viernes, 21 de mayo de 2010
Los trabajadores griegos mantienen el pulso con su quinta huelga general
No se vivieron momentos tan tensos como en la anterior huelga general, el pasado día 5, pero las movilizaciones de ayer en Grecia también fueron multitudinarias, y el país heleno paró en sus sectores más estratégicos. Los trabajadores y trabajadoras griegas mantienen así el pulso con su Gobierno, que pretende hacerles pagar la mayor parte de la factura impuesta por el FMI y la UE. En Bruselas también hubo una movilización en solidaridad con el pueblo griego.
GARA |
La clase trabajadora griega volvió a demostrar ayer que no piensa ceder en el enfrentamiento que mantiene con el Gobierno por la aplicación del ajuste económico impuesto por el FMI y las instituciones europeas, y salió a la calle en la quinta huelga general convocada en lo que llevamos de año. El país heleno paró en su práctica totalidad, y decenas de miles de personas participaron en las movilizaciones convocadas en las principales ciudades, aunque el ambiente fue más calmado que en el anterior paro general, en el que tres personas perdieron la vida en el incendio de una sucursal bancaria y se produjeron fuertes enfrentamientos entre manifestantes y Policía.
Sin tanta tensión pero igual de multitudinarias, en Atenas los manifestantes -unos 50.000 según los sindicatos y 15.000 según la Policía- alzaron ayer pancartas con lemas como «quitad las manos de nuestras pensiones» o «no hemos robado, así que no pagaremos». «Kleftes, kleftes» -ladrones, ladrones- coreaba la multitud concentrada frente al Parlamento. Abogados, maestros, empleados de banca, funcionarios, personal sanitario y trabajadores de los medios de transporte, entre otros, se unieron a una protesta, que volvió a dejar medio paralizado al país mediterráneo.
Según explicó a la agencia Efe Stazis Anéstis, de la central sindical Gsee, el seguimiento de la huelga fue del 80%. De esta forma, Grecia quedó sin transporte marítimo y de trenes, y una cincuentena de vuelos se vieron afectados por los paros de los empleados de aduanas en varios aeropuertos regionales. Asimismo, el resto del transporte público quedó inactivo y el servicio de tren de cercanías y del tranvía en Atenas funcionó sólo hasta media tarde para permitir a los griegos participar en la protesta, mientras que en los hospitales públicos sólo se ofrecieron servicios de urgencias.
Con esta nueva huelga, los trabajadores vuelven a dejar claro su rechazo a las medidas de ahorro aprobadas por el Gobierno de Atenas para intentar reducir el enorme déficit y el nivel de endeudamiento que tiene al país al borde de la bancarrota.
Medidas que eliminan las pagas extra a determinados pensionistas y que aumentan la edad legal para acceder a la jubilación, así como la subida de impuestos y la reducción del tamaño de la administración pública, forman parte del programa de ahorro que la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han impuesto como condición necesaria para que Grecia reciba 110.000 millones de euros en préstamos. Esos préstamos irán destinados a pagar una deuda de la que los principales bancos europeos son los máximos acreedores.
No extrañó a nadie, por tanto, que algunos de los eslóganes coreados ayer tuvieran como destinatario al fondo monetario. Uno de los más repetidos fue «los buitres del FMI, que se vayan», en alusión a la presencia en Atenas de los expertos del organismo internacional encargados de certificar que Grecia «hace sus deberes».
Los manifestantes protestaron también contra la corrupción política, la evasión de impuestos de famosos y la impunidad en escándalos económicos de gobiernos anteriores. «Nosotros no pagaremos la crisis, que la paguen los ricos», rezaban las pancartas. Un enfado que, además, se ha visto caldeado en los últimos días con la noticia de que el esposo de la viceministra de Turismo había evadido al fisco 5,5 millones de euros en los últimos 15 años.
Movilización en Bruselas
Las movilizaciones no se limitaron a las calles griegas, ya que las protestas llegaron a Bruselas, donde un centenar de personas se concentraron frente a las instituciones europeas en una muestra de solidaridad con el pueblo griego. En la protesta, apoyada por 41 partidos comunistas que han participado en el Seminario Comunista Internacional, se leyó un manifiesto en que se denunciaba que tanto la UE como el FMI «están claramente del lado de los banqueros, incluso después de haberles prestado miles de millones».
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