la UCO Félix Hernando y el subordinado que era el contacto del confidente Zouhier; el jefe de la UCAO, Domingo Castaño, y el instructor de las diligencias policiales sobre el 11-M. Así lo reclamaban las acusaciones.

Pero hubo sentencia y no hubo nada. Emilio Suárez Trashorras y su explosivo asturiano se llevaron 40.000 años de prisión y ningún mando policial encontró su nombre en el fallo.

Entonces, ¿qué pasó? García-Abadillo ofrece dos explicaciones: la malévola y la probable. La primera sostiene «que el Gobierno, primer interesado en una sentencia que se pareciera lo más posible a las conclusiones de la Fiscalía, le ofreciera algo relacionado con su carrera profesional. ¿Tal vez el apoyo ante nuevos recursos para arrebatarle la presidencia de la Sala de lo Penal? ¿Quizás la presidencia de la Audiencia? No creo que Gómez Bermúdez se haya dejado comprar tan burdamente, a pesar de que su esposa, Elisa Beni, en su libro La soledad del juzgador, deja entrever diversas presiones y mensajes más o menos sugerentes».

Sin embargo, la respuesta más verosímil es otra. «El juez, probablemente, actuó a sabiendas de que su sentencia, tal y como la redactó, sería bien recibida por el Gobierno. Gómez Bermúdez parece que mantuvo contactos con Rubalcaba, pero que su relación con él no era fluida. Sin embargo, sí lo era con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, con la que mantuvo diversas conversaciones. Beni, en el libro ya mencionado, cita un encendido halago de Fernández de la Vega a su marido».

En cualquier caso, ambas interpretaciones se desarrollan en el mismo escenario. «Es duro ir contra las tesis que han justificado lo injustificable. Era, en efecto, muy duro cuestionar un relato de los hechos que ha sustentado la verdad oficial sobre el 11-M, y habría sido aún más duro sentar en el banquillo a algunos de los que hicieron posible una compleja operación de encubrimiento sobre lo ocurrido».

El presidente del tribunal no sólo reculó en dos encrucijadas de la sentencia, sino que aprovechó la inercia de su presentación televisada para arremeter contra algunas de las informaciones publicadas en este diario. «Si la sentencia fue un jarro de agua fría para los que esperábamos un veredicto más acorde con el desarrollo de la vista oral, la presentación que hizo el propio Gómez Bermúdez de la misma fue una agresión injustificada y sin precedentes a un medio de comunicación (EL MUNDO), justo el que más había defendido la actuación del magistrado frente a los ataques de los que le veían demasiado remiso a aceptar el relato y las teorías creativas de la Fiscalía».

Esa inaudita presentación fue, además, cosecha exclusiva del propio Bermúdez: «El escrito que leyó el ponente ante los periodistas, en el que se daba una visión subjetiva y sesgada del fallo del tribunal, ni siquiera fue consensuado con los otros dos miembros de la Sala. Con posterioridad tuve la oportunidad de preguntarle a Alfonso Guevara si Gómez Bermúdez les había enseñado a él y a Fernando García Nicolás el escrito que leyó ante los medios. 'No. Para mí fue una sorpresa. Nos dijo que iba a leer unas conclusiones, pero no nos enseñó el escrito'».

Un magistrado que conoce bien al presidente de la Sala de lo Penal interpreta así lo ocurrido: «'Lo que hizo con su incomprensible presentación pública fue buscar el apoyo de los medios que él sabía que iban a aplaudir las críticas implícitas a EL MUNDO para que no le machacaran a él por una sentencia incómoda para las tesis oficiales. De alguna forma, utilizó a EL MUNDO como parapeto frente a esas críticas'».

Contando con el margen de discrecionalidad que proporciona el derecho, otra persona que lo conoce bien considera que el magistrado actuó «teniendo en cuenta sus intereses». «Es decir, no creo que hiciera nada que él creyera contrario a sus convicciones, pero pensó en la repercusión de la sentencia y actuó en consecuencia», añade.

El caso es que el resultado de lo sucedido en aquel final de octubre fue que «el hombre que había despertado las mayores expectativas respecto al conocimiento de la verdad sobre el 11-M no sólo avaló una sentencia que traicionaba su propio criterio (expresado, como ya se ha dicho, días antes de manera confidencial), sino que utilizaba el día de su presentación para atacar al medio que más había trabajado para aportar nuevos datos a la investigación».

Con ser llamativo, la repercusión sobre el trabajo de este periódico no era lo más relevante. «Con su cambio de posición, Gómez Bermúdez no sólo traicionó a los que esperábamos una actitud más valiente: ha dejado a las víctimas sin amparo en su justo deseo de conocer la verdad y, sobre todo, se ha traicionado a sí mismo».

Es ahí donde adquiere su sentido la decisión del perito Antonio Iglesias de revisar todos los datos y análisis reunidos en los tres meses y medio de macropericial. «Abre una nueva esperanza para conocer la verdad. Utilizo las propias palabras de Gómez Bermúdez recogidas en una reveladora entrevista que le hizo Esther Esteban en octubre de 2006: 'Todavía hay algún asunto del GAL coleando. Y lo mismo ocurrirá con el 11-M. Siempre que aparezca un hecho nuevo, con independencia de que aparezca antes, durante o después del juicio, se podrá abrir una nueva investigación. Ése es el sistema procesal español. Estoy seguro de que se descubrirá la verdad, se tarden más o menos años'. Que así sea».

Búsqueda genuina de la verdad
El malabarismo final con el quita y pon de la sentencia llegó tras 57 jornadas de juicio que merecieron el elogios unánimes para el presidente. «Gómez Bermúdez actuó desde el principio como un auténtico director de orquesta», afirma García-Abadillo en 'Titadyn'. «Dio muestras de conocerse el sumario mejor que nadie. Manejó con autoridad los interrogatorios. Cortó a la fiscal Sánchez cuando creyó que se estaba sobrepasando, generando momentos de gran tensión en la sala, siempre atestada de gente».

Al menos en esa fase de juicio oral -antes de ponerse a rumiar todas las teclas de la sentencia y lo que desataría cada una de ellas-, la intención parecía encomiable. «Creo honestamente que Gómez Bermúdez llevó a cabo una labor difícil de superar durante la vista oral. No es nada fácil mantenerse siempre atento a todo durante muchas horas y días seguidos, sin perder la calma, sabiendo mantenerse siempre en su sitio, sin abusos, sin perder la compostura. Y creo que su forma de dirigir la vista oral implicaba un deseo genuino de saber la verdad, dentro de los límites lógicos en los que se podía mover y que venían marcados por un sumario lleno de lagunas».

Todo ello, además, en unas circunstancias que nunca se habían producido. Fue un juicio televisado durante el que Gómez Bermúdez estuvo abierto a hablar con todos los medios, incluidos los que poco antes habían arremetido contra él por sugerir que podía haber una sentencia «abierta». «Estábamos ante un comportamiento insólito. Ciertamente, con habilidad y saber hacer, Gómez Bermúdez se convirtió en una estrella mucho más luminosa que el hasta entonces único astro de nuestro universo judicial, Baltasar Garzón».

Un cargo tambaleante
Gómez Bermúdez llegó al primer día de juicio del 11-M con su cargo «en precario», como recuerda García-Abadillo. Sobre su nombramiento como presidente de la Sala de lo Penal pendía la amenaza de una nueva anulación -para entonces ya llevaba dos-, que sin bien no hubiera afectado al juicio sí hubiera creado una situación delicada. De hecho, Gómez Bermúdez presidió el tribunal del 11-M sencillamente porque él mismo, como presidente de la Sala, quiso hacerlo, y no porque le correspondiera.

El libro de su esposa recoge una protesta al respecto. «¿Y no se podrá, alguna vez, trabajar rodeado de la serenidad necesaria? ¿No será posible...?», dijo cuando supo en mayo de 2007, en pleno juicio, que el fiscal apoyaba la anulación de su nombramiento.

La primera anulación fue consecuencia del recurso de otro candidato de la Audiencia, el magistrado José Ricardo de Prada. La segunda se debió a un recurso presentado por su también compañero de sede judicial Baltasar Garzón, que aspiraba al puesto. El tercer nombramiento volvió a ser recurrido por De Prada por dos vías, una de las cuales contó con el apoyo fiscal. El ciclo de nombramiento-recurso sólo se cerró en enero de 2008, cuando ya se había dictado la sentencia del 11-M.




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Lunes, 25 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.098.
ESPAÑA
11-M, LA INVESTIGACIÓN / Nuevas revelaciones



Bofetada a jueces y víctimas

El libro de la esposa de Bermúdez recibió reproches unánimes
Madrid
Para asombro de todos, tres semanas después de la sentencia sobre la masacre vio la luz un libro sobre el juicio escrito por la propia esposa del presidente, Elisa Beni. La soledad del juzgador (Temas de Hoy) no recibió ningún elogio y sí un aluvión de críticas del mundo judicial y de las propias víctimas.

La respuesta más dura al presidente del tribunal llegó de quien durante todo el juicio estuvo sentado a su diestra. El magistrado Alfonso Guevara consideró que Gómez Bermúdez había actuado con «deslealtad como amigo, como compañero y como presidente» y calificó de «lacerantes» algunos comentarios del libro, de cuya preparación no había tenido noticia. No era el único magistrado que salía perdiendo en comparación con la más acertada actuación del esposo de la autora. La lista de damnificados incluía igualmente a Juan del Olmo, instructor del 11-M, y Baltasar Garzón, rival de Bermúdez a la Presidencia de la Sala.

Sólo dos de los 18 compañeros de Gómez Bermúdez en la Sala de lo Penal aceptaron la invitación del presidente para asistir a la presentación del libro, celebrada en un ambiente de funeral. Unos días después, en una reunión del Pleno, los magistrados de la Audiencia Nacional también mostraron su disconformidad con la obra. De acuerdo con fuentes judiciales, el propio presidente de la Audiencia, Carlos Dívar, lamentó el daño que la obra podía hacer a la imagen del tribunal.

A todo ello se sumó la protesta de las víctimas, encabezada por Pilar Manjón, que amenazó con una denuncia contra Bermúdez. También el CGPJ llegó a estudiar si el contenido del libro suponía que el presidente del tribunal había cometido alguna irregularidad.

La última mala noticia sobre el libro llegó el pasado febrero. Un juzgado de Madrid condenó a Beni por intromisión en el derecho al honor de un abogado del 11-M y ordenó rectificar dos capítulos de la obra. Anteriormente, la publicación ya le había costado a Beni su despido como jefa de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.



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Domingo, 24 de mayo de 2009.
ESPAÑA



EL MARTES SE PUBLICA EL LIBRO CON LAS CONCLUSIONES DEL QUÍMICO ANTONIO IGLESIAS
El informe que debería reabrir el caso del 11-M



POR CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO
Conocí a Antonio Iglesias (Madrid, 1940) en la primavera de 2007, cuando el autor del informe que tienen en sus manos ya había concluido su trabajo como perito para el tribunal que juzgó el atentado terrorista del 11-M. Desde el primer momento me llamó la atención su manera pausada de hablar, su precisión en el lenguaje y, sobre todo, su prudencia a la hora de emitir juicios de valor. [...] Un año después de que se emitiera la sentencia, en el otoño de 2008, durante el curso de un almuerzo, Iglesias me comentó que estaba a punto de concluir un trabajo al que había dedicado casi un año y que suponía una revisión del informe que en su día se presentó ante el tribunal.

