05-05-2010
Karl Müller
Mondialisation.ca
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Al adherirse a las Naciones Unidas 192 Estados del mundo asumieron los siguientes compromisos:
• “Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz”
• “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal”.
En la Carta de las Naciones Unidas concerniente a los deberes de los Estados miembros se afirma además:
• “Los miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos, de tal manera que no pongan en peligro la paz y seguridad internacionales”.
• “Los miembros de la Organización se abstienen, en sus relaciones internacionales, de recurrir a la amenaza o al empleo de la fuerza, sea contra la integridad territorial o la independencia política de todo Estado, sea de cualquier otra manera incompatible con los objetivos de las Naciones Unidas” .
El hecho de que algunos Estados, miembros de las Naciones Unidas, hayan contravenido en muchas ocasiones estas disposiciones no dispensa al mundo actual de estos compromisos. Bien al contrario: todas las guerras que se han llevado a cabo desde la Segunda Guerra Mundial han demostrado de manera cruel hasta qué punto era verdad lo que en 1945 los miembros fundadores de las Naciones Unidas había escrito en el inicio del preámbulo de la Carta: “Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas, resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que por dos veces en el espacio de una vida humana ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles”.
¿Es compatible con estos principios el hecho de que representantes de gobiernos y medios de comunicación ataquen verbalmente con virulencia a un país y no excluyan emprender una guerra contra él?
Esto es efectivamente lo que está ocurriendo desde hace varios años con Irán y con nuevas fuerzas en las últimas semanas y meses.
No se tiene en cuenta el hecho
• de que no es el gobierno iraní quien afirma desde hace años no querer poseer armas atómicas, sino los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), del mismo modo que los servicios de inteligencia no pueden aportar ninguna prueba tangible de un programa de armas atómicas por parte de Irán. Los informes actuales de los servicios secretos estadounidenses incluso han atestiguado que Irán no lleva a cabo un programa de armas atómicas. Algunos enemigos de Irán incluso pretenden que no se trata de demostrar la existencia de semejante programa, sino que es a este país a quien le corresponde demostrar que no lo tiene. Pero, ¿cómo puede ser esto posible cuando todo lo que Irán presenta como prueba se pone en tela de juicio?;
• de que los medios de comunicación occidentales presentan de manera errónea las declaraciones del presidente iraní concernientes a Israel y de que no se conocen planes de guerra de Irán contra Israel;
• de que probablemente existen planes de guerra israelíes contra Irán (e incluso planes de Estados Unidos), aun cuando la Carta de las Naciones Unidas prohíba todo acto de agresión;
• de que Irán es amenazado con una intervención de guerra por parte de otros países, incluso por parte de altos oficiales alemanes. Se ha hecho público el manuscrito del discurso del general alemán de la OTAN, Karl-Heinz Lather, pronunciado en Bonn ante la Comunidad de soldados católicos el 25 de marzo, precisamente durante el Día Mundial de la Paz 2010: “Además, la comunidad internacional [de hecho, los Estados miembro de la OTAN] podría verse obligada a intervenir militarmente si Irán no renuncia a sus ambiciones de armamento atómico. Parece que la acción política, la diplomacia y las sanciones no aportan solución alguna”. A continuación añadió (en contra de las obligaciones de la Carta de la ONU) que “los Estados y gobiernos [los de la OTAN] en general aceptan [por consiguiente, no siempre] un mandato de las Naciones Unidas como condición para una intervención militar [lo que, según él, no es el caso obligatoriamente];
• de que las propuestas sometidas a Irán no respetan la igualdad de derechos de todos los Estados inscrita en la Carta de las Naciones Unidas. Se ha sometido a Irán a unas exigencias sin ningún fundamento en el derecho de los tratados relativos a lo nuclear, algo que las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU respecto al programa nuclear iraní no pueden ocultar;
• de que Estados que, como Israel, Pakistán e India, se niegan a someterse al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) y disponen de un enorme arsenal de armas nucleares no son obligados a acatar dicho Tratado (por no hablar de las cinco potencias nucleares “oficiales”, que también han firmado el TNP y se han comprometido a reducir sus arsenales nucleares, incluso a suprimirlos, pero que están muy lejos de hacerlo). También en esto existe un doble rasero;
• de que no es la “comunidad internacional” quien presiona a Irán sino sobre todo Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, los cuales se han unido contra Irán y presionan a los demás países para que estos se sometan a su voluntad. La mayoría de los Estados y de los gobiernos, como por ejemplo los 118 miembros del Movimiento de los Países No Alineados, consideran de manera diferente la política de Irán y estiman que hay una posibilidad de mantener relaciones con este país y de resolver los conflictos, con lo que se desmarcan claramente del bloque político de los tres países antes mencionados, los cuales, en última instancia, sólo representan una pequeña minoría en el conjunto del mundo.
No evocaremos aquí las verdaderas razones de los planes de guerra contra Irán. Nos contentaremos con señalar que toda esta agitación guerrera es alarmante para cualquier persona que se interese razonablemente por este problema. También es cierto que todos aquellos que amenazan a Irán no quieren necesariamente la guerra. Sin embargo, allanan el terreno a este pequeño grupo de países que quieren esta guerra, en violación de la Carta de las Naciones Unidas.
Es particularmente inquietante constatar que no se oye ninguna voz contraria en estos gobiernos y estos medios de comunicación. No existe debate alguno, se contentan con bailar al son que ellos tocan aún cuando este son no tenga nada que ver con la verdad. Únicamente se les empuja para que apoyen unos proyectos políticos inconfesables.
Esta voluntad de ignorar la Carta de las Naciones Unidas no es un delito menor. Es exactamente un intento de dañar el esfuerzo de los pueblos y de los Estados de vivir en paz y en la justicia. Es una amenaza para la humanidad y por ello dentro de la comunidad internacional son muchas las personas que no quieren seguir esta vía.
En el curso de los últimos veinte años se han desencadenado varias guerras en contra de la voluntad de la comunidad internacional, con unas consecuencias dramáticas tanto para las víctimas como en lo que concierne a los costes de dichas guerras. Por consiguiente, es importante reflexionar sobre la manera de impedir una nueva guerra y sobre los medios que tenemos a nuestra disposición para hacer respetar el derecho internacional, y ello para todos los Estados.
Fuente: http://www.mondialisation.ca/index.php?context=va&aid=18902
miércoles, 5 de mayo de 2010
La campaña contra Irán y el derecho internacional
Cruce de acusaciones entre Ahmadinejad y Clinton en la cumbre nuclear de la ONU
Según el diario español El País:
Ahmadineyad reta con proseguir su programa nuclear
El presidente iraní asegura que no producirá armas atómicas y se niega al control internacional
ANTONIO CAÑO - Nueva York - 03/05/2010
Para ELPAIS
Sin concesiones ni gestos conciliadores, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha ocupado personalmente la tribuna de Naciones Unidas para advertirle al mundo de que no va a detener la investigación de energía nuclear y que no va a aceptar el control de la ONU, a la que considera un mero instrumento al servicio de Estados Unidos. Con su desafío, el líder iraní pone en primer plano una crisis que puede amenazar la estabilidad internacional y potencia el riesgo de una carrera armamentista en Oriente Próximo.
En la apertura de la conferencia para la revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), en Nueva York, Ahmadineyad, el único jefe de Estado que ha tomado la palabra, ha desmentido las sospechas de que su país esté intentando fabricar armas nucleares y ha asegurado que está siendo víctima de una campaña de intoxicación de parte de Estados Unidos y de sus aliados sin que exista "ni una sola prueba" que respalde sus acusaciones.
Las palabras del presidente iraní, que provocaron que Estados Unidos y otras delegaciones, entre ellas la de Francia, abandonaran el salón de la Asamblea General, han decepcionado a la Administración norteamericana y al propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que unos minutos antes se había dirigido al mismo foro para afirmar que "Irán tiene la responsabilidad de clarificar las dudas y las preocupaciones sobre su programa nuclear".
Estados Unidos, que debía responder en la ONU por medio de un discurso de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ve frustrada así cualquier posibilidad de resolver este conflicto a través del diálogo. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, ha declarado que Ahmadineyad había "perdido la oportunidad de aceptar sus obligaciones con la comunidad internacional".
Basado en el principio de "energía nuclear para todos y armas nucleares para nadie", el presidente iraní ha defendido su derecho a desarrollar un programa nuclear y le ha negado a Estados Unidos o a cualquiera la autoridad para inspeccionar ese programa. Tampoco a la ONU o a su Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), de las que ha dicho que están siendo "explotadas" por el Gobierno norteamericano para satisfacer su estrategia.
"El OIEA presiona a países que no tenemos armas nucleares bajo la excusa de la no proliferación mientras que es complaciente con los países que sí tienen armas nucleares y que quieren conservarlas para mantener su superioridad sobre los demás", ha manifestado. "Su único propósito", ha afirmado, "es asegurarse que se mantiene el actual monopolio".
Según Ahmadineyad, su país "no necesita armas nucleares" ni representa ningún peligro para el mundo. "La única amenaza procede", ha dicho, "del único país que ha usado hasta ahora el arma nuclear y que sigue amenazando con utilizarlas contra mi nación y otras".
Sin expectativas
Aunque el Gobierno norteamericano no había depositado grandes expectativas en este discurso, quedaba un hilo de esperanza de que Ahmadineyad llegara a Nueva York con algún tipo de oferta para negociar. No ha sido así. Su única propuesta, aunque largamente expuesta en un plan de 11 puntos, fue la de la completa destrucción de los arsenales nucleares de Estados Unidos.
No parece quedar ya más salida que la del enfrentamiento. Primero, con sanciones económicas. Después, si estas no funcionan, como creen muchos, la Administración norteamericana mantiene sobre la mesa todas las opciones posibles para asegurarse de que Irán, cuyo Gobierno aboga por la destrucción de Israel, no se hace con armamento atómico.
Esta conferencia va a ser una buena oportunidad para que Estados Unidos genere consenso internacional sobre esa causa. Varios países influyentes implicados en el desarrollo nuclear con fines pacíficos, como Brasil, Egipto o Turquía, no están muy convencidos de presionar a Irán mientras se evitan medidas contra Israel, que no es firmante del TNP y posee, aunque no de forma reconocida, armamento atómico.
Francia es actualmente el principal impulsor en el Consejo de Seguridad de una resolución con nuevas sanciones económicas para aislar al régimen iraní. Rusia y China, otros dos países con derecho a veto, han evolucionado en las últimas semanas en dirección favorable a esas sanciones, pero pretenden eliminar aquellas que puedan perjudicar a los ciudadanos iraníes. Estados Unidos, por su parte, intenta un equilibrio entre unas sanciones lo suficientemente duras como para ser eficaces y un respaldo mayoritario -unánime, a ser posible- en el Consejo de Seguridad.
Con el fin de dar la mayor legitimidad posible a su posición, Hillary Clinton tenía previsto anunciar en su discurso las cifras exactas de su arsenal nuclear, mantenido hasta ahora en secreto -excepto las que están incluidas en los acuerdos con Rusia-, así como nuevos fondos para la misión de la OIEA. Fuentes diplomáticas en la ONU estiman que la votación de esas sanciones se producirá, probablemente, tras la clausura de esta conferencia, el 28 de mayo.
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Cruce de acusaciones entre Ahmadinejad y Clinton
ELMUNDO.ES/AMÉRICA
Ricard González | Washington
Actualizado lunes 03/05/2010 13:52 horas
El lunes por la mañana se inició en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que establece las normas a nivel internacional para la producción de energía nuclear. Uno de los centros de interés de la conferencia, de aproximadamente un mes de duración, es el programa nuclear iraní, y la posible carrera nuclear que podría desencadenar en Oriente Medio.
