sábado, 13 de junio de 2009

Ceremonia de conmemoración del XX aniversario del fallecimiento de Imam Jomeini



04-06-2009
El Líder Supremo de la Revolución Islámica, Ayatolá Seyyed Ali Jamenei, ante una gran congregación de personas provenientes de los diferentes estratos sociales de la nación de Irán, que acudieron para conmemorar el XX aniversario del fallecimiento de Imam Jomeini, dijo que «el Imam alzó dos banderas: la del renacimiento del Islam y la del renacimiento de la grandeza y orgullo de Irán y los iraníes» y agregó que «estas son dos dimensiones del movimiento histórico del Imam».

Asimismo, se refirió a «los esfuerzos de los enemigos por obstaculizar la continuidad del progreso y exaltación de la nación de Irán.»
Toda la gente y todos los amantes de la solidez del sistema islámico y de la nación de Irán, deben acudir con total entusiasmo a las urnas de votación, este próximo 22 de Jordad.
Durante la ceremonia realizada en el patio 'Seyyed Mustafa Jomeini' del santuario del Imam, Ayatolá Jamenei con pesadumbre -por el aniversario del deceso del grandioso padre de la nación de Irán- se refirió al sentido de genuina identidad de los musulmanes en el mundo como uno de los valiosos resultados de haber alzado la bandera del renacimiento del Islam, y agregó que «las consecuencias de este gran movimiento islámico del Imam le dieron nueva vida a la nación palestina después de decenas de años de frustración, igualmente, los países árabes sintieron esperanzas después de continuas derrotas y el régimen sionista -que como un tumor canceroso se había dado a la tarea de crear la imagen de que era 'indestructible'- recibió una bofetada de la mano de los jóvenes musulmanes.»
El Líder de la Revolución Islámica, refiriéndose a las distintas Intifadas del pueblo palestino y los repetidos golpes al régimen sionista señaló la retirada del régimen ocupante del territorio del Líbano, así como las consecutivas derrotas de su ejército, primero en la guerra de los 33 días en Líbano y después en la guerra de 22 días en Gaza. Todo esto debido a la bendición de que Imam Jomeini alzó la bandera del renacimiento del Islam, de modo que el régimen sionista se ha visto obligado a omitir su consigna «desde el Nilo hasta el Eufrates».
Ayatolá Jamenei continuó explicando los resultados de haber alzado la bandera del renacimiento del Islam y agregó: «El esfuerzo de los musulmanes por crear el sistema islámico, generar un espíritu de esperanza entre los intelectuales musulmanes, hacer que los occidentales bajasen el tono con que se dirigen a los musulmanes, también son parte de las bendiciones y resultados del despertar general y la resistencia del Mundo Islámico.
Asimismo, su eminencia enfatizó: «Los musulmanes a lo largo y ancho del Mundo Islámico deben valorar esta exitosa y preciosa experiencia, y basándose en ella trazar su rumbo, porque es el único camino hacia el poder y la grandeza, y la resistencia es la exaltación de las naciones islámicas».
El Líder de la Revolución Islámica refiriéndose al hecho de que los occidentales bajasen el tono con que se dirigen a los musulmanes y el esfuerzo del gobierno estadounidense por mostrar un nuevo rostro, manifestó: «Os digo con toda certeza que el cambio o un rostro nuevo no se obtiene a través de discursos, palabras y consignas, sino que para ello se necesita la práctica y que Estados Unidos le restaure a la nación de Irán los abundantes derechos que le ha arrebatado»
Ayatolá Jamenei, señaló además que la anterior administración de Estados Unidos a través de medidas violentas, intervenciones militares, discriminaciones e intervenciones despóticas generó una imagen fea, odiada y violenta de su gobierno y las naciones islámicas detestan desde lo más profundo de sus corazones a dicho país.
Su eminencia explayándose sobre el tema del gobierno estadounidense agregó: «Habló de democracia y la fuerza del voto de las naciones, pero hizo caso omiso del voto del pueblo palestino en la elección de su legítimo gobierno y apoyó completamente al régimen sionista, presentando al oprimido pueblo palestino como un pueblo rebelde y malvado.»
El Líder de la Revolución Islámica recordó la práctica de Estados Unidos con respecto al tema nuclear de Irán, y agregó: «Los estadounidenses desean obstaculizar el derecho natural y legal del pueblo de Irán de acceder a la industria nuclear y al uso de la energía nuclear con fines pacíficos. Ocultando la verdad, han acusado a Irán de tener el objetivo de construir bombas atómicas, aunque la nación iraní y sus autoridades han anunciado reiteradas veces que no tenemos armas nucleares e incluso han aclarado que desde el punto de vista del Islam el uso de la bomba atómica es prohibido. Pero los occidentales, especialmente los estadounidenses en su propaganda dicen que Irán está buscando la bomba atómica: Esta conducta es una evidente injusticia.»
Ayatolá Jamenei se refirió a la decisión del necio ex presidente de Estados Unidos de invadir Afganistán e Irak con el pretexto de luchar contra el terrorismo. «La veracidad de los gobernantes estadounidenses se manifiesta cuando cambian en la práctica, y no se puede confiar en los cientos de discursos ni en la expresión de palabras rebuscadas dirigidas a las naciones islámicas: así no se realizará ningún cambio.», añadió
Su eminencia señaló que el saber revivir el espíritu de grandeza y orgullo de Irán y los iraníes es otra de las dimensiones del movimiento de Imam Jomeini, quien a través del continuo soplo del alma del autoestima y la confianza en sí mismo supo borrar del espíritu de la nación el sentimiento de inferioridad y dependencia de los gobiernos extranjeros que los dictadores e intelectuales occidentales habían inculcado. «El Imam Jomeini le afirmó al pueblo de Irán que podemos y somos poderos, y esta es el alma que os dio», agregó.
Por otra parte el Líder Supremo de la Revolución Islámica señaló que los recursos materiales para el progreso de todo país y base principal del desarrollo y poder son estos componentes espirituales. El sentimiento de autoestima y grandeza nacional puede brindarle rectitud y resistencia -frente a los opresores- a los sistemas electos por el pueblo y beneficiar a cualquier nación volviéndola influyente en las cuestiones y políticas internacionales.
Ayatolá Jamenei consideró fundamental la grandeza nacional y dijo que el apoyo al pueblo y los encargados de la administración del país, el autoabastecimiento y el poder de intercambio en la escena económica, la producción científica y tener gran parte en la construcción científica del mundo, el honor, la cultura y las tradiciones nacionales, le dan significado a la grandeza nacional.
Asimismo, dijo que el respeto a toda persona y a todos los seres humanos en general es el significado práctico de la grandeza nacional en el campo de la administración de la sociedad, y agregó: «La grandeza nacional en la política exterior significa obtener la independencia electoral, de forma que ningún poder le pueda imponer nada al país ni a su gente.»
El Líder de la Revolución Islámica criticó a quienes dicen que la nación de Irán ha sido humillada: «Se pueden evidenciar en las diferentes cuestiones mundiales los efectos de la grandeza de esta gran nación, por ello no son aceptables las palabras de aquellos que dicen que la nación de Irán no es estimada por la firmeza en sus principios.»
«Los enemigos intervencionistas y opresores de la República Islámica tratan de inculcar el menosprecio a la nación de Irán. Sin embargo, el respeto a la gran nación de Irán y a su grandioso Imam Jomeini tienen un gran peso incluso en lo más profundo de los corazones de los enemigos del sistema.», agregó.
Al final de su discurso, señaló algunos puntos importantes sobre las cruciales y determinantes elecciones del 22 de Jordad:
Por una parte se refirió al esfuerzo de los medios de comunicación extranjera por restarle importancia a las elecciones presidenciales: «Los enemigos de la nación suelen decir que las elecciones de Irán están previamente definidas y que la rivalidad entre candidatos es un juego controlado por del gobierno, y que con certeza las votaciones son fraudulentas.»
«Lógicamente el objetivo de todos estos esfuerzos es golpear a la democracia religiosa e impedir la masiva participación de la gente en las elecciones», agregó.
Ayatolá Jamenei se refirió a la nación islámica como una nación querida, inteligente, despierta y experimentada, y agregó: «El enemigo trata de quitarle al sistema el sólido respaldo que tiene -es decir: los votos del pueblo- inculcando la desesperanza entre la gente. Lamentablemente algunas personas dentro del país -por su descuido- repiten las palabras del enemigo y prácticamente ayudan a la concreción de los objetivos del enemigo, por lo que es de lamentar su estado».
Su eminencia señaló que la elección de las diferentes autoridades del sistema es uno de los orgullos de la nación de Irán y enfatizó que los extranjeros tratan de arrebatarle este honor y grandeza a la nación de Irán. No obstante, para quien ama la solidez del sistema, al Islam y a la nación de Irán, es una obligación tanto nacional como religiosa el participar en las elecciones.
Por otra parte, ayatolá Jamenei consideró la presencia de diferentes candidatos con distintos gustos y métodos de trabajo, y a los partidarios de éstos, como otro orgullo del sistema.
Su eminencia dijo: «Yo no tengo más que un voto -que nadie conoce- y no le recomiendo a nadie votar por un determinado candidato, esto es parte del derecho de la gente y de la nación.»
El Líder Supremo de la Revolución concluyó su discurso diciendo: «Lo que deseo del pueblo es que con todo el poder, fuerza y entusiasmo se dirijan a las urnas electorales este próximo 22 de Jordad.»


