viernes, 12 de febrero de 2010

El lamento de Erich Fried


Fosa común de musulmanes bosnios en Srebenica

12-02-2010
Mikel Arizaleta
Rebelión


1.- holocausto

Leonardo Boff nos recordaba este año en su artículo “Holocausto” los 65 años del holocausto judío, perpetrado por el nazismo, por Hitler y su banda. La terrorífica inhumanidad mostrada en los campos de exterminio, especialmente en el de Auschwitz (Polonia). Y recogía la pregunta, ya escupida en la historia, de ¿qué pensar de Dios después de Auschwitz y qué pensar del hombre? A la que él, a su vez, sumaba la de “¿cuánto de inhumanidad cabe dentro de la humanidad?”. Y confesaba el pesar que le produjo la lectura del “Comandante de Auschwitz: notas autobiográficas de Rudolf Höss (1958)”, supuestamente escritos por Höss a lápiz, bajo la vigilancia de sus carceleros comunistas polacos, en la prisión de Cracovia en tanto esperaba ser procesado. Fue condenado y ahorcado en el antiguo campo de concentración de Auschwitz el 16 de abril de 1947.

Sencillamente bestial. Sólo que el holocausto no sólo fue judío, sino gitano, comunista, homosexual, republicano, colonial…, unos víctimas por su origen étnico, otros por su condición física, por su estrato social, por su ideología, por su dependencia, por su militancia…

2.- los olvidados

Se sabe que en la Segunda Guerra Mundial murieron alrededor de 70 millones de personas, entre ellas más de 20 millones de soviéticos, seis millones de judíos y más de 5 millones de alemanes. Si bien se desconocen con exactitud la cifra de muertos en el tercer mundo de una guerra parida en Europa.

En boca del Profesor Kuma Ndumbe, de la Universidad de Yaoundé, en Camerún: "La historia de la Segunda Guerra Mundial se revela, como toda historia, como la de los vencedores, pero también como la de los ricos y los propietarios. Pese a su derrota, Alemania y Japón pertenecen desde el punto de vista de la escritura de la historia, a los vencedores. Aunque la historiografía de ambos países haya tenido que llevar a cabo cuestionamientos críticos, japoneses y alemanes son tratados por ella como personas del mismo rango que los vencedores. Quienes fueron olvidados después de la guerra como si no hubieran existido durante el conflicto, quienes deben aprender de nuevo la historia junto a sus hijos, sin encontrar en ella sus propias acciones, son los que pertenecen a la verdadera categoría de perdedores. Perdedores sin voz propia. Así viven hasta hoy centenares de millones de personas y sus descendientes en África, en Asia, América Latina, Australia y en la región del Pacífico".

El historiador filipino Ricardo Trota José afirma que " la Segunda Guerra Mundial dejó en Filipinas más muertos que en cualquier otro país del sur de Asia. En ningún país de la región hubo mayor destrucción. Según las cifras oficiales del gobierno 1,1 millones de filipinos murieron en la guerra, es decir uno por cada 16 habitantes del archipiélago".

Las estimaciones sostienen que en Asia, África, América del Sur y Oceanía se perdieron más vidas en aquel conflicto que en la propia Europa. Sólo en Asia murieron 20 o 30 millones de civiles a manos de los japoneses, la mayoría de ellos chinos. El Tercer Mundo contribuyó al conflicto con más soldados que Europa.

Y es que cuando la guerra comenzó el colonialismo estaba en su apogeo. Inglaterra y su Commonwealth dominaban sobre una cuarta parte del mundo y de su población. Las colonias de Francia eran veinte veces mayores que la metrópoli en territorio, y sumaban cien millones de habitantes. Las indias orientales de la diminuta Holanda tenían la misma superficie que Europa Occidental. Estados Unidos dominaba las Filipinas, Hawai y diversos archipiélagos del Pacífico. Japón controlaba el Norte del Pacífico (Micronesia), Corea, Taiwán y el noreste de China, que es mayor que Francia. En África oriental, la Italia de Mussolini controlaba una zona colonial cuatro veces mayor que Italia. Alemania había perdido sus colonias en África y Asia como consecuencia de su derrota en la Primera Guerra Mundial. Con ayuda de los colaboracionistas franceses, se disponía a recuperarlas para usar sus recursos humanos y materias primas en el esfuerzo de guerra.

Cerca de un millón de africanos fueron movilizados por los franceses en diversos bandos del conflicto.

Con el inicio de la guerra en Europa, el Imperio británico echó mano de sus colonias. De los once millones de hombres, que Inglaterra movilizó, seis millones eran británicos y cinco de las colonias [1] .

3.- muertos ignorados

Total muertos Segunda Guerra Mundial (SGM): unos 70 millones.
Total muertos guerra en Asia: entre 20 y 30 millones.
Total alemanes muertos en SGM: unos 5 millones.
Soldados alemanes muertos en Stalingrado: 60.000
Civiles muertos en Okinawa: 100.000.
Proporción de filipinos muertos en la SGM : 1 de cada 16.
Civiles muertos en la conquista italiana de Abisinia: 150.000.
Víctimas de la hambruna ocasionada por la SGM en Bengala: entre 2 y 4 millones (en los seis tomos de Churchill sobre la SGM ni siquiera menciona los muertos de hambre en Bengala).
Muertos civiles en Gran Bretaña: 67.000
Muertos civiles en Birmania: 250.000
Efectivos del Ejército Británico: 11 millones.
Soldados coloniales del ejército británico: 5 millones.
Soldados africanos en el ejército británico: 1 millón.
Soldados indios en el ejército británico: 2,5 millones.
Soldados indios caídos en la guerra: 60.000.
Soldados indios cautivos de italianos, alemanes o japoneses: 80.000
Soldados indios en las SS nazis: 3.500
Voluntarios indios en el ejército japonés: 50.000
Soldados africanos en ejércitos franceses: 1 millón.
Prisioneros africanos del ejército francés en campos alemanes: 100.000.
Brasileños combatientes en Italia: 25.000.
Brasileños caídos en Monte Casino: 500.
Ejército italiano en Abisinia: 350.000 (de ellos 150.000 eritreos y somalíes)
Africanos forzados por el Imperio británico a trabajar en Kenia durante SGM: 20.000
Africanos forzados a trabajar en Rhodesia del sur: 33.000
Africanos forzados a trabajar en minas de zinc en Nigeria: 100.000.
Mortandad entre mineros forzados de zinc en Nigeria: 1 de cada 10 [2] .

4.- el quejido amargo

Sin embargo 65 años más tarde se sigue oyendo el lamento del poeta judío alemán, Erich Fried, dirigido a Israel y al mundo:

Escucha Israel:

Cuando fuimos perseguidos

fui uno de vosotros,

¿cómo seguir siendo

cuando sois perseguidores?

Anhelo vuestro fue

ser como los pueblos

que os asesinaban.

¡Ya sois como ellos!



Habéis sobrevivido

a quienes os torturaban.

¿No pervive hoy

su tortura en vosotros?



Y de nuevo la pregunta de Leonardo Boff: “¿cuánto de inhumanidad cabe dentro de la humanidad?”.

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[1] Datos, que nos recordaba Rafael Poch de Feliu en un artículo de La Vanguardia , 11.10,09

[2] Exposición itinerante, que comenzó en sept. de 2009 en Berlin-Neukölln: "Die Dritte Welt im Zweiten Weltkrieg"

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