Precisamente, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, fue uno de los primeros oradores en dirigirse a los asistentes. Como es habitual en él, Ahmadinejad utilizó un tono desafiante en su intervención, y acusó a "ciertas potencias nucleares de manipular el Consejo de Seguridad, y a la Agencia Internacional de la Energía Atómica", y de utilizar "falsos pretextos" para presionar a países que quieren desarrollar su "derecho" a producir energía nuclear, como es el caso de Irán. En el momento en que pronunciaba estas palabras, los representantes de Francia, Reino Unido, y los EEUU han abandonado la sala.
El presidente iraní ha recordado que uno de los objetivos del TNP es que las potencias nucleares se desarmen y ha acusado a estos países de ser los que realmente están violando el tratado.
Según Ahmadinejad, algunas potencias, y en concreto los EEUU, pretenden mantener sus arsenales nucleares como "herramienta para dominar a otros países". Por esta razón, ha solicitado que se establezca un calendario vinculante para eliminación de las armas nucleares en el mundo.
La respuesta de los EEUU no se ha hecho esperar, y ha sido contundente. Desde la misma tarima, Hillary Clinton ha acusado a Irán de hacer "lo que sea para desviar la atención de su historial, e intentar escapar a sus responsabilidades". Clinton calificó las palabras de Ahmadinejad de "las mismas gastadas acusaciones", y afirmó que Irán es "pone en peligro el futuro del régimen de no proliferación".
Para Clinton, es necesario que introducir en los estatutos del TNP la existencia de "castigos automáticos" contra aquellos que no cumplan, en lugar de requerir la acción del Consejo de Seguridad.
Asimismo, el Pentágono reveló que hasta septiembre de 2009 su arsenal nuclear se componía de 5.113 cabezas nucleares, indicó un alto funcionarios.
De acuerdo con sus estatutos, el Tratato de No Proliferación Nuclear se revisa de forma periódica cada cinco años. Este año, la conferencia presenta un mayor interés a causa de la tensión que ha generado el programa nuclear iraní, y por los esfuerzos que lleva a cabo Washington para convencer a la comunidad internacional de que endurezca el régimen de sanciones contra Teherán.
Puesto que Irán es uno de los 189 Estados signatarios del tratado, y es necesario que todo ellos aprueben cualquier propuesta de modificación del mismo, parece prácticamente imposible que en las próximas cuatro semanas se llegue a un acuerdo. "Es más difícil que cambiar la Constitución de los EEUU", declaró recientemente Gary Samore, el principal asesor del presidente Obama en temas nucleares.
El arsenal israelí, sobre la mesa
El TNP permite a los países firmantes la producción de energía nuclear, siempre y cuando renuncien a utilizarla con fines militares. Para hacer cumplir este requisito, el tratado incluye un mecanismo de supervisión a través de inspectores internacionales. Sin embargo, muchos expertos consideran que es fácil esconder a los inspectores un programa nuclear militar secreto, y consideran necesario cambiar el TNP para hacerlo más estricto.
Ante la imposibilidad de revisar el tratado, y el riesgo del inicio de una carrera armamentística en Oriente Medio espoleada por Irán, los EEUU están intentando llegar a acuerdos con varios Estados aliados de la región para colaborar, y así poder controlar, el desarrollo de programas nucleares. El primero en firmar este tipo de acuerdo han sido los Emiratos Árabes Unidos.
No obstante, algunos países de la región, capitaneados por Egipto, tienen una agenda diferente para la reunión: impulsar un Oriente Medio libre de armas nucleares. Estos países pretenden poner sobre la mesa el arsenal nuclear de Israel, que como no es un Estado signatario del TNP, sus limitaciones no le han constreñido a desarrollar su propio programa nuclear militar.
En su discurso, el presidente iraní criticó la "doble moral" que supone imponer sanciones a Irán por la existencia de un supuesto programa militar, que ha negado, mientras "la entidad sionista goza del apoyo y la asistencia de los EEUU y sus aliados" para poseer un potente arsenal nuclear, a pesar de ser una amenaza contra los pueblos de la región.
Además del Ahmadinejad, está previsto que participen en la reunión de este lunes la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Lady Ashton.
Un oasis nuclear en Oriente Próximo
ISRAEL: SU ESTRATEGIA DISUASIVA SE CENTRA EN TENER LA EXCLUSIVIDAD NUCLEAR EN LA REGIÓN
La ambigüedad y el secretismo han sido la constante en todos los gobiernos israelíes. Hasta Ehud Olmert, en un lapsus, reconoció que tenían la bomba.
Fernando B.
Diagonal
Martes 4 de mayo de 2010. Número 125
Según diferentes estudios, Israel posee entre 75 y 400 cabezas nucleares, lo que lo convierte en el único país de Oriente Medio en poseer este tipo de armamento. El hermetismo que rodea al programa nuclear israelí, cuyos inicios se remontan a los años ‘50, impide conocer las dimensiones exactas del arsenal. Con ayuda de Francia y Reino Unido, Israel construyó la central nuclear de Dimona, en el desierto del Neguev, que en 1965 se encontraba operativa y en condiciones de producir plutonio al nivel requerido para uso militar.
David Ben Gurion, uno de los padres del Estado de Israel y primer ministro entre 1948 y 1963, declaró que la central nuclear tenía “fines exclusivamente pacíficos”. Pero los hechos irían haciendo insostenible esta afirmación. Desde entonces, los líderes israelíes han mantenido una política de “ambigüedad nuclear”: convertido en tema tabú, nunca se ha reconocido ni tampoco negado la existencia del arsenal atómico. Esta política de imprecisión se vino abajo cuando el primer ministro Ehud Olmert declaró, en una entrevista con la cadena alemana N24 en diciembre de 2006, que “Irán aspira a tener un arma nuclear como Estados Unidos, Francia, Israel y Rusia”. Tampoco se tiene evidencia de la realización de pruebas nucleares por parte de Israel. Sin embargo, en septiembre de 1979 el satélite estadounidense Vela, diseñado para detectar explosiones nucleares, registró un destello al sur del océano Índico. Una comisión investigadora en EE UU, encargada por el presidente Carter, estableció que no había evidencias suficientes para confirmar o desmentir el origen del resplandor, aunque en un principio se atribuyó el destello a una prueba atómica. Sin embargo, Aziz Pahad, viceministro de exteriores de Sudáfrica en el Gobierno de Nelson Mandela, reconoció en 1997, en una entrevista con el periodista israelí Yossi Melman en el diario Haaretz, que el fogonazo detectado por el satélite Vela fue “una prueba nuclear” llevada a cabo por Israel y Sudáfrica. Según Pahad, “el tema nuclear era secreto, y se han destruido muchos documentos, pero quedan muchos informes que prueban la relación entre los dos países”.
Desde entonces, y gracias a su abultado gasto militar (7,3% del PIB, el sexto país en gasto militar según CIA World Factbook), Israel ha desarrollado la capacidad de lanzar sus armas nucleares desde tierra, con silos subterráneos que albergan los misiles Jericó, con un alcance de más de 11.000 kilómetros, capaces de alcanzar cualquier punto de África, Europa y Asia; desde el mar, con submarinos clase Dolphin de fabricación alemana; o desde el aire, con cazabombarderos F-16 y F-35 de fabricación estadounidense. Según el veterano periodista Seymour Hersh, Israel también tendría capacidad para miniaturizar una bomba que cupiese en un maletín.
Monopolio nuclear
En posesión de la bomba, Israel se ha concentrado en mantener la “superioridad nuclear” en Oriente Medio. Así, su objetivo ha sido evitar que otros países de la región desarrollasen capacidad nuclear, mediante sabotajes, ataques militares y acciones encubiertas del Mossad. Como ejemplos: la destrucción del reactor nuclear de Osirak (Iraq) en 1977, o el bombardeo de una instalación siria, en 2007, donde, según el diario Washington Post, se estaba construyendo una planta nuclear con asistencia norcoreana.
Hasta ahora, el uso del arsenal nuclear ha quedado descartado salvo en cuatro supuestos. Según publicó el politólogo Scott Sagan, en Planeando lo impensable: cómo las nuevas potencias usarán las armas nucleares, el aparato de Defensa israelí estableció en los años ‘60 las líneas rojas que, de cruzarse, llevarían a Israel a utilizar su arsenal:
1) Una penetración exitosa por parte de los países árabes en el territorio israelí posterior a la guerra de 1949.
2) La destrucción de la Fuerza Aérea israelí.
3) Bombardeo de saturación o ataques con agentes químicos o biológicos sobre ciudades israelíes.
4) El uso de armas nucleares contra Israel.
Estos planteamientos fueron formulados por primera vez por Ben Gurion, aunque no se concretarían hasta la llegada al poder de Levi Eshkol, a mediados de los ‘60. Según el historiador Avner Cohen, era la posibilidad de un ataque por parte de una coalición de países árabes lo que llevó a los dirigentes israelíes a desarrollar el arma atómica, de modo que Israel tuviese un “último resorte”, oficialmente denominado “Opción de Sansón”.
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Irán/USA - altibajos del renovado "romance"
De: Petrosino (petro@s6.coopenet.com.ar)
Como en toda relación que se recompone existen las "de cal y las de arena", estas últimas en este caso están a cargo de la inefable Hillary, como podemos ver en el art. de hoy de la revista Aurora adjunto infra.
La frustrada pre-candidata presidencial(¡por suerte para el mundo!), no deja absurdo por fatigar en su malhadada respuesta al discurso certero y pertinente del presidente Ahmadinejad en la conferencia por la revisión de TNP(Tratado de No Proliferación nuclear) que se está realizando en la sede de la ONU en Nueva York.
Dice la muy reventada que Irán pretende "desviar la atención de su programa nuclear"????. Lo cual es justamente lo opuesto de lo que viene ocurriendo.
Irán, uno de los suscriptores del TNP, se ha ajustado en todo momento a lo establecido en sus estatutos para el desarrollo de su programa núclear, que de ninguna manera contempla la posiblidad de construcción de armas.
Algo que la OIEA(Agencia Internacional de la Energía Atómica) dependiente de la ONU, ha verificado puntualmente. Según lo ha dejado claro en todo momento su director hasta hace poco, el Premio Nobel de la Paz, Mohamed Al Baradei.
Lo que la inicua alega como "incumplimientos" son pretenciones fuera de reglamento, vehículizadas por el nuevo director de la OIEA, más permeable a las presiones que su ilustre antecesor, que no se basan en ningún elemento objetivo, sino en "sospechas", fundadas en mentiras(como las "armas de destrucción masiva" de Sadam Husein), que tienen por único objeto fabricar excusas para dañar a Irán, aprovechándose de que éste, como país soberano, no puede resignar sus derechos legítimos ante presiones.
"Las absurdas acusaciones"(a Estados Unidos) alegadas no son otra cosa que los planteamientos razonables formulados por Ahmadenijad en la conferencia, en cuanto a que el verdadero peligro para el mundo, son los arsenales nucleares existentes, que Estados Unidos y "asociados" usan como amenaza para el logro de sus objetivos estratégicos y no los eventuales que otros países en desarrollo podrían adquirir, que aún si se concretaran serían ínfimos en comparación con los de estos y de inocua efectividad.
Vg.: Ahmadenijad dijo entre otras cosas: "las armas nucleares son indignantes y vergonzosas y le reprochó a USA y a sus aliados de usar el miedo a la proliferación nuclear para evitar que los países en vía de desarrollo accedan a la tecnología nuclear para usos civiles, en violación al Tratado de No Proliferación Nuclear".(ver: art. de IRNA en francés: "Le président iranien qualifie les armes nucléaires de "révoltantes et honteuses").).