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La fragancia fascista de la Nueva Coalición israelí


14-06-2009
Racistas por la Democracia
Uri Avnery
Counterpunch
Traducido para Rebelión por LB.

Cuán afortunados somos de tener a la ultraderecha velando por nuestra democracia.
Esta semana, la Knesset votó por amplia mayoría (47 contra 34) a favor de una ley que amenaza con pena de prisión a cualquiera que se atreva a negar que Israel es un Estado judío y democrático.

La propuesta de ley presentada por el parlamentario Zevulun Orlev, del partido "Hogar Judío", que surcó con éxito su escrutinio preliminar, promete un año de prisión a quienquiera que publique cualquier "llamamiento que niegue la existencia del Estado de Israel como un Estado judío y democrático", si el contenido de la convocatoria es susceptible de provocar "actos de odio, desprecio o deslealtad contra el Estado o las instituciones de gobierno o los tribunales".

Uno puede prever los pasos siguientes. Existe un millón y medio de ciudadanos árabes de los cuales no cabe esperar que reconozcan a Israel como Estado judío y democrático. Lo que ellos desean es que sea "un Estado de todos sus ciudadanos", judíos, árabes y otros. También afirman, con razón, que Israel los discrimina y, por lo tanto, no es un Estado realmente democrático. Y, además, también hay judíos que no quieren que Israel sea definido como Estado judío en el que los no-judíos tienen, a lo sumo, la condición de extranjeros tolerados.

Las consecuencias son inevitables. Las cárceles no podrán albergar a todos los condenados por este delito. Serán necesarios campos de concentración en todo el país para alojar a todos los negadores de la democracia israelí.

