viernes, 12 de marzo de 2010

Trabajo infantil indigena y descolonización


12-03-2010
Cristiano Morsolin
Rebelión


17 millones de niños indígenas trabajan en América Latina en labores agrícolas y en el área urbana se desempeñan en actividades domésticas, en construcción y como vendedores ambulantes, según datos de la OIT y UNICEF.

El tema es abordado en el Encuentro Latinoamericano: “Pueblos indígenas y gobierno: hacia una protección efectiva de los derechos de los niños, niñas y adolescentes indígenas en situación de trabajo infantil por abolir. De la declaración a la acción” que se desarrolla en Cartagena de Indias, con la participación de 200 representantes de entidades gubernamentales y comunidades indígenas.
UNICEF ha presentado, junto con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Fundación para la Educación en Contextos de Multilingüismo y Pluriculturalidad (FUNPROEIB Andes), el Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina, un análisis lingüístico y sociocultural para Latinoamérica. "No teníamos ningún informe sobre el estado de la situación de los pueblos indígenas, ni en el ámbito cultural, educativo, lingüístico, económico, demográfico ni social", señala el jefe de la Unidad de Políticas Intraculturales, Interculturales y Plurilingüismo del ministerio de Educación de Bolivia y aymara del altiplano boliviano, Walter Gutiérrez. Según él, sin una "mirada amplia" sobre América Latina, resulta "imposible planificar políticas integrales que protejan los intereses indígenas". Por esta razón, califica el Atlas como "un avance" y una "herramienta útil" para planificadores y gobernantes.

Con información de 21 países, el Atlas inicia un recorrido de sur a norte desde la Patagonia hasta México, describiendo los 522 pueblos indígenas latinoamericanos, a través de datos demográficos, geográficos y con una mirada crítica sobre su situación actual. El Atlas prevé convertirse en un instrumento para el diseño e implementación de políticas públicas que tengan en cuenta la riqueza y la complejidad sociolingüística de América Latina. Para la Asesora Regional de UNICEF en Educación y Poblaciones Excluidas para América Latina y el Caribe, Anna Lucía d’Emilio, "el tener más información sobre pueblos indígenas ubicados en varios países de Latinoamérica permite ahorrar energías y esfuerzos en materia educativa, ya que se pueden capitalizar las experiencias exitosas registradas en un sólo país para otros en la región". Por su parte, la coordinadora de actividades del Programa Indígena de la AECID, Leticia Casañ Jensen, asegura que el Atlas "se va a convertir, sin duda alguna, en una importante herramienta para todas aquellas personas que trabajan por el reconocimiento y el derecho al autodesarrollo de los pueblos indígenas de América Latina".

ENTREVISTA A TANIA PARIONA

Entrevistamos algunos líderes indígenas para entender la verdadera realidad.

Cuéntanos tu experiencia de joven líder indígena…

Yo soy Tania E Pariona Tangui, joven quechua de Perú, de la comunidad de Cayana-Ayacucho. Soy de la organización de niños, adolescentes y jóvenes quechuas “Noganchiq”. Nosotros mismos, quienes trabajamos por la afirmación de nuestra identidad cultural a través del arte. Hace 5 anos integre el taller permanente de mujeres indígenas, andinas y amazónicas del Perú, organización que hace parte del enlace continental de mujeres indígenas de las Américas. Desde la edad de 10 anos me inicie en las organización y siento y estoy convencida de que esa fue mi escuela y mi universidad, porque aprendí a reconocerme a mi misma, valorarme, a ejercer mis derechos y a defender los derechos de mi pueblo, entre otros.

Mi mayor pasión es el trabajo con niños porque ellos nos ensenan mucho y nos dan lecciones de vida y no es cierto que porque son niños no tienen decisión ni capacidad…ellos son los actores y sujetos que harán cambios sustanciales en nuestra sociedad.

¿Empezaste a trabajar a los 9 años, que piensas del trabajo infantil?

