jueves, 27 de agosto de 2009

Estrategia militar-mediática estadounidense derrumba el Proyecto Bolivariano


27 de agosto de 2009
Heinz Dieterich

1. El avance imperialista

Con el ataque militar a Ecuador, la activación de la IV Flota, el golpe militar en Honduras y la iraquización de Colombia (bases militares), Washington ha reimplantado por la fuerza la Doctrina Monroe en América Latina. El reciente rechazo del Senado paraguayo a la adhesión venezolana al MERCOSUR coronó esos esfuerzos de la bota militar yanqui mediante un importante triunfo político. Tales éxitos de la dupla imperial Bush-Obama, logrados en poco más de un año, no hubieran sido posibles sin la notable falta de inteligencia y capacidad operativa estratégica de los gobiernos “bolivarianos”.

2. Reacciones tácticas, carencia de estrategia

Para lograr sus éxitos Washington diseñó un paradigma militar-mediático que le concedió la iniciativa estratégica en ambos campos. Ejecutaba sus jugadas sincronizadas en el tablero de poder latinoamericano, sin que los gobiernos de centroizquierda lograsen descifrar ni la sofisticación ni la dimensión de la amenaza. Fueron tomados recurrentemente por sorpresa y colocados a la defensiva, simplemente reaccionando y reaccionando de manera individual, sin capacidad de previsión y, mucho menos, de prevención de las ofensivas enemigas.


3. Los campos de batalla: lo militar y lo mediático


El imperio, apoyado por sus cómplices europeos, instrumentó su ofensiva en los dos campos de poder donde no puede ser vencido: el militar y el mediático. Geopolíticamente, avanzó vía el Bloque Monroeista del Pacífico (BMP), conformado por países centroamericanos, Colombia, Perú y, en parte, Chile. Ante este paradigma de intervención la única defensa bolivariana posible hubiera sido una contraofensiva colectiva del Bloque Bolivariano que enfrentara políticamente el centro de la agresión, Washington---arriesgando la ruptura abierta--- y que castigara económicamente a su avanzada militar, el gobierno de Uribe-Santos. Al no actuar de esa forma, omisión, cuya grave responsabilidad histórica recae principalmente sobre el gobierno brasileño, el monroeismo ha avanzado como un cáncer letal que proyecta matar al Bolivarianismo dentro de dos años (2011), liquidando a su centrum gravitatis, la presidencia de Hugo Chávez.


4. Ecuador: la Caja de Pandora


El momento crucial para enfrentar la ofensiva general de Washington se dio con el ataque militar a Ecuador. Las ventajas mediáticas, jurídicas y políticas, que esa fragante violación de la soberanía ecuatoriana proporcionaba al Bloque Bolivariano eran inmejorables. Por ejemplo, al violentar el gobierno colombiano la escena del crimen, removiendo y modificando la evidencia forense, hecho reconocido por la propia policía colombiana, el Bloque Bolivariano debía haber invocado la doctrina judicial universal de la inadmisibilidad de evidencia contaminada (tainted evidence) en una corte de ley.


Frente a los aparatos policíacos internacionales, la aplicación de este principio forense hubiera significado la negación de cualquier colaboración respectiva, advirtiéndose inclusive la posible ruptura en bloque con esas estructuras policíacas internacionales, controladas por Washington y Bruselas, ante presiones indebidas. Al no activar ese axioma jurídico y advertir sobre la prospectiva ruptura, los gobiernos de Quito y Caracas se convirtieron ad infinitum en rehenes pasivos de las campañas mediáticas chantajistas que Washington desata cuando le conviene.


5. Santo Domingo: el appeasement ante Hitler


El grave error de no enfrentar de manera jurídica-ofensiva la agresión militar de Washington-Bogotá a Ecuador, se repitió en lo político-económico. Presionado por dos cercanos aliados, Hugo Chávez tuvo que jugar al mediador y levantar las sanciones económicas contra Bogotá, dejando aislada la digna posición de no-reconciliación de Rafael Correa y, también, de Daniel Ortega. La resolución de Santo Domingo, a su vez, consagró la impunidad, absolviendo a los dos perpetradores principales de la agresión (Bush y Uribe), sin cobrarles costo político ni económico alguno. Con este triunfo de la política del appeasement (oportunismo), que la historia no absolverá, la puerta al regreso de James Monroe quedaba plenamente abierta. No tardó mucho el Uncle Sam (Tío Sam) en pasar por ella. Le tocó el turno a Honduras.


6. El appeasement se repite ante Honduras y Colombia

El mismo patrón de miedo e irresolución política de la nueva clase política desarrollista latinoamericana, practicado en Santo Domingo, se repite ante el golpe de Estado en Honduras y la conversión de Colombia en un protectorado militar del Comando Sur. Mientras el pueblo hondureño enfrenta heroicamente a los gorilas locales de Washington en la calle, los gobiernos latinoamericanos de centroizquierda hacen, esencialmente… nada. No solo se mostraron incapaces de detectar el golpe a tiempo, ahora se muestran sin voluntad real para cortar el nudo gordiano del problema.

7. Enfrentar a Obama o perder la guerra

La solución al problema de la dictadura militar se encuentra en Washington, en la presión pública y colectiva de los gobiernos latinoamericanos sobre el gobierno de Obama, para obligarle a definirse ya. Si los gobiernos latinoamericanos no se atreven a cobrarle un alto costo político al “Presidente del cambio y de la esperanza” por su de facto complicidad con el coup d´etat, congelando las relaciones con su gobierno, el monroeismo ganará la guerra. Y la misma disyuntiva debe plantearse ante Uribe, explicitándole a él y a la sociedad civil colombiana los costos políticos y económicos de la sumisión santanderista ante el imperio.


8. El circo

Pedirle explicaciones sobre las bases militares estadounidenses en Colombia en una futura reunión de la UNASUR, es ridículo; de hecho, tan ridículo y cínico como el circo de la OEA instrumentado por la Casa Blanca con el procónsul imperial Oscar Arias. No es más que una finta seudo-diplomática de los gobiernos desarrollistas que oculta la verdadera gravedad de la situación ante las masas latinoamericanas y engaña sobre el avance del cáncer monroeista. Es la mentira de poder parar el cáncer con operaciones cosméticas locales, en lugar de enfrentarlo en una operación de vida o muerte contra su centro de proliferación.


9. La lección de Ayacucho

Es la hora de la Batalla de Ayacucho, donde el virrey español La Serna, con el doble de tropas del Gran Mariscal de Campo Antonio José de Sucre y una abrumadora superioridad de artillería, aplicó la Guerra de Desgaste al Ejército Libertador del Sur; obligándolo a constantes movilizaciones reactivas en una guerra de movimientos. El Mariscal Sucre, resuelto a no caer en el juego del enemigo, decidió recobrar la iniciativa. Rompió la estrategia de los realistas con la de la batalla decisiva, es decir, la batalla que decide la guerra. En las áridas colinas de la pampa de Junín, el 8 de diciembre de 1824, forzó a los monroeistas europeos a presentar batalla y los venció. Fue el fin del colonialismo español.


10. ¿Cómo salvar el Proyecto Bolivariano?

Estamos, de nuevo, ante el escenario de una Guerra de Desgaste de fuerzas imperiales-oligárquicas muy superiores. Pero, esta vez, en calidad de huérfanos, sin el Gran Mariscal Antonio José de Sucre, sin el General Simón Bolívar y sin el General San Martín. Es decir, sin liderazgo ni vanguardia latinoamericana.

¿Qué hacer ante tal situación? Al igual que en el momento culminante del golpe imperial separatista en la media luna boliviana habrá que activar la sabiduría del Comandante Fidel Castro para diseñar y consensuar un plan de contención y contraofensiva bolivariana hemisférica frente a Obama-Uribe. Pero, no basta reactivar las tareas de conducción de la Segunda Emancipación en manos de los gobiernos porque son precisamente ellos los que han perdido la iniciativa y el rumbo estratégico.

Por lo mismo es necesario que se reactiven en forma autónoma los grandes movimientos sociales, como el MST en Brasil, y los intelectuales de Estado, como la red “En Defensa de la Humanidad”, para que se autoasuman como sujetos estratégicos del cambio, abandonando su papel subordinado ante los gobiernos de centroizquierda, de cuya simbiosis se benefician con sus agendas particulares.

Crear la vanguardia unificada latinoamericana entre todas las fuerzas anti-imperiales; mantener la máxima unidad posible y la alianza estratégica entre Estados y movimientos de masas, sin dominación de los Estados; recuperar la iniciativa y el rumbo estratégico y enfrentar a Washington con la estrategia de la batalla decisiva. Esas son las tareas apremiantes generadas por la Guerra de Desgaste imperialista.

Es el momento de Ayacucho. Es el momento de la grandeza y audacia de los Libertadores.