La policía no podrá hacer frente a tantos delincuentes. Será necesario crear una nueva unidad. Se la puede bautizar como "Seguridad Suprema" o, por sus siglas, SS.

Cabe esperar que estas medidas bastarán para preservar nuestra democracia. Si no, deberán adoptarse medidas más estrictas, tales como la revocación de la ciudadanía de los negadores de la democracia, así como su deportación del país, junto con los judíos izquierdistas y todos los demás enemigos de la democracia judía.

Tras la lectura preliminar del proyecto de ley, éste se envía ahora a la Comisión Jurídica de la Knesset, que la preparará para la primera lectura, seguida posteriormente de la segunda y la tercera. Dentro de unas pocas semanas o meses será la ley del país.

Por cierto, el proyecto de ley no menciona explícitamente a los árabes, aunque claramente ésa sea su intención, como entendieron todos los que votaron por ella. También se prohíbe a los judíos defender el cambio en la definición del Estado, o la creación de un Estado binacional en la totalidad de la Palestina histórica, o la difusión de cualquier otro tipo de ideas no convencionales. Uno sólo puede imaginar lo que ocurriría en los EE.UU. si un senador propusiera una ley para encarcelar a cualquier persona que solicitara una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América.

* * *

El proyecto de ley no desentona en absoluto en el contexto de nuestro nuevo paisaje político.

Este gobierno ya ha aprobado un proyecto de ley para encarcelar durante tres años a cualquiera que conmemore la Nakba palestina –la expulsión en 1948 de más de la mitad del pueblo palestino de sus tierras y hogares.

Los patrocinadores esperan que los ciudadanos árabes se sientan felices con aquel acontecimiento histórico. Es cierto que los palestinos padecieron ciertos inconvenientes, pero ello sólo fue una consecuencia secundaria de la fundación de nuestro Estado. El Día de la Independencia del Estado judío y democrático debe henchirnos de júbilo. Cualquier persona que no exprese ese júbilo debe ser encerrada, y tal vez tres años no sean suficientes.

Este proyecto de ley ha sido confirmado por la Comisión Ministerial para Asuntos Jurídicos antes de ser presentado a la Knesset. Dado que el gobierno de derecha tiene la mayoría en la Knesset, el proyecto de ley será aprobado casi automáticamente. (En el ínterin, un ligero retraso ha sido causado por un ministro que apeló la decisión, por lo que la Comisión Ministerial tendrá que confirmarla de nuevo).

Los patrocinadores de la ley tal vez albergan la esperanza de que en el Día de la Nakba los árabes saldrán a bailar a las calles, izarán banderas israelíes sobre las ruinas de las cerca de 600 aldeas árabes que los israelíes borraron del mapa y darán gracias a Alá en las mezquitas por la milagrosa buena suerte que les ha sido deparada.

* * *

Esto me retrotrae a los años 60, cuando la revista semanal que por entonces editaba, Haolam Hazeh, publicaba una edición en árabe. Uno de sus empleados era un joven llamado Rashed Hussein, oriundo de la aldea de Musmus. Ya en su juventud fue un talentoso poeta con un futuro prometedor.

Me dijo que unos años antes el gobernador militar de su zona le había citado a su oficina. En aquella época todos los árabes de Israel se hallaban sujetos a la jurisdicción de un gobierno militar que controlaba su vida en todos los asuntos grandes y pequeños. Sin permiso [de la autoridad militar israelí], un ciudadano árabe no podía salir de su pueblo o ciudad ni siquiera durante un par de horas, ni conseguir un trabajo como profesor, adquirir un tractor o cavar un pozo.

El gobernador recibió a Rashed cordialmente, le ofreció café y elogió efusivamente su poesía. Hasta que llegó al meollo del asunto: faltaba solo un mes para el Día de la Independencia, y el gobernador iba a celebrar una gran recepción para los "notables" árabes, de modo que le pidió a Rashed que compusiera un poema especial para la ocasión.

Rashed era un muchacho orgulloso, nacionalista hasta la médula, y no exento de valor. Le explicó al gobernador que el Día de la Independencia no fue precisamente una jornada feliz para él, ya que sus parientes fueron expulsados de sus hogares y los israelíes expropiaron la mayoría de las tierras pertenecientes al pueblo de Musmus.

Cuando Rashed regresó a su aldea algunas horas más tarde, no pudo dejar de advertir que sus vecinos le miraban de una manera peculiar. Cuando entró en su casa se llevó un buen susto. Todos los miembros de su familia estaban sentados en el suelo, las mujeres plañiendo a grito pelado, los niños apiñados temerosamente en un rincón. Lo primero que pensó fue que alguien había muerto.

"¡Qué nos has hecho!", gritó una de las mujeres: "¿Qué te hemos hecho nosotros?"

"Has destruido a tu familia", le gritó otra, "Nos has arruinado!"

Al parecer, el gobernador había llamado a la familia y les había dicho que Rashed se había negado a cumplir con su deber para con el Estado. La amenaza era clara: a partir de ese momento la familia extensa, una de las más grandes del pueblo, quedaba incluida en la lista negra del gobierno militar. Las consecuencias eran evidentes para todos.

Rashed no fue capaz de resistirse a las lamentaciones de su familia. Cedió y escribió el poema, según lo solicitado. Sin embargo, algo se rompió dentro de él. Algunos años más tarde emigró a los USA, obtuvo un empleo en la oficina de la OLP y falleció trágicamente: ardió vivo en su cama, al parecer a causa de un cigarrillo encendido.