El trabajo infantil es un tema que acontece casi en todos los países del mundo, debido a miles y miles de factores, y que requiere un diagnóstico bastante verídico y conciso. Muchas veces los pequeños detalles de la vida cotidiana se pasan por alto sin poder reflexionarla. La causa esencial de este problema es la pobreza y las necesidades de su pervivencia entre otros. Por tanto, yo las considero un buen paso para lograr un desarrollo, más no así estar en situación de mendicidad. Muchas personas plantean este problema como causante de la deserción escolar, del pandillaje, prostitución, etc., pero desde la experiencia que yo personalmente tengo, el trabajo infantil ayuda a tomar conciencia del contexto donde vives. Además, a través de ello potenciar tus destrezas y habilidades como los cómicos ambulantes y los lustradores de zapatos, entre otros, en conclusión ayuda a disminuir la pobreza y dignifica al hombre. Es muy importante señalar que el trabajo infantil no se puede dar en condiciones indignas de explotación, maltrato ni discriminación. Pero si un trabajo que este acorde a tu capacidad física, mental y espiritual, un ejemplo claro es que los niños dentro de un taller de producción de cosas manuales se sienten cómodos y satisfechos de sus habilidades, donde no tienen que estar obligados ni reprimidos por lo que hacen. Además, el trabajo en general es un derecho, es decir, la facilitad de poder hacerlo si es que esta acorde a tu persona, tu realidad y no necesariamente una obligación.

¿Cómo es la realidad andina?

Yo soy de una zona andina, provengo de un pueblo pequeño, la provincia de Victor Fajardo que ahora por cuestiones de estudio y por un contexto histórico de la violencia política en la década de los 80 hemos tenido que desplazarnos de ese pueblo a la misma ciudad, muchos de los otros chicos provienen de esas comunidades. Hay chicos que tienen trabajo en la agricultura, experiencias de haber estado en el campo, eso siempre, es un tipo de trabajo recreativo también porque en los tiempos de estudio ellos bajan a la ciudad y en los tiempos que tienen que trabajar vuelven a su pueblo porque tienen que cosechar, sembrar y hacer otras actividades, eso yo lo digo por mi experiencia y por la experiencia de otros compañeros que conozco, y si considerar la integración de chicos que vienen del campo a la ciudad.

Cuéntanos tu experiencia de organización con los NATs…

Como ya me presentó soy una ex niña y adolescente trabajadora miembro del MNNATSOP, asumo otro rol que es el de poder acompañar a los grupos organizados en la región Sierra Central del Perú. El Movimiento Nacional de Niños y Adolescentes del Perú ha empezado su experiencia desde hace 34 años fomentando la organización y en base a la participación protagónica de los propios chicos pero siempre asumiendo un rol de poder tener un trabajo colectivo con el acompañamiento de algunos adultos que ayudan, que apoyan, que co-asumen, que co-colaboran junto con ellos. El movimiento tiene 3 principios básicos, por un lado la valoración crítica que se hace al trabajo infantil, el protagonismo organizado y lo otro que tiene que ver con la participación misma. Por otro lado el Movimiento Nacional ha podido tener acciones que han impactado, de alguna forma eso ha ayudado al movimiento a que tenga voz pública en la sociedad, en el Perú se manejó otra experiencia, en Uruguay todavía no es tan visible la participación de los niños y adolescentes. En el Perú ya hemos logrado tener algunos espacios de participación a través de los espacios, con los Ministerios, con los Congresistas, en mesas de debate. Vale recalcar que el movimiento viene trabajando y luchando porque estos derechos sean conocidos y que los niños y la infancia en general. El lema de nuestro movimiento para los próximos años es que incluyamos a la infancia en general. Al final de cuentas el niño trabajador, el niño que no trabaja somos al final, son y somos sociedad y creo que los Derechos son de todos porque sujetos somos todos, así nuestra lucha se va agrandando. Mi experiencia ha sido en el espacio del movimiento y ahora asumo el rol de colaboradora y vengo acompañando a los grupos pero desde una perspectiva de colaboradora, quien asume una tarea de co-participar, co-animar las tareas y las actividades con los demás grupos y siempre teniendo en cuenta la perspectiva de protagonismo. El movimiento tiene una cobertura nacional, teniendo en cuenta y considerando la participación del campo y la ciudad. Como ahora tenemos 6 regiones articuladas, la Costa, el Norte, el Sur, la Sierra, la Selva Amazónica, la Selva Oriental, es muy amplia la organización y ahora se aproxima a tener 14.000 niños organizados a nivel del movimiento.

¿Como se coloca la lucha de los NATs en la sociedad peruana?

