martes, 8 de diciembre de 2009

Libertad religiosa: minaretes y crucifijos


7 de diciembre de 2009
ECUPRES
Comunicado de la Alianza Evangélica Española

En un Comunicado público la Alianza Evangélica española expresa su postura sobre la decisión tomada en Suiza, el 29 de noviembre, de prohibir la construcción de minaretes (*), así como la tomada en el Congreso español, el 1 de diciembre para retirar la simbología religiosa de las escuelas públicas.
Estos hechos, dice el Comunicado, "nos ha llevado a reflexionar y concluir algunos aspectos que consideramos básicos para la convivencia, y en los que la fe o religión personal juegan un papel fundamental". La Alianza Evangélica Española (AEE) considera por separado ambos aspectos, vinculados con la libertad y la simbología religiosa.

Los minaretes en Suiza
El domingo 29 de noviembre los y las suizas votaron masivamente a favor de la ley que prohíbe la construcción de nuevos minaretes, a pesar de la activa oposición del gobierno y de la comunidad religiosa de las diferentes creencias, quienes calificaron la iniciativa como un atentado contra la libertad religiosa en el país.
La AEE lamenta que un país defensor de las libertades como Suiza haya adoptado una decisión legal “que nos parece un paso atrás, que además supone recabar los derechos de los ciudadanos suizos de fe islámica frente a los de católicos o evangélicos que sí podrán levantar las torres de sus templos”.
Además de que esa decisión hace una diferencia de derechos en base a la fe personal, la AEE cree que esta votación responde “a una campaña de miedo al Islam” que paradójicamente convierte en la práctica a Suiza -en este aspecto concreto de las prohibiciones- en un país semejante “a aquellos que prohíben levantar templos a determinadas religiones”.
La AEE es consciente de que existen actitudes “incorrectas y condenables, e incluso auténticas barbaries en determinados grupos fundamentalistas islámicos”, al igual -recuerda- que lo que en mayor o menor medida sucede “en todos los colectivos humanos, religiosos o no”. Pero esto, entienden, “no justifica que el error de unos pocos o unos muchos se extienda al conjunto global en forma de prejuicio”.
Por otra parte, la AEE que cree que esta medida (que consideran “a todas luces insuficiente si es que se trata de frenar el Islam en Suiza”) en la práctica sólo va a servir “para dar argumentos precisamente a los grupos violentos”. Si se cree que algún grupo religioso o no religioso comete actos ilegales, “que se proceda legalmente contra ellos. Pero actuaciones de este tipo son lamentables y sólo conculcan los derechos humanos, en este caso de los islámicos, mañana no sabemos de qué grupo étnico, ideológico o político”, dicen cerrando este punto.
España: sin crucifijos en la escuela pública
La AEE afirma que en este caso la situación es muy diferente. “Consideramos que ningún grupo ideológico, religioso o no, debe monopolizar el espacio público”
Como consecuencia, la ausencia de símbolos religiosos tal y como ha decidido el Congreso “es la normalidad de la sociedad democrática plural” ya que la opción de que todos los símbolos sociales (políticos, ideológicos, religiosos) dispongan permanente y simultáneamente de este espacio “es imposible”, por lo que la AEE sostiene que “no debe considerarse esta ausencia de símbolos como un ataque a la religión o la fe”.
La AEE recuerda que “no debe confundirse la necesaria renuncia al monopolio del espacio público con el legítimo derecho a la presencia cultural religiosa”, entendiendo como tal el Belén navideño, la Pascua judía o la Fiesta del Cordero, que pone como ejemplos. En este caso, dicen, “no se trata de la acaparamiento permanente de un espacio de forma exclusiva e indefinida, sino por un espacio de tiempo concreto y por un acontecimiento cultural especial popular".
Enfatiza finalmente la AEE que tampoco supone esta ausencia de símbolos religiosos en los espacios públicos “el expulsar a la fe de la vida pública”; y aprovechan para señalar “que con el mismo respeto que las confesiones deben aceptar y defender la neutralidad del espacio público, el foro público debe estar abierto a que -como un grupo social más- las confesiones participen, opinen e influencien a la sociedad en las formas democráticamente establecidas”.
La religión, concluyen, “no es una influencia negativa, ni tiene menos derechos que cualquier fuerza social en el diálogo y la construcción de la vida pública”.


*) Minaretes son las torres de las mezquitas cuyo principal propósito es el llamado a la oración para que lo escuche la mayor cantidad de gente posible.

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