Sharhe Chehel Hadiz
Imam Jomeiní
Traducción de Raúl González Bórnez
Décimo hadíz -III
Sobre los numerosos tipos de deseos egoístas
Se debe saber que los deseos del ego son muy variados si atendemos a sus grados y preferencias y que a veces son tan sutiles que la persona no se da cuenta de que son trampas de Satanás y pasiones egoístas si no se le pone sobre aviso y se le despierta de su distracción. A pesar de sus diferencias, todos ellos suponen un obstáculo en la senda de la verdad y un impedimento en el camino hacia Dios, aunque en diferentes grados. Algunas gentes volcadas a los deseos de manera desorbitada toman el oro y la riqueza como sus dioses, tal como Dios nos ha informado:
¿Has visto a quien ha tomado como dios a sus pasiones?
y otros versículos semejantes.
Las gentes que siguen los deseos de su ego y las mentiras de Satanás que les induce a las falsas creencias y a la moral corrupta se velan de la verdad de muchas maneras. Las gentes que cometen pecados grandes y pequeños, se alejan del camino de la verdad en la misma proporción de la gravedad de su pecado y de su capacidad destructiva. Y lo mismo le sucede a la gente que sigue deseos y placeres legítimos. Cuanto mayor sea su entrega y rendición ante ellos mayor será su extravío. Esa es otra manera de alejarse del camino de la verdad.
También existen personas que son practicantes y cumplen con los ritos y los actos formales de obediencia a las leyes de Dios por deseo de asegurarse su bienestar en la otra vida y de gobernar sus deseos y pasiones, o por deseo de obtener un grado de espiritualidad, o por temor al castigo divino y deseo de librarse de los Infiernos, que se velan de la realidad y del camino que lleva a ella de otra manera distinta.
Y están las gentes que se ocupan de pulir y disciplinar su alma para alcanzar un grado de auto control o para alcanzar el paraíso de los buenos atributos, pero que se velan de la verdad y del encuentro con ella de otra manera diferente.
Y está la gente de gnosis y del camino espiritual, buscadores del éxtasis y de estaciones místicas, que no tienen interés en nada más que en el encuentro con Dios y en alcanzar una morada de cercanía a Él y que también sufren un tipo especial de velamiento de la verdad y de las teofanías, ya que queda en ellos un resto de ilusión y de ego.
Además de estos casos existen otros pero no es éste el lugar para ocuparse de ellos.
Por tanto, cada persona, conforme a la categoría a la que pertenezca, deberá examinar su propia situación y estado y purificarse de sus deseos egoístas, para no alejarse del camino de la verdad y no extraviarse de la senda espiritual. En cada uno de esos caminos las puertas de la misericordia y de la benevolencia se encuentran abiertas para ellos.
Y Dios es el Señor de la guía y el éxito.
sábado, 27 de febrero de 2010
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