* * *

Aquellos días se fueron para siempre. Participamos en numerosas y agitadas manifestaciones en contra del gobierno militar hasta que finalmente fue abolido en 1966. Como recién elegido miembro del Parlamento tuve el privilegio de votar a favor de su abolición.

La atemorizada y subordinada minoría árabe, que por entonces contaba con unas 200 mil almas, ha recuperado su autoestima. Una segunda y tercera generación ha crecido, su orgullo nacional pisoteado ha vuelto a levantar la cabeza y hoy constituyen una comunidad numerosa y confiada de 1,5 millones de personas. Pero la actitud de la derecha judía no ha mejorado. Todo lo contrario.

En la panadería de la Knesset (en hebreo panadería se dice ‘mafia’) están horneando algunos pastelillos nuevos. Uno de ellos es un proyecto de ley que estipula que toda persona que solicite la ciudadanía israelí debe declarar su lealtad al "Estado judío, sionista y democrático", así como comprometerse a servir en el ejército o en su alternativa civil. Su patrocinador es el parlamentario David Rotem del partido "Israel es Nuestro Hogar", que también es el presidente de la Comisión de Derecho de la Knesset.

Una declaración de lealtad hacia el Estado y sus leyes -un marco para salvaguardar el bienestar y los derechos de sus ciudadanos- es razonable. ¿Pero lealtad al Estado “Sionista”? El sionismo es una ideología, y en un Estado democrático la ideología puede cambiar con el tiempo. Sería como exigir una declaración de lealtad a unos “USA capitalistas", a una “Italia derechista”, a una “España izquierdista”, a una "Polonia católica" o a una “Rusia nacionalista”.

Tal obligación no acarrearía ningún inconveniente a las decenas de miles de judíos ortodoxos de Israel que rechazan el sionismo, ya que judíos no se verán afectados por esta ley. Los judíos obtienen la ciudadanía israelí automáticamente en el momento en que llegan a Israel.

Otro proyecto de ley que aguarda su turno ante el Comité Ministerial propone modificar la declaración que cada nuevo miembro de la Knesset debe realizar para poder asumir su cargo. En lugar de la lealtad "al Estado de Israel y a sus leyes", como hasta ahora, él o ella estará obligado a declarar su lealtad "al Estado de Israel judío, sionista y democrático, a sus símbolos y a sus valores". Tal cosa dejaría fuera de juego automáticamente a casi todos los parlamentarios árabes, ya que proclamar su lealtad al Estado "sionista" significaría que ningún árabe volvería a votarles jamás.

También supondría un problema para los parlamentarios ortodoxos de la Knesset que no pueden expresar lealtad al sionismo. Según la doctrina ortodoxa, los sionistas son depravados pecadores y la bandera sionista es inmunda. Dios exilió de este país a los judíos a causa de su maldad, y sólo Dios puede autorizarles a regresar. El sionismo, al anticiparse al trabajo del Mesías, ha cometido un pecado imperdonable, y muchos rabinos ortodoxos prefirieron permanecer en Europa y ser asesinados por los nazis antes que cometer el pecado sionista de ir a Palestina.

* * *

La fábrica de leyes racistas con un señalado hedor fascista está trabajando a toda máquina. Está incorporada en la nueva coalición.

En su centro está el partido Likud, una buena parte de cuyos miembros son puros racistas (perdón por el oxímoron). A su derecha se encuentra el ultra-racista partido Shas, a cuya derecha están el ultra-ultra racista partido de Lieberman "Israel es Nuestro Hogar", el ultra-ultra-ultra racista "Hogar Judío", y a su derecha la incluso más racista "Unión Nacional", que incluye a kahanistas confesos y que mantiene una pata en la coalición y otra en la luna.

Todas estas facciones están tratando de superarse mutuamente. Cuando una de ellas presenta una propuesta de ley desquiciada, la siguiente se siente obligada a presentar otra aún más descabellada, y así sucesivamente.

Todo esto es posible porque Israel no tiene Constitución. La capacidad de la Corte Suprema de Justicia para anular las leyes que contradicen la "legislación básica" no está anclada en ninguna parte, y los partidos derechistas están tratando de abolirla. No es casualidad que Avigdor Lieberman exigiera para sí -y obtuviera- los ministerios de Justicia y Policía.

Justo ahora, cuando los gobiernos de USA e Israel están claramente en una trayectoria de colisión por la cuestión de los asentamientos, la fiebre racista puede infectar a todos los miembros de la coalición.

Si uno se va a la cama con un perro no debe sorprenderse si amanece con pulgas (que me disculpen los perros que pueda haber entre mis lectores). Los que eligieron ese gobierno, y más aún los que se sumaron a él, no deben sorprenderse por sus leyes, supuestamente concebidas para salvaguardar la democracia judía.

El nombre más apropiado para estos santos guerreros sería el de "Racistas por la Democracia".


Fuente: http://www.counterpunch.org/avnery06022009.html


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Zahra Rahnavard, la mujer que ha cambiado la manera de hacer política en Irán


AFP
CATALINA GÓMEZ ÁNGEL desde Teherán
30 de mayo.-
Un cartel poco habitual tiene inundado las calles de Teherán, y de las grandes ciudades de Irán, por estos días preelectorales. En éste aparece en primer plano el ex Primer Ministro y candidato Mir Husein Musavi de la mano de su mujer, que tiene abierto su chador hasta su cintura dejando ver una camisa de color rosa y una pañoleta oscura con flores de colores con la que refuerza que su cabeza esté bien cubierta.

Una manera de actuar nada habitual en la República Islámica donde las mujeres de los políticos van tapadas totalmente de negro y suelen mantenerse al margen de las actividades públicas de sus esposos.

