viernes, 12 de febrero de 2010

“En 2010 empieza la crisis”


SEAT. Concentración contra los despidos en la planta de Martorell el 22 de enero. Foto: Manu Fernández.


SANTIAGO NIÑO BECERRA, CATEDRÁTICO DE ECONÓMÍA

Este catedrático de Economía de la Universidad Ramón Llull y autor de ‘El crash del 2010’ anuncia un próximo desplome del precio de la vivienda, un paisaje deflaccionario y altas tasas de paro.

Roberto Calera / Madrid
Miércoles 3 de febrero de 2010.
Diagonal

DIAGONAL: ¿La crisis financiera de 2009 es la buena o sólo es un aviso?

SANTIAGO NIÑO BECERRA: Entre septiembre de 2007, momento en el que se manifiesta la problemática de las subprime y mediados de 2010, momento en el que, pienso, se producirá el comienzo de la crisis, hemos vivido, estamos viviendo, un periodo de precrisis. Lo que ha estado sucediendo durante 2009 con las entidades financieras ha sido el inicio de una problemática que fue abortada gracias a la concesión de ayudas billonarias al subsector financiero, abortada, pero no resuelta. Es decir, dentro de unos meses, cuando los problemas ya no sean contenibles, cuando las ayudas finalicen, la problemática se reeditará.

D.: ¿Cómo se explica la pobre corrección de precios inmobiliarios? ¿No deberíamos estar viendo correcciones de entre un 30% y 50%?

S.N.B.: Primero, porque parte de la deuda de los promotores y constructores con el sistema financiero se ha “resuelto” traspasando, aquéllos a éste, edificios y urbanizaciones, aunque esta vía tiene un límite. Y segundo, porque diversos promotores, constructores e inversores prefieren no vender antes que perder, ya que sus acreedores han aceptado esperar el cobro de sus deudas. El derrumbe de los precios se producirá cuando toda esta oferta salga al mercado. Pienso que entre 2011 y 2012 quien vaya con el dinero en la mano podrá comprar, literalmente, al precio que quiera.

D.: ¿Nos acercamos a una caída de precios (deflación) o las políticas de “regar” con liquidez los mercados harán que todo ese dinero se vaya a materializar desatando tendencias hiperinflacionarias?

S.N.B.: En última instancia, el nivel de precios lo determina la oferta y la demanda. La demanda, pienso, va a hundirse a medida que se vayan produciendo ajustes de capacidad, ganancias de productividad y ahorros de costes, porque las rentas medias irán cayendo, y en un decorado de alto desempleo, reducida actividad y recaudación fiscal a la baja, los precios no pueden subir, al contrario. A eso añadamos la enorme deuda acumulada hasta el momento. Es decir, nos enfrentamos a un escenario deflacionario y con las posibilidades de crecimiento estancadas... como en la Gran Depresión.

D.: ¿Cuál puede ser el próximo modelo económico sobre el que funcione la economía en el futuro?

S.N.B.: La recuperación, pienso, se sustentará en la productividad y en la eficiencia: fabricación de lo necesario de la forma más conveniente para utilizar la menor cantidad de commodities (materias primas) que sea posible, lo que suena francamente bien, pero eso tiene consecuencias: va a ser necesaria muy poca población activa, por lo que el desempleo del factor trabajo será muy elevado. En cuanto a los sectores con verdadero futuro, pienso en biotecnología, la investigación energética, la logística (ayuda a mejorar la productividad), y lo que yo denomino el Sector-R: reciclaje, rehabilitación, recuperación, reparación.

D.: ¿Qué pasará con el ahorro?

S.N.B.: Con respecto al ahorro se ha exagerado muchísimo. El ahorro medio de una familia española media es de 4.000 euros, eso es la media, porque el 60% de los españoles tienen problemas para llegar a fin de mes, y el 35% de esos españoles no pueden hacer frente a un imprevisto. Luego, claro, están las familias con un patrimonio superior a los diez millones de euros de los que el 10% lo mantienen en liquidez. Los segundos tienen acceso a instrumentos muy sofisticados para protegerse –aunque no pueden contar con la invulnerabilidad total–, los primeros simplemente no ahorran nada. Quienes se encuentran verdaderamente en la media pueden disponer de sus ahorros como consideren oportuno: su influencia es muy, muy limitada.

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