sábado, 20 de febrero de 2010

Comentario de Cuarenta hadices -LV

Sharhe Chehel Hadiz
Imam Jomeiní

Traducción de Raúl González Bórnez

Décimo hadíz -II
Censura del sometimiento a las pasiones

Dios bendito y ensalzado, censurando la sumisión al ego y a sus pasiones, ha dicho:
No sigas tus pasiones, pues te desviarían de la senda de Dios.

Y, en otro versículo, dice:
Y ¿Quién está más extraviado que quien sigue sus pasiones sin guía de Dios?

Y en un noble hadíz recogido en Al-Káfí, con una cadena de transmisión que viene del Imam Muhammad al-Báqer, la paz sea con él, se relata que dijo:
Dijo el Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios sean con él y con su familia: Dios poderoso y majestuoso dice: Juro por Mi poder, Mi majestad y Mi grandeza, por Mi luz, Mi altura y la elevación de Mi posición, que no da un siervo preferencia a sus deseos sobre Mi deseo sin que Yo le desorganice sus asuntos, complique su vida en este mundo y haga que su corazón este siempre ocupado en él. Y no le daré de él más que lo que ya tenía decretado para él.
Y juro por Mi poder, Mi majestad y Mi grandeza, por Mi luz, Mi altura y la elevación de Mi posición, que no da un siervo preferencia a Mis deseos sobre sus deseos sin que Mis ángeles le protejan, haga Yo que los cielos y la Tierra le suministren sus necesidades, respalde sus transacciones y le someta el mundo aunque éste se resista.


Este es uno de los hadices claros, cuyo texto es una prueba evidente de que mana de la pura fuente de agua fresca del conocimiento de Dios Altísimo, por mucho que su cadena de transmisión pueda ser débil. Asunto que no es éste el lugar para debatir.

En otro noble hadíz de Emir al-Muminín, la paz sea con él, se cita este mismo hadíz que estamos comentando, que se inicia de manera diferente, diciendo:
En verdad, lo que más temo para vosotros son dos cosas: …
el resto continúa de la misma forma que el hadíz ya citado de Ibn Aqíl.
Y del Imam Yafar as-Sádeq, la paz sea con él, se cita en Al-Káfí un hadíz que dice:
Estad en guardia contra vuestras pasiones de la misma manera en que estáis en guardia contra vuestros enemigos, pues no existen mayores enemigos para el ser humano que rendirse ante sus propias pasiones y lo que cosechan sus lenguas.
Es decir las consecuencias que tienen para ellos lo que hablan.

¡Oh querido! Sabe que los deseos del ego y sus pasiones no tienen fin. Si la persona da un paso en esa dirección, se verá obligado a seguir dando nuevos pasos y, si se familiariza con una de sus pasiones, pronto se verá obligado a seguir otras más. Cuando abre una puerta a los deseos de su ego, se verá forzado a abrirles muchas otras más. Ese seguimiento de sus pasiones le llevará a cometer muchos pecados y ellos le harán victima de miles de defectos que le destruirán, de tal manera que, Dios no lo quiera, todos los caminos que llevan a Dios quedarán bloqueados para ella, tal y como Dios Altísimo ha indicado en su noble Libro.
Es por esa misma causa que Emir al-Muminín, responsable de los asuntos de los musulmanes (Waliyu l-amr) y maestro e instructor espiritual de la humanidad, a quien le fue encomendada la tarea de guiar a los seres humanos, teme tanto este defecto.
Las nobles almas del Mensajero de Dios y de los Imames de la Guía, las bendiciones de Dios sean con todos ellos, siempre estuvieron preocupados de que las hojas del árbol de la profecía y la wiláya, que son los creyentes, no se desprendieran y corrompiesen.
El Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios sean con él y con su familia, decía:
Casaos y tened descendientes, pues, en verdad, yo me siento orgulloso de cada uno de vosotros, incluyendo a vuestros hijos abortados, frente al resto de las comunidades.

Es evidente que, si la persona transita ese peligroso camino, es de temer que caiga en el precipicio de la aniquilación, que sea terriblemente desgraciado y que sufra grandes penalidades por haber desobedecido a su padre verdadero, es decir al Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios sean con él y con su familia, y provocado la indignación de este noble ser que es «una misericordia para los mundos» (rahmatan lil álamín).
Por tanto, si conocéis al Mensajero de Dios y si amáis al Emir al-Muminín y a los puros descendientes de ellos, no permitáis que sus benditos corazones sufran y teman y tiemblen por vosotros.
En un noble versículo de la surat An-nur está dicho:
Por tanto ¡Mantente firme como te ha sido ordenado y también los que se han vuelto arrepentidos hacia Dios contigo!

Y se ha recogido en un hadíz que el noble Mensajero de Dios, dijo:
La sura de Hud me ha envejecido por culpa de ese versículo.
El maestro y gnóstico perfecto Shah Abadí, sea mi alma sacrificada por él, dijo de esto, teniendo en cuenta que este versículo se repite nuevamente en la surat ash-Shurá pero sin decir: y también los que se han vuelto arrepentidos hacia Dios contigo, que la razón por la cual el Mensajero de Dios menciona la sura Hud en particular es debido precisamente a que en ella Dios Altísimo le pide que también su comunidad se mantenga firme junto con él y el Mensajero teme no poder cumplir con la tarea que Dios le ha encomendado, pues capacidad para mantenerse firme el mismo sí que poseía, ya que el noble Mensajero es el lugar epifánico del Nombre divino «La justicia» (Al-‘Adl).
Por tanto ¡Oh hermano mío! Si te consideras uno de los seguidores de esta noble personalidad y te sientes aludido por la orden de la Esencia Sagrada, ven y no impidas que el noble Mensajero pueda cumplir con lo que le ha sido ordenado y deba sufrir preocupación y vergüenza por culpa de tu comportamiento inadecuado y de tus malas acciones.
Piensa cómo te sentirías tú mismo si alguno de tus hijos o familiares actuasen de manera incorrecta y pecaminosa, en contra de tu mismo comportamiento, y la vergüenza que pasarías ante los demás por culpa de ellos.
Sabe que el Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios sean con él y con su familia, y Emir al-Muminín, la paz sea con él, son los verdaderos padres de esta comunidad, tal y como él mismo ha dicho:
Yo y Ali somos los padres de esta comunidad.

Por lo tanto, cuando debamos hacer acto de presencia ante la corte divina y se eche la cuenta de nuestros actos frente a ellos y en nuestro libro de cuentas no haya más que feas y malas acciones ¡Qué mal lo pasarán estos dos nobles seres! Y ¡Qué vergüenza habrán de soportar en presencia de Dios Altísimo, Sus ángeles y Sus profetas! ¡Qué terrible injusticia habríamos cometido con ellos dos! ¡Qué desgracia nos habremos ocasionado a nosotros mismos y qué recibiremos de Dios a cambio de ello!
Así pues ¡Oh humano injustísimo e ignorantísimo! Que te oprimes a ti mismo y a tus Enviados divinos, que dedicaron toda su vida, sus bienes y su tranquilidad, a la tarea de guiarte y que sufrieron las más duras muertes y tuvieron que ver como sus hijos y las mujeres de su familia eran encarcelados y maltratados, todo por guiarte y salvarte a ti. En lugar de mostrarles tu agradecimiento a cambio de todo su esfuerzo y de tomar en cuenta sus generosos cuidados, les oprimes con tu mal comportamiento y todavía crees que sólo te perjudicas a ti mismo. Despierta un poco de tu sueño distraído y siente vergüenza de ti mismo. Déjales con los sufrimientos que les ocasionaron los enemigos de la fe. Tú que te llamas amigo de ellos no les oprimas, que la opresión, cuando procede de los amigos y de quienes se llaman amigos, es aun más impropia y odiosa.

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