jueves, 29 de octubre de 2009
Entre el cambio y el reparto del poder
MOZAMBIQUE ANTE LAS ELECCIONES DEL 28-0
Gema Facal Lozano / Inhambane (Mozambique)
Martes 27 de octubre de 2009.
El pasado 13 de septiembre comenzó la campaña electoral en Mozambique, que culminará el 28 de octubre con las elecciones legislativas, presidenciales y de miembros de las asambleas provinciales. Esta campaña ha estado marcada por la aparición de un nuevo partido: Partido do Movimento Democrático de Moçambique (MDM), que por primera vez supone un contrapunto firme a los dos partidos principales del país: Frelimo y Renamo.
Este nuevo partido fue fundado a principios de 2009 por el alcalde de Beira, antiguo miembro de Renamo y posteriormente candidato independiente, y está constituido en torno a nuevas generaciones de ciudadanos que no se sienten representados en los programas políticos tradicionales.
MDM y su candidato a la presidencia, Daviz Simango, parecen representar la “tercera fuerza” por la que abogaban desde hace tiempo muchos intelectuales, entre ellos el difunto periodista Carlos Cardoso, para salir del estado de estancamiento en el que se encuentra el panorama político en Mozambique desde su transición a un sistema democrático y pluripartidista en 1992. Sin embargo, este cambio en el status quo ha provocado reacciones adversas.
En las elecciones legislativas, MDM sólo podrá participar en cuatro circunscripciones tras haber sido excluido de todas las demás por la Comisión Nacional de Elecciones (CNE). Esta exclusión se debe a que la documentación de un gran número de los candidatos presentados estaba incompleta o era inexistente, pero los representantes del partido aseguran tener pruebas de que fue robada dentro del propio CNE y no hubo un plazo factible para recurrir dicha exclusión. La consecuencia directa es que sólo los dos partidos mayoritarios concurren en todo el país y tienen una oportunidad real de obtener representación real.
En segundo lugar, han existido varias denuncias de ataques físicos dirigidos contra miembros de MDM y sus instalaciones, así como de amenazas reiteradas. Además, algunos desfiles de este partido tuvieron que ser cancelados, al ser saboteados por simpatizantes de Frelimo, como por ejemplo en Massinga, donde los enfrentamientos concluyeron con al menos un herido.
En base a esta situación, el sociólogo Carlos Serra dice tener “la impresión de que MDM está provocando en ciertos círculos de este país una inquietud política que supera a aquella que provocaba la de Renamo”. Representantes de la sociedad civil de Inhambane que prefieren mantenerse en el anonimato, se muestran de acuerdo con esa percepción y añaden: “Lo que pasa es que Frelimo no quiere dejar el poder, pero tiene que jugar el juego democrático impuesto por la comunidad internacional.
MDM supone por primera vez una amenaza real y ya le ha asestado dos golpes a nivel municipal en Beira, la capital económica del país”.
Historia de dos guerras En 1975, tras 11 años de lucha, Mozambique se independizó de Portugal y el Frente de Libertaçao de Moçambique (Frelimo) pasó a ser el partido único declarándose marxista leninista. El Gobierno de la entonces Rodesia (ahora Zimbaue), viendo esta decisión política como una amenaza, apoyó la formación de la Resistençia Nacional Moçambicana (Renamo), que fue también financiada por el régimen del apartheid en África del Sur. Así comenzó en 1976 una guerra civil que duraría más que la propia guerra de independencia: hasta 1992, cuando se firmaron los acuerdos de paz. En 1994 tuvieron lugar las primeras elecciones democráticas, que, igual que todos los comicios posteriores hasta la actualidad, supusieron una victoria para Frelimo, que continuó con su programa de ajuste estructural basado en las recomendaciones del FMI y el Banco Mundial.
Según el escritor Guita Jr, “se creó un Estado de democracia aparente, en el que resulta conveniente para Frelimo tener una oposición como Renamo, que no ofrece una alternativa viable pero legitima al partido como entidad democrática”. En ese contexto, a pesar de que los sondeos apuntan hacia una victoria de Frelimo con el actual presidente, Armando Emílio Guebuza, se explica la percepción de MDM como una amenaza, pero también como una posible fuerza de cambio.
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