Las andanzas del ex jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano dejaron muchas abolladuras en el sumario del 11-M y condenaron al tribunal a lo inevitable: ordenar una nueva pericial. Las cosas no mejoraron. Los cuatro expertos oficiales se mostraron más dispuestos a proteger la versión oficial que a asumir con asepsia científica los sorprendentes datos que iban surgiendo. Lo sucedido levantó tantas suspicacias entre los cuatro peritos independientes que uno de ellos, Antonio Iglesias, decidió repasar con sosiego todo el material llegado a la pericia y volcarlo en un nuevo macroinforme. Ese trabajo ve este martes la luz en 'Titadyn' (La Esfera de los Libros), que se abre con un extenso prólogo en el que el vicedirector de EL MUNDO, Casimiro García-Abadillo, reconstruye el increíble itinerario político-científico-penal de la investigación ligada a los explosivos. Éste es un extracto de esas páginas.

No hay nada más obstinado que un hombre de ciencia. Iglesias había revisado una por una todas las pruebas que se llevaron a cabo en el laboratorio de la Policía Científica durante los más de cien días que duró la pericia ordenada por el tribunal.

Cuando le pregunté sobre los motivos que le habían llevado a indagar de nuevo en aquel arduo trabajo me contestó sin dudarlo: «Me gusta hacer las cosas con lógica, precisión y sosiego. La cantidad de irregularidades que se produjeron durante la realización de la prueba, así como las dificultades que tuvimos para exponer nuestro criterio durante la vista oral, me llevaron a ponerme manos a la obra. Era una obligación moral conmigo mismo, con la profesión química y, sobre todo, con las víctimas».

DOS NUEVAS CLAVES
[...] Posteriormente entraremos en profundidad en cada uno de los aspectos de esta investigación, pero como adelanto de lo que contiene este estudio científico, al que llamaremos Informe Iglesias, y que ha sido visado por el Colegio Oficial de Químicos de Madrid, resaltaré dos de sus más esclarecedoras conclusiones. La primera, que es «altamente probable» que al menos en el foco número 3 de la estación de El Pozo estallara Titadyn. En ningún caso en ese foco estalló Goma 2 ECO. La segunda, que las muestras M-2 (resto de explosivo hallado en la furgoneta Renault Kangoo) y M-3 (la muestra patrón de dinamita Goma 2 ECO utilizada para cotejo con la anterior) «provienen del mismo cartucho».

La primera de estas conclusiones (el «altamente probable», para un científico, significa estar en el umbral de la certeza absoluta) es de por sí lo suficientemente trascendental como para replantearse de forma completa el relato oficial de los hechos. [...]

La segunda de las conclusiones antes apuntada arroja luz sobre una sospecha latente durante todo el proceso: la comisaría de los Tedax, al mando de Juan Jesús Sánchez Manzano, pudo manipular las pruebas para orientar la investigación hacia un único explosivo y, por tanto, hacia una autoría concreta. [...]



MANZANO METE LA PATA
El asunto de los explosivos no habría despertado ninguna polémica si no hubiera sido por la torpeza del propio Sánchez Manzano. Efectivamente, el comisario jefe de los Tedax, en su comparecencia ante la Comisión de Investigación del 11-M, que tuvo lugar el 7 de julio de 2004, respondió: «He dicho que los restos de los focos de las explosiones llegan a la unidad a las 12.30; se inicia su análisis y se obtienen los primeros resultados en torno a las 14.00 horas [del 11 de marzo]. En algunos casos (en concreto en ocho de los 10 focos), no en todos, cuando se hace el análisis de los restos del foco de la explosión logramos encontrar restos de nitroglicerina, y la nitroglicerina es el componente de todas las dinamitas». [...]

Sin embargo, dos años más tarde, en julio de 2006, fue precisamente un miembro de los Tedax quien me llamó la atención sobre un detalle al que nadie había prestado atención:

[...] -¿Qué fue lo que estalló en los trenes?- volvió a la carga.

Goma 2 ECO, el explosivo que les vendió Suárez Trashorras -contesté con la misma seguridad que si me hubiese preguntado que si tras la noche viene el día.
Ah, o sea, que Goma 2 ECO. Pues mira en los informes de la Policía que están incorporados al sumario a ver si te aparece la nitroglicerina como un compuesto de la Goma 2 ECO. Si es así te invito a lo que quieras.- Y colgó.
Con la excitación propia de quien está a punto de descubrir un dato que podía dar un vuelco a la investigación me puse a revisar toda la documentación [...] En ninguno de los informes remitidos al juez instructor en el sumario 20/2004 se mencionada la nitroglicerina como compuesto de la Goma 2 ECO.

[...] El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, mantuvo por aquellos días varias conversaciones con el director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez, en las que intentó excusar al jefe de los Tedax, al que definió como «un buen profesional al que no nombramos nosotros, sino el PP». «Fue una confusión -argumentó el ministro-. Mira, yo que soy químico te puedo decir que es fácil confundirse, sobre todo con un compuesto que forma parte de las dinamitas. No le deis más vueltas».

[...] Sánchez Manzano acudió a declarar ante Del Olmo. ¿Qué le dijo nuestro comisario jefe al juez? [...] Por un lado, Manzano dice que confundió dinamita con nitroglicerina y, por otro, afirma que al comparecer en la Comisión del 11-M no se refirió a dicho atentado, sino a «cualquier atentado». [...]

Mi fuente, un Tedax de gran experiencia, había logrado su objetivo. No sólo nos había puesto sobre una pista que hacía tambalearse lo que hasta esa fecha era una verdad incontestable (que los terroristas habían utilizado Goma 2 ECO), sino que nos orientó hacia las inauditas circunstancias en las que se había producido la investigación sobre un elemento fundamental: el arma del delito.

LA TUMBA DE ACEBES
El 11 de marzo, el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, convocó en la sede del Ministerio una reunión de toda la cúpula policial antiterrorista [...] Se debatió en profundidad sobre la posible autoría del atentado. Los máximos responsables de los cuerpos de seguridad tenían muchas dudas. [...]

Sin embargo, poco antes de que concluyera la reunión, sobre las dos de la tarde, Díaz Pintado recibió una llamada del comisario de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro Jaén, en la que éste le informó de que, según los Tedax, el tipo de explosivo utilizado por los terroristas era «Titadyn con cordón detonante». Decir Titadyn era como afirmar que la autoría era de ETA. [...]

Ese dato fue también el que llevó a Ángel Acebes a apuntar sin duda como responsable a ETA en una rueda de prensa que se celebró sobre las tres de la tarde del 11 de marzo.

[...] A las cinco de la tarde, antes de dar comienzo una nueva reunión de los mandos policiales en el despacho de Díaz de Mera, Santiago Cuadro le dijo a Díaz Pintado que el explosivo utilizado era una dinamita, no Titadyn. El subdirector operativo de la Policía montó en cólera, porque esa información era justo lo contrario de lo que le había dicho unas horas antes. [...] Lo más increíble de todo es que quien le había dado esa información a Cuadro Jaén no era otro que Sánchez Manzano, el mismo que le había transmitido, según Díaz Pintado, que el explosivo era «Titadyn con cordón detonante» justo tres horas antes.

EMBARGO INFORMATIVO
A las cinco de la tarde, Sánchez Manzano remitió al laboratorio de la Policía Científica tres muestras para analizar: la M-1 (el polvo de extintor); la M-2 (el resto de explosivo hallado en la Kangoo) y la M-3 (una supuesta muestra patrón de Goma 2 ECO). Según la propia versión de Manzano ante el juez instructor y ante el tribunal, con los primeros análisis, los que se hicieron en el laboratorio de los Tedax entre el mediodía y las dos de la tarde, no se había podido determinar el tipo de dinamita. [...]

Los técnicos de la Policía Científica no concluyeron sus análisis sobre las tres muestras hasta las siete de la tarde. De forma inaudita, el comisario jefe de la Policía Científica, Carlos Corrales, que tuvo los resultados en sus manos desde las siete de la tarde, no permitió que se remitieran al ministro hasta las diez de la noche. Es decir, durante tres horas Corrales supo que el explosivo de la Kangoo era Goma 2 ECO (con el añadido de la metenamina) y no permitió que la información siguiera los cauces reglamentarios.

A las ocho y cuarto de la tarde Acebes dio una nueva rueda de prensa en la que informó sobre el hallazgo de la Renault Kangoo y en la que volvió a insistir en que, según la Policía, el explosivo utilizado por los terroristas era el «habitualmente usado por ETA». ¿Informó Corrales a alguien del resultado de los análisis de los explosivos entre las siete y las diez? Desde luego, a Acebes parece que no.

El caso es que no fue hasta las diez de la noche, hora a la que Corrales autorizó que el resultado de los análisis de la Policía Científica se transmitiera al Ministerio del Interior, cuando se descartó definitivamente el Titadyn y se dio por hecho que el explosivo utilizado había sido Goma 2 ECO: La tesis de la autoría de ETA, mantenida por el Gobierno, comenzaba a desinflarse.



¿Chapuza u ocultación de pruebas?
El comisario Sánchez Manzano hizo los primeros análisis del 11-M y acabó destituido

Mi fuente en los Tedax nos había situado sobre una pista de mucho recorrido. De repente, los explosivos se convirtieron en el aspecto más interesante de la investigación periodística sobre el atentado. [...]

Sánchez Manzano había remitido dos informes sobre explosivos al juez Del Olmo. El primero, con fecha 12 de marzo, incluía los análisis de la Policía Científica correspondientes a la M-1, la M-2, la M-3 y la M-4. Como recordarán, en la madrugada del día 12 de marzo se había desactivado la mochila de Vallecas, cuyo contenido también examinaron los peritos de la Policía Científica (esa muestra es la M-4). Los componentes eran los de la Goma 2 ECO, pero sin metenamina, claro. Y así lo hicieron constar los peritos de la Policía Científica en su informe. Uno de los peritos que participó en dichos análisis me confesó posteriormente: «El explosivo de la Kangoo, de la muestra patrón y el de la mochila de Vallecas eran diferentes. Saltaba a la vista».

Para que todo cuadrase, en el informe que remitió al juez, Sánchez Manzano introdujo el componente metenamina también en el explosivo de la bolsa de Vallecas. De esa forma llevó al juez Del Olmo a cometer un error de bulto. Sin embargo, Sánchez Manzano no se molestó en sacarle de su error. Al fin y al cabo, debió de pensar, ¿quién se iba a poner a investigar cuáles eran los componentes de la Goma 2 ECO?

PILLADO
El malentendido no se corrigió hasta el mes de abril del año siguiente. Y fue por casualidad. [La juez Teresa Palacios] remitió al juez Del Olmo un escrito en el que, a petición de la Guardia Civil, le solicitaba que indicara «si en todas las muestras obtenidas [...] se ha localizado la sustancia conocida como metenamina». Esta pregunta, realizada por los expertos de la Guardia Civil, era un aldabonazo a la credibilidad del comisario jefe de los Tedax [...].

La contestación que dio Sánchez Manzano al juez [...] nos hizo comprobar, una vez más, la inagotable capacidad creativa del jefe de los Tedax. Sánchez Manzano atribuyó a «un error de transcripción» la mención de la metenamina como componente del explosivo recuperado en la comisaría de Puente de Vallecas. Respecto a la presencia de la misma sustancia entre los restos del papel parafinado de la Kangoo y en la muestra patrón de Goma 2 ECO, la justificación que dio fue la «contaminación».