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Honduras: A dos meses del zarpazo


27 de agosto de 2009
Ángel Guerra Cabrera
(especial para ARGENPRESS.info)

Washington pudo haber desmontado por anticipado la aventura golpista en Hondura, pues el Departamento de Estado –no se digan el Pentágono y la CIA- conocía al dedillo los aprestos, en el país centroamericano y en Estados Unidos, para derrocar al presidente Zelaya. O podía haberlo hecho con posterioridad a la reunión de la OEA, cuando se manifestó el clamoroso rechazo latinoamericano a la asonada.

Bastaba que hubiese congelado las cuentas bancarias en Estados Unidos y prohibido el ingreso a ese país de los jerarcas del gobierno gorila si es que le parecía excesivo el retiro temporal de los 600 militares que mantiene en la base de Soto Cano. Nadie puede discutir que al vecino del norte no le tiembla el pulso en materia de sanciones cuando son de su interés; y si no, allí están intactas las medidas que intentan matar de hambre y enfermedades al pueblo de Cuba hace casi medio siglo. En este caso se trataba de un simple tirón de orejas a los cabecillas oligárquicos del golpe que los hubiera rendido al instante puesto que –como a sus pares de América Latina- la vida les resulta insoportable sin casa en Miami y cuenta bancaria en Estados Unidos.

La cuestión central es que la oligarquía y el ejército hondureños han sido criaturas e instrumentos orgánicos de la potencia estadunidense desde fines del siglo XIX y de eso depende toda su fuerza militar y política, delegada por aquella. Por consiguiente, sobre Washington recae, cuando menos, la responsabilidad moral del golpe. Recuérdese que Honduras fue sede del virreinato de John Negroponte en los ochentas: centro de actividad de escuadrones de la muerte, rampa de lanzamiento de la guerra contra la revolución Sandinista y las insurgencias en El Salvador y Guatemala, epicentro del escándalo Irán-contras y de las operaciones de la CIA en América Central, entre cuyas piezas fundamentales están el architerrorista Luis Posada Carriles y Félix García, quien ordenó el asesinato de Che Guevara. El torturador Billy Joya, asesor de seguridad de Micheletti, pertenece a esa camada y es fundador de aquellos escuadrones de Negroponte.


En el mejor de los casos los gorilas fueron estimulados y empujados al golpe por poderosas fuerzas políticas del establishment estadunidense sabiendo de antemano que Obama no podría oponérsele enérgicamente ni siquiera por salvar la cara luego de sus rutilantes promesas en la Cumbre de las Américas. ¿Quién toma en serio hoy aquella cumbre con las bases en Colombia y su sombría amenaza?


En resumen, a dos meses del golpe de Estado queda claro que, en términos de acciones políticas, Washington no pasará del apoyo al “Acuerdo de San José”, concebido por el Departamento de Estado para que el régimen gorila se consolide dando tiempo a que expire el mandato de Zelaya o, tal vez, entregar a este por unos días u horas, vísperas de elecciones amañadas, una presidencia “atada de pies y manos”, como la ha calificado su esposa Xiomara Castro. De allí la importancia de que se mantenga viva la solidaridad de los pueblos y de los gobiernos progresistas con la resistencia antigolpista pues será más difícil mantener el aislamiento diplomático de los gorilas una vez que se bañen en el Jordán de las elecciones.


En todo caso, el Frente Popular de Resistencia contra el Golpe de Estado ha dado una batalla ejemplar, mucho más consistente y prolongada que la imaginada inicialmente por sus dirigentes más optimistas pero insuficiente para derrocar a corto plazo a una dictadura militar apoyada bajo cuerdas por Estados Unidos. No hay la menor señal de que podamos esperar en lo inmediato la restitución del orden institucional en Honduras, aun en el improbable caso de una fugaz reinstalación de Zelaya. De la OEA no vendrá la solución.

De modo que las fuerzas populares están abocadas a una lucha prolongada y ya no limitada a la meta inmediata del retorno de Zelaya sino a lo que resalta como aspiración mayoritaria del movimiento popular hondureño: la instauración de un régimen surgido de un gran proceso de consulta al electorado y de una asamblea constituyente de raíz y carácter popular, antioligárquico y por la justicia social. Tal lucha sólo podrá triunfar si está asentada en la más estrecha unidad de las fuerzas populares puesto que su victoria no sólo implicaría un desafío a la oligarquía y al ejército hondureño sino al orden geopolítico decidido por Estados Unidos en nuestra región.

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Bolivia planteará a UNASUR un referéndum continental para definir sobre las bases militares de Estados Unidos


27 de agosto de 2009

El presidente boliviano, Evo Morales, propondrá en la Cumbre Presidencial de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) la convocatoria a un referéndum continental para que los pueblos definan sobre la instalación o no de bases militares de Estados Unidos en territorio sudamericano

"Que sean los pueblos los que decidan sobre la conveniencia o inconveniencia de la instalación de bases militares en la región y no los imperios", declaró el jefe de Estado boliviano durante un acto público en la localidad de Coipasa.

Estados Unidos lleva adelante una estrategia de desintegración en la región a fin de someterla bajo su control y provocar fricciones entre los gobernantes de los países, apuntó Morales.

El mandatario subrayó que los Gobiernos sudamericanos "deben defender los intereses del país y del pueblo y, por ende la soberanía, el territorio y los recursos naturales".

El viernes, cuando se celebre en Bariloche (Argentina) la Cumbre Presidencial de la Unasur, en la que se debatirá la soberanía de Sudamérica, planteará oficialmente que se convoque a un referéndum sobre el asunto de las bases militares, apuntó Morales.

De acuerdo a la posición asumida por los presidentes de varios países sudamericanos, como Bolivia, Ecuador, Brasil, Venezuela y otros, las bases militares de Estados Unidos no pueden instalarse en la región, señaló.

"Una intervención militar, económica y comercial con el fomento de conflictos entre presidentes es el objetivo del norte para crear desconfianza e impedir la unidad sudamericana", agregó.

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Es la hora del recuento y de la marcha unida


Cuba: Reflexiones del compañero Fidel.

27 de agosto de 2009

Esta reflexión no va dirigida a los gobiernos sino a los pueblos hermanos de América Latina.

Mañana 28 de agosto se iniciará en Argentina la reunión Cumbre de UNASUR cuya trascendencia no puede ignorarse. En ella se debe analizar la concesión de siete bases militares en territorio de Colombia, a la superpotencia norteamericana. Las conversaciones previas de ambos gobiernos se mantenían en riguroso secreto. El acuerdo debía presentarse al mundo como hecho consumado.

En horas de la madrugada del 1º de marzo del 2008, las Fuerzas Armadas de Colombia, entrenadas y armadas por Estados Unidos, habían atacado con bombas de precisión a un grupo de guerrilleros que penetró en una apartada zona del territorio ecuatoriano. Al amanecer, hombres de las tropas élites colombianas transportados en helicópteros ocuparon el pequeño campamento, remataron a los heridos y se apoderaron del cadáver del jefe guerrillero Raúl Reyes, quien al parecer sostenía en esos días un encuentro con jóvenes visitantes de otras nacionalidades, interesados en conocer las experiencias de la guerrilla que desde la muerte del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, hace más de 50 años, sostiene la lucha armada. Entre las víctimas había estudiantes universitarios de México y Ecuador que no portaban armas. El método fue brutal, al estilo yanqui. El gobierno de Ecuador no había recibido advertencia alguna antes del ataque.


El hecho constituyó una acción humillante para el pequeño y heroico país suramericano, envuelto en un proceso político democrático. Se sospechaba fuertemente que la base aérea norteamericana de Manta había ofrecido información y cooperado con los atacantes. El presidente Rafael Correa adoptó la valiente decisión de solicitar la devolución del territorio ocupado de la base militar de Manta, cumpliendo estrictamente los términos establecidos en el convenio militar con Estados Unidos, y retiró su embajador en Bogotá.


La entrega de territorio para el establecimiento de siete bases militares de Estados Unidos en Colombia, amenaza directamente la soberanía y la integridad de los demás pueblos de Sur y Centroamérica con las que nuestros próceres soñaron crear la gran patria latinoamericana.


El imperialismo yanki es cien veces más poderoso que los imperios coloniales de España y Portugal, ajeno por completo al origen, los hábitos y la cultura de nuestros pueblos.


No se trata de estrechos chovinismos. “Patria es humanidad”, como proclamó Martí, pero jamás bajo el dominio de un imperio que ha impuesto al mundo una tiranía sangrienta. En nuestro propio hemisferio los cientos de miles de compatriotas latinoamericanos asesinados, torturados y desaparecidos en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay y otros países de Nuestra América, durante las últimas cinco décadas por golpes de estados y acciones que Estados Unidos promovió y apoyó, demuestran de forma irrebatible lo que afirmo.


Cuando analizo los argumentos con que Estados Unidos pretende justificar la concesión de bases militares en territorio de Colombia, no puedo menos que calificar de cínicos tales pretextos. Afirma que necesita esas bases para cooperar en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de armas, la emigración ilegal, la posesión de armas de destrucción masiva, los desbordes nacionalistas y los desastres naturales.