El Movimiento Nacional del Perú y también de Paraguay, así como otros países como Venezuela y Colombia, y a nivel mundial en Asia y África, no es que estaban teniendo un trabajo cerrado entre los que son los niños trabajadores, los que colaboran, no es una cuestión cerrada sino que os objetivos son tener lazos, contactos con otros movimientos que luchan por lo mismo que nosotros, el derecho laboral en este caso no solo lo reclaman los niños, lo reclamamos los jóvenes, los adultos, los de la generación anterior quienes han luchado y tal vez no han podido conseguir lo que han querido y es que la lucha social por lograr esta sociedad que tanto se sueña no solo es de sectores separados sino que la idea es poder confluir esto en un movimiento social más amplio y el movimiento ha tenido vínculos y actividades con el Sindicato Único de Trabajadores de Perú, son los trabajadores, los docentes, ellos formaron parte del proceso histórico del movimiento en el tiempo donde el SUTEP se creaba, más o menos 70, y 76, es cuando comienza a crearse el NATP, niños, adolescentes trabajadores en el Perú, ellos contribuyeron en ello, así como ellos salieron a marchar el movimiento se sumó a esa marcha. Cuando el movimiento pasa por situaciones como cantidad de X niños que trabajaban en X empresas fueron maltratados, despedidos, sale el movimiento y ahí se suma el sindicato, están los obreros, el movimiento de las mujeres indígenas que están tratando de poner el tema de la infancia indígena que mucho no se escucha. También los movimientos que luchan por la justicia y la paz, el movimiento hizo una vigilia en la capital cuando se conmemoraba a los cientos de desaparecidos durante la violencia política. Nuestra visión es mucho más amplia, también dentro de sus líneas se considera la recreación, la cultura misma por el hecho de que Perú es multilingüe, pluricultural, la cultura y la participación, la recreación, la preservación de la ecología, es tan amplio que nos permite reconocer toda la realidad y lo latinoamericano.

Para la cosmovisión de pueblos indígenas Quechua y Wiwa, que no han participado en las experiencias históricas europeas que desembocan en la formulación de los derechos humanos, sino que más bien han padecido la versión colonizadora de los productos culturales occidentales, ¿qué significan los derechos humanos?

Los quechuas somos el pueblo mayoritario en Perú y estamos presentes también en Bolivia, Ecuador, Chile y Argentina. Desde lo que siento y lo que pienso como joven, hablar de Derechos Humanos significa hablar de nuestras raíces e historia, del presente y de nuestra visión de futuro. Para los quechuas, la Pachamama (Madre Tierra) y el Territorio son la base de nuestra existencia y pervivencia espiritual, cultural, social y política, donde todo tiene vida, todo es integral y holístico, donde existe armonía y reciprocidad con la naturaleza, donde interactuamos en colectividad. Nuestra forma propia de vida es diferente, debe ser respetada y debemos tener el derecho a ejercerla con libertad, sin ser discriminados. Tenemos derecho a vivir una vida digna, en la que las nuevas generaciones seamos realmente la continuidad de nuestros pueblos.

Los Estados latinoamericanos han reconocido constitucionalmente la diversidad cultural y la validez legal a los sistemas jurídicos indígenas. Sin embargo, hay una gran brecha entre los derechos reconocidos en la letra y la autonomía “concedida” en la práctica. ¿Por qué?

Los Estados son conscientes de nuestra existencia como pueblos indígenas, así como de la existencia de población afrodescendiente, pero manejan la concepción ideológica de que no somos sujetos de derechos, significamos pobreza y atraso cultural para el país. Alan García, presidente de Perú, dijo hace unas semanas que “los indios son de segunda clase” y que son “obstáculos para el desarrollo”. Ese pensamiento se traduce en la falta de voluntad política y desinterés en generar condiciones efectivas para hacer realidad los derechos que están en el papel, suscritos y ratificados por los Estados. Por encima de los derechos humanos se priman otros intereses de tipo político, económico y el afán de lograr el llamado “desarrollo” de un país, concebido como explotación de recursos, embellecimiento de las ciudades, urbanización, inversión de capitales extranjeros, privatización, etc. No se tiene en cuenta que en ese proceso se violan derechos individuales y colectivos y se atenta contra la vida de seres humanos.