NADA EN LOS FOCOS
Con ser escandalosa la manipulación de los informes y las justificaciones ideadas por el jefe de los Tedax, mi fuente insistía una y otra vez en otra cuestión: «la clave de la investigación está en el análisis de los focos de las explosiones», me advirtió [...].

Lo que descubrimos en ambos informes es que del análisis de los restos de 10 de los focos la perito químico de los Tedax sólo pudo determinar la existencia de «componentes de la dinamita», pero en los mismos no se mencionaba ninguno de ellos. [...] Insisto una vez más: el Titadyn y la Goma 2 ECO son dinamitas. ¿Cómo el jefe de los Tedax adivinó que se trataba de Goma 2 ECO? [...] Cuando lo hicimos público en EL MUNDO, nadie, ni químicos ni expertos en explosivos ni, por supuesto, nuestras fuentes en los Tedax, dieron crédito a esa afirmación imposible. No se puede afirmar que hay una sustancia sin conocer los componentes de la misma. Es así de sencillo. La lógica, a veces, es más útil que la verborrea pseudocientífica [...].

Mi amigo el Tedax, que utilizaba como correo un nombre que tiene que ver mucho con la investigación, pero que por razones obvias no puedo desvelar, dio un paso más y me sugirió por correo electrónico: «¿No os habéis preguntado por qué los análisis de los focos se hicieron en el laboratorio de los Tedax y no en el de la Policía Científica?». A veces me ponía furioso, porque yo estaba seguro de que él ya sabía las respuestas a sus preguntas. Sí, realmente era extraño.

[...] Les añadiré que el único laboratorio homologado oficialmente para realizar los análisis de los explosivos es el de la Policía Científica, no el de los Tedax.

[...] ¿Por qué Sánchez Manzano se guardó los restos de explosivo hallados en los focos de los trenes?

Durante su declaración ante el tribunal, que se produjo el 14 de marzo de 2007, [...] volvió a sorprender a la concurrencia con una nueva teoría: el laboratorio de los Tedax examinaba en exclusiva los «restos no pesables», mientras que el laboratorio de la Policía Científica se encargaba de analizar los «restos pesables». [...] Cuando compareció ante el tribunal el perito de la Policía Científica Manuel Escribano (que analizó las muestras el día 11 de marzo) y le preguntaron si se habían realizado análisis de restos de explosiones en su laboratorio, respondió que el 83% de los que él personalmente había llevado a cabo en más de 30 años de servicio se correspondían precisamente con lo que Sánchez Manzano llamaba restos no pesables. [...]

AHORA SÍ
Sin embargo, quedaba aún una duda ¿Se hizo algún informe por escrito? ¿Realmente no se pudo determinar ningún componente? La perito [...] dio otra gran sorpresa durante su declaración. [...] Ese día alguna luz le alumbró la mente porque, para asombro de todo el mundo, contestó: «Nitroglicol y nitrato amónico». Increíble. Tres años después del atentado, la perito de los Tedax confesaba que ella en sus análisis detectó esas sustancias que, como ustedes ya se imaginan, son tan componentes de la Goma 2 ECO como del Titadyn. [...]

LA CAÍDA
No sabemos cómo se debió de sentir Sánchez Manzano, después de haber asegurado por activa y por pasiva que era imposible saber qué componentes había en el explosivo [...]. Las informaciones que publicó EL MUNDO a partir de julio de 2006 y la consiguiente presión de todos los sindicatos policiales sin excepción, llevaron al comisario jefe de Información, Miguel Valverde, a destituirle de su cargo en diciembre de ese mismo año. Es decir, un par de meses antes de que comenzara la vista oral. Interior no se quería pillar los dedos con un tipo tan imaginativo como Sánchez Manzano.

Garzón señala a ETA y 'despista' a Del Olmo
Según una fuente de toda solvencia, el mismísimo juez Garzón estaba seguro de esa misma tesis [de que había sido ETA] hasta bien entrada la tarde del día 11. Por la mañana, según declaró ante la comisión de investigación parlamentaria, cuando se encontraba en la estación de Atocha, un oficial de los Tedax le dijo que el explosivo utilizado había sido Titadyn. A las 16.45 horas de ese mismo día, Garzón llamó por teléfono a Juan del Olmo, que ya se había hecho cargo de la investigación. Del Olmo se encontraba en esos momentos en uno de los pabellones de Ifema que fue utilizado para depositar los cadáveres. Garzón le aseguró al juez instructor que la autora de la matanza era ETA. Conociendo los contactos de Garzón con la Policía, esa afirmación era casi como una garantía de veracidad.

El mismo explosivo
Las páginas de 'Titadyn' recogen los análisis más relevantes de la pericial. La imagen de la izquierda ofrece el cromatograma de la muestra patrón de Titadyn, incautada a ETA dos semanas antes del 11-M. La de la derecha responde al mismo análisis de la muestra más importante de los focos, un polvo de extintor encontrado en El Pozo designado como M-1. De acuerdo con la opinión de los peritos independientes, la enorme similitud entre los elementos detectados -nitroglicol (EGDN), nitroglicerina (NG), dinotrotolueno (DNT) y ftalatos- apunta que estalló Titadyn, y no Goma 2 ECO, que carece de dos de esos elementos (nitroglicerina y DNT).



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ARGENTINA¿Antisemitismo?


Por Néstor Kohan
A la memoria de Simón Radowitzky y Raymundo Gleyzer

Los hechos:Se sabe. Salió publicado en la tapa de Clarín y en varios canales de televisión. En Argentina hubo un acto pequeñísimo —algunos pocos cientos de personas que no llegaban al medio millar— en conmemoración del estado de Israel organizado por la embajada de ese país junto con el gobierno porteño de la derecha neoliberal clásica vinculada al empresario Mauricio Macri.

Un pequeñísimo grupo de manifestantes —que no llegaba a dos decenas— intentaron disentir con el sionismo repartiendo volantes en el acto y se armó una trifulca. Represión policial. Los manifestantes críticos del sionismo golpeados y presos. Una brutal campaña mediática para ilegalizar a la izquierda piquetera. La acusación central: “antisemitismo”. Persecución, allanamientos, encarcelamientos, judicialización. Intento de eliminar planes sociales, cuestionamientos a todo el movimiento piquetero no oficialista. Bajo presión de la embajada del estado de Israel y de la embajada de los Estados Unidos en Argentina, el gobierno de Cristina Kirchner y los jueces allanan un local piquetero en la provincia de Buenos Aires, encarcelan a otros diez militantes además de los que ya estaban presos por el acto. Histeria mediática que acusa a toda la izquierda no institucional—principalmente de origen marxista— de... “antisemita”. ¿Quién escribe y quién opina? Algunos antisemitas disimulan y esconden sus prejuicios con el ajetreado y manoseado “tengo un amigo judío”. Yo no tengo un amigo judío. Simplemente parte de mi familia fue torturada y masacrada por los genocidas nazis (genocidio que no tuvo nada de “holocausto”. No fue “un castigo de Dios”, sino una empresa política bien mundana y terrenal, planeada y ejecutada en forma burocrática a partir de un proyecto de reordenamiento y contrarrevolución capitalista, de factura europeo occidental pero cuyas pretensiones imperialistas apuntaban a todo el planeta). Y si mi familia no hubiera sufrido ese genocidio en carne propia igual tendría derecho a opinar. Nuestro vínculo con los presos Conocemos a muchos de ellos y ellas. Con algunos hemos compartido militancia, formación política y estudio durante años y años, décadas. En barrios de la periferia de la provincia de Buenos aires, Argentina. También en escuelas de formación política del Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil. Igualmente en actividades conjuntas junto a los pueblos originarios e indígenas de Bolivia. Nos conocemos bien, principalmente con los compañeros del Movimiento Teresa Rodríguez (MTR). Ellos asistieron a nuestra Cátedra Che Guevara durante años. En la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, primero, en el Hotel Bauen, después. Precisamente en el local que fue allanado por la policía, conocido en el barrio de Florencio Varela (uno de los más humildes de la provincia de Buenos Aires) como el cabildo de Castelli, con estos compañeros que hoy están en prisión acusados de “antisemitas” hemos desarrollado una escuela de formación política piquetera y barrial. Lo hicimos en forma totalmente gratuita, absolutamente voluntaria, sin cobrar jamás un solo peso. Con la gente de los barrios leíamos y estudiábamos a Antonio Gramsci y al Che Guevara. ¡Gravísimo! ¡Terrible! También discutíamos sobre historia argentina. Mirábamos con la gente de los barrios, amas de casa, obreros ocupados, obreros desocupados, muchachos y chicas humildes, de la clase trabajadora, películas. Por ejemplo vimos y discutimos “Los traidores” de Raymundo Gleyzer (¿Quiénes hoy encarcelan a estos compañeros se habrán sentido aludidos por esa película?). Incluso alguna vez con estos compañeros hicimos un taller de filosofía en los barrios donde, junto con trabajadores y trabajadoras, amas de casa y muchos jóvenes analizamos el capítulo séptimo del libro Cosmos del investigador, profesor y astrónomo de la NASA (institución norteamericana..., señor embajador de los Estados Unidos... Sí, norteamericana. .. ¡Horror!), Carl Sagan: “El espinazo de la noche”. ¡Gravísimo! ¡Peligro! ¿Clases de filosofía en los barrios? ¿En medio de la calle de barro? ¿En medio de los chicos corriendo y con los perros ladrando alrededor? ¡Inconcebible! ¡Gravísimo! La filosofía es para los niños de la elite, no para la gente humilde y los trabajadores de los barrios. ¡Terroristas!¡ Inadaptados! ¡Autoritarios! ¿Cómo se les ocurre socializar el saber? ¡Subversivos! ¡Deberíamos volver a hablar en latín y que la cultura sea para pocos! ¡Loquitos sueltos! La demonización mediática es tremenda. Presentan a estos compañeros como si fueran oscuros y monstruosos “terroristas” de las películas más baratas de Hollywood. Los conocemos bien. Si no fuera trágico... nos daría risa. Es más, ya nos reiremos juntos cuando estos compañeros salgan de la cárcel... ¿El estado de Israel defiende al pueblo judío? ¿Los acusan de “antisemitas”? ¿Israel protege al pueblo judío? ¿La embajada de Israel y la embajada yanqui en Argentina son los «papás» del pueblo judío? El estado de Israel habla hoy en nombre de las víctimas del genocidio nazi, de los sobrevivientes y de sus familias. Para legitimarse, se autopostula “protector” de los judíos y representante de los familiares y las víctimas del nazismo. Pensemos un poco. Hagamos memoria.
Si Israel nos protegiera, no entiendo porque el estado de Israel fue un aliado estrecho y fiel de Videla y Massera, dictadores simpatizantes de Adolf Hitler (como todas las Fuerzas Armadas argentinas, según lo demuestra el documental «Panteón militar» del historiador y periodista Osvaldo Bayer). El general Videla era un católico ultramontano, que preconizaba la guerra contrainsurgente como si fuera una guerra santa contra los ateos marxistas. Todos los manuales de la escuela secundaria de aquella época así lo prueban. El almirante Massera, a su vez, era integrante de la logia neonazi P2. ¿Por qué el estado de Israel tenía una alianza tan estrecha con esta dictadura militar? En su época el Movimiento Judío por los Derechos Humanos (MJDH) había calculado que de los 30.000 desaparecidos y desaparecidas en Argentina, aproximadamente entre 1.500 y 2.000 eran de origen judío. Una proporción bastante mayor (en realidad corresponde a 16 veces más) si se la compara con la relación cuantitativa de la comunidad judía con el conjunto de la población total de nuestro país. No fue casual. Eso se explica al menos por dos razones. En primer lugar, por la activa militancia del judaísmo progresista y de izquierda en las organizaciones revolucionarias argentinas (incluyendo las político-militares PRT-ERP, FAR, Montoneros y otras similares). En segundo lugar, por el carácter brutalmente antisemita de los militares argentinos. Hay numerosísimos testimonios, por ejemplo en el Nunca más (un libro que no tiene posiciones de “ultraizquierda” precisamente. ya que el prólogo de Ernesto Sábato fortaleció la tristemente célebre “teoría de los dos demonios”) sobre el ensañamiento especial de los torturadores militares con los prisioneros y secuestrados de origen judío, las torturas “especiales”, las marchas nazis que les hacían escuchar en las cámaras de tortura, etc.,etc. El general Camps, jefe policial que se responsabilizó de la desaparición y asesinato de 5.000 prisioneros, era un confeso antisemita. Su odio a los judíos lo expresaba cada vez que podía. No era el único, sólo uno de los más conocidos y cínicos.
¿Qué hizo el estado de Israel para proteger no ya a los 30.000 desaparecidos y desaparecidas en general, sino especialmente a los 1.500 ó 2.000 desaparecidos judíos? Según reconoce Pinjas Avivi, el entonces cónsul de la embajada del estado de Israel en Argentina (entre 1978 y 1981), cuando acompaña al periodista Jacobo Timerman (uno de los pocos, quizás el único, que logró salvarse) al aeropuerto de Ezeiza le pide... no que denuncie a la dictadura y las tremendas torturas que sufrió... ¡sino todo lo contrario... ! “Le pedí que no atacara al gobierno militar porque corría peligro nuestro trabajo” (Página 12, 8/9/2001). El funcionario israelí reconoce que este tipo de actitud respondía a que: “no queríamos dañar las relaciones diplomáticas entre Israel y la Argentina”. El mismo funcionario reconoce que “hubo detenidos que rechazaron nuestra ayuda. Ellos nos espetaron: «Ustedes son colonialistas, genocidas y conquistadores. No queremos vuestra ayuda. Ustedes son peores que los generales»” (http://www/. Hagshama. Org.il [1/2/2000]). Iosi Sarid, uno de los diputados de Israel del Frente de Izquierda Meretz reveló que en los archivos de la cancillería israelí y en el ministerio de Defensa de Israel hay pruebas que niegan la versión acerca de la supuesta “ignorancia” del estado israelí respecto a las masivas desapariciones, secuestros y torturas de judíos en Argentina, “pruebas que se trataron entonces de ocultar para no molestar a las «buenas relaciones», y entre ellas la venta de armas” (18/11/2003, http://www.wzo.org/. il). La colaboración del estado de Israel —venta de armas, votos de la dictadura a favor de Israel en Naciones Unidas, etc.— con la dictadura militar, genocida y antisemita del general Videla no fue una excepción. Lo mismo hizo con otros regímenes fascistas o de extrema derecha como los de Augusto Pinochet (que usaba el uniforme nazi) en Chile, Anastasio Somoza en Nicaragua o el régimen neonazi del apartheid en Sudáfrica. Todos estrechos aliados, como Israel, de la cabeza madre de la serpiente extremista, el estado norteamericano: USA. ¿Una casualidad? ¿El apoyo entusiasta a Somoza tenía que ver con “la defensa del judaísmo”? Comandos israelíes hoy combaten a la insurgencia marxista de las FARC-EP o asesoran a los narco-militares de Uribe en las selvas y montañas de Colombia... ¿para “defender a los judíos”? ¿Cuáles son los judíos que viven en las montañas o selvas de Colombia? ¡Queremos conocerlos para compartir algunas comidas o mirar juntos algunas películas de Woody Allen! Cuando el famoso intelectual estadounidense Noam Chomsky (de origen judío, quien vivió varios años en Israel y se marchó sumamente decepcionado y amargado) afirma que las FARC-EP de Colombia no son terroristas y que, en cambio, la política oficial del estado de Israel es de extrema derecha, no sólo en medio Oriente sino en todo el mundo... ¿será acaso un “terrorista antisemita”? Lejos de la tradición humanista de Sigmund Freud, Albert Einstein y Karl Marx que supiera defender el entrañable escritor judío Isaac Deutscher, hoy Israel hace culto de la limpieza étnica y la discriminació n, construye un muro de intolerancia (por el que nadie se “ofende” como ocurriera hipócritamente con el muro de Berlín...), legaliza la monstruosidad de la tortura (llamándola con el mismo eufemismo del que hacen gala los “demócratas” norteamericanos. . “interrogatorios fuertes”) y practica sobre los demás lo mismo que alguna vez sufrió en carne propia el pueblo judío.

