07-12-2009]
En el aeropuerto de Lanzarote, en las Islas Canarias, empeora el estado de salud de la activista saharaui, Aminatu Haidar, en huelga de hambre desde hace más de 20 días. La defensora de los derechos humanos se encuentra en el aeropuerto tras ser deportada por Marruecos y con la autorización del Gobierno español, que permitió la entrada en Lanzarote en contra de la voluntad de la activista y en ausencia de pasaporte y documento de identidad que le fue extraído por las autoridades marroquíes.
Ahora, el médico que atiende a Aminatu, el doctor Domingo de Guzmán, ha dicho que la salud de la activista saharaui se deteriora por momentos, su reserva física se agota y existe la certeza de un riesgo de deterioro irreversible de su salud, que se aproxima y que es "incompatible" con la vida. Aminatu Haidar acusa a España de ser "cómplice" de Marruecos, así como de empujarla "hasta la muerte".
El viernes las relaciones entre España y Marruecos se tensaron cuando las autoridades marroquíes frustraron la salida de Aminatu Haidar de Lanzarote, cuando previsiblemente se había producido un acuerdo entre los dos países. En el último momento, y con la activista ya a bordo del avión, la torre de control de El Aaiún comunicó a las autoridades españolas que debían haber solicitado un plan de vuelo con 24 horas de antelación. Al día siguiente, y con la solicitud en regla, Marruecos volvió a negar la autorización para el regreso y sigue reclamando una disculpa de Haidar hacia el rey marroquí Mohamed VI por haber reclamado internacionalmente su nacionalidad saharaui.
Haidar, por su parte, es una defensora de los derechos del pueblo saharaui, una activista no violenta, que no va a cesar en denunciar las continúas violaciones de derechos humanos por parte de Marruecos.
Haidar continúa firme al rechazar la nacionalidad española o el estatuto de refugiada que le concede España, ni la posibilidad de disponer de alojamiento, y que su familia pueda reunirse con ella, que le ha ofrecido el jefe de gabinete de Exteriores, Agustín Santos, tras rechazar de nuevo Marruecos darle permiso para volar a El Aaiún. Pero el tiempo corre en contra de su salud y existe una gran preocupación si no se resuelve el conflicto en las próximas horas.
En el aeropuerto de Lanzarote, en las Islas Canarias, empeora el estado de salud de la activista saharaui, Aminatu Haidar, en huelga de hambre desde hace más de 20 días. La defensora de los derechos humanos se encuentra en el aeropuerto tras ser deportada por Marruecos y con la autorización del Gobierno español, que permitió la entrada en Lanzarote en contra de la voluntad de la activista y en ausencia de pasaporte y documento de identidad que le fue extraído por las autoridades marroquíes.
Ahora, el médico que atiende a Aminatu, el doctor Domingo de Guzmán, ha dicho que la salud de la activista saharaui se deteriora por momentos, su reserva física se agota y existe la certeza de un riesgo de deterioro irreversible de su salud, que se aproxima y que es "incompatible" con la vida. Aminatu Haidar acusa a España de ser "cómplice" de Marruecos, así como de empujarla "hasta la muerte".
El viernes las relaciones entre España y Marruecos se tensaron cuando las autoridades marroquíes frustraron la salida de Aminatu Haidar de Lanzarote, cuando previsiblemente se había producido un acuerdo entre los dos países. En el último momento, y con la activista ya a bordo del avión, la torre de control de El Aaiún comunicó a las autoridades españolas que debían haber solicitado un plan de vuelo con 24 horas de antelación. Al día siguiente, y con la solicitud en regla, Marruecos volvió a negar la autorización para el regreso y sigue reclamando una disculpa de Haidar hacia el rey marroquí Mohamed VI por haber reclamado internacionalmente su nacionalidad saharaui.
Haidar, por su parte, es una defensora de los derechos del pueblo saharaui, una activista no violenta, que no va a cesar en denunciar las continúas violaciones de derechos humanos por parte de Marruecos.
Haidar continúa firme al rechazar la nacionalidad española o el estatuto de refugiada que le concede España, ni la posibilidad de disponer de alojamiento, y que su familia pueda reunirse con ella, que le ha ofrecido el jefe de gabinete de Exteriores, Agustín Santos, tras rechazar de nuevo Marruecos darle permiso para volar a El Aaiún. Pero el tiempo corre en contra de su salud y existe una gran preocupación si no se resuelve el conflicto en las próximas horas.
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