Ese poderoso país es el mayor comprador y consumidor de drogas del planeta. Un análisis de los billetes que circulan en Washington, capital de Estados Unidos revela que el 95 por ciento pasaron por manos de personas que consumen drogas; es el mayor mercado y a la vez el mayor suministrador de armas para el crimen organizado en América Latina, con ellas están muriendo decenas de miles de personas cada año al Sur de su frontera; es el mayor estado terrorista que ha existido nunca. No solo lanzó las bombas contra ciudades civiles en Hiroshima y Nagasaki; en sus guerras imperiales como las promovidas en Vietnam, Iraq, Afganistán, Pakistán y otros países ubicados a miles de kilómetros de distancia en las que han muerto millones de personas; es el mayor productor y poseedor de armas de destrucción masiva, incluidas las nucleares, las químicas y las biológicas.


Los paramilitares colombianos, muchos de los cuales proceden de los desmovilizados de las Fuerzas Armadas y constituyen, en parte, sus reservas, son los mejores aliados y protectores de los narcotraficantes.


El llamado personal civil que acompañaría a los soldados en las bases de Colombia son, como norma, ex militares norteamericanos perfectamente entrenados, que son después contratados por empresas privadas como Blackwater, que se hizo famosa por los crímenes cometidos en Iraq y otras partes del mundo.


Un país que se respete a sí mismo no necesita mercenarios, ni soldados, ni bases militares norteamericanas para combatir el narcotráfico, ni proteger la población en los casos de desastres naturales, o brindar cooperación humanitaria a otros pueblos.


Cuba es un país sin problemas de drogas ni altos índices de muertes violentas, cuyo número decrece por año.


El único propósito de Estados Unidos con esas bases, es poner América Latina al alcance de sus tropas en cuestión de horas. La alta jerarquía militar de Brasil recibió con verdadero desagrado la noticia sorpresiva del acuerdo sobre la instalación de bases militares de Estados Unidos en Colombia. La base de Palanquero está muy cerca de la frontera con Brasil. Con esas bases, unidas a las de las Islas Malvinas, Paraguay, Perú, Honduras, Aruba, Curazao y otras, no quedaría un solo punto del territorio de Brasil y del resto de América del Sur fuera del alcance del Comando Sur, donde en cuestión de horas, mediante el empleo de sus más modernos aviones de transporte, puede hacer llegar tropas y otros medios sofisticados de combate. Los mejores especialistas en la materia han suministrado los datos necesarios, para demostrar el alcance militar del acuerdo yanqui-colombiano. Tal programa, que incluyó el restablecimiento de la IV Flota, fue diseñado por Bush y heredado por el actual gobierno de Estados Unidos, a quien algunos líderes suramericanos demandan el debido esclarecimiento de su política militar en América Latina. Los portaaviones nucleares no se necesitan para combatir las drogas.


El objetivo más inmediato de ese plan es liquidar el proceso revolucionario bolivariano y asegurar el control del petróleo y otros recursos naturales de Venezuela. El imperio, por otro lado, no acepta la competencia de las nuevas economías emergentes en su patio trasero, ni países verdaderamente independientes en América Latina. Cuenta con la oligarquía reaccionaria, la derecha fascista y el control de los principales medios de difusión masiva internos y externos. Nada que parezca a verdadera equidad y justicia social tendrá su apoyo.


La emigración de latinoamericanos hacia Estados Unidos es consecuencia del subdesarrollo, y este es consecuencia del saqueo a que hemos sido sometidos por parte de ese país y del intercambio desigual con las naciones industrializadas.


México fue desgajado de América Latina por el Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. La mayoría de los 12 millones de emigrantes ilegales en el primero de esos países son mexicanos y también la mayor parte de los cientos que mueren cada año en el muro de la frontera con aquel país.


Con una población de 107 millones de habitantes, en medio de la actual crisis económica internacional, el índice de pobreza crítica en México se ha elevado al 18 por ciento y la pobreza general alcanza a más de la mitad de sus habitantes.


Nada perturbó tanto la vida de Martí, el Apóstol de nuestra independencia, como la anexión a Estados Unidos. Desde 1889 venía tomando conciencia de que ese era el mayor peligro para América Latina. Soñó siempre con la Patria Grande, desde el río Bravo hasta la Patagonia; por ella y por Cuba dio su vida.


El 10 de enero de 1891 escribió en La revista ilustrada de Nueva York un ensayo titulado “Nuestra América”, en el que expresó inolvidables frases: “… ¡los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.”


Cuatro años más tarde, después de su desembarco por Playitas en la provincia oriental de Cuba, cuando ya marchaba por los campos insurrectos, sostuvo un encuentro con el periodista del Herald George E. Bryson, el 2 de mayo de 1895. Este le contó que había entrevistado en la Habana al famoso general Arsenio Martínez Campo. El jefe español le dijo que antes de conceder la independencia a Cuba prefería entregarla a Estados Unidos.


De tal forma impactó la noticia a Martí, que el 18 de mayo escribió a su amigo mexicano Manuel Mercado la famosa carta póstuma en la que habla del “…camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de Nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los desprecia…”


Al día siguiente, desoyendo el consejo del General Máximo Gómez, quien le indicó permanecer en la retaguardia, solicitó a su ayudante un revolver, cargó contra una tropa española bien posesionada y murió en el combate.


“Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas”, sentenció en su última carta.


Fidel Castro Ruz
agosto 27 de 2009
12 y 40 p.m.


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Irán condena dobles estándares de Estados Unidos sobre terrorismo


26 de agosto de 2009

El presidente del Parlamento de Irán, Ali Larijani, declaró hoy que la administración de Estados Unidos ha asumido una postura de doble estándar sobre el terrorismo, informó la agencia semioficial de noticias Fars.

Al referirse a la actitud de EEUU respecto al "grupo terrorista" antiiraní, la Organización Mojahedeen Khalq (MKO), Larijani señaló: "es obvio para nosotros que EEUU (por una parte) ha estado utilizando al grupo como una herramienta... y (por otra) los estadounidenses mencionaron que no tienen nada que hacer con MKO debido a que es una organización terrorista".

"Un reciente informe acerca de la política de EEUU hacia MKO, difundido por un centro de investigación afiliado al Ministerio de Defensa de EEUU, declaró que el que Washington no haya tratado al grupo como una organización terrorista... es un escándalo político para Washington", declaró Larijani.

El Mojahedeen, un movimiento autoproclamado Marxista e Islámico, fue fundado en 1965 en oposición al shah de Irán y ha combatido subsecuentemente para derrocar al régimen Islámico que tomó el poder en la revolución de 1979.

El gobierno iraní señala que el MKO es "un grupo organizado que nunca ha negado el uso de armas". Está en la lista negra de EEUU como organización terrorista.

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Adiós, clase media, adiós


La recesión golpea con dureza al principal sustento del Estado de bienestar .

RAMÓN MUÑOZ

Ridiculizada por poetas y libertinos; idolatrada por moralistas; destinataria de los discursos de políticos, papas, popes y cuantos se suben alguna vez a un púlpito en busca de votantes o de adeptos; adulada por anunciantes; recelosa de heterodoxias y huidiza de revoluciones; pilar de familias y comunidades; principal sustento de las Haciendas públicas y garante del Estado de bienestar. La clase media es el verdadero rostro de la sociedad occidental.

En un mundo globalizado, en el que hasta en el más mísero país siempre se puede encontrar a alguien con suficientes medios para darse un paseo espacial, sólo la preeminencia de la clase media distingue los Estados llamados desarrollados del resto. Los países dejan de ser pobres no por el puesto que ocupan sus millonarios en el ranking de los más ricos -de ser así, México o la India estarían a la cabeza del mundo dada la fortuna de sus potentados-, sino por la extensión de su clase media.
Los 'mileuristas' bien pudieran ser la nueva clase social dominante

Incluso en el periodo de mayor bonanza económica los sueldos cayeron

"Un magma social, consumista, sin ideología, a imagen de las 'low cost"

En Francia se les llama 'baby losers' y en Grecia "los de los 700 euros"

Un 20% de la población está por debajo del umbral de la pobreza

Los jóvenes económicamente autónomos han caído hasta el 21%

Más de la mitad de los parados quiere convertirse en funcionario

La división estará entre unos pocos que generan PIB y los innecesarios
Pero parece que la clase media está en peligro o, al menos, en franca decadencia. Eso piensan muchos sociólogos, economistas, periodistas y, lo que es más grave, cada vez más estadísticos. Como los dinosaurios, esta "clase social de tenderos" -como la calificaban despectivamente los aristócratas de principios de siglo XX- aún domina la sociedad, pero la actual recesión puede ser el meteorito que la borre de la faz de la Tierra. Siguiendo con la metáfora, el proceso no será instantáneo sino prolongado en el tiempo, pero inevitable. La nueva clase dominante que la sustituya bien pudieran ser los pujantes mileuristas, los que ganan mil euros al mes. Tal y como sucedió cuando los mamíferos sustituyeron a sus gigantes antecesores, los mileuristas tienen una mayor capacidad de adaptación a circunstancias difíciles. También se adaptan los pobres, pero no dejan de ser excluidos, mientras que los mileuristas son integradores de la masa social. Por eso se están extendiendo por todas las sociedades desarrolladas.