Como bien alertó en su época el pensador judío Martín Buber: “Deberemos enfrentar la realidad que Israel no es inocente ni redentora. Y que en toda su creación, y expansión, nosotros como judíos hemos causado lo que hemos sufrido históricamente: una población de refugiados en la diáspora”.
Como alguna vez escribió en su libro Ser judío el filósofo judío y marxista argentino León Rozitchner: “¿Qué extraña inversión se produjo en las entrañas de ese pueblo humillado, perseguido, asesinado, como para humillar, perseguir y asesinar a quienes reclaman lo mismo que los judíos antes habían reclamado para sí mismos? ¿Qué extraña victoria póstuma del nazismo, qué extraña destrucción inseminó la barbarie nazi en el espíritu judío? ¡Qué extraña capacidad vuelve a despertar en este apoderamiento de los territorios ajenos, donde la seguridad que se reclama lo es sobre el fondo de la destrucción y dominación del otro por la fuerza y el terror? Se ve entonces que cuando el estado de Israel enviaba sus armas a los regímenes de América Latina y de África, ya allí era visible la nueva y estúpida coherencia de los que se identifican con su propios perseguidores. Los judíos latinoamericanos no lo olvidamos. No olvidemos tampoco Chatila y Sabra”. ¿Quién es el enemigo? ¿Nos permiten un consejo? A los muchachos del MOSSAD y las Fuerzas Armadas de Israel, humildemente, les sugerimos que si lo que buscan es adrenalina y venganza por los feroces asesinatos nazis del pasado contra el pueblo judío... pues bien... entonces... ¿por qué no planificar y prepararse para atacar en forma mortífera y demoledora a las grandes empresas europeas y estadounidense que se enriquecieron con el genocidio nazi? Como bien explica el formidable libro Negocios son negocios. Los empresarios que financiaron el ascenso de Hitler al poder del escritor judío Daniel Muchnik, el nazismo no fue una “anomalía”. Los jerarcas políticos, militares e ideológicos del nazismo son conocidos: Hermann Göring, Joseph Goebbels, Ernst Röhm, Alfred Rosemberg, Ulrich F.J.von Ribbentrop, Heinrich Himmler, Rudolf Hess, Gottfried Feder, Josef Mengele, entre otros. Mucho menos lo son, en cambio, los empresarios beneficiarios- cómplices, socios de intereses, aliados o colaboracionistas del nazismo en Alemania. La lista es larga y Muchnik la recorre minuciosamente. Entre otros incluye a las empresas Siemens (eléctrica), a BMW y Volkswagen (automotrices) , a Fritz Thyssen (industrial siderúrgico que murió en 1951 en Buenos Aires), a Gustav Krupp (dueño del gigante del acero alemán), a Ernst Heinkel (desde 1938 “führer económico-militar”) y a Emil Kirdorf (empresario del carbón). Estos empresarios, recuerda amargamente Muchnik, aun habiendo utilizado mano de obra esclava de los prisioneros judíos, comunistas o gitanos salieron airosos de los juicios de Nuremberg... ¿Una mera casualidad? ¿Acaso hoy en día —vuelve a preguntarse Muchnik— no siguen operando con total impunidad empresas de origen nazi (derivadas de la IG Farben, que fabricaba el raticida de las cámaras de gas) como la Bayer, la Hoesch o la BASF, demandadas por sobrevivientes del genocidio nazi? Muchnik aporta entonces una cantidad enorme de datos sobre la colaboración sistemática, los negocios o incluso la simpatía ideológica que mantuvieron con Hitler—aún durante la segunda guerra mundial— empresas como la General Motors (asociada con IG Farben), la General Electric, la Brown Boveri (filial de Westing House), el británico Unilever, la Shell, la United Steel, el Chase Manhattan Bank de Rockefeller, la Standard Oil, la TEXACO, la ITT (la del golpe de estado de 1973 en Chile), el National City Bank, el grupo editorial Bertelsman, dueño de RCA y accionista mayoritario de American On Line (el principal proveedor de Internet de EEUU) y la Ford. ¡Todos ellos se llenaron de dinero con el nazismo y hoy, en pleno siglo XXI, siguen abultando sus cuentas bancarias y sus acciones con total impunidad!.
Ahí tendrían que atacar y dirigir su violencia mortal, muchachos de MOSSAD y las Fuerzas Armadas de Israel, no a los refugiados palestinos, no a las escuelas palestinas, no a los hospitales palestinos, no a las familias palestinas.. . El enemigo tampoco son los piqueteros de Argentina, la insurgencia de Colombia, los negros de Sudáfrica. El enemigo son las grandes empresas que amasaron fortunas con el nazismo. ¿Se confundieron de enemigo, muchachos, o ustedes son amigos y cómplices de ese enemigo? Lean ese libro, “desinformados” muchachos del MOSSAD... ¿Los revolucionarios son “terroristas antisemitas”? La literatura sionista, la gran prensa del poder (monopólico), la embajada de los Estados Unidos y la embajada de Israel han logrado construir un gran sofisma. Todo revolucionario es... “un terrorista”. Si cuestiona la política de estado de Israel o Estados Unidos es, además, un “terrorista antisemita”. ¿Cómo llamarían los dirigentes sionistas y los monopolios de (in)comunicación a uno de los principales fundadores de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) de la Argentina de los años ‘70, el militante de origen judío y comunista Marcos Osatinsky? Marcos Osatinsky no sólo era guevarista, promovía una opción político-militar, era aliado de Cuba y defendía la causa palestina. Estuvo prisionero por la dictadura militar en la cárcel de Rawson, se fugó en tiempos de la “masacre de Trelew”, pasó por el Chile de Salvador Allende y llegó a Cuba, donde además de hacer trabajo voluntario se fotografió con Mario Robi Santucho y otros revolucionarios antiimperialistas de aquella época. Este gran revolucionario de origen judío hoy está desaparecido. ¿Marcos era un “terrorista antisemita”? ¿Cómo llamarían los dirigentes sionistas y los monopolios de (in)comunicación al joven obrero judío libertario Simón Radowitzky que a comienzos de siglo ajustició con un explosivo al feroz coronel de la policía Ramón Falcón, luego de que este último masacrara a obreros indefensos en un acto por el primero de mayo en una plaza porteña? Simón Radowitzky fue castigado con más de dos décadas de torturas, vejámenes y reclusión en las peores cárceles del sur argentino, tras cuya deportación a Montevideo marchó a combatir con las armas en la mano en los batallones internacionalistas en la guerra civil española. ¿Simón era un “terrorista antisemita”? ¿Cómo llamarían los dirigentes sionistas y los monopolios de (in)comunicación a Teresa Israel, joven abogada de guerrilleros y militantes populares? Esta joven judía comunista abogada de presos políticos, una de las más audaces que incursionó en el tenebroso cuartel militar de Campo de mayo denunciando las torturas a los detenidos, se metía en los años ’70 en los cuarteles para intentar salvar la vida de los revolucionarios secuestrados y torturados por los militares argentinos (aliados del estado de Israel). Hoy está desaparecida. Muchos centros culturales y barriales llevan el nombre de Teresa, joven judía revolucionaria. ¿Teresa era una “terrorista antisemita”? Cómo llamarían los dirigentes sionistas y los monopolios de (in)comunicación a Raymundo Gleyzer, joven militante judío, primero comunista y luego combatiente del guevarista Partido Revolucionario de los Trabajadores- Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). En casa familiar de Raymundo se fundó el teatro IFT, uno de los baluartes culturales del judaísmo progresista argentino, hoy ubicado en el barrio de Once. Raymundo, brillante y apasionado, dirigió el grupo Cine de la Base y fue el gran cineasta de la insurgencia argentina, amiga de la causa palestina. ¿Raymundo era un “terrorista antisemita”? La lista de ejemplos sigue y es incontable. No sólo de Argentina sino de toda América Latina y el mundo. ¿El joven dirigente uruguayo Jorge Zabalza, que comenzó militando en la agrupación judía Hashomer Hatzair, visitó Israel, vivió en un kibbutz y luego al regresar se convirtió en uno de los comandantes y uno de los nueve rehenes históricos en Uruguay pertenecientes al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, organización amiga de la causa palestina? ¿El «tambero», como lo llaman en Uruguay, es un “terrorista antisemita”? ¿Y Mauricio Rozencof, igualmente judío, otro de los fundadores de Tupamaros en Uruguay? ¿Era un “terrorista antisemita”? Y Enrique Oltusky, joven militante judío cubano, que se convirtió en estrecho colaborador del comandante Ernesto Che Guevara (Oltusky, junto con su amigo Orlando Borrego, fue el organizador de las Obras Completas del Che conocidas por el título El Che en la revolución cubana. Los tres, Oltusky, Borrego y Guevara, estudiaron juntos El Capital en Cuba). Como su jefe Guevara, Oltusky era amigo de la causa