También es falso que Irán "haya rechazado la mano que le extendió Obama al asumir", por el contrario recibió tal acto con indisimulada satisfacción y alivio(no debe ser nada grato tener a la 6ta. flota del Imperio "respirándole en la nuca" en el Golfo Pérsico), reconociendo y agradeciendo el cambio de conducta con relación a la de sus antecesores, que pretendían una sumisión completa, no una negociación. JP.
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http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Newsletter/28979/?utm_source=Noticias+diarias+Martes-TEA&utm_medium=04-05-2010%202da%20edic
Aurora Digital
Publicado 04/05/2010
Amenaza estratégica
Clinton desestimó que la política de EEUU sea una amenaza para Irán
“Irán no desviará la atención con acusaciones absurdas”
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton (foto), aseguró ayer que Irán no logrará desviar la atención sobre su programa nuclear con acusaciones "absurdas" y exigió a Teherán que cumpla con sus obligaciones internacionales.
"Irán no triunfará en sus intentos de dividir y desviar la atención", dijo la responsable de la diplomacia estadounidense en su intervención ante la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación (TNP).
Aseguró que el duro discurso contra Washington que pronunció horas antes en ese mismo foro el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, es un intento de evitar responder por su incumplimiento de los mandatos del Consejo de Seguridad y las inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
"Esta mañana, el presidente de Irán ofreció las mismas acusaciones viejas, gastadas y, algunas veces, absurdas, contra Estados Unidos y otros asistentes a esta conferencia", observó ayer Clinton.
Asimismo, señaló que "Irán es el único país presente en esta sala sobre el que la junta de gobernadores del OIEA ha declarado que incumple en la actualidad sus obligaciones".
"Ha desafiado el Consejo de Seguridad y el OIEA, y por eso afronta el aislamiento y la presión de la comunidad internacional", resaltó.
En una conferencia de prensa posterior, Clinton desestimó las afirmaciones de Ahmadinejad de que la política nuclear de Estados Unidos supone una amenaza para países como Irán.
"No parece que el presidente de Irán viniera a esta conferencia con la intención de mejorar el TNP, tal como lo ha hecho la mayoría de los asistentes a la conferencia", señaló.
La secretaria de Estado aseguró que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, "extendió la mano" a Teherán "ni bien llegó a la Casa Blanca en enero de 2009, pero el Gobierno iraní la ha rechazado".
martes, 4 de mayo de 2010
Globalización mundial de ricos contra pobres
04-05-2010
Hedelberto López Blanch
Rebelión
La globalización de la economía mundial impuesta en las últimas décadas por los países desarrollados y que demanda en primer lugar la privatización indiscriminada en todos los sectores, ha hecho crecer el número de pobres y, a la par, el núcleo de millonarios en el mundo.
Durante 2009, el año más grave de la crisis financiera, el número de multimillonarios pasó de 793 a 1.011, al tiempo que su fortuna conjunta aumentó un 50 %, desde 2,4 hasta 3,6 billones de dólares.
Para justificar el crecimiento en más de 200 multimillonarios en el último año, la revista que publicita y vanagloria a los más ricos del orbe argumenta que se debió a la “recuperación económica” que al parecer sólo ha beneficiado a los grandes magnates. Encabezando la lista de los más ricos aparece el mexicano Carlos Slim, dueño de numerosos negocios y de las telecomunicaciones en la nación azteca, con una fortuna que alcanza 53.500 millones de dólares.
El estadounidense Bill Gates, dueño y fundador del imperio Microsoft pasó al segundo puesto con la nada menos despreciable cifra de 53.000 millones de dólares. El tercer escalafón lo ocupó en esta ocasión el también estadounidense y conocido especulador financiero Warren Buffett con 47.000 millones de dólares.
Gates y Buffett, que ocupaban en 2008 el un-dos bajaron de lugar, pero no así sus fortunas que en 2009 crecieron 13.000 millones y 10.000 millones, respectivamente. Como indica un adagio, “a río revuelto ganancia de pescadores”, y eso mismo ha ocurrido pues la medida anticrisis acordada por los países desarrollados fue en primer lugar invertir dinero en salvar a los bancos y compañías en riesgo de quiebra.
La producción industrial cayó, el desempleo aumentó y los recursos se dirigieron al mercado de valores y de materias primas con la consecuente especulación en los mercados de capital.
Mientras los ya tradicionales millonarios aumentaban en 2009 sus riquezas y otro reducido grupo ascendía a esa escala social, la crisis impulsó el desempleo, provocó bancarrota masiva de granjeros, de pequeñas y medianas empresas industriales, deterioró los salarios mínimos y disminuyó considerablemente los gastos públicos en servicios sociales con el consecuente detrimento para la mayoría de la población.
Las políticas de privatizaciones, y desregulación financiera esgrimidas por el Consenso de Washington e implementadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han llevado a estas situaciones.
Un reciente informe de las Naciones Unidas aseguró que la inseguridad económica que afecta al mundo podría sumir en la pobreza a otros cien millones de personas.
Con ocasión de celebrarse en octubre último el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la Organización de Naciones Unidas (ONU) significó que actualmente 1.400 millones de personas viven en la extrema pobreza y con el encarecimiento imparable de la energía y los alimentos probablemente empeorarán las condiciones de vida de otros muchos millones.
Un anterior documento del Banco Mundial fijaba la cifra en 53 millones de personas, quienes quedarían atrapadas con ingresos por debajo de 1,25 dólares diarios y se sumarían a los 135 millones que en 2008 fueron empujadas a la pobreza por el desempleo, los aumentos de precios en alimentos y combustibles, entre otras calamidades.
El todopoderoso presidente del BM, el estadounidense Robert Zoellick, argumentaba que “la crisis económica amenaza con transformarse en una crisis humana en muchos países en desarrollo. Mientras que buena parte del mundo presta atención a los socorros bancarios y los estímulos económicos, no debemos olvidar que los pobres en los países en desarrollo están mucho más expuestos si colapsan sus economías”.
En esta ocasión Zoellick tenía razón… pero no ha hecho nada al respecto.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) denunció que la actual situación ha dificultado el acceso de las capas más vulnerables de la población latinoamericana a la alimentación y ha dejado 54 millones de personas con problemas de desnutrición en la región.
Según el representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, José Graziano da Silva, el escenario de la seguridad alimentaria de esta zona se caracteriza por una alta volatilidad de los precios de productos básicos, especialmente los alimenticios, lo que dificulta su adquisición por los más pobres, en especial los niños, las mujeres y los indígenas.
La FAO prevé que la salida de la crisis será lenta y vaticina que dejará secuelas perdurables, sobre todo en los países donde caigan la producción, el comercio, la recaudación fiscal, sean dependientes de importaciones de alimentos y energía y tengan poca demanda de sus exportaciones.
El organismo regional de la ONU plantea que la desnutrición aguda y crónica generará efectos irreversibles en millones de niños y niñas.
Desde ahora hasta 2015, cuando la ONU hipotéticamente pensaba cumplir las llamadas metas del Milenio (disminución de la pobreza, mortalidad infantil, alfabetización, etc.), se estima que morirán 1.200.000 menores de cinco años por causas relacionadas con la crisis.
El hambre, la pobreza y la desnutrición se expanden por el orbe mientras unos cuantos millonarios acaparan enormes riquezas. No cabe duda, cada vez se hace más necesario un nuevo orden económico mundial.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
domingo, 2 de mayo de 2010
Juicio de lo que se vende a quien hace de ello un uso ilícito
Bismil lahir Rahmanir Rahím
En la sección dedicada al Juicio de lo que se vende a quien hace de ello un uso ilícito, de la obra Makásib al-Muharramah del Imam Jomeini(1) leemos:
Los (kufar)(2) están obligados a respetar las ramas de la religión (mukallafín bil furu’)(3) y son castigados si no lo hacen.
Pero la mayoría de los que no son musulmanes no son kufar, ya que la mayoría de ellos son ignorantes que no poseen conocimiento (Qáser), no ignorantes que pueden saber pero no quieren saber (muqaser).
Y esto es muy evidente, ya que a la mayoría de ellos no se les pasa por la mente que las disposiciones de otras religiones sean correctas y están seguros de la corrección de sus propias creencias y de la invalidez de las creencias ajenas.
Esa misma es la opinión de los musulmanes. De la misma manera en que el musulmán corriente está convencido de la corrección de su creencia y de la invalidez del resto de las creencias y no se le pasa por la mente otra posibilidad, ya que está convencido y ha crecido educado en los principios del entorno cultural islámico, así le sucede al común de ellos, sin que exista diferencia entre ellos y nosotros en este aspecto.
(Como establece la norma de los Principios de la Jurisprudencia (Usul ul-Fiqh): La convicción es prueba.)
Es decir, aquello de lo que uno está convencido de su corrección, es una prueba ante el juicio de Dios y justifica el comportamiento propio y no le convierte en pecador y no es correcto castigar a la persona por actuar conforme a lo que ésta considera correcto con toda seguridad.
En cuanto a aquellos que no son como el común de las gentes (gaire awám), es decir, los sabios entre ellos, por el hecho de haber sido formados desde pequeños en esas convicciones y de haber crecido en un entorno no musulmán y de haberse vuelto seguros de su creencia y de la invalidez de las otras creencias, su intelecto rechaza todo lo que va en contra de sus creencias, debido a esa consolidación de sus creencias desde la niñez.
Por ello, los sabios judíos y cristianos son como los sabios musulmanes, no ven las pruebas de los demás como correctas y no tienen duda de la invalidez de esas pruebas de los otros, basándose en la certeza que poseen en la corrección de sus propias creencias y, por ello, no admiten la posibilidad de que pueda no ser así.
Efectivamente, entre ellos existen algunos que son culpables de su ignorancia. Son aquellos que admiten la posibilidad de que sus creencias estén equivocadas pero no investigan las pruebas que aportan las otras creencias, bien por animadversión hacia ellas o bien por fanatismo, como sucedió en los comienzos del Islam, en que los sabios judíos y cristianos se comportaron de esa manera.
En conclusión, los no musulmanes son iguales que los musulmanes ignorantes. Los hay que son ignorantes sin ser conscientes de ello y, por tanto, sin culpa. Esos son la mayoría. Y otros que son conscientes de su ignorancia, pero no quieren solucionarla (y, por tanto, punibles).
Las obligaciones pueden remitir a los principios doctrinales o a las ramas. Esas obligaciones lo son para todos las personas mayores de edad legal y dotadas de razón (mukal.lefín), tanto Qáser como muqaser.
Los no musulmanes son merecedores del castigo por no practicar conforme a los principios y las ramas de la creencia, pero no en términos absolutos, sino mediante el aporte de pruebas contra ellos.
De la misma manera en que sucede con los musulmanes, que son sujetos susceptibles de ser castigados por su incumplimiento de las ramas de la creencia, pero eso no significa que sean castigados por ello, independientemente de si son Qáser o muqaser, sucede con los no musulmanes, tal y como dictan la razón y los principios de la justicia.
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1. Imam Ruhollah Al-Musawi Al-Jomeiní, Makásib al-Muharramah, t. I, p. 200, Ed. Tadim wa Nash Turáz Al Imam Al-Jomeini, Teherán 1381.(2002)
2. Se entiende por kufar, aquellos que niegan y tratan de oculta la verdad revelada. (singular: káfer)
3. Ramas o ramificaciones de la religión (furu’) en el sentido que le da la escuela shiita, es decir, frente a principios (Usúl) que consisten básicamente en: Tauhid, Nubuwa y Ma’od (Unidad y unicidad divina, profecía y resurrección y vida eternal). Las ramas, por lo tanto, son los aspectos prácticos que se deducen de la crencia: purificación, oración, ayuno, peregrinación, defensa de la religion, ordenar el bien y censurar el mal, transacciones comerciales, juicios, herencia, matrimonio, divorcio, etc.
Traducción del árabe: Raúl González Bórnez
Sayyed Nasrallah a Al Rai: el Proyecto de Israel, Cerca de Su Fin
Al-Manar
30/04/2010
El secretario general de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, ha subrayado que el escándalo en torno a la supuesta transferencia de misiles Scuds de Siria a Hezbollah “sirve para presionar a Siria y Hezbollah y tratar de impedir que la Resistencia pueda defenderse.”
Sayyed Nasrallah habló durante una entrevista con el canal de televisión kuwaití Al Rai el jueves. “Su campaña ha fracasado porque Siria ha negado esta afirmación y Hezbollah tradicionalmente no realiza comentarios sobre esos temas,” dijo Sayyed Nasrallah.
Su Eminencia se preguntó acerca de las implicaciones que tal campaña tendría a nivel moral y psicológico sobre los israelíes. Él añadió que “esto va en nuestro interés y todos aquellos que apoyan a la Resistencia han quedado más tranquilos porque hemos dicho que nos defenderemos a nosotros mismos y a Líbano y que atacaremos su infraestructura si ellos atacan la nuestra.”
Sayyed Nasrallah señaló que la Resistencia es capaz de cumplir sus compromisos de defender el país. “En julio de 2006, la Resistencia demostró que poseía suficientes capacidades defensivas y el enemigo estuvo asombrado de ver lo que estaba teniendo lugar porque no esperaba hacer frente a una resistencia de este tipo. No permitiremos que tomen como blanco nuestras ciudades. Existen líneas rojas y responderemos si las cruzan y somos capaces de ello. Sin embargo, no discutimos la naturaleza de las armas que utilizaremos.”
El líder de Hezbollah dijo que la foto tomada en Damasco (el presidente Bashar el Assad, el presidente Mahmud Ahmadineyad y Sayyed Nasrallah) fue suficiente para enviar un mensaje de que las circunstancias en la región han cambiado. “Os aseguro que cualquier nueva guerra israelí será una aventura de incalculables resultados para el lado israelí y eventualmente cambiará el rostro de la región. Mis hermanos y yo no creemos que sus actos de intimidación signifiquen que vaya a haber una nueva guerra.”
En lo que se refiere al asesinato del jefe de la Resistencia, Mártir Imad Mugniyeh, Sayyed Nasrallah dijo que una represalia por dicha muerte era sólo cuestión de tiempo. “No puedo decir qué operaciones para vengar la muerte de Mugniyeh han tenido lugar y fallaron. Puedo decir que la Resistencia islámica no será laxa a la hora de vengarle. Estamos enfrascados en una batalla con el enemigo israelí y cuando nuestros líderes son muertos en cualquier parte tenemos el derecho a responder en el marco de la actual batalla. El hablar de venganza implica alguna tolerancia en su significado. Si nosotros buscáramos vengarnos matando turistas israelíes habría sido fácil hacerlo, pero no vemos el asunto desde esa perspectiva. Nosotros sabemos dónde responder y cuándo y quién es el objetivo. Los israelíes lo saben y esto es cuestión de tiempo.”
Hablando sobre el Diálogo Nacional en Líbano, Sayyed Nasrallah dijo que “nuestro aliado, el General Michel Aún amenazó con retirarse de la mesa de diálogo para protestar contra el ataque contra las armas de la resistencia. El General expresó su resentimiento contra los que utilizan esta retórica. El representante de Hezbollah fue claro cuando dijo al otro campo que si quería llevar el tema a los medios, no habría problema y si quería abordarlo en la mesa no habría problema tampoco. Algunos dicen que las armas de la Resistencia dan a Israel el pretexto para lanzar una guerra contra Líbano. Condenamos esta retórica porque contradice los axiomas más simples. No podemos aceptar la legitimidad de un ataque israelí contra Líbano y nuestro pueblo. Es cierto que existe una diferencia histórica que se remonta al establecimiento de la Resistencia. Algunos poderes políticos nunca creyeron que Israel fuera un enemigo y esta diferencia ideológica estuvo presente incluso antes de que yo naciera. La única forma de resolver esta diferencia es a través del diálogo nacional. Esto es por lo que fuimos los primeros en presentar nuestra visión sobre este tema. Algunos grupos han publicado algunas declaraciones escritas en las que insisten en que el asunto de las armas es polémico. La Resistencia, sin embargo, nunca ha gozado de un consenso a su favor en ningún país ni en ningún momento y Líbano no es una excepción. La Resistencia en 1982 no disfrutaba tampoco de un consenso, ya que había partidos que estaban en el campo de Israel y luchaban a su lado.
Sayyed Nasrallah subrayó que la Resistencia en Líbano es fuerte especialmente tras la retirada israelí de la mayoría de Líbano en 2000 y la victoria en la guerra de 2006 contra Israel. Él añadió que las armas de la Resistencia no fueron y no serán utilizadas en Líbano para cambiar la ecuación política interna o alterar la Constitución. “La Resistencia ganó la guerra, pero no pedimos el poder y nunca lo buscamos. Todo el mundo recuerda el 25 de Mayo de 2000 cuando hablé en Bint Ybeil. Dije que lo que habíamos logrado era nuestra obligación y no queríamos nada a cambio. Hicimos un llamamiento al Ejército libanés para que tomara el control pleno del territorio en el Sur de Líbano y nunca pedimos una enmienda constitucional para cambiar la distribución sectaria de los poderes en Líbano. Nuestra actuación demuestra que las ambiciones de Hezbollah no están basadas en intereses sectarios sino en intereses nacionales y debo admitir que Líbano no puede permanecer separado de la causa palestina.
En referencia a los incidentes del 7 de mayo en Beirut, el jefe de Hezbollah explicó que lo que ocurrió entonces fue para revertir una decisión injusta adoptada por el gobierno de Fuad Saniora, que estuvo dirigida en contra de las armas de la Resistencia, es decir, su red de comunicaciones, que había jugado un papel fundamental en la derrota israelí en la guerra de 2006. “Algunas antiguas figuras del 14 de Marzo admiten que aquella decisión fue un error estratégico. Ese gobierno nos atacó y buscó provocar un enfrentamiento entre el Ejército y la Resistencia. Nosotros no estábamos representados en el ejecutivo. Cuando la delegación árabe llegó a Beirut nosotros les dijimos que nuestra única demanda era que dieran marcha atrás con respecto a dicha decisión y la participación en la mesa de diálogo nacional, nada más. No fuimos nosotros los que fijamos la condición de elegir a un nuevo presidente o dar a Saniora otro mandato. Nuestras armas no fueron utilizadas ni lo serán para cambiar el equilibro político libanés. Nuestras armas están para defender Líbano y a la Resistencia y no toleraremos que sean atacadas, porque ellas son legítimas, según todos los estándares.
Sobre las investigaciones relativas al asesinato del ex primer ministro Rafiq Hariri, Sayyed Nasrallah advirtió que Hezbollah no confía en el panel que lleva a cabo la investigación. “Tenemos evidencias que no nos permiten confiar en el panel ni en el propio Tribunal (Especial para Líbano). Si el panel no prueba que esté realizando una investigación técnica y seria reconsideraremos nuestra cooperación con él. Mohammed Zuhair Siddiq, por ejemplo, realizó un par de declaraciones y por primera vez implicó a algunos operativos de Hezbollah en el crimen. Siddiq es un falso testigo que engañó al panel de investigación y a todo el mundo y su falso testimonio llevó a la detención de cuatro generales, la muerte de decenas de trabajadores sirios en Líbano y podría haber llevado incluso a una guerra en la región. Él está todavía en fuga y la portavoz del tribunal dijo que éste no tiene nada que ver con Siddiq. ¿Cómo es eso? Nosotros hemos pedido formalmente al gobierno libanés que arreste a Siddiq con independencia de donde se encuentre, ya sea en los EAU o en Holanda. Tenemos que saber quién ha estado detrás de él, le dio pasaportes, le suministró un refugio y le ha estado financiando. Tenemos que estar convencidos de que esta investigación está siendo realizada para dar a conocer la verdad y establecer la justicia.
Su Eminencia añadió que “si el periódico francés Le Figaro y Assiyasiyya de Kuwait y luego Der Spiegel de Alemania y ahora el francés Le Monde tuvieran razón, entonces no habría necesidad de una investigación porque el acta de acusación estaría ya preparada contra Hezbollah. Nosotros rechazamos cualquier acusación contra Hezbollah, ya sea contra el partido o contra cualquier miembro. Existe un agente del Mossad israelí que ha sido sentenciado a muerte y que confesó recoger bolsas llenas de explosivos israelíes y entregarlas en ciertos lugares. ¿Fueron esos explosivos utilizados en ataques o no? Existen pistas que conducen a Israel, pero hay una tendencia a excluir a Israel de la autoría del asesinato de Hariri del asesinato y esto es un insulto para el mártir.
Dirigiéndose a los kuwaitíes, Sayyed Nasrallah subrayó que todos los complots para dominar esta región y el proyecto israelí han fracasado y que ellos se acercan a su fin. “La última jugada es intentar crear divisiones entre shiíes y sunníes. Existen algunos shiíes y sunníes que están implicados en este plan de división y ellos saben lo que están haciendo. Eso es por lo que llamo a todos los musulmanes a comprender el peligro que encierra este proyecto.
Su Eminencia dijo que los veredictos en Egipto contra los combatientes por la libertad que ofrecieron su apoyo a la resistencia en la Franja de Gaza son políticos e injustos. Él añadió que “cuando estos hermanos fueron arrestados en Egipto, subrayamos -y he dicho eso personalmente- que ellos eran unos combatientes de la Resistencia honestos, no criminales o gente fuera de la ley o terroristas, como el juez los describió. Ellos son personas honestas y su único crimen fue el de apoyar a sus hermanos de Gaza y proporcionar ayuda a la legítima Resistencia palestina, algo que todo el mundo debería hacer. Esas personas estaban cumpliendo con su deber y todo lo demás son meras fabricaciones para justificar las medidas que han sido adoptadas contra ellos.”
Sayyed Nasrallah se dirigió a los hombres detenidos y a sus familiares. “Cuando vosotros escogisteis el camino de respaldar al pueblo palestino, sabíais que podías ser arrestados o incluso muertos como mártires en cualquier momento. Lo que habéis sufrido en prisión y las sentencias que han sido emitidas hoy son una medalla en vuestros pechos.”
El jefe de Hezbollah añadió: “Sayyed Nasrallah añadió: “Para los pueblos árabes y los musulmanes, que saben que somos detenidos y encarcelados porque creemos que Al-lah es nuestro Dios y que sólo cumplimos con Su orden al apoyar a nuestros hermanos de Palestina y Gaza, estas condenas son algo de lo que sentirse orgulloso. Por el contrario, vienen a confirmar la credibilidad de nuestra posición y compromiso con el pueblo palestino. Por supuesto, buscamos más apoyo para los palestinos, pero incluso este respaldo actual nos está costando. Sin embargo, todo esto tiene lugar bajo los ojos de Allah y por Su causa.”
Él continuó diciendo: “Por supuesto, las puertas no están cerradas en Egipto y ciertamente no vamos a permitir que esos hermanos continúen en prisión. Realizaremos un seguimiento de este caso incluso si una sentencia fuera emitida, pero buscaremos resolver los temas como hicimos ya en el pasado a través de medios legales y judiciales... Este caso ya no es un caso judicial así que quizás los únicos medios disponibles sean los políticos. Buscaremos, pues, a través de medios políticos y diplomáticos canales para resolver este tema y restablecer los derechos de nuestros hermanos y no permitiremos que queden en prisión,” añadió.
Al final de la entrevista, Sayyed Nasrallah dijo: “Esta fase actual requiere de la comunicación y diálogo entre los musulmanes sunníes y los shiíes. Debemos dirigir la atención a nuestros puntos en común y no a temas que nos separan. Tenemos mucho en común y nuestro interés es el mismo. Somos los objetivos del enemigo, particularmente cuando hablamos de complots y planes que buscan saquear nuestras riquezas y dividirnos.”
Su Eminencia advirtió que “lo que está teniendo lugar en la Palestina ocupada es extremadamente peligroso y amenaza a nuestra nación” y sugirió que “todos los musulmanes se han agrupado alrededor de esta causa común.”
Un manifiesto para pensar el presente, examinar el pasado e imaginar el futuro por un nuevo ciclo sin sionismo
02-05-2010
Nicolás Chadud Díaz
Revista Hoja de Ruta
"La justicia para los palestinos es la principal cuestión moral de nuestra era", Nelson Mandela.
El presente escrito no trata de un artículo de actualidad o reseña historiográfica-política. Por ello, no se citan textos, a penas se traen a colación algunos autores y se comparten algunas ideas o propuestas. Por tanto no se refiere a un trabajo “académico, imparcial y científico”, difícilmente algún esfuerzo intelectual sea considerado como tal. Por esta razón, se ha propuesto ensamblar una especie de manifiesto que haga aflorar un sentido crítico y reflexivo respecto a un tema complejo y sumamente decisivo: “La Izquierda y el Sionismo político”.
Este manifiesto no propone la “izquierdización del sionismo”, ni mucho menos levantar “el espíritu” de los “militantes sionistas de izquierda” para llevar a cabo algo así como una revolución social, política o económica en la tierra de Palestina. Lo que no sería posible puesto que el sionismo es en si misma una ideología que no se encuentra en la perspectiva política de emancipar a la humanidad o parte de ella, de cualquier forma de opresión y de establecer una cierta igualdad entre las personas, que les permita desarrollarse integralmente en libertad y con posibilidades ciertas de acceder a bienes materiales para cumplir dichos fines. Por tanto, referirse a la Izquierda y Derecha en la política israelí se ha convertido en algo nebuloso, extraño, paradojal. El sionismo es una ideología totalitaria en plena potencia que complejiza cualquier intento académico de la Ciencia o Sociología Política por dotarla de categorías o cualidades distintivas en su interior.
La Izquierda política se encuentra acostumbrada a utilizar un lenguaje y retórica que explicita las contradicciones de clase y económicas que existen en el sistema capitalista, lo que lógicamente impacta negativamente las relaciones humanas, entre comunidades políticas, étnicas, culturales, etcétera. Pues bien, nos proponemos dar a conocer algunas de las contradicciones de la Izquierda en cuanto a su posición respecto a las denominadas cuestión judía y cuestión palestina, dejando a la vista también que su propuesta más genuina de superar un sistema económico excluyente y desequilibrado ha ido quedando atrás, dando paso a un conformismo con suerte reformista recluido en el espacio del Estado de Bienestar y claudicando de manera fáctica la construcción de una utopía libertaria.
Por un lado, un hecho histórico significativo es que se apoya la creación del Estado de Israel como una forma de compensar los perjuicios y el intento de exterminio que sufrieron los judíos por parte del movimiento fascista en general y nazi en particular, ideología de extrema derecha que proponía un nuevo devenir para la humanidad, llevando a su máxima expresión el desarrollo de “la técnica”[1](techne) no sólo para la producción industrial de bienes, sino para instalar una efectiva industria de la muerte de opositores y de ciertas etnias que se consideraban inferiores, prescindibles y además culpables de los supuestos males que sufrían dichas sociedades. Una premisa que cobra una actualidad vertiginosa en Europa e Israel, respecto al “tratamiento” que reciben en general “los musulmanes” y los “árabes palestinos” respectivamente. Achacar a los “inmigrantes musulmanes[2]” los males que sufren las grandes economías europeas, no es sólo patrimonio de los sectores conservadores, ultra nacionalistas y derechistas, en países como Francia, Inglaterra, España o Italia. Intelectuales de la talla de Giovanni Sartori sostienen sin tibiezas que “El Islam es incompatible con la democracia”. De la misma forma que los árabes palestinos de nacionalidad israelí son percibidos por el sistema político, incluido el partido laborista[3], no sólo como ciudadanos de tercera clase en la “democracia israelí”, sino que su existencia y presencia misma se percibe como una amenaza potencial y real para ejecutar el proyecto del “Gran Israel” (Eretz Yisrael Hashlemah), anhelos que también compartía la Alemania nazi y los fundadores sionistas desde la década de los treinta.
Por esta razón principal se explica que la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas haya sido el segundo país, luego de Estados Unidos[4], en reconocer el establecimiento del Estado judío en 1948, además se pensaba que Israel sería un Estado socialista, fomentando un sistema de propiedad colectiva por medio de los Kibutz o granja colectiva para trabajar la tierra, proyecto que se esfumó rápidamente[5]. Sin embargo, es bastante común que los militantes e intelectuales izquierdistas observen con “buenos ojos” la “causa judía”, percibiéndola a lo menos como un proyecto estatal “progresista y democrático”, muy diferenciado de sus “vecinos árabes”, que son más bien “incivilizados, triviales, religiosos y tribales”, a menudo sin entender muy bien la diferencia entre un kurdo, un paquistaní, un musulmán, un tuareg, un turco, un árabe o un semita. De todas formas, lo más patético de todo es asimilar cómo militantes “izquierdistas radicales” de origen palestino que criticaban al partido Fatah por considerarlo moderado, condenaban a la OLP y Arafat por los Acuerdos de OSLO y la corrupción galopante, ahora se encuentren instalados como “nobles” funcionarios de planta o asesores en el Gobierno palestino de la ANP[6]-que efectivamente no gobierna- para supuestamente defender los derechos del pueblo palestino ¿Tanto se puede transar por un “cargo honorífico”?[7].
Es notorio que las fuerzas políticas de Izquierda o Centro Izquierda, particularmente en Europa, bastión del parlamentarismo y la socialdemocracia, que hoy en día se encuentra extraviada y desorientada en sus fines[8] y también en sus medios, se encuentren impregnadas de lo que Edward W. Said denominó como Orientalismo, lo que opera como un dispositivo discursivo; a través de unos lentes constituidos de prejuicios y objetivos políticos(definidos de antemano) para observar y representar el Mundo Árabe Islámico para conveniencia de lo que se denomina en contraposición como “Occidente”.
Lógicamente dicha perspectiva ha permeado a los diversos movimientos, partidos y gobiernos de Izquierda, inclusive aquellos que se han declarado a favor de la causa palestina y sus reivindicaciones. Nada más evidente que Gobiernos como el de Zapatero en España que se declaran en contra de la invasión a Irak, critican la colonización israelí en Cisjordania, pero es al mismo tiempo uno de los mejores Estados-proveedores de armamento sofisticado del ejercito israelí desde el año 2007, que han sido utilizado en las sucesivas invasiones a Gaza. Por su parte, la Unión Europea no ha tomado ninguna decisión en política exterior que conduzca a Israel a romper el bloqueo total de la Franja de Gaza o derribar el Muro que consolida el sistema de Apartheid. Ni siquiera se ha negado el ingreso de productos israelíes que son elaborados en las colonias instaladas en territorio palestino ilegalmente ocupado[9].
Nada más incoherente e inconsistente que la posición de los países miembros plenos de MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) que se declaran a favor de un Estado palestino y en general por la resolución pacífica del conflicto mediante el cumplimiento de las resoluciones de la ONU. Pero al mismo tiempo, establecen con Israel el primer tratado de libre comercio (TLC) con un Estado fuera de la región, que sólo falta ser ratificado por Argentina. Un acuerdo que es firmado a sabiendas que no se ha finalizado la ocupación y colonización de Palestina y, peor aún, sigue en marcha un proyecto de construir más asentamientos y anexar más y más territorio, incluido en Jerusalén, haciendo “revivir” el concepto nazi de “espacio vital”. De la misma forma el Estado chileno, presidido por dos socialistas[10], ha venido negociando un TLC con Israel, acuerdos que también posee con Corea, Estados Unidos y China, entre otros. Se hace evidente que el llamado “pragmatismo” económico financiero con el que operan los Gobiernos de cortes socialistas o socialdemócratas, tiene sumidos a las Izquierdas en una grave crisis, por su incapacidad de diferenciarse del neoliberalismo en aquellos asuntos públicos que son decisivos en las estrategias y políticas de desarrollo en los países.
Es menester declarar que el fin del Gobierno Hitleriano es percibido por el establishment político y en consecuencia por la opinión pública mundial como el fin del nazismo, nada más lejano de la realidad empírica. La “raza aria” ha devenido en un concepto del todo mesiánico: “el pueblo elegido”, pero la distinción es sumamente decisiva en nuestro tiempo, puesto que dicho proyecto totalitario capta el apoyo implícito y explicito de las grandes potencias cómplices con intereses bien específicos en la región, sin duda, pero también de países medios y pequeños cooptados por sus propias debilidades internas que permiten la oligarquización de la política, que frecuentemente se aparta del bienestar ciudadano y de la justicia a nivel nacional y mundial.
Queda en evidencia también una política comunicacional propagandista, sistemática y eficaz a nivel global para hacer “revivir o resucitar” el exterminio y horror nazi como una experiencia única, innombrable, sagrada, monstruosa e incomparable. ¿Qué importancia tienen los 1.400 palestinos acribillados en Gaza en unos pocos días? O ¿los más de 20.000 durante las últimas décadas sólo en Gaza y Cisjordania? El Estado de Israel siempre tiene una respuesta y justificación de sus crímenes: La culpa es de los terroristas de la OLP, la culpa es de la Intifada, la culpa es de Saddam Hussein, la culpa es de Arafat, la culpa es de la carta nacional de la OLP, la culpa es de Hamas, la culpa es de los movimientos islamistas y ahora último del arsenal nuclear de Irán.
En ningún lugar del planeta se asesinan a niños con tanta impunidad, en ninguna parte del planeta se le exige al pueblo ocupado velar por la seguridad del ocupante, ¡qué cosa tan insensata, sínica y poco realista! ¿En qué lugar se encuentra la Izquierda para defender la igualdad, la libertad y solidaridad con el pueblo que ha sufrido en “carne propia” las prácticas de exterminio que provienen del siglo XX y persisten en el siglo XXI? Es cierto que no se puede borrar de un plumazo la nefasta posición de los Gobiernos Árabes, incluidos los estados y gobiernos que se declaran socialistas, para instrumentalizar la causa palestina y sólo para eso, con tal de reafirmarse en el poder y asegurar sus intereses por décadas de décadas.
Un aporte para explicitar esta problemática es generar reflexión crítica para poner en evidencia la contradicción fragante entre el apoyo sistemático del proyecto racista y excluyente judío y, simultáneamente, apoyar el proyecto nacional palestino. Es posible que los grandes proyectos nacionales hayan perdido una cierta vigencia, pero dicha situación histórica no se constituye en una justificación válida para dejar a los palestinos “como carne a la intemperie, a la deriva de sus verdugos”, sujetos a una terrorífica experiencia de encierro, sujeción, control, vigilancia y castigo permanente de sus vidas. Israel ha hecho posible macro socialmente hablando, la consagración absoluta y radical del Panóptico diseñado por Bentham[11].
Una posición ambigua de los Gobiernos de Izquierda al respecto dan cuenta no necesariamente de lo ilegitimo de los valores que encarnan, sino del estado de descomposición en la cual esos valores se manifiestan en la política en sus respectivas dimensiones, puesto que no se ven reflejados en casi ningún sentido. La campaña a favor del boicot en contra de los productos y servicios israelíes[12] es fomentada más bien por militantes, movimientos internacionales y ONGs, principalmente de países más desarrollados, que en general no militan en partidos o movimientos de Izquierda, aunque por su perspectiva de la política y de lo que deben ser las relaciones humanas y económicas, sí lo son. Se debe constatar la brecha existente entre la sociedad civil y los partidos políticos que debieran representar los intereses y demandas de la misma. Más bien los partidos se han convertido en verdaderas “industrias” que “producen” “militantes-burócratas” , con escasa capacidad analítica, para engrosar los diversos estamentos del Estado y en particular los partidos socialistas, laboristas o socialdemócratas han perdido su genuina vocación internacionalista y emancipadora.
