miércoles, 2 de junio de 2010

Una ola gigantesca de repudio contra Israel recorre el mundo


Emilio Marín (LA ARENA)

Israel ya estaba súper desprestigiado por sus crímenes en Gaza, Cisjordania y El Líbano. Ahora lo está en mayor grado aún, luego de asesinar y herir personas desarmadas en un barco, en aguas internacionales.


Una flotilla de seis barcos con 750 solidarios con el pueblo bloqueado en Gaza, portaba 10.000 toneladas de medicinas, alimentos y otros productos. Tres eran de bandera turca y habían zarpado de Chipre, en su última parada antes de llegar al puerto de Gaza, su destino. La caravana había sido fletada por la organización humanitaria turca Insani Yardim Vakfi, la Campaña Europea para Acabar el Asedio de Gaza (ECESG), su seccional de Grecia, la campaña sueca 'Barco a Gaza' y el Movimiento "Free Gaza".

Allí viajaban personas desarmadas. "La única arma que llevaba mi hijo era su cámara de video", declaró la mamá de español David Segarra, representante de Telesur. Pero el fin humanitario y la condición pacífica de los navegantes no fueron impedimento para que el 31 de mayo fueran asaltados por unidades de elite israelitas. Estas se descolgaron de helicópteros, con la nocturnidad habitual de las masacres, y llegaron a la cubierta del barco Mavi Marmara disparando ráfagas de sus fusiles.

El saldo provisional, porque el gobierno de Israel no ha querido dar mayores detalles, es que 16 personas fueron asesinadas y entre 35 y 50 más fueron heridas. El ministro de Defensa, Ehud Barak, alabó a los atacantes: "conozco a las unidades implicadas y a sus comandantes. Son lo mejor de nuestra gente".

El navío atacado estaba en aguas internacionales, a 65 kilómetros de la costa, por lo que el crimen de guerra tiene más condimentos aún de ilegalidad y hasta de genocidio. Así lo han entendido la casi totalidad de los gobiernos del mundo, que han hecho oír su repudio y el reclamo de investigación y castigo a las autoridades israelitas. Naciones Unidas, el Vaticano, la Liga Árabe, la Unión Europea y muchos otros gobiernos han criticado en fuertes términos.

Los pronunciamientos más enérgicos provinieron del jefe de gobierno de Gaza, Ismail Haniyeh; del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas; de la citada Liga Árabe y del premier ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Este último, que había declinado visitar Buenos Aires como protesta contra el gobierno de Mauricio Macri, estaba en Santiago de Chile cuando el ataque sionista y regresó a Ankara.

La cancillería argentina adoptó una justa posición. El comunicado afirmó que "Argentina lamenta profundamente la pérdida de vidas humanas producida en este episodio y efectúa un llamado a que se lleve a cabo una completa y exhaustiva investigación de los hechos ocurridos". Además, expresó su "enérgico llamado al cese inmediato de actos de violencia que agravan la situación en Medio Oriente, y al levantamiento del bloqueo a la población de Gaza, permitiendo la libre circulación de las personas y el ingreso de ayuda humanitaria a la región".

Un bloqueo ilegal

Ese último párrafo del Palacio San Martín da justo en el clavo. Es que Gaza está bloqueada en forma criminal por Israel ahora gobernado por Benjamin Netanyahu, pero las cosas estaban igual con los gabinetes anteriores, de Ehud Olmert, Ariel Sharon, Barak y el mismo Netanyahu.

En Gaza vive 1.5 millón de palestinos, absolutamente cercados por tierra, pues de un lado hay pasos cerrados por Israel y otros clausurados por Egipto. Y por mar, porque el Mediterráneo está patrullado por la armada israelita, que no les permite ni pescar en paz.

El bloqueo total de esa pequeña lonja se acentuó luego que en enero de 2006 el movimiento de resistencia islámica Hamas ganara limpiamente los comicios. En junio de 2007 y hasta hoy cayó un telón de acero sobre los puestos limítrofes terrestres. La impiedad para con los palestinos puede deducirse del hecho de que recientemente no se dejó pasar ni siquiera al lingüista estadounidense Noam Chomsky; no llevaba ningún libro-bomba sino alguno de sus premiados volúmenes.