ECUADOR Y EL TRABAJO FORMATIVO WAWA YANAPAK

GUILLERMO CHURUCHUMBI, COORDINADOR DE LA AGENDA NIÑEZ INDÍGENA – ECUARUNARI ha comentado en la entrevista realizada el martes 13 de octubre del 2009 que “existe una doble exclusión de la niñez indígena relacionada al acceso de educación, salud, recursos, etc. Es un problema estructural del Estado. Antes de la conformación del Estado había diferentes pueblos indígenas que no han sido parte del Estado, ni parte de la sociedad, desde la concepción del Estado Dominante se consideraba como cultura salvaje. Hoy este problema esta vigente. La nueva Constitución reconoce la plurinacionalidad y la sabiduría de los pueblos indígenas; todavía es una declaración de principios. En el Gobierno no se visibilizan políticas públicas plurinacionales para combatir las inequidades económicas, necesita fortalecer la economía propia de los pueblos. Si un padre indígena del Chimborazo no tiene empleo, son obligados a la fuerte emigración hacia la ciudad. En su lugar de origen hay grandes haciendas, hay grandes acaparamientos de agua por la actividad productiva pero hay mucha pobreza. Las organizaciones y ONG no están viendo las causas del trabajo infantil. Se repite el círculo de la pobreza. La salud estatal no respeta enfoque de las culturas indígenas. La educación bilingüe fue propuesta por los pueblos indígenas para recuperar el tema educativo vinculado al respeto de la tierra, a los valores culturales. Por 20 años la educación bilingüe fue sin presupuesto. En el Gobierno de la revolución ciudadana la inversión pública en educación es de 300 dólares por año por un niño urbano y 180 dólares por los niños indígenas. Necesita fortalecer la educación bilingüe, así se recupera la sabiduría de los pueblos y la defensa de la tierra, del agua, y permite vivir en armonía con la Pachamama.

Hemos cuestionado el tema del trabajo infantil. Para los niños indígenas es trabajo formativo y educativo, no es como por la cultura occidental-teórica, es un proceso de aprendizaje haciendo, desde niños vinculados al trabajo rural que no es explotación, no son peores formas de trabajo infantil en la agricultura como dice OIT, son políticas que realmente no eliminan el trabajo infantil. Combatir la mendicidad en Navidad no resuelve el problema. Quieren ocultar a la pobreza, combatiendo la mendicidad. No entienden que el trabajo formativo de los niños tiene que ver con la trasmisión de conocimiento, de saberes, la trasmisión histórica y cultural, del respetar los sitios sagrados, de ir a pescar con los padres, con todo eso el niño aprende el BUEN VIVIR. La utilización en la trata de niños por la mendicidad no es aceptada por las comunidades indígenas. El trabajo de los niños en las comunidades indígenas es colectivo, familiar, comunitario; la minga es una práctica cultural, es un proceso participativo intergeneracional, el adulto enseña a los niños. En la agenda de niñez indígena consideramos que el trabajo infantil debe ser aterrizado al contexto de la familia y de la comunidad y no ser tratado como niños aislados, el niño es parte de la comunidad y el cumplimiento de los derechos de los niños debe ser abordado desde los derechos colectivos. El Estado debe implementar políticas públicas vinculadas a procesos familiares y comunitarios; hoy son encentrados en el individuo. Para la Agenda de niñez indígena es fundamental la educación intercultural y también el tema del territorio, cultura e identidad. El territorio es el espacio libre de la contaminación, es espacio de vida familiar y comunitaria donde se realiza la relación con la organización, con la cultura alimentaria, de cuidado familiar, las curaciones médicas. Es pertenencia cultural e identitaria.(…) OIT esta en proceso de entendimiento pero aun no hay participación real de los pueblos indígenas; hay un intento de acercamiento, hay buenas intenciones pero hay que ser mas profundos en estas mesas de debate. Los académicos de FLACSO y sus invitados españoles de los cursos de erradicación del trabajo infantil no entienden el WAWA YANAPAK, el trabajo de apoyo, de ayuda, de colaboración de los niños, de su actividad infantil. Este concepto va mucho mas allá del trabajo formativo reconocido en el Código de Niñez. La Agenda de niñez indígena es una forma de participación normal y comunitaria, no es inducida. ECUARUNARI esta articulando varios espacios de alianza y de compromiso como la 4 cumbre indígena en Puno, el 30 noviembre organizamos el Rencuentro Plurinacional de niñez y adolescencia en Ecuador donde participaron 250 niños, niñas y adolescentes indígenas y el 30 de noviembre queremos dialogar con otros sectores sociales y también con los niños trabajadores organizados”, concluye Churuchumbi.