Pero Musavi, en una actitud considerada por algunos analistas de político moderno, decidió romper con todos los cánones que imperaban en Irán después de la Revolución y hacer campaña para las elecciones del 12 de junio junto a su mujer Zahra Rahnavard, de 64 años. Pero Nadie mejor que ella, en su opinión y la de su equipo, para ayudarle a atraer los votos de las mujeres, que fueron las que más votos le dieron al ex presidente Mohammad Jatami cuando salió presidente por primera vez en 1997. La jugada, por ahora, le ha salido perfecta.

Musavi sube cada vez más en las encuestas –algunas dicen que ya supera al Presidente Ahmadineyad- y Zahra se ha convertido en la gran protagonista de estas elecciones.

Sus apariciones en la plaza pública le ha dado aire fresco a unos comicios donde los cuatro candidatos representan a la vieja guardia que lleva gobernando este país desde que venció la Revolución. "...Las mujeres tienen que sentirse libres y seguras. Tienen que permitírseles escoger libremente su carrera, trabajo, modo de vida y manera de vestir", dijo Zahra esta semana en una reunión ante decenas de mujeres que apoyaban a Musavi. Se dice que ya desde la época de la Revolución, cuando trataba de impulsar los valores islámicos, era una buena oradora.

Y es que Zahra Rahnavard no una mujer corriente. Desde hace varias décadas es una de las intelectuales, artistas y activistas femeninas más importantes de Irán, dentro del país tiene un reconocimiento similar al de la Nóbel de paz Shirin Abadi.

"Lo que los extranjeros no entienden es que para muchos iraníes Zahra Rahnavard es más conocida que su esposo, que dejó de hacer política hace 20 años", explicaba un veterano periodista gráfico al verla hablar en un mitin organizado para apoyar la candidatura de Musavi en Teherán ante más de 15.000 personas, la mayoría jóvenes, y donde fue recibida con calurosísimos aplausos.

"Musavi hizo muy bien al incluirla a ella en la campaña, nos da mucho apoyo", dijo Fátima de 21 años que se encontraba entre los asistentes. La trataban como una estrella mientras ella actuaba como si estuviera acostumbrada a ello. Levantaba la mano, saludaba sin el mayor gesto de excitación.

Pero esta actitud no es extraña para quienes la conocen desde sus épocas de universitaria. "Siempre ha sido una mujer con muchas facetas", dijo a EL MUNDO uno de sus compañeros de la facultad de Artes de la Universidad de Teherán –que prefiere no dar su nombre-, donde estudio escultura bajo la tutoría del gran artista iraní Parniz Tanavoli, de lo que ella se siente orgullosa.

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Líbano elige resistencia, pero el Parlamento mira hacia Occidente


13-06-2009
Alberto Pradilla
Gara

La victoria del movimiento 14 de marzo no va a traer cambios en el Parlamento, pero vuelve a cuestionar la representatividad de su composición y evidencia la brecha entre quienes miran a Occidente y quienes apuestan por la resistencia. Ahora toca ver cómo gestiona la mayoría su triunfo.