La Izquierda se encuentra en una encrucijada que ha llegado por si misma, sin proyecto y eso se refleja en la falta de estrategia, cooperación y coordinación internacional para encarar los problemas de la humanidad, paradojalmente en un momento económico en donde la Globalización Neoliberal ha mostrado graves falencias. Sin duda, Palestina se ha convertido, sin habérselo imaginado, en el centro mismo de las tensiones y conflictos que se presentan en la modernidad. Así como en un lugar de experimentación caótica en el cual se manifiestan y contra manifiestan en su mayor intensidad las teorías y prácticas del fascismo contemporáneo.
¿Será este territorio “sagrado y profanado” a su vez un punto de dislocación para ingresar a un nuevo ciclo humano disruptivo que se rebele en contra de la catástrofe que significan las teorías y prácticas raciales, coloniales e imperiales, de unos sobre otros? Y en este mismo sentido, ¿Se podrá superar el discurso civilizador y policial que ostentan quienes piensan en una supuesta superioridad moral “Occidental” en relación a “Oriente”?
Nicolás Chadud. Es politólogo e investigador.
Nota: El presente documento se ha podido llevar a cabo gracias al aporte generoso, valiente, comprometido y decidido de los miembros del Movimiento Palestino Revolucionario de Esperanza con sede en Shams Yedid e Ibdaa.
NOTAS
[1] Palabra tan de moda en nuestro tiempo. “Gobierno de especialistas y técnicos”.
[2] Que provienen sobre todos de países como Argelia, Egipto, Túnez o Marruecos que sufrieron en “carne propia” el colonialismo y el saqueo desenfrenado de sus recursos, métodos que persisten a través de políticas económicas sofisticadas y fomentadas por las oligarquías internas.
[3] El Partido Laborista israelí, el más importante de su historia, es parte de un Gobierno de “Unidad Nacional” que es integrado por partidos que se encuentran de acuerdo en transferir masivamente a los palestinos fuera de las fronteras, tal como se hizo en 1948 y 1967. A su vez, el Partido Laborista, se encuentra a favor de aplicar leyes que faciliten la expulsión de palestinos. El Partido Laborista israelí es el mejor ejemplo de lo que está convertida la Socialdemocracia de Hoy: aquella que se declara “moderna, laica, progresista, racional”.
[4] Luego de finalizar la segunda Gran Guerra, Estados Unidos de Norteamérica pasó no sólo a ser la gran potencia mundial sino también el país con mayor influencia en la región levantina(Zona de Al Shams) y norte de África(Egipto y Magreb), remplazando el poderío anglo francés que se mantuvo durante décadas.
[5] Antes del nacimiento del Estado sionista ya se excluía a los palestinos y se les negaba el acceso a la tierra.
[6] Según el portal oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado de Israel, una de las principales tareas de las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) es garantizar la seguridad global en la Margen Occidental (Cisjordania) en coordinación con la Autoridad Palestina. “Sus principales tareas incluyen consolidar los arreglos de paz; garantizar la seguridad global en la Margen Occidental en coordinación con la Autoridad Palestina; luchar contra el terrorismo, tanto dentro de Israel como más allá de sus fronteras; y mantener una capacidad de disuasión para evitar el estallido de hostilidades”. Véase en: http://www.mfa.gov.il/MFAES/Facts+About+Israel/EL+ESTADO-+Fuerzas+de+Defensa+de+Israel.htm. Esto hace evidente que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) opera bajo la tutela israelí y que Israel no tiene la más mínima intención de acabar su dominio sobre la nación palestina, como bien apuntaba Edward W. Said.
[7] Son precisamente los (no) militantes o ciudadanos oportunistas los que atentan contra los proyectos que pretenden democratizar la sociedad. Un desafío de la Izquierda en general y la Izquierda palestina en particular, si pretende volver a ser Izquierda, debería aplicar exigentes criterios de selección, ¡si selección!, para rescatar a aquellas personas preparadas que actúan por convicciones, utopías y propósitos colectivos.
[8] Sin un proyecto colectivo realmente diferenciador del libre mercado y de la democracia (no) representativa.
[9] Véase lo siguiente: ¿Es legal el boicot contra los productos israelíes? En http://www.voltairenet.org/article161496.html
[10] Se refiere a Lagos y Bachelet, que comparten militancia en el Partido Socialista de Chile, partido que posee un historial de cooperación y solidaridad mutua con la OLP.
[11] Véase la obra de Michel Foucault.
[12] Por ejemplo, el adiestramiento y “asesoría” de las Fuerzas de Defensa israelíes(FDI) con sus respectivos pares en América Latina y el Caribe para formar verdaderos ecuadores de la muerte, principalmente como un medio para combatir a opositores y defender Golpes de Estados.
Fuente:http://www.hojaderuta.org/ver_articulos.php?id_texto=557&id_revista=41
Sayyed Nasrallah: El Veredicto de Egipto Político e Injusto
Al-Manar
29/04/2010 El secretario general de Hezbollah, Sayyed Hasan Nasrallah, dijo que los veredictos de Egipto contra los luchadores de la libertad de varios países que estaban ofreciendo su apoyo a la Resistencia en la Franja de Gaza son políticos e injustos.
En una entrevista a la cadena de televisión kuwaití Al Rai, que será difundida el jueves, Sayyed Nasrallah dijo que “cuando esos hermanos fueron arrestados en Egipto, subrayamos -y lo he dicho personalmente- que ellos eran honestos combatientes de la Resistencia, no delincuentes, criminales o terroristas, como el juez les describió. Ellos son personas honradas cuyo único crimen es que estaban apoyando a sus hermanos en Gaza y proporcionando ayuda a la legítima Resistencia palestina, algo que todos deberíamos hacer. Ellos estaban cumpliendo con su obligación y todo lo demás que se ha dicho son meras fabricaciones para justificar las medidas que fueron adoptadas contra ellos.
Su Eminencia se dirigió a los miembros de la Resistencia y sus familias. “Cuando escogisteis el camino de apoyar al pueblo palestino, sabíais que podríais ser arrestados o incluso muertos como mártires en cualquier momento. Para vosotros, las sentencias que han sido emitidas hoy son una medalla de honor en vuestros pechos.”
Sayyed Nasrallah añadió: “Para los pueblos árabes y los musulmanes, que saben que somos detenidos y encarcelados porque creemos que Al-lah es nuestro Dios y que sólo cumplimos con Su orden al apoyar a nuestros hermanos de Palestina y Gaza, estas condenas son algo de lo que sentirse orgulloso. Por el contrario, vienen a confirmar la credibilidad de nuestra posición y compromiso con el pueblo palestino. Por supuesto, buscamos más apoyo para los palestinos, pero incluso este respaldo actual nos está costando. Sin embargo, todo esto tiene lugar bajo los ojos de Allah y por Su causa.
Su Eminencia continuó: “Por supuesto, las puertas no están cerradas en Egipto y no vamos dejar a estos hermanos en prisión. Haremos un seguimiento de su caso, incluso aunque sea emitida una sentencia, y buscaremos resolver este tema, como ya hicimos en el pasado a través de vias legales y judiciales. Sin embargo, éste ya no es un asunto judicial, así que quizás los únicos medios disponibles sean los políticos.”
El líder de Hezbollah concluyó diciendo: “Buscaremos, pues, mediante canales políticos y diplomáticos, resolver este tema, restablecer los derechos de nuestros hermanos y no les dejaremos en prisión.”
Un tribunal de El Cairo emitió el miércoles sentencias de cárcel contra 26 hombres a los que acusó de preparar ataques contra barcos en el Canal de Suez y otros cargos.
Los acusados dijeron, en una carta manuscrita obtenida por AFP, que ellos nunca planearon ataques en Egipto. Ellos dijeron que habían intentado ayudar al movimiento Hamas durante la ofensiva llevada a cabo en diciembre de 2008 y enero de 2009 por Israel contra el territorio palestino.
El Comité de Apoyo a la Resistencia en Palestina Condena el Veredicto Egipcio
29/04/2010 El Comité de Apoyo a la Resistencia en Palestina ha emitido una declaración en la cual condena la decisión del tribunal egipcio en contra de Mohamed Mansur (también conocido como Sami Shehab) y otros activistas de la Resistencia diciendo que era “un favor gratis hecho al enemigo.”
La declaración subrayó la necesidad de una posición árabe unificada para apoyar la causa palestina y denuncio el veredicto del tribunal egipcio como “politizado y dirigido en contra de aquellos que han cumplido con su deber de apoyar a Palestina y su pueblo asediado.”
La declaración subraya lo siguiente:
1) Sami Shehab y sus colegas han cumplido con su deber basado en su creencia y su compromiso con las causas de la nación, la principal de las cuales es la causa palestina y esto merece sólo aprecio.
2) Pedimos a todos los grupos públicos y oficiales en la República Árabe de Egipto, así como a todos los árabes y musulmanes que apoyen la causa de Sami Shehab y sus camaradas y presionen en favor de su inmediata liberación.
3) Pedimos a todos los árabes y musulmanes que respondan al grito del pueblo palestino asediado mediante el cumplimiento de sus obligaciones religiosas, fraternales y humanitarias con respecto a los lugares religiosos en Palestina y con su oprimido pueblo que está dispuesto a resistir hasta que toda Palestina sea liberada.
Grandes y pequeños "apartheids" de Israel
Charla pronunciada en la Quinta Conferencia Internacional de Bilín
Jonathan Cook
www.jkcook.net
Traducido del inglés por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.
02-05-2010
Los apologistas de Israel tienen la idea de que éste ha sido seleccionado especialmente para ejercer el escrutinio y la crítica. Me gustaría argumentar, sin embargo, que en la mayor parte de las discusiones de Israel, realmente esto se capta muy ligeramente: que muchos rasgos del régimen israelí serían considerados excepcionales o extraordinarios en cualquier otro Estado democrático.
No es sorprendente porque, como voy a argumentar, Israel no es una democracia liberal, ni siquiera «un Estado judío y democrático» como afirman sus partidarios. Es un Estado de apartheid no sólo en los territorios ocupados de Cisjordania y de la Franja de Gaza, sino también dentro del propio Israel. Hoy en los territorios ocupados la naturaleza del apartheid de la dominación israelí es irrefutable –aunque poco mencionada por los políticos o los medios de comunicación occidentales-. Pero dentro del propio Israel en gran parte se vela y se oculta. Hoy mi objetivo es tratar de correr un poco el velo.
Digo «un poco», porque necesitaría mucho más tiempo del que me han asignado para hacer justicia a este asunto. Hay, por ejemplo, unas 30 leyes que explícitamente discriminan entre judíos y no judíos, otra forma de referirse a la quinta parte de la población de Israel que son palestinos y que supuestamente disfrutan de la plena ciudadanía. También hay muchas otras leyes y prácticas administrativas israelíes que conducen a un resultado de segregación étnica incluso aunque no hagan tal discriminación explícita.
Así que en vez de intentar recorrer todos esos aspectos del apartheid israelí, déjenme que me concentre en unos cuantos rasgos reveladores, cuestiones sobre las que he hecho un informe recientemente.
Primero examinemos la naturaleza de la ciudadanía israelí.