palestina. ¿Era Enrique un “terrorista antisemita”? Y si nos vamos aún más para atrás... ¿El joven guerrillero socialista Mordejai Anielevich, que mientras los grandes popes del sionismo negociaban con los nazis, organizaba en el guetto de Varsovia el único camino para enfrentar a los fachos, es decir, la lucha armada... ¿Era un “terrorista antisemita”? La criminalización macartista de los revolucionarios —especialmente de aquellos que tienen o asumen posiciones radicalizadas— y la falacia de homologarlos con el brutal y monstruoso antisemitismo de origen nazi no reviste el menor análisis histórico. Únicamente a condición de borrar, no sólo la heroica resistencia palestina sino incluso la propia historia de honor y valentía del judaísmo revolucionario y socialista —impulsor de la lucha armada— se puede aceptar la propaganda oficial del MOSSAD, el estado de Israel y la embajada de Estados Unidos. ¿La izquierda piquetera “antisemita”? Todavía hoy sigue sin resolverse el atentado a la AMIA. Mientras la dirigencia oficial del sionismo se abrazaba con los políticos del sistema y aplaudía al presidente Carlos Saúl Menem, todo el mundo sabía que había una “pata local” en el atentado. Atentado que no se hizo en los barrios donde viven los judíos ricos, chetos y millonarios sino en el barrio de Once, uno de los más populares de la ciudad de Buenos Aires (precisamente el mismo barrio donde a principios del siglo XX tuvo lugar la “semana trágica”, cuando los hijos y los “niños bien” de los empresarios y las bandas parapoliciales salían a reprimir obreros insurrectos y a cazar “judíos-bolcheviques”, vejando mujeres y niños y asesinando a mansalva en nombre de “la patria”). En la “pata local”· del atentado a la AMIA, todo el mundo sospechaba que había puesto su garra sucia y corrupta la policía de la provincia de Buenos Aires, popularmente conocida como “la bonaerense”. También se sospechó que los militares carapintadas —ex instructores en contrainsurgencia en las escuelas yanquis del canal de Panamá— habían colaborado. Pero a nadie, absolutamente a nadie, ni siquiera a los más delirantes o fantasiosos, se le ocurrió que el movimiento piquetero estuvo mezclado con el atentado a la AMIA. ¿Por qué entonces ese odio y esa histeria que ahora vemos en todos los monopolios de la incomunicación contra la izquierda piquetera? Pedimos permiso para contar una anécdota. Resulta que hace unos años, una de las organizaciones de víctimas del atentado a la AMIA, los compañeros de APEMIA, organizaron un acto en la calle Corrientes y Pasteur, barrio de Once, Capital Federal de Argentina. Hubo bastante concurrencia. Cuando un trabajador morocho y muy humilde del Polo Obrero intentó subir al estrado a solidarizarse con las familias de las víctimas, algunos sionistas que estaban en el público comenzaron a insultarlo, abuchearlo e intentaron echarlo. Casi nos agarramos a golpes. ¿Por qué ese odio de clase? ¿Al sionismo le interesa el pueblo judío o en realidad defiende sus propios intereses, incluso contra los propios judíos? Si de verdad le interesara el bienestar de los judíos NUNCA, repito, NUNCA hubiera apoyado una dictadura antisemita como la de Videla y Massera. ¿El sionismo nos protege? Pido permiso para contar otra anécdota personal, esta de la adolescencia. Resulta que en la escuela secundaria militábamos en el centro de estudiantes. Algunos de nuestros amigos eran judíos, otros católicos y un compañero era de origen árabe, aunque de fe católica. Sin renegar de nuestro origen, nosotros éramos (y somos) ateos. Sin embargo, aprovechando el “día del perdón” (no nos ponían inasistencia) , faltamos a clase, como gran parte de los adolescentes intentando escapar de la disciplina escolar. Junto con los de apellido judío también faltaron nuestros amigos de origen católico y el de origen árabe. ¿Qué se encontró la barra de amigos al día siguiente al regresar a clase? En cada uno de nuestros bancos de madera había pintada una inmensa cruz svástica (nazi) de color rojo con cada uno de nuestros nombres. La primera reacción, instintiva, fue irnos a los puños. Pero rápidamente, pensando políticamente, como militantes del centro de estudiantes hicimos una denuncia pública de este gravísimo hecho antisemita. Como dirigentes del centro de estudiantes recorrimos muchísimos diarios. Nadie publicó nada. El único periódico que publicó la denuncia fue Nueva Presencia, órgano periodístico que había sido en tiempos dictatoriales baluarte cultural de la resistencia popular. Dirigido por el periodista Herman Schiller (a Herman lo conocimos personalmente muchos años después militando con las madres de plaza de mayo), Nueva presencia le dio lugar en sus páginas a la colorida familia de la izquierda argentina, judía y no judía. Inmediatamente después de la denuncia vinieron a la escuela dirigentes sionistas. No recuerdo ahora si eran de la OSA o de la DAIA. Pero era un dirigente entonces de peso y renombre. Vino a averiguar y a pedir explicaciones por el hecho antisemita. El rector de la escuela, facho disfrazado de liberal, jurista legitimador de los golpes de estado y columnista del diario de extrema derecha La Prensa, nos llamó a los estudiantes agredidos y también al agresor (quien vino junto con su padre) que había pintado las cruces nazis. En medio de la discusión, el rector le dice al dirigente sionista, señalándome con el brazo extendido: “Porque este estudiante es marxista y milita en el fascismo rojo”. Automáticamente al dirigente sionista se le cruzaron los ojos. Se olvidó al instante del joven neonazi, de las cruces svásticas, de la agresión antisemita y empezó a insultarme. Yo no entendía nada. ¿No venía a defendernos de los nazis? ¿Nosotros no éramos los atacados? ¡No! Para el dirigente sionista, que no era un muchacho ignorante sino un alto dirigente del sionismo argentino, era más peligroso un estudiante marxista judío que un nazi que pintaba svásticas... ¡¡¡Increíble!!! En aquella época yo era muy chico. No entendí nada. La situación me parecía un absurdo y absolutamente ridícula. De agredido y denunciante yo había terminado siendo acusado... ¡Nada menos que por otro judío! Años después lo comprendí muy bien... ¿Los palestinos nos odian? ¿Los palestinos nos odian? No es cierto. Gravísimo error confundir judaísmo con sionismo. Confusión que resulta falsa a todas luces, si se la esgrime en defensa del estado de Israel como si se lo hace en contra de Israel. La resistencia palestina —al menos en sus vertientes y organizaciones más lúcidas, las que provienen de un tronco antiimperialista laico y socialista— lucha contra la política de estado de Israel, no contra todos los judíos en general. Si se me permite, quisiera contar una tercera anécdota para ilustrar este pensamiento. Cuando se inauguró la Escuela Nacional «Florestan Fernández», cerca de San Pablo, a iniciativa del Movimiento sin Tierra (MST) de Brasil, allí nos encontramos militantes de muchas partes del mundo, todos unidos por las mismas banderas y los mismos ideales, los más nobles que ha conocido la humanidad hasta el momento. Había, entre muchísima otra gente, judíos no israelíes. También había marxistas israelíes. Igualmente estaban presentes madres palestinas. Estas últimas vestidas con sus pañuelos y túnicas tradicionales. Todavía recuerdo con una emoción indescriptible el inmenso abrazo internacionalista y fraterno que estas madres nos dieron a todos y todas por igual, incluyendo a los judíos no israelíes y a los marxistas de Israel, sabiendo perfectamente quien era cada uno. No me lo contó nadie. No lo leí en ningún libro. No lo vi en ninguna película. Ese abrazo entrañable, afectuoso y fraternal de palestinas y judíos, palestinos y judías, simbolizó para nosotros un adelanto de cómo se podría vivir y convivir si este mundo cruel y mezquino, no lo gobernaran el imperialismo y las burguesías, con todo su abanico de primitivismo político, odio racial, opresión nacional y fanatismo religioso sino los pueblos organizados sobre un proyecto socialista de alcance mundial. No es un sueño delirante, es algo posible y al alcance de la mano, con la condición de sacarnos de encima a los dueños del poder burgués, del mercado, del capital y de la guerra fraticida. Por todo esto, les pedimos a los señores defensores del sionismo que hagan toda la propaganda que quieran y se les antoje, pero... ¡Basta ya! ¡No la hagan en nuestro nombre! ¡No usen la memoria de nuestros abuelos y bisabuelos torturados, perseguidos, y masacrados por el nazismo para fines mezquinos, egoístas e indefendibles! ¡Viva la causa de los hermanos y hermanas palestinas! ¡Viva el socialismo! ¡Libertad a todos los presos y presas políticas