Apesar de los aspavientos, la victoria electoral del 14 de marzo, más aplastante de lo que podría esperarse, no supone ningún cambio dentro del panora- ma político de Líbano, que sigue dominado por la llamada coalición antisiria desde las elecciones de 2005. Al menos, en el Parlamento. En la práctica, y según la ley electoral que reparte escaños según las confesiones religiosas, lo único que se ha movido es su sector cristiano, que ha dado la espalda a la Corriente Patriótica Libre del general Michel Aoun, para echarse en brazos de formaciones extremistas como Falange y Fuerzas Libanesas, dos partidos cuyos grupos paramilitares son responsables de horrores como la matanza de palestinos en Sabra y Chatila en 1982.
Teniendo en cuenta que los suníes apoyaron en masa al Movimiento Futuro de Rafic Hariri y los chiíes mantuvieron su apuesta por la resistencia de Hizbulah, la batalla electoral sólo tuvo emoción en las sacristías maronitas, y éstas optaron mayoritariamente por las fuerzas prooccidentales. El mensaje de un Líbano con chador y convertido en el puerto mediterráneo de los ayatolás iraníes caló en unos barrios, los cristianos, donde la francofonía heredada de la ocupación europea es un símbolo de mirar hacia Occidente.
Pero tampoco se puede obviar la compra de votos como uno de los elementos determinantes a la hora de explicar la victoria del 14. Porque, como explicaba Khaled, un taxista libanés que llegó a Beirut en 2000 después de vivir en Colombia durante 30 años, «sólo en mi aldea han llegado decenas de personas que habían emigrado, les han pagado el vuelo y les han dado 500 dólares por cada voto».
Los billetes de ida y vuelta con escala en la urna, la «moneda política» que denunciaba el aunista Antoun Khouli, han sido el factor sorpresa. La variable que no apareció en todas esas encuestas que no barajaban otro escenario que un triunfo de la oposición. Y una fórmula para mantener ese sistema clientelista que ofrece pocas esperanzas a los libaneses, tal y como denuncian formaciones de izquierda como el Partido Social Nacionalista Sirio (PSNS) o el Partido Comunista. «¿Cómo va a mejorar el Gobierno las condiciones de vida de la gente si luego necesita que esté empobrecida para comprar su voto?», lamenta el periodista Issa El Ayubi. Un riesgo evidente en un país donde el 30% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y con un endeudamiento de más de 50.000 millones de dólares que amenaza con colapsar al Estado.
Más preocupados por celebrar la victoria de sus aliados, la mayoría de medios occidentales no prestó atención a una pregunta que constituirá uno de los retos para Líbano en los próximos años. En un país en el que los escaños se reparten en base a divisiones religiosas y donde no se ha realizado un censo fiable desde los años 30, ¿es la composición del Parlamento realmente representativa del total de la población libanesa? «La oposición ha obtenido un 20% más de votos, aunque no llega ni a la mitad de escaños en el Parlamento», advertían desde el PSNS. A pesar de salir beneficiados por la aritmética sectaria, incluso desde Falange se reconoce que «la población cristiana apenas llega actualmente al 40%». No obstante, la legislación les asegura el control de la mitad de la Cámara. En la situación opuesta se encuentra Hizbulah, que lidera a la comunidad chií, la de mayor crecimiento demográfico y que se tiene que contentar con 27 de 128 asientos. Por eso, el partido que dirige Hassan Nasrallah ya ha anunciado que uno de sus objetivos será llevar al país hacia el principio de «un ciudadano, un voto», una idea que también cala en formaciones de izquierda, como el Partido Comunista o el PSNS, que ven cómo se les escapan los escaños por su carácter multiconfesional.
«La alianza del general Aoun con Hizbulah es una cuestión estratégica. No se va a modificar por la derrota electoral», aseguraban fuentes del CPL nada más conocerse los resultados oficiales. Así, las brecha sigue abierta entre las dos concepciones políticas de Líbano, quienes abogan por intensificar las relaciones con Occidente (y que reciben sus flujos económicos) y los apuestan por la resistencia, que siguen recordando que Israel mantiene ocupadas las granjas de Shebaa y que el riesgo de un nuevo ataque sionista no ha desaparecido.
«Las armas de Hizbulah deben de ser entregadas al Ejército», insisten desde Falange y Fuerzas Libanesas. Pero otras voces van más allá. «A Hariri también le gustaría desarmar a Hizbulah, pero sabe que su base no estaría de acuerdo», asegura Ali, un libanés de origen palestino y vinculado al FPLP. Aunque la insistencia en desarmar a la resisten- cia suena más a retórica para consumo interno de un sector que es básicamente antiislámico que a un punto a incluir en el programa del futuro Gobierno.
Porque, ¿quién va a atreverse a intentar retirar los katiushas a una milicia que es más poderosa que propio Ejército? «Tratar de desarmar a la resistencia provocaría un desastre, otra guerra civil», alertaba en una entrevista con GARA el portavoz del PSNS, Jamal Fakhouri. Además, y pese a la imagen que trata de venderse en Occidente de una resistencia islámica sólo en manos del Partido de Dios, las formaciones de izquierda son también parte de la única defensa posible frente a la amenaza de Tel Aviv, que tiene apoyo absoluto en todas las localidades del sur de Líbano.
Al margen de cuestiones militares, que desde Hizbulah ya se ha advertido de que se mantiene «fuera del debate», el primer reto al que se enfrentará la clase política libanesa (un sistema prácticamente de castas, y donde los liderazgos son casi herencias en sagas como los Hariri, Gemayel o Jumblatt) será el averiguar cómo gestiona la mayoría su renovada victoria. Dicho de otra forma, de qué manera incorpora a la oposición a un Ejecutivo que, según medios locales, sólo puede gobernarse desde la unidad. «Para Hizbulah, participar en la Administración significa estar en el Gobierno», afirma un seguidor de este partido en una de sus sedes en Dahia. El CPL se ha sumado a esta reclamación, insistiendo en la necesidad de mantener el derecho a veto que ha regido hasta ahora.
Las próximas semanas serán claves, cuando se negocie la designación de puestos de importancia como el de presidente del Parlamento, «un punto de inflexión para conocer el punto de acuerdo entre ambos bloques», según un dirigente cristiano. Como ha ocurrido históricamente, los intereses de las potencias extranjeras jugarán su papel en unas decisiones que marcarán el futuro inmediato de Líbano.
http://www.gara.net/paperezkoa/20090613/142115/es/Libano-elige-resistencia-pero-Parlamento-mira-hacia-Occidente

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Mahmud Ahmadineyad seguirá al frente de Irán cuatro años más


La participación alcanzó el 75% del electorado, un récord en Irán

13-06-2009
Agencias

Según los resultados parciales difundidos por el Ministerio del Interior en Teherán, el actual presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha logrado ser reelegido en los comicios presidenciales celebrados el viernes.

Escrutados el 94% de los votos, Ahmadineyad habría logrado el 64% de los sufragios, frente al 32,57% de su principal rival el pro reformista Mir Husein Musavi, quien ha obtenido el 32,57% de los votos y ha denunciado un supuesto fraude y el bloqueo de las comunicaciones.

Mucho más alejados se encuentran el conservador Mohsen Rezaí, con un 2,08% del sufragio, y el clérigo reformista Mehdi Karrubí, con el 0,89%.

Los resultados finales deben ser validados por el poderoso Consejo de Guardianes, antes de ser oficiales. Pero, de confirmarse estas cifras, el presidente del país habrá logrado una aplastante victoria que evitaría una segunda vuelta.

El reclamo de la victoria
La campaña del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, rompió su silencio y proclamó la victoria del mandatario en las elecciones presidenciales celebras este viernes en el país.

Mojtaba Samareh Hechami, jefe de campaña del líder ultraconservador, aseguró a la agencia de noticias Fars que las cifras reveladas hasta la fecha por el ministerio de Interior "no generan ninguna duda".

Los seguidores del ex primer ministro aseguran que se ha producido un fraude masivo que les ha despojado de la victoria.