CONCLUSION

La nueva Constitución Política de Bolivia especifica la prohibición del trabajo forzado y la explotación infantil y no impide que este sector pueda desempeñar voluntariamente actividades laborales remuneradas. El parágrafo del articulo 61 señala: "Se prohíbe el trabajo forzado y la explotación infantil. Las actividades que realicen las niñas, niños y adolescentes en el marco familiar y social están orientadas a su formación integral como ciudadanos y tendrán una función formativa. Sus derechos, garantías y mecanismos institucionales de protección serán objeto de regulación especial", como reporta la Agencia Boliviana de Información ABI (http://alainet.org/active/28944〈=es). Entrevistado por la agencia EFE en La Paz el Canciller David Choquehuanca explicó que los aymaras -pueblo del altiplano andino al que pertenecen él y Morales- no se asustan "cuando los niños trabajan en la comunidad". "Los niños tienen que trabajar, tienen sus responsabilidades desde temprana edad -prosiguió-. Occidente dice que los niños no tienen que trabajar. Nosotros no, porque el trabajo era felicidad, no era explotación". Choquehuanca señaló que en la cosmovisión aymara el hombre no es el centro del universo: "Para nosotros lo más importante no es la plata. No estamos de acuerdo con el capitalismo. Para nosotros lo más importante tampoco es el hombre. Tenemos coincidencias con el socialismo y buscamos también satisfacer las necesidades materiales y espirituales del hombre. Pero para nosotros lo más importante es la vida, que va más allá del hombre" (http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=31150).

En ocasión de la visita de la Relatora ONU Gulnara Shahinian a Ecuador, yo he difundido el articulo “Infancia indígena y autodeterminación de los pueblos” (http://www.voltairenet.org/article163756.html) que ha tenido un fuerte impacto internacional en la perspectiva de valorar la cosmovisión indígena y la necesidad de descolonizar cierto eurocentrismo presente en Instituciones Internacionales como OIT.

Estos temas serán debatidos en Quito el miércoles 24 de marzo en la Universidad Salesiana en ocasión de la presentación de la publicación “En deuda con los derechos – Diferentes miradas sobre ciudadanía, explotación, trabajo infantil, derechos de los niños, niñas y adolescentes en Ecuador”, realizado por Morsolin con el auspicio de la Compaña de Jesús de Ecuador.

Alejandro Cussianovich, experto a nivel mundial sobre políticas para la infancia, docente de la Universidad San Marcos de Lima y Director Instituto IFEJANTs comenta al Observatorio SELVAS: “felicitaciones Cristiano por tu articulo “INFANCIA INDIGENA Y AUTODETERMINACION DE LOS PUEBLOS”, es un excelente trabajo. Me he permitido enviárselo a Tania Pariona que en estos momentos está en Cartagena en la reunión de los pueblos indígenas sobre el mal llamado trabajo infantil indígena. Con ella nos hemos reunido y lleva la voz como una ex-Nat y delegada nacional del Mnnatsop. Tu artículo es contundente. Creo que eres demasiado bueno al tratar a la OIT cuando dices que va entendiendo algo de la realidad de los NNATIs, niños, niñas y adolescentes trabajadores indígenas. Lo que pasa es que estamos ante una embestida máxima de la OIT, BM y UNICEF. Lo que se busca, y tú lo dices al citar a un indígena, es que quieren atacar a los niños con el cuento de la escolarización para que emigren a las ciudades, dejen libre la Amazonía y el ande y puedan en los próximos 50 años adueñarse de las aguas, de los bosques y de las minas las transnacionales, pues ya circula como filosofía de la potencia mayor, USA, que hay territorios que son de interés internacional y por ende no hay soberanía de los pueblos sobre ellos. El interés del "mundo" (léase transnacionales, USA, etc.,) está por encima de pequeñas "tribus" destinadas a desaparecer con el avance de la modernidad. Esta generación debe ser recolonizada en las matrices del pensamiento y cultura neoliberal. Estamos ante un nuevo intento de exterminio y empiezan por los niños y niñas bajo el cuento de que están en formas de esclavitud y servidumbre y que los propios dirigentes indígenas no hacen nada por emancipar a sus hijos. Es lo que dicen en Ginebra los encargados de proyectos para pueblos indígenas y la erradicación del trabajo de menores de edad. Todo esto es funcional a los grandes intereses que a mediano plazo terminarán por entregar la reserva del mundo en agua y otros recursos naturales a las multinacionales, ni siquiera a los estados”.