Hace unas semanas me reuní con Uzi Ornan, un profesor de 86 años de la Universidad Técnica de Haifa, quien tiene uno de los pocos documentos de identidad israelí que indica la nacionalidad «hebrea». Para la mayoría de los demás israelíes, sus documentos y registros personales indican su nacionalidad «judía» o «árabe». Para los inmigrantes, cuya «judeidad» acepta el Estado pero está cuestionada por las autoridades rabínicas, se han aprobado alrededor de otras 130 clasificaciones de nacionalidad, principalmente relacionadas con la religión o el país de origen de la persona. La única nacionalidad que no podrá hallar en la lista es «israelí». Eso es precisamente por lo que el profesor Oman y dos docenas de personas más están luchando en los tribunales: quieren registrarse como «israelíes». Es una lucha de enorme importancia, y sólo por esta razón están seguros de que perderán. ¿Por qué?
Está en juego mucho más que una etiqueta étnica o nacional. Israel excluye la nacionalidad «israelí» para garantizar que, en el cumplimiento de su autodefinición como «un Estado judío», esto sea capaz de asignar derechos superiores de ciudadanía a la «nación» colectiva de los judíos de todo el mundo más que al conjunto de ciudadanos reales en su territorio, que incluye a muchos palestinos. En la práctica esto se hace creando dos clases principales de ciudadanía: una ciudadanía judía para «nacionales judíos» y una ciudadanía árabe para «nacionales árabes». Ambas nacionalidades fueron inventadas con eficacia por parte de Israel y no tienen ningún significado fuera de allí.
Esta diferenciación de ciudadanía está reconocida en el derecho israelí: la Ley del Retorno para judíos permite la inmigración casi automática a cualquier judío de cualquier parte del mundo que lo desee; y la Ley de Ciudadanía para no judíos determina, en unas bases completamente aparte, los derechos a la ciudadanía de la minoría palestina del país. Lo que es todavía más importante, la última ley suprime los derechos de los parientes de los ciudadanos palestinos, que fueron expulsados por la fuerza en 1948, a volver a su tierra y a sus casas. Hay, en otras palabras, dos sistemas legales de ciudadanía en Israel, que distingue entre los derechos de los ciudadanos en función de si éstos son judíos o palestinos.
Esto, en sí mismo, cumple con la definición de apartheid como quedó establecida por las Naciones Unidas en 1973: «Cualquier medida legislativa u otras medidas destinadas a impedir a un grupo o grupos raciales la participación en la vida política, social, económica y cultural del país y la creación deliberada de condiciones que impidan el pleno desarrollo de tal grupo o grupos». La cláusula incluye los derechos siguientes: «el derecho a salir y volver a su país, el derecho a una nacionalidad, el derecho a la libertad de movimiento y residencia, el derecho a la libertad de opinión y expresión».
Esta separación de la ciudadanía es absolutamente esencial para el mantenimiento de Israel como un Estado judío. Si definiera a todos los ciudadanos de manera uniforme como israelíes, debería haber sólo una ley en materia de ciudadanía; entonces, a continuación, habría consecuencias muy dramáticas. La más significativa sería que se dejaría de aplicar la Ley del Retorno a los judíos o se tendría que aplicar de la misma forma a los ciudadanos palestinos permitiéndoles traer a sus parientes exiliados a Israel -el muy temido Derecho al Retorno-. En un período más o menos largo se erosionaría la mayoría judía del país e Israel se convertiría en un Estado binacional probablemente con una mayoría palestina.
Habría muchas otras consecuencias previsibles de la ciudadanía igualitaria. ¿Los colonos judíos, por ejemplo, serían capaces de mantener su estatus privilegiado en Cisjordania si los palestinos en Yenín o Hebrón tuvieran parientes dentro de Israel con los mismos derechos que los judíos? ¿El ejército israelí seguiría siendo capaz de funcionar como un ejército de ocupación en un Estado correctamente democrático? ¿Y los tribunales de un Estado de ciudadanos iguales serían capaces de seguir haciendo la vista gorda ante las brutalidades de la ocupación? En todos estos casos parece poco probable que se pudiera mantener el statu quo.
En otras palabras, toda la estructura del gobierno de apartheid israelí dentro de Israel apoya y mantiene su régimen de apartheid en los territorios ocupados. O se mantienen ambos o caen juntos.
A continuación veamos el asunto del control de la tierra.
El mes pasado me encontré con una pareja judía israelí excepcional, los Zakais. Son excepcionales principalmente porque han desarrollado una profunda amistad con una pareja palestina dentro de Israel. Aunque he informado sobre Israel y Palestina durante muchos años, no puedo recordar haber encontrado nunca antes a un judío israelí que tuviera un amigo palestino de la manera que los tienen los Zakais.
Es cierto que hay muchos judíos israelíes que presumen de tener un amigo «árabe» o «palestino» porque bromean con el tipo cuya tienda de humus frecuentan o con el que repara su coche. También hay judíos israelíes –y son un grupo sumamente importante- que están firmemente al lado de los palestinos en batallas políticas como las de Bilín o Sheikh Jarrah en Jerusalén. En esos lugares los israelíes y los palestinos, contra viento y marea, han conseguido forjar auténticas relaciones de amistad que son vitales para derrotar al régimen de apartheid israelí.
Pero la relación de los Zakais con sus amigos beduinos los Tarabins no es esta clase de amistad. No se basa ni está configurada por una lucha política enmarcada por la ocupación de Israel. No es una amistad tímida y no tiene ningún objetivo más allá de la propia relación. Es una amistad –o al menos así me pareció- de auténtica igualdad. Una completa e íntima amistad. Cuando visité a los Zakais me di cuenta de que es una visión increíblemente inusual en Israel.
La razón de la gran separación de los mundos culturales y emocionales de los ciudadanos judíos y palestinos en Israel no es difícil de entender: viven en mundos físicos completamente separados. Viven aparte en comunidades segregadas, separadas no por elección, sino según las normas y procedimientos legales obligatorios. Incluso en el puñado de supuestas ciudades mixtas, judíos y palestinos por lo general viven aparte, en barrios distintos y claramente definidos. Y por lo tanto no es sorprendente que la cuestión a la que me condujo la visita a los Zakais fuera la pregunta de si un ciudadano palestino tiene derecho a vivir en una comunidad judía.
Los Zakais quieren alquilar a sus amigos, los Tarabins, su casa en el pueblo agrícola de Nevatim, en el Negev, actualmente una exclusiva comunidad judía. Los Tarabins se enfrentan a un serio problema de vivienda en su propia comunidad beduina vecina. Pero lo que los Zakais han descubierto es que hay aplastantes obstáculos sociales y legales para los palestinos para moverse fuera de sus guetos, en los que se supone que tienen que vivir. No solamente se opone el liderazgo elegido de Nevatim a que la familia beduina entre en su comunidad, sino también los tribunales israelíes.
Nevatim no es excepcional. Hay más de 700 comunidades rurales similares -sobre todo kibutzes y moshavim– donde se impide vivir a los no judíos. Controlan la mayor parte del territorio habitable de Israel, la tierra que una vez perteneció a los palestinos, ya fueran refugiados de la guerra de 1948 o ciudadanos palestinos a los que les han confiscado sus tierras conforme a leyes especiales.
Hoy, después de esas confiscaciones, al menos el 93% de Israel está nacionalizado -es decir, se mantiene en depósito no sólo para los ciudadanos de Israel, sino para el pueblo judío de todo el mundo- (Aquí, otra vez, deberíamos señalar una de las importantes consecuencias de la ciudadanía diferenciada que acabamos de considerar).
El acceso a la mayor parte de estas tierras nacionalizadas está controlado por comités de investigación, supervisada por organizaciones sionistas cuasi gubernamentales y que no tienen que rendir cuentas totalmente, como la Agencia Judía y el Fondo Nacional Judío. Su papel es garantizar que tales comunidades permanecen prohibidas a ciudadanos palestinos, como han descubierto precisamente los Zakais y los Tarabins en el caso de Nevatim. Allí los funcionarios han insistido en que la familia palestina no tiene ningún derecho ni siquiera a alquilar, no digamos a comprar, la propiedad de una «comunidad judía». Esta posición ha sido mantenida con eficacia por el Tribunal Supremo de Israel, que ha convenido que la familia debe someterse a un comité de investigación cuyo objetivo real es el de excluirla.
Otra vez la Convención de las Naciones Unidas de 1973 sobre «el crimen de apartheid» es instructiva: incluye las medidas «diseñadas para dividir la población según criterios raciales por la creación de reservas separadas y guetos para los miembros de un grupo racial o grupos… y la expropiación de bienes raíces pertenecientes a un grupo o grupos raciales o a miembros de éstos».
Si se ha mantenido separados a los ciudadanos judíos y palestinos con tanta eficacia -y un sistema de educación separado y severas restricciones a los matrimonios entre confesiones refuerzan esta segregación emocional y física-, ¿cómo se hicieron los Zakais y los Tarabins tan amigos íntimos?
Su caso es un ejemplo interesante, un hallazgo que descubrí cuando los encontré. Weisman Zakai es hijo de padres judíos iraquíes que inmigraron al Estado judío en sus primeros años. Cuando él y Ahmed Tarabin se conocieron siendo niños en los años sesenta, andando por los mercados de la pobre ciudad vecina de Beersheva, lejos del centro del país, encontraron que lo que tenían en común era más fuerte que las divisiones formales que supuestamente debían mantenerlos separados y temerosos. Ambos hablan el árabe con fluidez, ambos crecieron en una cultura árabe, ambos están excluidos de la sociedad askenazí judía y ambos comparten su pasión por los coches.
En su caso el sistema de apartheid de Israel fracasó en su misión de mantenerlos física y emocionalmente separados. Fracasó en hacerlos temerosos y hostiles uno con respecto al otro. Pero como los Zakais han aprendido por su cuenta, al rechazar vivir conforme a las normas del sistema de apartheid de Israel el sistema los ha rechazado. A los Zakais les han denegado la oportunidad de alquilar a sus amigos y ahora viven como parias en la comunidad de Nevatim.
Finalmente vamos a considerar el concepto de «seguridad» en Israel.
Como ya he dicho, la naturaleza del apartheid en las relaciones entre ciudadanos judíos y palestinos está velada en las esferas legales, sociales y políticas. Éstas no reflejan «el pequeño apartheid», que era una característica sudafricana: aseos, bancos de los parques y autobuses separados. Pero hay un «pequeño» caso explícito, cuando judíos y palestinos entran y salen del país por los pasos fronterizos o por el aeropuerto internacional Ben Gurión. Aquí cae la máscara y el diferente estatus de ciudadanía que corresponde a los judíos o a los palestinos se muestra totalmente programado.
Esa lección la aprendieron dos hermanos palestinos de mediana edad que entrevisté este mes. Residentes en un pueblo cerca de Nazaret, habían apoyado toda la vida al Partido Laborista y con orgullo me mostraron una descolorida fotografía en la que aparecían como anfitriones en un almuerzo para Isaac Rabín a principios de los años noventa. Pero en nuestro encuentro estaban enfadados y frustrados y prometieron que nunca más votarían por un partido sionista.
Su brutal concienciación llegó hace tres años cuando viajaban a Estados Unidos en un viaje de negocios con un grupo de agentes de seguros judíos. Para tomar el vuelo de regreso llegaron al aeropuerto JFK de Nueva York y vieron a sus colegas judíos pasar por el control de seguridad de Aerolíneas Israelíes en unos minutos. Mientras tanto a ellos los interrogaron durante dos horas e inspeccionaron minuciosamente sus equipajes.
Cuando finalmente les permitieron pasar les asignaron una guardia cuyo trabajo consistía en mantenerlos vigilados constantemente –en presencia de cientos de compañeros de viaje- antes de entrar al avión. Cuando uno de los hermanos fue al aseo sin pedir permiso la guardia le reprendió públicamente y su jefe le amenazó con impedirle subir al avión si no pedía disculpas. Este mes, por fin, un tribunal les concedió una compensación de 8.000 dólares por lo que calificó de «trato abusivo e innecesario».