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La Audiencia Nacional reabre la causa contra tres militares estadounidenses por la muerte de Couso


Procesa al sargento Thomas Gibson, al capitán Philip Wolford y al teniente coronel Philip de Camp, al existir "indicios racionales" de criminalidad

Angeles Vázquez
Público

23-05-2009

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz volvió ayer a procesar a los tres militares estadounidenses responsables del lanzamiento de un proyectil contra el hotel Palestina, en Bagdad, en el que se alojaba la prensa internacional que cubría la guerra de Irak.

El impacto mató al cámara español José Couso y a Taras Protsyuk, de la agencia Reuters. El magistrado considera que hay indicios suficientes para procesar al sargento Thomas Gibson, al capitán Philip Wolford y al teniente coronel Philip de Camp por delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado y homicidio.
Como la Sala de lo Penal de la Audiencia revocó su procesamiento en mayo de 2008, el juez Pedraz trata de cubrirse las espaldas ante una decisión similar y explica que es necesario celebrar un juicio contra los tres procesados para determinar por qué dispararon un proyectil contra el hotel. Sólo en una vista oral se podrá determinar cuál de las cuatro hipótesis que el juez enumera en su resolución se produjo ese 8 de abril de 2003.
Hace ahora un año, la Sala de lo Penal le reprochó haber tenido en cuenta los indicios desfavorables para los militares, obviando los que podían exculparlos, para llegar a la conclusión de que el disparo del carro de combate contra el hotel era una represalia o amenaza con la intención de aterrorizar a la población.
Cuatro posibilidades
La primera posibilidad que cita Pedraz para evitar una acusación semejante consiste en que, como sostienen las autoridades estadounidenses, los militares temieron que "se trataba de un francotirador, ojeador u observador enemigo". Eran conscientes de los principios de distinción, precaución y proporcionalidad, que deben regir los ataques bélicos en caso de guerra para proteger a la población civil, y que establecen que "en la duda, no debe dispararse"; pero, aun así, lo hicieron.
El juez cree que si no se juzga este crimen, los ataques a civiles quedarán impunes
En este caso, los militares habrían cometido un delito, porque dispararon aceptando la posibilidad de que en vez de un francotirador fuera un periodista o un civil. Los periodistas españoles que estuvieron en el hotel Palestina negaron categóricamente a presencia judicial que en el establecimiento hubiera francotiradores o, incluso, iraquíes.
La segunda posibilidad que ve el juez se basa en que la tripulación del carro de combate estadounidense creyera ver fedayines y disparara "sin tener en cuenta las reglas del combate", lo que también sería delito.
Asustar a la población
El ataque también podía tratar de amedrentar a las personas que miraban la evolución de los tanques o a los informadores, con la intención de evitar que se grabara la toma de Bagdad, lo que explicaría que también se hubiera atacado a las televisiones árabes Al Yazira y Abu Dhabi.
Pedraz sostiene que hay indicios para culpar de homicidio a los tres militares
El juez añade que "no constan imágenes de Bagdad en las horas siguientes y es precisamente en esos momentos en las que las tropas norteamericanas entraron" en la ciudad.
El juez recuerda las pruebas realizadas después de que la Sala le echara abajo el procesamiento anterior. Cita al entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, y a la ex sargento de EEUU Adrienne Kinne, destinada en Inteligencia Militar, quien afirmó que al mostrar su extrañeza a un superior porque el hotel Palestina fuera designado como objetivo militar potencial, se le dijo que "alguien en un nivel superior de la cadena de mando sabía lo que estaban haciendo".
Si no se juzga el caso, Pedraz advierte de que "en adelante podría concluirse que cualquier ataque en un conflicto armado dirigido contra la población civil quedará impune". Para ello, bastaría "la simple excusa del atacante de que se pensó que. Y, obviamente, como se está ante una guerra, violenta y peligrosa o de crisis absolutamente grave y anormal, el atacante no es capaz de distinguir o prever".

http://www.publico.es/espana/226980/tres/militares/estadounidenses/procesados/muerte/jose/couso
Javier Couso. Hermano de José Couso: "No debe sorprender que un juez actúe"
¿Cómo ha recibido la familia el auto del juez Pedraz?
Estamos muy contentos. Frente al pesimismo que tenía todo el mundo nosotros nos lo esperábamos. Creemos que Santiago Pedraz ha hecho un trabajo excepcional. Algunos dicen que se trata de un cabreo de Pedraz por lo de la justicia universal cuando este caso no tiene nada que ver.
¿Cree que esta vez el proceso podrá prosperar?
No lo sabemos pero esperamos que sí. Poco a poco vamos sumando cosas pero la Fiscalía, tanto del anterior Gobierno como de este, lo único que ha hecho es torpedear la investigación. La Fiscalía se basó en el informé de EEUU haciendo de juez y parte. El juez Pedraz ya ha dicho que en Derecho eso no vale.
¿Teméis que el Gobierno vuelva a bloquear el proceso?
Pensamos que sí. Nos gustaría que no fuera así pero es lo que tememos. Es muy importante todo lo que se ha aportado, tanto el testimonio de la sargento de EEUU Adrienne Kinne, que espiaba a los periodistas, como el informe del general de la Guardia Civil Gonzalo Jar, la pericia de los expertos en armamento y los testigos presenciales. Deja en evidencia que hay muchas cosas para investigar. Indicios de delitos.
¿Con que os conformáis?
Con que la Fiscalía de mi país siga investigando lo que le pasó a un ciudadano español y no pervierta su naturaleza. A la gente le sorprende que un juez persiga un delito. Lo que debería ser sorprendente es que EEUU no cumpla el derecho internacional. Que no presuman de libertad de información ni Estado de derecho. Por lo menos queremos que esta gente esté en busca y captura el resto de su vida.


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Un humorista popular descubre que en Francia no se bromea cuando se trata de Israel


30-11-2004
Silvia Cattori
Rebelión
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

El humorista negro Dieudonné, popular en toda Francia, que solía aparecer frecuentemente en la televisión y que durante años tuvo espectáculos en grandes teatros, seguramente no pensó que su incansable compromiso contra el racismo y la marginación, llevaría a que su nombre se convirtiera en tabú en los medios dominantes, a que asustados organizadores y burócratas locales le impedirían actuar en teatros y televisiones.

Grupúsculos paramilitares sionistas atacaron violentamente algunas de sus presentaciones. Sin embargo, los fans lo apoyan por miles y los espectáculos que realiza están siempre repletos. Para muchos, el cómico asume paulatinamente un papel dirigente de numerosos franceses de origen caribeño y africano.
Dieudonné nació en 1966 en Francia, de madre bretona y padre camerunés. Tiene su propio teatro en París donde actúa permanentemente ante salas repletas.
Todo comenzó con un desliz por el que el artista se disculpó posteriormente. En un sketch televisivo, Dieudonné habló del eje "americano- sionista" y gritó "Isra-Heil" vestido de rabino radical armado.] [Rebelión]


Acusado de antisemitismo, víctima de ataques verbales y físicos, arrastrado ante los tribunales por delitos que no cometió, a Dieudonné le han hecho la vida difícil.


Ahora vuelve a levantar cabeza. Ha ganado todos los procesos iniciados en su contra por organizaciones judías. Y, como todo hombre cuya dignidad ha sido pisoteada, Dieudonné lucha. Nos habla de momentos difíciles, sin debilidad. “Han querido convertirme en panegirista del antisemita” nos dice con voz clara, mirándonos directo a los ojos. Desde que le cerraron las puertas de la televisión en diciembre de 2003 Dieudonné lo ha pagado caro. A pesar de todo, sus desgracias lo han llevado a ser más sensible y más atento a sus prójimos. Centrado sobre todo lo humano, lanza sobre las infamias sufridas una mirada que le permite no lamentar sus propias heridas. Por lo tanto, no siente un espíritu de revancha sino la voluntad de luchar por el respeto a la dignidad de los seres humanos. Irradia una fuerza, algo de magnético y encantador. Consciente de lo que espera el público, que lo ha acompañado y apoyado ante y contra todo, siente actualmente un deber hacia la verdad. Es todo el mensaje de su nuevo espectáculo: “Pido perdón”, que este talentoso humorista presenta cada noche en su teatro « La main d’or » (1). Actúa con ardor y con una sed de autenticidad y de humanidad que su público – cautivado por la magia de su ágil personaje, y también por su seriedad – no se cansa de compartir. S.C.


¿Su imitación de un colono israelí, en diciembre de 2003, provocó una polémica? ¿Qué pasó después?


Fui víctima de un linchamiento. Un linchamiento particularmente brutal de parte de la familia sionista de Francia. Porque interpreté el papel de un colono israelí extremista en un sketch cómico, tuve derecho a un auténtico linchamiento. ¡Algo único en Francia! ¡Jamás se le había prohibido a un artista cómico que presentara sus espectáculos! Todo el asunto es alucinante. Ha habido presiones muy fuertes sobre las ciudades y los ayuntamientos donde ya estaban anunciados mis espectáculos, tanto en Francia como en Suiza y en Bélgica. Han sido de tal envergadura que numerosas ciudades han anulado todo y los organizadores me pidieron que no fuera. El Olympia, con el que tenía un contrato, también lo rompió. Se me echó encima toda la panoplia sionista. Difundieron la idea, en Francia y afuera, que yo era “antisemita”. Bernard-Henri Lévy a la cabeza. Todo esto muestra que en Francia existe un clima de intolerancia; que hay gente que puede influir de manera decisiva para orientar las decisiones políticas. Basta con que esa gente diga: “Si no prohíben el espectáculo de Dieudonné van a tener que pagar por ello”. Tuve que hacer intervenir la validez de los contratos rotos ante el tribunal administrativo, porque yo sufría un perjuicio grave. Gané, en general. Las ciudades han pagado el monto acordado. Pero en numerosos lugares, donde mi remuneración dependía de las entradas, lo perdí todo.


¿Cuáles eran esos grupos dispuestos a que usted “pague por ello”?


El comando formado por más de ciento cincuenta personas que insultó y golpeó a la gente que había ido a mi espectáculo en Lyon, estaba vinculado a organizaciones extremistas violentas, conocidas como el Betar o la Liga de Defensa Judía. Una joven de origen marroquí fue rociada con un líquido ácido y tuvo que ser hospitalizada. El Betar es una organización considerada como ala militar del Likud, el partido de Ariel Sharon. Esos militantes están dotados de medios financieros y logísticos importantes, creen que pueden hacer lo que les dé la gana. Son ellos los que profirieron amenazas escritas de muerte contra mi persona, contra las personas que trabajan conmigo, contra el personal del Olympia, si mi espectáculo no era retirado del programa.


¿Las autoridades cedieron, por lo tanto, a su chantaje?



¿Qué quiere que le diga? ¡Ante algo semejante no queda otra que quedarse estupefacto! Los representantes de las organizaciones judías en Francia no exigen la disolución de esos grupos sionistas que atacan a los ciudadanos. ¿No había declarado Alex Moïse (2), ante el micrófono de Europe 1, que había que “erradicar a Dieudonné de la escena humorística”? Pero ese personaje se hizo célebre en mayo de 2004, cuando la policía descubrió que se había auto-enviado mensajes “antisemitas” falsos que después atribuía a falsos “antisemitas”. Dominique Perben, ministro de Justicia, llamó a que hubiera sanciones muy severas contra Dieudonné. Francia había caído en un delirio total. Era una verdadera histeria. ¿Estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado? ¿Se servían de mi persona con fines políticos?


¿Quiere decir que existe una intención deliberada de dar al antisemitismo una dimensión que no tiene y que al acusar a personalidades públicas logran un eco más amplio?