Bartolomé Clavero, miembro del Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, España, comenta que “1999 es el año del Convenio 182 de la OIT, Convenio sobre las Peores Formas del Trabajo Infantil y la Acción Inmediata para su Eliminación, entendiendo por tales peores formas las de implicación esclavista, de conscripción paramilitar, de prostitución o de otras actividades ilícitas que dañen “la salud, la seguridad o la moralidad de los niños”, los menores de dieciocho a estos efectos. Para las debidas decisiones, el escenario es el estatal, escolarización inclusive, “previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores”, sin consideración ni del caso ni de consulta indígenas, pese esto último a que la consulta es la regla para el recién citado Convenio 169 de una década antes. La Recomendación 190, la subsiguiente a este Convenio, amplia el abanico de las consultas sin atención tampoco específica al caso indígena: “Entre otras medidas encaminadas a la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil podrían incluirse las siguientes (…) hacer partícipes a las organizaciones de empleadores y de trabajadores y a las asociaciones civiles”.

La consideración de un contexto doméstico y así comunitario en formas de trabajo infantil sin explotación ni daño podría haber conducido a la atención del caso indígena, pero no ha sido así. Además, dicha consideración se ha perdido en la evolución de los instrumentos normativos de la OIT al imponerse el contexto estatal de forma prácticamente absoluta. ¿Es que para la socialización de la infancia indígena no cabe otro horizonte? Si esto fuera así, si la escolarización obligatoria se mantuviera como una forma de transculturalización indígena, la novedad, en 2007, de la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de Derechos de los Pueblos Indígenas se encontraría sin futuro plausible. La resistencia de la OIT a hacerse cargo de su valor normativo (art. 42: “Las Naciones Unidas, sus órganos, incluido el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, y los organismos especializados, en particular a nivel local, así como los Estados, promoverán el respeto y la plena aplicación de las disposiciones de la presente Declaración y velarán por la eficacia de la presente Declaración”) responde por supuesto al temor ante la profundidad de la revisión de políticas a la que le obliga. En suma, la OIT se encuentra ahora con un reto especialmente exigente en materia de trabajo infantil indígena.

A escala regional de la propia OIT puede estarse mejor recobrando la constancia perdida a sus niveles generales. En el caso de América Latina puede ya apreciarse. La base de partida es la referida. En 1997, la Declaración de Cartagena acordada por la Primera Reunión Iberoamericana Tripartita de Nivel Ministerial sobre Erradicación del Trabajo Infantil, reunión tripartita por la concurrencia de representaciones empresariales y sindicales, puede todavía apoyarse en los planteamientos de la OIT y de UNICEF para presentar un presente y perfilar un futuro sin indígenas. Las oficinas latinoamericanas de la OIT vienen en cambio durante los últimos años, sobre todo a raíz de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, comenzando a tomar en cuenta la variable indígena en el abordaje de la problemática del trabajo infantil, la que no es igual por supuesto en el caso de explotación ajena que en el caso de participación familiar y socialización comunitaria. Si no se malentiende, lo que suele ocurrir de forma nada inocente, en el caso indígena ciertas formas de trabajo infantil pueden incluso constituir un componente del currículo educativo, bien práctico además. La OIT, toda ella, debiera comenzar por revisar el estereotipo colonial, en fase humanitaria, del trabajo infantil como fenómeno abstraído de prácticas familiares y comunitarias en un mundo consiguientemente irreal sin otros ordenamientos que los del Estado. En 2006, la OIT ha publicado el informe La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance con esta referencia más sustantiva entre las pocas que contiene al caso indígena: “Los niños de los pueblos indígenas y tribales y otras minorías étnicas suelen estar expuestos al trabajo infantil y no están escolarizados”. La familia y la comunidad pueden ser escuela o parte de la misma; la fábrica y la mina, indudablemente no pueden serlo. Y lo primero depende del contexto por supuesto. Evidentemente, no se trata de renunciar al escrutinio de situaciones concretas en el ámbito indígena, sino de no dejarse guiar por el prejuicio y de abordar el asunto en interlocución con las comunidades afectadas y las organizaciones interesadas. Comenzar, habrá de comenzar por admitirse que los propios instrumentos y las mismas prácticas de la OIT presentan deficiencias importantes al respecto” (http://clavero.derechosindigenas.org/?p=5573)

Estas palabras así contundentes de Bartolomé Clavero coinciden con aquella de Tania Pariona, que en octubre del 2002 yo tuve el placer de acompañar en audiencia de la red ITALIANATs con la Comisión Parlamentaria para Infancia del Gobierno de Italia (http://www.selvas.eu/dossNAT9.html); es el mismo pedido de respecto hacia la diversidad cultural, la autodeterminación de los pueblos y el trabajo en condiciones dignas.

Cristiano Morsolin, operador de redes internacionales para la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Trabaja en Latinoamérica desde 2001. Co-fundador del Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS.

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