Con respecto a este caso hay que tener en cuenta dos cosas. La primera es que el equipo de seguridad de Aerolíneas Israelíes admitió ante el tribunal que ninguno de los dos hermanos representaba un riesgo de ningún tipo para la seguridad. La única razón del trato especial que recibieron fue su pertenencia nacional y racial. Fue un caso obvio de perfil racial.
Lo segundo que hay que señalar es que su experiencia no es nada fuera de lo común para los ciudadanos palestinos que viajan desde o a Israel. De forma parecida estos incidentes, y mucho peores, ocurren todos los días durante tales procedimientos de seguridad. Lo que tiene de excepcional este caso es que los hermanos hayan llevado a cabo un largo y costoso proceso judicial contra las Aerolíneas.
Lo hicieron así, sospecho, porque se sintieron profundamente traicionados. Habían cometido el error de creer en la hasbará (propaganda) de los políticos israelíes de todos los colores que afirman que los ciudadanos palestinos pueden disfrutar de un estatus igual al de los ciudadanos judíos si son leales al Estado. Pensaron que por ser sionistas podrían convertirse en ciudadanos de primera clase. En la aceptación de esta conclusión habían entendido mal la realidad del apartheid inherente a un Estado judío.
Al ciudadano palestino más culto, respetable y rico siempre le irá peor en el control de seguridad del aeropuerto que al ciudadano judío de peor reputación, peor que al que exprese opiniones extremistas y peor, incluso, que a cualquier ciudadano judío con antecedentes penales.
El sistema de apartheid de Israel está ahí para mantener los privilegios judíos en un Estado judío. Y en el punto donde ese privilegio se siente más visceralmente por los judíos de a pie es en la experiencia de la vulnerabilidad de volar a miles de pies por encima de la tierra, donde a los ciudadanos palestinos hay que mostrarlos como forasteros, como enemigos, sean quienes sean y con independencia de lo que hayan o no hayan hecho.
El régimen de apartheid, como ya he indicado, se aplica a los palestinos tanto en Israel como en los territorios ocupados. ¿Pero no es el apartheid en los territorios mucho peor que en Israel? ¿No deberíamos ocuparnos más del gran apartheid de Cisjordania y la Franja de Gaza que de este apartheid más débil? Este argumento demuestra una idea peligrosamente falsa sobre la naturaleza indivisible del apartheid de Israel hacia los palestinos y sobre sus objetivos.
Es cierto que el apartheid en los territorios es mucho más agresivo que en Israel. Hay dos razones para ello. La primera es que el apartheid bajo la ocupación está mucho menos supervisado de cerca por los tribunales civiles de lo que lo está en Israel. Usted puede, para decirlo sin rodeos, librarse mucho mejor que aquí. Sin embargo la segunda y más importante razón es que el régimen israelí de apartheid en los territorios ocupados se ve obligado a ser más agresivo y cruel, y eso es porque la batalla aún no se ha ganado aquí. La lucha de la potencia ocupante para robar sus recursos –su tierra, su agua y su mano de obra- está en marcha, pero el resultado aún no está decidido. Israel se enfrenta a presiones de tiempo y de legitimidad internacional que se va desvaneciendo a medida que actúa para apoderarse de esas posesiones. Cada día que resisten hacen que esa labor sea un poco más difícil.
En Israel, en cambio, el régimen de apartheid está afianzado, alcanzó su victoria hace decenios. Los ciudadanos palestinos tienen una ciudadanía de tercera o cuarta clase; les han arrebatado casi toda su tierra; sólo les permiten vivir en sus guetos; su sistema educativo está controlado por los servicios de seguridad; sólo pueden trabajar en los pocos empleos que los judíos no quieren; tienen derecho a votar, pero no pueden participar en el gobierno, ni efectuar algún cambio político, etc.
Sin duda un destino parecido está previsto también para ustedes. El apartheid velado es la base para un enmascarado –y más legítimo- apartheid que se está planificando para los palestinos de los territorios ocupados, al menos para aquéllos a los que permitan quedarse en sus bantustanes. Y por esta razón es vital denunciar y derrotar el apartheid en Israel para resistir al apartheid que ha echado raíces aquí.
Es por lo que debemos combatir el apartheid israelí en cualquier parte donde se halle; en Jaffa o en Jerusalén, en Nazaret o en Nablús, en Beersheva o en Bilín. Es la única lucha que puede traer la justicia a los palestinos.
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Este texto corresponde a la charla pronunciada en la Quinta Conferencia Internacional de Bilín, celebrada en la aldea cisjordana de Bilín el 21 de abril de 2010.
Fuente: www.jkcook.net/Articles3/0478.htm
¿Estado versus mercado? El falso dilema
Publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 30 de abril de 2010
Este artículo muestra como la posición liberal que, en su teoría, enfatiza la importancia de priorizar los mercados sobre la intervención estatal, no se corresponde en la práctica con las políticas públicas que tal posición ha promovido, pues –tal como el artículo muestra- las políticas supuestamente liberales han favorecido el crecimiento de monopolios. De ahí que el debate político y económico no debiera centrarse en la dicotomía mercados versus estado, sino en la discusión de qué grupos y clases sociales se benefician del estado.
El desarme ideológico de las izquierdas explica que muchas de ellas hayan adoptado el esquema ideológico de las derechas, con las consecuencias que todos estamos viendo: la enorme crisis financiera y económica que estamos experimentando, y en cuya génesis encontramos las políticas liberales promovidas por los gobiernos de derechas y reproducidas en gran número de políticas llevadas a cabo por gobiernos de centroizquierdas.
Así pues, en la Unión Europea (UE), existe consenso en las instituciones europeas -desde el Consejo Europeo, a la Comisión Europea, pasando por el Banco Central Europeo-, de que hay que “apretarse el cinturón” y hacer sacrificios, lo cual quiere decir (en la mayoría de forums en que esta llamada a la austeridad se realiza) que hay que bajar los salarios (a través de reformas del mercado laboral, cuyo resultado será la disminución de la capacidad adquisitiva de las clases populares), y disminuir el gasto público para reducir el déficit y la deuda pública. Estas políticas se desarrollan dentro de un marco teórico en el que se considera que el mercado debe ser el que determine la distribución de los recursos, disminuyendo el intervencionismo del estado que dificulta el desarrollo y la eficiencia económica. Hoy, tanto las derechas como las izquierdas gobernantes comulgan con este credo. Y las diferencias políticas se reducen a cuánto mercado versus cuánto estado necesita la economía. Las izquierdas favorecen, en general, que el Estado tenga una función reguladora mayor y las derechas que la tenga menor. Pero por lo demás, ambas –las derechas y las izquierdas- coinciden en que el mercado debe ser el centro del quehacer económico.
Debido al enorme dominio de las derechas en los medios de información y persuasión, esta teoría ha alcanzado la categoría de dogma y como tal se reproduce a base de fe, en lugar de a partir de evidencia científica, puesto que ésta última demuestra claramente que este marco teórico no define la realidad existente hoy en la actividad económica que nos rodea. El Presidente Reagan, el gran gurú del pensamiento liberal (la sensibilidad dominante en las derechas, no sólo estadounidenses, sino también europeas), fue el presidente que aumentó más el intervencionismo público a base de incrementar considerablemente el gasto público durante su manato (de 21,6% al 23% del PIB) mediante el mayor crecimiento de los impuestos que un gobierno federal haya llevado a cabo en tiempo de paz en EEUU (reduciendo la carga fiscal del 20% de renta superior de la población, los más ricos de EEUU, pero aumentando la del 80% restante de la población) y permitiendo un gran crecimiento del déficit federal. El crecimiento del gasto público se dedicó, predominantemente, a tecnología militar y a subvenciones a las grandes corporaciones. Como bien dijo el ideólogo del pensamiento liberal en EEUU, John Williamson, “tenemos que reconocer que lo que el gobierno Reagan promueve a nivel internacional, no lo hace en su propio país” Institute for Internacional Economics. Washington DC. 1986).
El último ejemplo de la falsedad del modelo teórico “mercado versus estado” es lo que ocurre con el gasto farmacéutico. El capítulo farmacia consume alrededor de un 25-30% del gasto sanitario en la mayoría de países de la OCDE (en España es el 32%). Ello supone muchos millones de dólares o euros. EEUU se gasta 250.000 millones de dólares en productos farmacéuticos. Ahora bien, un porcentaje muy elevado (74%) es para comprar productos que tienen un precio inflado, resultado de estar patentado. Es decir, que para compensar lo que la industria farmacéutica define como costes de investigación, el estado le permite durante varios años tener un monopolio en la venta del producto, inflando su precio. No hay, pues, mercado que valga. Según el sistema de patentes, el estado no permite que haya mercado.
Esta práctica ocurre constantemente en el mal llamado libre mercado. Bill Gates no existiría si no hubiera sido porque el estado le dio el monopolio de Windows, prohibiendo alternativas. De ahí, la enorme fortuna de uno de los personajes más ricos del mundo. No fue el mercado, sino el estado el que creó a Bill Gates (permitiéndole unos ingresos de 60.000 millones al año, lo cual no podría ser de no existir tal patente). Pues bien, los costes que supone para la ciudadanía el sistema de patentes garantizadas por el estado se calcula que es alrededor de un 6,6% del PIB en EEUU (casi la tercera parte de los ingresos al estado federal). Recuerden que en todo ello el mercado no tiene nada que ver con eso. Estamos hablando de un monopolio garantizado por el estado.
Frente a esta situación, comienza a cuestionarse la situación monopolista garantizada por el estado. Así, Dean Baker, del Center for Economic and Policy Research de Washington (una de las mentes más claras dentro de la comunidad de economistas estadounidenses), ha propuesto que el estado sea el que haga la investigación aplicada (que realiza la industria farmacéutica), además de la básica (que realiza el gobierno federal). En la investigación farmacéutica, el gobierno federal realiza la mitad de toda la investigación que se realiza en EEUU (en sus centros de investigación sanitaria y, muy en especial, en los National Institutes of Health: NIH), centrándose en investigación básica (30.000 milloneas de dólares). Si hiciera también la otra mitad, que se centra en investigación aplicada (que ahora hace la industria farmacéutica), entonces podrían eliminarse todas las patentes, con lo cual, la sociedad y el estado se ahorrarían enormes cantidades de dinero, permitiendo además que el mercado funcionase en la distribución del producto. La intervención pública permitiría entonces el desarrollo del mercado, en lugar de obstaculizarlo como ahora, abaratando enormemente el producto. Así hoy, un nuevo tratamiento de cáncer, consecuencia de un nuevo producto basado en la ingeniería genética, cuesta 250.000 dólares al año, lo cual excluye en EEUU a la mayoría de la población. Si no existiese la patente (y el estado hubiera hecho la investigación) costaría sólo 200 dólares.
Ahora bien, en la UE esto no puede hacerse, pues la UE prohíbe que el estado intervenga para eliminar las patentes, sustituyendo a la industria privada, que requiere el monopolio. De ahí que el que termina haciendo el sacrificio es el usuario. ¿Por qué no la industria farmacéutica? Pues la respuesta es fácil de obtener. Porque la industria farmacéutica es poderosísima. Así de claro. La cuestión no es mercado versus estado, sino al servicio de quién está el estado. Y cuando se hace la petición de que hay que apretarse el cinturón siempre se piensa en las clases populares como las que tienen que hacer el sacrificio y nunca en los grandes grupos fácticos que ejercen un enorme control sobre las instituciones políticas. ¿Hasta cuándo durará esta situación?