Con la multiplicación de esas campañas que acusan perpetuamente a la gente de antisemitismo se entra a la irracionalidad más completa. Ya no estamos en el ámbito del debate o de la crítica legítima. Nos movemos dentro de la mentira absoluta. Ese término, ligado al nazismo, ha sido tan mancillado que ha perdido, en nuestros días, todo su sentido. Agita inútilmente y envenena la vida de los franceses. El antisemitismo no quiere decir nada en la actualidad. No significa absolutamente nada. Existió. Pero el nazismo se acabó hace 60 años. Si hay racistas, hay que colocar a todos al mismo nivel de igualdad. Acusar de racismo pesa mucho menos que acusar de antisemitismo. Pero en los dos casos se trata de racismo. ¿De dónde proviene esta jerarquía? En nombre de un “antisemitismo” que no existe, ponen a muchos al margen de la sociedad. Considero inaceptable que simples ciudadanos te puedan quitar tu sustento, golpearte a ti y a tus amigos, argüir que tienes una mala intención, difamarte en público, destrozar tu vida de esta manera.


Cuesta creerlo. ¿En otros países europeos no se conoce nada parecido?


Hay que vivirlo para ver hasta dónde son capaces de llegar los sionistas, aquí en Francia. Si no estás de acuerdo con su visión idílica del Gran Israel, te consideran como “antisemita”. Por lo tanto te mantienen amenazado. He pasado por ese período en la incredulidad más total. Por un instante tuve la impresión de que estábamos en un país en guerra, pero que lo ignoraba. Que la República me había abandonado. La señal es muy fuerte. Que se exigía que todo el mundo acepte como un hecho que no se puede reír sobre la política israelí en Francia. Que no se bromea con Israel.



¿Pero se puede llorar?


Sí. Llorar por Israel, por el curso de Israel, por la Shoah, está permitido. Incluso se puede recibir subvenciones. Pero llorar por los palestinos, no. ¿Por qué yo, Dieudonné, debo verme obligado a decir y volver a repetir que no soy “antisemita” cuando no existe? Soy descendiente de esclavos. No he participado en la persecución del pueblo judío. Todo eso me es muy lejano. No veo por qué debo pedir perdón y justificarme interminablemente.


¿Tengo que llegar a la conclusión, por lo que usted acaba de decir, que existe, de parte de los que se sirven de ese término de antisemitismo, la intención de introducir una especie de guerra en Francia? ¿Una guerra entre judíos y no-judíos, al imponer la idea de que es un fenómeno más grave de lo que es en realidad?


No quiero teorizar al respecto. Soy un humorista. Pero hay que preguntarse si todas esas acusaciones lanzadas a la ligera no son un modo de conducir a una calle sin salida sobre los verdaderos culpables de los crímenes en Palestina y de proteger la condición de eternas víctimas para los que instrumentalizan los sufrimientos, en un momento en el que Israel es objeto de graves acusaciones. Le aseguro que, cuando te impiden trabajar, cuando golpean a la gente que trabaja contigo y a tus relaciones, cuando ves que los ministros se suben a las almenas, llega un momento en el que comienzas a dudar.


¿Quién, entre las personalidades públicas, lo ha atacado más?


Bernard-Henri Levy ha expresado, más claro que ningún otro, su voluntad de destruirme moral y financieramente. Ha llamado a la gente a boicotear mis espectáculos. Ha deseado que yo sea “golpeado en el portamonedas”. Él, cuya familia hizo fortuna explotando los antiguos bosques africanos, tuvo la perversidad de escribir negro sobre blanco, con sus saludos de año nuevo, que deseaba que los franceses no volvieran a ver a Dieudonné. (3) El periodista Jean-Pierre Elkabach había dicho directamente ante el micrófono de Europe 1: “Te vamos a golpear en el portamonedas”. En cuanto a Alain Finkielkraut, dijo respecto a mi sketch “que se trataba de un acto antisemita mayor” y que el que los judíos no sean mi único objetivo no significa que “Dieudonné no sea antisemita”. Esto ilustra la dinámica del lobby sionista en Francia. Por lo tanto, ya sabe, cuando vi llegar en Lyon a esas hordas descontroladas del Betar con sus chaquetas de cuero negro, que venían de París y otros sitios para impedir que el público asistiera a mi espectáculo, insultando, golpeando y gritando “¡Dieudo, negro inmundo, los judíos se encargarán de ti!” no pude dejar de asociarlas con los odiosos llamados de nuestro “filósofo” nacional.


Esos energúmenos, que golpeaban a la gente que había venido a mi espectáculo, reaccionaban, evidentemente, a las incitaciones al odio en mi contra, el “enemigo” jurado, que Bernard-Henry Levy había identificado prealablemente, poniéndolo a la merced de la venganza de los grupúsculos sionistas. Los hechos hablan por sí solos. Es una perfecta demostración de odio racista. Todo eso, que forma parte del linchamiento, no llega a los titulares de los periódicos. Lo cuento de manera detallada en mi libro. (4)


¿Han podido sacarlo de sus casillas las actividades de sus detractores?


No, no. Veo lo que me toca de cerca con indiferencia. A pesar de lo odioso de sus críticas, Bernard-Henri Levy y la banda de islamófobos y negrófobos que gira a su alrededor, “no me han sacado de mis casillas”. Sigo sereno. Pero una cosa es evidente. Me siento más consciente que nunca de que me opongo fundamentalmente a ciertas prácticas, y a una evidente hipocresía. No hay ningún espíritu de venganza de mi parte. Mi papel se limita simplemente a explicar a los negros de Francia que, también nosotros, tenemos derecho a nuestra historia. A que se nos escuche. Ha habido cientos de películas para denunciar los horrores nazis. Está muy bien. Es un sufrimiento que respeto infinitamente. Pero no puede haber una jerarquía en los sufrimientos de los pueblos. Mi pueblo tiene derecho, también, a que se haga luz sobre el comercio de esclavos. Por primera vez en la historia de la humanidad se organizó un tráfico con seres humanos de modo industrial, como si se tratara de ganado. ¿Por qué no llegamos a que se reconozcan los daños causados por la trata de negros? Los negros no tienen derecho a una memoria. No tienen acceso a los archivos que podrían permitirles determinar quiénes son los que se enriquecieron comerciando con su carne. Estamos en un período en el que los pueblos exigen reparaciones. Los países que colaboraron con los nazis fueron puestos bajo fuerte presión por los hijos de las víctimas judías. Deben pagar reparaciones. Nuestro pueblo tiene también derecho a ese respecto. Se prohíbe a los africanos, que consulten sus archivos. Tal como se prohíbe a los palestinos que retornen a las tierras que les robaron. Los palestinos tienen derecho, como todas las víctimas, a ser reconocidos por sus sufrimientos. Esa negativa de reconocer el sufrimiento de otros es indigna.


¿Ha sentido que hay algo humillante en su forma de proceder?


Tengo que defender mi dignidad. Tengo una familia que mantener. Soy padre de tres niños. Tengo el deber de ser digno de ellos. De poder decir a mis niños: ¡Ahí tenéis vuestra historia! Quiero contársela sin odio, pero con determinación. Quiero decirles que Bernard-Henri Lévy, que quiso privarme de lo que es mi razón de existir, de arruinarme, es hijo de una familia que construyó su inmensa fortuna sobre el suelo africano, sobre la vergonzosa explotación de los bosques preciosos de África. Y que, finalmente, mirándolo desde ese punto de vista, todo lo que me ha ocurrido, no es más que una consecuencia lógica. Un afrontamiento ineluctable que todo africano debe confrontar. Tengo el deber de tomar mi parte de responsabilidad en la defensa de mi pueblo. Conozco su historia, su recorrido, quiero que se conozca la verdad sobre cuatrocientos años de esclavitud, doscientos años de colonialización, sesenta años de era poscolonial. Nuestra independencia aún no ha sido lograda. Mientras los pueblos explotados no puedan contar con Naciones Unidas para adquirir sus plenos derechos, deben apoyarse sobre sus propias fuerzas, organizarse.


¿Pero usted es más blanco que negro, más francés que africano, no es cierto?



Para usted soy blanco como lo son todos los mestizos. Mi madre es blanca. Mi padre es negro. Soy, a pesar todo, hecho de esa mezcla. Soy, para mí mismo, universal. Pero ante los otros soy un hombre negro. Lo acepto. En mi interior, antes de este linchamiento, no conocía ese sentimiento de “frontera” interiorizada, que siente mucha gente. Sin embargo, ahora, sé que esa frontera existe, a los ojos de los demás. La siento profundamente en carne propia. Hoy, sé que para los blancos son un hombre negro. Y tengo que ser consecuente con esa experiencia. Tengo que ser consecuente conmigo mismo y situarme en relación con esa visión. No puedo huir de ella. Tengo que situarme en relación con lo que me separa de esos ideólogos que siembran tanto odio y difunden tantas mentiras en toda Francia. Por lo tanto, como negro, digo stop. Basta. Yo, Dieudonné M’Bala M’Bala, le digo, a usted Monsieur Bernard-Henri Levy, heredero de una familia que ha hecho fortuna saqueando los bosques en esa región del subsáhara tan vulnerable, confrontada hoy en día, a graves problemas de desertificación, que no tiene ninguna lección de moral que darle a quien sea.


¿Si lo entiendo bien, el sufrimiento humano, pasado y presente, es lo que usted pone en primer plano?


Soy artista. Pero soy, ante todo, un ser humano con una historia, un pasado. Un pasado que ha sobrevivido en nuestra memoria colectiva. Sé de dónde vengo. Dónde voy. Hoy vivo en Francia. He aprendido a amar a la República. Considero que los valores que encarna son formidables. Me siento muy encariñado con esta expresión de “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Creo firmemente en esa humanidad. Tengo esa utopía.


¿No ha pensado nunca en que ha ido demasiado lejos?


Crecí con el humor de un Michel Leb, de un Boujenah: de humoristas que se divierten y hacen reír con personajes negros que presentan con narices que son tan grandes como dos cabezas de blancos. ¡Jamás se la ha ocurrido a nadie la idea de condenarlos por racismo! ¿Tengo derecho, yo, a burlarme de los blancos? ¿Soy yo el que va demasiado lejos, o son ellos? ¡Solía pensar que en el humor hay un margen de libertad! A veces me pregunto si la gente está suficientemente bien informada para medir exactamente la gravedad de la situación. En mis espectáculos hablo de la indiferencia del mundo ante las tragedias actuales. Hablo del sistema del apartheid, establecido en Palestina, como ayer en África del Sur. Hablo de personajes, como un Bernard-Henry Levy o un Alain Finkielkraut, que se identifican con una ideología, el sionismo, que es una forma de racismo. No soy religioso. Soy ateo. No hablo de los judíos como tales. Sé que muchas personas de confesión judía se desolidarizan de la política racista de Israel. Que otras son simplemente engañadas por un proyecto que no comprenden. Me digo que no se puede mentir eternamente a la gente. Se terminará por conocer la verdad.
¿Hubiera expresado opiniones con acentos tan políticos antes de diciembre de 2003?


Sí. Simplemente, antes del linchamiento, yo no tenía el mismo nivel de conciencia que hoy. Simplemente he mejorado mi lucidez. He podido vivir y resentir en mi propia carne que existen seres que tienen plena libertad para impedir que se diga la verdad. He participado en la lucha antirracista. El discurso de la asociación SOS racisme era “somos todos hermanos, hay que luchar contra el racismo”. Estaba, por lo tanto, ahí dentro, y me costó un cierto tiempo hasta que comprendí que nos manipulaban.



