viernes, 6 de noviembre de 2009

El psiquiatra de los militares que vuelven de la guerra realiza una masacre en una base de EEUU


El psiquiatra militar que mató a 13 personas intentaba evitar ir al frente Nidal Hasan gritó en árabe "¡Alá es grande!" al abrir fuego en la base de Tejas.
Hay trece muertos y cuarenta heridos

6 de noviembre de 2009
YOLANDA MONGE - Washington

El psiquiatra militar Nidal Malik Hasan sigue conectado a un respirador automático tras caer herido por cuatro impactos de bala cuando el jueves protagonizaba la peor matanza de la historia de las bases militares estadounidense. Hasan estaba fuera de peligro aunque horas después del asalto se le diera por muerto. Con rango de comandante dentro del Ejército de Estados Unidos -que pagó sus estudios-, la misión de este hombre de 39 años era tratar a los soldados que sufrían de estrés postraumático a su regreso de los frentes de Irak o Afganistán. Durante ocho años desempeñó esa labor en un hospital militar de Washington.
Hacía sólo unos meses que había sido trasladado a Fort Hood (Tejas), la mayor instalación militar de EE UU, con 55.000 militares, y una de las puertas de salida de los efectivos con órdenes de partir hacia las dos guerras que este país tiene abiertas en el mundo. Fort Hood cuenta con el triste honor de que 500 de sus hombres formen parte de los más de 4.600 combatientes que han perdido la vida en Irak.
Lo que pudo llevar a este ciudadano estadounidense, nacido en Arlington (Virginia) -pero que registró su nacionalidad como "palestina" en un formulario de su mezquita con el que buscaba una esposa devota y fiel-, que hizo toda su carrera dentro del estamento militar, a abrir fuego sobre 43 personas, matando a 13 (12 militares y un civil) e hiriendo a 30, sigue siendo desconocido. ¿Enajenación mental? ¿Fanatismo religioso? ¿Frustración por el hecho de que Barack Obama no retirase las tropas de Irak? Quizá todo ello a la vez.
Una fotografía en blanco y negro cuenta de Hasan que no tenía pelo y que tenía el rostro rechoncho y bonachón. Un antiguo compañero de filas dice que Hasan estaba haciendo todo lo posible por no ser destinado al frente, aunque el Pentágono no ha confirmado que ese fuera su destino final. Un primo suyo, Nader Hasan, asegura que la familia no sabía nada sobre su inminente despliegue (después de Acción de Gracias, último jueves de noviembre) pero sí sabían que llevaba tiempo intentando abandonar el Ejército.
Testigos del ataque relatan que Hasan gritó en árabe ¡Alá es grande! (Alahu Akbar) antes de abrir fuego contra sus compañeros. Vecinos del psiquiatra han informado de que recibieron de manos de Hasan una copia del Corán y que éste les incitó a leer un pasaje determinado. Una tía del enajenado, Noel Hasan, aseguraba que su sobrino se había sentido perseguido y rechazado por sus compañeros tras los ataques del 11-S.
Las autoridades han entrevistado hoy a todos los allegados y han comenzado a rastrear cada detalle de la vida de Hasan. No dan nada por descartado y no rechazan que éste pudiera haber actuado en nombre de un grupo extremista, aunque lo sabido hasta este momento apunta a la acción aislada de un hombre bajo un episodio de locura. Eso sí, locura premeditada, ya que el atacante estaba armado con una semiautomática y una pistola -en la base sólo está permitido que vaya armada la policía militar- y con suficiente munición como para disparar sobre 43 personas.
"Estaba mortificado por la idea de tener que ir al frente", insiste el primo de Hasan. Sabía lo que allí sucedía. Cada día se lo contaron -desde que comenzó la guerra en Irak, en 2003- los soldados que acababan en el hospital Walter Reed de Washington (tristemente conocido hace unos años por sus pésimas instalaciones y el olvido al que eran sometidos los pacientes), donde hizo sus prácticas como residente. Hasan efectuó sus estudios universitarios en Virginia Tech, casualmente el escenario de la mayor matanza cometida en EE UU cuando un estudiante asesinó a tiros a 32 personas en 2007, guardando su última bala para sí mismo.
Si se encendieron algunas alarmas sobre el comportamiento extraño de Hasan, nadie las vio o nadie supo interpretarlas. El FBI tuvo conocimiento de unos documentos colgados en internet por un tal Nidal Hasan (cuya autoría está ahora confirmada) que comparaban los ataques suicidas con bomba con las acciones heroicas de los soldados que tapan con su cuerpo una granada para evitar la muerte de compañeros.
El presidente Barack Obama ha ordenado hoy que las banderas ondeen a media asta en la Casa Blanca y en los edificios federales y pidió que no se sacaran conclusiones sobre lo sucedido mientras la investigación está en marcha. "No tenemos todas las respuestas todavía", informó Obama.

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