En este sentido, Samareh Hachemi calificó de propaganda y de acto de irresponsabilidad la decisión de Musaví de reclamar la victoria, y afirmó que la derrota es el episodio final de tres meses de irrealidad.

Ahmadineyad "es el presidente de todos los iraníes. Los otros candidatos deben respetar el deseo del pueblo, respetar las reglas democráticas y ayudar a crear una atmósfera sana que elimine la tensiones", afirmó.

"La diferencia de millones de votos demuestra quienes son los que han mentido", afirmó.


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Líbano: Toca reírse de los perdedores en las elecciones


13-06-2009
Albdelbari Atuán
AL QUDS AL ARABI

Quienes sigan los medios de comunicación de los países del eje moderado y la situación de alegría del mal ajeno que reina en ellos tras el anuncio de los resultados de las elecciones parlamentarias libanesas, la madrugada del pasado lunes, tendrá la impresión de que los árabes han conseguido una victoria histórica sobre un enemigo terrible que venía ocupado su territorio humillando su dignidad nacional.

Una situación árabe de hambre morbosa sin precedentes y un ataque sin conciencia cuya razón es el odio, mezclado con el rencor hacia Hezbolá, líder del Grupo del 8 de Marzo. Los amos de estas campañas sectarias enfurecidas olvidan que hay cristianos, musulmanes sunníes, drusos y armenios en este Grupo del 8 de Marzo, que quisieron encarnar una alianza nacionalista que acabase con el feudo político responsable de la mayoría de las crisis que atraviesa el país.

En las elecciones libanesas, la competencia no ha sido entre un «eje árabe» y un eje persa, como algunos han querido imaginar en los aparatos mediáticos de los países moderados, sino entre un eje que cree en la cultura de la resistencia, que liberó la gran parte de los territorios libaneses ocupados, y un eje que no acepta esa cultura, a la que combate bajo diferentes denominadores como «pragmatismo» o comprensión de las ecuaciones internacionales.

Cuando EEUU e Israel se sitúan codo con codo junto al eje moderado, más concretamente con Arabia Saudí y Egipto, para hacer frente al Grupo del 8 de Marzo y movilizan a sus partidarios, los importan en aviones y destinan millones de dólares a ese objetivo, están polarizando el miedo que vive la zona y que se ha reflejado en gran medida en las últimas elecciones libanesas.

EEUU e Israel han empleado «el arma del miedo» político para conseguir una victoria frágil en estos comicios; el primero, amenazando con frenar la ayudas económicas y con declarar Líbano un país terrorista desertor; el segundo, apuntando que declararía la guerra y destruiría Líbano en caso de que las elecciones las ganara la oposición olvidando al primero, el autoproclamado líder de mundo libre. El segundo, que se vanagloria de ser la única democracia de la región, ha ignorado que, sea cual sea el bando ganador, es resultado de la elección del pueblo libanés a través de las urnas en un proceso democrático libre y transparente que es el más antiguo de la zona, más aún que el propio establecimiento del Estado de Israel.

Recordemos aquí que el grupo perdedor en estas elecciones fue el que infligió la mayor y más desastrosa derrota al Estado hebreo, le partió la nariz a su ejército invencible y lanzó mil cohetes a la profundidad de Israel. ¿La derrota de este grupo nacionalista merece todos esos festivales de alegría que presenciamos en más de una capital árabe, más concretamente en Riad y El Cairo? Las reacciones de algunos países árabes, de su prensa y sus escritores de tendencia vengativa, es el mejor exponente de la dimensión de la injerencia directa de estos países en los asuntos internos de Líbano, más aún cuando han construido sus posturas hacia este país sobre el discurso de impedir las injerencias externas, más concretamente la siria y la árabe. Cuando nos sale uno de los grandes medios árabes con este titular «Han sido derrotados» como primera reacción a la victoria de sus partidarios en las elecciones, sólo está probando la dimensión de esa injerencia, la alegría del mal ajeno y las tendencias vengativas.

Hay que decir que la reacción de las Fuerzas del 14 de Marzo ha sido más elegante, más razonable y más responsable que la de los países del eje moderado y sus aparatos mediáticos. En cuanto fueron anunciados los resultados, el líder del partido Al Mustaqbal, Saad Hariri, salió para pedir a sus partidarios que no exageraran en la celebración de la victoria. Por su parte, el líder de la otra parte, Hasán Nasralá, estuvo magnífico cuando se apresuró a pronunciar un discurso reconociendo los resultados y confirmando su respeto a la opción libanesa popular democrática. Nabih Berri no dudó en repetir el mismo tono. La armonía entre él y Walid Yumblat fue el primero de los síntomas de una nueva etapa de acuerdo que podría asomar la cabeza en la próxima época.

No podemos sino sentir amargura al ver cómo se usa al «ogro» de Irán para atemorizar al votante libanés, para que retire la vista de Israel, que ocupa la tierra libanesa y los territorios de otros países árabes. Tal vez sea este «logro» la prueba del éxito del plan que pretende formar una alianza árabo- israelí contra Irán en un futuro cercano. Discrepamos con muchos de quienes intentan hacer ver que la división general vivida por Líbano ha sido sectaria ¿Qué hacen entonces en esta situación Michel Aaún, cristiano, Omar Karami, musulmán sunní, y Talal Arslán, druso, en el Grupo de 8 de Marzo? Lo mismo se puede decir de Walid Yumblat, Saad Hariri en el ejército de Samir Geagea y Emile Yemaiel. La variedad sectaria y doctrinal en Líbano debe ser una fuente de riqueza y distinción si se construye sobre un juramento firme de convivencia y cooperación por la reconciliación del país y lejos de las injerencias externas que siempre operan para sembrar las semillas del sectarismo, agravando la situación y empujando en dirección a la guerra civil, tal y como hemos visto en más de un periodo previo.

