miércoles, 21 de abril de 2010
"Que Hizbulá tenga o no misiles Scud, no es asunto de Israel"
Entrevista al general Michel Aoun, principal líder cristiano del Líbano y aliado de Hizbulá
20-04-2010
Mónica G. Prieto
El Mundo
El pasado viernes el general Michel Aoun (1935), principal líder cristiano del Líbano y aliado de Hizbulá, no había cesado de recibir visitas desde las 06.15 de la mañana. Su extenuante ritmo de trabajo habitual se ve incrementado por la proximidad de las elecciones municipales, que como toda cita política suscita tensiones en el país del Cedro, si bien no parece amenazar la inusitada estabilidad de la que disfruta.
Esa es la idea a difundir en su viaje a España que le llevará a Madrid entre hoy y mañana martes, y que se produce semanas después de las visitas del presidente Michel Sleiman y del primer ministro Saad Hariri. "La estabilidad va a durar porque, pese a las amenazas israelíes, Israel no puede llevar a cabo una acción militar. En este momento, Israel no puede ni hacer la guerra ni hacer la paz. Desde 1948 sólo ha realizado agresiones que no se han transformado en acuerdos de paz. Una nueva agresión sólo acrecentaría la Resistencia y la convicción entre los libaneses contra Israel".
¿A su juicio, la estabilidad interna en el Líbano también será duradera?
Sí, porque nuestro grupo –lo que antes llamábamos oposición- mantiene ahora una relación de fuerzas equiparable [con la mayoría] desde todos los puntos de vista, y para nosotros la estabilidad es un objetivo nacional. No vamos a usar esa relación de fuerzas ni para dominar el país ni para perderlo. Pretendemos hacer un frente para la defensa del país, no imponer la hegemonía a los demás. En conclusión, no hay riesgos para el interior del país.
¿Quiere decir eso que el Gobierno de unidad nacional agotará su mandato?
Puede ser. Políticamente, este Gobierno no es estable pero esta inestabilidad no se traducirá en inseguridad.
Pero ha amenazado con retirarse de la mesa del diálogo nacional [con la que se pretenden dirimir las diferencias entre la mayoría parlamentaria y la minoría].
Esa mesa se ha creado para tratar los problemas al margen del público. Son problemas muy sensibles que deben ser discutidos a puerta cerrada, no podemos filtrar cada detalle y provocar polémicas en la prensa. Podemos polemizar de puertas adentro, no de puertas afuera porque eso genera tensión social. Nuestro objetivo es pacificar la sociedad, y la polémica no trabaja en ese sentido. Si eso sigue ocurriendo, es mejor disolver la mesa del diálogo nacional.
¿No lo hace para evitar hablar de las armas de Hizbulá?
Mi visión es muy clara respecto a eso: la resistencia de Hizbulá es una respuesta a las agresiones israelíes. Si la eliminamos, ¿qué estrategia tendríamos en caso de amenaza contra el Líbano? No podemos desarmarla porque no tiene reemplazo: el Ejército no está todavía disponible, sólo lo está para contener los peligros internos como los grupos armados de los campos palestinos. La resistencia de Hizbulá, sin embargo, está destinada a la defensa y no a la ofensa, aunque Israel pretenda lo contrario.
En los últimos días, las autoridades de Tel Aviv han acusado a Siria de proporcionar misiles Scud a Hizbulá. ¿Tiene información sobre ese extremo?
Sea verdadero o falso, no es asunto de Israel. Israel es un enemigo del Líbano, así que no es quien para imponernos los medios con los que nos debemos defender. Eso es una agresión contra la Carta de Naciones Unidas. No tienen derecho a criticar nuestro armamento. Y por otro lado, vista la relación de fuerzas, incluso si tuviésemos [misiles Scud] no nos podríamos comparar con sus medios militares.
EEUU y Europa dicen apoyar al Líbano pero no le venden armamento con el que poder defenderse de otra agresión israelí ¿Es real ese apoyo?
Es una cuestión política: no quieren fortalecer al Ejército libanés por miedo a cuestionar a Israel. La política europea y norteamericana apoya a Israel. El apoyo hacia nosotros se limita a mantener la calma, y la calma es muy provisional. Además la presencia de las fuerzas de Naciones Unidas sólo mantiene el problema porque no aporta soluciones, su papel es la observación y su misión es muy provisional.
Un diputado de Kataeb ha pedido negociaciones indirectas con Israel. ¿Es viable?
No son posibles, porque Israel siempre tiene una actitud negativa: puede aceptar conversaciones pero imponiendo decisiones previas que bloquearán el diálogo. Cuando rechaza categóricamente el derecho al retorno de los refugiados palestinos [más de 400.000 están asentados en el Líbano], ¿qué podemos hablar con Israel? Sería inútil.
¿Comparte la idea de la Alianza de Civilizaciones planteada por el presidente Zapatero para aliviar la confrontación entre el Cristianismo y el Islam?
En Europa están mezclando todo, ni siquiera saben distinguir entre los diferentes grupos musulmanes. Los islamistas son un grupo aparte, escisión de los wahabíes suníes, mientras que los chiíes son muy tolerantes, reconocen la religión cristiana y tienen una devoción especial por las figuras de Jesús y María [�] De cualquier forma, los suníes libaneses no son integristas. Hay un parte de suníes en el mundo que ha sido reclutada por Al Qaeda y otros radicales, pero no tenemos ese problema en el Líbano. Aquí luchamos contra los islamistas. Yo llevo promoviendo la Alianza de Civilizaciones desde hace décadas, cuando [durante su exilio] en Francia intentaba explicar que no todas las mujeres que llevan chador son islamistas. Les decía: negando la realidad creáis una reacción negativa. Si permitís su uso, ellas mismas se lo quitarán en unos años porque se verán ridículas; si lo prohibís, lo consolidaréis y conseguiréis una reacción negativa. [...] Busco eliminar los puntos de conflicto entre musulmanes y cristianos, apuesto por la libertad de culto y conciencia y por el derecho a la diferencia.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/04/19/internacional/1271670132.html?a=720f08d30fb996825f8e8ccf6ad4a9f2&t=1271673166&numero=
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario