lunes, 4 de enero de 2010

Otro problema para el BBVA: Bolivia prepara la nacionalización de los fondos de pensiones


Ángel Guzmán.–

Evo Morales utilizará su mayoría absoluta en la nueva Asamblea para imitar a Argentina
Evidentemente, Bolivia no es México. No tiene el mismo peso dentro del grupo BBVA. Ni se aproxima a la aportación que hace a la cuenta de resultados de la entidad que preside Francisco González: apenas el 0,5% del beneficio, frente al 25% de BBVA Bancomer.
Pero es el próximo quebradero de cabeza para Ángel Cano, el consejero delegado del BBVA, que tendrá que sufrir en sus carnes lo que su antecesor, José Ignacio Goirigolzarri, con Consolidar, la administradora de fondos de pensiones (AFP) en Argentina, pendiente todavía de que la Casa Rosada fije el importe de las compensaciones por la nacionalización (y no parece que los Kirchner tengan mucha prisa en hacerlo ni el BBVA en reclamarlas). Porque Evo Morales quiere utilizar su abrumadora mayoría absoluta en la nueva Asamblea Plurinacional para seguir los pasos de los Kirchner y nacionalizar los fondos de pensiones. Y el susto puede extenderse, porque el Gobierno de Ecuador estudia una medida similar, lo que borraría de América del Sur uno de los mejores negocios del BBVA, la administración de fondos de pensiones.
De paso, perjudicaría la alianza estratégica de bancaseguros para América Latina suscrita con el grupo Mapfre, con quien el BBVA tiene también un acuerdo de coseguro de Autos en España. Y sobre el grupo español pende la amenaza de la nacionalización del BBVA Banco Provincial de Venezuela. Entre otros peligros, como la reforma fiscal en México, ya comentada en CapitalMadrid.
Y no pueden decir en el BBVA que no estaban avisados de las intenciones de Evo Morales. Desde que está en el poder, Bolivia ha nacionalizado las centrales eléctricas de Coraní y de Guaracachi, las principales inversiones de Previsión, la AFP del BBVA, y de Futuro, la de Zurich, sin compensación alguna. Ambas tuvieron que asumir, en silencio cobarde, el rescate de 860 millones de bolivianos en bonos del TGN que por orden del Palacio Quemado se arrebató de las manos de las dos AFP. Y antes el BBVA tuvo que tragar con la orden de la transferencia de las acciones de las petroleras Chaco, Andina y Transredes, entonces en su AFP, a YPFB, valoradas en 720 millones de dólares, que se redujeron a 650 millones a precio de mercado.
Las dos AFP perdieron la Renta Dignidad, un pago vitalicio que llega a más de 700.000 bolivianos y que les reportaba 13 millones de dólares al año sólo de comisión por el pago. En el grupo español ya se ha cambiado el discurso: del "no pasa nada" que se entonaba en público hace dos meses se ha pasado a una abierta, aunque hasta ahora circunscrita al ámbito interno (no sea que se perjudique la cotización ahora que se termina el ejercicio y, de paso, el bonus de los directivos), preocupación por el futuro de los negocios del BBVA en América del Sur.
No es para menos. Previsión controla el 53% del mercado de los fondos de pensiones y el 74% de la inversión institucional de la Bolsa en Bolivia. Hasta ahora, lo que se esperaba el BBVA es que su AFP tuviera que pelear con la de Zurich para quedar sólo una que compitiera con el Estado en un sistema mixto, como señala la Ley de Pensiones del 21 de diciembre de 2008. Pero en el Palacio Quemado saben que el Estado es el primer deudor de esas AFP, que invierten el 75% de su cartera en deuda pública boliviana. Y que las dos administradoras de fondos de pensiones gestionan 3.228.5 millones de dólares, que vendrían muy bien a las debilitadas arcas públicas.
Evo Morales, que prometió que iba a ser el primero en nacionalizar los fondos de pensiones en América del Sur y que vio cómo los Kirchner le ganaron ese título, desoye a su vicepresidente, Álvaro García Llaneras; a la Historia (en 1996 las AFP, tras 30 años de gestión pública, fueron a la quiebra y tuvieron que ser rescatadas por el BBVA y por Zurich); a los analistas, que creen que la gestión pública no será capaz de obtener la rentabilidad de los fondos privados; a la Bolsa, que tiene en esas AFP a sus mayores inversores; y a los 1,2 millones de afiliados a estos instrumentos. Lo más, se limita a señalar que Bolivia "garantiza el respeto a las aportaciones individuales que ya se han hecho" a las AFP.
La nueva Carta Magna habla de que todos los servicios de seguridad pública y social deben estar "en manos del control y la administración del Estado", "sin ser privatizados, ni concesionados". El programa electoral de la Central Obrera Boliviana (COB) habla abiertamente de nacionalizaciones. Y el antiguo líder de la COB, Sócimo Paniagua, es el director de Políticas para la Previsión Social del Gobierno de Evo Morales. La reforma del sistema de fondos de pensiones está entre las cinco primeras leyes de un paquete de 100 que figuran en la agenda de la Asamblea legislativa que comenzará a celebrar sus sesiones la primera semana del año.
BBVA (y Zurich) sólo tendrán garantizado el control total de los recursos de su AFP durante seis meses, mientras dura el periodo de transición al nuevo esquema. Después, tendrán que someterse a las nuevas reglas de juego: el destino de los fondos que se nacionalicen se definirá por decreto; se baja la edad de jubilación de 65 a 60 años; se aumenta la presión impositiva con una nueva "pensión solidaria"; se reduce la comisión de administración; y la rentabilidad deberá ser superior al 8,2% logrado por las actuales AFP. El Estado será juez y parte: emitirá los títulos, administrará los fondos, supervisará el sistema y será el mayor deudor de éstos. Y tendrá la tentación (como ha pasado en Argentina) de destinar el dinero de las pensiones a sus propios fines: Evo Morales necesitará en los próximos 12 meses más de 6.500 millones de dólares para financiar 18 empresas estatales dedicadas a sectores "estratégicos".Y lo peor está por llegar. En Ecuador, Rafael Correa quiere imitar también a Cristina Fernández de Kirchner: ha tenido que bajar las pensiones de los funcionarios y de los militares, y las arcas públicas sufren por los más de 500 millones mensuales que tienen que aportar para resolver el déficit en los fondos de previsión social. La tentación de nacionalizar las AFP, entre ellas el Proveer del BBVA, está ahí. Más problemas para FG, Ángel Cano y su equipo.

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