Mientras los magnates estadounidenses siguen haciendo buenos negocios. - Viernes.21 de mayo de 2010
Que sepamos, no ha muerto ninguno de los grandes empresarios que les envían allí a defender sus negocios a punta de fusil y de bomba. Si el sofisticado ejército de los invasores ha perdido a 1.000 de sus mercenarios, ¿cuántas serán en verdad las víctimas entre la población afgana? Pero no se apuren, unas y otras, esos miles y miles de personas muertas son heroicas bajas y un justo precio a pagar en el camino hacia "la libertad". Nota de Tortuga.
YOLANDA MONGE | Washington
El dato se conoce el día en que fuerzas rebeldes han asaltado la principal base aérea estadounidense en el país.
Desde que se inició la guerra en Afganistán en 2001, los miembros del Ejército de EE UU que han perdido la vida en aquel país se elevan ya a 1.002, según una información ofrecida por el diario The New York Times, que rinde honor a todos los caídos desde finales de 2008 con la publicación de sus fotografías en una doble página.
El dato se ha conocido justo el día en que fuerzas rebeldes han asaltado la principal base aérea de EE UU en el país de los talibanes. Un contratista estadounidense ha muerto y nueve soldados de ese mismo país han resultado heridos en el ataque contra Bagram. El de hoy es el segundo asalto de los talibanes contra las fuerzas norteamericanas y de la OTAN en los dos últimos días. El martes, un ataque suicida causaba en Kabul 18 muertos, entre ellos cinco soldados de EEUU y uno de Canadá, en lo que podría suponer el inicio de la anunciada ofensiva de los talibanes contra destacados objetivos extranjeros.
El ataque a la base aérea de Bagram, localizada a unos 60 kilómetros al norte de Kabul, duró cerca de ocho horas y se inició antes del amanecer, cuando insurgentes talibanes se inmolaron cerca de la entrada de la base, sin lograr penetrar en ella. Bagram es la principal base en Afganistán de las tropas lideradas por Estados Unidos, y cuenta con la mayor pista de aterrizaje en el país. Fue usada por la ex Unión Soviética durante su invasión a Afganistán en la década de los ochenta.
Las fuerzas internacionales, comenzando por las estadounidenses, acumulan derrotas y muertos en momentos en que la nueva estrategia de contrainsurrección decidida a fines de 2009 por el presidente norteamericano, Barack Obama, apuntaba a contener el desarrollo de la insurrección en el país.
Diario El País
domingo, 23 de mayo de 2010
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