domingo, 24 de enero de 2010
Gobierno haitiano desmiente a ONU y dice siguen rescates; teme 150.000 muertos
Puerto Príncipe
Agencias
23 enero de 2010
El Gobierno haitiano no ha dado por concluidas las operaciones de rescate, once días después del terremoto del pasado 12 de enero, que ha dejado ya 111.499 muertos, y teme que esta cifra suba hasta 150.000 antes del lunes.
La ministra de Comunicación, Marie Laurence Lassec, puntualizó este sábado en una rueda de prensa que siguen trabajando equipos haitianos, mexicanos, nicaragüenses y dominicanos en la búsqueda de supervivientes, pese a que la ONU había anunciado desde Ginebra que se habían abandonado estas tareas, y pronosticó que antes del lunes habrán aparecido ya 150.000 cadáveres.
Hallan sobreviviente 11 días después
Un sobreviviente en buen estado de salud fue hallado este sábado entre los escombros de una frutería, 11 días después del terremoto que arrasó la capital haitiana, dijo un funcionario francés.
El teniente coronel Christophe Renou, de la protección civil francesa, dijo a The Associated Press que el hombre aún se hallaba atrapado, pero los socorristas pudieron abrir un túnel para hacerle llegar agua.
Renou dijo que un médico examinó al hombre y su salud era buena.
Los rescates se han vuelto escasos desde que el sismo de magnitud 7 arrasó la ciudad el 12 de enero, con un total de víctimas fatales estimado en 200.000.
En la tarde de ayer, el Ministerio del Interior hizo público un comunicado en el que se recogía la cifra de 111.499 cadáveres, pero Lassec aseguró este sábado: "Desgraciadamente pensamos que van a aparecer 150.000 cadáveres" antes de que termine el domingo.
En cuanto a los planes para reubicar a los 610.000 sin hogar alojadas en campamentos provisionales, en su mayor parte de Puerto Príncipe, la ministra aclaró que todavía no han empezado a desplazarlos y se limitó a precisar que se construirán dos grandes campamentos para ellos, aunque no quiso identificar dónde.
"Nos hacen falta tiendas para alojar a toda esta gente", afirmó la ministra para explicar la tardanza con la que se está actuando para clausurar los cerca de 500 campamentos improvisados en plazas y jardines que pululan por todo el país y que carecen de las más elementales medidas higiénicas.
Para este sábado está prevista una reunión entre el Gobierno y las agencias de la ONU para resolver discrepancias respecto al tema del desplazamiento, aunque la ministra no quiso entrar en detalles sobre el motivo de estas diferencias.
Por su parte, el coordinador nacional para las cuestiones de Salud, Claude Surrena, aseguró que la atención hospitalaria ha mejorado mucho y los centros médicos, aunque estén superpoblados, tienen personal médico y suficientes reservas de medicamentos.
Sin embargo, Surrena citó dos problemas. Por una parte, los haitianos que, una vez curados y listos para recibir el alta hospitalaria, no tienen a dónde ir por haber perdido su casa y continúan ocupando una cama mientras se construye algún centro para garantizar los cuidados postoperatorios y una correcta alimentación.
El segundo inconveniente es el hecho de que un número indeterminado de personas huyeron con fracturas o heridas de la capital en los pasados días y se encuentran alojadas por familiares y amigos sin haber recibido los cuidados necesarios.
Este sábado, once días después del terremoto, volvieron a funcionar los bancos en la capital haitiana: 42 oficinas bancarias abrieron sus puertas y los usuarios formaron enormes colas de cientos de metros en varios lugares de la capital, aunque no dieron lugar a incidentes reseñables.
El presidente de la Asociación de la Banca Privada, Maxime Charles, precisó a Efe que los únicos bancos que no abrieron fue porque tenían graves daños en sus edificios, y añadió que en las provincias ya funcionan las agencias bancarias desde el pasado jueves sin problemas.
Charles se mostró partidario de ampliar el límite de 2.500 dólares que cada haitiano puede retirar, dada la tranquilidad con que transcurren estas primeras jornadas.
Discretamente escoltados por policías de la Misión de la ONU de Estabilización en Haití (Minustah), los bancos abrirán sus puertas también, y de forma excepcional, durante la jornada del domingo.
En el terreno diplomático, este sábado llegó a Puerto Príncipe el canciller brasileño, Celso Amorim, para ofrecer al Gobierno haitiano la mejor disposición de su país a participar no sólo en las tareas de emergencia, sino también en la reconstrucción del país.
Llegado a la capital haitiana esta mañana, Amorim precisó a los periodistas que su país ya ha aprobado una ayuda de emergencia "en efectivo" de 15 millones de dólares, de los que cinco ya están en manos de la ONU.
Aunque insistió en que es difícil cuantificar las diferentes partidas llegadas para una u otra tarea, anticipó que la ayuda en reconstrucción puede llegar a la misma cifra.
