miércoles, 13 de enero de 2010

Nueva arremetida imperial sin una sola prueba


por AIN
Luz Marina Fornieles Sánchez

Con el arribo del 2010, Washington saludó al mundo con una nueva paranoia antiterrorista y anunció el reforzamiento de las medidas de seguridad en las terminales aéreas del país de viajeros provenientes de 14 naciones, entre ellos Cuba…

Un alto funcionario norteamericano manifestó a medios de prensa que las disposiciones de control implican a todo viajero que provenga o haya pasado por un grupo de países, que, además de a Cuba, incluye a Irán, Sudán, Siria, Afganistán, Libia, Nigeria, Paquistán, Somalia y Yemen. Los estados restantes no han sido especificados.

Sitios digitales de la capital norteamericana indican que "el ciento por ciento de los pasajeros nacidos o que llegan de esos territorios serán sometidos a un férreo registro corporal completo y a la inspección manual de sus efectos personales".

De inmediato, Cuba rechazó en Washington su inclusión en la lista de estados calificados como patrocinadores del terrorismo.

La condena la expresó la Sección de Intereses Cubanos en Estados Unidos, en voz de su representante de prensa, Alberto González, quien aseguró que el gobierno de la Isla coopera en la lucha internacional contra el terrorismo y "ha cumplido, cumple y cumplirá con las medidas de seguridad reconocidas internacionalmente para estos casos".

Añadió que el pueblo cubano "no reconoce autoridad moral alguna al gobierno de EE.UU. para certificar su inclusión y la de los cubanos en ese tipo de listado".

También dejó bien claro que "jamás el territorio cubano se ha utilizado para organizar, financiar o ejecutar actos terroristas contra los Estados Unidos de América o ningún otro Estado", y sugirió que esta nueva arremetida contra La Habana tiene un cariz político.

Por el contrario, CUBA ha sido víctima de violencia y terrorismo de personas como Luis Posada Carriles, quienes permanecen en Estados Unidos sin encarar la justicia. Posada Carriles fue el principal planificador y autor intelectual, junto a Orlando Bosch, del atentado en 1976 contra un avión civil cubano en pleno vuelo, en el que perecieron las 73 personas a bordo.

Muy a tono con tales aseveraciones resultó un artículo del Washington Post, el mayor y más antiguo periódico de Washington, que incluyó un análisis crítico frente a la inclusión de la ínsula en la lista de países considerados por EE.UU. como terroristas.

Firmado por el ganador del Premio Pulitzer 2009, Eugene Robinson, ese texto se refiere a las rigurosas medidas de seguridad dictadas recientemente y declara que Cuba representa una amenaza de terrorismo igual a cero y es risible acusarla. "Cuba no es un Estado fracasado, donde se encuentran franjas de territorio fuera del control del gobierno, sino que es una de las sociedades más duramente bloqueadas del mundo", subraya. Añade que "sin embargo, Cuba está en la lista porque el Departamento de Estado aún considera que es -junto con Irán, Siria y Sudán- un estado patrocinador del terrorismo". Nuevamente y sin que existan pruebas condenatorias, La Habana es incluida en una lista negra, en la que no merece estar. La presente arremetida del Norte contra su vecino del Sur coincide con un ascenso sostenido del turismo internacional en el destino cubano, que logró más arribos de visitantes que los previstos.

La reiterada iniciativa de enrolar a Cuba entre los terroristas de este mundo deviene una idea fariseíca, más bien ridícula y mal intencionada, pues busca desprestigiar a un pueblo que ha sufrido en carne propia los desmanes de quienes sí están afiliados a tales facciones.

Quienes apelan a tales maniobras obvian el historial sin mácula de los cubanos y su Revolución, y los atributos de la nación, seleccionada entre los 10 destinos más apetecibles para los turistas de todo el orbe para el fin de año último y el 2010. En una encuesta entre sus especialistas, la mayor productora de guías de viajeros del universo, Lonely Planet, situó al país caribeño en el sexto lugar de la preferencia de los vacacionistas.

Tampoco debe olvidarse que el 70 por ciento de los estadounidenses es favorable al levantamiento de restricciones a la población en general para viajar a la Isla, y el 59 por ciento piensa que llegó el momento de intentar una nueva política con sus vecinos, según un sondeo difundido por WorldPublicOpinion.org.

Esa propia fuente ratificó que tanto los votantes republicanos (62 por ciento) como demócratas (77 por ciento) e independientes (66 por ciento) quieren viajar sin restricciones a esta isla del Caribe.

Solo resta entonces reiterarle al Imperio que no se puede ser juez y parte; y que en ese listado no son todos los que están, ni están todos los que son.
AIN

Agencia Cubana de Noticias
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