El mileurismo -un término inventando por la estudiante Carolina Alguacil, que escribió una carta al director de EL PAÍS en agosto de 2005 para quejarse de su situación laboral- ha dejado de ser un terreno exclusivo para jóvenes universitarios recién licenciados que tienen que aceptar bajos salarios para hacerse con un currículo laboral. En los últimos años ha incorporado a obreros cualificados, parados de larga duración, inmigrantes, empleados, cuarentones expulsados del mercado laboral y hasta prejubilados. Se estima que en España pueden alcanzar en torno a los doce millones de personas.

Su popularidad es tan creciente que ya hay varios libros dedicados exclusivamente a los mileuristas, tienen web propia y hasta película. Se llama Generazione 1.000 euro, una producción italiana que se acaba de estrenar. Cuenta la historia de un joven licenciado en matemáticas que malvive en una empresa de mercadotecnia y se enamora de otra mileurista. Basa su argumento en el libro con el mismo título que triunfó gracias a las descargas gratuitas de Internet (la gratuidad de la Red es una de las pocas válvulas de escape de los mileuristas).

Hasta los políticos comienzan a mirar hacia ellos. Las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el debate del estado de la nación, aunque luego descafeinadas, parecen ser las primeras especialmente diseñadas para mileuristas: equiparar las ayudas al alquiler, eliminar para las rentas medias la desgravación de la vivienda (¡el pisito, icono de la clase media española!), bonos de transportes desgravables y, sobre todo, máster gratis sin límite para graduados en paro. Másteres, estudios de posgrado, doctorados, idiomas..., el signo de identidad de esta generación Peter Pan, dicen que la mejor preparada de la historia pero cuya edad media de emancipación del hogar familiar está a punto de alcanzar los 30 años.

La estadística da cuenta cada vez de forma más fehaciente de la pujanza del mileurismo frente a la bendita clase media. Uno de los datos más reveladores se encuentra en la Encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE), un informe cuatrienal pero que desnuda la realidad sociolaboral como ninguna otra. Según la misma, el sueldo medio en España en 2006 (última vez que se realizó) era de 19.680 euros al año. Cuatro años antes, en 2002, era de 19.802 euros. Es decir, que en el periodo de mayor bonanza de la economía española, los sueldos no sólo no crecieron, sino que cayeron, más aún si se tiene en cuenta la inflación.

Si nos remontamos a 1995, la primera vez que se llevó a cabo la encuesta, la comparación es aún más desoladora. El salario medio en 1995 era de 16.762 euros, por lo que para adecuarse a la subida de precios experimentada en la última década, ahora tendría que situarse en torno a los 24.000 euros. Se trata del sueldo medio, que incluye el de los que más ganan. Por eso convendría tener en cuenta otro dato más esclarecedor: la mitad de los españoles gana menos de 15.760 euros al año, es decir, son mileuristas.

Los sueldos se han desplomado pese a la prosperidad económica e independientemente del signo político del partido en el poder en los últimos años (desde 1995 han gobernado sucesivamente PSOE, PP y nuevamente PSOE). La riqueza creada en todos esos años ha ido a incrementar principalmente las llamadas rentas del capital.

Algunos dan definitivamente por muerta la clase media. Es el caso del periodista Massimo Gaggi y del economista Eduardo Narduzzi, que en su libro El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste (Lengua de Trapo) vaticinaban la aparición de un nuevo sistema social polarizado, con una clase tecnócrata reducida y crecientemente más rica en un extremo, y en el otro un "magma social" desclasado en que se confunden las antiguas clases media y baja, definidas por una capacidad de consumo muy limitado, a imagen y semejanza de los productos y servicios que les ofrecen las compañías low cost (bajo coste) como Ikea, Ryanair, Mc Donald's, Zara o Skype.

"Nosotros hablábamos de la aparición de una clase de la masa, es decir, de una dimensión social sin clasificación que de hecho contiene todas las categorías, con excepción de los pobres, que están excluidos, y de los nuevos aristócratas. La clase media era la accionista de financiación del Estado de bienestar, y su desaparición implica la crisis del welfare state, porque la clase de la masa ya no tiene interés en permitir impuestos elevados como contrapartida política que hay que conceder a la clase obrera, que también se ha visto en buena parte absorbida por la clase de la masa. La sociedad que surge es menos estable y, como denunciábamos, potencialmente más atraída por las alarmas políticas reaccionarias capaces de intercambiar mayor bienestar por menos democracia. También es una sociedad sin una clara identidad de valores compartidos, por lo tanto, es oportunista, consumista y sin proyectos a largo plazo", señalan los autores a EL PAÍS.

El declive de la clase media se extiende por todo el mundo desarrollado. En Alemania, por ejemplo, un informe de McKinsey publicado en mayo del año pasado, cuando lo peor de la crisis estaba aún por llegar, revelaba que la clase media -definida por todos aquellos que ganan entre el 70% y el 150% de la media de ingresos del país- había pasado de representar el 62% de la población en 2000 al 54%, y estimaba que para 2020 estaría muy por debajo del 50%.

En Francia, donde los mileuristas se denominan babylosers (bebés perdedores), el paro entre los licenciados universitarios ha pasado del 6% en 1973 al 30% actual. Y les separa un abismo salarial respecto a la generación de Mayo del 68, la que hizo la revolución: los jóvenes trabajadores que tiraban adoquines y contaban entonces con 30 años o menos sólo ganaban un 14% menos que sus compañeros de 50 años; ahora, la diferencia es del 40%. En Grecia, los mileuristas están aún peor, ya que su poder adquisitivo sólo alcanza para que les llamen "la generación de los 700 euros".

En Estados Unidos, el fenómeno se asocia metafóricamente a Wal-Mart, la mayor cadena de distribución comercial del mundo, que da empleo a 1,3 millones de personas, aplicando una política de bajos precios a costa de salarios ínfimos -la hora se paga un 65% por debajo de la media del país-, sin apenas beneficios sociales y con importaciones masivas de productos extranjeros baratos procedentes de mercados emergentes, que están hundiendo la industria nacional. La walmartización de Estados Unidos ha sido denunciada en la anterior campaña presidencial tanto por los demócratas como por los republicanos. El presidente Barak Obama creó por decreto la Middle Class Task Force, el grupo de trabajo de la clase media, que integra a varias agencias federales con el objeto de aliviar la situación de un grupo social al que dicen pertenecer el 78% de los estadounidenses. El grupo tiene su propia página web y su lema: "Una clase media fuerte es una América fuerte".

Hacen falta más que lemas para salir de la espiral que ha creado la recesión y que arrastra en su vórtice a una clase media debilitada hacia el mileurismo o tal vez más abajo. En Nueva York, 1,3 millones de personas se apuntaron a la sopa boba de los comedores sociales en 2007. Apenas un año después, tres millones de neoyorquinos eran oficialmente pobres. Los pobres limpios, como se denomina a los que han descendido desde la clase media, también comienzan a saturar los servicios sociales en España. Las peticiones de ayuda en Cáritas han aumentado un 40%, y el perfil social del demandante empieza a cambiar: padre de familia, varón, en paro, 40 años, con hipoteca, que vive al día y que ha agotado las prestaciones familiares.

Con el propósito de tranquilizar a la población, los dirigentes han comenzado a hablar de "brotes verdes" para designar los primeros signos de recuperación. Pero ésta no es una crisis cualquiera. Howard Davidowitz, economista y presidente de una exitosa consultora, se ha convertido en una estrella mediática en Estados Unidos al fustigar sin piedad el optimismo de la Administración de Obama. "Estamos hechos un lío y el consumidor es lo suficientemente listo para saberlo. Con este panorama económico, el consumidor que no se haya petrificado es que es un maldito idiota. Esta crisis hará retroceder al país al menos diez años y la calidad de la vida nunca volverá a ser la misma".

La marcada frontera que separaba la clase media de la exclusión y de los pobres se está derrumbando a golpes de pica como lo hizo el muro de Berlín, y algunos se preguntan si tal vez la caída del telón de acero no haya marcado el inicio del fin de conquistas sociales y laborales que costaron siglos (y tanta sangre), una vez que el capitalismo se encontró de repente sin enemigo.

Al margen de especulaciones históricas, lo cierto es que la desigualdad crece. En España, la Encuesta de Condiciones de Vida, realizada en 2007 por el INE, señalaba que casi 20 de cada 100 personas estaban por debajo del umbral de la pobreza. El último informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en España, de Cáritas, resaltaba que hay un 12,2% de hogares "pobres integrados", esto es, sectores integrados socialmente pero con ingresos insuficientes y con alto riesgo de engrosar las listas de la exclusión. Su futuro es más incierto que nunca, y muchos hablan de un lento proceso de desintegración del actual Estado de bienestar.

Otros expertos son mucho más optimistas y descartan que se pueda hablar del fin de clase media. "Es una afirmación excesivamente simplista que obvia algunos de los grandes avances que ha registrado la sociedad española en el largo plazo. Las crisis comienzan perjudicando a los hogares con menores ingresos y menor nivel formativo, para extender posteriormente sus efectos al resto de grupos. Y aunque mantenemos niveles de desigualdad considerablemente elevados en el contexto europeo estamos todavía lejos de ser una sociedad dual", señala Luis Ayala, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos y uno de los autores del informe FOESSA.