Queremos ver más candidatos chiíes en la lista del 14 de Marzo y en cargos principales del próximo gobierno. También queremos más candidatos sunníes en las listas de Hezbolá. Líbano, un país en el que las designaciones y los grandes puestos se otorgan en función del sistema de cuotas sectario, debe atender a estas cuestiones y romper con esa tradición que es una marca de atraso y de feudalismo político y sectario.

Saad Hariri puede, al haber obtenido la mayoría de los escaños del Parlamento (71), formar un nuevo gobierno con toda comodidad, pero no puede gobernar el país y llevarlo a la estabilidad sin cooperar y coordinarse con el grupo de la oposición. Podría obtener a la mayoría parlamentaria pero no de forma

irrevocable se haría con la mayoría popular (55 para la oposición y 45 para los partidarios del 14 de Marzo). Con el mismo espíritu decimos que el grupo ganador debe tranquilizar a la oposición y decirle que no puede gobernar aislado de su apoyo y respaldo. La oposición debe al mismo tiempo tranquilizar al vencedor de que, a cambio, sus armas no apuntarán en otra dirección otra vez porque éstas sólo se van a dirigir hacia Israel.

Deseamos ver un cambio en el mapa político libanés en la próxima etapa cuyo titular sea el cese de la guerra mediática y de la escalada sectaria entre los elementos de la ecuación política libanesa, desde la cúspide hasta la base. Si el lenguaje de Hariri, Nasralá, Yumblat y Berri es equilibrado, su público y sus medios de comunicación deben reflejar ese equilibrio de forma seria y responsable. La reconciliación política no puede producirse sin la reconciliación mediática y es preferible que la segunda sea preámbulo de la primera.

Esperamos el día en el que desaparezcan esos lamentables nombres del 14 de Marzo y el 8 de Marzo a través de una nueva alianza establecida sobre los principios firmes de Líbano, porque esos nombres hacen referencia a odiosas divisiones, nos recuerdan a otras referencias similares que palestinos y libaneses han comenzado a superar en aras del hermanamiento y la convivencia, como el 17 de septiembre de 1982 (la matanza de Shabra y Shatila) o el 13 de abril de 1975 (el inicio de la guerra civil), entre otras.

Para terminar, decir que la región está abocada a vencimientos de plazos que podrían poner patas arriba las ecuaciones políticas y que giran en torno a los dos polos de la lucha actual, es decir, EEUU e Irán. Deseamos que aquellos que se mofan de la derrota de la alianza de Hezbolá se detengan por un momento,piensen y reflexionen sobre que pasaría si esos dos polos se entendieran sobre el reactor nuclear iraní o si no se entendieran y la región se encaminase a una guerra.

http://www.alquds.co.uk/

Traducido por Al Fanar Tradcutores en www.boletin.org

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“Yo Critiqué Mucho a Hafed Al-Asad; Me Gustaría Dejarlo Atrás”


12/06/2009
http://www.almanar.com.lb/NewsSite/News.aspx?language=es

El jefe del grupo parlamentario Encuentro Democrático, Walid Yumblatt, ha afirmado que una nueva página de asociación debería comenzar en Líbano en el marco de “un proyecto nacional, árabe y laico.” Sin embargo, él añadió que esto es una “ilusión inalcanzable” ya que “la abolición del sectarismo político es casi imposible.”

En declaraciones al diario Al Ajbar, Yumblatt dijo que esperaba que el jefe del Movimiento del Futuro, Saad Hariri, se convierta en el nuevo primer ministro. Sin embargo, se preguntó cómo Hariri trataría con los shiíes (Hezbollah) en medio de los actuales e importantes acontecimientos regionales, dado que Washington ha fijado un plazo de un año para resolver el tema palestino-israelí. “Palestina es el principal asunto,” dijo Yumblatt.

“La única garantía para las armas de Hezbollah es la persistencia del diálogo hasta que alcancemos -algún día y en diferentes circunstancias- una forma de incluir el poder militar del partido en el Estado. Existe sólo una garantía: el diálogo,” añadió Yumblatt.

El líder druso también subrayó la necesidad de unir la asociación con la abolición de la polarización entre los bloques del 14 de Marzo y el 8 de Marzo. “Debemos abolirla y dar al presidente libertad de movimiento. Si no podemos cambiar las facultades del presidente y no podemos enmendar la Constitución, entonces démosle al menos libertad de movimientos, pero no el tercio de obstrucción (11 ministros de un gabinete de 30).”

Yumblatt dijo que él se estaba en contra de aislar a cualquier grupo en Líbano, señalando que una de las condiciones para la asociación era la participación de la oposición en el gobierno.

Él distinguió sobre la disposición de Hariri a hablar con Siria y su propia (de Yumblatt) relación con Damasco. “No hay otro camino que hablar con Siria. Sin embargo, mis circunstancias son distintas de las de Hariri. Él puede hablar con ellos, pero yo no. Yo ataqué duramente (al presidente) Bashar Assad. Nadie llegó al extremo que yo. Me gustaría dejar esto atrás porque creo que una buena relación sirio-libanesa es inevitable por razones que tienen que ver con la historia y la geografía y porque Siria ha sido nuestra profundidad árabe desde 1958, a través de 1982 y hasta alcanzar el Acuerdo de Taif. Sin embargo, cualquier relación con Siria debe estar basada en el Acuerdo de Taif.


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