El ministro brasileño dijo que su país está especialmente interesado en ayudar a la reconstrucción institucional, pues "es importante que haya una percepción de que hay un Gobierno que está en control de la situación".
En este sentido, expresó al primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, la disposición de Brasil a ayudar en la formación de cuadros para la administración del país caribeño, ya que su Ejecutivo ha perdido a un gran número de valiosos funcionarios en el terremoto.
Suben a 20,000 soldados EEUU
Un nuevo contingente de tropas estadounidenses llegó este sábado a Haití para participar en las operaciones de socorro, y se espera que antes de que concluya el fin de semana el número de militares alcance los 20.000, indicó el sábado el Comando Sur.
El vigésimo cuarto cuerpo expedicionario de los marines y una unidad de intervención anfibia basada en Nassau (Bahamas) llegó a la zona, donde ya se encuentran 13.000 soldados estadounidenses, según la misma fuente.
El vigésimo cuarto cuerpo expedicionario incluye helicópteros pesados Ch-53, un avión híbrido de transporte MV-22 Osprey, un batallón de infantería de cerca de 1.200 hombres y varias unidades capaces de llevar a cabo misiones médicas o de transporte, añadió el comunicado del Comando Sur.
Inicialmente estas tropas iban a ser desplegadas en Europa y Oriente Medio pero el almirante Michael Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, decidió destinarlos a las "necesidades urgentes e incesantes" de ayuda humanitaria en Haití.
El horrible zumbido de un sismo
Episodios dramáticos se suceden a cada paso por esta capital y otras localidades de Haití, devastadas por el voraz sismo de la semana pasada y sus posteriores réplicas.
Los destrozos son de tal magnitud que muchas personas que deambulan por las calles en busca de un bocado se niegan a aceptar que el terremoto fue resultado de los caprichos de la madre naturaleza y llegan a atribuirlo a un origen divino.
El panorama es totalmente desolador, con un 60 por ciento de las edificaciones en el suelo, parques y plazas saturados de miles de familias que perdieron sus viviendas, y una ayuda internacional que luego de llegar a los puertos y aeropuertos pareciera esfumarse.
Al rosario de barrios marginales e insalubres que existían en la capital cuando el gran temblor, se sumaron cientos de espacios abiertos, donde personas de todas las edades intentan sobrevivir, y ante la carencia de condiciones, se ven obligadas a alimentarse con lo que pueden y luego hacer sus necesidades en el mismo lugar.
Emisoras como Radio Señal tratan de persuadir a la población para que, al menos, aproveche el paso de los camiones de comunales y depositen los desechos en los mismos, a fin de evitar brotes de epidemias y otros males que nublarían mucho más el escenario.
Cada mañana, miles de ciudadanos se concentran en el área capitalina de Fontamará para intentar abordar un "tap tap" (camionetas para el transporte popular), y salir de la urbe, aún cuando por otros rumbos no tengan familiar alguno que lo acojan.
Entrevistados por Prensa Latina, nos dicen que lo perdieron casi todo, sus casas, sus pocos bienes y van en busca de nuevas oportunidades.
Algunos llevan consigo la ropa que lograron recuperar y alimentos procurados para el viaje, otros, sólo la esperanza de que el futuro le sonría alguna vez.
Es evidente que la ayuda que está llegando del exterior no está en correspondencia con la magnitud de la catástrofe.
Hay mil 500 integrantes de grupos de rescate de varios países expandidos por las calles y no se constata su efectividad.
Y es que no sólo se trata de socorrer a las personas que están debajo de los escombros, sino de rescatar a los miles de damnificados enfermos, que permanecen anónimos en los campamentos improvisados y ni siquiera saben a cuál centro de salud asistir.
Acorde con esta necesidad, la brigada médica cubana ya activó puntos de atención en algunas plazas, entre ellas la emblemática "Champ de Mars", frente al devastado Palacio Nacional.
Este despliegue humanitario se añade a los 11 centros donde los galenos de la isla prestan servicios en esta nación y los dos hospitales de campaña habilitados luego de la catástrofe.
Funcionarios haitianos dicen que la cifra de muertos a causa del sismo puede ubicarse entre los 100 mil y 200 mil, y que 75 mil cuerpos ya fueron enterrados en fosas comunes.
Los restos de muchos otros permanecen carbonizados en aceras y otros sitios, pues al no ser recogidos, los pobladores optaron por cremarlos para evitar su descomposición.
En una puerta trasera de la catedral, cuya majestuosa estructura quedó demolida por el terremoto, permanecen los cuerpos sin vida de tres mujeres, a quienes una guillotina de bloques atrapó por el torso cuando la tierra tembló, interrumpió la misa y ellas trataron de buscar una salida.
Imágenes como ésta pueden ser captadas en disímiles edificaciones pulverizadas en otros rincones de la ciudad, donde el zumbido del sismo parece interminable.
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