El catedrático de Estructura Económica Santiago Niño Becerra ha saltado a la fama editorial por su libro El crash de 2010 (Los Libros del Lince), en el que afirma que la crisis no ha hecho más que empezar y que será larga y dura. A la pregunta de cómo va a afectar esta debacle a la clase media, contesta: "El modelo de protección social que hemos conocido tiende a menos-menos porque ya ha dejado de ser necesario, al igual que lo ha dejado de ser la clase media: ambos han cumplido su función. La clase media actual fue inventada tras la II Guerra Mundial en un entorno posbélico, con la memoria aún muy fresca de la miseria vivida durante la Gran Depresión y con una Europa deshecha y con 50 millones de desplazados, y lo más importante: con un modelo prometiendo el paraíso desde la otra orilla del Elba. La respuesta del capitalismo fue muy inteligente (en realidad fue la única posible, como suele suceder): el Estado se metió en la economía, se propició el pleno empleo de los factores productivos, la población se puso a consumir, a ahorrar y, ¡tachín!, apareció la clase media, que empezó a votar lo correcto: una socialdemocracia light y una democracia cristiana conveniente; para acabar de completar la jugada, esa gente tenía que sentirse segura, de modo que no desease más de lo que se le diese pero de forma que eso fuese mucho en comparación con lo que había tenido: sanidad, pensiones, enseñanza, gasto social... que financiaban con sus impuestos y con la pequeña parte que pagaban los ricos (para ellos se inventaron los paraísos fiscales). Todo eso ya no es necesario: ni nadie promete nada desde la otra orilla del Elba, ni hay que convencer a nadie de nada, ni hay que proteger a la población de nada: hay lo que hay y habrá lo que habrá, y punto. Por eso tampoco son ya necesarios los paraísos fiscales: ¿qué impuestos directos van a tener que dejar de pagar los ricos si muchos de ellos van a desaparecer y si la mayoría de los impuestos de los que quieren escapar van a ser sustituidos por gravámenes indirectos?".

Y es que frente a la extendida idea de que la mejor forma de favorecer el bienestar es conseguir altas tasas de crecimiento y de creación de empleo, en los momentos de máxima creación de empleo la desigualdad no disminuyó. Al contrario, desde el primer tercio de los años noventa la pobreza no ha decrecido. Los salarios crecen menos que el PIB per cápita. El último informe mundial de salarios de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) destaca que entre 2001 y 2007 crecieron menos del 1,9% en la mitad de los países. En España, el aumento real fue casi cero, como en Japón y Estados Unidos. Para 2009, la OIT pronostica que los salarios crecerán sólo un 0,5%.

En España hay un dato aún más revelador del vértigo que siente la clase media cuando se asoma al abismo de inseguridad que le ofrece esta nueva etapa del capitalismo. El número de familias que tiene a todos sus miembros en paro ha sobrepasado el millón. Y peor aún, la tasa de paro de la persona de referencia del hogar -la que aporta más fondos y tiene el trabajo más estable- está ya en el 14,5%, muy similar a la del cónyuge o pareja (14,4%), cuyo sueldo se toma como un ingreso extra, mientras que la de los hijos se ha disparado cinco puntos en el primer trimestre y está en el 26,8%.

Luis Ayala constata que, por primera vez desde mediados de los años noventa, al inicio de esta crisis hemos asistido a tres cambios claramente diferenciales respecto al modelo distributivo en vigor en las tres décadas anteriores: la desigualdad y la pobreza dejaron de reducirse (aunque no aumentaron) por primera vez desde los años sesenta; por primera vez en muchos años la desigualdad no disminuyó en un contexto de crecimiento económico, y a diferencia de lo que sucedió con la mayoría de los indicadores macroeconómicos (PIB per cápita, déficit público, desempleo, etcétera), durante este periodo se amplió el diferencial con la UE desde el punto de vista de desigualad.

"Si en un tiempo de mareas altas no disminuyó la desigualdad, cabe contemplar con certeza su posible aumento en un periodo de mareas bajas. La evidencia que muestran varios estudios de cierta conexión entre determinadas manifestaciones del desempleo y la desigualdad y la pobreza obligan, inevitablemente, a pensar en un rápido aumento de la desigualdad y de las necesidades sociales. Así, tanto el número de hogares en los que todos los activos están en paro como la tasa de paro de la persona principal del hogar son variables más relacionadas con la desigualdad que los cambios en las cifras agregadas de empleo. La información más reciente que ofrece la EPA deja pocas dudas: en ninguno de los episodios recesivos anteriores crecieron tan rápido ambos indicadores, por lo que cabe pensar en aumentos de la desigualdad y de la pobreza monetaria muy superiores a los de cualquier otro momento del periodo democrático", afirma Ayala.

En efecto, estos datos demolen en parte el viejo bastión español frente a la crisis: el colchón familiar. ¿Cómo van a ayudar los padres a los hijos si comienzan a ser los grandes protagonistas del drama del desempleo? El profesor Josep Pijoan-Mas, del Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI), en el artículo Recesión y crisis (EL PAÍS, 15 de marzo), observaba una preocupante similitud entre esta recesión y la de 1991-1994, cuando el paro trepó hasta el 24%. "Los datos muestran que el aumento de la desigualdad en el ámbito individual se amplifica cuando agrupamos los datos por hogares. Esto sugiere que, contrariamente a la creencia popular, la familia no es un buen mecanismo de seguro en España: cuando un miembro del hogar experimenta descensos de renta, lo mismo sucede al resto de miembros del hogar", indica.

Afirmar a simple vista que, por primera vez desde la II Guerra Mundial (la Guerra Civil en España), las nuevas generaciones vivirán peor que la de sus padres puede parecer osado. Nunca tantos jóvenes estudiaron en el extranjero (gracias a las becas Erasmus), viajaron tanto (gracias a las aerolíneas low cost) o prolongaron tanto su formación. Pero se trata de una sensación de riqueza ilusoria, apegada al parasitismo familiar. El número de jóvenes españoles que dispone de una independencia económica plena disminuyó desde el 24% en 2004 al 21% en 2008, según el último informe del Instituto de la Juventud (Injuve). El proceso es general en toda Europa. El número de "viejos estudiantes" ha crecido a un ritmo vertiginoso en los últimos años. Así, el 15% del total de estudiantes de la Unión Europea (entendiendo por tales los que dedican todo su tiempo a la formación) tiene ya más de 30 años, según el Informe de la Juventud de la Comisión Europea de abril pasado.

Cuando esos maduros estudiantes se incorporan al mercado laboral les esperan contratos temporales, tal vez para siempre. Y es que según el informe de la UE, el porcentaje de personas que tenía un contrato temporal y no podía encontrar uno fijo se incrementa con la edad. Del 37%, entre los 15 a los 24 años, hasta el 65%, entre los 25 los 29. Atrapados en la temporalidad de por vida, van desengañándose de encontrar algo mejor a medida que envejecen. Muchos cuando rondan la treintena ya están resignados a su suerte.

"Desde luego es la generación que menos periodos de adultez va a tener. Pueden entrar en el mercado laboral a los 33 años y encontrarse con un ERE a los 50 o directamente con la prejubilación. El problema es que ofertamos puestos de trabajo que puede hacer cualquiera. Por eso, curiosamente, los jóvenes van a responder a la crisis dependiendo de las posibilidades que tengan de esperar y formarse adecuadamente. Y en eso es decisivo el poder adquisitivo de los padres y su nivel educativo", señala el sociólogo Andreu López, uno de los autores del último informe de Injuve.

El drama laboral no sólo lo sufren los jóvenes. Puede que los miles de trabajadores que están perdiendo su empleo vuelvan al mercado laboral cuando la crisis escampe, pero no con las mismas condiciones. Por ejemplo, la ingente masa laboral de la construcción que ha sostenido la economía española deberá ocuparse en otros sectores. "Todo lo que aprendieron a hacer trabajando en los últimos años les valdrá de poco o nada. Por tanto, no es de esperar que sus salarios sean muy altos cuando encuentren nuevos empleos. De hecho, la evidencia empírica disponible para Estados Unidos muestra que los desempleados ganan menos cuando salen de un periodo de desempleo y que dicha pérdida salarial es mayor cuanto más largo ha sido el periodo de desempleo", indicaba el profesor Pijoan-Mas.

Los gobernantes han encontrado un bálsamo de Fierabrás contra el paro y la precariedad laboral: innovación y ecología. Los empleos que nos sacarán de la crisis estarán basados en el I+D+i. Es lo que Zapatero ha llamado el nuevo modelo productivo. Sin contar con que los sectores tecnológicos no son muy intensivos en mano de obra, la premisa parte en cierta forma de una falacia: la de pensar que los países emergentes se quedaran parados mientras convertimos los cortijos andaluces en factorías de chips ultraconductores y laboratorios genéticos.