¿Por lo tanto lo anima un sentimiento de injusticia?


Sí. Un gran sentimiento de injusticia. Gracias a este linchamiento he visto a los negreros en acción. Y es difícil de aceptarlo. Los he visto volver para golpearme. Hablo de esos negreros que solían deportar a mis antepasados, los explotaban, los violaban impunemente. Pienso que son los mismos, exactamente los mismos. Parecidos. Nunca pensé ni por un segundo que existía un complot en mi contra. No. Hubo, de parte de una cierta intelectualidad sionista, por lo tanto racista, llamados al odio para hacerme callar.


¿Odio al habla franca del artista, combinada con odio racial?


Una cosa es obvia: jamás antes se le había prohibido trabajar a un artista. Jamás. Estamos en un país que ha construido su riqueza sobre el comercio triangular. Sobre la colonización. Soy un hijo de todo eso. Y, en un momento dado, el niño quiere tener acceso a su historia, exige explicaciones y se le responde: “¡Cállate!” Ya le he dicho que soy descendiente de esclavo y que, gracias a este linchamiento, me di cuenta de que era, como negro que soy, tratado como tal. De todos modos, nuestro pueblo está condenado. África está condenada. Un 80% de los enfermos de sida viven en África negra. Frente a esa plaga los africanos carecen de medios para tratarse. Existe la no-asistencia a una persona en peligro. Tenemos todos los motivos para pensar que es voluntaria. Que la vida de un negro no vale la de un blanco. ¿Pero hay que dejar caer los brazos por eso? La mitad de mi familia vive allá. Yo iré para Navidad. OK. Se va a morir, pero con la cabeza alta. Y perfectamente conscientes de que han querido nuestra muerte, que no han hecho nada por impedirla. Van a poder decir: “Ustedes nos mataron”.


¿No está por todas partes el odio? ¿Cuando los jóvenes se rebelan al ver a los soldados israelíes o estadounidenses asesinando a sus hermanos árabes, no hay odio?


Creo que hay más jóvenes de confesión judía que enarbolan el odio contra el árabe que a la inversa. Los árabes y los musulmanes son las verdaderas víctimas de discriminación en Francia. Son considerados como ciudadanos de segunda clase. Pero eso no preocupa a nadie. De los negros, ni vale la pena hablar. Los negros no tienen derecho a nada. El sufrimiento de los negros no cuenta. Para ellos somos simios.


¿Es difícil vivir así?


Sí. En la vida que vivimos, sólo las buenas noticias llegan a sorprendernos. Pero no me quejo. Por respeto a ese pasado que es el de mi pueblo, y de los pueblos que han sufrido como él, que sufren, no puedo decir que lo que me ocurrió, haya sido particularmente duro. Es nuestra vida diaria. No quiero lloriquear al respecto. Lo que me sucedió forma parte de nuestra historia. Es la base sobre la que tenemos que construir nuestro futuro. No quiero proceder como esos sionistas que se revuelcan en su victimismo constante. No. No les hago reproches. Respeto su pasado. Sólo es necesario que respeten y reconozcan igualmente el pasado y los sufrimientos de los demás.


Usted relativiza, es muy noble de su parte. ¿Pero puede ser que sus infortunios aún no hayan terminado?


No, no han terminado todavía. Pero no he pasado veintisiete años en la cárcel como Mandela. He perdido algo de mi trabajo. He tenido la desagradable sorpresa de encontrar un revólver y una kippa en mi camerino. Pero sigo vivo.


Cuando lo veo así, complicado...


No, no complicado. Soy un hombre libre.


Pero le impiden trabajar. ¿Dónde quedó su libertad?



Mi libertad es poder seguir siendo yo mismo y no tener miedo de decir las cosas tal como son.


¿Lo están procesando?


Han gastado sumas considerables para organizar una multitud de procesos en mi contra. He sido examinado por “difamación y declaraciones racistas”. He afrontado 17 procesos. Los he ganado todos. He sido absuelto por la justicia.


¿Así que le han hecho procesos políticos sin fundamento?


Sí. Absolutamente. Son procesos políticos. Había que establecer un ejemplo. Al negro que abandonaba su campo de algodón para escaparse, cuando llegaban a atraparlo lo apaleaban hasta matarlo, para que los otros comprendieran lo que podía ocurrirles si... Es lo que ocurrió conmigo. Me pegaron violenta, excesivamente. Había que mostrar lo que una cierta Francia puede reservar a los “nègres” cuando se inmiscuyen en la política.


¿Su defensa en los tribunales debe haber sido muy cara?


Yo no tengo dinero. Es el dinero del público. Ahora no trabajo para otra cosa que para defenderme. El público está presente cada noche, por suerte. El teatro está repleto desde abril. Haré una representación en el Zénith el 29 de diciembre de 2004. (5). Veremos qué nos trae el futuro.


¿Qué aprendió en todos estos acontecimientos?


Aprendí que no se tiene derecho a bromear sobre algo como la colonización israelí ni a caricaturizar a un colono judío. Aprendí que un negro no tiene derecho a decir que un blanco puede encarnar el mal. Un negro debe decir siempre que el blanco pertenece al
“eje del bien”. Era, a propósito, exactamente lo que decía en el sketch en cuestión. Era una ironía, pero no se quiso ver ese aspecto. Prefirieron ver otra cosa. En circunstancias que yo decía irónicamente a los jóvenes, a través de ese personaje de colono israelí: “basta de ese antiamericanismo primitivo. Uníos al eje del bien que os permitirá vivir en buena armonía”.


¿Por lo tanto fue una experiencia humillante pero instructiva?



Lo que no te mata te hace más fuerte. Seguí de pie. Pero cuando te dicen “Dieudo, negro inmundo, los judíos van a acabar contigo” y el negro no dice nada y no le queda más que aceptar los golpes, eso sí es humillante. Son individuos que disponen de una red y de una amplitud de acción impresionante.


¿Y el público supo hacer lo que se debe?



La actitud de la gente fue formidable. Y también muy valerosa. Tengo que rendirle homenaje. Se dejó insultar, que la acusaran de antisemitismo, porque quería ver mi espectáculo, pero no cedió. Su apoyo es lo que me permitió sobreponerme a ese período de mi vida. El 20 de febrero quedará impreso en mi memoria con el día más memorable de todos. El Olympia terminó por doblegarse ante las amenazas del Betar. Con el equipo que trabaja conmigo decidimos que igual íbamos a presentar el espectáculo, afuera, delante del Olympia. Esperábamos encontrar a algunos cientos de personas. Tuvimos la sorpresa de ver que se congregaba una multitud inmensa. Eran miles, que nos aclamaron. Fue un momento muy emocionante. Entre las caras blancas, había caras negras que me rodeaban para protegerme.


¿Habían llegado antes de que le prohibieran presentarse en público?



Fue la gota de agua que hizo desbordar el vaso. Creo que, para los africanos y los antillanos, estar presentes a mi lado ese día, fue una manera de solidarizarse con uno de los suyos en un momento en el que se encontraba en dificultades. Querían protegerme contra eventuales ataques. Era también, de manera más general, la expresión de un sufrimiento común que encontraba allí, en ese encuentro espontáneo de gente que no se conocía, una ocasión de hacer que se les escuchara. La expresión de gente que estaba hastiada. Había una forma de vida ferviente en esa concurrencia. Me veía en presencia de seres que soportaban el peso de una vida de injusticias que querían compartir. Me di cuenta de que me había convertido para ellos en una especie de catalizador. Que se identificaban con esta herida del mundo que sufría, que ellos soportaban desde hace tiempo. Yo era uno de los pocos negros en la escena artística humorística, que escribía él mismo sus textos y los interpretaba. El único negro humorista, creo, que escribía para hablar en su nombre y reírse. Tenía el deber de ser digno de la esperanza que representaba para ellos. Su humanidad, en ese instante de comunicación intensa, la sigo llevando en mi carne. Es lo que me ayudó a pasar por ese período. Por eso, por lo que aprendo de mi público: la humildad. Es un poco el pueblo al que siento el deber de proteger hoy en día.


¿Era el sentimiento de que tenía una responsabilidad hacia ellos?


Soy un humorista con todo mi ser. En general las cosas me hacen reír. Lo extraño es que lo más duro para mí fue el amor que recibí de esa multitud de gente anónima, delante del Olympia. Fue un momento muy duro psicológicamente. Porque tenía que dominar la emoción que me invadía, contener las lágrimas que me inundaban. Cuando hablo de dureza es por eso. Hubiesen podido golpearme y pegarme. No hubiera derramado una lágrima. Estaba preparado para lo peor. Pero, a la inversa, no estaba preparado para tanto reconocimiento y amor. Yo iba a presentarme para que me lincharan, como siempre han linchado a los negros, y me encontré ante una multitud de personas venidas para decirme cuánto me amaban. No lo esperaba, no estaba acostumbrado. Nadie está acostumbrado a eso. Fue tan inesperado. Y por eso tanto más emocionante.


¿Es lo que cuenta para usted, ese reconocimiento?



Sí. Aprecio el respeto a la dignidad de los seres humanos. Como aprecio los valores de laicismo que defienden el respeto a todas las creencias y a todas las religiones.


¿Cómo puede reconciliar su apoyo a causas graves con las exigencias de frivolidad relacionadas con la escritura humorística?


Lo único que nos queda es la risa. Pero reír no quiere decir burlarse. Puede ser un medio para sobreponerse a lo que nos hace sufrir. La risa es algo que forma parte de mi cultura. Ha habido estudios sobre la risa. Los negros son de los que más se ríen. Eso permite ver el mundo desde una cierta distancia. Creo que, en este mundo duro, la risa es un factor terapéutico. Es importante vivir en la alegría. Y decirse que dentro de la desesperación está la esperanza.


¿El Olympia, se acabó?



Sí. El Olympia me ha sido prohibido. Igual como me han prohibido durante este año, las antenas de televisión.



¿Existe todavía, hoy, un motivo que impida su retorno?



La razón oficial es que no pueden garantizar la seguridad del público. Pero yo puedo seguir actuar en mi teatro. Me presento con taquillas agotadas, desde abril, ante 250 personas cada noche. Si no tuviera ese teatro, me habría quedado sin poder actuar desde diciembre de 2003.


¿Lo llama su asistente?



Sí. Mi público me espera. ¿No ha visto todavía mi espectáculo? Venga a verlo y hablaremos después.


La puerta se cierra detrás de él. Poco después, Dieudonné estaba allí, frente a su público entusiasta, al que le dio lo mejor. Se veía un fervor evidente en las caras suspensas, como magnetizadas. Y esa unión invisible, que contiene emoción y afecto, que se funde en uno con el artista.












Fin






(1) Théâtre de la Main d’Or. 15, passage de la Main d’Or. 75011 Paris.


Tél : 0033 1 43 38 06 99 - Métro Ledru-Rollin.




(2) Alex Moïse es el representante del Likud (el partido de Ariel Sharon) en Francia y secretario general de la Federación sionista de Francia. Desenmascarado por la policía, condenado en mayo de 2004, confesó haberse enviado mensajes antisemitas para ir luego a presentar denuncias por “amenazas e injurias antisemitas”-


(3) Magazine LE POINT 02/01/04 « Rubrique Bloc Note.




(4) Lea su libro, “Dieudonné. Entretien à cœur ouvert”. Edition EPO. 2004



(5) Zenith, 211, av. Jean Jaures. 75019 Paris.



silviacattori@yahoo.it

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