jueves, 22 de abril de 2010
Locuras nucleares
22-04-2010
John Feffer
Huffington Post
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Si el ejército ruso toma la audaz decisión de invadir Alemania, podemos simplemente destruir a esos malditos soldados comunistas con las 200 armas nucleares tácticas que tenemos en Europa. ¡Oh! ¿Qué ya no son comunistas? ¡Oh! ¿Qué Alemania y Rusia tienen actualmente excelentes relaciones? ¡Oh! ¿Qué la Guerra Fría terminó hace dos decenios?
Así que, ¿por qué tenemos todavía armas nucleares tácticas en Europa?
Como en tantas cosas que tienen que ver con armas nucleares, las políticas de EE.UU. huelen a naftalina. Pero con un nuevo Análisis de la Postura Nuclear, una reciente cumbre nuclear a la que asistieron 47 líderes mundiales, y un tratado de control de armas actualizado con Rusia, el gobierno de Obama trata de colocar las políticas nucleares en el Siglo XXI. ¿Estamos a punto de renunciar a nuestra adicción nuclear, o son sólo disparates de un adicto que teme el síndrome de abstinencia?
Antes de responder esa pregunta, probemos vuestros conocimientos nucleares.
1. Según el nuevo tratado de armas START entre EE.UU. y Rusia, un bombardero B-52 cargado con 20 ojivas nucleares se considera:
1. 20 armas nucleares
2. Un arma nuclear
3. Un imperdonable derroche de dinero
2. El nuevo Análisis de la Postura Nuclear compromete a EE.UU. a no primer uso de armas nucleares, excepto contra:
1. No miembros del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP)
2. Países que realmente nos desagradan
3. Países que se olvidan de decir: “¡Mamá! ¿Puedo?”
3. La reciente cumbre nuclear en Washington logró lo siguiente:
1. Aseguró el material nuclear de mayores amenazas como Canadá y México
2. Eliminó una porción de las 23.000 armas nucleares del mundo
3. Dio a los dirigentes de Irán, Corea del Norte y Siria una importante lección al no invitarlos a pasar dos días escuchando discursos embrutecedores y condenas mordaces.
Comencemos por los números. Según las peculiares reglas de conteo del Nuevo START, las 20 bombas nucleares que puede transportar un bombardero B-52 se consideran como una sola. Mediante este sorprendente truco de prestidigitación, EE.UU. y Rusia pueden pretender que están reduciendo dramáticamente en un 30% sus arsenales de armas nucleares desplegadas. Y sin embargo, como explica Hans Kristensen de la Federación de Científicos Estadounidenses: “con la ‘fraudulenta’ regla de conteo de bombarderos, EE.UU. y Rusia podrían, si quisieran hacerlo, desplegar más ojivas estratégicas según el Nuevo START en 2017 de lo que les hubiera permitido el Tratado de Moscú en 2012.” El Nuevo START ni siquiera toca las 20.000 armas nucleares almacenadas que constituyen la píldora suicida oculta de la humanidad. A fin de conseguir apoyo conservador para el tratado, el gobierno de Obama ha respaldado la modernización nuclear, aumentando el presupuesto para laboratorios y mantenimiento del arsenal en un 10%. No sólo no estamos reduciendo el arsenal, sino lo estamos remozando para el Siglo XXI.
Éste ha sido siempre el problema del control de armas nucleares. Suministra límites pero pocas veces ha resultado en verdaderas reducciones. Desde luego el Nuevo START es importante de muchas maneras. Refuerza la confianza entre dos países que no han sido exactamente los mejores amigos, incluso después del fin de la Guerra Fría. Refuerza los requerimientos de verificación, que pueden preparar el terreno para mejores tratados en el futuro. Y muestra que el gobierno de Obama está dispuesto a dar pasos, aunque sean muy modestos, hacia su objetivo declarado de abolición nuclear. Pero la relación del nuevo START con la abolición nuclear es como la relación entre carraspear y pronunciar un discurso.