La globalización también ha llegado al I+D+i. La India, por ejemplo, produce 350.000 ingenieros al año (los mejores en software de todo el mundo), anglófonos y con un salario medio de 15.000 dólares al año, frente a los 90.000 que ganan en Estados Unidos. Por su parte, China está a punto de convertirse en el segundo inversor mundial en I+D. "Cuando despertemos de la crisis en Europa, descubriremos que en la India y en China producen muchas más cosas que antes", avisa Michele Boldrin, catedrático de la Washington University.

Ante este clima de inseguridad y falta de perspectivas, no es de extrañar que el 45,8% de los parados esté considerando opositar y el 14,6% ya esté preparando los exámenes, según una encuesta de Adecco. Ser funcionario se ha convertido en el sueño laboral de cualquier español, y puede ser el último reducto de la clase media. El único peligro es que su factura es crecientemente alta para un país en el que se desploman los ingresos por cotizaciones sociales y por impuestos ligados a la actividad y a la renta. La última EPA refleja que los asalariados públicos han crecido en un año en 116.200 personas, sobrepasando por primera vez la cifra de tres millones.

El coste total de sus salarios alcanzará este año los 103.285 millones de euros, según datos del Ministerio de Política Territorial. Cada funcionario le cuesta a cada habitante 2.400 euros, el doble si consideramos sólo a los asalariados. ¿Puede permitirse una economía tan maltrecha una nómina pública que consume el equivalente al 10% de la riqueza nacional en un año?

Un panorama tan sombrío para amplias capas de la población puede sugerir que pronto se vivirán enormes convulsiones sociales. Algunos advierten de un resurgimiento de movimientos radicales, como el neofascismo. Por el momento, nada de eso se ha producido. Las huelgas generales convocadas por los sindicatos tradicionales en países como Francia o Italia no han tenido consecuencia alguna, porque los más damnificados -parados y mileuristas- no se sienten representados por ellos.

En España, ni siquiera se han convocado paros. Y los llamados sindicatos de clase van de la mano del Gobierno al Primero de Mayo e invitan al líder de la oposición a sus congresos. Un marco demasiado amigable con el poder político teniendo detrás cuatro millones de parados y casi un tercio de los asalariados con contrato temporal.

Puede que no sea muy romántico advertir de que, tampoco esta vez, seremos testigos de una revolución, pero es muy probable que la caída del bienestar se acepte con resignación, sin grandes algaradas, ante la indiferencia del poder político, que llevará sus pasos hacia la política-espectáculo, muy en la línea de algunas apariciones de Silvio Berlusconi o Nicolas Sarkozy, cuya vida social tiene más protagonismo en los medios de comunicación que las medidas que adoptan como responsables de Gobierno.

En esa línea, Santiago Niño Becerra considera que hoy por hoy "la ideología prácticamente ha muerto", y gradualmente, evolucionaremos hacia un sistema político en el que un grupo de técnicos tomará las decisiones y "la gente, la población, cada vez tendrá menos protagonismo.

"Conceptos como funcionarios, jubilados, desempleados, subempleados, mileuristas, undermileuristas irán perdiendo significado. Con bastante aceleración se irá formando un grupo de personas necesarias que contribuirán a la generación de un PIB cuyo volumen total decrecerá en relación al momento actual, personas con una muy alta productividad y una elevada remuneración (razón por la cual su PIB per cápita será mucho más elevado que el actual), y el resto, un resto bastante homogéneo, con empleos temporales cuando sean necesarios, dotados de un subsidio de subsistencia (el nombre poco importa) que cubra sus necesidades mínimas a fin de complementar sus ingresos laborales. La recuperación vendrá por el lado de la productividad, de la eficiencia, de la tecnología necesaria; pero en ese trinomio muy poco factor trabajo es preciso. Pienso que la sociedad post crash será una sociedad de insiders y outsiders: de quienes son necesarios para generar PIB y de quienes son complementarios o innecesarios".

Una impresión bastante similar a la de los italianos Gaggi y Narduzzi que, en su último libro, El pleno desempleo (Lengua de Trapo, 2009), dibujan un marco sociolaboral sin beneficios contractuales, baby boomers (la generación que ahora tiene entre 40 y 60 años) resistiéndose a jubilarse, contratos temporales de servicios y autónomos sin seguridad. Y pese a todo, una masa social amorfa y resignada.

"La masa del siglo XXI es una forma social figurada no material en el sentido de que no es fácil ver las concretas manifestaciones políticas o sociales en la calle, mientras que es normal identificar conductas o comportamientos masificados como la utilización de Google o la pasión por el iPhone. Esto significa que cuatro millones de desempleados son hoy menos peligrosos de lo que lo eran en 1929, porque no hay una ideología política que contextualmente cohesione y aglutine el malestar y la disensión. Y también los sindicatos se han debilitado. La crisis actual rechaza amablemente lo que decíamos en nuestro ensayo del año pasado: el mercado de trabajo se desestructura y se flexibiliza hasta el punto de que aparecen como desocupados de hecho la mayoría de los trabajadores. Es el triunfo del factor de la producción capital, que aparentemente está en crisis, pero que en realidad se aprovecha de la crisis para dar el empujón final a las últimas, y pocas, certezas de los trabajadores", señalan.

Hace cuatro años, Carolina Alguacil hizo una definición precisa y certera cuando acuñó el término de mileurista. "Es aquel joven licenciado, con idiomas, posgrados, másteres y cursillos (...) que no gana más de mil euros. Gasta más de un tercio de su sueldo en alquiler, porque le gusta la ciudad. No ahorra, no tiene casa, no tiene coche, no tiene hijos, vive al día... A veces es divertido, pero ya cansa". Si hubiera que reescribir ahora esa definición sólo habría que añadir: "El mileurista ha dejado de tener edad. Gana mil euros, no ahorra, vive al día de trabajos esporádicos o de subsidios y, pese a todo, no se rebela".


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El juego de medias palabras del FMI para la estafa con apodo de crisis


26 de agosto de 2009
Bruno Lima Rocha
BARÓMETRO INTERNACIONAL

Durante un año entero, entre agosto de 2007 y septiembre 2008, una mentira sistemática circuló de forma paralela en el mundo de la información, de los negocios y en el dialecto de los supuestos expertos que no consiguen explicar los fenómenos económicos. Se trata de la falsa afirmación de que el mundo capitalista vivía una crisis. Todo es mentira. Lo que hubo fue la consecuencia de un fraude millonario, una estafa promovida por los corsarios del sistema financiero.

Cuando un operador económico, administrador, alto ejecutivo, detentor de un cargo de 1er nivel en un Estado o una autoridad monetaria, tiene Información Perfecta, él o ella no pueden incurrir en errores. Es absurdo pensar que gente entrenada pueda equivocarse en una operación de riesgo sin saber las probabilidades de sus consecuencias. Cuando eso ocurre, entonces es fraude, cosa de estafadores y mentirosos que hacen negociaciones a millones de bytes por hora. He ahí “la tal crisis” del sub-prime. El resultado de esa barbarie, produce un robo sistemático y lleva a un keynesiano convicto (Barack Obama) a ocupar la silla de presidente del Imperio.

Antes que digan que se trata de exageraciones, la fuente de mis datos es el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos números fueron divulgados por la emisora estatal británica BBC. Según uno de los brazos financieros del sistema mundo (el otro es el Grupo Banco Mundial), es lo que yo y la inteligencia francesa llamamos estafa y que ha robado más de US$ 10 trillones (norteamericanos) de dólares yankees. La fuente, el FMI, afirma que los gobiernos de los países del capitalismo central (G-8, más Comunidad Europea, más Japón), sacaron de sus tesoros nacionales, en conjunto, el total de US$ 9,2 trillones (norteamericanos). Ese recurso, oriundo de la sobre tasa de la población trabajadora y del endeudamiento público, fue aportado al sistema financiero (¡el mismo buitre que realizó el fraude recibió el dinero!). Ya las economías de los países emergentes, como los que integran el G-20, teniendo a Brasil, India, China y Rusia al frente, quemaron cerca de US$ 1,6 trillones (norteamericanos) socorriendo a los respectivos estafadores que operan las finanzas y el capital simbólico en sus países o bajo su jurisdicción.

Aún según el FMI, alrededor de US$ 1,9 trillones (norteamericanos) salieron de los recursos estatales en formato de adelantos (cubriendo las posiciones futuras), y el restante fue usado para salvar la zafra, cubriendo el área de las empresas de seguros (como la AIG) y prestando a fondo perdido (salvando los bancos con el dinero del hombre de abajo). Como todo hecho contable no fraudulento, ese déficit (o sea, el perjuicio en el cofre de los Estados) va a permanecer. Y, lo que sea pagado de vuelta por los bancos del capitalismo central, volverá sin los debidos intereses que pagamos todos nosotros, meros mortales cuentacorrentistas.