Por mar, hasta ahora había sido imposible que se arrimara un barco con alimentos, pero al menos no se lo había abordado militarmente y disparado a matar. El intento abortado el lunes 31 fue la octava intentona de esos movimientos de solidaridad. Y a pesar de haber sido frenado a fuego y sangre, no está escrito que vaya a ser el último por aquello que han dicho los poetas, de que cuando más negra es la noche, allá nomás está el alba. El dolor de las familias de los 16 muertos y decenas de heridos, la indignación por la cobardía de los sionistas, la sensibilidad ante los padecimientos de los pobladores de la Franja, etc, pueden motivar nuevas "Flotillas de la Paz". Alguna vez podrán atracar en el puerto de Gaza y entregar su carga solidaria.

La población cercada por tierra y agua tampoco puede confiarse del aire. De allí les llegaron más de una vez misiles, bombas y cañonazos israelitas de las campañas "Primeras Lluvias", "Lluvias de Verano", "Nubes de Otoño" (2006), "Plomo Fundido" (2009). En la última tuvieron que lamentar 1.400 muertos.

Ese bloqueo fue comparado por el jurista sudafricano John Dugard con "Crear una prisión y tirar la llave al mar", según citó el profesor Ilan Pappé. Este, de origen israelita, tuvo que exiliarse en Inglaterra por las amenazas de muerte de la derecha de su país.

Poco imaginativos para mentir

¿Cuál fue la explicación de la administración Netanyahu? Primero demonizar a los voluntarios de la flotilla, a los que presentó como traficantes de armas al servicio de Hamas. Segundo, y ligado a lo anterior, mentir con que esos navegantes recibieron a los pacíficos militares israelitas con disparos de armas de fuego y cuchillos. Debido a eso, claro, los agredidos no tuvieron más remedio que disparar y provocar esas muertes que, por supuesto, lamentan muchísimo. También hicieron un descargo: los navegantes habían arrebatado armas a los militares y las habían vuelto en contra de éstos.

Esta sarta de mentiras traen a la memoria los comunicados en la época de la dictadura militar en Argentina sobre supuestos enfrentamientos con la guerrilla, que eran excusa para matar presos políticos en "ley de fuga". También se parecen a la historia oficial de la masacre de Trelew según la cual Mariano Pujadas había arrebatado el arma a un marino y éstos se habían visto precisados a disparar y matar 16 guerrilleros.

Pero esta vez a Israel se le fue la mano. Es que entre los "extremistas islámicos" que viajaban en el Mavi Marmara había personas honorables de Turquía, Grecia, España, Argelia, Kuwait, EEUU, Reino Unido, Australia, Grecia, Canadá, Malasia, Serbia, Bélgica, Irlanda, Noruega, Suecia, Alemania y otros países. Incluso en Israel hubo gente en el puerto de Ashdod con carteles de "Free Gaza Movement".

Entre los "contrabandistas de armas" venían la irlandesa Maired Maguirre, premio Nobel de la Paz; las alemanas Annete Groth, diputada de la agrupación La Izquierda e Inge D. M. Coger, legisladora del mismo partido, y Norman Paech, también diputado germano; Marck Daly, senador de Irlanda; Henning Mankell, conocido escritor sueco, y muchas otras personalidades.

También había periodistas, como el valenciano Segarra, de Telesur, y el enviado especial del qatarí canal Al Yazira, James Elshayyal. Por eso hubo videos documentando el violento asalto; los genocidas están tomados con las manos en la masa, o sea con sus fusiles humeantes.

¿Qué explica la brutal acción de Israel? En primer término, su necesidad de mantener el cerrojo por la vía marítima. Si la flotilla llegaba a puerto, la cuerda que estrangula a los palestinos se iba a cortar. El premier dio orden de disparar para que la muerte de los solidarios de afuera confirme la muerte por hambre de los sitiados palestinos.

En segundo lugar, semejante violación de la ley internacional puede hacerla un loco o un íntimo aliado de Estados Unidos. Netanyahu es lo segundo y es responsable de asesinar palestinos, erigir el Muro del Apartheid en Cisjordania, ampliar colonias ilegales en Jerusalén Este y Cisjordania, bombardear Gaza, retener las Alturas del Golán de Siria, etc. Procede así porque cuenta con el apoyo del imperio, en particular del lobby sionista en el Departamento de Estado, Pentágono, Wall Street y los medios hegemónicos. No es de extrañar que de esos sitios no saliera ninguna condena al ataque del lunes 31 sino una hipócrita declaración de pesar y un amable pedido de investigación.

En cada país hay miles de problemas. Pero habría que tomarse un momento para que en todos se proteste por los crímenes en el Mavi Marmara y se boicotee el comercio con Tel Aviv. De lo contrario los asesinos seriales lo volverán a hacer impunemente.
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