Lo que nos lleva al nuevo Análisis de la Postura Nuclear (APN). Obama presentó una política de no primer uso que tiene tantas excepciones como un plan de atención sanitaria. Comprendo la importancia conceptual de una política de no primer uso. Pero generalmente EE.UU. ha hecho cualquier cosa que considere necesaria en nombre de la “seguridad nacional,” de modo que no puedo imaginar que una cláusula en el APN ate las manos del presidente. Más importante sería eliminar el estatus de uso “instantáneo” de armas nucleares, y aumentar gradualmente el tiempo transcurrido entre un dedo falible y un lanzamiento irreversible. Actualmente hay un lapso de cuatro minutos para misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés). Personalmente, dormiría mejor si supiera que el presidente tiene más tiempo que el que se necesita para hervir un huevo para anular una orden que podría destruir el planeta. Otro ítem que no llegó a la edición final del APN fue la eliminación de una parte de la tríada nuclear aire-tierra-mar, una propuesta seriamente discutida en el Pentágono.
Finalmente, en la cumbre nuclear de la semana pasada, 47 líderes mundiales compitieron por conseguir tanto tiempo cara a cara con el presidente de EE.UU. como fuera posible y, entre semejantes esfuerzos, discutir maneras de mantener material nuclear de grado de armamento fuera de las manos de la gente equivocada (al-Qaida, el Tea Party Movement). Pero incluso mientras el presidente instaba al mundo a proteger existencias de material de grado de armamento –suficientes para construir 120.000 armas nucleares– EE.UU. no ha estado haciendo lo suficiente en el frente interior. “En abril de 2008, terroristas fingidos del gobierno probaron la seguridad en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, derrotaron a la fuerza protectora de guardias y lograron robar material simulado de grado de armamento y utilizarlo para crear un artefacto nuclear fingido,” escriben Peter Stockton e Ingrid Drake del Project on Government Oversight. “Y recién el año pasado, la cantidad de material de grado de armamento del que Los Alamos no pudo rendir cuentas ‘excedió los límites de alarma,’ según el Departamento de Energía.”
Los dirigentes del mundo deploraron los riesgos de proliferación nuclear; en su mayoría recomendaron especialmente la energía nuclear. Como lo demuestra el caso de Irán, no es siempre fácil hacer la distinción entre un programa nuclear que produce energía y uno que produce bombas. “El TNP veneró la energía nuclear como el premio máximo a cambio de la no proliferación,” escribe la columnista de Foreign Policy In Focus (FPIF) Frida Berrigan en The New Anti-Nuclear Movement. “No tuvo éxito. Y, con la misma importancia, la energía nuclear no es limpia, verde o barata. Mientras la minería del uranio recomienza bajo Obama, basta con visitar el Gran Cañón en Arizona (donde vuelve a comenzar la minería del uranio) o Cane Valley, Arizona (donde hay una planta de reprocesamiento de uranio) para desengañarse inmediatamente de esa propaganda de la industria de la energía nuclear.”
Un último ítem que recibió poca cobertura mediática en medio de todos los bombos y platillos nucleares fue Ataque Global Inmediato, un misil de largo alcance con una ojiva convencional que el Pentágono ha estado desarrollando durante el último decenio.
Hay varios problemas con este reemplazo para la disuasión. No es fácil para otros países determinar si estamos disparando un misil con ojiva nuclear o con armas convencionales. El ex jefe del Pentágono Donald Rumsfeld argumentó que “cualquiera en el mundo sabría que [el misil] era convencional después de su impacto, dentro de 30 minutos.” Y yo supondría que cualquiera en el mundo también sabría en 30 minutos que el contragolpe enviado en nuestra dirección era nuclear. Y luego existe el tema del coste. Los gastos en armas nucleares representan sólo una fracción del presupuesto militar general, a lo sumo un 10% si se incluyen todos los factores. Es mucho dinero, pero gastamos más en armamento convencional. Y al reducir la disuasión nuclear, el Pentágono presentará fuertes argumentos de que como compensación necesitamos gastar aún más en Ataque Global Inmediato y cosas semejantes.
Ya que hablamos de monstruos, las armas nucleares pertenecen definitivamente a la categoría de Godzilla. Representan una amenaza existencial para el planeta contra la cual ciertamente debemos unirnos. Pero no podemos olvidar los monstruos menores, más convencionales, que causan estragos a diario. Las armas nucleares nos causan pesadillas. Los monstruos convencionales nos aterrorizan durante el día.
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Foreign Policy In Focus es una red para la investigación, el análisis y la acción que reúne a más de 700 expertos y activistas que se esfuerzan por convertir a EE.UU. en un socio global más responsable. Es un proyecto del Institute for Policy Studies (IPS) en Washington. http://www.fpif.org/
Fuente: http://www.huffingtonpost.com/john-feffer/nuclear-follies_b_544824.html
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