El agujero empobrece a la población de los países más ricos. Y quien paga la deuda son los trabajadores del G-20

La “tal crisis” fue la mayor transferencia de renta directa de la historia de la humanidad. Para el FMI, el estimado del costo del robo –a través de la acción fraudulenta mediante Información Perfecta y garantías en las relaciones entre el Estado Capitalista y sus mandantes– equivale al mayor resultado negativo en los Estados ricos desde el final de la 2ª Guerra Mundial. Pero, como inversión de valores, ahora en vez de un Plan Marshall para salvar a la Europa destruida de los avances de las izquierdas sindicales (enemigo interno) y del Bloque Soviético (enemigo externo), tenemos un PROER globalizado, sangrando el presupuesto de los países-llave en la economía integrada.

El déficit previsto en los presupuestos ya en 2009 es de la orden del 10,2% del PIB –en una media estimada– para el conjunto de los Estados que gobiernan el planeta. País por país, las cuentas aumentan el siniestro del seguro fraudulento que todos estamos pagando. Esto porque las mayores proyecciones de déficit están en los Estados Unidos, con 13,5% del PIB; en Gran Bretaña, con 11,6%, y en el Japón, con 10,3%. O sea, todos vamos a comprar más títulos de la deuda pública del Imperio, generando más interdependencia de la China (en la relación de 7 a 1) y del Brasil, como adquirentes de la deuda que debería ser pagada con la expropiación del 80% de la plaza financiera estadounidense.


Para 2010, la cosa se invierte, estando previsto un déficit del 13,3% del PIB de Gran Bretaña y del 9,7% de los EUA. Estos serían los dos mayores déficit del total de los miembros del G-20, cuya recaudación tributaria cayó –con la caída del sector sobre el movimiento económico empresa-empresa– y también con el siempre esperado socorro del Estado Capitalista a sus agentes económicos en posición clave para la concertación local de poder. La exención fiscal más la transferencia de renta directa para los detentores de capital va a recibir el nombre de siempre, “planes de estímulo”. Tales estímulos van a estar en el orden del 2% del PIB en 2009, y 1,6% en 2010, para el total de los miembros del G-20. Pero, hasta el FMI reconoce que será difícil medir la eficiencia de esa iniciativa. El juego de palabras de siempre, matiza el las recetas “técnicas” (o sea, de la política económica subordinada al capital financiero y sin la dimensión explícita de la economía política), afirmando que las medidas salva bancos y Cía. del 2008, sumadas a las políticas de “incentivo” (transferencia de renta indirecta) ya habrá incentivado la reanudación del “crecimiento” del G-20 en torno a 1,2% y 4,7% aplicables a este año corriente.

La estupidez continúa y el endeudamiento de largo plazo también

Es preciso recordar que este conjunto de absurdos comenzó a acelerarse en la llamada Era Reagan en los EUA (1981-1988 y después en la secuencia con Bush padre), cuando se aplicaba el principio del Reagan Hood, quitando a los más pobres y transfiriendo con total cara dura esa plata a los más ricos. Este fenómeno aumentó la deuda pública del Imperio y generó una inseguridad social solamente comparada con la vivida en el periodo de la gran Recesión y del New Deal de Franklin Delano Roosevelt, como solución parcial para el abismo social en el Imperio. Las bases de transferencia de renta brutal, liberalización y pérdida de control central de los movimientos financieros ocurridas en la Era Bush Jr. tienen su raíz en la Reaganomics. El diferencial se da en la aceleración transaccional, protegidas las negociaciones fraudulentas a través de la concentración mediática, de la corrupción del 4º poder en el corazón del capitalismo y a través de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación como plataforma de negocios y transacciones especulativas. El asalto al Estado por los Neo-com fue más virulento de lo que la mayoría de los trabajadores estadounidenses pudieron percibir.

El FMI está operando un recambio de imagen, buscando aparentar mayor independencia de los operadores financieros globales. Sus datos son algo más que asustadores. Se estima que hasta 2014, la deuda de los gobiernos alcance el 239% del PIB en el Japón, 132% en Italia, 112% en los Estados Unidos, y 99,7% en Gran Bretaña. La sorpresa está en Inglaterra y sus Estados-satélite (que conforman el “53º” estado federado de los EUA) cuyo aumento de la deuda pública es proporcionalmente el de mayor crecimiento, más que doblando el índice del 44% de 2007.

La rueda de la gran torta se aprovecha también del momento de elevación de las deudas. Entran en escena, siempre según el FMI, las llamadas agencias de “clasificación de riesgo”, las mismas que armaron el mecanismo de fraude global desde la operación piloto del balance maquillado de la Enron, pasando por la conspiración con las empresas de aseguradoras, los bancos hipotecarios, los bancos de inversión y las empresas de seguros en la burbuja inmobiliaria del Sub-prime a través de los llamados créditos Ninja y de los derivativos en la forma de activos tóxicos. Pues bien, esas mismas fuentes de mentira sistemática anunciaron que podrán rebajar los índices de clasificación de los papeles gubernamentales –aumentando el nivel de riesgo (!)- de los Estados con deuda del 100% del PIB o más elevada. Aunque nada de eso sea novedad para el Brasil, se comprende que ésta es una forma barata de chantaje a la poca regulación estatal, procurando aumentar la transferencia de renta y de circulación de los intereses embutidos en los papeles oficiales negociados.

Por supuesto que la rebaja en los papeles, por lo tanto, en el aumento del “riesgo país” –un mero ataque especulativo tal como el que sufrió el Brasil a lo largo del año de 2002– implica forzar a los gobiernos a aumentar los intereses básicos, intentando financiar el déficit nacional, no a través de ahorro interno -como se hace en sano juicio– ¡sino con la pelota de nieve de la propia deuda! Si aceptan el chantaje sistemático, las autoridades económicas de los Estados del G-20 tendrán que pagar intereses más altos, pasando riquezas a los mismos operadores bancarios que ejecutaron la mayor estafa de la humanidad. ¡No se podría esperar otra cosa de las agencias de riesgo!

Ya el propio Fondo muestra sus garras a través de un doble discurso. Al tiempo que afirma que es necesaria la demostración de vías confiables de recuperación económica a largo plazo, no muestra como eso debería suceder y tampoco exige el cierre de la cloaca global de tráfico financiero sin control. Un Estado solamente reduce su déficit si tiene una matriz económica diversificada y con la masa salarial representando el 50% o más del PIB. De lo contrario, todo es volátil y sin poder de compraventa, no hay consumo que se sostenga sin intereses extorsionadores. Aunque cualquier persona mínimamente informada sabe eso, órganos sospechosos como el FMI y el Banco Mundial insisten en lo contrario. Y, como era de esperar, para el corto plazo la recomendación del Fondo es más exención fiscal y endeudamiento rápido mediante intereses en alza. ¿Cuál la novedad? ¿Cómo curar si el medicamento tiene la misma propiedad de la enfermedad?

Alguna conclusión

En el mundo gobernado de hecho por el sistema financiero, cualquier tentativa de regulación global encuentra resistencia en la piratería financiera. Por eso es que de reunión de cúpula en reunión de cúpula, nada se resuelve. En septiembre próximo (2009), en la ciudad de Pittsburgh, estado de Pennsylvania (costa este del Imperio de las 13 colonias), los discursos de medias palabras y las soluciones por mitad serán retomados en la reunión de los “líderes” del G-20.
Es de suponerse que ninguno de los presentes va a proponer lo obvio y necesario. En otras palabras, deberían cerrar Wall Street, terminar de encarcelar a los CEOs del sistema hipotecario, cortar los bonos de esa gente, cerrar los paraísos fiscales y convocar un Tribunal de Nuremberg financiero para crímenes contra la economía mundial. Pero, como se sabe, no se trata de una necesidad de justicia y sí de una lucha global contra el capital financiero. En todos los frentes posibles.

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Bolivia-Brasil: El viraje de Lula


26 de agosto de 2009


Carlos Rodrigo Zapata


Los medios de difusión cariocas reflejaban en mayo del 2006 el estado de indignación existente en el Brasil a raíz de la llamada “nacionalización” de los hidrocarburos en Bolivia, que consistió en conminar a las empresas petroleras a firmar nuevos contratos o dejar la plaza boliviana.


Los titulares de prensa de ese momento lo decían todo: “Molesta a Brasil estatización en Bolivia”, “Se agrava disputa Brasil-Bolivia”, “El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil no descartó el retiro del embajador de su país en Bolivia”, “El 1,4 por ciento de brasileños desea declararle guerra a Bolivia”.


En un momento crucial de conformación de la agenda de cambio boliviana, Brasil no le tendió la mano a Evo, dejó la cancha libre a Caracas y puso de manifiesto su falta de liderazgo regional y su impericia para construir una visión que sea capaz de situar a Sudamérica en el concierto mundial como una potencia regional. Eran momentos en los que Brasil sólo tenía ojos para su ombligo y hacía ostentación de una falta de políticas hacia su entorno sudamericano, que sólo mostraba, una vez más, la preferencia de los países del subcontinente de quejarse de sus vecinos antes que cooperar con ellos. ¡Qué Latinoamérica más falta de miras!


