Ante el fallo de la Corte Suprema en la causa AMIA
29 DE MAYO DE 2009
La Corte Suprema de Justicia emitió un fallo que -en palabras de su titular Dr. Lorenzetti- pretende que, después de tantas investigaciones, juicios y fallos “históricos”… “la impunidad no quede como respuesta del Poder Judicial”.
Se trata de un reconocimiento extraordinario por parte del máximo tribunal. A 15 años de la masacre de nuestros familiares y amigos en la AMIA reina la impunidad a la que cada uno de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial prometió poner fin.
¿Qué propone ahora la Corte Suprema para superar la impunidad?
La Corte se las ingenió para construir un fallo que, después de aprobar lo actuado por los jueces del Tribunal Oral, termina por reivindicar también al ex juez Galeano. Al mismo tiempo que ratifica las absoluciones de Telleldín y de todos los policías bonaerenses, descarta cualquier posible “complot” o “arquitectura” para satisfacer oscuros intereses, tal como lo denunció el mismo Tribunal Oral hace 5 años.
La Corte termina así echando tierra sobre lo poco de valor que tuvo el Juicio Oral y su pronunciamiento. En el fallo, no escriben una sola palabra sobre la probada responsabilidad de los organismos de inteligencia y seguridad en el armado de pistas falsas -incluso anteriores al atentado-, en la destrucción de pruebas o en el pago al principal acusado. Y aunque faciliten volver a “investigar” a Telleldín, saben que la “cosa juzgada” impide juzgarlo nuevamente por su “participación necesaria”.
¿Esto es re-abrir la investigación? La Corte ya habla de los límites de una nueva investigación, buscando una verdad formal ajena a la condena de los culpables.
El Dr. Lorenzetti debiera reflexionar sobre sus propias intenciones…
Cuando todo el país reconoce en la impunidad reinante una política de continuidad del Estado, el fallo de la Corte sale a enfrentar a la opinión pública.
Al relativizar el complot de todas las instituciones del Estado como responsables del encubrimiento agravado, se descalifica la hipótesis más certera de que el Estado es el principal partícipe y encubridor de uno de los crímenes más graves de la historia argentina. Lo hacen después que ese encubrimiento fuera reconocido tanto por el PEN en el Decreto 812/05, como por el Senado en el artículo 1º de la propuesta Ley de Reparación a las víctimas, y por tribunales de apelación en lo Civil.
Por este camino, la Corte no enfrenta la impunidad, la ratifica. Dicen permitir nuevas investigaciones, pero no ordenan abrir los archivos secretos.
Después de 15 años, disimulan que vienen a poner “punto final” a una causa paradigmática de terrorismo de Estado en democracia. Así satisfacen las demandas de la dirección de la DAIA/AMIA y de las embajadas de los Estados Unidos e Israel, que de inmediato apoyaron este fallo.
Parafraseando a la Corte, para que “la impunidad no quede como respuesta” es necesario abrir los archivos secretos del Estado y conformar una Comisión Investigadora Independiente.
29 DE MAYO DE 2009
La Corte Suprema de Justicia emitió un fallo que -en palabras de su titular Dr. Lorenzetti- pretende que, después de tantas investigaciones, juicios y fallos “históricos”… “la impunidad no quede como respuesta del Poder Judicial”.
Se trata de un reconocimiento extraordinario por parte del máximo tribunal. A 15 años de la masacre de nuestros familiares y amigos en la AMIA reina la impunidad a la que cada uno de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial prometió poner fin.
¿Qué propone ahora la Corte Suprema para superar la impunidad?
La Corte se las ingenió para construir un fallo que, después de aprobar lo actuado por los jueces del Tribunal Oral, termina por reivindicar también al ex juez Galeano. Al mismo tiempo que ratifica las absoluciones de Telleldín y de todos los policías bonaerenses, descarta cualquier posible “complot” o “arquitectura” para satisfacer oscuros intereses, tal como lo denunció el mismo Tribunal Oral hace 5 años.
La Corte termina así echando tierra sobre lo poco de valor que tuvo el Juicio Oral y su pronunciamiento. En el fallo, no escriben una sola palabra sobre la probada responsabilidad de los organismos de inteligencia y seguridad en el armado de pistas falsas -incluso anteriores al atentado-, en la destrucción de pruebas o en el pago al principal acusado. Y aunque faciliten volver a “investigar” a Telleldín, saben que la “cosa juzgada” impide juzgarlo nuevamente por su “participación necesaria”.
¿Esto es re-abrir la investigación? La Corte ya habla de los límites de una nueva investigación, buscando una verdad formal ajena a la condena de los culpables.
El Dr. Lorenzetti debiera reflexionar sobre sus propias intenciones…
Cuando todo el país reconoce en la impunidad reinante una política de continuidad del Estado, el fallo de la Corte sale a enfrentar a la opinión pública.
Al relativizar el complot de todas las instituciones del Estado como responsables del encubrimiento agravado, se descalifica la hipótesis más certera de que el Estado es el principal partícipe y encubridor de uno de los crímenes más graves de la historia argentina. Lo hacen después que ese encubrimiento fuera reconocido tanto por el PEN en el Decreto 812/05, como por el Senado en el artículo 1º de la propuesta Ley de Reparación a las víctimas, y por tribunales de apelación en lo Civil.
Por este camino, la Corte no enfrenta la impunidad, la ratifica. Dicen permitir nuevas investigaciones, pero no ordenan abrir los archivos secretos.
Después de 15 años, disimulan que vienen a poner “punto final” a una causa paradigmática de terrorismo de Estado en democracia. Así satisfacen las demandas de la dirección de la DAIA/AMIA y de las embajadas de los Estados Unidos e Israel, que de inmediato apoyaron este fallo.
Parafraseando a la Corte, para que “la impunidad no quede como respuesta” es necesario abrir los archivos secretos del Estado y conformar una Comisión Investigadora Independiente.
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