6 de noviembre de 2009
La Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía castrense) y la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip) confrontaron ayer a presuntos paramilitares en la estado fronterizo de Táchira, a 880 kilómetros de Caracas.
La diputada venezolana Iris Varela informó sobre el encuentro armado través de la estatal Venezolana de Televisión (VTV), donde explicó que el operativo es de inteligencia y busca dar con los autores de los dos efectivos castrenses acribillados con pistolas el pasado lunes.
La operación, registrada las 11:00 horas locales (15:30), forma parte del anuncio que realizó el martes pasado el vicepresidente de Venezuela, Ramón Carrizález, sobre el combate frontal a paramilitares colombianos que crucen a territorio venezolano.
En esa ocasión, el vicepresidente explicó que se actuará con contundencia para solventar el problema fronterizo a través del incremento de la cantidad de efectivos militares venezolanos en la frontera con Colombia, una línea fronteriza de 2.220 kilómetros.
Varela, quien es integrante de la comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional (AN), añadió que las fuerzas chocaron en un caserío abandonado de una finca en el sector Potreros, localizada en la población San Antonio del Táchira.
La diputada señaló que en la acción se logró la captura de cinco ciudadanos y la incautación de un radio trasmisor, un arma de fuego y una granada.
"Nuestros efectivos están tras la pista certera de fuerzas irregulares, en especial de las Fuerzas Unidas (de Autodefensa) de Colombia, para dar con las mafias del contrabando de gasolina, agua y alimentos" de Venezuela hacia Colombia, concluyó Varela.
Dos efectivos de la GNB fueron acribillados con pistolas la tarde del lunes en el puesto de control fronterizo El Patoral, ubicado entre las poblaciones Ureña y San Antonio en el estado Táchira.
Efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) precisaron que los asesinos pasaron por el punto de control en motocicletas y, sin mediar palabra, descargaron armas de fuego de 9 y 45 milímetros.
La localización de 11 personas muertas en diversas localidades del estado Táchira a finales de octubre último, luego de permanecer secuestradas durante 10 días, impactó a la opinión pública venezolana y el gobierno catalogó el hecho como producto del paramilitarismo.
En este recuento, el ministro venezolano de Interior y Justicia, Tareck El Aissami, informó el miércoles que los 10 posibles paramilitares detenidos en distintos procedimientos policiales la semana pasada, por sembrar terror a la población, fueron trasladados a Caracas para ser enjuiciados.
Ante la ola de eventos irregulares en Venezuela, el gobierno del presidente Hugo Chávez atribuyó este tipo de situaciones a una estrategia de Estados Unidos y de la oposición venezolana para generar fricciones entre Caracas y Bogotá, en el contexto de la instalación de bases estadounidenses en Colombia.
Según fuentes oficiales, hasta el 30 de octubre unos 515 efectivos de la policía castrense resguardan la zona fronteriza del estado Táchira con Colombia.
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