El pasado 22 de agosto de 2009, la historia cambia abruptamente, de modo tal que no parece que se tratara de los mismos actores que en el clímax de la crisis del gas no escatimaron comentarios rudos y torpes entre ellos. Ahora, de pronto, Lula ingresa con paso de parada a la historia boliviana, mostrando una actitud y una voluntad de liderazgo que sorprende. Nuevamente los titulares de los medios de difusión nos dan una idea de este momento: “Bolivia y Brasil consolidaron relaciones bilaterales”, “Lula anuncia medidas de ayuda”, “Lula da espaldarazo a Morales”, “Brasil abre mercado a textiles bolivianos”, “Cuatro mega acuerdos sellan la integración de Bolivia y Brasil”, “Valora Lula 'lucha de toda la vida' de Bolivia por su liberación”. Lula y Evo suscriben cuatro acuerdos muy significativos, sobre investigación para la exploración del Salar de Uyuni; el entendimiento en defensa civil y asistencia humanitaria; apoyo en la formación profesional y un financiamiento de 332 millones de dólares para la construcción de la carretera San Ignacio de Moxos-Villa Tunari. A dichos acuerdos se suma la decisión del presidente Lula de abrir el mercado brasilero a los textiles bolivianos, con la finalidad de reemplazar el perdido mercado norteamericano e introducir una suerte de “APTDEA sin condiciones”, como bautizó el Presidente Morales a la disposición brasilera.


Ante este cambio vertiginoso de posturas, uno se pregunta intrigado, qué pasó, qué razones o argumentos justifican ese mensaje tan contundente por parte del coloso brasilero de abrirse a Bolivia, de tenderle vías que le faciliten el tránsito al desarrollo a nuestro empobrecido país, ¿a qué se debió ese cambio?


Da la impresión que Lula y su entorno gubernamental han comprendido muchas cosas en los últimos años, en particular, la necesidad regional de contar con un liderazgo que le abra a la región mejores oportunidades en el contexto internacional. Latinoamérica en general y en particular Sudamérica, tienen todos los “insumos” para convertirse en un importante actor en el tablado internacional, para coadyuvar en la construcción de un mundo más responsable, capaz de resolver sus problemas y hacer frente a sus desafíos con mejores posibilidades de éxito. Latinoamérica, como el gran crisol de la humanidad, el lugar donde convergen y conviven todas las culturas, etnias y razas, como no sucede de modo semejante en el mundo entero, tiene inmensas riquezas y extraordinarios recursos naturales, que representan la mayor proporción de especies y climas del orbe. Como si todo ello fuera poco, los descubrimientos y revalorizaciones de ingentes recursos siguen día a día, como son los casos del litio en el Salar de Uyuni o el agua dulce en el gigantesco acuífero Guaraní. Los fabulosos recursos hidrocarburíferos del Orinoco, recientemente descubiertos en Venezuela, y aquellos otros en la costa de los estados brasileros de Santa Catarina y Espíritu Santo, sitúan a Brasil y Venezuela como los países con las mayores reservas hidrocarburíferas del planeta, por delante de los países árabes con sus reservas ya legendarias. Dichas reservas constituyen sin duda un gran compromiso y responsabilidad internacional, pero también pueden entrañar grandes peligros.


El periodista uruguayo Raúl Zibechi, uno de los analistas latinoamericanos más destacados, ha dado a conocer recientemente su punto de vista en torno a las razones que explicarían el afán norteamericano por usar siete bases militares en Colombia. Según su punto de vista, el tiro no está dirigido a fortalecer al gobierno colombiano en su lucha contra las FARC, sino que “el mensaje principal es para Brasil y no para Venezuela”, en coincidencia con la opinión del profesor Juan Gabriel Tokatlián, aunque con dos precisiones del mismo Zibechi: 1) Decir Brasil es decir Amazonía, es decir, recursos naturales, y 2) preocupa la creciente alianza entre China y Brasil, “cuyo comercio debe realizarse a través de la cordillera andina”.


En este contexto, Zibechi señala algunas de las razones que sustentan su punto de vista, entre las que destaca la fuerte competencia por recursos naturales con la creciente participación de potencias extracontinentales, las alianzas de los principales países latinoamericanos con países asiáticos y potencias emergentes, el creciente uso en la región de otras monedas distintas al dólar para sus transacciones comerciales. También el ritmo de crecimiento de dichos vínculos y los montos alcanzados, son mencionados como otras posibles fuentes de preocupación norteamericana. El comercio entre China y América Latina pasó de 8000 a más de 100000 millones de dólares en los últimos 20 años. De igual modo, la presencia china en fondos de inversión (incluido el BID) ha crecido vertiginosamente en los últimos años. Como una consecuencia derivada de estos y otros aspectos, se estaría dando la llamada "Geopolítica del Cerco" en la jerga brasilera, según la cual militares estadounidenses estarían construyendo un cinturón militar que rodea a Brasil en base a pistas y destacamentos, lo cual disminuiría la capacidad brasileña de “proyectar poder en el ámbito regional”. Hasta aquí los planteamientos de Zibechi.


Si tomamos como base este enfoque, podríamos concluir que Brasil habría comprendido que su bien entendido interés nacional pasa necesariamente por un proyecto sólido de integración regional, y que en Bolivia estaría dando sus primeros pasos, que luego podría extender a otros países. A ello se agregaría su interés por relegar a Caracas de su protagonismo regional que aún no arroja los frutos esperados.


En el caso concreto de Bolivia, el apoyo brasilero a la carretera bioceánica por territorio boliviano implica haber superado enfoques descartados por el propio Brasil en los años 90, debido a que los elevados costos de transporte por tramontar Los Andes por los puntos de paso que brinda Bolivia y los bajos volúmenes de carga esperada de ida y vuelta, hacían prácticamente inviable esa opción. El financiamiento por parte de Brasil de la carretera de penetración hacia la amazonía beniana, hasta San Ignacio de Moxos, es otra muestra de la voluntad de vincular fuertemente la amazonía al movimiento general de la economía boliviana y regional. Empieza a romperse ese cerco que ha impedido durante décadas todo tipo de aprovechamiento de los recursos de la Amazonía y ha convertido toda esa inmensa región, particularmente el área que corresponde a la amazonía boliviana, en una especie de tierra de reserva o de protección permanente, ya que se ha limitado consecuentemente el desarrollo de todos aquellos recursos complementarios necesarios para su aprovechamiento integral y sostenible. Una muestra de la forma cerrada en que se mantiene ese cerco radica en la imposibilidad actual de conectar el centro y el norte del departamento de La Paz, lo que significaría vincular las zonas andinas con las amazónicas. También las continuas dificultades para avanzar de modo efectivo en la exploración de petróleo en el norte paceño, nos muestra otras estacas del mismo cerco. El argumento ambiental es imprescindible tenerlo en cuenta y salvarlo adecuadamente, pero ello no debe llegar al extremo de dejarnos como meros espectadores de la riqueza y potencialidades amazónicas.


Más allá de ello, la relación Bolivia – Brasil es, sin duda, punto neurálgico de la agenda estratégica boliviana para el Siglo XXI. Basta pensar en el tamaño de nuestro vecino, en el hecho que nuestra mayor frontera de lejos es con el Brasil, en la diversidad de temas que nos vinculan, como ser la cuestión de los migrantes ilegales en ambos países, en las hidroeléctricas, el tema del narcotráfico, el Mutún, el Pantanal, el intercambio comercial y la navegación fluvial, como algunos de los puntos cruciales de dicha agenda. También la construcción de “confianza mutua” con Chile posiblemente podría ser más equilibrada, sin las altanerías silalescas que aún perduran y trasminan toda la relación, si logramos establecer un vínculo más claro y más estrecho con el Brasil.


Es de destacar que Zibechi centra su enfoque en los bienes comunes, que podríamos definir como el conjunto de recursos, servicios y espacios comunes que debe ser gestionado sosteniblemente en beneficio de la colectividad, como ser agua, servicios ambientales, paisajes, suelos, biodiversidad, etc. Sin duda, la disputa internacional crece en torno a las condiciones que presidirán su aprovechamiento en la medida que el deterioro ambiental y la injusticia social avanzan sin cesar.


A modo de conclusión, podemos apreciar que la intervención norteamericana en Colombia está empezando a desatar procesos de integración indispensables para todos los países de la región, a modificar comportamientos anquilosados y a rever nuestra región desde la perspectiva de un futuro común y compartido, como forma de defensa de nuestros recursos y de nuestra formas de encarar el futuro, lo cual en buen romance significa no otra cosa que defender nuestros sueños y proyectos, pues esa es la fuerza motriz de todo desarrollo humano.

"… quiero garantizarte compañero Evo, que pienso que tú empezaste una nueva era, Bolivia nunca más será la misma, porque este pueblo descubrió que ahora es posible avanzar y que ahora que conquistaron libertad, están aprendiendo el valor de la libertad, Bolivia nunca más retrocederá, yo tengo certeza que tú comenzaste la construcción de una gran nación en el continente Sudamericano" (Presidente Lula, durante actos de suscripción de acuerdos entre Brasil y Bolivia en Villa Tunari, el 22/08/2009).


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